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Poco hábito de lectura en Nigeria, según estudio

Nigeria/26 de Junio de 2017/Prensa Latina

El poco hábito de leer afecta hoy a la población de Nigeria, advirtió el profesor Lenrie Aina, director general de la Biblioteca Nacional, durante una campaña de promoción de lectura en el sudeste del país.
Un reciente estudio arrojó que la mayoría de los nigerianos no leen, dijo Aina, durante la cita celebrada este miércoles en Enugu, capital del estado del mismo nombre.

Las principales naciones del mundo -comentó- se enorgullecen de su promoción de la lectura y ven en el alto de nivel de alfabetización una fuente importante de su competitividad y madurez social.

Sin embargo, la ausencia de una cultura generalizada respecto a la lectura en el caso de Nigeria ‘actúa como una barrera para nuestro desarrollo y competitividad internacional’, indicó.

Aina afirmó que la Biblioteca Nacional emprendió una intensa campaña alrededor del país para fomentar el importante hábito entre los ciudadanos, así como para identificar los obstáculos que inhiben la lectura y ofrecer soluciones.

Apeló a los maestros para que animen a sus alumnos a leer e instó a los padres a poner libros a disposición de sus hijos. En un mensaje al evento, el gobernador de Enugu, Ifeanyi Ugwuanyi, aseguró que su administración hace todo lo posible para promover la cultura de la lectura en las escuelas.

Otros oradores, al insistir en la importancia de la promover la lectura, en particular entre los jóvenes, pusieron énfasis en que esta ‘es para la mente lo que el ejercicio para el cuerpo’.

La tasa de alfabetización en Nigeria -segunda economía de África- ronda solo el 70 por ciento de la población, según algunos reportes de prensa.

Fuente: http://prensa-latina.cu/index.php/component/content/?o=rn&id=95107&SEO=poco-habito-de-lectura-en-nigeria-segun-estudio
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Presentan resolución para investigar el cierre de escuelas en Puerto Rico

Puerto Rico/15 de Mayo de 2017/Hola Ciudad

El legislador Roberto Rivera presentó la resolución de la Cámara de Representantes 410 para ordenar una investigación urgente sobre el cierre de escuelas anunciado por el Departamento de Educación de Puerto Rico.

En un comunicado, Rivera señaló que ante esta decisión del cierre de cerca de 180 escuelas alrededor de la isla se han levantado preocupaciones entre padres, sindicatos y legisladores sobre cuáles fueron los parámetros utilizados para clausurar las escuelas.

Subrayó que una de las inquietudes es la de que no exista un plan preventivo de seguridad o uso alterno de los planteles, razón por la que se expongan al vandalismo y la posible pérdida de estas estructuras.

«Es importante una vez se determine finalmente cuáles serán los planteles a cerrar se conozca cuál será el plan de acción de estas propiedades que quedarán inutilizadas», expresó el legislador.

La resolución establece un término de 30 días para que la Comisión de Educación, Arte y Cultura de la Cámara de Representantes refiera un informe respecto a este asunto.

El legislador señaló que «no se puede permitir que estas estructuras se conviertan en estorbos públicos y nos tengamos que lamentar posteriormente. Además de que el Gobierno no tendrá ahorros, sino pérdidas».

«Estas estructuras ante la difícil situación fiscal que enfrenta el país pueden ser utilizadas por los municipios para expandir servicios y generar ingresos adicionales ante la eliminación de los 350 millones de dólares para subsidios, un negocio privado o albergar otro tipo de dependencia gubernamental», concluyó el representante Roberto Rivera.

Fuente: http://www.holaciudad.com/noticias/Presentan-resolucion-investigar-Puerto-Rico_0_1024397801.html

 

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Argentina: Ciudad Gualeguaychú se prepara para el Encuentro Internacional de Familias de Personas con Síndrome de Down

América del Sur/Argentina/07 Mayo 2017/Fuente y Autor:diarioelargentino

La Fundación Incluir y la Asociación Síndrome de Down de la República Argentina realizaron el sábado pasado el lanzamiento formal del Encuentro Internacional de Familias de Personas con Síndrome de Down se hará el viernes 12 y el sábado13 de mayo próximos en el Centro Municipal de Convenciones, ubicado en el corsódromo.

Pablo Recchia, de la Fundación Incluir, destacó que habrá charlas,  talleres y actividades  para que las familias reflexionen y conozcan en profundidad  los derechos de las personas con discapacidad. “Queremos que Gualeguaychú participe -dijo- que aproveche esta posibilidad de poder escuchar y estar con las personas que vendrán a ofrecer los talleres, porque la idea es hacer un ida y vuelta”.    Para esto, señaló que en el caso  que el factor económico resulte un obstáculo, la organización ha decidido atender y solucionar este tipo de cuestiones como para que el encuentro pueda ser aprovechado al máximo. “El viernes estará Carlos Skliar, un referente internacional en la educación inclusiva.

Lo que tiene para decir es fundamental para todos y de manera especial para los docentes, que tendrán herramientas para trabajar en el aula con la inclusión de personas con discapacidad”.  “Nos interesa que la gente de Gualeguaychú pueda participar, por eso planteamos un encuentro y lo hacemos aquí. Después tendremos un panel de referentes de ASDRA, en el que daremos un panorama de cómo estamos en los países participantes de este encuentro, porque si bien los avances que tenemos son profundos y exitosos, nos queda un camino por delante en la escolaridad común  y las prestaciones sociales, por ejemplo.

