El papel de las habilidades socioemocionales en el regreso a clases presenciales

Por: Irvin Rodolfo Tapia Bernabé

 

La incorporación de las habilidades socioemocionales a la práctica educativa de las maestras y maestros ha sido un tema de atención prioritaria para las autoridades en nuestro país…

Recientemente, la Secretaría de Educación Pública difundió la Estrategia Nacional para el Regreso Seguro a Clases Presenciales tanto en las escuelas de educación básica, como en las de la educación media superior. En ambos documentos, la atención socioemocional y la psicoemocional juegan un papel muy importante para asegurar los aprendizajes en la nueva normalidad educativa en México.

La incorporación de las habilidades socioemocionales a la práctica educativa de las maestras y maestros ha sido un tema de atención prioritaria para las autoridades en nuestro país, principalmente, debido a los efectos favorables, que aseguran los especialistas, generan el desarrollo de este tipo de habilidades en las trayectorias académicas y de vida de las niñas, niños y adolescentes.

Sin embargo, hoy en día siguen existiendo profesionales de la educación que desconocen su metodología de enseñanza o bien, que no consideran que la enseñanza de estas habilidades deba formar parte de sus competencias profesionales como educador. Algunas de estas razones tienen que ver con la confusión existente entre el desarrollo de las habilidades socioemocionales y la atención psicoemocional en el aula.

Primeramente, es importante distinguir cada una de estas áreas en su justa dimensión y analizar el alcance profesional que tendrá cada docente en su participación en cada una de ellas, en esta nueva realidad que vivirán las escuelas de México, ante el regreso a clases.

Durante la pandemia, los estudiantes se encontraron sometidos a diversas dificultades en su hogar, tales como lo son: la pérdida de un familiar o situaciones económicas difíciles ocasionadas por la pérdida del empleo del padre o la madre. El daño ocasionado a los estudiantes, por este tipo de condiciones, innegablemente amerita la intervención de un experto en salud mental, quien pueda encauzar nuevamente su atención al proceso educativo por venir, tarea que un docente, difícilmente tendrá las herramientas para dar una adecuada atención a este tipo de alumnos.

Por otra parte, las escuelas cuentan con un número importante de estudiantes que no se conocen físicamente o bien que su interacción social, se vio interrumpida debido al confinamiento. En las escuelas con mejores condiciones pudo adecuarse el proceso de enseñanza y aprendizaje a un ambiente virtual, sin embargo, no todas las escuelas, ni todos los estudiantes tuvieron dicha oportunidad.

En este sentido, generar la integración de los estudiantes en comunidad y desarrollar el sentido de pertenencia hacia sus escuelas; sin duda, será uno de los mayores retos para las profesoras y profesores en el nuevo regreso a clases presenciales. A este respecto, es importante cuestionarse, cuál es la mejor manera de desarrollar las habilidades socioemocionales en el aula, sin ser propiamente un experto en el ámbito de la psicología.

Podemos decir que todas y todos, durante nuestra trayectoria educativa, alguna vez tuvimos una maestra o maestro que marcó nuestras vidas, ya sea positiva o negativamente; la razón, seguramente se debió a la manera en cómo interactuaron con nosotros y como nos hicieron sentir en clases y fuera de ellas.

Las investigaciones en el campo de las habilidades socioemocionales, nos hacen mención que, en la escuela, los estudiantes observan, identifican, aprenden, experimentan y replican comportamientos, normas sociales, actitudes y habilidades socioemocionales. Es por ello, que las maestras y maestros se convierten en un referente para los estudiantes e influyen y modelan sus habilidades socioemocionales, ya sea de manera intencional o no. En este sentido, podemos advertir que un docente socioemocionalmente mayormente desarrollado manejará de mejor manera sus emociones, establecerá códigos de conducta y generará interacciones más positivas y alentadoras con sus estudiantes.

De manera paradójica, los profesores también podemos generar una influencia negativa en el desarrollo socioemocional sin necesariamente pretenderlo. Esto se debe a que como lo sabemos, aquellos quienes nos dedicamos a la docencia, la práctica está saturada de una infinidad de actividades estresantes que escapan solamente de la enseñanza.

Este estrés y cansancio termina por afectar de manera negativa el ambiente del salón de clases, la calidad de la interacción con los alumnos y el involucramiento con el aprendizaje de los estudiantes, producida por una actitud pasiva. Este comportamiento de los docentes conlleva a propiciar una reducción en las expectativas que tienen los alumnos de su profesor o profesora, afectando de manera negativa su proceso de aprendizaje.

Finalmente, a diferencia de las competencias para brindar atención psicoemocional, el desarrollo de las habilidades socioemocional en los estudiantes puede ser llevadas al cabo desde el comportamiento de los docentes, siendo así un modelo de aprendizaje para ellos, tal como lo estableció Alberto Bandura a través del Aprendizaje Vicario.

Fuente: https://profelandia.com

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La educación emocional, clave para la enseñanza-aprendizaje en tiempos de coronavirus

Por Mayra Bosada /Redacción de Educaweb

Incluir la educación emocional en el currículum y formar a toda la comunidad educativa en competencias socioemocionales ayudará a mejorar la enseñanza-aprendizaje durante la crisis sanitaria

La pandemia del COVID-19 ha causado un fuerte impacto psicológico en la comunidad educativa y la sociedad en general. El cierre de los centros educativos, la necesidad del distanciamiento físico, la pérdida de seres queridos, del trabajo y la privación de los métodos de aprendizaje convencionales han generado estrés, presión y ansiedad, especialmente entre los docentes, el alumnado y sus familias, asegura la UNESCO en su informe Promoción del bienestar socioemocional de los niños y los jóvenes durante las crisis (2020).

Para abordar y contrarrestar la ansiedad social y la carga emocional que ha desatado el COVID-19 en la comunidad educativa es más necesario que nunca desarrollar habilidades socioemocionales entre el profesorado, las familias y sobre todo los y las estudiantes, afirman diversos organismos internacionales. Pero ¿cómo conseguir que la educación emocional sea una realidad tanto en tiempos de coronavirus como en circunstancias normales? En este monográfico, expertos y fuentes consultadas aportan propuestas para facilitar que la educación emocional esté cada vez más presente y se incluya de forma explícita en el currículum educativo.

