Lobos: Concurridas jornadas de debate de ideas para transformar el mundo
Los días 27, 28, 29 y 30 de enero se realizó el ciclo de charlas en la quinta de verano que pusieron en pie jóvenes, mujeres y trabajadores de la zona.
Arrancaba el lunes con un día de calor, luego de mates y de algunos chapuzones en la pileta, mujeres de todas las edades y también varones, se encontraban en la primera charla de “Feminismo y Marxismo” en la localidad de Lobos.
Mientras los más chicos se entretenían con juegos, Silvina Pantanali, militante de Pan y Rosas y del PTS-FIT, docente universitaria y trabajadora de la Secretaría de Niñez y Adolescencia bonaerense, comenzaba un recorrido histórico sobre la opresión de las mujeres, sus orígenes, sus luchas y la relación con las formas de explotación.
¿Siempre fuimos oprimidas las mujeres? Si no fue siempre así, ¿quién se beneficia de esa opresión? Estas y otras preguntas fueron atravesando el debate, entrelazado con las opiniones de las presentes, quienes sienten cotidianamente las formas concretas de esa opresión y explotación en nuestras vidas. Hacia el final, la charla se centró en cómo hacer frente a las diversas formas de violencia y cómo luchar para conquistar todos nuestros derechos. La experiencia de años de lucha del movimiento de mujeres y de la clase trabajadora tiene mucho para enseñarnos al respecto.
El martes una brisa suave se sentía por la tarde cuando comenzó la segunda charla propuesta alrededor del clásico folleto de Lenin, «El estado y la revolución». Sin embargo, “Catoto” Penuto, militante del PTS y delegado de la junta interna de ATE, de entrada aclaró que no era de lo único que iba a hablar. Rescatar al reconocido revolucionario en la actualidad tiene varios sentidos que el orador puso sobre la mesa como invitación al debate y a pensar colectivamente.
En un mundo en “revuelta”, con levantamientos masivos en Latinoamérica con el ejemplo chileno como el más destacado, también en Medio Oriente y hoy principalmente en Francia con la huelga ferroviaria, aparece nuevamente la imperiosa necesidad de la teoría revolucionaria para que exista un movimiento revolucionario. Es decir, poner nuevamente en agenda la perspectiva de una revolución victoriosa de la clase trabajadora y los sectores populares y en la práctica, responder a una estrategia que se proponga dicha victoria.
En la Argentina atada al FMI por una deuda odiosa e impagable, para que no ganen los acreedores sino las y los trabajadores y sectores populares, desde la izquierda tenemos la tarea de fortalecer la conciencia internacionalista y de clase.
Con un día nublado y algunos chubascos, el miércoles estuvo ideal para ver «La Internacional del Fin de mundo», el documental realizado por Violeta Bruck y Javier Gabino que relata la influencia de la Revolución Rusa a comienzos del siglo XIX en el movimiento obrero argentino.
De la mano de cuatro personalidades inefables: Pedro Milesi, Mateo Fossa, Mika Etchebehere y Liborio Justo, se va desplegando la fisonomía de esa clase trabajadora tan diferente y a la vez tan familiar que fue parte de gestas heroicas y luchas sin cuartel por sus reivindicaciones.
Entre el asombro y las anécdotas compartidas, los presentes destacaron la importancia que tiene conocer y retomar esa tradición, apostando a la unidad de todos los sectores, y rescatar los aciertos y errores de quienes lucharon, como una inestimable guía para la acción.
El jueves fue el día más concurrido, el tema convocante es ampliamente discutido en el último tiempo y son principalmente los jóvenes quienes alertan al respecto: “No hay planeta B”. Roberto Andrés, editor de la sección de Ecología y Medioambiente de La Izquierda Diario, se presentó para hablar de la Crisis Climática y de cómo enfrentarla.
La exposición basada en datos y consensos científicos sobre la urgencia del cambio climático a nivel mundial presentó el problema, pero el debate se centró en cómo frenar la crisis, con diversos puntos de vista de parte de los participantes. La casta política viene mostrando sus límites a la hora de tomar las demandas que impulsan Greta Thunberg y millones de jóvenes en el mundo. Por un lado. existen aún quienes niega el cambio climático, por el otro están quienes prometen nuevas formas de producir amigables con el medio ambiente, pero a base de subsidios a los ricos e impuestos al pueblo trabajador.
Más allá de estos gestos, urge preguntarnos ¿puede el propio sistema capitalista, basado en el lucro privado, revertir lo que está generando en el planeta? Si los capitalistas tienen los medios pero son impotentes para llevar adelante una reconversión productiva, ¿puede la clase trabajadora tomar esta tarea en sus manos?
Fuente de la Información: http://www.laizquierdadiario.com/Concurridas-jornadas-de-debate-de-ideas-para-transformar-el-mundo