Inició el año escolar en nuestra Patria. Venezuela es hoy uno de los pocos países del mundo que cuenta con un extendido sistema de educación pública de acceso universal y gratuito, desde la educación inicial hasta la universitaria. Una conquista del pueblo venezolano consagrada, como derecho humano, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que debemos valorar en su justa dimensión, en un contexto mundial donde la tendencia es a la privatización de este derecho.
El sistema financiero global, ávido de dinero para tapar los agujeros de la burbuja financiera que ha creado, ha puesto su mira en la educación, así como lo hizo con los inmuebles de millones de familias en la primera década de este siglo, para hipotecar mediante créditos estudiantiles a centenares de millones de jóvenes estudiantes en el mundo. En Venezuela eso no será posible, mientras haya Constitución Bolivariana.
La juventud venezolana cuenta con educación pública y gratuita, que cada día tiene que ser de mayor calidad, como garantía de capacitación, de formación para su porvenir. Son muchas las cosas que hay que perfeccionar e innovar en materia de acceso pleno a la educación, infraestructura, servicios de alimentación, acceso a las tecnologías de información, entre otras.
Pero más allá de estos temas, en el cual los gobiernos bolivarianos de nuestro Comandante Chávez y del Presidente Nicolás Maduro han hecho extraordinarios esfuerzos de inversión. Quisiera en este artículo puntualizar tres desafíos que como sociedad tenemos en materia educativa.
En primer lugar, debemos comprender y valorar el rol fundamental del educador, de la educadora, en especial del Maestro y la Maestra de educación inicial y primaria. Durante mi gestión como Ministro de Educación, tomé plena conciencia de que no se debe escatimar esfuerzos y recursos en garantizar las máximas condiciones laborales y sociales, en brindar todas las condiciones necesarias para la formación y toda la dedicación que haga falta para la transformación educativa al hombre, a la mujer que, dotado de una metodología para el proceso de aprendizaje, se presenta frente a 30 o más niños, niñas y jóvenes, la mayoría de los días del año.
La inmensa mayoría de nuestros educadores y educadoras, posee una vocación y una mística que debemos acompañar. No es cierto que el magisterio venezolano sea contrarrevolucionario, el educador y la educadora venezolana tienen un pensamiento y un accionar crítico, que con compresión amorosa puede ser canalizado para un gran cambio cultural en nuestro país. Yo, hoy, me siento más orgulloso de los maestros y las maestras de mi Patria.
El segundo gran desafío es avanzar definitivamente hacia una educación para la liberación, para la definitiva descolonización de la sociedad. Nunca más, en un libro escolar, la imagen de un indio arrodillado ante el invasor.
De nuestro sistema educativo debe egresar, generación, tras generación, un joven, una joven con identidad con nuestra historia de resistencia y lucha por la libertad; con reconocimiento y respeto por nuestra diversidad étnica cultural; con conciencia de clase; con capacidad de rebelarse frente a lo injusto, frente a la exclusión; con vocación para construir una sociedad amante de la paz, de la diversidad, de la igualdad social, donde el éxito individual, sí, el éxito individual, sea parte y sume a la prosperidad colectiva de todo el pueblo.
En tercer lugar, si queremos de verdad diversificar nuestra economía y superar la cultura rentística petrolera, hablo de cultura porque considero que la economía nacional tendrá siempre base en la renta petrolera y minera, dado los inmensos yacimientos de hidrocarburos y materiales preciosos y estratégicos sobre los cuales tenemos que preservar nuestra soberanía nacional, debemos comenzar por educar a una generación en una nueva cultura de la honestidad, del trabajo productivo, de la innovación científico tecnológica.
En tal sentido considero inaplazable iniciar un proceso, que debe ser paulatino, de incorporación de la formación técnico productiva, no sólo en las valiosas Escuelas Técnicas con las que contamos, sino a lo largo de todos los niveles y modalidades de nuestro sistema educativo. En cada Escuela, en cada Liceo se debe educar para la producción de alimentos, para el mantenimiento y la reparación (mecánica, carpintería, plomería, herrería, etc.); para la producción de contenidos informáticos, para las telecomunicaciones, para la robótica, en general para el trabajo no alienado, para el trabajo liberado y liberador.
El programa Todas las Manos a la Siembra, que ha llenado de conucos escolares nuestras escuelas, idea de nuestro Comandante Chávez inspirado en el Maestro Simón Rodríguez, impulsado con decisión por el Presidente Maduro y hecho realidad con la constancia y método del Profesor Carlos Lanz y de centenares de miles educadores, educadoras, estudiantes, cocineras, obreros y obreras, padres y madres, es el preludio de lo que tenemos que hacer en todas las áreas del saber hacer.
Superar estos tres grandes desafíos, que me atrevo a identificar, será la clave para despejar el camino hacia un buen porvenir, para sentar las bases de una sociedad democrática, educada, honesta, innovadora, productiva que conviva en paz a partir del reconocimiento de nuestra diversidad. Ya se visualiza en el horizonte. Será el sueño de nuestro Padre Bolívar realizado. Rumbo al 2030.
Los protestantes demandan que se destine al menos el 8% del PIB a la educación.
Una centena de jóvenes rechazados de la UNAM, el IPN y la UAM, salieron en marcha desde las oficinas de la transición de gobierno en la colonia Roma a la Secretaría de Educación Pública.
