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Estudiantes de EE.UU. crean fondo de compensación de esclavitud

Redacción: Telesur

El dinero recolectado será utilizado para financiar proyectos en comunidades donde viven los descendientes de los esclavos que la institución educativa vendió en 1838.

Estudiantes de la Universidad de Georgetown, ubicada en Washington, capital de Estados Unidos (EE.UU.), decidieron crear un fondo para compensar a los descendientes de esclavos que fueron vendidos por el recinto escolar en 1838.

Tras votación, los alumnos acordaron aportar una cuota de 27.20 dólares por semestre en memoria de los 272 esclavos vendidos por la Universidad de Georgetown en el año 1838 para evitar la bancarrota.

El dinero recolectado, que se estima supere los 400 mil dólares, será destinado a financiar proyectos en comunidades donde viven los descendientes de los esclavos.

“No podemos eliminar el precontexto histórico de nuestro contexto actual. La calidad de vida de estas personas que fueron utilizadas como objetos y equipamiento para nuestra universidad puede vincularse directamente con las decisiones que tomó nuestro profesorado de Georgetown en la época”, dijo una de las impulsoras de la idea, Nile Blass.

La estudiante Amalia Rubin señaló por su parte que “hoy más que nunca me siento orgullosa de ser estudiante de Georgetown. Como parte de nuestra tradición jesuita, es importante responsabilizarnos de nuestro pasado”.

En 2016, el centro de estudios, como una manera de expiar su pasado, decidió dar preferencia en la admisión a los descendientes de sus antiguos esclavos.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/estudiantes-de-universidad-de-georgetown-crean-fondo-por-esclavitud-20190413-0002.html

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Muchos Estados en el mundo aún no garantizan los derechos fundamentales de los niños

Redacción: News/23-01-2019

Hace 30 años entró en vigor un instrumento internacional para proteger los derechos de los niños; sin embargo, todavía hay muchos Estados que no garantizan el desarrollo y supervivencia de los menores, que ignoran sus voces y que los consideran meros receptores de cuidados, a menudo insuficientes para su bienestar, advirtió la máxima funcionaria de la ONU en materia de derechos humanos.

Al inaugurar este lunes en Ginebra la 80ª sesión del Comité de los Derechos del Niño, Michelle Bachelet señaló que a pesar de que en las últimas tres décadas se han registrado avances significativos y prácticamente todos los países han aprobado leyes para proteger las garantías de los niños, millones de ellos no gozan de sus garantías básicas.

“No todos los Estados parte aseguran a cabalidad la supervivencia y el desarrollo de todos los niños en todas partes. En general, los niños son vistos como receptores pasivos de cuidados y sus voces son desatendidas o ignoradas”, dijo la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.

La Convención sobre los Derechos del Niño es el tratado de garantías fundamentales que más ratificaciones ha recibido históricamente y su adopción ha dado lugar a la creación de programas educativos, de nutrición y salud que han mejorado la situación de los menores en el mundo.

Además, hace tres años los Estados refrendaron su compromiso con la niñez y le prometieron un mejor futuro.

Avance insuficiente

Pero esas declaraciones son insuficientes y el mundo aún dista del progreso que hace falta para cumplir con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

La Alta Comisionada recordó que UNICEF estima que 60 millones de menores de 5 años morirán entre 2017 y 2030 por causas prevenibles y que, en 2016, 155 millones sufrieron atrofia del desarrollo o desnutrición crónica.

“Los niños son especialmente vulnerables a la trata y la esclavitud, incluyendo las peores formas de trabajo forzado, esclavitud doméstica, esclavitud sexual y matrimonio forzado”, subrayó Bachelet.

Agregó que los niños migrantes o desplazados, un colectivo en aumento, afrontan un alto riesgo de sufrir esas atrocidades.

Cifras calamitosas

Entre otros datos alarmantes, Bachelet destacó los 5,5 millones de menores víctimas de trabajo forzado y el hecho de que un tercio de las víctimas de trata sean niños. En esta categoría las niñas duplican el número de niños sometidos explotación sexual. Millones de niñas, además, se convierten madres cada año, perpetuando así el ciclo de pobreza.

