Nicaragua: Los niños que transforman su pueblo a golpe de noticias

Centro América/Nicaragua/18 Septiembre 2016/Fuente: elpais /Autor:Melissa Silva Franco/Jinotega 

Un programa de radio y televisión es la principal herramienta de un grupo de jóvenes periodistas para combatir los problemas que ensombrecen Nicaragua

Keyling se resistía a ir a la escuela. Con sus ocho años a cuestas, ella prefería ir a vender tortillas al mercado que enfrentarse a la aventura de aprender a leer y escribir. Su destino apuntaba a que sería una de las alrededor de 120.000 niñas que no asisten a la escuela en Nicaragua cada año, para después convertirse en una pieza más dentro de la economía informal que abunda en este país centroamericano.

Pero un cartel en la calle que ofertaba gratis una lista de actividades extraescolares abrió a Keyling un nuevo camino. Se trataba de la Asociación Infantil Tuktan Sirpi, una organización que enfoca sus proyectos a mejorar la vida de los niños y adolescentes trabajadores en Jinotega, una ciudad al norte de Nicaragua, con una población mayoritariamente rural y campesina.

El mismo día que visitó la sede del Club Infantil, Keyling se plantó frente a un micrófono para hablar sobre su experiencia como niña trabajadora. Esta escena ocurrió hace ocho años y desde entonces no ha dejado de crecer como comunicadora.

“Llegué al club sin saber leer, ni escribir. Entonces a través del área de comunicación comencé a asistir al refuerzo escolar, volví a estudiar y empecé a trabajar como periodista en el programa de televisión y radio. De lo contrario, lo más seguro es que me hubiese quedado vendiendo lo que sea en el mercado. Hoy estoy por terminar mi secundaria y luego iré a la universidad”, cuenta.

La vida de Keyling es un reflejo de la influencia que ha tenido el club infantil en Jinotega. “Nosotros apostamos por construir una sociedad donde los niños, niñas y adolescentes sean los protagonistas de sus propios cambios, y del cambio del entorno donde viven. Ellos son los actores participativos”, explica Lidya Palacios, directora de Asociación Infantil Tuktan Sirpi.

Alrededor de 120.000 niñas no asisten a la escuela en Nicaragua cada año. Normalmente  se convierten en una pieza más dentro de la economía informal

Esta participación tiene su eje central en dos programas: TVChaval@s y Hablando de la Niñez. Los niños comunicadores son los encargados de producir cada segundo de estos espacios en la televisión y en la radio, con una mínima participación por parte de los adultos. Entre los temas que tratan en estos espacios audiovisuales se encuentran aquellos que más preocupan al grupo, o el que solicita alguna escuela. Los pequeños periodistas se asesoran con abogados, psicólogos y expertos en Jinotega para luego comenzar a trabajar los guiones.

“Nosotras trabajamos junto a los niños y adolescentes la incidencia política y social a través de los medios de comunicación social. Nuestro objetivo es que la población infantil desarrolle ese sentido de la participación ciudadana, de la necesidad del cumplimiento de sus derechos”, agrega Lidya Palacios.

Este largo camino comenzó hace dos décadas, un período en el que más de 450 niños y adolescentes han formado parte de los grandes cambios en Jinotega.

“Yo voy a la escuela, luego me paso por el Club Infantil y me quedo trabajando, aprendiendo nuevas cosas, haciendo sondeos. Y luego me voy a mi casa para hacer los deberes de la escuela, y ayudar a mi hermanito. No tengo tiempo de estar en la calle o perdiendo el tiempo, eso me gusta”, comenta Kenneth, un niño que sigue los pasos de sus padres, quienes fueron pequeños comunicadores.

Yader Chavarría es el coordinador de este grupo de periodistas. Él comenzó hace 15 años como niño comunicador. “Los chavales hoy generan un cambio en la ciudad. Ellos hacen programas orientativos para frenar la violencia en los hogares, del Estado hacia sus ciudadanos, del incumplimiento de los derechos. Hoy usted puede salir a la calle y preguntar a cualquier adulto y le dirá que hay que escuchar a los niños. Pero en 1995, en Jinotega había otra mentalidad, y esa mentalidad era que había que pegarle a los niños, porque para los adultos, los niños sólo entendían a través de golpes, gritos, castigos”.

La metodología de trabajo que da vida a este proyecto se basa en dos programas. Uno de ellos se llama De par en par y consiste en que los niños y adolescentes aprendan de los adultos y entre ellos como iguales. “Aquí no viene ningún adulto u otro niño con más experiencia a decirte qué hacer, sino que es un trabajo más colectivo, una transferencia de conocimiento entre iguales”, explica Francis Zea, una comunicadora del Club Infantil que a comienzos de año recibió el galardón de mejor periodista joven en Nicaragua, un premio otorgado por el gobierno nacional.

