Por: Ana María Ramírez Zarza y José Yorg
Resumen
El presente artículo aborda-nuevamente- el dilema de la educación cooperativa bajo designio de la concepción y práctica pedagógica liberal, que a nuestro juicio induce, en consecuencia y sin más, a la necesaria ruptura epistemológica en su teoría y práctica.
Presenta los dos problemas fundamentales sobre los cuales reflexiona. Se vale de rescates conceptuales de distintos autores sobre epistemología y pedagogía, y luego plantea el problema central: Repasar el reclamo de coherencia entre la educación cooperativa y su génesis pedagógica y didáctica. El artículo concluye con una crítica al sistema educativo oficial argentino.
Palabras clave: Educación, Educación cooperativa, Epistemología, Pedagogía, Génesis de la Pedagogía Cooperativa.
Presentación
“Creo que es necesaria una ruptura epistemológica en la pedagogía cooperativa, una revolución pedagógica para acercarnos a los educandos, aprender de ellos y juntos, colectiva y solidariamente generar el conocimiento”. Mario Schujman*1.
En realidad nos encontramos ante dos problemas fundamentales: El primer problema referido al reclamo de coherencia entre la educación cooperativa y su génesis pedagógica y didáctica; y el segundo problema es aquel que bien lo plantea Xavier Merchán Arízaga:
“Frente a la gran variedad de propuestas pedagógicas que ofrecen soluciones a los problemas educativos y que contrastan con la praxis generalizada, donde se dice en el discurso y los PEI asumir una nueva teoría educativa, pero que al momento de ser constatada en el aula, evidencia que no se ha dejado el tradicionalismo educativo del memorismo y el conductismo”.
En cuanto al primer problema nos sostendremos en nuestra posición expuesta en varios artículos y ponencias publicadas. Ponemos acento al señalar que con demasiada frecuencia se incurre en el error de asimilar a la pedagogía y didáctica cooperativa con métodos de enseñanza oficial, y así se contravienen en deformaciones de los contenidos, fines, objetivos, valores y principios cooperativos.
En lo referente al criterio pedagógico cooperativo que sostenemos, traemos a colación que también encontramos huellas inequívocas de la orientación pedagógica cooperativa al leer atentamente los objetivos de la idea de la cooperación que tuvieron los Pioneros, pues destacaban la imperiosa necesidad de construir un mundo con una nueva moral.
Sobre el segundo problema, coincidimos con el citado autor “Frente a esto se hace fundamental confrontar las ilusiones teóricas de las diversas propuestas educativas y sus fundamentos epistemológicos con la práctica en el aula; misma que no permiten un real cambio del sistema educativo”.
Pasemos ahora a los demás momentos, continuando con: ¿Qué entendemos por epistemología? Siguiendo en este punto a Mirella del Pilar Vera Rojas y a C Rosa María Massón Cruz y a su vez a Machín, R. (Pedagogía del oprimido: su aporte al estatuto epistemológico de la pedagogía) “La epistemología, en su acepción literal, significa teoría de la ciencia; pero este significado en la práctica varió con el decursar de la historia de la humanidad y en diferentes campos de las ciencias, donde se destacan la gnoseología, la filosofía, la sociología, entre otras. Con el tiempo y el desarrollo de estas se han incorporado otros estudios sobre la ciencia, como historia de la ciencia y ética de la ciencia, con suficiente producción teórica y gran número de investigadores como para constituir, en sí misma, áreas de investigación independiente. De ahí que la epistemología oriente su accionar al estudio y al análisis del conocimiento que produce la ciencia”.
Concluyen que “El estudio de la epistemología de la pedagogía representa, en la actualidad, un tema de discusión y análisis, que valora la necesidad de esta ciencia para el campo profesional del docente y contribuir a la solución de las problemáticas educativas que históricamente se manifiestan en los centros educacionales y otros temas emergentes que por su impacto en la educación merecen ser estudiados como parte de su estatuto científico”.