“Estos números son una calamidad. Cada uno de ellos representa a un individuo cuyas esperanzas y sueños han sido destruidos. Por desgracia, aún queda mucho por hacer antes de que cumplamos con los cuatro principios de la Convención: la no discriminación; lo mejor para su bienestar; el derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo; y el derecho a ser escuchado”, puntualizó.

En este contexto, abogó por dar un mayor énfasis al cumplimiento de los pilares y objetivos de ese instrumento y confió en que la discusión anual del Comité impulse el bienestar de la infancia mundial.

“Hoy, los niños y jóvenes enfrentan desafíos enormes relacionados con los conflictos, el cambio climático, la inestabilidad económica, el desplazamiento, la reducción de los espacios participativos, la globalización y los cambiantes mercados laborales. Se trata de la misma gente joven que es fuente de ideas, innovación y soluciones. Darles facultades, respetar su dignidad y garantizar sus derechos nos beneficia a todos”, concluyó Bachelet.

El Comité de los Derechos del Niño terminará su sesión el 1º de febrero y revisará los informes de Bahrein, Bélgica, Guinea, Italia, Japón y Siria.

Trabajo infantil

Un ejemplo de la situación descrita por Bachelet es el trabajo infantil. La Organización Internacional del Trabajo indicó recientemente que existiéan en el mundo unos 152 millones de niños y niñas trabajadoras en 2018. Para aliviar esta situación en Madagascar, esta Organización ha puesto en marcha un programa que ayuda a los niños trabajadores a mejorar su situación y a acceder a la capacitación, como se muestra en este vídeo.

Fuente: https://news.un.org/es/story/2019/01/1449342

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La estudiante madrileña que rompe el silencio sobre la prostitución: «Sí, hay esclavitud en tu ciudad»

Por: Sara Polo/Rebelión

Alejandra Acosta es la fundadora de Break the Silence, un proyecto de formación y lobby que busca concienciar sobre la trata de personas.

 

Es pequeña. Para hablar de sí misma no usa «joven», usa «pequeña». 22 años, a la sazón. A falta de entregar el TFG para poder decir, con todas las de la ley, que es trabajadora social. Pero con cuatro años a sus espaldas de trabajo social del de verdad, del de hacer algo. La historia de Alejandra Acosta es la de una chica normal que decidió embarrarse por pura convicción personal y se metió en el peor de los charcos: el de la trata de personas.»He conocido cosas del ser humano que me dan ganas de vomitar negro», reconoce, y su gesto es el de alguien que, efectivamente, ha visto lo que nadie quiere ver. Ha conocido a chicas como ella que han sido esclavas sexuales durante su adolescencia, a adultas que han salido del más sucio de los agujeros y ni siquiera son conscientes, pero todo empieza mucho antes de eso. Todo empieza con una conferencia, con muchas lágrimas y con una ruptura.
Tenía 18 años y estaba en primero de carrera cuando se acercó, casi por casualidad, a un congreso de lo suyo. Le llamó la atención el nombre de una de las charlas: Esclavitud en tu ciudad, y entró con una mezcla de escepticismo y curiosidad. «Suena a ignorante, pero es que hace cinco años el tema de la trata era cero sonado», reconoce, «¿cómo iba a haber esclavitud en Madrid?».

El caso es que allí conoció la historia de una chica nigeriana de 17 años a la que una organización había rescatado de una red de explotación sexual y se abrieron las compuertas. «No soy una persona demasiado emocional, pero no podía parar de llorar y de darle vueltas», recuerda. Noches sin dormir y mucha reflexión más tarde, llegó una ruptura de pareja que terminó de hundirla en sí misma.

«Me centré en mi carrera, me encerré en la biblioteca a buscar libros sobre trata de personas«, cuenta. Y leyó y leyó durante horas, seis meses de perspectiva política, económica, social. En su cabeza se iba fraguando una idea que se hizo realidad el día que conoció a Priscila, hoy su mejor amiga, que sin saberlo también había acusado los efectos de aquella charla. Había nacido Break the Silence, el germen de un proyecto que se convertiría en la motivación de su vida.

De tú a tú con los más jóvenes

Y sigue siendo pequeña. Pero eso, para ella, es más una ventaja que un inconveniente, porque frente al «qué me va a venir a contar esta niña» de los adultos está su target, los adolescentes, que la reciben con la mente mucho más abierta que frente a un profesor. Break the Silence ha desarrollado, de momento, una de las patas de su trípode fundacional: la prevención.