La importancia de la educación emocional antes, durante y después del coronavirus

La educación emocional «es un proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo de las competencias emocionales como elemento esencial del desarrollo humano, con objeto de capacitar para la vida y con la finalidad de aumentar el bienestar personal y social«, según la definen Rafael Bisquerra y Nuria Pérez, investigadores de la Universitat de Barcelona.

Toda crisis, desde guerras hasta pandemias como la que se vive actualmente por el COVID-19, conlleva fuertes respuestas emocionales negativas, como pánico, estrés ansiedad, rabia y miedo. Desarrollar en las personas habilidades de aprendizaje socioemocional ayuda a que las situaciones estresantes se aborden con calma y con respuestas emocionales equilibradas. Además, estas competencias permiten fortalecer el pensamiento crítico para tomar decisiones mejor informadas en la vida, señala la UNESCO.

«Si no se atiende al desarrollo emocional de forma apropiada, lo más probable es que haya un incremento de ansiedad, estrés, depresión, consumo de sustancias, comportamiento sexual de riesgo, impulsividad descontrolada, violencia, etc. Hay estudios que señalan esto desde antes del coronavirus, y en el contexto actual hay elementos que lo van a incrementar. La conclusión sería tomar conciencia de la importancia de la prevención. Lo cual pasa por una educación emocional que cumpla con los requisitos mínimos señalados por las investigaciones«, afirma por su parte Bisquerra, presidente de la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB) en entrevista a Educaweb.

Asimismo, otros expertos en educación emocional coinciden en que las situaciones de miedo y estrés tienen un impacto negativo en la salud y la habilidad para aprender de todas y todos los estudiantes. Por ello, la Asociación Española de Educación Emocional advierte que el sistema educativo y todos los profesionales de la educación deben ser conscientes de que la enseñanza-aprendizaje solo podrá ser efectiva a partir de un equilibrio emocional y una salud mental adecuada del alumnado. De ahí la importancia de la educación emocional.

La educación emocional, ausente del currículum de todas las etapas

La educación emocional no figura en el currículum de ninguna etapa educativa en España. «La implantación de la educación emocional es claramente insuficiente, cuando no totalmente ausente, tanto en cantidad como en calidad», asegura Bisquerra.

Diversas investigaciones revelan que introducir explícitamente en el currículum la impartición de las habilidades socioemocionales tiene una fuerte correlación con un mejor desempeño académico. Además, la falta de educación emocional en los sistemas educativos puede dar como resultado pérdidas en la productividad de hasta un 29% del Producto Interior Bruto, advierte la UNESCO.

Por todo ello el organismo insta a los gobiernos a integrar el aprendizaje de competencias socioemocionales en toda la educación, formal, no formal e informal, y en todos los niveles, implantándolas como una necesidad en los objetivos fundamentales de la enseñanza-aprendizaje, y asignando tiempo suficiente en el currículum para su desarrollo. También recuerda que los programas de educación emocional eficaces deben ser científicamente rigurosos y empíricos, así como participativos e inclusivos.

En el proyecto de ley de la LOMLOE se menciona de forma explícita la necesidad de trabajarla en todas las áreas de la Educación Primaria y Secundaria. ¿Será este un indicador de que la educación emocional podría cobrar más protagonismo en el currículum?

Formación en educación emocional, necesaria para toda la comunidad educativa

Más allá de que la educación emocional forme o no parte del currículum, un factor esencial para que esta se desarrolle en el contexto educativo es contar con un profesorado bien formado, que sepa gestionar sus propias emociones y que esté preparado para que los y las estudiantes adquieran las habilidades socioemocionales necesarias para afrontar diversas situaciones.

No obstante, más del 90% de los y las docentes no han recibido nunca formación en educación emocional «de forma sistemática, fundamentada en las investigaciones científicas y suficiente en cantidad (tiempo) y calidad», asegura Bisquerra. «El profesorado que sí se ha formado, en general, lo ha hecho por su cuenta y riesgo, dedicándole tiempo, esfuerzos y presupuestos».

En ello coinciden también Xavi Corbella y Martín Merlo, docentes de la Fundació Siuriana, en su artículo para Educaweb, y señalan que, a diferencia de lo que sucede con las asignaturas ya existentes en el currículum, «la educación emocional implica más que un manejo teórico, involucra el manejo de las propias emociones y este punto no es trabajado en la formación curricular del docente».

Para mejorar la formación de los docentes en el ámbito socioemocional, la UNESCO hace las siguientes recomendaciones en su informe Promoción del bienestar socioemocional de los niños y los jóvenes durante las crisis (2020).

  • Incluir las habilidades socioemocionales en los programas de formación docente, tanto en la formación inicial como en la práctica de la docencia, y en programas de desarrollo profesional, a fin de abordar el estrés e impulsar las competencias emocionales y sociales en el aula.
  • Garantizar que los directores de los centros educativos asignen tiempo a los docentes para su formación socioemocional y les den la oportunidad de adquirir estas habilidades.
  • Promover la comunicación y la creación de redes entre docentes. Es decir, crear comunidades de prácticas entre el profesorado dentro de los centros educativos y entre escuelas distintas para fomentar el aprendizaje de las habilidades socioemocionales, el apoyo mutuo y el bienestar continuos.

Al respecto, Susanna Arjona Borrego, Miembro de la Red de Expert@s del Col·legi de Pedagogs de Catalunya, señala en su artículo para Educaweb que «el momento nos reclama flexibilidad y creatividad. También la necesidad de crear red, cooperar entre todos los agentes educativos. Hoy, la gestión de cada centro, el equipo directivo y el director o directora como líder y gestor emocional de su equipo, es básico».

Asimismo, conseguir que el alumnado y el profesorado adquieran competencias socioemocionales no pasa solo por facilitar la formación docente en educación emocional, «y su consiguiente abordaje transversal en el currículo, sino que es igualmente necesario formar a las familias«, propone la orientadora educativa Laura Carpintero en su artículo para Educaweb.