Poco más de 120 muchachos, algunos acompañados por sus padres, avanzan por Insurgentes para tomar Reforma, avenida Juárez, Eje Central y las calles de 5 de mayo y Brasil, para instalarse en asamblea permanente frente a la SEP, en espera de resolutivos de la mesa de negociación que arrancó a las 11:00 horas con autoridades educativas y universitarias ante quienes reclamarán la falta de espacios para unos 250 mil aspirantes a estudios superiores en la zona metropolitana del Valle de México.
Más de 120 jóvenes rechazados de la @UNAM_MX, el @IPN_MX y la #UAM, avanzan en marcha desde las oficinas de la transición de gobierno en la colonia Roma a la Secretaría de Educación Pública pic.twitter.com/3E8Ci3V39o
Además de demandar que se destine al menos el 8% del PIB a la educación, los jóvenes se inconformaron ante las rejas de las oficinas de Andrés Manuel López Obrador, por la designación de Esteban Moctezuma Barragán como secretario de Educación Pública del futuro gobierno.
“Moctezuma ha sido responsable del proceso de privatización de la educación pública y llamarlo a un gobierno que con mucha legitimidad fue elegido el 1º de julio, nos parece, no está dando alternativas diferentes a las de los últimos sexenios con una política que sigue siendo la misma: la exclusión”, señalaron antes de emprender su marcha.
Se dijeron dispuestos a abrir el diálogo con el poder; dijeron estar de acuerdo con el futuro primer mandatario del país, Andrés Manuel López Obrador, quien ha planteado la eliminación del examen de ingreso a la educación superior por su carácter de exclusión, pero el llamado del Movimiento de Aspirantes Excluidos de la Educación Superior (MAES) a los gobiernos que termina y con el que comenzará el próximo 1º de diciembre, es para dialogar sobre las políticas de “exclusión” en las universidades públicas e ir generando solución frente a 250 jóvenes que se han quedado fuera de las universidades nacionales tan solo en el Valle de México.
Lleva más de cuatro décadas dando lecciones, tanto en el ámbito universitario como el del instituto. Una experiencia que ha servido de espoleta para sus investigaciones sobre el arte de enseñar. Esta catedrática emérita de español en Suecia aborrece la llamada “nueva pedagogía”, que otorga más iniciativa a los alumnos en el aula, y defiende una enseñanza más tradicional. La tarea principal de la escuela debe ser, según ella, dar una base intelectual a los ciudadanos.
L SILENCIO REINA en la calle adoquinada en la que reside Inger Enkvist en Lund, una de las ciudades más antiguas de Suecia, con una de las universidades más importantes del país nórdico. Nadie diría que a pocos minutos andando está el centro urbano. Esa calma llega hasta el interior de su apartamento, un entresuelo con grandes ventanales y un jardín trasero comunitario. Su despacho, luminoso y lleno de libros, es un reflejo de su idea de cómo hay que entregarse a cualquier tarea intelectual: con orden, concentración, siguiendo unas normas…, leyendo.
Mientras la mayoría de los expertos educativos cuestionan la utilidad que tiene memorizar datos en la era de Google y abogan por terminar con las hileras de pupitres, las asignaturas y dar más libertad a los alumnos, Enkvist (Värmland, Suecia, 1947) defiende la necesidad de volver a una escuela más tradicional, donde primen la disciplina, el esfuerzo y la autoridad del maestro. Su punto de vista cuestiona los postulados de esa nueva pedagogía, pero también se distancia de aquellos que creen que la escuela es una fábrica de alumnos en serie y que debe centrar sus esfuerzos en competir con otros centros para ascender en las clasificaciones mundiales.
Comenzó su carrera educativa como profesora de secundaria y ahora es catedrática emérita de español en la Universidad de Lund. Ha centrado su investigación en la obra de Mario Vargas Llosa y Juan Goytisolo, y ha escrito ensayos sobre José Ortega y Gasset, Unamuno y María Zambrano. Ha publicado varios libros sobre pedagogía —como La buena y la mala educación (Encuentro, 2011)— y cientos de artículos, además de haber asesorado sobre la materia al Gobierno sueco. Sentada en el salón de su casa, Enkvist conversa en español sobre cómo cree que deberían ser las escuelas, mientras bebe un zumo de bayas servido con una jarrita de barro recuerdo de Segovia. Hablando con ella no cuesta nada imaginársela en su colegio, de niña, sacando muy buenas notas.
¿Cómo recuerda su escuela? Era pública y tradicional. No tengo malos recuerdos. Quizás había algunas clases aburridas, pero así es a veces la vida. Los alumnos llegaban a su hora y no había conflictos con los profesores. Suecia me dio una educación gratuita y de calidad.
“El nuevo desafío es controlar el acceso al móvil. Los colegios hacen bien en prohibirlo y los padres deben vigilar su uso en casa. Deben saber decir que no”
Los tiempos han cambiado. ¿Sigue valiendo la disciplina de entonces? La relación entre padres e hijos se basa más que nunca en las emociones. Tenemos una vida más fácil y queremos que nuestros hijos también la tengan. Pero la escuela tiene que ser consciente de que su tarea principal sigue siendo formar intelectualmente a los jóvenes. La escuela no puede ser una guardería, ni el profesor un psicólogo o un trabajador social.
¿Cuál debe ser la finalidad de la enseñanza infantil? Debe ser muchas cosas, pero su tarea principal es dar una base intelectual. Dar conocimientos a los jóvenes, prepararlos para el mercado laboral, trasmitirles una cultura y proporcionarles una idea del orden social, porque la escuela es la primera institución con la que se encuentran los niños y es importante que vean que hay unas reglas, que el maestro es la autoridad y que hay que respetarlo tanto a él como a los compañeros.