Más de 5.000 estudiantes de entre 14 y 21 años han escuchado a Alejandra Acosta hablarles de prostitución, esa palabra que genera horror y morbo a partes iguales, de consentimiento… en definitiva, de sexo. «Muchos directores de colegio se sorprenden de que vaya a plantear conceptos así a chicos tan jóvenes, pero oiga, su hijo consume porno desde los 12 y no es virgen desde los 14, estamos educando en el siglo XIX a chavales del siglo XXI», alega ella.

Todo arranca con 45 minutos de charla, pero el resultado a veces es mejor del esperado: «A lo mejor a la mitad les ha entrado por un oído y les ha salido por el otro, pero yo tengo caras de chicas que se me han acercado y me han dicho: ‘Oye, yo me he sentido abusada, estoy pasando esta situación’. Con algunas tengo relación, he visto cómo han caído de nuevo en manos de su agresor, he llorado con ellas. Para mí ese es el impacto que queda». Porque la clave es que esa chica morena que viste de mayor les habla en su idioma, es como ellos, y le cuentan lo que le contarían a una amiga. «Es una tirita, claro, pero que al menos tengan la vacuna del conocimiento», dice, «por estadística, la mitad acabará consumiendo prostitución, pero al menos que sepan lo que compran».

De Rumanía a México para poner rostro a las cifras

Su filosofía no es cambiar el mundo, sino su entorno, y para ello ha conocido la realidad de dos países con cifras de explotación sexual que pondrían los pelos de punta a cualquiera. Aprovechó su Erasmus en Rumanía para entrar en un centro de la organización Reaching Out Romania, que rescata a chicas de entre 13 y 22 años de las redes de tráfico de personas. «Allí fue realmente donde entendí el delito de verdad», reconoce, «a las victimas y a los victimarios, me ayudó a ver el dibujo mucho más grande. No es ‘ella, pobrecita y él, qué malo’, es muchísimo, muchísimo más amplio que eso».

Alejandra puso cara a su discurso y su discurso nunca volvió a ser el mismo: «Estoy aprendiendo a no revictimizarlas deshumanizándolas con palabras grandilocuentes». Allí también comprendió cosas terribles, como que las heridas de la esclavitud sexual no sanan nunca, o como que hay víctimas tan jóvenes que ni siquiera entienden el horror por el que han pasado, que han normalizado la violación hasta tal punto que casi no existe trauma. «No son la víctima perfecta, vienen con esa etiqueta que se ponen ellas mismas de ‘puta empoderada’, de ‘esto lo hago yo porque quiero’ pero me siento explotada por mis condiciones laborales», explica, «y sólo años después comprenden que nunca quisieron hacerlo».

Y de Rumanía a México con Unidos contra la trata, la mayor organización de rescate de personas víctimas de tráfico humano. Allí conoció a Neli Delgado, a quien un hombre prometió el oro y el moro del amor y que se encontró prostituida y encerrada en alguna ciudad perdida. Y a Mixi Cruz, que acabó igual, solo que engañada por un familiar en lugar de por un novio. Ha visto cosas del ser humano que le dan ganas de vomitar negro, sí, pero se queda con esas otras, las que cambian las cosas, que siembran un halo de esperanza.

De sus charlas, breves pero efectivas, a veces nacen ciclos de conferencias en colegios e institutos, a veces estrategias de género, a veces sólo una semilla como la que puso en ella aquella historia de una chica nigeriana esclavizada en una calle española cualquiera, por el vecino de cualquiera. Porque sí, hay esclavitud en tu ciudad, ella misma lo ha vivido de cerca: acabó descubriendo que la «buena familia» de esa conocida con problemas personales vivía del proxenetismo.

‘Lobby’ político y trabajo con víctimas en el horizonte

A lo largo de su carrera, Alejandra ha participado ya en debates incluso en el Vaticano, en los que ha demostrado que su juventud sólo añade futuro a su futuro. Recientemente ha participado en el proyecto Equality, con el que Trivu (anteriormente Pangea), ecosistema internacional de talento con mentalidad joven, y Sodexo, líder mundial en servicios de Calidad de Vida, han buscado 10 mujeres de entre 18 y 26 años destacadas en sus ámbitos profesionales y «líderes del mañana» de todo el mundo, con el objetivo de dar visibilidad al impacto que están generando en la sociedad y empoderarlas para encontrar soluciones que mejoren la calidad de vida de las mujeres a través de diversos talleres.