Por eso los padres deben empoderarse de la información para pedir lo que le corresponde porque así está legislado. En definitiva, tendrá un contenido acorde a lo que los papás viven y pidieron que trabajáramos”, sintetizó.   Cronograma El viernes 12 será el acto inaugural a las 14 con la presencia de autoridades, dirigentes de las Asociaciones organizadoras participantes, representantes de Fundación Incluir, ASDRA, Asociación Down del Paraguay, Asociación Down del Uruguay.

Enseguida tendrá lugar la conferencia magistral “La educación con la familia” del Dr. Carlos Skliar. Luego se hará el Taller de padres y familiares: “Organizados por los derechos de nuestros hijos en vistas a su inclusión social plena” y cerrando la jornada, la mesa redonda “Nosotros nos pronunciamos” a cargo de los jóvenes Lucía Recchia, Melina Quereilhac, Eugenia Martín, entre otros.

El sábado 13 el Dr. Diego Agüero expondrá sobre la Convención Internacional por los Derechos de las Personas con Discapacidad y pasado el almuerzo, tendrán lugar varios talleres temáticos simultáneos, finalizando con el momento previsto para las conclusiones y el cierre que estará a cargo de los presidentes de ASDRA y Fundación Incluir, donde se dará lectura al Documento “Declaración de Gualeguaychú”.

Los interesados pueden inscribirse a través de la web www.asdra.org.ar o consultar por mail a encuentrodefamilias@asdra.org.ar o fundacionincluir@yahoo.com.ar, y a los teléfonos 011- 4777-3333 ASDRA o 03446- 429485/ 499866 o 03446 572354/542631.

Fuente de la noticia: http://www.diarioelargentino.com.ar/noticias/175561/Gualeguaych%C3%BA-se-prepara-para-el-Encuentro-Internacional-de-Familias-de-Personas-con-S%C3%ADndrome-de-Do

Fuente de la imagen:

http://www.diarioelargentino.com.ar/img/noticias/501%20Encuentro%20Internacional%20de%20Familias%20de%20Personas%20con%20Síndrome%20de%20Down.jpg

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Escola Joaquim Ruyra: “Todos participan en la construcción de la escuela”

26 de abril de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com

Escola Joaquim Ruyra

Los buenos resultados de su escuela en las recientes pruebas estandarizadas han causado gran revuelo. ¿A qué atribuyen este éxito?
R: A muchos factores. Tiene mucho que ver con la forma en que organizamos los recursos, tanto humanos como sociales, desde la comunidad. Así, la implementación de algunas actuaciones de éxito, como las comisiones mixtas con las familias (donde el profesorado discute con los padres para establecer los objetivos y la forma de conseguirlos), las tertulias literarias, la formación de familiares, las horas de biblioteca tutorizada…

¿Qué son las actuaciones de éxito?
M: Son los grupos interactivos, las tertulias literarias, la formación de familiares… Se les llama así porque están constatadas por estudios internacionales de universidades. Aquí en España destaca la UB y, a nivel internacional, Cambridge también realiza muchos estudios.

¿En qué consiste un grupo interactivo?
M: Es una forma de trabajo que se aplica en todos los ciclos de la escuela (desde los 3 hasta los 12 años) con, obviamente, diferencias por edades. En una clase de dos horas, dividimos a los alumnos en cuatro grupos. Paralelamente, se determinan cuatro actividades distintas, sobre la misma materia, que se deben realizar en veinte minutos. Así, disponemos de un cronómetro que, cada veinte minutos, marca el final de una actividad y el comienzo de la siguiente. Por tanto, cada alumno pasa por todas las actividades distintas. Un estudio nos demuestra que el tiempo máximo que puede trabajar a máxima intensidad un alumno es de veinte minutos, así que conseguimos aprovechar cada minuto de la clase.
R: Se les llama interactivos porque implican que cuando un alumno no entiende un concepto, otro componente del grupo que sí lo ha asumido deberá explicárselo para completar la actividad. En este diálogo es donde se encuentra el mayor aprendizaje.

Han conseguido establecer fuertes relaciones de confianza con las familias de los estudiantes, ¿cómo lo han hecho? 
R: Haciendo trabajo de calle. Cada mañana estamos en las puertas del colegio para recibir a los alumnos y relacionarnos con los padres.
M: Y, sobre todo, mediante el diálogo. Por ejemplo, no hay unas horas de despacho determinadas, sino que el horario está montado de forma que siempre haya alguien para recibir a las familias.

Se puede vincular esta relación con las familias con el concepto de Comunidad de Aprendizaje. ¿Qué implicaciones tiene que la escuela Joaquim Ruyra sea una Comunidad de Aprendizaje?
R: Cuando emprendimos este proyecto, lo representamos con un “barco de los sueños”. En él, cada componente de la comunidad, ya fueran alumnos, familias o docentes, plasmaba sus deseos respecto al proyecto. Todo el mundo participa en la construcción de la escuela, ya sea mediante charlas o mediante pequeños gestos como el voluntariado en las aulas.

Y respecto a la evaluación de los alumnos, ¿de qué forma se hace el seguimiento?
M: Supervisamos estas actuaciones de éxito a lo largo de todos los ciclos de la escuela.
R: Nosotros entendemos que la evaluación no se puede hacer solo al final, sino que se debe hacer a lo largo del proceso. De esta forma, tenemos la capacidad de modificar el proceso para encarar las actuaciones de éxito hacia los objetivos.

Entonces, ¿se hacen exámenes?
R: Por supuesto, en la escuela se debe enseñar a los alumnos a defenderse frente a lo que se encontrarán en el futuro, y en estudios superiores deberán hacer exámenes. Aun así, las pruebas que hacemos son muy competenciales, es decir, no fomentamos las actividades meramente memorísticas, sino que potenciamos el razonamiento. Los alumnos se encuentran con actividades que les plantean problemáticas relacionadas con el contenido de la asignatura, en las que deben aplicar el sentido crítico, razonar, explicar el porqué, dar su opinión y analizar.