Pero la tecnología hace más difícil controlar a unos niños hiperestimulados. Siempre ha habido dificultades en el aprendizaje. Hace 50 años era que había que andar una hora para llegar al colegio o proporcionar comidas nutritivas. Hoy se trata de la enorme cantidad de estímulos. El nuevo desafío es controlar el acceso al móvil y al ordenador para que se concentren. Las escuelas que prohíben el móvil hacen bien. En casa, los padres deben vigilar el tiempo de uso de la tecnología. Prohibir es muy difícil porque se crean conflictos, pero un padre moderno debe saber decir que no. Debe resistir.
Hay pedagogos que afirman que la escuela tradicional es aburrida y educa a niños sumisos, y que hay que aprender a aprender. La escuela es un sitio para aprender a pensar sobre la base de los datos. Lo de insistir en aprender a aprender sin hablar antes de aprendizaje es una falsedad, porque no podemos pensar sin pensar en algo. Sin datos, no hay con qué empezar a pensar.
¿La escuela no debería ser un lugar donde pasarlo bien? La satisfacción de la escuela debe estar vinculada al contenido: entrar en una clase y que te cuenten algo que no sabías. Pero hay que saber que para entender algo nuevo hay que hacer un esfuerzo. Además, es fundamental que el maestro nos enseñe a leer y también cómo comportarnos. Es imposible aprender bien sin que haya orden en el aula. Esa es la base principal: comportamiento, lectura y aprecio por el conocimiento.
¿Qué opina de la tendencia de poner cojines en el aula para que se tumben los alumnos? Eso es engañar a los jóvenes. Para aprender a escribir, un niño tiene que sentarse bien, mirar hacia delante, tener hoja y papel, concentrarse… Aprender puede ser un placer, pero, insisto, requiere un esfuerzo y un trabajo. Hay que decírselo a los niños. Si no, les estamos engañando. Tocar el violín, por ejemplo, no es fácil. Requiere mucha práctica. Los estudios del psicólogo sueco Anders Ericsson mostraron que se necesita un esfuerzo prolongado para mejorar en cualquier cosa. Para ser bueno en algo tienes que dedicarle 10.000 horas. Y hay que hacerlo de forma consciente y trabajar con un maestro. Su investigación avala la idea tradicional de una escuela basada en el esfuerzo del alumno bajo la dirección de un profesor.
Algunos dicen que no hace falta memorizar porque todo está en Google. Esa es otra falsedad. Google es un instrumento genial. Es de gran ayuda a los adultos, porque sabemos lo que buscamos. Pero para quien no sabe nada, Google no sirve de nada. Hay intelectuales que andan por ahí diciendo que estudiar geografía no les fue útil. Creo que se han olvidado de cómo y cuánto aprendieron en la escuela. Afirmar tales cosas es una falta de honradez con los jóvenes. Y minusvalorar la importancia en sí de la vida intelectual del alumno.
¿En qué consiste la nueva pedagogía que critica usted? La nueva pedagogía es un pensamiento que se ve por todas partes en Occidente. Suecia lo puso en marcha en los sesenta. C0nsiste, por ejemplo, en la poca gradación de las notas, por lo que muchos piensan que para qué estudiar mucho si no se va a reflejar en el expediente. Se da mucha importancia a la iniciativa del alumno, se trabaja en equipo y, mientras desaparecen los exámenes, aparecen los proyectos y el uso de las nuevas tecnologías. En general, parece que se va a la escuela a hacer actividades, no a trabajar y estudiar. Se da más énfasis a lo social que a lo intelectual. En España esa tendencia empezó a llegar más tarde, con la LOGSE en 1990. Creo que es un error. Por una parte, los alumnos con más capacidades no desarrollan todo su potencial y, por otra parte, los que tienen una menor curiosidad natural por aprender no avanzan. Además, muchos gustos son adquiridos, como la historia, la lectura o la música clásica. Al principio pueden resultar aburridos, pero, si alguien insiste para que tengamos una primera toma de contacto, es posible que acaben gustándonos. Ahora muchos jóvenes eligen sin haber conocido y, claro, eligen lo fácil.
España es uno de los países de la OCDE que más horas dedican a los deberes. ¿Sirven de algo?Cuando la jornada es muy larga, como en España, no tienen sentido. Si un estudiante está cansado, poner deberes no mejora su rendimiento. Hay que buscar un número óptimo de clases por la mañana, cuando está más despierto, darle un tiempo de descanso y, por la tarde, quizás una tarea de repaso de lo que ha hecho durante ese día. Un buen ejemplo es Finlandia, donde los alumnos entran a las ocho de la mañana y salen a las dos de la tarde, incluido el almuerzo; salvo los jueves, que salen a las cuatro de la tarde.
De niña era usted una gran lectora. ¿Cómo despertar ese placer si un niño no está interesado? Era una lectora compulsiva. Nadie tuvo que insistir para que cogiera un libro. Pero hay niños que lo necesitan. Quizás al principio hay que forzarles un poco, animarles para que se conviertan en lectores de ocio. ¿Cómo se hace eso desde la escuela? Comprar buenos libros para la biblioteca y recomendar uno cada viernes. Un alumno puede contar lo que ha leído esa semana. Hacer pequeñas competiciones para ver quién ha leído más. Medir cómo aumenta su vocabulario. Y explicar que la lectura les permitirá, cuando sean adultos, desenvolverse mejor. Si los alumnos empiezan a leer, casi todos van a descubrir que es un placer. Pero necesitan horas. Se calcula que en la mayoría de los países se dedican 400 horas en primaria al aprendizaje de la lectura. Para ser un buen lector hacen falta 4.000 horas. Es imposible encontrar tanto tiempo en clase. Tienen que hacerlo en casa. Lo que pueden y deben hacer los padres es leer con sus hijos: apoyar la lectura y servir ellos mismos de modelo.