En el siguiente momento repasamos el significado de pedagogía:
“Todos estos trabajos requieren el reconocimiento de la pedagogía como disciplina, lo que no significa establecer límites a la manera de un cerco. Debemos considerar que los conceptos no conocen fronteras epistemológicas, ellos se relacionan de una teoría a otra adquiriendo en cada una un significado peculiar y un modo diferente de inserción en el conjunto de conceptos que conforman una disciplina. A la luz de este principio asumimos la relación de la pedagogía con otras disciplinas, convencidos desde luego de que las disciplinas avanzan a partir de conceptos y métodos que pueden provenir de otros campos de conocimiento. Pero este mismo principio puede dar cuenta de las consecuencias que acarrea el enrarecimiento de los saberes”. Pedagogía y Epistemología. Olga Lucía Zuluaga; Alberto Echeverri; Alberto Martínez B.; Humberto Quiceno; Javier Saenz; Alejandro Álvarez G.
Al problema fundamental sobre el reclamo de coherencia entre la educación cooperativa y su génesis pedagógica y didáctica. Respondemos:
La génesis de la Pedagogía Cooperativa.
Sostenemos la tesis de que la pedagogía y didáctica cooperativa posee autonomía metodológica propia, porque es la síntesis teórica y práctica de una constatación científica del hecho histórico y su proyección a nuestros días de la obra que los Pioneros de Rochdale efectuaron a la luz de los postulados enunciados por Robert Owen y sus propias experiencias, al analizar las profundas causas de las injusticias económicas en la que vivían y al encontrar en la forma cooperativa cómo terminar con el perverso orden capitalista que los mantenía en el infortunio permanente. También requería, en consecuencia, de otra cualidad formativa humana. Tomemos cualquier momento de la historia de la humanidad y comprobaremos que siempre se generaron contrapesos solidarios, a partir de acuerdos cooperativos a situaciones donde la especie humana hubo de separarse de esa condición social genética, ya sea por imperio de guerras o sometimiento a servidumbre.
Por ejemplo, al instaurarse un modelo de producción sobre la base de la máquina a vapor y su consecuente adecuación organizativa en instalaciones fabriles se inauguró la etapa episódica histórica conocida como “Revolución industrial” y en verdad, tan acertada denominación porque conmovió toda la vida de aquella Inglaterra, lugar geográfico que daría como reacción a todo ello la sistematización de la cooperación como contrapeso a las consecuencias nefastas para las grandes mayorías que trajo aparejada dicha transformación productiva. Así, expuestas las cosas en su exacta dimensión del largo trajinar humano hacia un mundo con equidad social y económica, observamos los condicionamientos que impiden el pleno desarrollo humano de las sociedades.
Esas consecuencias nefastas para las grandes mayorías del nuevo orden capitalista industrial merecieron el consecuente reproche moral de Robert Owen, quién asignaba a la educación como la mejor forma de construir un buen carácter social, buscó en consecuencia encontrar ,promover y aplicar el mejor método de enseñanza, dado que “expresó su insatisfacción con el sistema educativo vigente en términos inequívocos: “Entrad en cualquiera de las escuelas que se llaman nacionales y pedid al maestro que os muestre lo que saben los niños. El maestro llamará a los niños y les hará preguntas teológicas a las que los hombres más eruditos no pueden responder racionalmente; los niños, no obstante, responderán enseguida del modo que se les ha enseñado previamente; porque en esta parodia de la educación la memoria es el único requisito exigido. Así pues, el niño cuya facultad natural de comparar ideas o cuyos poderes de raciocinio queden destruidos más de prisa, si al propio tiempo posee una memoria suficiente para recordar cosas sin hilación, será el primero de la clase; y las tres cuartas partes del tiempo que debería dedicarse a impartir una instrucción útil, se habrá dedicado en realidad a destruir la capacidad mental de los niños” (R. Owen, 1814).