De hecho, la evidencia obtenida en países afectados por crisis similares a la pandemia del COVID-19 indica que se pueden mitigar los efectos adversos del estrés y la ansiedad provocada por esta situación si los niños y las niñas tienen relaciones positivas con sus familias y con docentes que hayan logrado un buen manejo de las habilidades socioemocionales y que desarrollen actividades explícitas de aprendizaje socioemocional. «Esto facilita a los y las estudiantes sanar experiencias traumáticas y regresar a una vida normal», advierte la UNESCO. De ahí la importancia de que la formación en habilidades socioemocionales llegue a toda la comunidad educativa.

La alerta sanitaria, ¿una oportunidad para potenciar la educación emocional?

La alerta sanitaria constituye una oportunidad para que la educación emocional cobre importancia entre la comunidad educativa y las administraciones, coinciden los expertos. De hecho, diversas AMPAS, colectivos de docentes y grupos políticos han propuesto que en el próximo curso escolar se le dé más relevancia y se incluya en el currículum de todas las etapas educativas para que se imparta de forma sistemática y transversal lo antes posible.

La educación emocional está más presente a raíz de la pandemia, según las fuentes consultadas. Así lo indica que durante la crisis sanitaria se haya hecho hincapié, incluso desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional, en la necesidad de proporcionar herramientas de educación emocional a la comunidad educativa.

Por lo anterior, se han lanzado diferentes recursos y apoyo, entre ellos el proyecto Emocrea en casa, desarrollado por docentes de la Facultad de Educación de la Universidad de La Laguna. Emocrea (Educación emocional y creatividad) es la asignatura obligatoria que se ha establecido en Canarias desde 2014, y que a raíz de la pandemia ha tenido que desarrollarse a distancia creando materiales didácticos para trabajar las competencias emocionales desde los hogares, «para dar una respuesta inmediata a la necesidad de las familias y los y las docentes de paliar los efectos emocionales dañinos del confinamiento», señalan sus creadores.

La oferta formativa al respecto crece en formatos de programas de posgrados i másteres en el país y fuera, y se han organizado eventos virtuales alrededor de esta materia en tiempos de coronavirus. Como ejemplo se encuentra el ciclo de seminarios sobre inteligencia emocional en crisis que ofrece la Red Internacional de Educación Emocional y Bienestar (RIEEB), a los que se puede acceder a través de la página web de esta entidad.

Asimismo, existen diferentes proyectos educativos, iniciativas y redes de centros que, más allá de la pandemia, promueven la educación emocional. Se trata de proyectos de centro o incluso de comunidades autónomas.  Es el caso del programa Educación responsable de la Fundación Botín y la Consejería de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno de Cantabria; o bien la Red Extremeña de Escuelas de Inteligencia Emocional. También existen recopilaciones de buenas prácticas de educación emocional en los centros escolares, como las de la Generalitat de Catalunya.

No obstante, hay que tener presente que, si bien se hacen esfuerzos por llevar la educación emocional a los centros educativos, esta solo será efectiva si cumple ciertas pautas. «Cuando se analizan con un poco de profundidad las prácticas reales se observa que no tienen la efectividad esperada. Muchas veces esto es debido a que no se cumplen los requisitos necesarios y a que todavía hay gente que cree que a cualquier cosa se la puede denominar educación emocional. Pero esto no es así», afirma Bisquerra.

Recomendaciones para que la educación emocional sea efectiva

Para una educación emocional efectiva, sea en un contexto de crisis o no, se necesitan los siguientes ingredientes, según los expertos y fuentes consultadas:

  1. Implantar la educación emocional explícitamente en el currículum de todas las etapas educativas y como parte de los objetivos fundamentales de la enseñanza-aprendizaje.
  2. Determinar las competencias socioemocionales a desarrollar en cada nivel educativo.
  3. Formar al profesorado en educación emocional, tanto en su formación inicial como en la permanente. Para que la formación tenga garantías de éxito es necesario que los y las docentes estén sensibilizados sobre la importancia de la educación emocional, además de aprender a gestionar sus emociones y así alcanzar también una salud emocional.
  4. Desarrollar actividades de educación emocional cuya eficiencia haya sido comprobada.
  5. Coordinar al profesorado para que la educación emocional sea un trabajo en equipo por parte de la comunidad educativa, incluyendo a las familias.
  6. Adoptar un modelo de educación emocional que sea a largo plazo y que cubra toda la escolarización, con técnicas activas, participativas y experienciales.
  7. Llevar a cabo un plan de evaluación de estos programas que permita analizar el impacto de su realización y obtener la información necesaria para la mejora de estos.

Fuente: https://www.educaweb.com/noticia/2020/05/27/educacion-emocional-clave-ensenanza-aprendizaje-tiempos-coronavirus-19205/

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El desarrollo emocional es tan importante como el académico

Por: Yolanda Heredia Escorza

 

“La pandemia que atravesamos por COVID-19 ha hecho que los estudiantes tengan que lidiar con sentimientos de aislamiento, frustración, aburrimiento, ansiedad y estrés; esto trae consigo una respuesta de desesperanza, depresión y enojo”.

La ansiedad causada por el aislamiento social que vivimos por el COVID-19, los retos virales peligrosos en redes sociales, el ciberacoso, el acoso escolar, entre muchas otras situaciones, son ejemplos reales a los que están expuestos nuestras niñas, niños y jóvenes, las cuales van en aumento. Hoy más que nunca es necesario desarrollar en forma consciente y sistemática las habilidades socioemocionales que necesitan los estudiantes para afrontar con éxito circunstancias cambiantes, inciertas y desconcertantes como la que están experimentando actualmente; además de lo que les tocará vivir más adelante en su vida de adultos.

La pandemia que atravesamos reafirma la necesidad de preparar a los estudiantes en el manejo de sus emociones. Quedarse en casa y llevar sus estudios -en el mejor de los casos- por medios electrónicos, ha tenido ya consecuencias emocionales en ellos. Lidiar con el sentimiento de aislamiento, frustración, aburrimiento, ansiedad o estrés, trae consigo una respuesta de desesperanza, depresión o hasta enojo.

“Debemos desarrollar en forma consciente y sistemática las habilidades socioemocionales que necesitan los estudiantes para afrontar situaciones inciertas y desconcertantes que actualmente enfrentan ante la pandemia por COVID-19”.

