NASA Reporta récord de incendios en Venezuela debido al cambio climático

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (Nasa) detectó una cifra récord de incendios en Venezuela durante el mes de marzo, que no se veía en el país desde hace 21 años.

 

El sensor Modis (Espectrorradiómetro de imágenes de resolución moderada) del organismo estadounidense alertó sobre un número inédito incendios a principios de año en tiempos recientes, según publicó el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe) de Brasil.

 

La cantidad de siniestros entre enero y febrero de 2024 sobrepasan los 9.000, más que cualquier otro enero o febrero desde el comienzo del registro Modis a principios del siglo XXI.

 

En marzo, el sensor reportó más de 11.000 incendios, siendo superado únicamente por el mes de marzo de 2003.

 

Otro sensor, conocido como Viirs (Visible IR Imaging Radiometer Suite), que es similar pero con la capacidad de detectar incendios más pequeños y de menor temperatura, también observó un número inusualmente alto de incendios en Venezuela en este inicio de año.

 

En una imagen publicada en “X” por la Nasa el pasado 26 de marzo, se observa como el sur del Orinoco se encuentra cubierto de una enorme nube de humo proveniente de estas llamas.

 

Según explican, la temporada de incendios en el país caribeño tiene lugar durante la estación seca de Venezuela, generalmente entre diciembre a marzo.

 

El súbito aumento de 2024 se debe al clima inusualmente seco y cálido de los meses anteriores a diciembre, causado por los cambios en los patrones de circulación y lluvias asociados con el fenómeno climático El Niño.

Fuente: https://alertas24.com/nacionales/nasa-reporta-record-de-incendios-en-venezuela/

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La severa sequía que azota el este África deja al borde de la muerte a 700.000 niños

África / www.iagua.es / 24 de Mayo de 2017

La ONG cristiana de ayuda humanitaria World Vision ha alertado de la «urgente situación de necesidad» en el este de África donde, según advierten, 25 millones de personas necesitan «ayuda inmediata» y 700.000 niños están al borde de la muerte por hambre. La ONG calcula que se necesitarían 98 millones de euros para asistencia humanitaria en la zona.

«La severa sequía que azota el este de África es la causante de la falta de agua y pasto, que tiene como consecuencia una drástica disminución del ganado. La producción de leche y carne en los hogares es muy escasa y los precios de los cereales en el mercado han aumentado considerablemente. Esta reducción general al acceso a los alimentos junto con la falta de agua ha provocado un aumento de los brotes de enfermedades y de la mortalidad en toda la zona», señala la ONG.

Ante esta situación, la organización ha aumentado su ayuda en Kenia, Etiopía, Somalia y Sudán del Sur para llegar a 2,2 millones de personas con alimentos, servicios de agua potable y saneamiento y asistencia médica. También están creando espacios seguros para los niños, ayudándoles a continuar con su educación incluso en los campamentos de desplazados.

«La severa sequía que azota el este de África es la causante de la falta de agua y pasto, que tiene como consecuencia una drástica disminución del ganado»

«Los niños ya están muriendo en Sudán del Sur y Somalia y muchos están al borde de la muerte en Kenia y Etiopía. No podemos esperar más», advierte el director de Respuesta Humanitaria de World Vision en África Oriental, Christopher Hoffman. «Se necesita ya ayuda rápida para obtener alimentos y agua para poder salvar vidas y revertir esta amenaza«, ha agregado.

Uno de los médicos de World Vision cuenta la situación de Muhammad, un niño somalí de 4 años que ha sido diagnosticado de una severa desnutrición. El tratamiento para su recuperación incluye pasta de cacahuete que contiene todos los ingredientes esenciales para restablecer la salud del niño.

«Muhammad merece una vida plena, merece ir a la escuela y tener un futuro. Sin estas intervenciones sería muy difícil que los niños sobrevivieran», asegura el doctor, quien añade que «a medida que el número de pacientes aumenta, los recursos que se necesitan se tienen que estirar más».

En total, según precisa la ONG, más de 3,5 millones de niñas y niños de estos países sufren malnutrición grave, «muy por encima de las tasas globalmente aceptables» y 700.000 que sufren desnutrición aguda se encuentran al borde de la muerte.

Fuente:http://www.iagua.es/noticias/ep/17/05/23/severa-sequia-que-azota-este-africa-deja-al-borde-muerte-700000-ninos

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La educación y el cuidado de la casa común

02 de noviembre de 2016 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Ángela Escallón Emiliani

Las problemáticas ambientales del siglo XXI plantean grandes retos para que las sociedades puedan avanzar hacia imaginar alternativas al desarrollo en el que hoy estamos inmersos. Es insostenible seguir creyendo en el “mito del desarrollo”, en esa carrera por conseguir el progreso y la felicidad, a expensas de la naturaleza y, poniendo en riesgo la viabilidad de la vida en la tierra.

Estamos viviendo un momento crítico en la historia del planeta que nos compete a todos. Han existido a lo largo de la historia otros momentos atribuibles a eventos naturales (glaciaciones, meteoritos), pero la diferencia es que éste lo ha causado el ser humano en muy corto tiempo, y la solución está en nuestras manos.

Las reacciones frente al clima actual reflejan que no hemos alcanzado aún la suficiente conciencia sobre la gravedad del cambio climático. Nos quejamos y sorprendemos por el calor, por la escasez de agua y por el racionamiento de energía, como si el problema fuera causado por otros o se lo atribuimos al Fenómeno del Niño, que es pasajero. No se ha logrado dimensionar que lo que está ocurriendo con el clima es estructural y en gran medida irreversible: descongelamiento de los nevados y glaciares, pérdida a gran escala de la biodiversidad, desertificación, plagas, elevación del nivel de los océanos…

Creemos que para ello se requieren varios cambios que tenemos que promover, desde distintos ángulos y obviamente todos pasan por ser procesos educativos, veamos algunos de ellos:

  • Una educación que reivindique el valor fundamental de la vida misma y el derecho de todas las especies a existir, y que desarrolle en el ser humano las dimensiones del saber, del ser, del saber hacer y del saber estar en el mundo para transformar el modo en que hoy percibimos, pensamos, valoramos y hacemos, que está asociado con una visión de la realidad que no es la única posible.
  • El reto de construir estilos de vida que sean realmente sostenibles exige una educación que promueva la creatividad, el pensamiento crítico y transformador del entorno, que motive y genere autonomía en las personas y que permita adquirir los conocimientos, las competencias, las actitudes y los valores necesarios para desarrollar la capacidad en los individuos y colectivos de imaginar y construir sociedades justas, colaborativas y ecológicamente equilibradas.
  • Una educación más incisiva e ilustrativa. No basta con hablar del calentamiento global y sus graves consecuencias, como un fenómeno que sentimos fuera de nuestro alcance. Es crucial entender la interconexión de los fenómenos biológicos y los sociales y la interdependencia entre la especie humana con todo lo que existe en este maravilloso planeta, así como también, el lugar que ocupamos en el universo y lo efímero de nuestra existencia.

Estamos enfrentando diversas crisis en la sociedad actual, que llevan a la turbulencia que vivimos, lo que evidencia la necesidad de un cambio de paradigmas. Para entender lo que ocurre no es suficiente contar con información, es fundamental desarrollar la capacidad de análisis sistémico y la educación no está formando para abordar este desafío. Cada vez es más evidente que lo que se necesita es una educación para el cambio, para la incertidumbre, con un enfoque de aprendizajes contextualizados en las realidades que vivimos, que incluya nuevos elementos en las comprensiones de los problemas, que reoriente la dirección y cambie las reglas de juego.

Son las nuevas generaciones las que nos han mostrado cómo romper con esos imaginarios y paradigmas que nos tienen atados sin hacer nada. Así como las llamadas generaciones X y Y trajeron grandes cambios en la sociedad, hoy estamos ante una generación que está rompiendo todos los esquemas. Estos niños y jóvenes nos dan ejemplo de cómo asumir desde ya la responsabilidad del mundo que dejamos, con verdaderos compromisos y tomando acciones reales que generen cambios. La nueva generación ya está creciendo con ese chip en su formación, su crecimiento junto al mundo digital, y la inmediatez de este, ha hecho que sean personas que no pueden esperar a que otros tomen decisiones y realicen acciones por ellos.

Casos como el movimiento “Generation Zero” de Nueva Zelanda, que fue fundado con el objetivo principal de proporcionar soluciones para para reducir la contaminación de carbono a través del transporte inteligente, ciudades habitables y la independencia de los combustibles fósiles; o el movimiento “Truth” de Estados Unidos, que busca consolidar la primera generación que decide no fumar por su salud y por la protección del medio ambiente; son muestra de que es hora de acabar con el imaginario que teníamos anteriormente, donde creíamos que la crisis ambiental era un tema que sólo les concernía a activistas o hippies.

Desde los líderes espirituales hasta los políticos, desde los jóvenes hasta los parlamentarios, desde los niños hasta los padres, no sólo tenemos que tener consciencia de las problemáticas, debemos tomar acciones que empiecen a generar verdaderos cambios. Hoy más que nunca se necesita un ser humano consciente de sus responsabilidades individuales y como colectivo, que se reconozca como agente del cambio y que entienda que las decisiones que toma día a día, relacionadas con su estilo de vida, son determinantes para profundizar estas crisis o para aportar a su solución.

La educación, como la serpiente, debe soltar su vieja piel y transformarse para responder adecuadamente a estos desafíos. Tiene el gran reto de abrir nuevos caminos para que el homo sapiens repiense su ser y estar en el mundo.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/angela-escallon-la-educacion-y-el-cuidado-de-la-casa-comun/

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