Owen buscaba un método pedagógico que interpretara su cosmovisión de la sociedad, la empresa y el hombre, creó entonces la Institución para la Formación del Carácter. “Aunque alababa los esfuerzos pioneros de Bell y Lancaster en este campo, criticaba sus planteamientos pedagógicos. La lectura y la escritura no eran más que instrumentos para impartir el conocimiento y eran de poco valor si no se enseñaba a los niños a utilizarlos adecuadamente. “El modo en que se imparte la instrucción es una cosa y la instrucción propiamente dicha es otra; y no hay dos cosas más diferentes entre sí”. Era importante pues adoptar el procedimiento de instrucción que mejor permitiese al niño entender los objetos y caracteres que le rodeaban” (p.4)
Visitó a Pestalozzi, que le pareció “otro hombre bueno y benévolo”. Owen creía que “su teoría era buena, pero sus medios y experiencias muy limitados, y sus principios, los del viejo sistema”, aunque admitió que la escuela estaba más adelantada que otras”.
Sin embargo, debemos apuntar, Owen, que pese a ser un gran comunicador no podía conocer la ciencia pedagógica, por tanto, estuvo a un paso, pero no llegó a interpretar el aspecto pedagógico de la cooperación en las aulas.
http://www.ibe.unesco.org/sites/default/files/owens.pdf
«El Contrato Social»
Es dable concluir que mientras las personas no posean las condiciones que garanticen ser dueños del fruto de sus esfuerzos no podrán desarrollar su personalidad, equivalente a decir, su mejoramiento humano. Cabe anotar aquí lo dicho por Juan Jacobo Rousseau, como ilustración de cuanto afirmamos, al ponderar que “ ningún ciudadano sea suficientemente opulento como para comprar a otro, ni ninguno tan pobre como para ser obligado a venderse’, expresado en su escrito «El Contrato Social».
Podemos, incluso, tomar como premisa los dos elementos necesarios a tener como imprescindibles en la búsqueda de un ambiente propicio para el mejoramiento humano que enuncia el pensador Rousseau al decir :“Si se indaga en qué consiste precisamente el mayor bien de todos, que debe ser el fin de todo sistema de legislación, se hallará que se reduce a dos objetos principales: la libertad y la igualdad; la libertad, porque toda dependencia particular es fuerza quitada al cuerpo del Estado; la igualdad, porque la libertad no puede subsistir sin ella.” Se necesita pues, ordenar la organización de la producción de tal modo que permita dar a cada cual las condiciones materiales y
espirituales para gozar de la libertad y de la igualdad, y en este punto, todo indicaría que el descubrimiento de la cooperativa como empresa económica social apunta a ello.
Robert Owen nos presentó con toda crudeza la imposibilidad de que la educación común tenga su efecto positivo sin tener su correlato en una nueva forma de organizar la sociedad, al decirnos «En mi calidad de empleador y director de manufactura en Lancashire y Lanarkshire, hice todo lo que pude para aliviar los males de mis empleados; y sin embargo, a pesar de todo lo que hice, con nuestro sistema totalmente irracional de creación de riqueza, de formación del carácter y de organización de todas las actividades humanas, sólo pude aliviar un poco la miseria de su estado; y ello pese a ser consciente de que la sociedad, incluso entonces, poseía medios sobrados para educar, emplear y gobernar a la población entera del Imperio Británico, haciendo de ellos hombres formados e inteligentes, unidos y prósperos para siempre, y para convertirlos en hombres y mujeres felices, de cualidades físicas y mentales superiores». (R. Owen, 1858).