En este mismo contexto, las familias tienen que cumplir con sus obligaciones laborales, las tareas del hogar, a la vez que apoyan y supervisan las actividades escolares de sus hijos, lo que no necesariamente saben hacer de manera adecuada, provocándoles angustia y estrés. Quienes son docentes enfrentan la impotencia de no estar cerca de los alumnos, la angustia que causa no tener las herramientas tecnológicas o no saber cómo usarlas adecuadamente, esto provoca una pérdida de control para orientar mejor al estudiantado.

Cuando las personas desarrollan madurez emocional están mejor equipadas para adaptarse a nuevas situaciones con mayor facilidad; a dominar el miedo y la angustia que causa la ruptura de la rutina y orientar su energía para buscar formas adecuadas a las circunstancias que viven.

¿Qué son las habilidades socioemocionales?

El desarrollo de las habilidades socioemocionales ha sido objeto de estudio especializado por psicólogos, neurocientíficos, y educadores. El término Inteligencia Emocional (IE) fue introducido por primera vez por Mayer, J. D. y Salovey, P. (1997) la definen como la parte de la inteligencia social que incluye habilidades para: percibir, valorar, y expresar emociones con exactitud, acceder o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; comprender las emociones y regularlas promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. A estas capacidades se les llama en su conjunto, habilidades socioemocionales (entrevista a Marc Brackett, 2019).

A la fecha, se han realizado múltiples investigaciones sobre las habilidades socioemocionales y con ello, la creación de instrumentos para medirlas, así como el diseño de programas educativos para desarrollarlas. Por estas necesidades es como surge un nuevo campo de estudio: el aprendizaje socioemocional (SEL por sus siglas en inglés) (Nathanson, L., Rivers, S. Flynn, L & Brackett, M. A. 2016; Malti, T & Noam, G. G. 2016).

No fue sino hasta el 2016, que en México se les dio lugar a las habilidades socioemocionales en el currículum de educación básica, y se ha ratificado en los actuales planes y programas de estudio (Acuerdo número 07/06/17). Aun así, los docentes deben perfeccionar las estrategias didácticas para su desarrollo, así como la publicación de investigación científica sobre el tema en poblaciones mexicanas. Por lo que este campo disciplinar, nuevo en nuestro país, está abierto para llevar a cabo intervenciones e investigación que aporten conocimiento para los docentes.

Programas educativos para desarrollar habilidades socioemocionales

Uno de los programas educativos que ha tenido más difusión y aplicación a nivel mundial es el realizado por el Centro para la Inteligencia Emocional de la Universidad de Yale. El Programa RULER formado por el acrónimo (Recognize, Understand, Labeling, Express, Regulate) ha sido implantado en muchas escuelas de educación básica y educación media con excelentes resultados. Este programa se basa en cuatro sencillas herramientas que son implementadas en el aula, la escuela y también en casa.

Cuatro herramientas del Programa RULER

  1. El acuerdo emocional

  2. El medidor emocional

  3. El metamomento

  4. El plano emocional

El interés del Centro para la Inteligencia Emocional es apoyar a las escuelas. Una vez que lo conoces, el programa es fácil adaptarlo a casi cualquier institución siempre y cuando toda la comunidad escolar esté consciente de su utilidad (Brackett, M. A. Rivers, S., Reyes, M. & Salovey, P. 2012).

Otro programa que existe en nuestro país para estudiantes del nivel medio superior es Construye T diseñado y desarrollado con apoyo del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y la Secretaría de Educación Pública, se aplica en los planteles de este nivel. Los materiales para alumnos y docentes los pueden consultar en el sitio y también es fácil adaptarlo a cada plantel.

La decisión de usar cualquiera de los programas debe venir de la comunidad escolar, esto es, una decisión colegiada para que todos los profesores, directivos, personal administrativo y familias se comprometan en su aplicación tanto dentro del salón como fuera de él. Cuando todos entienden la utilidad de implementarlo es más sencillo que los alumnos lo experimentan cotidianamente, el clima emocional de la escuela se vea fortalecido y las personas que conforman la comunidad sean capaces de regular sus emociones.

Investigaciones realizadas por alumnos del Tecnológico de Monterrey

A continuación, les comparto resultados relevantes derivados de investigaciones e intervenciones realizadas por los alumnos de la maestría en educación del Tec de Monterrey en diferentes niveles educativos.

  • Nivel maternal
    Con un rango de edad de 2 a 3 años después de una intervención de 25 sesiones durante 5 semanas: ”Un 46 % de los alumnos podía identificar las cuatro emociones básicas: alegría, enojo, tristeza y aburrimiento en los juguetes elaborados para este fin y, asociarlas con un sonido específico. El 25 % podía imitar la emoción que veía en los juguetes y poco a poco a identificarla en otros compañeros. Empezaron a reír más, la conducta de morder a otro compañero fue eliminado en un 100 %. El llanto disminuyó un 19 % y los gritos un 12 %, debido al hecho de que los infantes estudiantes comenzaron a usar el lenguaje oral para expresarse, pedir ayuda y establecer límites. Los golpes, utilizados principalmente como un medio para establecer límites, también fueron eliminados al 100 %. Finalmente, un aumento del 71 % de los estudiantes establece límites a través de expresiones como «No», «No es así» y «Eso no es amable». Del mismo modo, hubo un aumento del 35 % en los estudiantes que solicitaron ayuda para resolver las diferencias al tratar con otros” (Tesista María Minerva Méndez Zarazúa, 2018). Estos logros son impresionantes considerando que son niños muy pequeños de edad.

  • Nivel primaria

    “En alumnos de segundo de primaria al cabo de trabajar en el salón durante un semestre son capaces de nombrar las emociones que sienten, representar la emoción con un color. Durante las actividades se observó mayor atención por parte de los alumnos, participando el 100 % de manera activa durante los momentos en los que se compartían aprendizajes. El 65 % de los alumnos modificaron actitudes o hábitos relacionados a su aprendizaje de manera intencionada. Se logró clarificar diversos conceptos (meta, enojo, alegría, tristeza, temor). En las actividades realizadas de manera cooperativa, no se reportaron incidentes en los equipos de trabajo, el 100 % de los alumnos participó en la consecución de la meta u objetivo a realizar” (Tesista María José García López, 2019).