En el horizonte de Break the Silence, dos objetivos: el lobby político, que ya se sustancia con reuniones con las alas más jóvenes de los partidos; y apoyo para la reinserción de las víctimas, porque si algo ha aprendido es que el abolicionismo debe venir acompañado de nuevas perspectivas laborales, si no, está cojo. Todo, siempre, desde la duda de quien es «pequeña» y no para de aprender. Pero también desde la convicción de alguien que quiere cambiar algo para cambiarlo todo. «No sé cómo lo voy a hacer, pero lo voy a hacer», dice, y de su voz se desprende que lo hará, así se embarre hasta la coronilla.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=247668&titular=la-estudiante-madrile%F1a-que-rompe-el-silencio-sobre-la-prostituci%F3n:-%22s%ED-hay-esclavitud-en-tu-

 

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Banco Mundial: Eliminar exclusión de afrodescendientes en América Latina, vital para el desarrollo Banco Mundial: Eliminar exclusión de afrodescendientes en América Latina, vital para el desarrollo

Redacción: Finanzas Digital

Los afrodescendientes en América Latina han logrado importantes avances en términos de reducción de la pobreza y en el reconocimiento de su agenda, pero aún queda mucho por hacer para eliminar las barreras estructurales que impiden su inclusión social y económica plena, de acuerdo con un nuevo informe del Banco Mundial.

Uno de cada cuatro latinoamericanos se identifica como afrodescendientes, lo cual equivale a unos 133 millones de personas. Una amplia mayoría vive en Brasil y el resto está distribuido de manera heterogénea en los demás países. Asimismo, constituyen una parte desproporcionadamente alta de los pobres, según el informe Afrodescendientes en América Latina: Hacia un marco de inclusión, presentado en San José el miércoles.

“Este informe es un paso importante hacia una mejor comprensión de la situación en la que viven los afrodescendientes, ayudar a impulsar su inclusión social y mejorar su situación económica en América Latina”, dijo la Vicepresidenta y Canciller de Costa Rica, Epsy Campbell.

Los afrodescendientes tienen 2,5 más probabilidades de vivir en pobreza crónica que los blancos o mestizos. Tomando a Brasil, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay en conjunto, los afrodescendientes representan el 38 por ciento de la población total, pero la mitad de quienes viven en pobreza extrema. Además, tienen menos años de escolarización, experimentan más desempleo y están poco representados en cargos de toma de decisiones, tanto públicos como privados.

“Afrontar las causas de la discriminación estructural es fundamental para combatir la injusticia y crear oportunidades para todos”, dijo Jorge Familiar, Vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Eliminar las condiciones que limitan la inclusión plena de los afrodescendientes promoverá una sociedad latinoamericana más justa, próspera e igualitaria”.

A pesar de los desafíos, en los últimos años se han hecho grandes avances. La década pasada fue testigo de una mejora notable en las condiciones de vida de muchos afrodescendientes, que se beneficiaron de una amplia reducción en la tasa de pobreza regional. Por ejemplo, más del 50 por ciento de los hogares afrodescendientes salieron de la pobreza en Brasil y Uruguay, y más del 20 por ciento en Ecuador y Perú. Los afrodescendientes también experimentaron un mayor acceso a la educación en Latinoamérica, aunque la brecha con la población blanca y mestiza aún persiste.

La aparición de una clase política afrodescendiente y el crecimiento de sus organizaciones empujaron a varios países a incorporar cambios constitucionales respecto a la discriminación, derechos de propiedad y el reconocimiento étnico-racial de su población. Otros países aprobaron instrumentos legales para salvaguardar los derechos de los afrodescendientes, tales como acciones afirmativas, campañas de concientización y leyes antidiscriminación, al igual que su inclusión en el censo.

Pero de acuerdo con el informe, aún queda mucho por hacer para solucionar el complejo problema de la exclusión, que está en el centro de los esfuerzos del Banco Mundial por tener un terreno más parejo. La meta es mejorar las oportunidades y el acceso a mercados y servicios para los grupos excluidos, respetando su visión y aspiraciones. Teniendo en cuenta que los afrodescendientes son una población heterogénea, las políticas deben diseñarse teniendo en cuenta las condiciones específicas de cada país, subregión y, muchas veces, de cada situación.