“Lo que las pruebas PISA no revelan
es si hay un buen ambiente en el aula, se inculcan buenos principios de trabajo o se enseñan bien las humanidades”
Pero las humanidades están perdiendo peso. Se dice que el mañana estará dominado por la tecnología y las ciencias naturales, y que lo histórico no es importante. Además, las pruebas PISA [exámenes organizados por la OCDE que evalúan las competencias de alumnos de 15 años en ciencia, matemáticas y lectura] no tienen en cuenta las disciplinas humanísticas porque es difícil comparar esos conocimientos entre países, así que la voluntad de competición les lleva a poner más énfasis en las materias que entran en PISA y descuidan las demás. Tanto en la escuela como en la familia se debe dar más énfasis a las humanidades.
¿La visión de PISA es la de una escuela que debería funcionar como una empresa? La OCDE es una organización económica y analiza la educación desde esa perspectiva. Lo que PISA no revela es si hay buen ambiente en el aula, si se inculcan buenos principios de trabajo, si se enseñan bien las humanidades, las ciencias sociales, las materias estéticas como el arte y la música, que son esenciales. PISA es una prueba muy específica que analiza algunas cosas. Las escuelas y los países deberían defender que ellos ofrecen mucho más que eso.
En sus libros señala a Finlandia como uno de los grandes modelos. La educación de Finlandia ha sido tradicional, aunque hace dos años el Gobierno puso en marcha un programa más parecido al de Suecia, porque mi país tiene un rendimiento escolar inferior, pero disfruta de un comportamiento económico superior y ha creado empresas tecnológicas como Spotify y Skype. El Gobierno finlandés parece pensar que con un poco de desorden sus colegios serán más creativos. No lo creo.
¿Finlandia era tradicional? No hay exámenes en la educación obligatoria ni los había antes de esa reforma que menciona. Hay que repensar la fobia a los exámenes. El examen ayuda a centrarse en un objetivo. Que tal día tienes que saber estos conocimientos. Un buen profesor enseña cosas a los alumnos, repasa con ellos y les pone algunas pruebas. Y construyen otras enseñanzas sobre lo ya aprendido, así que esos conocimientos vuelven a salir más adelante. No pone un examen sobre algo sin importancia. Con las reválidas pasa lo mismo. Son una meta clara. Ayudan a tener una visión global.
En Finlandia no se compara tanto a los colegios, algo habitual en España. ¿Es así? En Finlandia siguen con la tradición de confiar en sus profesores. Cuando hay un control estatal del rendimiento y se hacen comparaciones entre las escuelas, el ambiente se enrarece. Para los profesores, genera estrés y rencor hacia quien te controla.
¿Cómo debe ser un buen profesor? Responsable y bien formado. Debe creer en el poder del conocimiento. Uno no es buen profesor solo por lo que sabe de la materia, ni solo porque sabe ganarse a los alumnos. Hay que combinar ambos elementos: atraer a los alumnos a la materia para enseñarla adecuadamente. Hay que reclutar a profesores excelentes en los que puedan confiar alumnos, padres y autoridades. Y a no ser que haya una situación grave, debemos dejarles trabajar.
¿Cómo ha sido su experiencia en clase? El alumno tiene que respetar las indicaciones del profesor, hacer las tareas y, por ejemplo, no mentir. Antes, mentir era muy grave. Ahora parece que no pasa nada. He visto a jóvenes que se inventan motivos para justificar por qué no han hecho un trabajo, que escriben de forma poco legible para generar dudas o discuten todo el rato con los profesores. Sé lo desagradable que resulta que un alumno intente mentirte. Lo he visto, en el instituto y en la universidad. Cuando un profesor siente que no se le respeta, que intentan engañarle, se rompe toda relación de enseñanza.
¿Qué hacer con los niños que molestan y no dejan trabajar a los demás? Eso es un tabú. Se considera poco democrático. Se dice que hay que dar una oportunidad a todos. Pero ¿qué pasa cuando un niño conflictivo no deja trabajar a los demás, cuando se ha hablado con él y con los padres pero no rectifica? Hay que ponerlo en un grupo aparte a ver si así se da cuenta y cambia.
¿Y los niños que se esfuerzan, pero no llegan al nivel? Se les puede dar clases de apoyo. Y ofrecer itinerarios diferentes, como ocurre en el caso de Singapur.
¿Y repetir curso? Hacer repetir a un niño a veces sirve y a veces no, porque cada uno es diferente. A mí me gusta el sistema de Singapur, donde el lema es que cada niño pueda llegar a su nivel óptimo. Para ello hay diferentes formas de conseguirlo: una vía digamos normal y otra vía exprés. La segunda incluye más contenidos en menos tiempo. Algunos dicen que es menos democrático, pero yo creo, al revés, que es más democrático porque conviene al niño, a la familia y al Estado. Y hay menos abandono escolar, un problema mucho más grave.
¿No se aprende también por imitación? Es decir, ¿los adelantados pueden tirar de los que se quedan atrás? Funciona cuando el grupo tiene de media un buen nivel y un buen profesor. Y si los que se tienen que integrar son pocos y quieren hacerlo. Si no, lo que suele pasar es que los que no quieren trabajar arrastran a los demás.