  • Nivel educación media

    En un bachillerato tecnológico en el que los alumnos llevan el programa Construye T se encontró que este programa logra aumentar la inteligencia emocional de los estudiantes, medida a través de la prueba del perfil de competencia emocional (PEC por sus siglas en inglés).

Conforme los alumnos avanzan en su trayectoria escolar se encontró que las capacidades de percepción, comprensión y regulación emocional aumenta. En el estudio los alumnos de sexto semestre obtuvieron un mayor puntaje que los alumnos de cuarto y segundo semestre. Estas capacidades son de vital importancia para la adaptación a los entornos y contribuyen sustancialmente al bienestar psicológico y al crecimiento personal de los alumnos, lo que demuestra la eficiencia del programa. La investigación completa está en proceso de publicarse en una revista indexada.

Estos ejemplos nos dan una idea sobre lo valioso que resulta invertir tiempo y esfuerzo en el desarrollo de las competencias socioemocionales en los niños, adolescentes y jóvenes. A largo plazo desarrollamos personas adultas más felices y encaminados al bienestar. También los adultos podemos utilizar las herramientas y procedimientos del programa RULER que nos ayuden a regular nuestras emociones en forma sana todos los días.

Una vez que se renueve la asistencia a las escuelas en todos los niveles educativos y nos enfrentemos a la nueva realidad, será necesario realizar esfuerzos adicionales para fortalecer las habilidades socioemocionales en los estudiantes con la finalidad de disminuir la carga de emociones negativas causadas por el aislamiento social y las posibles carencias materiales que pueden enfrentar. Es importante reconstruir su confianza y fomentar la responsabilidad del autocuidado que entre otros factores se relaciona con la madurez emocional, independientemente de la edad de la persona.

Acerca de la autora

Yolanda Heredia (yheredia@tec.mx) es profesora investigadora de la Escuela de Humanidades y Educación. A lo largo de 20 años ha dirigido más de 40 tesis de maestría y 15 disertaciones doctorales. Ha publicado libros, capítulos de libros y artículos en revistas arbitradas.

Referencias

Brackett, M. A. Rivers, S., Reyes, M. & Salovey, P. (2012). Enhancing academic performance and social and emotional competence with the RULER feeling words curriculum. Learning and Individual Differences 22 (2012) 218–224 disponible en https://doi.org/10.1016/j.lindif.2010.10.002

Diario oficial de la Federación. Ley General de educación. ACUERDO número 07/06/17 por el que se establece el Plan y los Programas de Estudio para la Educación Básica:    Aprendizajes clave para la educación integral. Disponible en http://www.dof.gob.mx/nota_detalle_popup.php?codigo=5488481

García López, M.J. (2019). Desarrollo de habilidades socioemocionales en Educación Básica. Tesis de maestría

Guimon, P. Entrevista a Marc Brackett. (2019). El País diario semanal. Disponible en https://elpais.com/elpais/2019/02/21/eps/1550759747_675256.html

Mayer, J. D.-Salovey, P. (1997): What is emotional intelligence? En P. Salovey y D.  Sluyter (Eds). Emotional Development and Emotional Intelligence: Implications for Educators (pp. 3-31). New York: Basic Books.

Malti, T & Noam, G. G. (2016) Social-emotional development: From theory to practice, European Journal of Developmental Psychology, 13:6, 652-665, DOI: 10.1080/17405629.2016.1196178.

Mendez Zarazua,M.M (2018). Emociones para llevar. Tesis de maestría.

Nathanson, L., Rivers, S. Flynn, L & Brackett, M. A. (2016). Creating Emotionally    Intelligent Schools With RULER. Emotion Review Vol. 8, No. 4 (October 2016) 1– 6 DOI: 10.1177/1754073916650495

SEP. (s/f). Programa de desarrollo socioemocional para la educación media superior ConstruyeT Disponible en: https://www.construye-t.org.mx/que-debemos-hacer

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-bits-blog/importancia-del-desarrollo-emocional-estudiantes

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Aprende en casa… ¿de quién?

Por:  Rogelio Javier Alonso Ruiz

La respuesta del gobierno federal al cierre de escuelas por la pandemia actual fue el programa “Aprende en Casa”, en el cual, mediante diversos apoyos como la televisión, la radio, los cuadernillos o la intervención remota de los profesores, los alumnos continuarán con el trabajo académico en casa. En sus apariciones públicas, el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, irradia optimismo al hablar del programa: señala que con la propuesta todos los alumnos tendrán acceso a los aprendizajes y resalta la capacidad y vocación de los maestros como un elemento valioso para sortear este momento. Si bien su apreciación es parcialmente correcta, implica un análisis mucho más profundo de algunas otras variables: además de la tecnología, es importante reflexionar sobre la escolaridad de los padres, las prácticas pedagógicas y la situación emocional en los hogares, entre otros asuntos.

En los niveles educativos correspondientes a la Educación Básica, la implementación de la educación a distancia implica ceder a los padres de familia buena parte de la responsabilidad de los procesos de enseñanza y aprendizaje. En ese sentido, debe considerarse que, de acuerdo con el INEE (2017, p. 71), casi una cuarta parte (21%) de las madres de familia de los alumnos de sexto grado de primaria del país tienen escolaridad igual o inferior a la primaria; en otro tipo de escuelas, como la indígena o la comunitaria, los niveles son mayores (54% y 56%, respectivamente), mientras que en las escuelas privadas son prácticamente nulos (2%).  Este aspecto sin duda debe advertirse al considerar una estrategia de educación a distancia que pretenda ser efectiva: los estudiantes no contarán con el mismo apoyo en casa, por tanto, deberá cuidarse la complejidad del tipo de actividades que se propone.

