Argentina/ 13 de Junio de 2016/Los Andes
l 29 de mayo, Los Andes publicó una nota sobre el financiamiento de la investigación científica en el país, a partir de la polémica desatada por el programa de Adrián Paenza, que denunciaba que los subsidios a la investigación habían perdido 40% de su valor, producto del aumento de los costos y esto perjudicaba seriamente su ejecución.
La nota comienza informando de manera limitada las formas de financiamiento de la ciencia en el país y los retrasos en los pagos de los subsidios aprobados en 2015, así como las dificultades que generan los aumentos de los costos que implican una pérdida de un 40% en el poder adquisitivo de lo presupuestado antes del veloz aumento de la inflación en los últimos meses.
En lugar de continuar la información pertinente y la discusión de fondo, la nota pasa a mencionar que “muy distinto es el panorama que se plantea desde la UNCuyo, donde funciona la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado. En la convocatoria 2013/2015 se aprobaron 625 proyectos y el año pasado invirtieron casi $4.600.000. Para la próxima convocatoria prevén la presentación de 650 proyectos con un presupuesto de casi el doble”.
Con esto parece contrarrestar el panorama negativo antes descripto, pero soslayando que estos proyectos locales tienen montos mucho menores que los que provienen del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Se menciona que los fondos del Ministerio de Educación previstos para el proceso de categorización llegaron correctamente cuando lo que se discute no es el flujo de cualquier fondo público, sino la inversión nacional en ciencia y los efectos de la inflación sobre los procesos de investigación que fueron concursados y aún no inician su ejecución.
En la polémica que da origen a la nota de Los Andes, Paenza invitó a funcionarios calificados para que le informen sobre la situación actual de esos fondos. Si bien por lo general ha habido demoras en la transferencia de las cuotas anuales de los PIP de Conicet, otros como Fonarsec, Fonsoft, FITR, PME, PICT, se giraron hasta 2015 en tiempos normales.
Lo que denunciaba el periodista era el retroceso que implicaba la desactualización de los montos de esos proyectos por el efecto del 40% de inflación. Lo que ponía en discusión eran las promesas de la campaña de Macri de aumentar la inversión en ciencia y tecnología del 0,6% al 1,5% del PBI, mejorar el poder adquisitivo de salarios y fondos para la investigación argentina, puntos que se presentan como bastante lejanos en vista de las medidas de estos seis meses de gobierno.
Finalmente, la nota elude otros aspectos que evidencian el cambio de orientación de la política científica: el reforzamiento de la escisión entre el Conicet y las universidades nacionales a través de la nueva línea de proyectos financiables solo para unidades ejecutoras; la descentralización de recursos a los CCT y la orientación al servicio de grandes empresas; el atraso salarial y la incertidumbre en relación con los cupos 2016 para becas e ingresos a la carrera de investigación científica; el desfinanciamiento universitario.
El futuro de la ciencia argentina depende de políticas de largo plazo, enraizadas en un tejido social próspero y sostenido por principios éticos que excedan la coyuntura. En este caso, antes que una “pesada herencia”, lo que el nuevo gobierno tiene ante sí es una política de Estado que recuperó y expandió el sistema científico argentino a niveles sin precedentes en los últimos 50 años. Ello justifica nuestro estado de alerta ante el ajuste y los cambios paradigmáticos que estamos observando en las políticas educativas y científicas.
Fuente: http://www.losandes.com.ar/article/visiones-encontradas-sobre-el-presente-de-la-ciencia-argentina
Fuente de la Imagen: https://www.google.co.ve/search?q=ciencia+argentina&biw=1024&bih=489&tbm=isch&source=lnms&sa=X&ved=0ahUKEwig-eP4iaTNAhWEXR4KHcIAAiQQ_AUIBigB&dpr=1#imgrc=_B2gm-N7ycV3OM%3A