Para ello se requieren más y mejores datos, más allá de los censos, que fueron un primer paso importante. Las políticas deben tener objetivos claros y medibles, en áreas clave como educación, oportunidades de empleo y salarios equitativos. Además, hay que afrontar y eliminar los estereotipos raciales, y las organizaciones de afrodescendientes deben empoderarse para aumentar su voz, participación y poder de negociación, aprovechando los avances logrados en los últimos años por sus líderes.

Según el informe, el creciente reconocimiento de los afrodescendientes representa una largamente esperada ruptura con un pasado que dio comienzo a uno de los capítulos más oscuros de la historia latinoamericana: la esclavitud y su terrible legado de exclusión social.

Fuente: http://www.finanzasdigital.com/2018/08/banco-mundial-eliminar-exclusion-de-afrodescendientes-en-america-latina-vital-para-el-desarrollo/

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7 duras críticas a EE UU por la pobreza extrema que hay en el país más rico

Autor: BBC Mundo

En un polémico informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el relator sobre pobreza extrema de esa organización hace un cuestionamiento descarnado de la sociedad estadounidense

«Su enorme riqueza y conocimiento contrastan de forma chocante con las condiciones en las que viven grandes cantidades de sus ciudadanos. Unos 40 millones viven en pobreza, 18.5 millones en pobreza extrema y 5.3 millones viven en condiciones de pobreza extrema propias del tercer mundo».

Con estas palabras el relator sobre pobreza extrema y derechos humanos de la ONU, Philip G. Alston, se refiere a Estados Unidos en un informe en el que da cuenta de una gira de 15 días de investigación que realizó en ese país a finales de 2017.

El texto es una crítica descarnada a la primera potencia del mundo, en la que se apuntan problemas como la creciente desigualdad, la persistencia del racismo o la existencia de un sesgo entre los sectores en el poder hacia los más pobres y desfavorecidos.

«En un país rico como Estados Unidos, la persistencia de la pobreza extrema es una decisión política adoptada por quienes están en el poder. Con voluntad política podría ser fácilmente eliminada», señala Alston.

Indica que hay una serie de ingredientes indispensables en una política para eliminar la pobreza, entre los que incluye cuestiones como las políticas de pleno empleo, la protección social para los más vulnerables, un sistema de justicia justo y efectivo; o la igualdad racial y de género.

El informe de Alston fue presentado la semana pasada ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y recibió grandes críticas del gobierno de Donald Trump.

El Ejecutivo estadounidense sostiene que el texto contiene cifras «exageradas» pues afirma que el número de personas en pobreza extrema en ese país no es de 18.5 millones sino de unas 250.000.

La embajadora de Estados Unidos en la ONU, Nikki Haley, dijo que el informe es engañoso y está «motivado por razones políticas» y acusó al relator de «desperdiciar» los recursos de la ONU al investigar la pobreza «en el país más rico y libre del mundo» en lugar de centrarse en países donde los gobiernos causan el sufrimiento de su propia población como Burundi y la República Democrática del Congo.

BBC Mundo te cuenta cuáles son algunos de los cuestionamientos más duros que hace el informe de Alston.

1. El sueño es una ilusión

«Los defensores del status quo señalan a Estados Unidos como una tierra de oportunidades y un lugar donde el sueño americano puede hacerse realidad porque los más pobres pueden aspirar a llegar al grupo de los ricos».

«Pero la realidad actual es muy distinta. Estados Unidos tiene ahora una de las tasas más bajas de movilidad social intergeneracional de los países ricos», señala Alston a propósito de uno de los elementos clave de la sociedad estadounidense.

«Las altas tasas de pobreza infantil y juvenil perpetúan muy efectivamente la transmisión de la pobreza intergeneracional y aseguran que el sueño americano rápidamente se convierta en la ilusión americana. La igualdad de oportunidades, que es tan valorada en teoría, en la práctica es un mito, especialmente para las minorías y las mujeres, pero también para muchas familias de trabajadores blancos de clase media», agrega.

2. Pobres malos, ricos buenos

El informe critica el peso que al hablar sobre la pobreza se le da a la imagen «caricaturizada» sobre las supuestas diferencias entre ricos y pobres que son difundidas «por algunos políticos y medios estadounidenses».

