Afganistán/22 de julio de 2016/www.elmundo.es/Por: Amador Guallar
Afganistán es uno de los muchos países asiáticos donde el empleo de menores como mano de obra barata se ha convertido en un cáncer social que está dejando sin futuro a generaciones de niños y niñas.El último informe de Human Rights Watch (HRW) sobre los peligros del trabajo infantil en el país ha confirmado que el Gobierno afgano sigue sin respetar los tratados internacionales contra la explotación de los menores que ratificó en 2010 con la Organización Mundial del Trabajo (OMT), así como su propia Ley del Trabajo que establece la edad mínima para trabajar en 18 años.»El trabajo infantil mantiene a un cuarto de los niños afganos de entre 5 y 14 años ejerciendo trabajos peligrosos que pueden derivar en enfermedades, accidentes y hasta la muerte debido a las insalubres y peligrosas condiciones en que trabajan», según se lee en el informe de HRW Soportan todo el dolor, las peligrosas condiciones de trabajo para los niños en Afganistán.El estudio detalla cómo miles de niños afganos trabajan «muchas horas por un salario ínfimo» en algunas de las industrias más duras del país, como «la de la minería, la de producción de ladrillos, la de la metalurgia o la de producción de alfombras», entre otras. «Y en la calles como vendedores ambulantes, limpiabotas y mendigos» donde, además, son víctimas de abusos y mafias locales.Historias reales Rahimullah, uno de los niños entrevistados para el estudio, de 15 años y trabajando con sus hermanos desde los 10 en una fábrica de ladrillos de Kabul, narra el infierno laboral del que muchos niños son víctimas desde la más tierna infancia. Un calvario que para él empieza cada día a las 4.00 horas y no termina hasta bien entrada la noche.»Mis hermanos y yo empezamos a trabajar a los 5 años. Aquí hay muchas tareas, así que estamos ocupados todo el día limpiando el suelo, utilizando las palas para apartar la tierra, cargando cubos», explicó. La industria de la producción del ladrillo es una de las más grandes del país y una de las que emplea más mano de obra infantil. «Aquí trabajan niños de entre 8 y 10 años que son tan pobres que esto es lo único que pueden hacer para salir adelante», indicó a HRW Sher Khan, gerente de una fábrica de ladrillos en Kabul.La industria de las alfombras es otra de las que emplea manos infantiles durante horas y horas causando estragos en la salud de los niños. «Toso mucho y mis tres hermanas también. Cuando trabajamos, las partículas de los ovillos se pegan en la garganta. Llevo tosiendo más de seis años, pero nunca me han dado ninguna medicina», explicó el pequeño Aziz, tejedor de alfombras de 12 años en la provincia de Bamyan donde trabaja con sus 11 hermanos. Las cuchillas de los ganchos para tejer también son un peligro porque «han cortado a mis hermanas muchas veces», añadía.La industria del metal también es un peligro. «Me he hecho daño en las manos cinco veces cortándome con el metal, aplastándome los dedos con el martillo o con máquinas», explicó Hamid, un trabajador del metal de 13 años en Kabul. Según la OMT «el 80% de los niños trabajando en la metalurgia se enfrentan a maquinaria peligrosa, fuego y gases nocivos».
Un niño afgano aprendiendo el oficio de su abuelo zapatero en las calles de Kabul AMADOR GUALLAR
El trabajo en las calles tampoco está exento de peligros. Las calles de la capital afgana no son un sitio seguro para niños y niñas vulnerables a abusos físicos y sexuales, o a accidentes laborales como el que narra un director de escuela en declaraciones a HRW.»Hace dos años un estudiante del 10º curso trabajando en la calle Asmayee vendiendo tanques de oxígeno fue víctima de la explosión de uno de los tanques que le quemó la cara y amputó un brazo y una pierna», explicó. «Este tipo de trabajos son muy comunes entre los jóvenes en Kabul y el resto de las 34 provincias. Las familias más pobres obligan a sus hijos a trabajar para poder sustentarse», añadió.La problemática del trabajo infantil es un mal endémico causado por «la pobreza extrema, la situación de los desposeídos de Tierra, el analfabetismo, la alta tasa de desempleo y el conflicto armado, que está provocando falta de mano de obra adulta, origen de la crónica pobreza extrema en el país y, por extensión, del trabajo infantil», indicaba el informe. Un infierno que, además, está afectando a la educación de los más pequeños. La labor forzada «lleva a muchos niños a combinar educación y trabajo o, simplemente, los fuerza a dejar la escuela prematuramente». A pesar de que no existen datos actuales sobre la cifra de niños trabajando en el país, un estudio de la Comisión Independiente para los Derechos Humanos en Afganistán estimó en 2013 que «el 52% de los niños afganos trabajan de una forma u otra».Por su parte, fuentes gubernamentales aseguraron a HRW que «la falta de fondos es el motivo por el que el Gobierno está fallando a la hora de aplicar las leyes laborales» porque «no tenemos presupuesto suficiente para programas sociales, ya que cada día se gasta más en seguridad y menos en asuntos sociales, y en especial los relacionados con la vulnerabilidad de los niños», explicó un portavoz del Ministerio de Trabajo afgano.Mientras, la OTAN y sus aliados aprobaron hace unos días en la Cumbre celebrada en Polonia un presupuesto de más de un 1 billón de dólares al año para seguir armando al ejército afgano. Desde la intervención de la Coalición Internacional en 2001, el Gobierno afgano ha recibido más de 350 billones de dólares en ayudas internacionales militares y sociales. Ayudas que, después de 15 años de conflicto, «todavía no son suficientes», según el Ministerio de Trabajo, para sacar de la pobreza a miles de niños y niñas afganos.
Tomado de: http://www.elmundo.es/sociedad/2016/07/15/578900d246163f627e8b4584.html