El segundo programa Un paso atrás busca que los niños más experimentados cedan espacios a los nuevos talentos para que desarrollen sus aptitudes en los programas que realizan en la tele y en la radio. Es así como los técnicos de cámaras, de la radio y los periodistas se van rotando paulatinamente para que el nivel de participación sea igualitario.

Una escuela, un vertedero, y unas políticas

A comienzos del 2000, Jinotega ocupaba el cuarto puesto en la lista de las regiones con más actos delictivos en el país, pero en el 2015 ya había descendido hasta el undécimo puesto, convirtiéndose en la región que más ha disminuido la violencia en Nicaragua durante los últimos 15 años. Un dato que se complementa con que es el departamento con mayor participación ciudadana de sus niños y adolescentes, por datos suministrados por la Coordinadora del Consejo de Comunicación y Ciudadanía de la Presidencia del Estado.

Para las autoridades no es un secreto que el trabajo del Club Infantil es una de las claves del éxito. Los niños comunicadores tienen una larga lista de trofeos sobre sus logros sociales en Jinotega. Estos periodistas comunitarios no sólo disminuyen las estadísticas de violencia familiar y embarazos de adolescentes, a través de las secciones de prevención y denuncia que producen en sus programas en los medios de comunicación, sino que además trabajan con los concejales municipales para proponer programas que aseguren el cumplimiento de sus derechos.

¨Las autoridades municipales nos escuchan con respeto. Yo misma he hecho una exposición ante ellos sobre la importancia de incluir en sus programas de Gobierno nuevas políticas que incluyan a las personas con discapacidad física e intelectual. Les recordamos a las autoridades que tenemos unos derechos y hay que cumplirlos”, explica Elgyng, una comunicadora que ha tenido que abandonar la escuela por padecer retardación de retina.

Más de 450 niños han pasado por un Club Infantil que ha conseguido reducir los niveles de violencia de la zona

Otro de los logros de este club está en la mejora de la infraestructura del pueblo. Un breve recorrido por los parques centrales, algunas escuelas y zonas recreativas de Jinotega son suficientes para detectar que se encuentran en condiciones óptimas. “Nosotros hacemos campañas, denuncias y reportajes hasta que la municipalidad deja todo muy bonito”, dice Francis Zeas.

Un grupo de 50 familias que vive en el vertedero de basura de Jinotega abrió las puertas a los niños comunicadores, quienes hicieron un especial de entrevistas y reportajes hasta que lograron un gran paso: junto a la comunidad, los comerciantes y las escuelas crearon un programa de reciclado municipal. Esta política consiste en que los niños y adolescentes de este vertedero recorren escuelas y comercios dando charlas sobre el reciclado y buscando los residuos para así no tener que trabajar en condiciones inhumanas entre los escombros. Por un lado, este eco club incentiva el respeto por la naturaleza, y por otro genera mejoras en la vida de sus habitantes.

“Yo trabajaba en ese lugar feo (el vertedero) y ahora vengo a la ciudad para reciclar en las escuelas, en las tiendas. Con el dinero que gano puedo comprar golosinas y útiles escolares” cuenta Britney, de nueve años.

Sin fronteras

Desde comienzos del 2016, el Club Infantil multiplica la experiencia en escuelas situadas en zonas rurales y campesinas del norte de Nicaragua. El objetivo de este programa –impulsado por la ONG Educo y con apoyo de los ayuntamientos de San Cugat y Sabadell– es incentivar la participación ciudadana de niños y adolescentes que no tienen fácil acceso a los medios de comunicación social.

“El club infantil es una referencia de cambio en Jinotega, y en Nicaragua. Es un hecho innegable. Por eso no dudamos en sumarnos al trabajo para que cada día más niños sean los hacedores de sus propios cambios”, añade Juan Mauricio Castillo, director de Educo en Nicaragua.

De esta experiencia surgen dos nueva líneas de trabajo, con el objetivo de multiplicar la participación de los niños, niñas y adolescentes a través de la comunicación. La primera de ella es en las zonas rurales de Jinotega. Es así como en grupo de seis niños comunicadores viajan hasta estas comunidades lejanas para hacer actividades con los estudiantes, a través de las metodologías De par en par y Un paso atrás.

“Esto da voz a los niños que nunca la han tenido en los medios, y de esta manera comenzarán a tener acceso a la participación, a la libertad de expresión, a decir sin miedo lo que les gusta y lo que no, lo que quieren que mejore en su entorno, en su vida como ciudadanos”, asegura Keyling, una de las participantes de este programa.