¿De qué forma se tratan las necesidades especiales de los alumnos?
M: Antes de empezar el curso, en verano, se dedican muchas horas a organizar el horario. Intentamos que en todo momento haya dos profesores por clase y que ningún alumno salga del aula. Por lo tanto, ningún niño va a las aulas de acogida o a educación especial.

El modelo que ofrece la escuela, basado en el trabajo con grupos interactivos, en la Comunidad de Aprendizaje y en el seguimiento paulatino de los alumnos, ¿es el futuro de la educación?
R: Partimos de la base que cada escuela tiene una realidad distinta y que las herramientas se deben adaptar a este contexto. Dicho esto, somos conscientes de que nuestro modelo funciona, ya que está probado por estudios científicos. Aun así, hay muchas formas de innovación en el aula que son eficaces, no solo la nuestra.
M: Hay que tener en cuenta que el equipo docente debe estar dispuesto a hacer este cambio, y en ocasiones no se da el caso.

¿El equipo del Joaquim Ruyra siempre estuvo dispuesto a encarar este cambio?
R: Es que tiene que ser así, si no es imposible. Es más, toda la comunidad educativa debe estar dispuesta a implantar la novedad. El cambio vino a partir del año 2000, cuando la población inmigrada empezó a llegar al contexto de la escuela y los alumnos extranjeros aumentaron mucho. En apenas 15 años, hemos pasado de tener un 20% de población de origen extranjero a un 92%. En ese momento, podríamos haber seguido igual y quejarnos de la situación, pero decidimos aprovechar la diversidad y hacerlo un hecho diferencial.

Por un lado usan libros de texto de Vicens Vives y por el otro tienen iniciativas como una revista electrónica. ¿Cómo se conjuga el uso de los libros de texto y la tecnología?
M: Le damos mucha importancia a la tecnología, pero como un recurso más.
R: Con la planificación del curso y los objetivos delante, decidimos qué materiales necesitaremos para llevarlo a cabo. En algunos momentos me irá bien el libro, en otros la tablet y en otros un material propio.
M: Y nos diferenciamos de otras escuelas porque no disponemos de una hora de aula informática. Tenemos aula de informática, pero se usa cuando se necesita, no cuando lo pone en el horario.

Parece que es incompatible que la diversidad y el éxito académico coexistan en las escuelas. ¿Son un ejemplo de que es posible ser una escuela diversa y con buenos resultados?
R: Totalmente, me voy a mojar (ríe). Lamentablemente, en las escuelas se diseñan las actividades de acuerdo con las limitaciones de los niños.
M: Entonces se acaban haciendo actividades que se ajusten a estos límites, no se va más allá. Es desmotivador e injusto con el niño.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/escola-joaquim-ruyra-todos-participan-la-construccion-la-escuela/

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Entrevista: “Aprender a ser, aprender a vivir juntos, aprender a conocer y aprender a hacer son los cuatro grandes objetivos de la educación”

Entrevista a: Rafael Díaz-Salazar

Por: Salvador López Arnal

Nuestro entrevistado es profesor de Sociología y Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense. Realizó con Francisco Fernández Buey su tesis doctoral sobre Antonio Gramsci. Ha publicado libros sobre la persistencia de la clase obrera, los trabajadores precarios, el pensamiento político de Gramsci, la izquierda y el cristianismo, los movimientos sociales altermundistas, la laicidad, las desigualdades internacionales. En los últimos años está investigando sobre ciudadanía democrática y educación.

Salvador López Arnal: Mi felicitación más sincera por tu nuevo libro Educación y cambio ecosocial. Está lleno de sugerencias, excelentes argumentaciones y sentimientos admirables. ¿Qué está para ti la educación?

Rafael Díaz-Salazar: La enseñanza y el autoaprendizaje de una vida con sentido, lo que requiere una formación de todas las dimensiones de la personalidad: mente, sentimientos, deseos, comportamientos. La educación socrática que propugno ha de llevar al descubrimiento de nuestra identidad personal y de nuestra misión social en el mundo. Aprender a ser, aprender a vivir juntos, aprender a conocer y aprender a hacer son los cuatro grandes objetivos de la educación.  

SLA: ¿No te gusta el término enseñanza? ¿Por qué hablas de transformar los centros de enseñanza en centros de educación?

RDS: Me opongo a la reducción de la educación a instrucción escolar sobre unos contenidos distribuidos en asignaturas. Educar es mucho más que enseñar Matemáticas, Historia, Lengua etc. No basta con innovar la didáctica, pues lo fundamental es cambiar los contenidos curriculares y relacionarlos con el desarrollo psicológico y con los problemas sociales. La denominada ‘excelencia educativa’ puede estar al servicio de la reproducción de la sociedad capitalista o de la transformación ecosocial.

Hoy existen tres tipos de centros escolares en las escuelas públicas, concertadas y privadas: neoliberales, humanistas liberales y ecosociales. Defiendo una transición a un modelo de centros escolares en los que la ecología crítica configure toda la acción educativa.  

SLA: Cuando hablas de renovación educativa, ¿no exiges demasiado al profesorado? ¿Cómo pueden realizar tareas complementarias con la cantidad de trabajo que ya tienen asignado?