El bilingüismo que combina el inglés y el español prolifera en los colegios españoles. ¿Habría llevado a sus hijos a una de estas escuelas?Primero, analizaría otras opciones. Aprender inglés está bien, pero hay que preguntarse qué dejamos de aprender de otras materias. Tengo dudas. Creo que se puede aprender bien inglés con algunas horas de clase sin sacrificar otros conocimientos, como por ejemplo las ciencias. En Suecia no se empieza con el inglés hasta los 9 o 10 años.
“El movimiento reformista de 1918 fue una extraordinaria avanzada democratizadora para las universidades argentinas, pero también un importante aporte en igual sentido para las universidades latinoamericanas y de todo el mundo, donde sus ideas se extendieron y aplicaron, incluso en Europa luego de las luchas iniciadas en el “Mayo Francés” de 1968.”
En mi paso por la Universidad Nacional de Córdoba, donde me gradué como ingeniero en 1967, tuve la ocasión de participar en instituciones universitarias (1) que fueron producto de la histórica gesta estudiantil de 1918 y de comprender con esa experiencia el profundo legado de aquellos eventos conocidos como “La Reforma Universitaria”, cuya justificación y contenido quedaron expresados en el Manifiesto Liminar (1) emitido por aquellos esclarecidos, valientes y luchadores dirigentes estudiantiles, entre los que se destacó Deodoro Roca.
El contexto nacional y mundial de aquellos años era de cambios revolucionarios. Se había producido la revolución rusa de 1917, estaba en pleno proceso la revolución mexicana (1910-1920) y en nuestro país ejercía la presidencia el gran líder popular Hipólito Yrigoyen que ganó la primera elección por voto universal de nuestra historia en 1916. No es de extrañar entonces que este contexto haya influenciado al movimiento reformista estudiantil de 1918, que viniera a remover en la muy tradicional y conservadora Universidad de Córdoba a los sectores oligárquicos anquilosados en las cátedras y en la dirección de la universidad y a sus métodos retrógrados, impulsando una revolucionaria democratización y modernización: autonomía universitaria; gobierno tripartito de profesores estudiantes y egresados; nombramiento y renovación por períodos limitados de profesores, por concursos de oposición y antecedentes; libertad de cátedras; extensión de la universidad hacia la sociedad; libertad de expresión, manifestación y organización en las universidades; gratuidad y libre ingreso; entre otras reivindicaciones progresistas.
El movimiento reformista de 1918 fue una extraordinaria avanzada democratizadora para las universidades argentinas, pero también un importante aporte en igual sentido para las universidades latinoamericanas y de todo el mundo, donde sus ideas se extendieron y aplicaron, incluso en Europa luego de las luchas iniciadas en el “Mayo Francés” de 1968.
La combinación de autonomía universitaria y gobierno tripartito, representaron un importante salto cualitativo de la democracia en las universidades públicas, porque permitieron que se gestionaran con un sistema participativo, permitiendo que estudiantes y egresados cogobernaran, conjuntamente con los profesores, algo inédito hasta ahí. En el largo camino histórico mundial de construir una sociedad con una institucionalidad de democracia participativa, superadora de la democracia liberal solamente representativa y delegataria, este aporte de la Reforma Universitaria en Argentina no deja de ser de gran significación. Podemos por ejemplo hacer el paralelo con la necesidad de impulsar la participación de los asalariados en la gestión de las empresas y en la administración pública, como vía para construir una sociedad más democrática, libre y justa.
Las ideas de extensión universitaria hacia la sociedad, impulsaron a su vez que las universidades públicas fueran, por un lado, caja de resonancia de los problemas de la sociedad, pero además que intervinieran externamente y de diversas formas en esa realidad, lo cual se verificó particularmente por parte del claustro estudiantil. Pude participar en eso y constatar su importancia cuando, en 1966, integrando la Coordinadora Estudiantil que dirigió la gran huelga y acciones estudiantiles contra la intervención universitaria impuesta por la dictadura militar de Onganía, la movilización estudiantil logró el importante apoyo de los trabajadores, entre ellos del inolvidable Agustín Tosco, así como de vastos sectores populares en Córdoba, lo cual creo fue a su vez preámbulo de los eventos que se produjeron en 1969 con el “Cordobazo”, que tuvieran gran importancia en que la dictadura militar se viera finalmente obligada a retroceder y llamar a elecciones en 1973. Los diversos sucesos históricos de unidad obrero-estudiantil han sido, en parte no menor, una de las consecuencias de las ideas de la Reforma Universitaria.
En cuanto al aspecto académico, la designación de profesores por períodos de tiempo limitado y su designación y eventual renovación mediante concursos de oposición y antecedentes, la autonomía y el gobierno tripartito, han contribuido a que las universidades públicas en Argentina tengan un reconocido nivel de calidad, a pesar de las permanentes restricciones presupuestarias y las lamentables irrupciones que sufrieron durante las dictaduras militares.
Otros logros como la gratuidad y el ingreso libre han permitido que muchos estudiantes de origen económico humilde hayan podido estudiar en las universidades públicas, aun cuando muchas veces hayan tenido simultáneamente que trabajar, aportando así algo de justicia social en la sociedad capitalista injusta en que vivimos.
La Reforma Universitaria impulsó a que tuviéramos más libertad, justicia, democracia y nivel académico en las universidades y a que quienes pasan por su seno tengan asimismo la oportunidad de elevar su conciencia social y de comprometerse en consecuencia en la sociedad en que viven, para ser así “sujetos activos de la Historia y no objetos pasivos”.
