Page 2 of 4
1 2 3 4

Estados Unidos: El gabinete de Trump. Los supermillonarios sin experiencia política que lucharán por los pobres

Estados Unidos/Diciembre de 2016/Fuente: Miami Diario

Donald Trump nunca ha ocultado su fortuna, y en su campaña a la presidencia en la que se vendió como el justiciero que venía a salvar al empobrecido ciudadano común haciendo a «Estados Unidos grande de nuevo», usó su éxito en los negocios como una de la razones para elegirlo.

Pues bien para «salvar a los pobres» Trump ha armado un gabinete de supermillonarios. Según cálculos de diferentes publicaciones especializadas (Forbes, Politico) y del Centro para Políticas Sensatas (CRP), un centro de estudios de Washington que hace seguimiento a las finanzas en la política, entre los postulados a miembros de su gabinte y el presidente electo acumulan una fortuna de unos 11.000 millones de dólares.

Según Univisión hasta ahora Trump ha seleccionado la mitad de su gabinete y ya acumulan cuatro veces más que la riqueza colectiva de los actuales ministros del presidente Barak Obama y cerca de 30 veces más que el equipo de George W. Bush al final de su presidencia.

Ninguno de los que propone el republicano para su gabinete, con excepción de Elaine Chao o Jeff Sessions, pertenecen a los círculos políticos de Washington.

Los nombres que ha anunciado desde su elección son tan extremistas como sus propuestas electorales: negacionistas del cambio climático, detractores de la educación pública o enemigos declarados del Islam, por ejemplo. Pero veamos quien es quien en lo que será el gabinete del presidente Trump.

Secretaría de Defensa: James Mattis «Perro Rabioso» o el «Monje Guerrero»


James Mattis de 66 años, tiene una doble cara que reflejan sus apodos. Le llaman perro furioso por su estrategia agresiva en el campo de batalla, y también el monje guerrero por su actitud reflexiva y bagaje intelectual. Su nombramiento, supone su retorno al mundo castrense, del que se retiró en 2013 tras 41 años en el Cuerpo de Marines. Y el broche a una carrera especializada en el Medio Oriente. El nominado a secretario de Defensa aportará realismo a la doctrina militar de Trump, sin experiencia política.

Mattis se distancia del presidente electo en su afinidad con Rusia, apoyo a la tortura o rechazo a un intervencionismo activo de Washington. Les une la simpatía por Israel, la confrontación con Irán y la política de mano dura contra el Estado Islámico.

Secretario del Tesoro: Steven Mnuchin, peso pesado de Wall Street


Mnuchin de 53 años, dirigió y creó sus propios fondos de inversión de riesgo (Dune y OnweWest) tras 17 años en Goldman Sachs. Mnuchin fue uno de los grandes beneficiados del derrumbe del mercado hipotecario en EE UU, epicentro de la mayor crisis financiera desde la Gran Depresión

Mnuchin ha avanzado que no habrá bajadas de impuestos para los ricos, sino una bajada importante para la clase media, y que cambiará la reforma financiera de Obama. El secretario del Tesoro también será el encargado de cambiar la regulación financiera que Obama alumbró tras la debacle financiera sobre la que ha dicho que la normativa resulta «demasiado complicada» y ello «restringe el crédito».

Secretario de Comercio: Wilbur Ross, inversionista multimillonario


Ross, de 78 años, tiene una fortuna estimada en 2.900 millones de dólares. Es un inversor especializado en hacerse con activos de compañías moribundas para reestructurarlas, como en la industria del acero. Y como el futuro presidente, este gestor de activos bajo estrés no tiene miedo a endeudarse para poder así financiar la adquisición de empresas bajo estrés. Ross que representaría los intereses de los negocios estadounidenses en el país y en extranjero ha sido uno de los defensores del fin de los tratados de libre comercio.

Secretaría De transporte: Elaine Chaos, experiencia del tiempo de Bush


Chaos de 63 años desde el primer momento apoyó al empresario porque consideró que era necesario proceder a un cambio radical en Washington. Donald Trump formalizó la nominación de Elaine Chao para el Departamento de Transporte. A diferencia de Steven Mnuchin y de Wilbur Ross, sí cuenta con experiencia en la gestión pública como Subsecretaria de Transporte y Secretaria de Empleo con George Bush. La mujer del senador Mitch McConnell será clave para el desarrollo del plan de infraestructuras.

Secretario de Empleo: Andrew Puzder, empresario del ‘fastfood’ 


Puzder, de 66 años, es un gran defensor de la desregulación laboral y crítico a la reforma del seguro médico. La compañía que dirige hace de paraguas a las cadenas de restaurantes de comida rápida Carl´s Junior, Green Burrito y Hardee´s. En total el grupo opera más de 3.300 restaurantes en 28 países. El empresario fue un ferviente opositor al alza del salario mínimo hasta los 15 dólares y a ampliar la paga de las horas extras a nivel federal como están haciendo algunos estados y ciudades del país. Puzder considera que este tipo de medidas frenan el crecimiento y el empleo por que en su opinión, va a obligar a la industria a recurrir cada vez más a sistemas automatizados.

Secretario de Sanidad: Tom Price, adiós al Obamacare


Médico retirado de 62 años y opositor al aborto, Price ha sido representante de Georgia en seis legislaturas y ha propuesto alternativas concretas al llamado Obamacare por que a su juicio este sistema interfiere con la habilidad de tomar decisiones médicas y propone mantener un sistema de ayudas fiscales para la compra de seguros. Price calificó al Obamacare como un ejemplo de un «gobierno federal opresivo y sofocante», en línea con los reproches republicanos habituales. Price ofrece a Trump conocimiento en gestión médica y presupuestaria. Es el presidente del Comité Presupuestario de la Cámara de Representantes yse considera cercano a las asociaciones médicas.

Secretaria de Educación: Betsy DeVos, defensora de la escuela privada 


Betsy DeVos de 58 años, es una desconocida fuera de Michigan, y es una de las principales activistas para la implantación de un modelo que da total libertad a los padres para decidir dónde estudian sus niños. Está casada con Dick DeVos, hijo del cofundador de Amway Corporation, de las 30 mayores compañías no cotizadas en EE UU. Su hermano es el fundador de la contratista Blackwater. La fortuna familiar de los DeVos se estima en 5.100 millones de dólares, según Forbes.

El movimiento que lidera DeVos desde la American Federation of Children, de hecho, defiende los colegios privados subvencionados porque parte del principio que todos los estudiantes deben tener la oportunidad de recibir una educación de calidad.

Secretario de Vivienda: Ben Carson, opuesto a programas sociales


Carson, de 65 años, seduce a las bases conservadoras. Fue criado solo por su madre, casi iletrada, en un barrio deprimido de Detroit, y llegó a la prestigiosa universidad de Yale y a ser el primer jefe negro y el más joven del servicio de neurocirugía pediátrica del hospital John Hopkins de Baltimore. Es más conservador ideológicamente que Trump, lo que le acerca a las bases religiosas y a la facción del Tea Party.

Se ocupará de la gestión de una parte relevante de la agenda social de la Administración federal. El departamento se encarga, por ejemplo, de ayudar a personas de bajos recursos a tener una vivienda o garantizar que no haya discriminaciones raciales.Carson se ha erigido en los últimos años en una celebridad del universo conservador con sus recetas en libros y eventos sobre la responsabilidad individual, con críticas a los subsidios a minorías raciales.

Los otros nombramientos

Además de designar a quienes ocuparán las carteras claves Trump también ha realizado otros nombramientos de importancia.

Vice Presidente: Mike Pence

Pence, de 57 años, es un político experimentado. Luego de trabajar como abogado y conducir un programa de radio de corte conservador, trabajó doce años en la Cámara de Representantes antes de convertirse en gobernador de Indiana, en 2013. Se opone al aborto y al matrimonio homosexual. Se describe como «cristiano, conservador y republicano», en ese orden.

Jefe de Gabinete: Reince Priebus

Reince Priebus, de 44 años, actualmente jefe de los republicanos y leal a Trump, dirigirá el nuevo gabinete designado por Trump.