RDS: Estoy en contra de delegar en el profesorado toda la acción educativa que requiere múltiples actores. Ahora bien, esta profesión requiere un alto compromiso moral y social y una vocación especial. Hay dos formas de planteársela: como trabajador de la enseñanza que cumple con el desarrollo del currículo asignado o como educador que conoce los problemas sociales y es activista en los movimientos sociales. La creación de una ciudadanía ecosocial depende en gran medida del tipo de profesorado que tengamos. Las escuelas están hoy organizadas para impedir que las profesoras y profesores puedan ser creativos y críticos, pero los cambios en las instituciones siempre se hacen a contracorriente. En España existe un profesorado alternativo. Recomiendo el blog Escuelas en Red y la lectura de Cuadernos de Pedagogía para conocer sus prácticas y contagiarse con ellas.  

SLA: ¿Por qué crees que es tan importante la familia en la formación de la concepción del mundo de nuestros jóvenes?

RDS: Lo dicen los propios jóvenes en las encuestas. La familia es el principal actor en la socialización de las personas. La mayoría de ellas subcontratan su responsabilidad educativa en los centros escolares y en las actividades extraescolares. Así no hay forma de educar. Uno de los objetivos de mi libro es ayudar a las familias a elaborar un proyecto educativo y estimular la alianza cooperativa con las escuelas y con algo que para mí es muy importante: la incorporación a movimientos educativos infantiles y juveniles.  

SLA: ¿Qué autores en el ámbito de la pedagogía son tus principales referentes?

RDS: Paulo Freire, Lorenzo Milani y Célestin Freinet. Para este libro ha sido Jorge Riechmann el autor en quien más me he inspirado. He intentado incorporar a la educación su pensamiento ético y ecológico.  

SLA: Cuando propugnas un cambio ecosocial, ¿de qué tipo de cambio estás hablando?

RDS: De la superación del modo de producción capitalista que se sustenta en la explotación de la naturaleza, la opresión laboral y el consumismo. Tenemos que transitar a una economía de los bienes comunes y a una regulación ecológica de todas las actividades humanas.

SLA: ¿La educación es condición necesaria para el cambio ecosocial?

RDS: La educación es la actividad que puede hacer posible la creación de una ciudadanía ecologista. Ella tiene que ayudar a abrir los ojos para conocer la destrucción medioambiental y la explotación laboral que hacen posible el modo de vida de amplios sectores de la población de los países del Norte. Por eso es tan urgente la construcción de un currículo escolar todo él imbuido de ecología. También ha de socializar en una cultura de la autocontención, de la frugalidad, de los cuidados. No podemos aspirar a una sociedad verde sin formar personas que practiquen cotidianamente virtudes ecológicas.  

SLA: El subtítulo tampoco tiene desperdicio: “Del yo interior al activismo ciudadano”. Entiendo lo de activismo ciudadano pero no tengo tan claro lo del yo interior. ¿A qué te estás refiriendo?.

RDS: La prioridad en educación es ayudar a la autoconstrucción de la personalidad que tiene múltiples dimensiones. Una de ellas es el mundo de la interioridad que desgraciadamente es poco transitado y en muchas ocasiones es un erial porque nunca se cultiva. El viaje al centro de la tierra personal, retomando el título de la obra de Julio Verne, es fundamental para la formación de personas con buenos fundamentos y con capacidad de desarrollar una vida intensa y creativa. También para prevenir muchos riesgos y desorientaciones que impiden crecer en humanidad. En el fondo de la violencia y de las dificultades para la convivencia en los centros escolares está el inmenso déficit de educación del yo interior.

Considero que este yo está constituido por ocho dimensiones: el conocimiento de sí, la búsqueda del sentido de la vida, la constitución de una moral personal basada en la práctica de virtudes, el amor a la belleza y al arte, la capacidad de contemplar, la meditación laica, la exploración de la experiencia religiosa y el descubrimiento del vínculo personal con el sufrimiento social.

La autoconstrucción del yo interior requiere el aprendizaje del conocimiento psicológico personal, la educación de las emociones y los sentimientos, la instauración de programas de filosofía para niños (3-18), la formación de la conciencia moral, el refuerzo de la educación artística, ejercicios de meditación, silencio y concentración, la educación de la conciencia ecosocial y política a través de la iniciación al activismo desde la infancia.

Este programa educativo es imprescindible para llegar a ser humanos. Requiere cambios sustanciales en las escuelas y en las familias y, especialmente, la extensión de movimientos educativos infantiles y juveniles. Afirmar que lo que planteo es utópico o quimérico es aceptar de antemano que es inevitable la reproducción del tipo de persona que está causando la crisis ecológica y social que atravesamos.  

SLA: ¿Planteas algo así como un viaje del Yo al Nosotros, como diría un antiguo profesor mío, Ramón Valls?

RDS: Propugno un vínculo entre el yo interior y el yo político. Esto es lo que permite tener una vida equilibrada y un activismo enraizado en algo mucho más potente que una ideología. Tenemos que ayudar mediante la educación a que el dolor del mundo y de la naturaleza devastada penetre en la interioridad de los seres humanos, en ese ámbito profundo de las emociones, de los sentimientos, de los deseos, de las pasiones, de los objetivos vitales. Y, además, hemos de aspirar a que el activismo contra el sufrimiento social esté enraizado en un proyecto personal de felicidad.

Sé que en el contexto español lo que te voy a decir suena fatal. Me da lo mismo y en el libro creo que lo fundamento bien acudiendo a personalidades revolucionarias. La mejor forma de actuar contra la indiferencia ante el sufrimiento social y la catástrofe ecológica es la educación del amor social y político. Esta indiferencia y la pérdida de sensibilidad ante el dolor social y ecológico constituyen el cemento del consenso pasivo que hace posible la reproducción del desorden existente.