«Los ricos son trabajadores, emprendedores, patriotas e impulsores del éxito económico. Los pobres son vagos, perdedores y tramposos. Como consecuencia de ello, (se considera que) el dinero que se gaste en bienestar social es dinero tirado a las cañerías», critica Alston.

«La realidad, sin embargo, es muy diferente. Muchos de los más ricos no pagan sus impuestos a las mismas tasas que lo hacen otros, acumulan gran parte de sus fortunas en paraísos fiscales y obtienen sus ganancias solamente de la especulación, en lugar de contribuir a la riqueza general de la comunidad estadounidense», apunta.

«En toda sociedad hay quienes abusan del sistema, tanto en los niveles superiores como en los inferiores. Pero, en realidad, los pobres son mayoritariamente aquellos que nacieron en la pobreza, o quienes cayeron allí por circunstancias que en gran medida se hayan fuera de su control, como las enfermedades mentales y físicas».

Estos prejuicios sobre ricos y pobres se reflejan en la formulación de políticas.

El relator especial señala, por ejemplo, que uno de los principales argumentos para impulsar los recortes en los beneficios sociales son las acusaciones sobre la existencia de un fraude generalizado en el uso de los mismos y que muchos de los funcionarios con los que habló le advirtieron que había personas que estaban buscando todo el tiempo formas de sacar provecho del sistema.

«El contraste con la reforma fiscal es ilustrativo. En el contexto de los impuestos, se pone una fe inmensa en la buena voluntad y el altruismo de los beneficiarios corporativos, mientras que en la reforma del estado de bienestar se aplican los supuestos contrarios», asegura.

3. Empleados pobres

Alston destaca que uno de los argumentos utilizados en Estados Unidos por quienes abogan por recortes en los beneficios sociales es que los pobres deben dejar de depender de las ayudas y ponerse a trabajar.

«Se asume, especialmente en una economía que progresa, que hay muchos empleos esperando a ser ocupados por individuos con poca educación, que con frecuencia tienen una discapacidad de un tipo u otro, a veces cargados con un historial criminal (con frecuencia relacionado con la pobreza) sin mucho acceso al sistema de salud y sin entrenamiento ni ayuda efectiva para conseguir un trabajo», señala.

«En realidad, el mercado laboral para estas personas es extraordinariamente limitado y, más aún, para aquellos que carecen de las formas básicas de apoyo y protección social», añade.

Para ilustrar la insuficiencia de la estrategia de combatir la pobreza apostando por el trabajo pero sin el apoyo de las políticas sociales, Alston pone como ejemplo el caso de los trabajadores de Walmart, el mayor empleador de Estados Unidos.

«Muchos de sus trabajadores no pueden sobrevivir, teniendo un trabajo a tiempo completo, si no reciben cupones de alimentación. Esto encaja en una tendencia más amplia: el porcentaje de hogares que, mientras tenían ingresos, también recibían asistencia para alimentación aumentó de 19,6% en 1989 a 31,8% en 2015», asegura.

4. La justicia, una fuente de ingresos

Alston señala que uno de los mecanismos que dificultan el progreso de los más pobres son la gran cantidad de multas y tasas que se aplican a quienes cometen pequeñas infracciones y que se acumulan hasta convertirse en una enorme carga para ellos.

Pone como ejemplo el hecho de que los permisos de conducir son suspendidos por una gran cantidad de faltas no relacionadas con el tráfico, como el no pagar una multa.

«Esa es una forma perfecta para asegurarse de que los pobres, que viven en comunidades que se han negado a invertir seriamente en sistema de transporte público, sean incapaces de ganarse un dinero que les habría ayudado a pagar la deuda pendiente», refiere.

En ese sentido, el relator de la ONU critica como una práctica extendida en todo el país el uso del sistema legal para recaudar ingresos y no para promover la justicia.

Asegura que esto se ha convertido en un mecanismo «para mantener a los pobres en la pobreza mientras generan ingresos para financiar no solo el sistema de justicia sino muchos otros programas».

5. La criminalización de los pobres

Entre las fallas del sistema legal, el informe también cuestiona que en muchas ciudades las personas sin hogar son criminalizadas simplemente por la situación en la que se encuentran.