Estratega político de la Casa Blanca: Steve Bannon

El personero de la «derecha alternativa» que será el estratega político en jefe en la Casa Blanca, tiene su propia firma Bannon & Co. Como inversionista de la productora Castle Rock Entertainment, Bannon ha recibido una parte de las regalías por la sindicalización de uno de los programas cómicos más exitosos en la historia de la televisión de Estados Unidos «Seinfield». También fue director ejecutivo de Breitbart News antes de que Trump lo contratara para dirigir su campaña Es señalado de promover el nacionalismo blanco, es decir, que busca que Estados Unidos sea unanación superior para la raza blanca.

Subsecretario de Comercio: Todd Ricketts

Designado como subsecretario de Comercio, es miembro de la familia número 66 en la lista de Forbes, de las más ricas de Estados Unidos y dueña de los campeones mundiales de beisbol, los Cachorros de Chicago. Rickets es hijo del billonario Joe Rickets, fundador de la firma de inversiones en línea Ameritrade, con una fortuna familiar superior a los mil millones de dólares.

Director de la Agencia para la Protección del Medio Ambiente: Scott Pruitt

Es el fiscal general del Estado que usa de manera más intensiva el petróleo y gas. Pruitt es uno de los miembros del movimiento que niega en EE UU la existencia de un calentamiento global y sus vínculos con el consumo de energías fósiles, y rechaza las regulaciones ambientales por considerar que perjudican al sector empresarial.

Pruitt ha liderado desde hace unos años los esfuerzos legales para bloquear las distintas regulaciones federales impulsadas por el presidente Obama, primero con la reforma sanitaria y después con su plan de reducción de emisiones. Como fiscal general de Oklahoma, Pruitt demandó además a la EPA, la agencia que puede liderar a partir del año que viene. Los vínculos de Pruitt con los lobbies de la industria del petróleo y el carbón también están ampliamente documentados.

Directora de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, siglas en inglés): Linda McMahon 

McMahon y su marido son los fundadores de la empresa World Wrestling Entertainment (WWE), un exitoso negocio centrado en la organización y divulgación de programas de lucha libre a escala global. McMahon dejó su puesto como directora ejecutiva en 2009 y desde entonces ha aspirado a entrar en el mundo político. En 2010 y 2012 la ejecutiva presentó su candidatura para ser senadora pero no lo consiguió.

McMahon, respetada por muchos dentro del ámbito empresarial, se une a la lista de outsiders, personas sin experiencia en política, que ocuparán cargos fundamentales en el gabinete de Trump, algo que comienza a ser tendencia y que comienza con el propio presidente electo.

La SBA, una agencia que bajo la presidencia de Barack Obama se ha convertido en una herramienta fundamental para la agenda económica del presidente, tiene un presupuesto de 710 millones de dólares anuales y más de 3.000 empleados a través de todo el país.

Fiscal General: Jeff Sessions

El senador de Alabama fue uno de los primeros miembros del Congreso en manifestar su apoyo a Trump. Se le conoce por su línea dura contra la inmigración y por su férrea oposición a la legalización de la marihuana. Acusaciones de racismo, así como un presunto apoyo al Ku Klux Klan, le costaron la nominación como juez federal en 1986.

CIA: Mike Pompeo

Mike Pompeo (52 años), diputado de Kansas, miembro de la comisión de servicios secretos ,es el designado nuevo director de la CIA. Un ultraconservador que entraría a arrasar. No en vano, el aún director de la CIA, John Brennan, advirtió a Trump de que sería «desastroso» y una «locura» abandonar el acuerdo nuclear con Irán, como amenazó con hacer durante la campaña electoral.

Consejero de Seguridad Nacional: Mike Flynn

Flynn, de 57 años y general retirado de tres estrellas, será la mano derecha en seguridad del nuevo presidente estadounidense, según anunció este viernes el equipo de Trump. Socio leal durante la campaña electoral, como asesor de Seguridad Nacional será el encargado de hacer de enlace entre el mandatario y los departamentos relacionados con la política exterior, militar y antiterrorista de la primera potencia mundial. Entre las muchas coincidencias entre Michael Flynn y Donald Trump destacan tres: retórica islamófoba, afinidad con Rusia y rechazo visceral a Hillary Clinton.

ViceConsejera de Seguridad Nacional: Katlheen Troia McFarland

McFarland tiene décadas de experiencia por tres presidencias republicanas: Richard Nixon (1969-1974), Gerald Ford (1974-1977) y Ronald Reagan (1981-1989). Además, fue asistente del peso pesado de política exterior estadounidense Henry Kissinger. Como consejera adjunta de seguridad nacional, la comentarista de la cadena Fox News, Kathleen Troia «KT» McFarland, de 65 años, retornará al ejecutivo como número dos del general (r) Mike Flynn.

Embajadora ante la ONU: Nikki Halley

Nikki Haley, de 44 años, una gobernadora más bien moderada de Carolina del Sur, es hija de inmigrantes indios. Aunque Haley no hizo activamente campaña con Trump, fue escogida por él para presentar una cara amable ante el mundo.

Embajador en China: Terry Branstand

Terry Branstad, de 70 años,fue uno de los primeros republicanos en apoyar a Trump y  es considerado un viejo amigo de China, conoce al presidente Xi Jinping desde hace 30 años, cuando ambos se conocieron en Iowa durante un viaje de investigación agrícola.

Fuente: http://www.miamidiario.com/politica/gobierno/estados-unidos/donald-trump/ben-carson/mike-pence/james-mattis/wilbur-ross/tom-price/gabinete-de-donald-trump/cual-es-el-gabinete-de-trump/nombramientos-de-trump/james-mattis-perro-rabioso/steven-mnuchin/elaine-chaos/andrew-puzder/betsy-devos/369194

Comparte este contenido:

Las 10 claves que explican el Nuevo Sistema Mundo

Por: Ignacio Ramonet

¿Cómo es el Nuevo Sistema Mundo? ¿Cuáles son sus principales características? ¿Qué dinámicas están determinando el funcionamiento real de nuestro planeta? ¿Qué características dominarán en los próximos 15 años, de aquí a 2030?

Para tratar de describir este Nuevo Sistema Mundo y prever su futuro inmediato, vamos a utilizar la brújula de la geopolitica, una disciplina que nos permite comprender el juego general de las potencias y evaluar los principales riesgos y peligros. Para anticipar, como en un tablero de ajedrez, los movimientos de cada potencial adversario.

¿Qué nos dice esa brújula?

EL DECLIVE DE OCCIDENTE

La principal constatación es: el declive de Occidente. Por vez primera desde el siglo XV, los países occidentales están perdiendo poderío frente a la subida de las nuevas potencias emergentes. Empieza la fase final de un ciclo de cinco siglos de dominación occidental del mundo. El liderazgo internacional de Estados Unidos se ve amenazado hoy por el surgimiento de nuevos polos de poderío (China, Rusia, India) a escala internacional. El «desclasamiento estratégico» de Estados Unidos ha empezado. El «siglo americano» parece llegar a su final, a la vez que va desvaneciéndose el «sueño europeo»…

Aunque Estados Unidos sigue siendo una de las principales potencias planetarias, está perdiendo su hegemonía económica en favor de China. Y ya no ejercerá su ‘hegemonía militar solitaria’ como lo hizo desde el fin de la guerra fría (1989). Vamos hacia un mundo multipolar en el que los nuevos actores (China, Rusia, India) tienen vocación a constituir sólidos polos regionales y a disputarle la supremacía internacional a Washington y a sus aliados históricos (Reino Unido, Francia, Alemania, Japón).

En tercera linea aparecen ahora una serie de potencias intermediarias, con demografías en alza y fuertes tasas de crecimiento económico, llamadas a convertirse también en polos hegemónicos regionales y con tendencia a transformarse, de aquí a 15 años, en un grupo de influencia planetaria (Indonesia, Brasil, Vietnam, Turquía, Nigeria, Etiopía).

Para tener una idea de la importancia y de la rapidez del desclasamiento occidental que se avecina, baste con señalar estas dos cifras : la parte de los países occidentales en la economía mundial va a pasar del 56% hoy, a un 25% en 2030… O sea que, en menos de quince años, Occidente perderá más de la mitad de su preponderancia económica… Una de las principales consecuencias de esto es que EE UU y sus aliados ya no tendrán los medios financieros para asumir el rol de gendarmes del mundo… De tal modo que este cambio estructural podría lograr debilitar durablemente a Occidente.

IMPARABLE EMERGENCIA DE CHINA

El mundo pues se «desoccidentaliza» y es cada vez más multipolar. Destaca, una vez más, el rol de China que emerge, en principio, como la gran potencia en ciernes del siglo XXI. Aunque China se halla lejos aún de representar un auténtico rival para Washington. Por una parte, la estabilidad del Imperio del Medio no está garantizada porque coexisten en su seno el capitalismo más salvaje y el comunismo más autoritario. La tensión entre esas dos dinámicas causará, tarde o temprano, una quebradura que podría debilitar su potencia.

De todos modos, hoy por hoy, en 2016, los Estados Unidos siguen ejerciendo una indiscutible dominación hegemónica sobre el planeta. Tanto en el dominio militar (fundamental) como en varios otros sectores cada vez màs determinantes : en particular, el tecnológico (Internet) y el soft power (cultura de masas). Lo cual no significa que China no haya realizado prodigiosos avances en los últimos treinta años. Nunca en la historia, ningún país creció tanto en tan poco tiempo.

Por el momento, mientras declina el poderío de Estados Unidos, el ascenso de China es imparable. Ya es la segunda potencia economica del mundo (delante de Japón y Alemania).

Para Washington, Asia es ahora la zona prioritaria desde que el presidente Obama decidió la reorientación estratégica de su política exterior. Estados Unidos trata de frenar allí la expansión de China cercándola con bases militares y apoyándose en sus socios locales tradicionales : Japón, Corea del Sur, Taiwán, Filipinas. Es significativo que el primer viaje de Barack Obama, después de su reelección en 2012, haya sido a Birmania, Cambodia y Tailandia, tres Estados de la Asociación de naciones de Asia del Sureste (ASEAN), una organización que reúne a los aliados de Washington en la región, la mayoría de cuyos miembros tienen problemas de límites marítimos con Pekín.

Los mares de China se han convertido en las zonas de mayor potencial de conflicto armado del área Asia-Pacífico. Las tensiones de Pekín con Tokyo, a propósito de la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyú para los chinos). Y también la disputa con Vietnam y Filipinas sobre la propiedad de las islas Spratly está subiendo peligrosamente de tono. China está modernizando a toda marcha su armada. En 2012, lanzó su primer portaaviones, el Liaoning, y está construyendo un segundo, con la intención de intimidar a Washington. Pekín soporta cada vez menos la presencia militar de Estados Unidos en Asia. Entre estos dos gigantes, se está instalando una peligrosa « desconfianza estratégica » que, sin lugar a dudas, podría marcar la política internacional en esta región de aquí a 2030.

EL TERRORISMO YIHADISTA

Otra de las amenazas globales que nos indica nuestra brújula es el terrorismo yihadista practicado ayer por Al Qaeda y hoy por la Organización Estado Islámico o Daesh (ISIS, en inglés). Las principales causas de ese terrorismo yihadista actual hay que buscarlas en los desastrosos errores y los crímenes cometidos por las potencias que invadieron Irak en 2003. Además de los disparates de las intervenciones en Libia (2011) y en Siria (2014).

En Oriente Próximo se sigue situando el actual foco perturbador del mundo. En particular en torno a la inextricable guerra civil en Siria. Lo que está claro es que, en ese país, las grandes potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia), aliadas a los Estados que más difunden por el mundo una concepción arcaica y retrógrada del islam (Arabia Saudíta, Qatar y Turquía), decidieron apoyar (con dinero, armas e instructores) a la insurgencia islamista sunní. Estados Unidos constituyó en esa región un amplio «eje sunní» con el objetivo de derrocar a Bachar El Asad y despojar así a Teherán de un gran aliado regional. Pero el gobierno de Bachar El Asad, con el apoyo de Rusia e Irán, ha resistido y sigue consolidándose. El resultado de tantos errores es el terrorismo yihadista actual que multiplica los atentados odiosos contra civiles inocentes en Europa y Estados Unidos.

Algunas capitales occidentales siguen pensando que la potencia militar masiva es suficiente para venir a cabo del terrorismo. Pero, en la historia militar, abundan los ejemplos de grandes potencias incapaces de derrotar a adversarios más débiles. Basta recordar los fracasos norteamericanos en Vietnam en 1975, o en Somalia en 1994. En un combate asimétrico, aquél que puede más, no necesariamente gana. El historiador Eric Hobsbawn nos recuerda que «En Irlanda del Norte, durante cerca de treinta años, el poder británico se mostró incapaz de derrotar a un ejército tan minúsculo como el del IRA; ciertamente el IRA no tuvo la ventaja, pero tampoco fue vencido.»

Los conflictos de nuevo tipo, cuando el fuerte enfrenta al débil o al loco, son más fáciles de comenzar que de terminar. Y el empleo masivo de medios militares pesados no permite necesariamente alcanzar los objetivos buscados.

La lucha contra el terrorismo también está autorizando, en materia de gobernación y de política interior, todas las medidas autoritarias y todos los excesos, incluso una versión moderna del «autoritarismo democrático» que toma como blanco, más allá de las organizaciones terroristas en sí mismas, a todos los insumisos y protestatarios que se oponen a las políticas globalizadoras y neoliberales.

HAY CRISIS PARA LARGO…

Otra constatación importante: los países ricos siguen padeciendo las consecuencias del terremoto económico-financiero que fue la crisis del 2008. Por primera vez, la Unión Europea, (y el «Brexit» lo confirma), ve amenazada su cohesión y hasta su existencia. En Europa, la crisis económica durará al menos un decenio más, es decir hasta por lo menos 2025…

Decimos que hay crisis, en cualquier sector, cuando algún mecanismo deja de pronto de actuar, empieza a ceder y acaba por romperse. Esa ruptura impide que el conjunto de la maquinaria siga funcionando. Es lo que está ocurriendo en la economía mundial desde que estalló la crisis de las sub-primes en 2007-2008.

Las repercusiones sociales de ese cataclismo económico han sido de una brutalidad inédita: 23 millones de desempleados en la Unión Europea y más de 80 millones de pobres… Los jóvenes en particular son las víctimas principales; generaciones sin futuro. Pero las clases medias también están asustadas porque el modelo neoliberal de crecimiento las abandona al borde del camino.

La velocidad de la economía financiera es hoy la del relámpago, mientras que la velocidad de la política, por comparación, es la del caracol. Resulta cada vez más difícil conciliar tiempo económico y tiempo político. Y también crisis globales y gobiernos nacionales. Todo esto provoca, en los ciudadanos, frustración y angustia.

La crisis global produce perdedores y ganadores. Los ganadores se encuentran, esencialmente, en Asia y en los países emergentes, que no tienen una visión tan pesimista de la situación como la de los europeos. También hay muchos «ganadores» en el interior mismo de los países occidentales cuyas sociedades se hallan fracturadas por las desigualdades entre ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más pobres.

En realidad, no estamos soportando una crisis, sino un haz de crisis, una suma de crisis mezcladas tan íntimamente unas con otras que no conseguimos distinguir entre causas y efectos. Porque los efectos de unas son las causas de otras, y así hasta formar un verdadero sistema. O sea, enfrentamos una auténtica crisis sistémica del mundo occidental que afecta a la tecnología, la economía, el comercio, la política, la democracia, la identidad, la guerra, el clima, el medio ambiente, la cultura, los valores, la familia, la educación, la juventud, etc.

Desde el punto de vista antropológico, estas crisis se están traduciendo por un aumento del miedo y del resentimiento. La gente vive en estado de ansiedad y de incertidumbre. Vuelven los grandes pánicos ante amenazas indeterminadas como pueden ser la pérdida del empleo, los electrochoques tecnológicos, las biotecnologías, las catástrofes naturales, la inseguridad generalizada… Todo ello constituye un desafío para las democracias. Porque ese terror se transforma a veces en odio y en repudio. En varios países europeos, y también en Estados Unidos, ese odio se dirige hoy contra el extranjero, el inmigrante, el refugiado, el diferente. Está subiendo el rechazo hacia todos los «otros» (musulmanes, latinos, gitanos, subsaharianos, «sin papeles», etc.) y crecen los partidos xenófobos y de extrema derecha.

DECEPCIÓN Y DESENCANTO

Hay que entender que, desde la crisis financiera de 2008 (de la que aún no hemos salido), ya nada es igual en ninguna parte. Los ciudadanos están profundamente desencantados. La propia democracia, como modelo, ha perdido credibilidad. Los sistemas políticos han sido sacudidos hasta las raíces. En Europa, por ejemplo, los grandes partidos tradicionales están en crisis. Y en todas partes percibimos subidas de formaciones de extrema derecha (en Francia, en Austria y en los países nórdicos) o de partidos antisistema y anticorrupción (Italia, España). El paisaje político aparece radicalmente transformado.

Ese fenómeno ha llegado a Estados Unidos, un país que ya conoció, en 2010, una ola populista devastadora, encarnada entonces por el Tea Party. La irrupción del multimillonario Donald Trump en la carrera por la Casa Blanca prolonga aquello y constituye una revolución electoral que ningún analista supo prever. Aunque pervive, en apariencias, la vieja bicefalia entre demócratas y republicanos, la ascensión de un candidato tan heterodoxo como Trump constituye un verdadero seísmo. Su estilo directo, populachero, y su mensaje maniqueo y reduccionista, apelando a los bajos instintos de ciertos sectores de la sociedad, le ha conferido un carácter de autenticidad a ojos del sector más decepcionado del electorado de la derecha.

A ese respecto, el candidato republicano ha sabido interpretar lo que podríamos llamar la «rebelión de las bases». Mejor que nadie, percibió la fractura cada vez más amplia entre las élites políticas, económicas, intelectuales y mediáticas, por una parte, y la base del electorado conservador, por la otra. Su discurso violentamente anti-burocracia de Washington, anti-medios y anti-Wall Street seduce, en particular, a los electores blancos, poco cultos, y empobrecidos por los efectos de la globalización económica.

SEÍSMOS Y MÁS SEÍSMOS

A este respecto podríamos decir que otra gran característica del Nuevo Sistema Mundo son los seísmos. Seísmos financieros, monetarios, bursátiles, seísmos climáticos, seísmos energéticos, seísmos tecnológicos, seísmos sociales, seísmos geopolíticos como el restablecimiento de relaciones entre Cuba y Estados Unidos, o, en otro sentido, el reciente golpe de Estado institucional en Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff… Seísmos electorales como la reciente victoria del «no» en Colombia a los Acuerdos de Paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC; o el reciente «Brexit» en el Reino Unido, o el éxito de la extrema derecha en Austria, o la derrota de Angela Merkel en varias elecciones parciales en Alemania. O el enorme seismo que podría constituir efectivamente la eventual victoria electoral de Donald Trump en Estados Unidos

Acontecimientos imprevistos irrumpen con fuerza sin que nadie, o casi nadie, los haya visto venir. Hay una falta de visibilidad general. Si gobernar es prever, vivimos una evidente crisis de gobernanza general. En muchos países, el Estado que protegía a los ciudadanos ha dejado de existir. Hay una crisis de la democracia representativa: «No nos representan!», decían los «indignados». La gente reclama que la autoridad política vuelva a asumir su rol conductor de la sociedad. Se insiste en la necesidad de reinventar la política y de que el poder político le ponga coto al poder económico y financiero de los mercados.

INTERNET, EL CIBER-ESPIONAJE Y LA CIBER-DEFENSA

El Nuevo Sistema Mundo también se caracteriza por la multiplicidad de rupturas estratégicas cuyo significado a veces no comprendemos. Hoy, Internet es el vector de la mayoría de los cambios. Casi todas las crisis recientes tienen alguna relación con las nuevas tecnologías de la comunicación y de la información, con la desmaterialización y la digitalización generalizadas, y con la explosión inaudita de las redes sociales. Más que una tecnología, Internet es pues un actor fundamental de las crisis. Basta con recordar el rol de WikiLeaks, Facebook, Twitter y las demàs redes sociales en la aceleración de la información y de la conectividad social a través del mundo.

De aquí a 2030, en el Nuevo Sistema Mundo, algunas de las mayores colectividades del planeta ya no serán países sino comunidades congregadas y vinculadas entre sí por Internet y las redes sociales. Por ejemplo, ‘Facebooklandia’: más de mil millones de usuarios… O ‘Twitterlandia’, más de 800 millones… Cuya influencia, en el juego de tronos de la geopolítica mundial, podría revelarse decisivo. Hoy, las estructuras de poder se difuminan gracias al acceso universal a la Red y el uso de nuevas herramientas digitales.

Por otra parte, por las estrechas complicidades que algunas grandes potencias han entablado con las grandes empresas privadas que dominan las industrias de la informática y de las telecomunicaciones, la capacidad en materia de espionaje de masas ha crecido también de forma exponencial. Las mega empresas, como Google, Apple, Microsoft, Amazon y más recientemente Facebook han establecido estrechos lazos con el aparato del Estado en Washington, especialmente con los responsables de la política exterior. Esta relación se ha convertido en una evidencia. Comparten las mismas ideas políticas y tienen idéntica visión del mundo. En última instancia, los estrechos vínculos y la visión común del mundo, por ejemplo, de Google y la Administración estadounidense están al servicio de los objetivos de la política exterior de los Estados Unidos.

Esta alianza sin precedentes –Estado + aparato militar de seguridad + industrias gigantes de la Web- ha creado un verdadero imperio de la vigilancia cuyo objetivo claro y concreto es poner Internet bajo escucha, todo Internet y a todos los internautas, como lo denunciaron Julian Assange y Edward Snowden.

El ciberespacio se ha convertido en una especie de quinto elemento. El filósofo griego Empédocles sostenía que nuestro mundo estaba formado por una combinación de cuatro elementos: tierra, aire, agua y fuego. Pero el surgimiento de Internet, con su misterioso “interespacio” superpuesto al nuestro, formado por miles de millones de intercambios digitales de todo tipo, por su roaming, su streaming y su clouding, ha engendrado un nuevo universo, en cierto modo cuántico, que viene a completar la realidad de nuestro mundo contemporáneo como si fuera un auténtico quinto elemento.

En este sentido, hay que señalar que cada uno de los cuatro elementos tradicionales constituye, históricamente, un campo de batalla, un lugar de confrontación. Y que los Estados han tenido que desarrollar componentes específicos de las fuerzas armadas para cada uno de estos elementos: para la tierra: el ejército de Tierra; para el aire, el ejército del Aire; para el agua, la Armada; y, con carácter más singular, para el furgo: los bomberos o “guerreros del fuego”. De manera natural, desde el desarrollo de la aviación militar en 1914-1918, todas las grandes potencias están añadiendo hoy, a los tres ejércitos tradicionales y a los combatientes del fuego, un nuevo ejército cuyo ecosistema es el quinto elemento: el ciberejército, encargado de la ciberdefensa, que tiene sus propias estructuras orgánicas, su Estado mayor, sus cibersoldados y sus propias armas: superordenadores preparados para defender las ciberfronteras y llevar a cabo la ciberguerra digital en el ámbito de Internet.

UNA MUTACIÓN DEL CAPITALISMO: LA ECONOMÍA COLABORATIVA

Treinta años después de la expansión masiva de la Web, los hábitos de consumo también están cambiando. Se impone poco a poco la idea de que la opción más inteligente hoy es usar algo en común, y no forzosamente comprarlo. Eso significa ir abandonando poco a poco una economía basada en la sumisión de los consumidores y en el antagonismo o la competición entre los productores, y pasar a una economía que estimula la colaboración y el intercambio entre los usuarios de un bien o de un servicio. Todo esto plantea una verdadera revolución en el seno del capitalismo que está operando, ante nuestros ojos, una nueva mutación.

Es un movimiento irresistible. Miles de plataformas digitales de intercambio de productos y servicios se están expandiendo a toda velocidad. La cantidad de bienes y servicios que pueden alquilarse o intercambiarse mediante plataformas online, ya sean de pago o gratuitas (como Wikipedia), es ya literalmente infinita.

A nivel planetario, esta economía colaborativa crece actualmente entre el 15% y el 17% al año. Con algunos ejemplos de crecimiento absolutamente espectaculares. Por ejemplo Uber, la aplicación digital que conecta a pasajeros con conductores, en solo cinco años de existencia ya vale 68.000 millones de dólares y opera en 132 países. Por su parte, Airbnb, la plataforma online de alojamientos para particulares surgida en 2008 y que ya ha encontrado cama a más de 40 millones de viajeros, vale hoy en Bolsa (sin ser propietaria de ni una sola habitación) más de 30.000 millones de dólares, o sea más que los grandes grupos Hilton, Marriott o Hyatt.

A este respecto, otro rasgo fundamental que está cambiando –y que fue nada menos que la base de la sociedad de consumo–, es el sentido de la propiedad, el deseo de posesión. Adquirir, comprar, tener, poseer eran los verbos que mejor traducían la ambición esencial de una época en la que el tener definía al ser. Acumular “cosas” (viviendas, coches, neveras, televisores, muebles, ropa, relojes, libros, cuadros, teléfonos, etc.) constituía para muchas personas la principal razón de la existencia. Parecía que, desde el alba de los tiempos, el sentido materialista de posesión era inherente al ser humano.

La economía colaborativa constituye pues un modelo económico basado en el intercambio y la puesta en común de bienes y servicios mediante el uso de plataformas digitales. Se inspira de las utopías del compartir y de valores no mercantiles como la ayuda mutua o la convivialidad, y también del espíritu de gratuidad, mito fundador de Internet. Su idea principal es: “lo mío es tuyo” , o sea compartir en vez de poseer. Y el concepto básico es el trueque. Se trata de conectar, por vía digital, a gente que busca “algo” con gente que lo ofrece. Las empresas más conocidas de ese sector son: Uber, Airbnb, Netflix, Blabacar, etc.

Muchos indicios nos conducen a pensar que estamos asistiendo al ocaso de la 2ª revolución industrial, basada en el uso masivo de energías fósiles y en unas telecomunicaciones centralizadas. Y vemos la emergencia de una economía colaborativa que obliga, como ya dijimos, al sistema capitalista a mutar.

Por otra parte, en un contexto en el que el cambio climático se ha convertido en la amenaza principal para la sobrevivencia de la humanidad, los ciudadanos no desconocen los peligros ecológicos inherentes al modelo de hiperproducción y de hiperconsumo globalizado. Ahí también, la economía colaborativa ofrece soluciones menos agresivas para el planeta.

En un momento como el actual, de fuerte desconfianza hacia el modelo neoliberal y hacia las elites políticas, financieras, mediáticas y bancarias, la economía colaborativa parece aportar respuestas a muchos ciudadanos en busca de sentido y de ética responsable. Exalta valores de ayuda mutua y ganas de compartir. Criterios todos que, en otros momentos, fueron argamasa de teorías comunitarias y de ambiciones socialistas. Pero que son hoy –que nadie se equivoque– el nuevo rostro de un capitalismo mutante deseoso de alejarse del salvajismo despiadado de su reciente periodo ultraliberal.

Nuestra brújula también nos señala la aparición de tensiones entre los ciudadanos y algunos gobiernos en unas dinámicas que varios sociólogos califican de ‘post-políticas’ o ‘post-democráticas’… Por un lado, la generalización del acceso a Internet y la universalización del uso de las nuevas tecnologías están permitiendo a la ciudadanía alcanzar altas cuotas de libertad y desafiar a sus representantes políticos (como durante la crisis de los «indignados»). Pero, a la vez, estas mismas herramientas electrónicas proporcionan a los gobiernos, como ya vimos, una capacidad sin precedentes para vigilar a sus ciudadanos.

AMENAZAS NO MILITARES

“La tecnología –señala un reciente informe de la CIA– continuará siendo el gran nivelador, y los futuros magnates de Internet, como podría ser el caso de los de Google y Facebook, poseen montañas enteras de bases de datos, y manejan en tiempo real mucha más información que cualquier gobierno”. Por eso, la CIA recomienda a la administración de EE.UU. que haga frente a esa amenaza eventual de las grandes corporaciones de Internet activando el Special Collection Service, un servicio de inteligencia ultrasecreto -administrado conjuntamente por la NSA (National Security Service) y el SCE (Service Cryptologic Elements) de las Fuerzas Armadas- especializado en la captación clandestina de informaciones de origen electromagnético. El peligro de que un grupo de empresas privadas controle toda esa masa de datos reside, principalmente, en que podría condicionar el comportamiento a gran escala de la población mundial e incluso de las entidades gubernamentales. También se teme que el terrorismo yihadista sea sustituido por un ciberterrorismo aún más sobrecogedor.

La CIA toma tanto más en serio este nuevo tipo de amenazas que, finalmente, el declive de Estados Unidos no ha sido provocado por una causa exterior sino por una crisis interior: la quiebra económica acaecida a partir de 2007-2008. El informe insiste en que la geopolítica de hoy debe interesarse por nuevos fenómenos que no poseen forzosamente un carácter militar. Pues, aunque las amenazas militares no han desaparecido, algunos de los peligros principales que corren hoy nuestras sociedades son de orden no-militar: cambio climático, mutación tecnológica, conflictos económicos, crimen organizado, guerras electrónicas, agotamiento de los recursos naturales…

Sobre este último aspecto, es importante saber que uno de los recursos que más aceleradamente se está agotando es el agua dulce. En 2030, el 60% de la población mundial tendrá problemas de abastecimiento de agua, dando lugar a la aparición de “conflictos hídricos”… En cuanto al fin de los hidrocarburos en cambio, gracias a las nuevas técnicas de fracturación hidráulica, la explotación del petroleo y del gas de esquisto está alcanzado niveles excepcionales. Ya Estados Unidos es casi autosuficiente en gas, y en 2030 podría serlo en petroleo, lo cual tiende a abaratar sus costes de producción manufacturera y exhorta a la relocalización de sus industrias. Pero si EE.UU. –principal importador actual de hidrocarburos- deja de importar petroleo, es de prever que los precios del barril se reducirán. ¿Cuáles serán entonces las consecuencias para los grandes países exportadores?

HACIA EL TRIUNFO DE LAS CIUDADES Y DE LAS CLASES MEDIAS

En el mundo hacia el que vamos, el 60% de las personas vivirán, por primera vez en la historia de la humanidad, en las ciudades. Y, como consecuencia de la reducción acelerada de la pobreza, las clases medias serán dominantes y triplicarán, pasando de los 1.000 a los 3.000 millones de personas. Esto, que, en sí, es una revolución colosal, acarreará como secuela, entre otros efectos, un cambio general en los hábitos culinarios y, en particular, un aumento del consumo de carne a escala planetaria. Lo cual agravará la crisis medioambiental.

En 2030, los habitantes del planeta seremos 8 500 millones pero el aumento demográfico cesará en todos los continentes menos en África, con el consiguiente envejecimiento general de la población mundial. En cambio, el vínculo entre el ser humano y las tecnologías protésicas acelerará la puesta a punto de nuevas generaciones de robots y la aparición de “superhombres” capaces de proezas físicas e intelectuales inéditas.

El futuro es muy pocas veces predecible. No por ello hay que dejar de imaginarlo en términos de prospectiva. Preparándonos para actuar ante diversas circunstancias posibles, de las cuales una sola se producirá. A este respecto, la geopolítica es una herramienta extremadamente útil. Nos ayuda a tomar conciencia de las rápidas evoluciones en curso y a reflexionar sobre la posibilidad, para cada uno de nosotros, de intervenir y fijar el rumbo. Para tratar de construir un futuro más justo, más ecológico, menos desigual y más solidario.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=217558

Imagen de archivo

Comparte este contenido:

El palito de selfie

Por: Enrique Amestoy

La llegada de los teléfonos inteligentesi o smartphones, ha hecho que la industria toda se ponga a trabajar para producir servicios y productos que complementen a los dispositivos, que generen nuevas funcionalidades, mejoren otras y siempre, siempre, generar la necesidad de consumo, para que el ciclo de vida del sistema en el que vivimos siga rodando y engordando.

Sin lugar a dudas los teléfonos inteligentes, junto con todo el desarrollo tecnológico que hemos logrado en esta etapa de evolución de la raza humana, para que dichos aparatos funcionen con todas sus posibilidades (redes de datos y telefonía veloces, cableados de fibra, tecnología GSM, 3G y 4G, nanotecnología y tantos otros etcéteras), marcan ya un punto de inflexión en la historia de la humanidad. No soy tipo que viene de las ciencias sociales por lo que por adelantado pido mis disculpas a todos ellos por los “horrores” que pueda deslizar en los próximos párrafos.

Rumbo al trabajo, por la mañana, un edificio emblemático de mi país: el Palacio Legislativo. Era temprano, la llovizna acariciaba mi rostro, caminaba tanto o mas despacio que cuando lo hago bajo la cálida caricia del sol de un día primaveral. Como casi siempre pasa, el Palacio Legislativo está en la ruta de los “city tour” y por eso me cruzo con un grupo de turistas que utilizaban sus 5 minutos (normalmente no se autoriza mas de eso para bajar de la camioneta u ómnibus que realiza el tour) para tomar fotografías con sus teléfonos inteligentes. Muchos de ellos tomaban auto retratos o “selifes”. Pucha: ya casi no queda nada por globalizar: la moneda, la deuda, la pobreza, las marcas de ropa, la comida, los vehículos, los programas de TV, todos utilizando formatos comprados a alguna cadena internacional, poniendo actores o conductores locales, pero creo que lo mas jorobado es globalizar el idioma en tanto poco a poco perdemos identidad como nación, como sociedad.

Pero quiero detenerme en los auto retratos. Me hice alguno, claro está, a lo largo de los mas o menos 15 años en que utilizo teléfono con cámara fotográfica (o cámara fotográfica, radio, agenda, recordatorio, alarma despertador, aparato para jugar, navegar por Internet, con la posibilidad, ADEMAS, de hablar por teléfono y enviar mensajes de texto). Sin embargo el palito es mas reciente. Y tiene la lógica óptica de permitir mejorar la perspectiva y abrir el plano a ser fotografiado. El palito de selfie es un invento genial! Si estamos en La Habana podemos ir a la Plaza de la Revoluciónii y hacernos –nosotros solitos– la foto con el Che a nuestras espaldas (vieron que nadie la hace con la de Camilo Cienfuegosiii que está a menos de 100 metros?) y distribuirla por doquier, so pena de que se nos acuse de no haber ido a Cuba si no la tomamos!! Esto último es solo para decirles que no me crean cuando digo que una vez fui a La Habana, no tengo el testimonio fotográfico.

Recuerdo al “corto” Buscaglia y el “Cuento de Sensemayá”iv cuando escribo: lo escucho retumbando en mi cabeza diciendo “ya volví a irme por las ramas” (no se si es en la versión que cito pero lo tengo muy presente, con el bajo de Gonzalo Moreira, supongo, haciendo una musiquita como para abajo “plin, plin, plin, plin…”) y pucha ando por La Habana sin comenzar a decir lo que realmente quería decir cuando me decidí a escribir luego de cruzarme con los turistas y sus fotos. Ahí vuelvo….

Recuerdo años atrás cuando en Buenos Aires me senté en el banco con Mafaldav y quería una foto con la pequeña gran gurisa salida de esa inigualable pluma de Quino. Andaba solo, de pasadita nomás, unas horas a un debate en un programa de televisión y me volvía. No tenía palito de selfie! No se habían inventado! Pero en la calle había cientos de personas por lo que le pedí a un grupo de adolescentes que andaba por ahí si me tomaban la fotografía. También recuerdo los cientos de comentarios del tipo “pudieron robarte el teléfono! Sos un inconsciente!”

Y a ese punto es al que me llevó esta gente con el palito de selfie: eran varios, iban todos juntos por lo que debo suponer que los unía al menos el mismo viaje por Montevideo. Sin embargo no se tomaban fotos ni todos juntos ni uno le solicitaba a otro que le tomara la fotografía. De forma cuasi onanista cada cual tomaba su propia fotografía. Y entonces pensé en Mafalda, en las bondades de la tecnología y en la sociedad en la que vivo y en cientos de cosas que reconozco no me dan los dedos para poner todas juntas: porque es bien sabido que la mente va mas rápido que las manos, aunque los magos insistan en decirnos que las manos van más rápido.

Y esas fotos seguro están, desde el minuto siguiente, en Instagram, Facebook, Twitter, Dropbox, Icloud y demás redes sociales. Obviamente en los discos duros de las agencias como la NSAvi, las bases de datos del gigante acaparador, goloso, glotón, Google, para su posterior desparramo por todo el mundo y su imposibilidad de ser borradas.

La georeferenciación de los GPS’s o la simple conexión telefónica de cada uno de esos aparatos, haciendo que se marque un puntito en algunos mapas en el mundo indicando que estamos exáctamente en ese lugar parados, con uno o dos metros de error en la precisión pero mas que suficiente para que manden un misil que le pegue a cada uno en la cabeza si es que así lo indicara alguna orden de algún loco en algún lugar.

Realmente no miré al resto de quienes caminaban por esa vereda. Quizá algunos cazaban pokemones, otros hablaban solos (porque cuando los miras parece que hablan solos: no logro que primero se me venga la idea de que tienen enchufado un aparato bluetooth en la oreja o un simple auriculares para ir conversando), seguramente sin pagar la llamada gracias a las nuevas tecnologías que nos permiten hablar gratis por internet, cosa que en los papeles está prohibida en mi país debido al monopolio estatal sobre las comunicaciones y puchaaaaaa!!! volveeeee!!!! el palito de selfieeeee!!!. Confieso que no miré al resto ni tomé mi celular para fotografiar ese instante.

Y ahora es el contador de palabras de mi LibreOfficevii, uso software libreviii si, para quienes aún no lo sepan, dice que voy en 7000 y algo de caracteres por lo que de eso y el consumismo y la lectura política que tengo de las tecnologías lo dejo para otros escritos que he ido dejando por ahí con el correr de los años o simplemente para otros que me surjan mas adelante.

Solo me quedé con una foto en la retina: estamos extremadamente solos, en sociedades cada vez mas hostiles, con toda la tecnología a nuestra disposición para estar conectados, sin siquiera la capacidad de pedir a quien tenemos al lado que nos tome una fotografía. Y no se quien pone el cascabel a ese gato pero lo cierto es que quiero escuchar, ansioso, a los profesionales de las ciencias sociales contemporáneos, a los de vanguardia, que me cuenten para donde entienden que estamos yendo. Por lo pronto un simple informático debe confesarse: nos vamos al carajo y sin retorno!

Notas:

i https://en.wikipedia.org/wiki/Smartphone

ii https://en.wikipedia.org/wiki/Plaza_de_la_Revoluci%C3%B3n#/media/File:Plaza_of_the_Revolution.JPG

iii https://en.wikipedia.org/wiki/Camilo_Cienfuegos#/media/File:Homenaje_a_Camilo_Cienfuegos_en_La_Habana.jpg

iv Cuento de Sensemayá – https://www.youtube.com/watch?v=2a0kBtHyvEU

v http://wikimapia.org/14223641/es/Estatua-Homenaje-a-Mafalda

vi https://es.wikipedia.org/wiki/Agencia_de_Seguridad_Nacional

vii https://www.libreoffice.org/

viii https://www.gnu.org/philosophy/free-sw.es.html

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=217713&titular=el-palito-de-%3Ci%3Eselfie%3C/i%3E-

Imagen:http://www.indicepr.com/noticias/2014/12/08/nova/32964/prohiben-baston-para-hacer-selfies/

Comparte este contenido:

País Vasco / Bilbao: Llamamiento III Encuentro Ecosocialista Internacional

Europa/País Vasco/04 de Septiembre de 2016/Fuente: Kaos en la Red

La Humanidad se encuentra en frente de una decisión crucial: O cambiamos de sistema económico y político o vamos hacia la barbarie. Atravesamos una grave crisis ecológica, social y de cuidados, de la cual el cambio climático es su manifestación más inquietante, pero también lo son la perdida de la biodiversidad, el agotamiento de recursos naturales o la destrucción de bosques. Estamos ante una suma de crisis interconectadas que suponen una amenaza sin precedentes para la humanidad y el resto del mundo vivo. Además, la apropiación de la riqueza por cada vez menos gente genera un injusto reparto que hace aumentar la desigualdad económica y de género, impidiendo el acceso a una vida digna en nuestras sociedades y pueblos.

En la raíz de esta catástrofe se encuentra un sistema de producción, reproducción, distribución y de consumo– el capitalista heteropatriarcal– basado en la dinámica expansiva de la acumulación, en el consumismo y el fetichismo de las mercancías. Este sistema genera un incremento de las desigualdades, injusticia social, pobreza y exclusión. Esta lógica expansiva se revela incompatible con la protección del ser humano y de la naturaleza. El crecimiento sin límites es incompatible con el mantenimiento de las bases materiales que sostienen la vida humana. Si no cambiamos de rumbo, asistiremos a catástrofes ecológicas cada vez más frecuentes, que causarán muertes, sufrimiento y desplazamientos forzosos de una parte cada vez mayor de la humanidad. Se agravarán las guerras por el control de los recursos naturales decrecientes y asistiremos a una profundización de la militarización y control sobre los pueblos. El capitalismo, guiado por la lógica del beneficio y crecimiento a cualquier precio, está arrastrando a la humanidad hacia el ecocidio. El capitalismo es un arma de destrucción masiva. Nos están robando el presente e imposibilitando un futuro digno para las generaciones actuales y las venideras.

Quienes firmamos este llamamiento consideramos que las respuestas a la crisis ofrecidas por el sistema capitalista (capitalismo verde, desarrollo sostenible, mercado de carbono, energía nuclear, acuerdos de libre comercio como el , TISA o TTIP, fracking, (des)ordenación del territorio que prima a las grandes urbes en detrimento de lo local y las comarcas, acaparamiento de tierras, agricultura industrial, devastadoras macro-infraestructuras, o extractivismo, etc.) son falsas soluciones. Nos abocan al abismo, son inaceptables desde el punto de vista de la justicia y no responden a la urgencia ecológica, social y de cuidados a la que se enfrenta la humanidad. Son en realidad nuevas formas de generar negocios a costa de la destrucción del planeta.

Nos quieren hacer creer que no hay alternativa a su sistema económico y político, pero en los últimos años, cientos de experiencias, proyectos y alternativas han surgido por todo el mundo. Las movilizaciones contra el acueducto Keystone XL en EE.UU. y las realizadas en el marco de la cumbre de Paris (COP21), el movimiento contra el TTIP o el de justicia climática son una esperanza para crear esta alternativa. Las experiencias de la dinámica Alternatiba (Euskal Herria y Francia) lo atestiguan. Así como lo son los procesos de transformaciones sociales, políticos y económicos que avanzan en América Latina, Asia o África y que se sustentan en gran medida sobre paradigmas como el Buen Vivir y armonía del ser humano con la naturaleza.

Una nueva generación de activistas y nuevas formas de resistencia está naciendo. También en Euskal Herria tenemos experiencias y proyectos alternativos, pero para que no se conviertan en la excepción que confirma la regla capitalista, necesitamos crear conciencia ecosocialista y aunar fuerzas para lograr una autentica transformación Hay que poner fin a la simbiosis entre instituciones y poder económico, construyendo otro modelo institucional que priorice la vida y las personas y anteponga los intereses colectivos sobre el mercado y los especuladores. Que el trabajo predomine sobre el capital. Es hora de que los pueblos, desde el ejercicio de su soberanía, asuman la responsabilidad de cambiar la actual situación. De generar un caudal ecosocialista y feminista que cambie el curso de la corriente de la destrucción.

Nosotras, personas de diferentes movimientos sociales, sindicatos y organizaciones políticas de Euskal Herria, del Estado Español, de Suiza y de otros países de Europa, os invitamos a los III Encuentros Internacionales que tendrán lugar en Bilbao (Euskal Herria) del 23 al 25 de Septiembre del 2016. Son la continuación de los I Encuentros que tuvieron lugar en Ginebra en Enero del 2014 y de los II que tuvieron lugar en Madrid en Junio del 2015.

Os invitamos a que suscribáis este llamamiento internacional como representantes de vuestras organizaciones o a título individual. A que lo difundáis y participéis activamente en los debates.

Proponemos 2 ejes de debate:

Transiciones ecosociales ante la urgencia ecológica y la emergencia social

La hora de la Troika o la hora de los pueblos de Europa: democracia, soberanía y justicia social

Necesitamos coordinar nuestro trabajo, programar tareas y movilizaciones comunes para lograr que nuestras alternativas sean sostenidas, apoyadas y participadas por una gran mayoría de gente que busca una transformación radical del sistema capitalista. Entre otras, queremos también coordinarnos e insertarnos en la agenda de movilizaciones post-COP21 y en las que se deriven de las iniciativas del Plan B para Europa.

En nuestro proyecto ecosocialista, y por ende anticapitalista, tienen cabida todas aquellas personas y movimientos que aspiren a transitar hacia sociedades justas, sostenibles y antipatriarcales.

Nos vemos en Bilbao!

Primeras firmas de llamamiento:

Internacional: Alfons Perez (ODG, Països Catalans), Amaia Pérez Orozco (Eje de Precariedad y Economía Feminista, estado español), Christine Poupin (CGT et NPA, France), Christophe Aguiton (ATTAC, France), Conrad Kunze (Rosa Luxemburg, Deutschland), Daniel Süri (colectivo contra gas de esquisto, Suiza), Daniel Tanuro (LCR-SAP, Belgique), Elizabeth Peredo (Observatorio Boliviano de Cambio Climático y Desarrollo, Bolivia), Éric Toussaint (CADTM, Belgique), Jordi Roca (Universitat de Barcelona, Països Catalans), Jorge Riechmann (Podemos, estado español), Juan Tortosa (SolidaritéS, Suitza), Manuel Garí (Fundación Viento Sur, estado español), María Eugenia Rodríguez Palop (Universidad Carlos III, estado español), Marianne Ebel (Marcha Mundial de las Mujeres, Suiza), Nicolas Haeringer (350.org, France), Pascoe Sabido (Corporate Europe Observatory, Belgique), Payal Parekh (350.org, Suitza), Tadzio Mueller (activista a favor de la justicia climática, Deutschland), Tchenna Maso (MAB, Brasil), Txetx Etcheverry (Bizi! Mugimendua, Euskal Herria), Vincent Gay (Ensemble, France), Yayo Herrero (Ecologistas en acción, estado español), Zoe Konstantopoulou (Grecia).

Euskal Herria: Adolfo Muñoz, Txiki (ELA), Ainhoa Etxaide (LAB), Ayem Oskoz (Alternatiba), Dani Maeztu (Aralar), Iratxe Alvarez (ESK), José Ángel Elgezabal (Antikapitalistak), Marije Etxebarria (Steilas), Miren Zabaleta (Sortu), Purificación Pérez (Mugarik Gabe), Ricardo Hernández (Hitz & Hitz), Rosa Lago (Ekologistak Martxan), Rosa Martínez (Equo), Xabier Benito (Podemos)

Fuente: http://kaosenlared.net/pais-vasco-bilbao-llamamiento-iii-encuentro-ecosocialista-internacional/

Comparte este contenido:

Apuntes sobre geoeconomía desde el Sur (2015-2016)

Alfredo Serrano Mancilla

I. La resistencia hegemónica de los Estados Unidos

El país hegemón se resiste y hace lo imposible para recuperar el terreno perdido en el siglo XXI. Estados Unidos necesita del monopolio del dólar para sostener su endeudamiento billonario en lo comercial (505.000 millones de dólares) y en lo fiscal (59,4 billones de dólares). La economía made in USA depende interna y externamente del poderío de su moneda a escala global. Así lo reconoce por ejemplo el mismo Jared Bernstein (economista jefe entre 2009-2011 del vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, y miembro actual del equipo económico de Barack Obama) en el mismo New York Times: “el papel del dólar como moneda de reserva mundial pasó a ser un principio fundamental de la política económica de Estados Unidos». Sin embargo, en la última década, el proceso progresivo de desdolarización en la acumulación mundial de reservas hace peligrar precisamente la posición exclusiva dominante de los Estados Unidos en materia geoeconómica. 

Dos variables son claves para comprender la dimensión de este fenómeno: 

1) La participación del dólar en las tenencias de reservas mundiales pasó de representar el 71,1% en 2000 hasta el 60,7% en 2011; esta evolución se explica por el creciente rol del yuan chino que ya es usado como moneda de reserva en un total 40 bancos centrales; y 

2) A los Estados Unidos tampoco le conviene económicamente que el intercambio comercial entre grandes países se realice cada vez más en monedas propias sin necesidad de transitar por el dólar (Rusia con China, Japón con China, también previsto para los BRICS).