Sobre el papel del hogar y los padres de familia, la Comisión para la Mejora Continua de la Educación (MEJOREDU) ha señalado categóricamente que “los hogares no son escuelas, las madres y los padres de familia no son docentes” (2020, p. 9). En consecuencia, la propuesta es que las actividades a distancia quiten su énfasis de los conocimientos teóricos y procedimentales formales del currículo, centrándose ahora en cuestiones como la construcción de una convivencia pacífica y participativa, la práctica de actividades lúdicas o el ejercicio de habilidades socioemocionales. Debe aprovecharse que en contextos como el de las escuelas privadas, la mayoría de los padres de familia (54%) tenga niveles de estudio de cuando menos educación superior, lo que sin duda dará un soporte en casa muy valioso para los estudiantes; sin embargo, la diferencia en la escolaridad de los padres de familia implica un riesgo de inequidad en la práctica de la educación a distancia.

Aunque haya esfuerzos por llevar las actividades escolares a todos los hogares, incluso mediante cuadernillos impresos, al revisar los planteamientos de educación a distancia de diferentes universidades es posible observar que, de manera constante, uno de sus componentes fundamentales es el uso de las tecnologías de la información y la comunicación (Coronado, 2017): en las modalidades a distancia de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla se reconoce como fundamental “la disponibilidad y acceso a contenidos educativos en ambientes virtuales” (p. 40), mientras que en la Universidad Autónoma de Nuevo León, el modelo de educación media superior a distancia “permitió el  estudio a través de distintos medios tecnológicos de información y comunicación” (p. 175). De este modo, aunque algunos pudieran decir que el uso de tecnologías no es totalmente indispensable para el trabajo escolar a distancia, su relevancia parece no estar en discusión. No es conveniente, a estas alturas del debate educativo, redundar en las condiciones de acceso a la tecnología de los hogares mexicanos.

Otro aspecto importante por analizar en la educación a distancia es la parte pedagógica. Poco o nada se ha dicho en el debate público en relación a la necesidad de modificar las formas de enseñanza por parte de los profesores. Hace pocos días, en video conferencia a la que fue convocada toda la comunidad educativa del país, fue presentada la estrategia de educación a distancia en línea, en la que, entre otros aspectos, se dio a conocer el programa formativo para los profesores mexicanos en temas de uso de tecnologías digitales. Si bien es importante la capacitación en esos aspectos tecnológicos, también lo debería ser en la parte pedagógica. Trabajar a distancia va más allá de sustituir el pizarrón por la pantalla, es decir, en el “simple traslado de las tradiciones áulicas al entorno digital” (Coronado, 2017, p. 27). Un cambio tan pronunciado en el entorno de enseñanza y aprendizaje ¿no implicaría tener que acercarse al currículo de manera diferente? ¿proponer actividades distintas a las que se realizan regularmente en el aula física? ¿replantear el rol del alumno y del docente? Vale la pena reflexionar entonces si es viable, para que se dé el aprendizaje en casa, trasladar las actividades cotidianas del aula a la escuela, sin ningún tipo de adecuación.

Para hacer realidad el eslogan “aprende en casa” es necesario también considerar la situación emocional que prevalece en la mayoría de los hogares mexicanos. Es bien sabido que más de la mitad de las familias mexicanas viven en la pobreza, con escasas posibilidades de generar ahorros para subsistir. El encierro de esas familias cuyos jefes tienen que salir día a día a ganarse el sustento, debe provocar un escenario de angustia, miedo, desesperación y hasta hambre en muchos hogares del país. Para ningún maestro es desconocido que el estrés y la mala nutrición son factores nocivos para el aprendizaje. ¿Son entonces estos hogares mexicanos espacios adecuados para cumplir con las tareas escolares? ¿Es el momento propicio para intentar que en las casas de alumnos en esta situación se dé el aprendizaje?

No obstante las adversidades a las que se hace alusión en el escrito existen factores que pueden hacer que esta experiencia sea fructífera. Uno de ellos es el compromiso de los docentes. El Secretario de Educación tiene razón al alegrarse por los maestros con los que cuentan las escuelas mexicanas. Para ese mismo magisterio que da su mejor esfuerzo incluso en las escuelas con condiciones más indignas, el reto actual no es de ninguna manera intimidante. Es de resaltarse que, al momento de la presentación de la estrategia en línea, numerosos docentes y escuelas ya desde hace semanas tenían montada una estrategia de trabajo con los padres de familia, adecuada a su contexto y, en muchos casos, con toques de creatividad, innovación y sensibilidad realmente gratos. No esperaron a la autoridad, se adelantaron a ella para enfrentar el desafío. Como en la escuela física, la voluntad de los docentes suplirá, en la medida de lo posible, las deficiencias organizativas y las carencias de los alumnos. No debe quedar duda entonces del esfuerzo que, de manera general, harán los profesores del país.

Existen muchos factores que hacen pensar que la decisión de continuar con el ciclo escolar o no otorgar la aprobación general de los estudiantes es una obstinación de las autoridades educativas. Países en mejores condiciones educativas ya han aprobado a sus alumnos o bien determinado que no se volverá a clases presenciales por el resto del ciclo escolar. Es de cuestionarse la idea de que el aprendizaje escolar formal pueda suscitarse en los hogares mexicanos, considerando situaciones como la disponibilidad tecnológica, la escolaridad de los padres, las prácticas pedagógicas o la situación emocional de las familias. Si bien la educación a distancia se practica en los niveles superiores (cuando ya la “selección natural” de nuestro inequitativo sistema educativo va avanzada), será importante, a partir de esta experiencia, reflexionar si es viable en una población tan grande como la de la matrícula total de nuestro sistema educativo. Así pues, pareciera incompleto el título del programa “Aprende en casa”; dadas las desiguales condiciones de los hogares mexicanos, sería más preciso si se titulara “Aprende en casa… ¿de quién?”.

Fuente: https://profelandia.com/aprende-en-casa-de-quien/

Imagen:       https://pixabay.com/photos/office-notes-notepad-entrepreneur-620817/

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Expertos debatieron sobre los desafíos que enfrenta Uruguay en materia de enseñanza

América del Sur/ Uruguay/ 25.06.2019/ Fuente: www.montevideo.com.uy.

 

El seminario buscó aportar conocimiento a los tomadores de decisión, referentes políticos y representantes de la sociedad civil organizada

BID, Banco Mundial, CAF, OEI, OIT, Unesco y UNICEF coorganizaron un seminario internacional que debatió las mejores herramientas para convertir la educación en un elemento determinante del crecimiento sostenible.