Hecho histórico constatado por nosotros más de un siglo después al actuar como maestros de escuelas rurales de la Provincia de Formosa, al ver paulatinamente nuestros esfuerzos educativos disgregarse en la nada, pues en las campiñas formoseñas los cultivos tradicionales sólo generan mayor pobreza y desesperanza, dado que la educación común no brinda los conocimientos empresariales emancipatorios requeridos, queda casi descolgada de esa realidad. Esa realidad nos llevó, inspirados por el estímulo de una supervisora escolar, a estudiar la carrera universitaria de Tecnicatura en Cooperativismo. (Tecnicoop,su historia, parte I)
Criterio pedagógico cooperativo
También encontramos huellas inequívocas de la orientación pedagógica cooperativa al leer atentamente los objetivos de la idea de la cooperación que tuvieron los Pioneros, pues destacaban la imperiosa necesidad de construir un mundo con una nueva moral.
Tal era la idea expuesta en el primer Manifiesto en que difundían los ideales de la verdadera cooperación, destacaban la gran necesidad de construir, lenta pero ininterrumpidamente, un mundo con una nueva moral y un mejor sistema de sociedad, nos narra Goedhart, presidente de la ACI (1921-1927). Sigamos con el maestro Goedhart cuando nos ilustra sobre los Pioneros de Rochdale en sus inicios “tenían tras ellos la terrible experiencia de las condiciones de vida y trabajo que habían prevalecido durante y después del periodo de la revolución industrial. Eran conscientes, por experiencia, que los más pobres de los pobres eran esquilmados por los intermediarios quienes le cobraban precios de usurero para entregarles productos adulterados, robarles en el peso y extorsiónalos con los precios a cambio de sus miserables salarios.”
No podemos evitar el preguntar tras la lectura del párrafo anterior ¿no describe nuestro buen amigo una realidad también actual?
Así comprenderemos porque la Pedagogía Cooperativa es contestataria a “la moral perversa que empujó a los Pioneros y les dio fuerzas y coraje para empezar a luchar contra esas condiciones adversas.”
“Esta fue también la razón por la que se esforzaron por analizar las causas de las injusticias económicas en las que vivían y buscar los medios de terminar con ese viejo orden perverso, atacándolo en sus causas.”¡¡En extraordinaria luz Goedhart nos iluminó la génesis de pedagogía cooperativa!!
Conclusión
Nuestra tesis pedagógica se funda a la luz de los principios científicos que implican el indagar al fenómeno de estudio y explicar las leyes de funcionamiento que informan sobre él.
De tal razonamiento obtendremos distintivamente una economía capitalista, una economía social y una economía cooperativa.
La pedagogía, entendida como ciencia del saber y de la enseñanza, aplicada a la peculiar naturaleza del fenómeno social-económico cooperativo estudiado, evidencia y distingue como Pedagogía sui generis a la educación cooperativa y su didáctica, concomitantemente.
Señalamientos al sistema educativo oficial.
En primera instancia, el reproche va dirigido a los decisores políticos del sistema educativo oficial por el simple hecho de no haber expedido el decreto reglamentario de la Ley de Educación nacional N° 26206 en su artículo N° 90, y que permita de una vez por todas la efectiva aplicación de la educación cooperativa escolar en las escuelas argentinas que así lo desean, encarando las correspondientes capacitaciones sobre la temática.
El propio sector cooperativo no ha encontrado la fuerza que permita incidir en la prosecución del anhelado noble propósito del legislador de la citada norma educativa.
De nuestra parte hemos concluido que estos aspectos cargan enorme importancia y en función a ello, planteamos nuestra iniciativa formalmente ante el Ministerio de Educación de la Nación Argentina que sugiere que esa cartera convoque al “Congreso Pedagógico Cooperativo Escolar y Universitario”, ámbito propicio para debatir y discutir la esencia pedagógica cooperativa.
En cuanto a la segunda cuestión aquí estudiada, es decir, a los señalamientos necesarios que le cabe al sistema educativo oficial y que la pandemia lo evidenció sobradamente.
La educación oficial va poniendo fragmentos en los campos del saber cognitivos y actitudinales en las distintas áreas curriculares, es decir, caen uno sobre otros, independientes, y con una muy poca vinculación con la realidad demandante, lo cual es fácilmente comprobable en los Lineamientos Curriculares oficiales que llegan a las instituciones educativas y de ahí se transmiten al aula. Estos documentos no están adecuados a la educación en situación de pandemia. El resultado del mismo es la posibilidad de que todos esos saberes trasmitidos virtualmente, se sustentan con “alfileres” que a la menor brisa, caen abajo de forma estrepitosa.
Los directivos y docentes a su vez caen con frecuencia en divisiones, apremiados por la estrechez de sus salarios y otros problemas sociales y la abrumadora tarea del papeleo burocrático que les llegan, en cuanto a la comprensión de su tarea y con ello se agudizan los problemas socioeducativos, (desinterés, repitencia, etc.) algunos de los cuales pueden ser paliados, incluso superados, si las autoridades pedagógicas tuvieran el conocimiento propicio que les permita, en el ejercicio de su profesión, desterrar la Pedagogía y Didáctica tradicional, con matices de constructivismo, sarmientino, que aún hoy campean en nuestras escuelas, por otra que brinde alternativas positivas de integración de saberes, en sus raíces teóricas y prácticas, tal cual lo es la Educación Cooperativa, Por ello que es lícito afirmar que la educación una vez más está en crisis.
Los educandos, a su vez, reproducen inconductas y antivalores que mayoritariamente le absorben de un modelo de sociedad, pero también es dable decirlo, empiezan a cuestionarse sobre su legitimidad, ante un estado de necesidad permanente, por ejemplo, si tiene sentido esforzarse en la escuela, sus expectativas alguna de encontrar un puesto de trabajo al finalizarla se reducen a su deseo de ingresar a la Administración Publica, de la mano de algún político (mandamás) o bien ser mano de obra barata de alguna empresa, por cuanto ésta no le provee de las herramientas conceptudinales y actitudinales empresariales y sociales que le brinda la Educación Cooperativa, que son requeridas para, como lo dice Monseñor Coady “Ser dueños de su propio Destino”.
El agotamiento de esta educación, acelerada por el Covid 19, desde el cual, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, reclaman otra forma de relacionamiento, docente, alumno, curricula escolar, padres con mayor presencia protagónica, plantean otros saberes y otros métodos en los cuales, el Sistema Educativo no se preparó, tanto en lo que hace a la infraestructura, como también las herramientas y recursos didácticos digitales, con lo cual aumentó la incertidumbre pedagógica y la exclusión de algunos educandos, más allá de algunas experiencias aisladas de fraternidad y cooperación escolar.
Necesitamos otra educación, otro modo de trasmitir saberes, otra forma de gestionar las instituciones educativas, otra trayectoria educativa, otra gramática escolar, y como señala Inés Dussel (2007) La escuela, hoy más que nunca, debe ser el lugar que nos ponga en contacto con un mundo-otro, pero este mundo-otro no es, necesariamente, el mundo de las humanidades del siglo XIX, sino el mundo-otro que nos confronta con lo desconocido, con lo que nos permite entender y también desafiar nuestros límites, con lo que nos hace más abiertos a los otros y a nosotros mismos. La escuela —ya sea enseñando el lenguaje, la pintura, el cine o la computación— debería poder ayudarnos a relacionarnos más libremente… (La transmisión cultural asediada: Los avatares de la cultura común en la escuela).
Cabe interrogarnos ¿Cómo es posible comprender que los claustros universitarios no contengan los nobles saberes cooperativos, los Institutos ignoren la pedagogía cooperativa, convirtiéndose a docentes y educandos en ignorantes supinos?
Referencias bibliográficas.
COADY, M. M. (1975). “Dueños de su propio destino”- Intercoop-Cuadernos de Cultura Cooperativa-
DUSSEL, Inés (2007). La transmisión cultural asediada: Los avatares de la cultura común en la escuela. Propuesta Educativa Número 28 – Año14 – Nov. 2007 – Vol2 – Págs. 19 a 27 FLACSO ARGENTINA. Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales.
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df
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