«Dormir al descampado, sentarse en lugares públicos, mendigar, orinar en público y una infinidad de otras infracciones han sido concebidas para atacar ‘la plaga’ de los sin techo», indica.

Alston señala que, según cifras oficiales, en 2017 había en Estados Unidos unas 553.742 personas sin techo pero asegura que hay muchas evidencias de que la cantidad verdadera es mucho mayor.

Afirma que solo en la zona de Skid Row, en el centro de Los Ángeles, hay unos 1.800 sin techo que disponen de apenas 9 baños públicos, una cifra que ni siquiera cumple con los estándares de la ONU para los campos de refugiados sirios y para situaciones de emergencia.

«Que haya tantas personas sin techo no es algo ni remotamente inevitable y refleja la decisión política de ver la solución en la aplicación de la justicia en lugar de en proveer viviendas adecuadas y accesibles, servicios médicos, asesoría psicológica y formación laboral», apunta.

«Castigar y apresar a los pobres es la respuesta típicamente estadounidense a la pobreza en el siglo XXI», indica Alston en las conclusiones. «El encarcelamiento masivo es usado para hacer invisibles de forma temporal los problemas sociales y crear la ilusión de que se ha hecho algo».

6. Desigualdad extrema

Según el informe de la ONU, Estados Unidos es el país rico con mayores niveles de desigualdad de ingreso y de riqueza.

Señala que 1% más rico pasó de obtener 10% de todos los ingresos nacionales en 1980 a conseguir 20% en 2017. En el caso de Europa, ese indicador pasó de 10% a 12% en el mismo lapso.

Alston hace referencia expresa al hecho de que la fortuna de los miembros iniciales del gabinete de Trump alcanzaba a 4.300 millones de dólares.

«Lo que la desigualdad extrema significa es la transferencia de poder económico y político a un puñado selecto de personas, quienes inevitablemente lo usarán para avanzar sus propios intereses», asegura.

«La alta desigualdad debilita al crecimiento económico sostenido. Se manifiesta en bajo niveles educativos, un sistema de salud inadecuado y la ausencia de protección social para la clase media y los pobres, lo que a su vez limita sus oportunidades económicas e inhibe el crecimiento general», advierte.

7. El legado de la esclavitud

«Al pensar en los pobres, los estereotipos raciales usualmente no están lejos de la superficie. Se asume que los pobres son mayoritariamente personas de color, afroestadounidenses o ‘inmigrantes’ hispanos».

«La realidad es que hay ocho millones más de pobres blancos que de pobres negros. El rostro de la pobreza en Estados Unidos no solamente es negro o hispano, sino también blanco, asiático y de muchos otros orígenes», afirma Alston.

El relator de la ONU considera que la estadounidense sigue siendo una sociedad crónicamente segregada.

Señala que los negros tienen 2,5 más probabilidades que los blancos de vivir en la pobreza, una tasa de mortalidad infantil 2,3 veces superior.

Su nivel de desempleo duplica el de los blancos y usualmente ganan solo 82,5 centavos para cada dólar que obtienen estos. Además su tasa de encarcelamiento es 6,4 veces mayor.

«Estas vergonzosas estadísticas solo pueden ser explicadas por la duradera discriminación estructural basada en la raza, lo que refleja el legado duradero de la esclavitud», concluye Alston.

Fuente: http://www.el-nacional.com/noticias/bbc-mundo/duras-criticas-por-pobreza-extrema-que-hay-pais-mas-rico_241838

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La historia oculta de Gran Bretaña: esclavitud y maltrato en el siglo XVIII

Autor: Pablo F. de Mera Alarcón

«Esclavos fugitivos en Gran Bretaña», desarrollado por investigadores de la Universidad de Glasgow, es un proyecto sobre los anuncios de esclavos fugados en la prensa británica

«No tenemos las palabras, a veces ni siquiera los nombres, de las personas esclavizadas que fueron llevadas a Gran Bretaña en el siglo XVIII. En muchos casos, todo lo que queda son los breves anuncios difundidos en periódicos escritos por maestros que estaban ansiosos por reclamar sus valiosas propiedades humanas». Con estas palabras, Simon Newman, profesor de Historia en la Facultad de Humanidades de la Universidad de Glasgow, pone de manifiesto que la esclavitud no se restringía al continente americano o el mundo asiático, sino que era una práctica «rutinaria» y normalizada en las islas británicas hace tres centurias.