Carlos Mendoza es el seudónimo utilizado por Carlos Domingo Alonso durante la dictadura militar iniciada en 1976 y actualmente como escritor. Es ingeniero, escritor, especializado en temas políticos y económicos. Fue miembro del Consejo Superior de la Universidad Nacional de Córdoba en representación del claustro estudiantil entre 1965 y 1966 y presidente del Centro de Estudiantes de Ingeniería en esa universidad entre 1964 y 1965. Integró la Mesa Coordinadora Estudiantil que dirigió la huelga general en la Universidad de Córdoba en 1966, contra la intervención de las universidades impuesta por la dictadura de Onganía. Es cofundador y miembro de la dirección de Tesis 11.
Un programa de préstamos de transporte a pedales en Tanzania se ha convertido en una herramienta eficaz para evitar el abandono escolar y prevenir los abusos
A Anastasia Chikoti le quedaba demasiado lejos la escuela de Mwitikira. A una hora y media de distancia. Demasiado tiempo para desear no volver nunca y para que alguien la agrediese por el camino. En Tanzania, el 11% de las niñas de entre 15 y 19 años han sido forzadas sexualmente. Desde que hace un año le entregaron una bicicleta, a Anastasia el futuro ya no le queda tan lejos. «Quiero estudiar. O ser soldado». Ya no piensa en dejar el colegio. Cada vez menos en que alguien la pueda violar.
“Nuestro principal objetivo es evitar el abandono escolar, especialmente entre las jóvenes que tienen que recorrer largas distancias para asistir a clase cada día; la mayoría de ellas acaba por no volver”, relata Eileen Mwalongo, una de las responsables de Msichana Initiative. «Pero nos dimos cuenta de que ese proyecto podía ayudar también en la lucha contra la violencia sexual: las niñas aquí siguen siendo muy vulnerables a las violaciones».
La idea es sencilla: poner a disposición de las alumnas que residen más lejos una bicicleta con la que desplazarse. Desde el pasado diciembre cuentan con diez unidades. Aún es pronto para que los resultados se traduzcan en estadísticas de menor abandono escolar, pero los indicadores cualitativos son esperanzadores: «El programa les está ayudando mucho. Tienen más energía para atender a las clases», asegura el profesor Mkumbo, jefe de estudios de Mwitikira.
El 11% de las niñas de entre 15 y 19 años en Tanzania han sido forzadas sexualmente, según Unicef
«Yo me siento mejor, tengo más fuerza», corrobora Jema. Su aldea, un pequeño poblado de labradores en plena llanura de Dodoma, está a algo más de cuatro kilómetros de la escuela. «Antes tardaba mucho tiempo en llegar, más de un hora, ahora apenas 15 minutos». La carretera sigue siendo pedregosa, polvorienta en verano y resbaladiza cuando alivia la lluvia, pero los kilómetros avanzan siempre veloces sobre dos ruedas. «Me siento cómoda con la bicicleta, me ayuda mucho. Antes tenía que levantarme muy pronto y venir caminando, por lo que después estaba muy cansada para atender». En las últimas semanas, sus calificaciones están mejorando. «Lleva mejor los estudios», es ahora el profesor Mkumbo quien corrobora. Jema sonríe mientras lo escucha. Mientras tenga su nuevo medio de transporte podrá seguir soñando con ser enfermera. Quién sabe, quizá incluso doctora.
El transporte, la nueva barrera contra la educación
Hasta hace tres años, los costes económicos, alrededor de 100.000 chelines tanzanos anuales (unos 36 euros), eran esgrimidos como principal freno. Tras la llegada al poder del controvertido John Magufuli, el Gobierno ha extendido la gratuidad a todos los cursos de educación básica. “Cuando digo gratuita, quiero decir completamente gratuita”, declaró el mandatario en alusión a las tasas o contribuciones parentales habituales en el país para hacer frente a reparaciones en la escuela, compra de libros o hasta el pago de salarios a los profesores y que suponen un gasto extra de 20.000 chelines (algo más de siete euros) por alumno.
A principios de 2016, el ministerio de Educación envió una carta a los centros escolares instándolos a no cobrar más esas tasas, al tiempo que se comprometió a aumentar la inversión en educación —actualmente supone el 22% del presupuesto nacional— para que, en un cumplimiento de su agenda de desarrollo, la totalidad del sistema educativo sea gratuito en 2030.
Lo que no aborda el ideario marcado por Magufuli es el problema del transporte, una de las barreras que sigue alejando a muchos estudiantes de la escuela. Con distancias por encima de los diez kilómetros a recorrer a pie, a muchos alumnos les resulta muy difícil llegar, y cuando lo hacen es a menudo tarde, lo que conlleva reprimendas e incluso castigos físicos: según el African Child Policy Forum, el 78% de las chicas y el 67% de los chicos han sido golpeados o pateados en más de cinco ocasiones por sus profesores. Esto hace que opten por quedarse en hostales o pensiones próximas, lo que dispara el coste para las familias, muchas de ellas con ingresos inferiores al dólar diario. A la postre, esto se convierte en una razón más para justificar el abandono escolar.