Para esta acción hay que acudir a las sabidurías y enraizar la educación en ellas. ¡Demasiado para la modernidad líquida en la que nos encontramos!. Pero, amigo, nuestro dilema es contribuir a la transición a otra civilización o volvernos ciegos y cínicos. Abrirnos a las sabidurías ecológicas presentes en tradiciones, culturas morales, religiones y filosofías es un requisito para hacer viable una educación al servicio del cambio ecosocial.

Los neoliberales llevan décadas disputando la hegemonía en la educación y, por ahora, han ganado la batalla por la falta de ambición y de orientación de los que nos oponemos a ellos. Lo repito de nuevo: identificar renovación educativa con innovación didáctica es una gran trampa. Claro que tenemos que innovar radicalmente las formas de enseñar y de aprender, pero lo decisivo se juega en otro campo: qué se enseña, qué se aprende, para qué y al servicio de quiénes.

Considero que la iniciación al activismo ecosocial es un objetivo educativo imprescindible. Este activismo se aprende mediante prácticas ecosociales que se pueden realizar desde la infancia en los centros escolares, en las familias, en los pueblos y ciudades. Se empieza, por ejemplo, con prácticas ecológicas muy concretas que los niños y niñas pueden realizar y que sirven para implicar a las escuelas y a las familias en esa dinámica.

SLA: Las TIC, ¿no quedan un poco orilladas en tus propuestas? Nos gusten o no están aquí y han venido para quedarse.

RDS: Ya hay bastantes personas que afirman que el cambio educativo consiste en aumentar las competencias tecnológicas. Prefiero destacar las dimensiones negativas que tienen sin olvidar sus contribuciones. También alerto de un culto inconsciente a la tecnología y a la ciencia, como si estas fueran neutrales y todas sus contribuciones constituyeran avances para todos los seres humanos. Nuestras TIC se basan en la explotación de recursos naturales que está destruyendo África central y la nueva revolución de la robótica condenará a más personas al desempleo. La investigación científica y tecnológica responde a intereses económicos, empodera a unos y empobrece a otros.

En este mundo del enjambre digital prefiero centrarme en proponer una pedagogía del silencio, de la desconexión y del rescate de las sabidurías. El uso intensivo de las TIC está creando una alienación muy fuerte. Como muestra Jon Illescas en La dictadura del videoclip, existe una industria digital para consumo juvenil que no es otra cosa que suministro de toneladas de opio capitalista. Un sector de padres y madres de mi generación luchamos contra el uso excesivo de televisión. Ahora toca la lucha contra un estilo de vida que está casi permanentemente applicado y entontecido en las redes digitales. Ante tanta obesidad audiovisual, propugno la práctica frecuente del ayuno digital.  

SLA: Se recoge la propuesta. Las cuatro citas iniciales marcan mucho el contenido de tu libro. Vamos a comentarlas. La primera es de Octavio Paz. “Toda educación entraña una imagen del mundo y reclama un programa de vida”. Una educación justa, ¿qué imagen o imágenes del mundo conlleva? ¿Qué programas de vida reclama?

RDS: Una imagen ecológica del mundo y un programa de vida basado en la triple reconciliación: la del hombre consigo mismo, con los demás y con la naturaleza. La educación tiene que ser contracultural. La competitividad para abrirse paso en la selva social y triunfar profesionalmente a toda costa está destruyendo la finalidad de la educación. Sólo si disponemos de una visión del mundo basada en esta triple reconciliación podremos rebelarnos contra lo intolerable y aprender a construirnos como seres humanos y no como actores pasivos en el neoesclavismo que se va imponiendo.

SLA. Te pregunto a continuación por la segunda.

RDS. Cuando quieras.  

Fuente: Papeles de relaciones ecosociales y cambio global nº 134, invierno de 2016.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=224299

 

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Tatoj

Por Ilka Corado

La última vez que lo vi me dijo mi Tatoj:  “Prieto, me voy a morir,” fría y directa como es natural en mí, le contesté quitada de la pena: “Tatoj, no te ahuevés, todos nos vamos a morir”.  Casi al mes de esa conversación falleció mi Tatoj, la noticia nos tomó  a distancia,  en la diáspora,  a miles de kilómetros de Guatemala,  hace apenas 5 días.

Soy la hija que desde la adolescencia menos lo abrazó y menos lo acarició, soy la hija más  herida, la única vehemente. Sin embargo de sus 4 crías soy la que más lo disfrutó y sucedió en mis primeros años de infancia; esa relación le dio raíces profundas y fuertes a mi vida.

Tenga el privilegio que a mi papá yo no necesito verlo en una fotografía, basta con verme al espejo pues físicamente soy idéntica a él.  Tengo sus gestos, la forma de sus ojos, sus labios, sus cejas, su color de piel y sus piernas rollizas. Sonrío como él.  Le heredé el amor por los deportes y las actividades al aire libre, el amor a la tierra y al monte. Y hasta me paro como él. La poesía y mi afinidad por las artes también son suyas. Tengo el privilegio de haberle heredado hasta la  locura. ¿Qué más necesito? Nada.

A mi papa le celebro la vida, pues vivió y vivió con ganas.  No me visto de negro porque no creo en esas cosas, tampoco en los rezos ni en encender cirios blancos para el descanso de su alma. Mucho menos en la culpa de llenarle la tumba de flores, ¿ya muerto para qué?, no las va a ver.  Soy de las que piensa que es en vida, lo demás es hipocresía  o culpa. Pienso también que no hay más allá, ni cielo ni infierno;  que todo está aquí en vida, que  la muerte es un sueño profundo del que no se despierta nunca, es un descanso eterno.

Dos cosas me cambiaron la vida para siempre: una fue conocer la miseria en la que nacieron y crecieron mis padres, esa crueldad de dejar el pellejo y los sueños en los campos de algodón siendo apenas niños, la otra fue conocer la tierra donde nació mi Nanoj y nací yo. Aquella pobreza que le seca el alma a cualquiera me hirió de por vida.