Una base de datos digital que ha sido lanzada por académicos de la Universidad de Glasgow recolecta más de 800 de estas publicidades y es el resultado del proyecto «Esclavos fugitivos en Gran Bretaña: esclavitud, libertad y raza en el siglo XVIII». Estos reclamos, colocados por maestros y propietarios ofreciendo recompensas por la captura y devolución de los prófugos, «aparecían junto a los artículos de actualidad mundanos y cotidianos y los anuncios que llenaban las páginas de la floreciente prensa de periódicos». La estandarización del cautiverio servil es corroborada por Nelson Mundell, asistente en la investigación: «Este proyecto muestra que no era algo inusual tener esclavos caminando por las calles de pueblos y ciudades a lo largo y ancho de Gran Bretaña».

Pero el número de esclavizados era mucho mayor ya que, así como hubo amos que no publicaron avisos, se cree que muchos siervos no gozaron de la oportunidad o el arrojo para probar suerte en arriesgados intentos de liberación. En cualquier caso, lo que sí contradice es la aseveración que el magistrado John Holt pronunció a comienzos de siglo: «Tan pronto como un negro pisa Inglaterra, se hace libre». De hecho, habrá que esperar 100 años para que elimperio británico EE.UU prohíban el comercio de esclavos, en 1807 y 1808 respectivamente; en 1815 serían las potencias europeas, reunidas en el Congreso de Viena, las que acordasen, presionadas por Inglaterra, acabar con la trata en todas sus colonias.

Los anuncios tenían, además, un valor aleccionador

Las meticulosas investigaciones que realiza el proyecto en la prensa inglesa y escocesa del momento proporcionan una valiosa fuente de información acerca de la esclavitud en Gran Bretaña. «Estos breves avisos periodísticos dan vida a las personas subyugadas que vivieron, trabajaron e intentaron escapar de la sociedad británica», comenta Simon. Unos esclavos que, en su mayoría sirvientes domésticos de familias elitistas y mercantiles ligadas a los territorios del imperio allende el mar, también fueron empleados como marineros, trabajadores portuarios o artesanos.

Su relevancia radica igualmente en la descripción de los modales, ropa, peinados o habilidades de los huidos, algo que no aparecería en los registros oficiales de la época de no ser por los anuncios en prensa. Aunque también funcionaban como advertencia al señalar las cicatrices o marcas que tenían, como así lo refleja el siguiente aviso publicado por el maestro Patrick Burk: «un joven negro, llamado Jeremiah o Jerry, de unos 5 pies de altura u 8 pulgadas de altura, huesos grandes, bien plantados, pero no gordos, tiene grandes rasgos negros fuertes y una gran cicatriz en la parte superior de una de sus muñecas; (…) se fue con un gran abrigo de color claro, pantalones de cuero sucios y medias blancas, y llevaba un rizo detrás que combinaba con la otra parte de su propio pelo lanoso; lee y escribe mal, toca bastante bien el violín y puede afeitarse y vestir una peluca».

El final del anterior anuncio también expone el ofrecimiento de clemencia ante la ofensa que supone la fuga: «como dicho negro conoce el afecto de su Maestro por él, si regresa de inmediato, será perdonado; si la libertad es lo que él desea, la tendrá, con salarios razonables; si descuida esta presente Disposición de perdón, puede estar seguro de que se tomarán más medidas efectivas». No obstante, tal gesto de misericordia y piedad por parte de los maestros y propietarios no parece demasiado probable que se llevase a cabo o, al menos, no en los términos manifestados.

«Esclavos fugitivos en Gran Bretaña» viene a acentuar el liderazgo británico en el tráfico y venta de esclavos a lo largo del siglo XVIII. En 1776 es promulgada la Declaración de Derechos de Virginia, mientras que en 1789 ocurre lo propio con la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Estos documentos que propugnan derechos naturales inherentes a todo ser humano son semillas de una sociedad más justa en la que la esclavitud y el comercio de personas, algo más que habitual en la Gran Bretaña de la época, fuesen erradicados.

Fuente: https://www.abc.es/historia/abci-historia-oculta-gran-bretana-esclavitud-y-maltrato-tiempos-victorianos-201806270158_noticia.html

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