Por: Ana María Ramírez Zarza
“Ayudar al que lo necesita no sólo es parte del deber, sino de la felicidad”. José Martí
“La crisis de la escuela es la crisis de la democracia. Los gobiernos de derechas no quieren que la gente piense y la educación tiene un papel central en la lucha contra las narrativas tóxicas”. Henry Giroux
Luego de leer el artículo “Qué son las dificultades específicas de aprendizaje que están detrás de la mayor parte del fracaso escolar” en que habló la especialista de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), Laura Sánchez, de mi parte, considero pertinente cotejar amigablemente desde mi especialización socioeducativa y pedagogía cooperaria en tan espinoso asunto.
Afirma Sánchez que “las dificultades específicas del aprendizaje, recogidas en el ‘Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales’, son trastornos del neurodesarrollo que afectan a entre un 5% y un 10% de la población”.
Sánchez defiende la coexistencia de los dos modelos de educación: “Confío en la convivencia entre Educación Ordinaria con apoyos y profesorado especializado y la Educación Especial, siempre y cuando se respete la situación personal y de discapacidad de cada estudiante y la voluntad de la familia a la hora de hacer el dictamen para la escolarización del alumno”.
Sin embargo, la especialista no aludió, no refirió, al contexto socioeconómico negativo de los educandos, como la pobreza, la marginación, que son condicionantes muy fuertes en los estudiantes y su desempeño escolar.
Otro enfoque pedagógico.
La educación, para ser verdaderamente humanista, tiene que ser cooperativa, no puede: por lo tanto-a nuestro juicio-estar impregnada en el proceso enseñanza-aprendizaje de individualismo, porque el individualismo aparta, separa, enajena, a los educandos entre sí, impidiendo una verdadera relación de compañerismo y afirmación de la personalidad.
Una de nuestras preocupaciones, como especialistas socioeducativos, con el Prof. José Yorg es la de esclarecer el condicionante del contexto socio-económico, basado en la desigualdad social, en que, en un juego perverso, los pobres siempre pierden y por tanto, las dificultades diversas que enfrentan los estudiantes por esa pobreza no es su culpa, aunque intentan cargas sobre sus hombros como culpas, son los condicionantes lo que provocan trabas a su desarrollo intelectual.
Las dificultades de aprendizaje sólo pueden ser resueltos con otro enfoque pedagógico que fomente el trabajo y el estudio de manera grupal, de tal manera se auto-responsabilizan de su proceso de aprendizaje y aportan. Cuando los alumnos trabajan cooperativamente aprenden a brindar y recibir ayuda, se escuchan, dialogan y comparten, aprenden a buscar y encontrar en la cooperación miles maneras de resolver problemas.
Fotografía: Raúl Rodríguez
Fuente de la información e imagen: https://insurgenciamagisterial.com