“Los retrasos frecuentes terminan convirtiéndose en castigos por parte de los maestros. En mi opinión, otra medida que puede ayudar a reducir el abandono entre las jóvenes es la construcción de albergues donde puedan comer y tener acceso a los recursos necesarios”, subraya Eileen Mwalongo. En la escuela de Mwitikira están comprometidos con esta forma distinta de hacer las cosas. Aquí, a las 10.35 y a las 14.00 se detienen las clases para comer. Porridge —papilla de avena— o frijoles. La mayor dificultad, señala el jefe de estudios, está en el agua: “Esta zona está muy afectada por la sequía y tenemos que recorrer medio kilómetro para aprovisionarnos de la necesaria para cocinar”.
Menos de un tercio de las jóvenes que se matriculan en secundaria completan su formación según el Banco Mundial
Para el profesor Mkumbo, la falta de materiales adaptados a la educación infantil, el estado de las instalaciones —muchas sin luz— y el cansancio con el que muchos alumnos acuden a clase están detrás de estos malos resultados académicos. “Desde que no tienen que caminar esas largas distancias su rendimiento escolar es muy superior. Y esto ayuda a que haya menos abandonos”, glosa el responsable de estudios de Mwitikira. “Yo antes estaba siempre agotada”, insiste Anastasia. Ahora, aunque se canse quiere seguir estudiando.
Contra la violencia sexual
Las bicicletas de Veice, de Beatrice, de Elizabeth, de Jema, de otra Elizabeth, de Joyce, de Judith, de una tercera Elizabeth, de Ezeleda y de Anastasia se refugian del sol violento de estas latitudes bajo la sombra del árbol más cercano a la clase. Durante el curso, están siempre a disposición de estas diez alumnas, las que más lejos viven de la escuela. Para ir al médico. A comprar el fin de semana. Para venir a la escuela. “También les ayuda para evitar las agresiones sexuales. Las protege de los hooligans”, subraya el profesor Mkumbo.
El reto, prosigue Eileen Mwalongo, es transformar el trato como «personas de segunda categoría que reciben las adolescentes en muchas sociedades africanas», «negándoles sus derechos básicos a la educación» y conduciéndolas hacia un matrimonio en régimen de dependencia económica. Una simple bicicleta puede servir para empezar a cambiarlo todo.
Un nuevo estudio de la Internacional de la Educación en Lagos, Nigeria pone en tela de juicio a las empresas privadas de educación que reciben ayuda internacional.
Empresas extranjeras que operan con ánimo de lucro en el sector de la educación, como Bridge International Academies (BIA), están tomando como objetivo a familias en Lagos, Nigeria, mediante la creación de centros educativos de pago con vistas a expandir su modelo empresarial. ¿Es esta una buena opción para los padres y madres que buscan una escuela de calidad para sus hijos/as?
Nigeria es sólo uno de los múltiples objetivos de Bridge, cuyos centros han sido cerrados en Kenia y Uganda por violar la legislación nacional. El pasado mes de marzo, una Corte Suprema de Uganda sentenció que Bridge estaba operando de forma ilegal, en flagrante menosprecio de los requisitos mínimos establecidos por la ley.
Bridge es una de las mayores empresas de educación con ánimo de lucro del mundo, cuyo objetivo es vender sus servicios privados a 10 millones de alumnos/as en toda África y Asia hasta 2025. Según un nuevo estudio presentado por la Internacional de la Educación el 31 de mayo en Lagos, Nigeria, los centros de Bridge, que emplea a personal sin cualificación con bajos salarios, no son una opción de calidad para el alumnado matriculado ni para las comunidades en las que éste vive.
La investigación Calidad e igualdad, un estudio comparativo de escuelas públicas y privadas de bajo coste en Lagos analiza el rendimiento de las escuelas públicas y privadas en Lagos en términos de calidad e igualdad, sobre todo en lo que se refiere al alumnado proveniente de hogares de bajos recursos.
Más costoso y menos calidad
La investigación revela que desde los años 80 ha habido una oferta estatal de educación primaria insuficiente en Lagos. Como resultado ha florecido un amplio sector privado carente de regulación efectiva. Actualmente operan en Lagos unas 18.000 escuelas privadas, lo cual supone un incremento del 50 por ciento desde el año 2011.
La investigación encontró que entre los proveedores de educación privada, Bridge es en promedio más costoso para los padres, emplea personal sin cualificaciones, tiene unos estándares bajos en lo que se refiere a la formación del personal y otorga menos importancia a la inclusión y a la igualdad que otros. En comparación, las escuelas públicas de Lagos, que son gratuitas, cuentan con docentes con el máximo nivel de cualificación: todos/as poseen cualificaciones formales para ejercer la enseñanza y tienen acceso a formación continua.
Los investigadores también notaron que pese a la inversión limitada y otros retos a los que se enfrentan las escuelas públicas, los/as docentes estaban comprometidos con sus estudiantes y con los valores de igualdad e inclusión.
Invertir en educación pública
Frente a esta situación, el Secretario General del sindicato Nigeria Union of Teachers (NUT), Mike Ike Ene, ha declarado que “las escuelas privadas de bajo coste no son una alternativa a la educación pública. Si no se realizan inversiones en la educación pública no se cubrirán las necesidades de todos/as los/as niños/as, y se seguirán socavando la calidad y la igualdad en la educación. Apoyamos a la Internacional de la Educación en la realización de esta investigación, que además subraya la profesionalidad y la dedicación de los/as docentes de la escuela pública en Nigeria, así como su empeño pese al desafío que supone ofrecer una educación de calidad para todos/as”, añadió.