Enterarme que mi papá los primeros años de su vida los pasó durmiendo en las calles junto a sus hermanos, pues sus padres se habían separado y mi abuela los dejó con   mi abuelo alcohólico (poeta natural) a quien le daba la noche en las cantinas del pueblo. Un paria desgastado por el trabajo duro de jornalero, también sobreviviendo en la miseria y la exclusión,  a quien su padre no quiso reconocer pues nació fuera del matrimonio.  Y creció a distancia de sus hermanos, familia acomodada de buenos recursos  en el pueblo.

Y ahí en la calle debajo de la carreta de bueyes se quedaban a dormir sus hijos a quienes cargaba  todo el día mientras él amansaba bestias, pues ése era su trabajo aparte de cortar hojas de tabaco en las fincas.   Cuentan que mi abuelo paterno le hacía poemas a las flores, a los ríos y a los árboles, los memorizaba porque  no podía leer ni escribir.  El primer y el único poema que me sé de memoria me lo enseñó mi papá cuando yo estaba en cuarto primaria, son versos que andan en los caminos reales en su pueblo natal.

Mis abuelos eran analfabetas.  Mis tíos y mis padres que no llegaron ni a tercero primaria, pues estudiar era un lujo al que ellos no tenían acceso, empezaron a trabajar a corta edad para ayudar en la crianza de los hermanos pequeños, de la misma forma en la que nos tocó a mi hermana mayor   y a mí.

La pobreza  en la que crecimos era un lujo comparada con la miseria  y las carencias con las que crecieron mis padres y mis tíos. Mi infancia de trabajo y escasez y conocer mi raíz a través de las vidas de mis padres y  mis abuelos, desde muy corta edad me hicieron ver la vida de forma distinta: sin filtro, a quema ropa y en carne viva.  Desde ese despertar a la realidad yo me prometí regir mi vida con la dignidad de mi herencia ancestral, que todo lo que hiciera y a donde fuera sería  para honrar la infancia de mis padres, a mis abuelos y bisabuelos. También al comprender mi realidad decidí no tener hijos para que nuestra historia no se repitiera en ellos.

De los  8 años a los 23, (edad en la que emigré) tengo pocos recuerdos con  mi padre pues comenzó a trabajar de piloto de tráiler y lo  veíamos  una o dos veces al mes, que solo llegaba un día o dos a cambiar de ropa y se iba. Lo que me aferra a él, a su olor de piel, a sus abrazos es mi primera infancia. Cuando se iba lo extrañaba tanto  pues solo pasaba pegada a él,  me ponía sus zapatos y sus camisas a cuadros, eso me hacía sentirlo cerca.  Pasaron los años y   vinieron las heridas, enterarme que mi padre también era humano y hombre  y que tenía defectos, mi forma de verlo y sentirlo  cambió para siempre. Lo aprendí a querer de otra manera.

Tengo recuerdos jugando fútbol con él, haciendo barriletes juntos, yendo a cortar leña, haciendo adobe juntos, yendo al mercado La Terminal juntos. Y gracias a esa primera infancia como piña todos los días, por reverencia y agradecimiento  a mi padre, pues cuando íbamos comíamos piña  cerca de las ventas de papaya y sandía:  un ritual que  fue solo nuestro.  Por sus cejas que también heredé no me depilo las mías, verlas idénticas a las suyas alegra mi vida  y ha sido mi forma de tenerlo cerca.

Un recuerdo que mantengo intacto, fue una vez que mi Tatoj estaba sin trabajo y lo llamaron  para ir a cargar unas cajas de libros a una editorial, yo tendría como 7 añitos y lo acompañé, aquel hombre sudaba cargando y subiendo las casas al camión, cuando terminó le preguntaron si quería que le pagaran o  una caja de libros. Mi papá que hizo hasta segundo primaria y que no tenía noción de lo que eran los libros, prefirió la caja de libros, que resultó ser la colección completa de José Milla y Vidaurre. Llegamos a la casa con la caja y sin dinero, comimos tortillas con sal, pero mi padre tenía libros para sus hijas. En ese tiempo sólo éramos mi hermana mayor y yo, los cumes no habían nacido. En el instante en el que mi papá cambió el dinero por los libros a pesar de la necesidad de comida, me cambió la vida, me la estaba marcando para siempre, no lo supo él ni yo en ese momento, lo entendí con los años. ¿Qué más necesita una hija de un padre? Nada, más nada.

A mis padres nunca los he podido ver como lo que son, los veo como hermanos, ni siquiera hermanos mayores, pues como resistencia a la vida decidieron mantener la edad mental de la adolescencia  y es algo que comprendo muy bien y que no les cuestiono porque cada quién se enfrenta a la vida como puede. De dicha lograron criarse ellos y criarnos nosotros, desde temprana edad nos tiraron a la vida, como quien lanza una piedra al vacío de un acantilado; suficiente muestra de amor, pues con eso nos dieron la libertad de decisión y acción y la fuerza inquebrantable de los parias.

Los recuerdos más íntimos que tengo con mi padre  me los llevo conmigo hasta la tumba. Son suyos y míos.

Mi  Tatoj ya está descansando, vivió su vida como pudo y como quiso dentro de sus carencias emocionales y económicas, de la misma forma en la que yo estoy tratando de vivir la mía. Raíz profunda de mi vida, me deja la honradez y la dignidad de levantar la cara, de no ahuevármele a la adversidad y ponerle el pecho a los pijazos que sean. Agradezco la noción de familia con la que nos criaron y la inestabilidad emocional y económica que al final nos ha dado la fortaleza para enfrentar lo que hay afuera, eso ninguna universidad lo da, eso se trae como herencia ancestral.