Uruguay debe enfrentar y superar una serie de desafíos en el campo de la educación para consolidar el cambio hacia el desarrollo sostenible, según coincidieron destacados expertos nacionales e internacionales reunidos en el seminario El vínculo entre educación y trabajo: desafíos y oportunidades para adolescentes y jóvenes en Uruguay, celebrado en Montevideo.

El simposio, que tuvo lugar el 17 de junio, fue organizado por CAF -banco de desarrollo de América Latina- junto con UNICEF, el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional (Cinterfor) de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y la Unesco.

El seminario buscó aportar conocimiento a los tomadores de decisión, referentes políticos y representantes de la sociedad civil organizada, sobre ejemplos de reformas, políticas y programas que han logrado resultados positivos, desde innovaciones que están siendo desarrolladas en Uruguay hasta experiencias de otros países de la región y del mundo. Se dividió en tres mesas de trabajo, en las que se abordó la temática desde diversas aristas.

«El hecho de que todas estas instituciones estemos hoy aquí habla mucho de la importancia del tema y de lo que hemos estado trabajando en estos meses. Quiero rescatar el poder de trabajar en equipo e intercambiar ideas y expertos, también con las entidades del gobierno. Nos abrirá la posibilidad de aprender cosas nuevas y conocer experiencias exitosas. Nosotros somos organismos de desarrollo y unirnos es la mejor forma de ofrecer al país un servicio que responda a sus necesidades», señaló Germán Ríos, representante de CAF en Uruguay, al iniciar la jornada.

Luz Angela Melo, representante de UNICEF Uruguay, remarcó la importancia de promover procesos de participación de los jóvenes al momento de definir políticas públicas que los conciernen, que podrían ayudar a disminuir el sentido de desconexión e indiferencia social que los aqueja. A su vez, hizo hincapié en la gran brecha de género que existe, que si bien no se vislumbra tanto en el sistema educativo, sí se ven el mundo del trabajo, en el que las mujeres tienen menos acceso a oportunidades y a formalidad laboral.

En Uruguay la educación media registra los mayores índices de abandono y por lo tanto es donde el sistema educativo debe seguir desarrollando acciones para abatir la desafiliación, mejorar la pertinencia de la formación e incrementar el egreso. La expansión de la formación terciaria es otra de las principales metas.

Un tema clave para el desarrollo del país en el cercano plazo es la formación de habilidades socioemocionales en los jóvenes para facilitar su incorporación al mundo de trabajo en mercados laborales que están y seguirán experimentando profundos cambios.

En esta línea estuvo orientado el primer panel, conformado por la asesora regional de Educación de la Oficina Regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, Margarete Sachs-Israel; el especialista en Aprendizajes de la Sección de Educación de la sede de UNICEF, Manuel Cardoso, y el economista principal de la Dirección de Investigaciones Socioeconómicas de CAF, Ricardo Estrada.

Los expertos hablaron sobre la articulación entre educación, el desarrollo de habilidades y el trabajo y pusieron énfasis en las tendencias actuales en América Latina y el mundo. Todos coincidieron en la necesidad de repensar la educación en la segunda década de vida mediante diversas modalidades y propuestas.

De acuerdo con los datos presentados, en la región casi el 20% de los jóvenes no trabaja ni estudia, y esto afecta especialmente a las mujeres (26%).

Estrada explicó que la transición de la educación al trabajo se sitúa dentro de un marco de aprendizaje permanente y empleabilidad. «Más habilidades en la educación media se asocian con una mayor probabilidad de ir a la universidad y mayores salarios», puntualizó. Destacó además la importancia del primer empleo de calidad como determinante de la acumulación de habilidades a lo largo de la vida.

Cardoso resaltó que las habilidades fundamentales (lectura, escritura y matemática) son necesarias para la vida sin importar cuáles sean las aspiraciones de empleo, pero también lo son las socioemocionales, que permiten a los jóvenes transformarse en ciudadanos preparados para enfrentar los desafíos académicos, personales, sociales y económicos, las habilidades digitales y las técnicas y específicas para el trabajo. «Son importantes para la productividad. Los jóvenes necesitan tener un paquete integrado», señaló.

Por otro lado, el director del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (INEFOP), Fernando Ubal, y la asesora de INEFOP en representación de la Comisión Interinstitucional Acercando Educación y Trabajo, Alejandra Soto, hablaron de las políticas públicas orientadas al tema, en la segunda mesa de trabajo. En tanto, el brasileño Almério Melquíades de Araújo, coordinador de la Unidad de Enseñanza Media y Técnica del Centro Paula Souza, de San Pablo (Brasil), contó la exitosa experiencia de su institución en Brasil, donde la currícula se divide en horas académicas y técnicas, y ha logrado la reincorporación de los jóvenes al sistema educativo.

Al finalizar, representantes y coordinadores de diversos proyectos y experiencias locales como el Consejo de Formación Técnico Profesional (CETP), Ánima, el Centro Educativo de Capacitación y Producción (CECAP), la Universidad Tecnológica (UTEC) y Yo Estudio y Trabajo, contaron sobre buenas prácticas, lecciones aprendidas y desafíos a futuro.

Fernando Casanova, del Centro Interamericano para el Desarrollo del Conocimiento en la Formación Profesional de OIT, y Cecilia Llambí, especialista en Educación de la Vicepresidencia de Desarrollo Sostenible de CAF, cerraron el evento con los principales mensajes. Llambí destacó la importancia de gestionar conocimiento de lo que funcionó y lo que no de las experiencias presentadas que buscan mejorar la vinculación entre educación y trabajo, con el fin de escalarlas en una política nacional integrada. En ese marco, CAF junto con la OIT trabajan en una propuesta con la Comisión Interinstitucional Acercando Educación y Trabajo para impulsar acciones en ese sentido.

Fuente de la noticia: https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Expertos-debatieron-sobre-los-desafios-que-enfrenta-Uruguay-en-materia-de-ensenanza-uc722034

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Entrevista: Soledad Acuña. La educación digital despierta la creatividad

Por educa.org

María Soledad Acuña, ministra de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires, nos cuenta la transformación educativa y tecnológica que viven las escuelas porteñas para que los chicos y jóvenes puedan desarrollar las habilidades imprescindibles que requieren los tiempos actuales y futuros.

