Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz
Se acercaba el fin del ciclo escolar 2023-2024 y parecía que, en algunas oficinas, había inquietud, urgencia y desesperación. ¿El motivo? La presencia de archiveros que, insólitamente, a esas alturas del año escolar acumulaban más aire y polvo que papeles. Esto, desde ciertas perspectivas, es simplemente inaceptable: las gavetas vacías son, para algunos, sinónimo de improductividad y ociosidad. La consigna parecía clara: ¡Hay que llenarlas a cualquier costo, con lo que sea!
La descarga administrativa de la vida escolar ha sido una aspiración desde hace varios años. Pese a que incluso en los Programas de Mejora Continua de los planteles educativos la carga administrativa ha sido considerada como un ámbito de atención y a que la reducción de encargos de este tipo en las escuelas esté señalada en el artículo 94 de la Ley General de Educación. A pesar de lo anterior, la realidad aún es lejana del ideal: el extinto INEE (2018) reconocía que “prevalece […] un modelo de administración excesivamente burocrático que limita la capacidad de gestión de las escuelas” (p. 30).
Los excesos burocráticos se aprecian con claridad en una desafortunada tradición que, en los últimos años se ha fortalecido en las escuelas públicas colimenses de sostenimiento estatal: la check list, un extenso y variado listado de documentos que, cual carta a Santa Claus, los supervisores solicitan a los directores al final del ciclo escolar. Es la Navidad de la recarga administrativa: se abren las gavetas con la misma ilusión que el niño corre a buscar sus regalos en la bota navideña.
Las check list son el ejemplo perfecto de la duplicidad y la irrelevancia de solicitudes a los centros escolares. Se requieren documentos que ya fueron turnados a figuras o dependencias que realmente están facultadas a intervenir en asuntos de contraloría, participación social, control escolar y acreditación, por mencionar algunos. Se ha llegado al extremo de pedir documentos por demás absurdos: horarios del siguiente ciclo escolar de docentes que ni siquiera se tiene asegurada su continuidad. Documentos irrelevantes, como los guiones de las ceremonias de clausura, también han sido incluidos en esta lista de verificación. Alimentar el archivero con lo que sea, hasta con documentos chatarra.
Los supervisores escolares son piezas clave para regular la intensidad de las tareas administrativas en las escuelas. No se deja de reconocer la encomienda que tienen de “[garantizar] que los colectivos docentes rindan cuentas acerca del funcionamiento y resultados educativos de la escuela” (SEP, 2022, p. 57), pero es necesario que esta función no eclipse a otra aún más importante: “[fomentar] que el personal directivo y docente de las escuelas, oriente su labor hacia la mejora permanente del trabajo en el aula, y la organización y funcionamiento del plantel” (SEP, 2022, p. 55). Las visitas para comprobar la existencia de papeles son insuficientes en tal labor. Lo administrativo nunca como distractor u obstáculo de lo pedagógico.
La sobrecarga administrativa tiene relación, entre muchos factores, con el uso de herramientas tecnológicas, cuyo potencial es frecuentemente desaprovechado. Colima cuenta con la Plataforma Integral de Información (PII) y la Plataforma de Herramientas Educativas, en las cuales los directivos depositan de manera digital actas de Consejo Técnico, realizan altas y bajas de alumnado y generan automáticamente la estadística de la matrícula escolar, entre muchas otras acciones. Sin embargo, la desarticulación y falta de coordinación entre las dependencias y figuras del aparato educativo, hace que la información vertida en estas plataformas tenga que ser replicada una y otra vez por los directores a diferentes destinatarios.
La llegada de nuevas tecnologías ha significado también, paradójicamente, para quienes están en la parte de la jerarquía laboral, un aumento en el trabajo. Ahora no basta con generar documentos, también se deben digitalizar para así, en ocasiones, aligerar el trabajo de alguien más. Para muestra, un botón: se pide a los directores escolares escanear, cada mes, el registro de asistencia del personal escolar, cuando, en otros tiempos, la tarea de verificación de este documento correspondía realizarla presencialmente al supervisor escolar. Ahora, con un solo clic, mágicamente el supervisor obtiene en su pantalla la evidencia de su encargo. Así otros casos. Optimizar los tiempos… de algunos.
La intensificación administrativa escolar se ve aderezada por malas prácticas y costumbres como la disponibilidad eterna (disculpen que los moleste a esta hora, pero…), el afán de evidenciar todo (tengan fotos por si acaso), la inmediatez extrema (de hoy para ayer) o la absorción de tareas administrativas que otras dependencias descargan en las escuelas.
Se reconoce que la escuela y su personal deben, como cualquier otra institución y sus trabajadores, rendir cuentas de su funcionamiento. No se intenta ignorar la esfera administrativa de la vida escolar ni escatimar en su importancia, ni en las responsabilidades que los directivos, supervisores y otras autoridades tienen en ese sentido. Lo que sí se advierte es la necesidad de simplificar los procesos administrativos. Usar las herramientas digitales para aminorar, y no para aumentar o transferir, las cargas de trabajo. Mejorar la articulación y coordinación entre las figuras del aparato educativo. Establecer canales más efectivos de comunicación. Erradicar prácticas y costumbres que hacen de la tarea administrativa una tortura. Procurar una acción administrativa que fortalezca el ámbito pedagógico. Superar la vanidad de ver con orgullo archiveros al borde del colapso.
REFERENCIAS
INEE (2018). Educación para la democracia y el desarrollo de México. México: autor.
SEP (2022). Marco para la excelencia en la enseñanza y la gestión escolar en Educación Básica. Perfiles profesionales, criterios e indicadores para el personal docente, técnico docente, de asesoría técnico pedagógica, directivo y de supervisión escolar. Disponible en: http://public-file-system.usicamm.gob.mx/2023-2024/compilacion/EB/Marco_EB.pdf (Consultado el 24 de septiembre de 2024).
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Fuente de la información: https://www.educacionfutura.org