Bryan tiene 10 años, y vive en Datanlí, una de estas zonas rurales. Él nunca había tocado una cámara, ni sabía que los niños podían “salir por la tele”, pero cuando se presentó la oportunidad de participar en el Club Infantil no dudó en ser parte de ello. Ya han pasado tres meses desde su primera clase, y a la hora de definir lo que significa esta experiencia para él, suelta con total convencimiento: “Es autoestima”.

En España, la ONG Educo produjo en trabajo multimedia en conjunto con los niños del Club Infantil que se titula Protagonistas del cambio, en el que se recoge la experiencia, y que busca incentivar a que niños de distintos países se sumen a la participación ciudadana.

Fuente de la noticia: http://elpais.com/elpais/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017.html?id_externo_rsoc=FB_CC

Fuente de la imagen:http://ep02.epimg.net/elpais/videos/2016/09/12/planeta_futuro/1473674532_982017_28336000_fotograma_3.jpg

Comparte este contenido:

Hong Kong: Formación en periodismo para jóvenes desde la perspectiva de los derechos humanos

De Saanya Gulati. Amnistía Internacional. 07-09-2016

En Hong Kong, 40 estudiantes participaron en un programa de periodismo dedicado a los derechos humanos. Durante seis meses, llevaron a cabo investigaciones y elaboraron originales piezas informativas basadas en entrevistas o investigaciones exhaustivas.

“El taller sobre la pena de muerte me pareció muy útil”, declara una estudiante. “Me ayudó a hacerme una idea de la situación en Asia y en todo el mundo. Al analizar diferentes casos, tuve acceso en profundidad a las opiniones de diferentes partes interesadas. Antes de esa sesión, nunca había leído cifras, datos y casos sobre la pena de muerte”.

Este programa, creado hace dos años, tras el “Movimiento de los Paraguas” de 2014 en Hong Kong –serie de protestas lideradas por estudiantes en favor de la democracia, a las que se adhirieron masivamente tanto activistas sociales como ciberperiodistas independientes–, ha aunado a futuros y futuras periodistas interesados en aprender a informar desde el punto de vista de los derechos humanos.

“Muchas de las personas que asistieron eran muy jóvenes, y no estudiaban periodismo, pero querían hacer algo para cambiar la situación”, comenta Doriane Lau, encargada de Educación en Amnistía Internacional Hong Kong, que organiza los talleres en la región. “Consideramos que era importante que conocieran sus derechos como periodistas.”

Creación de un entorno participativo

El objetivo de los talleres era dotar al alumnado de las aptitudes y herramientas necesarias, adoptando al mismo tiempo un formato interactivo. “Los estudiantes están acostumbrados a la comunicación unidireccional, en la que el profesor les da la información, que luego ellos analizan”, prosigue Doriane.

Los talleres participativos son un formato atractivo para la gente joven, ya que son diferentes a las clases o las conferencias a las que les acostumbran en la educación formal. El objetivo no debe ser facilitarles información para que la analicen, sino darles las herramientas para busquen por su cuenta la información.

Cada taller trata sobre un planteamiento distinto de derechos humanos, e incluye una sesión con un orador u oradora, dirigida normalmente por un docente de universidad con amplios conocimientos en la materia abordada. Además, incluye un trabajo en grupo, en el que los y las estudiantes aplican el marco de derechos humanos y las aptitudes periodísticas que han aprendido para informar sobre un tema de su elección.

Aunque se les anima a realizar el trabajo de la forma más independiente posible, Doriane aclara que, según su experiencia, en esta fase resulta útil proporcionarles directrices y apoyo, ayudándoles por ejemplo a definir el ángulo desde el que quieren tratar la noticia, antes de permitirles hacer las entrevistas solos.

c696635e3f3ff08fbcbde46c5cc6d7c80cfef075
El alumnado participó en un ejercicio de dramatización en el que, adoptando el papel de periodistas, entrevistaban a una trabajadora doméstica migrante de origen indonesio, a la que preguntaban por sus condiciones de vida y sus opiniones sobre las políticas laborales. Hong Kong, China, julio 2016. © Amnistía Internacional Hong Kong

Adoptar un planteamiento de derechos humanos

Normalmente, para los y las estudiantes el día empieza con un debate sobre el trabajo del taller anterior, tras lo cual se les presenta brevemente el programa del día, especificando cuáles son, en general, sus objetivos y quién es el orador u oradora invitado. Éste introduce a continuación el debate sobre el ejercicio de los derechos, adaptándolo a un contexto cercano a los estudiantes.

Por ejemplo, durante una sesión sobre los derechos del menor, el debate empieza preguntando a los y las estudiantes qué significa para ellos ejercer los derechos humanos en la escuela y, posteriormente, se les pide que reflexionen sobre algunas de las normas escolares y sobre lo que éstas les parecen desde el punto de vista de los derechos.