¿Qué herramientas les está brindando hoy la escuela a los chicos para que puedan convertirse en autores de su propio futuro? Además de lectura, Matemática y Ciencias, ¿cómo se está abordando la formación en nuevas habilidades que pide nuestra época, incluidas las habilidades socioemocionales?

Estamos viviendo en un mundo de cambio y actualización constante y tenemos el enorme desafío de que la escuela acompañe ese proceso. No sabemos cómo van a ser los trabajos del futuro, lo que sí sabemos es que van a tener dos características: van a ser principalmente digitales y muy dinámicos. Los jóvenes se preparan hoy para trabajos que aún no existen.

También sabemos que el trabajo ‘de por vida’ está desapareciendo. Lo que viene son cambios mucho más constantes y por eso debemos formar jóvenes que tengan la capacidad de adaptarse a estas nuevas realidades.

En la Ciudad de Buenos Aires trabajamos por una escuela que estimule el talento, donde se propongan buenas preguntas y posibilite que todos los estudiantes desarrollen un aprendizaje que incluya los conocimientos, actitudes, valores y habilidades que el siglo XXI plantea.

Este año, diecinueve escuelas secundarias públicas de la Ciudad son Secundarias del Futuro: una escuela secundaria que se adapta a las nuevas tecnologías, a los nuevos formatos de los procesos de enseñanza y de aprendizaje y a las futuras demandas de la sociedad.

Este modelo promueve el aprendizaje por áreas de conocimiento, superando la fragmentación entre disciplinas; la planificación conjunta entre docentes y el trabajo articulado en el aula; el acompañamiento personalizado de los estudiantes a través de tutorías; el desarrollo de capacidades para el desenvolvimiento en la sociedad del futuro; el acompañamiento de los alumnos para la continuidad de estudios superiores y prácticas educativas obligatorias.

Además, focalizamos todos nuestros esfuerzos en formar ciudadanos digitales, usuarios críticos, autónomos, responsables, creadores de tecnología y generadores de información.

Por eso, incorporamos la tecnología a la enseñanza desde Nivel Inicial. Hoy, podemos decir que todos los chicos en sala de cinco años cuentan con el atelier digital y a través del juego y la exploración aprenden un nuevo lenguaje: el lenguaje de la programación.

En todos los niveles educativos, la Ciudad ha recorrido un importante camino en la incorporación de una cultura digital dentro del aula. ¿Qué experiencias han aprendido en este proceso y qué pueden compartir con ministerios o secretarías de otras jurisdicciones que estén en una instancia menos avanzada?

Partimos de plantearnos cómo educar a los alumnos de hoy que tienen permanentemente acceso a la información, están hiperconectados y tienen la capacidad de mirar muchas pantallas al mismo tiempo.

Para dar respuesta a este contexto, creamos el Plan Integral de Educación Digital enfocado en el uso pedagógico de la tecnología. Con esto, buscamos formar ciudadanos digitales a través de la incorporación de una diversidad de dispositivos que enriquecen los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Desde nuestra experiencia podemos decir que es muy importante que los chicos tengan Educación Digital desde Nivel Inicial ya que esto despierta la creatividad y garantiza el desarrollo integral de las competencias propias de la sociedad digital en toda su escolaridad.

Otro aspecto decisivo en la integración de la escuela a la cultura digital es el acompañamiento pedagógico. Desde que comenzamos con el PIED pudimos confirmar que es sumamente importante el rol de los facilitadores pedagógico digitales que junto a los docentes diseñan e implementan estrategias, fomentan el conocimiento y la apropiación crítica y creativa de las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC) en la comunidad educativa.

Los avances tecnológicos nos obligan a estar atentos a las nuevas oportunidades y necesidades. En 2017, iniciamos una segunda fase del Plan Sarmiento y hoy las escuelas cuentan con tablets para uso exclusivo de los alumnos de primer ciclo, mientras que los alumnos de cuarto a séptimo grado cuentan cada uno con una netbook.

Además, contamos con el programa Aprendé Programando para los estudiantes de los últimos años de la secundaria que brinda herramientas para iniciarse en la industria como desarrolladores junior de videojuegos, páginas web y aplicaciones móviles.

Por otra parte, Codo a Codo, es una iniciativa para egresados de nivel secundario. A través de este curso de especialización, los capacitamos para insertarse laboralmente en el sector del software que está en continuo crecimiento y cada vez aumenta más su demanda de puestos de trabajo.

Los docentes son la base del sistema educativo. ¿Cuáles son los planes del Ministerio para asegurar la idoneidad de los maestros y jerarquizar la carrera docente?

Estamos convencidos que la carrera docente es una carrera del futuro. Hoy, vemos en los docentes un interés genuino en capacitarse, mantenerse actualizados y buscan el modo de encontrarse con sus estudiantes.

Desde Escuela de Maestros ofrecemos un ámbito de formación, discusión y mejora continua de las prácticas de enseñanza y de conducción escolar, con el objetivo de promover el desarrollo profesional de todos los docentes y equipos directivos.

Brindamos formación continua a más de 40 mil docentes por año, en diversos espacios de capacitación. Entre ellos se destacan el plan trienal de formación situada destinado a todos los maestros de nivel primario, con el fin de mejorar la enseñanza de Lengua, Matemática y Ciencias. Cada docente participa de 100 horas de capacitación por año.

Es nuestra prioridad capacitar a los docentes en tecnologías digitales y por eso contamos con una variada oferta de cursos, seminarios y talleres.

Además, estamos convencidos de la importancia de crear una Universidad donde se formen los maestros, para jerarquizar su profesión y para que más jóvenes elijan la carrera docente.

Es necesario que la formación esté centrada en las competencias, en el trabajo interdisciplinario, en la práctica del aula y que utilice la tecnología desde una perspectiva pedagógica, entre otras características.

Fuente de la entrevita: https://virtualeduca.org/mediacenter/la-educacion-digital-despierta-la-creatividad/
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