“La educación es un bien público y el derecho de cada niño/a, y por lo tanto su provisión debería ser una responsabilidad fundamental del Gobierno”, han declarado en un comunicado conjunto el presidente del sindicato Nigeria Union of Teachers (NUT), Michael A. Olukoya, y Mike Ike Ene, Secretario General del NUT. “Todo tipo de cuota y cualquier barrera económica son un obstáculo al acceso a la educación, sobre todo para las niñas y los socialmente desfavorecidos. Hasta la fecha, el progreso global en el acceso a la educación sólo ha sido posible gracias a la expansión del sector público y a la eliminación de las cuotas”, añaden.
David Edwards, Secretario General de la Internacional de la Educación, añadió que “No es la primera vez que uno de nuestros estudios expone las prácticas de explotación de esta cadena empresarial de la educación. Desde Kenia, pasando por Uganda y Liberia hemos visto cómo los centros de Bridge están contribuyendo a la intensificación de la segregación en la educación. Están socavando el derecho de niños y niñas a la educación gratuita de calidad.”
El informe “Calidad e igualdad, un estudio comparativo de escuelas públicas y privadas de bajo coste en Lagos” por E. Unterhalter, L. Robinson, y J. Ibrahim (2018) está disponible aquí: pdf
Los jóvenes que no trabajan ni estudian en el país suman más de medio millón. De ellos, un 64% son mujeres y otro 61% sí quiere trabajar. Autoridades y expertos comparten su visión para avanzar y dejar atrás estas cifras.
El fenómeno de los “ninis” (jóvenes entre 15 y 29 años que no trabajan ni estudian) es global y para Chile no es motivo de alegría ocupar el 9° lugar con mayor porcentaje de estos jóvenes en el mundo, según el ranking 2016 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y el 6° puesto entre los países que pertenecen a esta organización.
Si bien la cifra ha ido disminuyendo con los años, en el país todavía existen 545.654 personas en esta condición y el mayor porcentaje se concentra en la zona norte (22,37%), según un reciente estudio elaborado por Actitud Lab, presentado ayer en el Seminario “Encuentro empresarial por los jóvenes y su empleabilidad: Desafíos públicos, soluciones privadas”, organizado junto a la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa).
Según la medición, en una de cada 12 viviendas chilenas hay un nini y el 41,07% de ellos pertenece al grupo socioeconómico D y un 32,70% al C. Un alto porcentaje de ellos sí quiere trabajar (61%) pero el no tener con quien dejar a los niños (24,42%) y la responsabilidad de los quehaceres del hogar (23,15%) son dos de las principales barreras, revela la investigación. A ello se suma que el porcentaje de embarazo adolescente de las ninis chilenas es alto (63,13%), siendo uno de los factores que aumenta la probabilidad de ser nini, al igual que la baja seguridad social y el vivir en zonas rurales. Por el contrario, un año más de escolaridad y vivir en la zona centro o sur reduce dicha probabilidad.
La investigación pone en relevancia el papel de la educación en la disminución de los ninis. Con más oportunidades en este ámbito habría un 2,1% menos de ninis. Incluso, si bajara su prevalencia, el PIB podría crecer en un 3,7%.
Gratuidad
En el papel que juega la gratuidad en la educación coincidieron los participantes al seminario, entre ellos, el ministro de Educación, Gerardo Varela, quien resaltó la mirada en 360° del gobierno para solucionar esta problemática.
Puntualmente sobre el impacto de la ley de gratuidad publicada esta semana en el Diario Oficial, el secretario de Estado reconoce “que por supuesto la gratuidad tiene un efecto en la menor deserción (de estos jóvenes) a nivel, particularmente, de Institutos Profesionales y de Centros de Formación Técnica, así que es una buena noticia”.
Invitada al encuentro, la exministra de Educación, hoy vicepresidenta de Icare, Vivianne Blanlot, destacó el caso de un centro de formación técnica cuya demanda de ninis ha sido extraordinaria gracias al trabajo colaborativo de la empresa privada y de otros actores que hicieron posible su funcionamiento.
“De los jóvenes que entraron a ese programa, un 25% de ellos eran ninis y el 90% pertenecen a los tres deciles más bajos. Pueden optar a la gratuidad, entonces la idea de promover una gratuidad más extensa para los centros de formación técnica es una idea muy virtuosa porque permite esta colaboración”, subraya.
Para el presidente de la Sofofa, Bernardo Larraín, “si hay que focalizar la gratuidad en algún lado hay que hacerlo precisamente en la educación técnica, pero no es “gratuidad a secas”.
“No puede ser en el fondo que el Estado se contente con que la persona con gratuidad pasó por el centro de formación técnica y luego no tuvo empleo. El destino final tiene que ser el empleo y por eso tiene que ser mucho más flexible y por eso es tan valioso que muchos más actores participen en el desafío educacional”, remarca el empresario.
Más flexibilidad
Unos 77 mil ninis están fuera del sistema escolar, según el informe. En este punto pone el acento el ministro Varela, pues dice que falta flexibilizar los currículos de modo que permitan el funcionamiento de aulas de reingreso donde se espera puedan también convivir los niños que han desertado y que por tal condición ingresan con otro nivel de conocimientos.
Más de la mitad de los ninis han terminado la educación media, según el estudio, pero la competencia con los egresados de institutos técnicos es grande. Por lo tanto, la forma de seducirlos con el mundo laboral debe ser con prácticas más cortas y talleres de apresto laboral, remata el director ejecutivo de Actitud Lab, Sebastián Errázuriz.
La meta de Actitud Lab a 2020 es reducir un 30% los ninis en Chile a partir del compromiso que sellaron autoridades de gobierno y representantes del sector privado durante el seminario.
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