Los jóvenes encontraron esta sesión especialmente impactante, ya que les impulsó a pensar cómo podían fomentar la participación del alumnado en sus propias escuelas. “Me di cuenta de que, en Hong Kong, muchas escuelas de enseñanza secundaria saben poco sobre los derechos humanos y, en particular, sobre los derechos del menor. Para mí, fue una sesión de reflexión, ya que me empecé a preguntar cómo podía fomentar la educación cívica y la participación estudiantil en mi propia escuela”, afirma uno de los participantes.

Incorporación de trabajos prácticos

La redacción de trabajos anima a los estudiantes a efectuar un análisis basado en el marco de los derechos humanos y a aplicar los distintos planteamientos que han aprendido. Al realizar entrevistas y redactar noticias, los estudiantes mejoran sus aptitudes periodísticas. “Aprendí más sobre la redacción de noticias, sobre la forma de hacer una entrevista, sobre los derechos humanos y sobre la importancia del periodismo”, declara otra asistente.

Además, la naturaleza abierta de los trabajos les ayuda a explorar temas que, de otra manera, podrían parecerles difíciles de debatir abiertamente. Por ejemplo, un grupo de estudiantes que aplicó el marco de derechos sobre la discriminación a la cuestión LGBTI entrevistó a ciertos diputados dispuestos a hablar sobre su experiencia de la discriminación por motivos de orientación sexual.

Al dar a los estudiantes libertad para dedicarse a los temas que más les interesan, se fomenta también una implicación más personal en el trabajo. Otro grupo investigó los problemas a los que se enfrentaban las trabajadoras domésticas y, a través de entrevistas con trabajadoras migrantes domésticas, recopiló numerosos datos primarios. En su informe final hizo un análisis exhaustivo de la situación, e incluyó recomendaciones sobre la reforma de ciertas políticas gubernamentales, a fin de mejorar la vida de estas trabajadoras.

Favorecer la reflexión personal

Para evaluar el impacto del programa, uno de los ejercicios más importantes consiste en animar al alumnado a reflexionar sobre las diferentes tareas acometidas, facilitándoles así un espacio abierto en el que pueden discutir sus opiniones. “La última sesión es de reflexión, y en ella los estudiantes pueden hablar con los expertos que han dirigido los diferentes módulos”, explica Doriane.

Además, esta sesión de reflexión anima a los jóvenes a intercambiar sus puntos de vista sobre la forma de hacer llegar a la comunidad en general todo lo que han aprendido. Tras esta sesión, dos estudiantes decidieron exponer su punto de vista en las asambleas matinales de sus escuelas, mientras que otros hablaron sobre las distintas formas de plantear diferentes temas en las próximas elecciones estudiantiles.

Creación de una plataforma interactiva

Una plataforma en la que los y las participantes puedan plantear sus dudas –por ejemplo, un blog o un grupo de Facebook– ayuda a mantenerse en contacto entre un taller y otro, ya que, en general, los estudiantes asisten a escuelas diferentes.

Esta plataforma ayuda a hacer llegar al alumnado la información necesaria –cuestiones prácticas para los próximos talleres o futuros trabajos–, y permite ayudarles en el momento oportuno si tienen alguna duda.

Además de la comunicación para fines concretos, las plataformas interactivas promueven la participación activa en el programa. “Muchos estudiantes volvieron diciendo que querían ayudar y compartir con sus escuelas lo aprendido, para así ampliar el impacto de los talleres”, explica Doriane.

Adaptado al plan de estudios

Este programa de periodismo permite colaborar con un mayor número de escuelas, porque su diseño y su planteamiento se adapta a los requisitos del plan de estudios oficial. Desde el primer taller, han participado en el programa 40 estudiantes de 22 escuelas secundarias.

“La formación en periodismo se adapta a los criterios del plan de estudios de Hong Kong”, señala Doriane, en alusión al programa de estudios liberales, que se imparte en la mayoría de los centros de enseñanza secundaria, y en el que se anima al alumnado a explorar distintas cuestiones sociales.

Para uno de los estudiantes, el valor de este planteamiento basado en derechos supera los objetivos del taller. “Descubrí que muchos aspectos de nuestra vida diaria pueden examinarse a la luz de los derechos”, comenta. “Esto me ayuda con mis estudios, y me permite a la vez entender mejor la actualidad.”

El Programa juvenil de periodismo en el marco de los derechos humanos va a adaptarse también, con un nuevo formato, a estudiantes de universidad con experiencia en periodismo. “Será un enfoque más en profundidad”, anuncia Doriane, quien aclara que, al final del programa, el alumnado creará conjuntamente un periódico.

Comparte este contenido: