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Libro: La política educativa de la globalización (PDF)

México / 13 de mayo de 2018 / Autor: Prudenciano Moreno Moreno / Fuente: Publicaciones UPN

Este libro es un análisis sobre los impactos de la globalización económica en las políticas educativas de México y sus repercusiones en la formación de un modelo educativo con un currículo de educación basado en normas de competencia; aplicación de tecnologías de la información y la comunicación; evaluación estandarizada que no considera la diversidad cultural, socioeconómica y personal de los educandos; vinculación entre educación, producción, comercialización y financiamiento público; planeación estratégica neoliberal combinada con una gestión administrada de manera externa; programas educativos técnico-instrumentales-funcionales sin conexión con el humanismo como el Programa del Mejoramiento del Profesorado (Promep), el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional (pifi) y el Programa Institucional de Fomento y Operación del Posgrado (pifop), entre otros.

El modelo educativo estandarizado representa a la política educativa de la globalización y la hipermodernidad, ésta, al ser una visión unidimensional, necesita una revisión académica que permita superarla y arribar a otra de corte transmoderno que sin eliminar los elementos instrumentales de esa visión mecanicista de la educación los integre en una formulación educativa de base amplia.

México: upn, 2010, 234 pp. isbn 978-607-413-078-2

Link para la descarga:

http://editorial.upnvirtual.edu.mx/index.php/publicaciones/descargas/category/1-pdf?download=66:politica-educativa-globalizacion

Fuente de la Reseña:

http://editorial.upnvirtual.edu.mx/index.php/publicaciones/9-publicaciones-upn/132-la-politica-educativa-de-la-globalizacion

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Entrevista a Shujiro Urata: «El problema es la inequidad, no la globalización»

27 Agosto 2017/Fuente: clarin/Autor:Júan Décima

Para el profesor japonés, doctor en Economía por la Universidad de Stanford, la solución no es restringir los intercambios comerciales entre países sino implementar políticas de redistribución del ingreso.

Si bien hace muchos años que el profesor y doctor Shujiro Urata (67) no está en contacto con la realidad argentina, tiene un vínculo singular con la historia reciente del país.

Pocos años después de la recuperación de la democracia, fue uno de los autores del Informe Okita. Liderado por el economista Saburo Okita, uno de los artífices de la planificación económica de Japón de la posguerra, fue un trabajo realizado entre 1985 y 1986 por una treintena de especialistas japoneses en colaboración con funcionarios y técnicos locales.

El informe hizo un profundo diagnóstico sobre la macroeconomía, la agricultura, la industria, el transporte y el comercio exterior y ofreció una serie de recomendaciones para la reactivación de la economía argentina basadas en la experiencia japonesa de posguerra, con un fuerte énfasis en la competitividad de la industria, la expansión de las exportaciones y el rol del estado como orientador.

Urata estuvo a cargo del capítulo sobre intercambio comercial y apertura económica. “Debo decir que mis ideas sobre estas cuestiones se han mantenido relativamente constantes a lo largo del tiempo, y las nociones que expuse en ese momento las sigo considerando valiosas hasta el día de hoy”, remarca.

Invitado por la Embajada de Japón en la Argentina, donde disertó sobre la recuperación económica japonesa y sus implicancias para América Latina, fue entrevistado por Clarín acerca del escenario económico actual en la región del Pacífico, y cómo ve las potenciales oportunidades de integración entre Latinoamérica y los países asiáticos.

– ¿En qué áreas pueden encontrar lugar para colaborar y beneficiarse mutuamente las economías del Pacífico y Latinoamérica?

–En cuanto a sus producciones estructurales, las economías de América Latina y el Pacífico actualmente son complementarias. En ese sentido, el Mercosur y los países de la región cuentan con ventajas comparativas en lo que se refiere a productos primarios derivados de recursos naturales, como ser alimentos, pulpa o papel. Los países asiáticos, por su parte, cuentan con ventajas comparativas en el área de manufactura y maquinaria. A pesar de que la población de Japón está decreciendo, la región sigue contando con una gran cantidad de habitantes, empezando por China. El principal desafío para estos países es poder asegurarse una provisión estable y constante de alimentos y recursos naturales. A su vez, los países del Pacífico encuentran su fuerte en el suministro de autos o productos electrónicos y heladeras. Obviamente, las relaciones económicas entre las dos regiones pueden cambiar, dependiendo del marco temporal que uno analice.

– ¿Esta relación puede evolucionar de cara al futuro?

–Por supuesto. A mí me gustaría a ver más industrialización y capacidad de manufactura por parte de los países del Mercosur y la región. Así podrían ser más competitivos en el escenario internacional. El modelo que rige la dinámica del Pacífico está dado por una división del trabajo, redes regionales de producción donde cada país está especializado en ciertos rubros, y por ende se dedica a producir piezas y componentes para un área específica. Este sistema complementario es una de las bases para el crecimiento económico. América Latina podría ocupar un lugar dentro de esta cadena de abastecimiento como un proveedor de maquinaria y productos terminados, y no solo como un centro especializado en productos primarios.

– Los tratados de libre comercio no son muy populares en este momento. ¿Por qué cree que pasa esto?

–Por un lado, la brecha entre salarios y la inequidad es un problema serio a nivel mundial. En Estados Unidos esto se visibilizó no solo por la elección de Donald Trump, que construyó su campaña atacando los tratados de libre comercio, sino también por el discurso predominante entre los candidatos demócratas. que dudaban de los beneficios del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). Según algunos especialistas, la globalización puede ser la causante de estos desequilibrios, y son quienes por lo general se autodenominan “antiglobalistas”. Hay algo de cierto en esto, pero la inequidad no se corrige deteniendo la globalización. Si una sociedad está de acuerdo en que esto es un problema que debe ser solucionado, debería apoyar políticas de redistribución de ingreso en su país. Es muy triste ver que en Estados Unidos, por ejemplo, el 1% de la población representa aproximadamente el 30% del PBI.

– ¿Qué medidas pueden emplearse para lograr redistribuir el ingreso?

En el caso de EE.UU., el gobierno podría emplear ciertas políticas que tiene a su alcance, como un impuesto a las ganancias que sea progresivo, o aumentar el impuesto a la herencia. Pero es muy difícil implementar esto porque los más ricos del país no quieren saber nada con este tipo de iniciativas. Es muy difícil hacerles entender a los estadounidenses más acomodados que si quieren tener una sociedad próspera y pacífica, ellos tienen que hacer algún tipo de sacrificio. Este tipo de mentalidad, la de sacrificarse por el bien común, tiene que partir de los que más tienen, y en EE.UU. eso es un problema.

–Además de las políticas de redistribución de ingreso, ¿qué área se debe apuntalar para tratar de paliar la inequidad social?

–Se debe poner énfasis en la educación. En EE.UU., las escuelas públicas se financian de manera local en parte a través del impuesto inmobiliario a la propiedad. De allí se desprende que la inequidad empieza a moldearse desde la primaria, ya que quienes viven en distritos de altos ingresos cuentan con mejores escuelas, mientras que la gente que se forma en zonas más pobres, ya empieza en desventaja.

– ¿Cómo es la situación en Japón?

-Si bien todavía es un problema pequeño, también estamos viendo un aumento en la inequidad. El Primer Ministro Shinzo Abe introdujo recientemente un impuesto más oneroso a la herencia, que es una medida que impacta más fuertemente entre los sectores más adinerados. También hay un impuesto a las ganancias, que se acrecienta a medida que la persona gana más. Estas soluciones parten de una lógica que considera que quienes más tienen también deben contribuir más para el bienestar de todos. Es necesario construir esta mentalidad comunitaria, introducirla dentro de una sociedad. No sé cómo se logra dentro de país tan diverso como EE.UU., por ejemplo, pero debería ser una empresa a lograr. Dicho esto, la globalización es el mejor método para lograr el crecimiento económico, creo que nadie discute esto, pero tiene un efecto colateral no deseado, que es el aumento de la inequidad. Esto debe solucionarse a través de medidas implementadas por cada país.

– ¿Cómo impactan en la región las tensiones políticas y militares constantes entre EE.UU. y Corea del Norte?

–Las preocupaciones por la hipótesis de conflicto entre Corea del Norte y otros países tienen un efecto en el aumento de gastos militares y en presupuestos de Defensa. Siempre habrá empresas y sectores que se beneficiarán con las crisis de este tipo pero no es lo más deseable para un crecimiento económico armónico, ya que se desvían importantes recursos que se podrían haber implementado en otros campos, como ser educación o ciencia e investigación.

– ¿Cómo ve la posible integración de China al TPP a futuro?

–Podría integrarse sin problemas una vez que alcance un cierto nivel de desarrollo económico. Dentro de los acuerdos, hay ciertas reglamentaciones referidas a la mano de obra, el medioambiente, las empresas estatales, la propiedad intelectual y el comercio electrónico con las que China deberá encuadrarse antes de poder ingresar a este marco de intercambio. Tomemos el caso de la mano de obra, por ejemplo. El país no cuenta con los mejores antecedentes en cuanto a la forma en qué trata a sus trabajadores, pero en cuanto su economía logre una madurez similar a la de los países desarrollados, no debería tener mayores inconvenientes en mejorar sus prácticas. Lo mismo pasa con el medioambiente. Es una cuestión que les preocupa, pero actualmente no puede encarar un plan para mejorar su comportamiento ambiental por un tema de costos, ya que le resultaría demasiado oneroso. Alcanzado el desarrollo necesario, será algo que podrán pagar. Es una cuestión de esperar a que China alcance esa madurez, y ahí sí abrirle las puertas para que pueda formar parte de TPP, o alguna alianza similar.

– ¿Cuáles son los beneficios de plegarse a este tipo de reglamentaciones?

–Ingresar a un acuerdo de este tipo también es algo que a China le conviene. Hasta hace aproximadamente 10 años, a China no le interesaba ingresar en tratados bilaterales de inversión ya que quería tener un control más firme sobre las empresas que operaban dentro del país. En la actualidad, el país es un gran inversor a nivel mundial y tiene intereses en numerosos países. Dentro de este contexto, ellos ahora quieren regímenes económicos más libres y menos restrictivos para sus empresas, y están apoyando tratados de integración. A medida que su economía ha ido creciendo y diversificándose, su alcance se ha hecho más global y sus actitudes respecto a los tratados se han ido modificando.

El problema demográfico de Japón

Que la población de Japón está decreciendo no es una sorpresa para nadie. En 1997 fue la primera vez que la población mayor de 65 años superó a la población infantil (de 14 años para abajo), mientras que en 2016 el número de nacimientos cayó por debajo de 1 millón anual por primera vez desde que hace más de 100 años se comenzó a censar la población. Según los más recientes estudios demográficos, se estima que en 2060 el 40% de los habitantes será mayor a 65 años, mientras que población total sería de 87 millones de habitantes, un tercio menos de los 128 millones registrados en 2010.

– ¿Cómo impacta la disminución de la población japonesa en el desarrollo económico?

– Es importante tener una población en alza para lograr crecimiento económico, tanto por la disponibilidad de mano de obra como por la necesidad de apuntalar el consumo. Uno también podría argumentar que para aumentar la productividad no hace falta más gente, ya que se puede lograr mediante automatización y mayor desarrollo de la tecnología. Pero es innegable que debe haber una demanda de consumo para que una economía se mueva.

– ¿Cuáles son las causas de la caída de la natalidad?

Uno de los factores es la cuestión de los ingresos: hay pocas personas que pueden dejar de trabajar para acompañar la crianza de sus hijos, y el costo de niñeras, guarderías y educación es muy alto. Este tipo de asistencia debería ser provista por el Estado, y en Japón es todavía una materia pendiente.

– ¿Qué soluciones se están barajando para hacer frente a la situación?

El gobierno y las empresas japonesas están empezando a hablar sobre la posibilidad de contratar mano de obra extranjera para cubrir vacantes. La construcción es una industria que tiene una necesidad intensiva de mano de obra, y es una de las que más presión está haciendo para que se implemente esta medida, teniendo en cuenta que Tokio va a ser la organizadora de los Juegos Olímpicos 2020. Introducir mano de obra extranjera es un primer paso para solucionar un problema acuciante, pero a largo plazo Japón tal vez deba modificar sus políticas de inmigraciónpara hacer frente al problema demográfico.

 

Fuente de la entrevista: https://www.clarin.com/mundo/shujiro-urata-problema-inequidad-globalizacion_0_H18OPpTd-.html

Fuente de la imagen: https://images.clarin.com/2017/08/24/rkyhwpaOW_930x525.jp

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Book: Globalisation of concern III

Globalisation of concern III
Essays on climate justice, education, sustainability and technology

Aidan G. Msafiri. [Autor]
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ISBN: 978-2-88931-098-2
Globethics.net
Suiza – Ginebra
Marzo de 2016
In this third collection of essays under the title of Globalisation of Concern, Aidan G. Msafiri addresses the pressing topical subjects of our time providing ethical orientations on the ethics of land justice and sustainability, the role and relevance of education and the developments of technology and cyberspace in societies. The Christian, African and global perspective of this book makes it an important source for students and decision-makers in all sectors of society. A book of reflection and hope.

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http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/libro_detalle.php?id_libro=1554&pageNum_rs_libros=3&totalRows_rs_libros=1444

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Mexico: Analizarán en congreso internacional en UNISON temas educación superior.

América del Norte/México/25.10.2016/Autor y Fuente:http://www.critica.com.mx/

Con el lema “Universidad ante el horizonte 2020: Inclusión y cultura colaborativa entre empresa y sociedad”, se desarrollará en la Universidad de Sonora el VI Congreso Internacional RIAICES 21016, del 27 al 29 de octubre.

El evento reunirá a expertos de educación de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, España, Letonia, México y Portugal y se organiza a través de la Red Iberoamericana de Investigación sobre la Calidad en Educación Superior, (Riaices).

Blanca Valenzuela, académica del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación, explicó que los congresistas buscan reflexionar y analizar sobre las políticas en materia de educación superior, presentar proyectos y experiencias de gestión, evaluación y de prácticas que ilustren iniciativas, enfoques y perspectivas de cambio desde la innovación.

En conferencia de prensa, la también presidenta del comité organizador, dijo que la participación de especialistas de diversos países, además de académicos e investigadores de esta institución, servirá para impulsar propuestas para la mejora de la calidad de la educación superior desde la innovación.

Destacó que la organización del evento también fue una iniciativa del Cuerpo Académico y Multiculturalidad, Identidad y Cambio Social, de la División de Ciencias Sociales de la máxima casa de estudios.

“La globalización de la educación exige poder establecer las mejoras en el nivel de la calidad de la enseñanza superior y apostarle a la innovación –como es nuestro caso, precisó — para ponernos a la vanguardia frente a otras universidades del mundo, donde se avanza vertiginosamente en lo que son los modelos por competencia”, expresó.

Junto con las académicas Rosa Elena Salazar, Victoria Núñez Navarro, Manuela Matus Verdugo y Manuela Guillén Lúgigo, integrantes del comité organizador, dio a conocer que el programa académico y científico ofrecerá a estudiantes, profesores e investigadores de licenciatura y posgrado, paneles de expertos, conferencias magistrales, seminarios y otras estrategias, como la firma de dos convenios de colaboración.

Ruibal y Núñez Navarro, informaron que en el congreso se abordarán temáticas como la nueva universidad ante las demandas del estudiante, los docentes y las empresas, investigación en docencia, innovación, cultura de colaboración y educación superior. Además abordarán temas de evaluación, mejora de calidad, inclusión y cultura en la educación superior, responsabilidad social de la Universidad y las comunidades, entre otros.

Fuente: http://www.critica.com.mx/vernoticias.php?artid=69611&mas=1

Imagen: http://www.critica.com.mx/images/thumbs/160283895.JPG

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Una radiografía marxista de la globalización

Por: Olmedo Beluche

En este siglo XXI, siete mil millones de seres humanos vivimos bajo el signo de lo que se ha llamado «globalización». Este concepto procura captar una realidad compleja pero concreta, que determina, cual si de Dios se tratase, nuestras vidas: empleo, pobreza, migraciones, democracia, identidad, gustos, formas de pensar, etc. ¿Dónde está la esencia de este fenómeno multidimensional? ¿Qué es lo determinante: el proceso económico, el político – institucional, sus resultados sociales o sus consecuencias culturales?

«Marxismo y globalización capitalista», de Roberto Ayala Saavedra, profesor de sociología de la Universidad de Costa Rica, aborda de manera brillante este complejo problema y lo hace, como indica desde su título, con el método del materialismo histórico, «una teoría de la totalidad social… que busca fundar racionalmente la acción y que se construye en esa acción… una praxis transformadora que quiere ser consciente y racional».

De la generación de cientistas sociales centroamericanos de este inicio del siglo XXI, Roberto Ayala es uno de los más capacitados para acometer la titánica tarea de arriesgar una radiografía de la globalización bajo la lupa del método marxista. Ayala es una persona que ha combinado la lucidez de un pensamiento crítico, basado en una sólida formación teórica, con una vida de compromiso militante desde hace 40 años.

«Praxis transformadora» que Roberto ha sostenido inquebrantable desde que lo conocimos como brillante estudiante de secundaria y dirigente estudiantil, a mitad de los años 70; pasando por sus años de formación académica y política en Brasil; que lo llevó a ser uno de los fundadores del Partido Socialista de los Trabajadores de Panamá; y que ha sostenido por 20 años en Costa Rica, donde emigró y ha continuado combinando su labor académica con el compromiso militante hasta el día de hoy.

Globalización, un proceso abierto y en disputa

«Marxismo y globalización capitalista» es una obra extraordinaria, que disecciona al «capitalismo del siglo XXI» o «capitalismo tardío» (concepto tomado de Ernest Mandel), en una reflexión crítica que polemiza con enfoques teórico metodológicos de diversas corrientes de la Ciencia Social. Cada momento del análisis concreto va acompañado de una explicación metodológica, uno de sus mejores aportes, en que Ayala demuestra un dominio sobre el método hegeliano-marxista. El libro está compuesto por cinco capítulos y su conclusión: capitalismo global; América Latina: reconsideración del problema de la dependencia; globalización y cambio cultural; cuestión social y capitalismo; neoliberalismo y ética.

Desde la Introducción, Ayala se aleja de interpretaciones mecanicistas y metafísicas, para señalar que la globalización: «…es un proceso abierto y en disputa, cuya ulterior conformación depende de la relación de fuerzas entre diversas clases…» (Pág. 5). Siendo que una característica del capitalismo es su expansión sin fronteras y que desde el siglo XVI existe lo que I. Wallerstein llama «sistema mundo», Ayala se focaliza en las características específicas del capitalismo bajo la globalización actual.

De manera que define a la globalización como una realidad «compleja, multidimensional y móvil», estructurada y jerarquizada, no una «amalgama», que tiene «su base y condición general de posibilidad… su anatomía, en la economía política…» (Págs. 26 y 27). La globalización tiene cuatro dimensiones: económica, política, tecnológica y cultural, según Ayala.

Las cuatro dimensiones de la globalización

Respecto de la dimensión económica, llama a repudiar lo métodos que se focalizan sobre aspectos incidentales, abusando de la fenomenología y el método individualista, deshistorizando lo real. Por ende, a partir de la cita de Marx («el problema de la historia es la historia del problema»), invita a comprender la globalización a partir de la historia del capitalismo como un sistema de explotación de clases.

Al abordar la dimensión tecnológica, propone repudiar la «fetichización tecnológica» que se niega a ver que todos los desarrollos en esta dimensión tienen como objetivo el aumento de la productividad del trabajo, es decir, la explotación de clase.

Sobre la dimensión político-institucional, Roberto Ayala recuerda que el objetivo de la ideología liberal, y neoliberal por extensión, no es otro que la «naturalización» del mercado («reificación», diría Lukacs). La globalización ha implicado una «ofensiva capitalista en la lucha de clases» (J. Hirsh), bajo los criterios neoliberales. Pero esta ofensiva es velada a través de una institucionalidad internacional (ONU, OMC, UE, OEA, etc.) que opera como legitimadora de las decisiones, impulsando métodos políticos que han reducido la democracia a una práctica restringida y una ciudadanía con derechos humanos reducidos.

En el plano de la cultura, «las industrias culturales (audiovisuales), organizan la canalización del placer hacia formas y ámbitos compatibles con la reproducción económica y social del orden vigente» (Pág. 52). A la vez que promueven un hiperindividualismo, la indiferencia social, el consumismo cosificante con derrapes escapistas.

La globalización desplaza a las burguesías ‘nacionales’ de su propio mercado interno

El capítulo 2, donde se aborda el problema de la dependencia en América Latina, es uno de los más brillantes y donde se hacen aportes novedosos. Luego de polemizar con la teorías desarrollistas y de la dependencia, defendiendo la marxista teoría del imperialismo, Roberto Ayala sostiene que la fase de la globalización implica una nueva situación, un salto adelante de la internacionalización del sistema capitalista y dependencia de nuestros países.

La globalización implicaría un desplazamiento de los capitales nacionales en favor de los multinacionales imperialistas, una «tendencia general que desplaza a una posición subordinada, en su propio mercado ‘nacional’… su participación en el excedente internamente producido se reduce a una porción bastante menor… Desplazamiento en su propio mercado por el capital metropolitano…» que implica la derrota del proyecto capitalista autónomo en la periferia (Pág. 104 y 105).

Esta nueva realidad marca los límites y determina lo que pueden hacer los gobiernos «neodesarrollistas», que algunos llaman «populistas» o «progresistas».

Al respecto señala: «Cualesquiera que sean los avances puntuales, justamente apropiados y defendidos por los trabajadores y sectores populares como conquistas, en absoluto modifican la estructura socioeconómica interna ni las relaciones con la economía mundial, los mecanismos de la dominación permanecen inalterados… el neodesarrollismo no rompe con la lógica del sistema, se limita a buscar estrategias y políticas económicas heterodoxas que impulsen el crecimiento, mitiguen la desigualdad… No va más allá, aún en su versión de retórica más radical, de una variante de gestión del capitalismo periférico» (Pág. 119).

Las subjetividades moldeadas por la industria cultural

En lo que atañe a la globalización y el cambio cultural, Ayala empieza por señalar que tratar el tema de la cultura como una entidad separada de «las condiciones generales de existencia» es metodológicamente incorrecto porque rompe la unidad compleja de los social y lleva a caer en la metafísica idealista.

Las relaciones individuo / sociedad «se dan mediadas por objetos simbólicos, climas culturales… que refuerzan tendencias estructurales… las subjetividades adaptadas, integradas…» (Pág. 142). De ahí que proponga que una teoría de la acción social no puede despreciar los contextos históricos, que dan sentido a la acción, en esa perspectiva Ayala rescata el interaccionismo simbólico de G. H. Mead, y la fenomenología de Berger y Luckmann.

En una sociedad de clases como la globalizada capitalista, la industria cultural fabrica el clima cultural en que se forman las subjetividades individuales. «La modernidad burguesa se funda en el impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas, pero se apoya en la colonización de la subjetividad. La interiorización naturalizada y mayormente inconsciente de las relaciones sociales imperantes» (Pág. 150).

Pero también se producen resistencias culturales, acciones subversivas y lucha de los oprimidos que no se reduce a la acción política o económica, sino que también es cultural. Estas respuestas son producidas por las evidentes contradicciones del sistema, en el que el gran desarrollo de fuerzas productivas no hace más feliz al ser humano, sino que la mayoría padecen sumidos en una vida frustrada por la miseria y el trabajo alienante (cuando lo consiguen).

Resistencias reaccionarias y resistencias revolucionarias

Ahora bien, el lado positivo del proceso en la visión de Ayala, es que «la globalización no es solo hamburguesas y coca cola, comporta todo un amplio espectro de normas y valores, ideologías y representaciones… (la) transculturización de los valores…» (Págs. 196 y 197). Esos valores no solo reproducen las relaciones sociales capitalistas, sino también conquistas democráticas que pertenecen a la humanidad y que confrontan valores y costumbres tradicionalistas, conservadoras y fundamentalistas arcaicas, pero que aún perviven.

De ahí que Ayala rescata el concepto de «sociedad abierta», pese a provenir de uno de los más grandes voceros del liberalismo, Karl Popper. Y lo hace en el sentido siguiente: «El capitalismo da lugar a una forma social incomparablemente abierta respecto de todas las formas que le antecedieron, impulsando de esta manera un proceso de individuación y secularización…» (Pág. 203).

Por eso no hay que confundirse, no todas las resistencias son progresivas. Nos propone Ayala que diferenciemos de las diversas resistencias que genera la globalización aquellas que son de tipo reaccionario («conservatismo atávico, exaltación teológico-trascendentalista, escapismo neorromántico, nihilismo epistemológico posmoderno o ingenuidad primitivista») de las resistencias que, basadas en el pensamiento crítico, defiendan las conquistas democráticas de la modernidad, «sin el oscuro costado del capitalismo».

De la caridad cristiana al enfoque neoliberal de las políticas sociales

En el capítulo IV se traza la historia de las doctrinas sociales, desde los siglo XIV al XVI, cuando se emitieron las primeras «leyes de pobres», época en que se interpretaba la pobreza como castigo divino, y asignaba a las parroquias el deber de auxiliarla, mientras que el objetivo de esa legislación consistía en obligar a la fuerza de trabajo desplazada del campo a disciplinarse de manera forzosa en las nacientes manufacturas y la vida urbana, so pena de cárcel y virtual esclavitud.

El análisis histórico pasa por la consolidación del capitalismo en el siglo XIX, en que el problema social adquiere dos perspectivas coetáneas: la liberal ascética, que percibe la riqueza como premio al trabajo (Mandeville), pero que promueve un individualismo insolidario que llega al paroxismo con el darwinismo social de Spencer; por otro lado, como subproducto de la Revolución Francesa se visualiza el problema desde la «dignidad humana» que no debe permitir la degradación social extrema, de la cual surgirá perspectiva de Bismarck, que busca atenuar el conflicto social con políticas de mitigamiento en las que la atención a la pobreza se desplaza de las parroquias a un deber del Estado.

La crisis posterior a la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa (primer intento concreto de construir una sociedad sin explotación de clases), la quiebra de 1929 y los dramáticos acontecimientos políticos de ese período, parieron el Estado Benefactor (J. M. Keynnes) como una forma de salvar al capitalismo de sí mismo, regulando la economía y las relaciones sociales desde el estado, dando origen así a la verdadera «política social». Pero el Estado Benefactor seguía siendo un estado capitalista que no podía superar sus contradicciones, dando paso el «boom» de la post guerra al estancamiento económico.

De esa crisis abierta en los años 70, se impone en la lógica del capital la doctrina neoliberal y su particular manera de enfocar el problema social, la cual arrecia a partir de la desaparición de la URSS, una de las amenazas a las que el estado de beneficio intentaba responder.

En «…la nueva fase de despliegue del capitalismo… la cuestión social sufre un replanteamiento correlativo…: retirada del estado, limitación fiscal, focalización, centralidad de la gestión de la pobreza (…), protagonismo del llamado tercer sector (ONG’s), alejamiento de los sectores medios de los servicios públicos y reorientación hacia el mercado, desplazamiento semántico de ‘igualdad’ a ‘equidad'», con el consiguiente aumento de la pobreza y la desigualdad (Pág. 321).

En fin, que la política social no ha escapado al objetivo de reproducir las condiciones de existencia del capitalismo administrando la cuestión social.

Frente a la ética individualista del capitalismo la ética de la solidaridad, única garantía de la libertad individual

El capítulo dedicado al neoliberalismo y la ética inicia analizando la filosofía del grupo de Mont Pelerine, y su ideólogo, Fiedrich von Hayek, para quienes el «igualitarismo» del Estado Benefactor mataba la libertad individual porque la desigualdad era un valor positivo, ya que alentaba la competencia, de la que depende el progreso social, en la perspectiva neoliberal.

Bajo la lógica liberal el individuo lo es todo, la sociedad o colectividad o no existe, o es una coerción contra el primero. Cita a Mario Vargas Llosa: «La libre elección está en la base del pensamiento liberal. Y lo está como manifestación de su individualismo, de su cerrado rechazo del colectivismo, de la defensa que hace, frente a la pretensión ideológica de convertir lo social en una instancia moral o política superior a los hombres y mujeres particulares». En palabras de Margaret Tatcher: «‘la sociedad no existe’, sería un invento de los comunistas» (Pág. 354).

Ayala señala que en vez de libre elección, esta nefasta ideología liberal es egoísmo social, que pretende elevar a la ética las reglas convenientes al orden social capitalista. esa ética liberal pretende naturalizar la desigualdad social y pone como su norte la competencia, y la división del mundo entre ganadores y perdedores, como algo «normal».

Esa perspectiva egoísta del capitalismo es introducida por el clima cultural en la mente de los oprimidos «mediante una sutil operación de fragmentación (demolición) de la estructura de la personalidad del individuo… y el consecuente desarrollo de los rasgos de carácter típicos, timidez, vida interior pobre, reverencia ante el poder, subordinación servil, baja autoestima y pobre autoconfianza, formas estereotipadas de pensamiento, inclinación al pensamiento mágico y a la superstición, resentimiento, canalizado con violencia en la relaciones personales, o en la situaciones de anonimato del individuo-masa… desprecio hacia los de su propio entorno…» (Págs. 368 y 369).

De manera que la lucha por una sociedad superior al capitalismo sólo puede construirse desde una ética en que «la libertad personal está en función de sí misma, mediada por la aspiración y la lucha por la emancipación humana y el enriquecimiento de la vida. Lo cual quiere decir que solo se torna realizable, alcanzable, sobre la base de una sociedad emancipada (de la explotación y las desigualdades estructurales) y emancipadora» (Pág. 375).

«El liberalismo es una falsa defensa de la libertad y la defensa de una falsa libertad», dictamina Ayala. Para él, «el yo humano solo puede actualizarse y ser entendido en el contexto condicionante y posibilitador del nosotros (la solidaridad es indispensable para el desarrollo de la individualidad); la consciencia/autoconsciencia solo puede surgir en la interacción; fuera de la interacción no hay sujeto humano…» (Pág. 382).

Crisis de la civilización es el fracaso de encontrar una salida al capitalismo

En sus conclusiones finales Roberto Ayala reflexiona sobre los grandes desgarramientos sociales, miserias y desigualdades que son producidos por este capitalismo del siglo XXI, llamado globalización o «capitalismo tardío». Reiterando, con Rosa Luxemburgo, que la disyuntiva humana actual está entre conquistar el socialismo o retroceder a la barbarie. La incapacidad hasta ahora demostrada para conseguir el primer objetivo es lo que explica los síntomas de la llamada «crisis civilizatoria».

«… sólo la acción consciente y decidida de los trabajadores, de todos los explotados y oprimidos, junto a la intelectualidad crítica y comprometida, siempre crucial, de todos aquellos, en fin que aspiran a un futuro de libertad, igualdad y solidaridad, puede abrir el horizonte a posibles vías de superación progresiva de la crisis civilizatoria a la que ha conducido el orden capitalista», concluye.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216675&titular=una-radiograf%EDa-marxista-de-la-globalizaci%F3n-

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Costa Rica: Reitera compromiso con objetivos y principios de Eulac

Costa Rica/16 Julio 2016/Fuente y Autor: PrensaLatina

 El vicecanciller Alejandro Solano reiteró hoy en Bruselas, Bélgica, el compromiso de Costa Rica con los objetivos y principios de la Fundación Eulac, de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).

La IX Reunión del Consejo Directivo de la Fundación Eulac sesionó hoy en esa ciudad belga con la asistencia de representantes de los 33 países de la Celac y los 28 de la UE, la cual comenzó con un minuto de silencio por las víctimas del atentado en Niza, Francia, apunta un comunicado de prensa de la cancillería tica en San José.

Destaca que Solano expresó su esperanza que en octubre venidero, en la reunión de cancilleres Celac-UE se firme el acuerdo que transforma la Fundación Eulac en organismo internacional, al tiempo que reconoció el plan de acción y la visión de trabajo de las nuevas autoridades de esa entidad para 2017.

Solano apuntó la importancia del mecanismo como generador de red de redes donde es fundamental la participación e involucramiento en la relación birregional de actores de la sociedad civil, el sector privado y de la academia, refiere la información oficial.

Agrega que el vicecanciller exaltó el aporte que la Fundación Eulac realiza al marco de reflexión birregional y el lugar que merecen las iniciativas en los distintos ejes de trabajo propuestos, en el cual Costa Rica menciona la importancia del tema cultural en la construcción de la relación birregional.

En ese sentido, Solano manifestó que San José aboga por que se incluya a futuro un eje en el plan de acción en la materia con el fin de compartir y destacar las identidades culturales de América Latina y el Caribe y la Unión Europea, en un mundo globalizado.

La nota de prensa resalta que fue acogida por los asistentes a la reunión la propuesta costarricense de promover las acciones de la Fundación Eulac, con el apoyo de las cancillerías.

Ambas regiones decidieron crear la Fundación EULAC en 2010 para fomentar la participación de la sociedad civil y otros agentes sociales en la construcción de la relación birregional, fomentar el conocimiento mutuo, así como proporcionar al público la información y formación necesaria para mejorar el conocimiento de la asociación estratégica entre la Celac y la UE.

La cancillerí costarricense señala además que durante la reunión en Bruselas, se presentaron los seis ejes de trabajo para el ejercicio del período 2016-2020: Creación de un espacio común euro-latinoamericano de educación superior (foro académico permanente, movilidad de investigadores y estudiantes, homologación común y reconocimiento títulos).

Asimismo, Ciencia tecnología e innovación (redes de centros de investigación e innovación, construcción de la agenda digital de América Latina, desarrollo de parques científicos tecnológicos, asociaciones con el sector industrial).

También, Transformación sostenible (Infraestructura, cambio de modelo energético hacia energías renovables, renovación de sistemas de transporte, desarrollo urbano, cambio climático) y Pymes (dinamización del comercio, creación de empleo, crecimiento económico).

Finalmente, Cambio Climático (gestión de riesgo en particular hacia el Caribe) y Cultura (biblioteca virtual, fomento del libro y lectura, desarrollo de museos, intercambios diversidad cultural birregional).

 

Fuente de la noticia:http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&id=5068921&Itemid=10

Fuente de la imagen: http://si.cultura.cr/sites/default/files/styles/capacitacion_financiamiento_logo/public/logos/1424408_687372527948267_1879148797_n.jpg?itok=3D1ybbHM

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Hacia una filosofía de la educación a distancia

Por: 

Latinoamérica no necesita más establecimientos escolares
para universalizar la educación.
Esto suena ridículo porque estamos acostumbrados
a pensar en la educación como un producto de la escuela,
y porque estamos inclinados a presumir
que lo que funcionó en los siglos XIX y XX
necesariamente dará los mismos resultados en el XXI.
De hecho, ninguna de las dos suposiciones es cierta.
              Ivan Illich

Después de haber sido invitada a construir el concepto de filosofía de la educación a distancia, para el Sistema Nacional de Educación a Distancia en México, me pareció que podía compartir algunos de los resultados de mi investigación y reflexión.

Para contribuir con la construcción del concepto de filosofía de la educación a distancia propongo tres momentos: 1) la crítica filosófica a la escuela; 2) la interpretación del concepto de filosofía de la educación a distancia y 3) la construcción de un concepto de filosofía de la educación a distancia. Tres instantes en el marco de la globalización y las telecomunicaciones, en compañía de Illich, Foucault, Cassin, García Aretio, Peters, Holmberg y Wedermeyer, entre otros.

La enseñanza por correspondencia nace desde la antigüedad, cual semilla de la educación a distancia. Las epístolas de Platón a Dionisio, las 124 cartas de Séneca (Epistolario a Lucilio) y las de San Pablo, forman parte de la historia de la educación a distancia. Desde la Universidad de Londres de 1858, la educación a distancia se abre paso en la historia de la cultura. Y en 1971 se funda la British Open University paradigma de la expansión de la educación a distancia en el mundo contemporáneo (García Aretio, Educación a distancia hoy, Madrid, UNED, 1994:24-27).

Los países del primer mundo dicen tener resuelta la enseñanza básica y media, pero la educación de adultos y la actualización no cuentan con una institución para la sociedad industrial. Los países en desarrollo no pueden satisfacer las necesidades básicas, menos las educativas. Por ello, es necesaria una crítica filosófica a la escuela, como lugar donde se reciben en grupo las enseñanzas de los maestros, para formarse como seres humanos y hacerle frente a la vida.

Recordemos que Ivan Illich critica el cúmulo de escuelas que se sembraron por todo el continente latinoamericano, para impulsar la riqueza de las naciones en la primera época industrial, y que ahora son reliquias obsoletas en una sociedad que pasa de una agricultura primitiva a la Era de la Globalización y la Internet. La escuela es producto de la ideología de la alfabetización universal, la vaca sagrada de Iglesia colonial y después la panacea del buen ciudadano del siglo XIX, que sabía leer y escribir, un logro comparable al bautizo del siglo XVII y al descubrimiento de la electricidad, pues todos los niños eran alumbrados por las letras y los números en la escuela. Más tarde, la educación escolar y universitaria, es identificada por el título universitario, la movilidad social y la propiedad de un automóvil. Pero la escuela no generó riqueza cultural y humana, que exigen nuestras naciones, azotadas por la pobreza de valores, el autoritarismo, la corrupción, la violencia social, la impunidad y el desempleo. Illich refuta el mito escolar, por su infantilización, despotismo y currículo oculto, fe inquisitorial: extra acholam nulla est salus (fuera del rito no hay salvación). Sin embargo, la debacle escolar es prometedora. Lo espera Illich: “[…] la tecnología propiamente controlada podría proporcionar a cada hombre la habilidad para comprender mejor su ambiente, conformarlo poderosamente con sus propias manos, para permitirle una intercomunicación que antes era imposible (Illich, En América Latina ¿para qué sirve la escuela? Buenos Aires, Búsqueda, 1985:60).

El nacimiento de la educación a distancia destaca las circunstancias económicas, sociales y políticas, pero olvida el deseo de autoformación, la complejidad de la vida, el embarazo y el matrimonio tempranos, las circunstancias geográficas y la vejez, además del rechazo a la sociedad moderna disciplinada, autoritaria y despótica, como la fábrica y el ejército, cual técnicas de dominación (Foucault, Dits et écrits III, París, Gallimard, 1994:395). Porque la escuela es el dispositivo para instituir los mecanismos de poder que se ejercen de manera consciente o inconsciente, pues no sólo es una forma de aprender a leer y escribir, sino una estrategia para imponer. Por ello, desde el siglo XVII se desarrolla en las colonias occidentales, técnicas para dominar a los escolares: formarse en fila, frente al profesor, como en el ejército (Foucault, Dits et écrits III, París, Gallimard, 1994:586).

Como la crítica a la Universidad requiere revisar a Foucault, Morin, Derrida y Lacan, baste la crítica a la Universidad, como paradigma la de las sociedades en desarrollo, por su masificación, disfuncionales instalaciones, falta de recursos económicos para contratar personal de primer nivel, produce universitarios deficientes y obstaculiza la movilidad social, que la desacredita. Como el panorama actual es crítico, es preciso ofrecer una salida, cuando es imperioso aceptar la coexistencia del estudio con el trabajo.

Los móviles de la educación a distancia pueden ser: 1) cultural y de educación permanente: deseo de profesionalización y movilidad social (Holmberg, Distance education a survey and bibliografy, London, Kogan Page, 1977:18); 2) sociopolítica: explosión demográfica y democratización de la educación; 3) ausencia de políticas públicas para atender a la población (Faure, Aprender a ser, Madrid, Alianza, 1980:211); 4) perspectiva económica: altos costos de los sistemas formales de educación (Harbison, “Recursos humanos y educación no formal”, Brembeck y Thomson, Nuevas estrategias para el desarrollo educativo, Buenos Aires, Guadalupe, 1976:86); 5) visión pedagógica: erradicar la dureza de la formación convencional; 6) aspecto técnico: acción multimedia que permite la educación a distancia (Jamison y McAnany, Radio for education and developmente, Sage Publications, 1978).

No olvidemos que Barbara Cassin escandalizó al mundo con su libro Googléame, donde critica a la Internet como imperio de la información, el comercio global, el poder y la moral, a través de un navegador que se presume universal, cultural y democrático: “Dicho de una manera brutal, Google es un campeón de la democracia cultural, pero sin cultura ni democracia. Porque no es un maestro ni en cultura (la información no es la paideia) ni en política (la democracia de los clics no es democracia) […] somos aristotélicos cuando hablamos, lo queramos o no; somos estadounidenses cuando googleamos, lo queramos o no (Cassin, Googléame. La segunda misión de los Estados Unidos, F.C.E., 2008:156).
Barbara Cassin cuestiona la doxa (opinión), porque no busca la verdad (Episteme). Google promueve la política distante de lo universal y de la paideia (pais, niño), la cultura, el lenguaje, el diálogo y la formación. Uno más uno no es demos (pueblo), sino grupo privado de la res-pública, la cosa pública, la República. Cliquear no es participar en el gobierno (cracia). Google intenta saberlo todo y poner a disposición cualquier técnica para acceder al conocimiento y la verdad (Cassin, Googléame. La segunda misión de los Estados Unidos, F.C.E., 2008:154).

Después de la crítica a la escuela y la Universidad, a pesar de que no es fácil elaborar teorías en este campo (Bruner, Towaed a theory of instruction, Harvard University Press, 1971:40), existen varios intentos de construir una filosofía de la educación a distancia:

I) Teoría de la autonomía e independencia de Charles Wedemeyer, que postula el derecho de todos los seres humanos a aprender: pobres, marginados, enfermos, etc. Condiciones de libertad para escoger el tipo de estudio, ritmo, medios didácticos y evaluación. Los efectos de la industrialización, la reivindicación de los derechos y libertades humanos, fundamentalismos políticos, inquietudes juveniles de los 60s, nuevos estilos de vida y demanda creciente de educación, exigen un nuevo horizonte para la educación de los adultos, que cuando las instituciones no apoyan sus demandas de aprendizaje, ellos buscan la educación no presencial: escritura, invención de la imprenta, educación por correspondencia, teorías democráticas para eliminar los privilegios, teorías de la enseñanza programada y telecomunicación, posibilitan la educación a distancia (Wedermeyer, Learning at the back door, Reflecctions on non-traditional learning in the lifeapan, University of Wisconsin Press, 1981). Autonomía e independencia irrenunciables, pues la educación también se sostiene en el desconocimiento, porque una de sus metas es el conocimiento, para liberarnos de las cadenas de la ignorancia, que nos hace esclavos hasta del maestro, cuando se asume como guía moral de los educandos. Ivan Illich lo advierte: “El profesor-como-moralista reemplaza a los padres, a Dios, o al Estado. Adoctrina al alumno acerca de lo bueno y lo malo, no sólo en la escuela, sino en la sociedad […] Los maestros de escuelas y los curas son los únicos profesionales que se sienten con derecho para inmiscuirse en los asuntos privados de sus clientes al mismo tiempo que predican a un público obligado […] el maestro pontifica como pastor, profeta y sacerdote —es a un tiempo guía, maestro y administrador de un ritual sagrado (Illich, La sociedad desescolarizada, Seix-Barral, 1974:48-49).

II) La Teoría de la industrialización, para Peters, en su tratado alemán, está fundada en que todas las personas implicadas en la educación deben comprender que existen dos formas de enseñanza: la tradicional cara-a-cara, fundada en la comunicación interpersonal y la enseñanza industrializada, basada en las formas técnicas de comunicación (Peters, “Theoretical aspects of correspondence instruction”, The changing world of correspondence study, university Press, 1973:310). Los principios que justifican la teoría de la producción industrial en la educación a distancia son: 1) los estudios a distancia están basados en la industrialización (trabajo en equipo de especialistas de las distintas áreas, división del trabajo como en la industria y radical cambio de las funciones docentes tradicionales); 2) producción masiva como los bienes de consumo, urbana y rural, con expansión geográfica; 3) organización racional del proceso y formalización de todas sus fases, con el modelo industrial; 4) planificación de los cursos como la producción industrial; 5) control de calidad cual proceso productivo industrial, para la eficacia, el mejor uso de las personas y del tiempo; 6) desplazamiento de la subjetividad propia de la educación presencial, por funciones objetivadas; 7) centralización y monopolización de la producción, para hacer rentable el sistema y 8) cursos redactados por eminentes catedráticos y técnicos en educación a distancia, que aseguren el éxito de la educación a distancia.

Peters reduce la educación a distancia a una pragmática cuyos desaciertos se pueden apreciar en las escuelas y universidades del mundo actual. Su enseñanza industrializada se reduce a la manipulación de los grupos marginados que deben entrar al Mercado Global, por razones económicas y con el modelo del trabajo industrial, cual bien de consumo. Una pragmática para empresarios, pero no para pedagogos o filósofos de la educación. Pero, como advierte Mario Vargas Llosa: “La verdad es que el formidable desarrollo de los medios audiovisuales en nuestra época, que, de un lado, han revolucionado las comunicaciones haciéndonos a todos los hombres y mujeres del planeta copartícipes de la actualidad, y de otro, monopolizan cada vez más el tiempo que los seres vivientes dedican al ocio y a la diversión, arrebatándolos de la lectura, permite concebir, como un posible escenario histórico del futuro mediato, una sociedad modernísima, erizada de ordenadores, pantallas y parlantes, y sin libros, o, mejor dicho, en la que los libros —la literatura— habrían pasado a ser lo que la alquimia en la era de la física: una curiosidad anacrónica, practicada en las catacumbas de la civilización mediática por unas minorías neuróticas. Ese mundo cibernético, me temo mucho, a pesar de su prosperidad y poderío, de sus altos niveles de vida y sus hazañas científicas, sería profundamente incivilizado, aletargado, sin espíritu, una resignada humanidad de robots que habrían abdicado de la libertad (Vargas Llosa, “Literatura, vida y sociedad, Adela Cortina (coord..), La educación en valores, 2000:134-135).

III) La teoría de la interacción y la comunicación (Holmberg, Distance education a survey and bibliografy, Kogan Page, 1977: 31-32), que propone como método la buena conversación didáctica orientada a través de varios momentos: 1) la relación personal entre estudiantes y profesores, que promueve el placer de estudiar; 2) un sentimiento que puede fomentarse a través de materiales de autoinstrucción y una comunicación a distancia por feed-back; 3) el placer intelectual y la motivación en el estudio, para favorecer el aprendizaje; 4) conversación amistosa; 5) mensajes dialógicos, comprensibles y memorables que faciliten el aprendizaje; 6) una conversación que permita óptimos resultados y 7) una planificación del trabajo, elaborada por la institución y por el estudiante, en el marco de un estudio organizado y finalista:

El sistema a distancia implica estudiar por uno mismo, pero el estudiante no está  solo; se vale de un curso y de la interacción con instructores y con una organización de apoyo. Se produce así una especie de diálogo en forma de tráfico en ambos sentidos, con intercambios escritos y telefónicos entre estudiantes e instructor u otros elementos que pertenezcan a la organización de apoyo. Ya se está produciendo indirectamente un diálogo a través de la presentación del tema de estudio, puesto que este tráfico unidireccional hace que los estudiantes analicen los contenidos consigo mismos. El diálogo es así tanto real como simulado. (Holmberg, Distance education a survey and bibliografy, Kogan Page, 1985:13). Holmberg rescata la filosofía de la educación clásica griega (Paideia), para nuestro presente, a través de un tema tabú en la educación: el amor, condición de todo posible saber y conocimiento. El amor al maestro, al que como en el diálogo El Banquete, se le ama porque se le supone el saber que el discípulo cree no tener. Lorenzo García Aretio lo define así: “La enseñanza a distancia es un sistema tecnológico de comunicación bidireccional, que puede ser masivo y que sustituye la interacción personal en el aula de profesor y alumno como medio preferente de enseñanza, por la acción sistemática y conjunta de diversos recursos didácticos y el apoyo de una organización y tutoría, que propician el aprendizaje independiente y flexible de los estudiantes” (García Aretio, Educación a distancia hoy, UNED, 1994:50).

Finalmente, hacia un concepto de filosofía de la educación a distancia, propongo que es el fundamento de una modalidad educativa que tiene por imperativos posibilitar a los hombres y las mujeres elevarse por encima de su condición animal, superando la ignorancia, accediendo al aprendizaje por sí mismos, para que prevalezca la inteligencia y la creatividad por encima de la irracionalidad y la esterilidad, además de la libertad en lugar de la servidumbre, la democracia por sobre el autoritarismo, la independencia y la autonomía contra la dependencia, a través de una enseñanza flexible, tolerante, abierta, valiosa, vital, revolucionaria, cosmopolita y hospitalaria, con igualdad sustantiva, innovadora y de calidad, gracias a nuevos métodos y tecnologías, que les permitan a los estudiantes transformar el mundo y transformarse a sí mismos, preservando el fin último de la educación: “conservar y transmitir el amor intelectual a lo humano” (Fernando Savater, El valor de educar, Ariel, 1997:180).

Fuente del artículo: http://michoacantrespuntocero.com/hacia-una-filosofia-de-la-educacion-a-distancia/

Fuente de la imagen: http://i.vimeocdn.com/video/476798089_1280x720.jpg

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