A mi Tatoj lo honro con mi vida, con  mi actuar de todos los días, no hay más, es eso o nada.  Tengo el orgullo de ser hija de dos  parias, campesinos, jornaleros que retaron  a la adversidad formando una familia, (desquebrajada y despeltrada) con la que llenaron de esperanza la desventura de la miseria.

A la salú de mi Tatoj, que allá donde esté, ¡por seguro que anda encaramado en su caballo de patas blancas! Cualquier día lo alcanzo.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/02/21/tatoj/

Ilka Oliva Corado. 

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Hijos de la deportación: cuando un niño estadounidense tiene que adaptarse a un país que no conoce porque expulsaron a sus padres

Por: UNIVISIÓN

Escuelas del norte de México llevan años acogiendo a hijos de deportados que se ven forzados a mudarse con sus padres. Son estudiantes estadounidenses, no acostumbrados a estudiar en español, que de pronto deben integrarse en un entorno muy hostil para ellos.

Para llegar a su nueva escuela en México, Alex Luna atraviesa un cerro pelón y baja una calle polvorienta en la que ensucia sus zapatos de charol. Caminar desde su casa uniformado con una camisa abotonada hasta el cuello, suéter de lana y una mochila a cuestas lo hace llegar malhumorado.

Desde que inició el ciclo escolar asiste a una primaria ubicada en la colonia Mariano Matamoros, en la ciudad de Tijuana, fronteriza con California. Esta colonia pobre y apartada es uno de los lugares más peligrosos del país. Asesinatos, balaceras y secuestros han forjado la reputación del barrio. Por eso, este niño bajito y corpulento de 12 años camina cauteloso todos los días, con su madre al costado, para evitar ser asaltados.

Hasta hace unos días, Alex Luna asisitía a una escuela en Estados Unidos, país en el que nació y al que emigraron sus padres, originarios del estado mexicano de Guerrero, hace más de dos décadas. Todos los días sus padres lo llevaban en carro hasta la puerta de su escuela, Rose Elementary School localizada en San Diego, California, la segunda ciudad más segura de la nación, de acuerdo con el FBI.

Pero en el verano de 2016, sus padres fueron deportados y él tuvo que mudarse forzosamente México. Entonces, la retórica antiinmigrante y la promesa de endurecer las políticas migratorias de la administración de Donald Trump inyectó miedo a su familia y decidieron que cruzar de vuelta a Estados Unidos ya no era una opción.

Ahora, el niño anhela quedarse en casa y no estudiar en su nueva escuela llamada ‘Cesar Rolón’. Siente miedo cuando recuerda que cualquier ruido podría ser la detonación de una pistola o el impacto de una bala.

Para Alex Luna el proceso de adaptación a una escuela de México ha sido...
Para Alex Luna el proceso de adaptación a una escuela de México ha sido difícil. Aprender el idioma es la principal barrera, pero también debe adaptase al sistema educativo mexicano. Luis Alonso Pérez / Getty Images

Alrededor de medio millón de niños nacidos en Estados Unidos enfrentan está misma situación, según reveló el Seminario Migración Internacional Escuela y Familia de la Universidad Tecnológica de Monterrey. Y las autoridades educativas mexicanas creen que esta cifra incrementará durante el primer año de Trump en la Casa Blanca: se espera la llegada a México de más niños como Alex, estadounidenses con padres indocumentados.

Nuevo país

En noviembre de 2014, el expresidente Barack Obama anunció una acción ejecutiva que ampararía de la deportación a unos cinco millones de inmigrantes indocumentados. La medida, entre otras cosas, protegería a padres de ciudadanos y de residentes legales permanentes que llevaran al menos 5 años en EEUU. Con la medida, Obama ponía fin a seis años de promesas incumplidas en materia de inmigración y millones de personas festejaban a lo largo y ancho del país. Sin embargo, solo tres meses después y, antes de que entrara en vigor, un juez federal suspendió las medida que exoneraba a los padres indocumentados de ser deportados.

Poco después, Araceli Guerrero, la madre de Alex Luna, fue deportada. En aquel momento, la precampaña de Donald Trump se encontraba en su punto más álgido: prometía que de ganar la Presidencia: deportaría a millones de indocumentados. “No era como cuando cruzamos la primera vez, ahora era muy complicado regresar”, explica.

Hasta el año pasado, Alex se quedaba en San Diego, California, para continuar sus estudios en Rose Elementary School. Vivía con una tía lejana y los fines de semana su madre se trasladaba hasta la garita internacional para recoger al niño. “Pero no podíamos seguir así. Con mucho dolor decidimos que Alex debía venir a vivir a México y entrar a una escuela para que comenzará aceptar que ahora su vida estaba en otro país”, afirma.

 La madre mexicana víctima de las prioridades migratorias de Trump/Univision
Tras la deportación, el único lugar donde la familia se podía permitir vivir era Mariano Matamoros, un barrio violento de la periferia de Tijuana. Y Alex Luna ingresó al sexto grado de una pequeña escuela con 20 salones, una cancha austera al centro y un par de tableros de básquetbol. Allí no se sirven desayunos como en su antigua escuela y solo hay un pequeño cuarto con una docena de computadoras, una para cada dos alumnos.

El colegio se ubica a los pies de un cerro y un terreno abandonado, cubierto por hierva y basura, al que los niños se escabullen para jugar a falta de áreas verdes y espacios deportivos.

Y Alex no fue el único que llegó. En el estado fronterizo de Baja California, en 2016 llegaron 53,499 alumnos en el nivel básico preescolar, primaria y secundaria, originarios de Estados Unidos, de acuerdo con cifras del Programa Binacional de Educación Migrante del Sistema Educativo Estatal. Tijuana es la ciudad con mayor número de estudiantes extranjeros de ese estado: más de 31,000.

“La deportación de sus padres es una de las causas principales de arribo de los estudiantes que forman parte de una familia en los que uno o más miembros fueron deportados y tienen que emigrar por reunificación familiar», explica Yara Amparo López, coordinadora del programa que busca mejorar las condiciones de los estudiantes extranjeros en México.

La vida para Alex, explica, es muy diferente en México: antes sólo hablaba inglés e ir a la escuela ha sido una experiencia traumática porque hay palabras en español que no entiende y otras que no puede escribir. Cuando la maestra deja tarea en casa, no puede hacerla porque ni siquiera entiende lo que escribió.

“El efecto de la migración es igual que como cuando te rompes un hueso. Te rompes el hueso y la herida ahí siempre va a quedar. El hueso va a soldar pero cuando hace frío te va a doler”, lamenta la profesora. A Alex le duele tanto que cuando recuerda su escuela Rose Elementary, el sabor de una hamburguesa o el camino rodeado de pasto, amenaza con regresar solo a Estados Unidos. Después se le pasa.

El desafío

Los jueves a las 11 de la mañana, un grupo de 12 niños se reúne en la oficinas regionales del Programa Binacional de Educación Migrante, en la frontera de Tijuana. Durante dos horas, los maestros intentan facilitar la transición de los estadounidenses recién llegados. Desde el fondo de un aula, Araceli Guerrero ve con tristeza a su hijo.

Los estudiantes nacidos en Estados Unidos requieren de un proceso especi...
Los estudiantes nacidos en Estados Unidos requieren de un proceso especial de adaptación y aculturación. Según expertos, el sistema educativo mexicano no está preparado para lograr este proceso. Luis Alonso Pérez / Getty Images

Los niños reunidos hablan entre ellos con risas largas y expresiones divertidas en inglés, mientras las maestras tratan de introducirlos en la historia de México y explicarles que en su nuevo país se utiliza una moneda llamada peso. Hoy los estadounidenses deben componer una canción y escribir las primeras dos estrofas que describan lo que están viviendo.

Cuando yo salí de Texas no pensé que había subidas/Extraño a mis perros que teníamos en mi otra casa/También quisiera estar con mis primos y con mi familia. Esta canción fue escrita por Sherlyn, una niña de 10 años y piel color cobre. Llegó con sus padres deportados este año escolar y cuando le pidieron que respondiera con un emoticón cómo se siente en su salón de clases en México, dibujó un círculo con los ojos bien abiertos y la boca temblorosa “asustada” y escribió en ingles: «because i didnt know anybody or that much spanish» (“porque no conocía a nadie ni sabía mucho español).

A pesar de los esfuerzos, que incluyen la implementación de talleres para docentes este año, para Víctor Zúñiga, investigador del Instituto Tecnológico de Monterrey, las políticas en materia de educación binacional del gobierno de Peña Nieto son “lamentables”. En ese sentido, apunta que se recortaron programas para capacitar a profesores que guiaban a los alumnos en su proceso de transición de lectura y escritura, pero sobre todo que dominaban el idioma inglés.

“Cuando un profesor es monolingüe le es muy difícil entender la transición. Si los niños llegan a escuelas que no los integran, la tendencia es a la deserción escolar. Los niños no abandonan las escuelas, son las escuelas las que abandonan a los niños”, explica.

Miedo a Trump

La llegada al poder de Donald Trump y su promesa de deportar a millones de indocumentados hace temer a las autoridades mexicanas que los niños en esa situación serán muchos más en los próximos años. El miedo a una afluencia masiva de estudiantes estadounideneses se evidenció la primera semana de febrero, cuando el presidente, Enrique Peña Nieto, envió al Congreso una iniciativa para la revalidación de estudios de estudiantes deportados de EEUU o ciudadanos cuyos padres hubieran sido retornados a México.

Alrededor de medio millón de alumnos extranjeros estudian en escuelas de...
Alrededor de medio millón de alumnos extranjeros estudian en escuelas de nivel básico en México. Luis Alonso Pérez

Emiliano González Blanco, director general de Incorporación y Revalidación de la Secretaria de Educación Pública, declaró ante medios de comunicación que se preparaban para recibir a unos 100,000 estudiantes que pudieran regresar.

Eunice Vargas, investigadora en políticas binacionales del Colegio de la Frontera Norte, dice que, de concretarse los planes de deportación masiva del nuevo presidente de EEUU, incrementaría drásticamente la demanda en el sistema educativo mexicano.

“Si estamos esperando un aumento del 100% en las deportaciones, entonces podríamos esperar un aumento del 50% de esos niños migrantes”, sostiene.

Es jueves otra vez y una madre deportada de Los Ángeles, California, acompaña a sus cuatro hijos nacidos en EEUU al taller organizado por el Programa Binacional de Educación Migrante.

Mira a sus hijos y frunciendo el ceño y con voz áspera sentencia: “Si Donald Trump nos echa, por qué afecta a nuestros hijos, sus ciudadanos estadounidenses. Entonces debería pasar un camioncito todos los días por nuevos hijos, recogerlos en la garita y cruzarlos a Estados Unidos a la escuela. No se dan cuenta que el castigo no es para nosotros es para ellos”, lamenta.

Fuente: http://www.univision.com/noticias/amexica/hijos-de-la-deportacion-cuando-un-nino-estadounidense-tiene-que-adaptarse-a-un-pais-que-no-conoce-porque-expulsaron-a-sus-padres

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