En lo que llevamos de siglo XXI, Estados Unidos tampoco cuenta con el monopolio en relación a las grandes transnacionales, pero sí va dando signos de recuperación en este pasado 2015. En la última década, fueron apareciendo grandes corporaciones mundiales con casa matriz en China, América Latina, Rusia, India; además de las que ya existían en Japón y en Europa. Antes del estallido de la crisis, Estados Unidos solo tenía 34 compañías entre el centenar de empresas más valiosas del mundo. No obstante, durante este periodo de gran recesión, las empresas estadounidenses han sabido recuperar posiciones. En la actualidad, ya disponen del 54% de ese top 100 mundial. El dato demuestra recuperación del capital estadounidense en el tablero global pero aún insuficiente para aseverar que su hegemonía es la misma que la que ostentara en el siglo pasado. Los países emergentes se han convertido a día de hoy en países suficientemente emergidos y protagónicos. El ejemplo de China es el más destacado en este sentido que en la actualidad cuenta con un significativo 11% en dicho top 100 mundial (a fines de s.XX sólo tenía el 2%). Otro ejemplo es que en la clasificación Fortune 500 -que reúne a las mayores empresas del mundo por facturación-, el número de compañías cuya sede está en algún país emergente ha pasado de 21 en el año 2000 a 132 en 2014 (95 de ellas son chinas). 

Estados Unidos no ha perdido la hegemonía pero sí la debe compartir con otros bloques económicos consolidados a nivel mundial. Frente a ello, la estrategia económica estadounidense se ha centrado fundamentalmente en vencer en la guerra de las expectativas económicas. Durante todo el año 2015, la Reserva Federal (FED) ha anunciado una subida de la tasa de interés que finalmente se ha producido a final de año y en escala menor. El objetivo era (y aún es) realizar un efecto llamada a los capitales financieros que se habían ido de casa en busca de otros destinos más rentables. Pero además con esta subida y con la apreciación del dólar en el último año, pretende decirle al mundo que la economía estadounidense está en plena forma.

Luego de unos años de una excesiva expansión monetaria, usada para sanear a grandes bancos y fondos de inversión recomprando buena parte de su deuda intoxicada, Estados Unidos anuncia al mundo que está preparado para crecer y volver a ser el único epicentro de la economía mundial. Su deseo es claro: hacer resucitar al Consenso de Washington como único centro de gravedad del nuevo orden geoeconómico mundial. No lo tendrá fácil, pero tampoco hay que infravalorar su capacidad para lograrlo. No se debe olvidar que tiene nuevos aliados gracias a sus invasiones y a nuevos movimientos de ajedrez (Irán). Además, su imperio en la economía del conocimiento en pleno auge del mundo tecnológico le permitirá seguir ganando terreno en esta guerra de posiciones económicas a nivel global. También cuenta con otra arma de destrucción masiva: el monopolio de las agencias de calificación de riesgo (Moody’s, Standard & Poor`s, Fitch). El mundo financiarizado aún pivotea fuertemente sobre suelo norteamericano. Su arquitectura económica-financiera internacional aún continúa siendo soporte de las relaciones geoeconómicas (FMI, OMC, BM, CIADI, etc.).

A pesar de este gran hard power, Estados Unidos no está solo en la escena mundo; lo sabe y buscará como sea poder resarcirse para gobernar económicamente el planeta tal como lo hizo en las últimas décadas del siglo pasado. El tablero y sus piezas están servidos. La partida para el 2016 recién comienza; veremos cómo acaba. 

II. Sobre el precio del petróleo

A pesar de la consolidación de las nuevas fuentes energéticas, el petróleo sigue siendo el rey. Este recurso fósil representa un tercio de la matriz energética mundial. Su papel geoeconómico es indiscutible. El siglo XXI se ha caracterizado por un Gran Cambio en este asunto debido fundamentalmente a la recuperación del rol de la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) frente a la AIE (Agencia Internacional de la Energía). Los países OPEP fueron paulatinamente recobrando su protagonismo y soberanía en relación a la determinación del precio a nivel internacional. A junio del 2014, el precio por barril alcanzó hasta 115 dólares. Sin embargo, desde ese momento, se ha producido un derrumbe continuado. El año 2015 acabó con un precio por debajo de 40. Su valor alcanza el mínimo de los últimos 11 años.

Son muchos los factores en juego para explicar esta caída tan abrupta. Mucho se dice acerca de que todo se debe a un incremento de la oferta petrolera en este último tiempo. Se han sucedido varios hechos claves en este sentido: 

1) aumento de la producción de la producción de esquisto en Estados Unidos que se fue aprovechando de la subida pasada de los precios (pasó desde los 5,1 millones de barriles diarios en 2009 hasta los 9,32 millones en los que terminó el año 2014)

2) Arabia Saudí ha sobrepasado la producción de 9 millones de barriles al día

3) Irak ya está por encima de los 4 millones de barriles al día, y 

4) y además, en clave de expectativas, Irán prevé un aumento de su producción petrolera en 500.000 barriles por día a partir de este año gracias al levantamiento de las sanciones (debido al pacto con Estados Unidos). 

Es por tanto cierto que este incremento de oferta petrolera tiene mucho que ver en el descenso del precio. Sin embargo, no es la única razón de esta situación. El mismo Congreso de Estados Unidos considera que, «el 30% del precio del petróleo se debe a la especulación de los Fondos de Inversión y grandes bancos»; y la consultora Goldman Sachs considera que el impacto de este fenómeno es del 40% en el precio. Esto quiere decir que no todo se debe a un frío calculo de oferta y demanda, sino que a esta explicación hay que sumarle el interés especulativo de los grandes capitales mundiales en base a claves geopolíticas/geoeconómicas.

Se prevé un leve incremento de la demanda del crudo a nivel internacional. Pero la oferta seguirá creciendo al menos en el corto plazo. No parece fácil imaginar un acuerdo pleno entre los países OPEP para reducir la cuota ofertada. Arabia Saudí no parece querer hacer nada para incrementar los precios a pesar que su record en déficit fiscal (es actualmente del 15% de su PIB). Irán ha anunciado que aumentará sus exportaciones petroleras. Por otro lado, Estados Unidos, con estos precios tan bajos, no podrá mantener la cuota de producción del petróleo de esquisto tal como ha venido ya sucediendo en el año pasado. Un precio tan bajo del petróleo tiene un efecto inmediato en la rentabilidad económica de este tipo de inversiones. Si el precio continúa a la baja, habrá mucha producción que cesará porque no podrán soportar los actuales costes de producción. Nuevamente, el factor tecnológico se convierte en determinante en este asunto para quien quiera sobrevivir a precios tan reducidos.

La guerra del precio del petróleo está servida sobre la mesa. Existen multiplicidad de predicciones. Algunos analistas consideran que el objetivo a largo plazo del reino saudita es mantener bajos los precios para, de esa forma, dejar fuera de mercado a los productores de petróleo no convencional o de esquisto. Si esto fuera así, entonces sí, el precio podría volver a remontar hasta valores impredecibles. La mayoría de estudios internacionales (Westpac, Barclays, Wells Fargo, Unicredit y Société Générale) estiman el valor en un intervalo entre 41-60. Según Goldman Sachs, el año que viene la sobreoferta mundial será de 580.000 barriles diarios; así que los inventarios seguirían llenándose. Moody’s cree en su informe petrolero anual que el desequilibrio del mercado petrolero se prolongará hasta más allá de 2016. Lo mismo considera la Agencia Internacional de la Energía.

La ecuación sobre los precios del petróleo no se resuelve en base a la matemática. La (geo)economía política tiene mucho que decir en este asunto. Arabia Saudí e Irán compiten por su posición hegemónica en Oriente Medio. El conflicto en Siria tampoco puede pasar desapercibido en esta discusión. El intento de castigar a Rusia, quien elevó en un 7,5% sus exportaciones de petróleo en 2015, es otro elemento clave para entender lo que pasará en la evolución de los precios del petróleo. El fin de la prohibición a las ventas del crudo de Estados Unidos fuera del país es otro ingrediente en este gran maremágnum petrolero.

Es complejo hacer predicciones sobre el precio a partir de cuotas de oferta y demanda petrolera teniendo en cuenta que lo que está en juego son las cuotas de poder geopolítico. Detrás de todo ello, el pulso entre la OPEP y la AEI está en el centro de la actual batalla geoeconómica en materia petrolera. 

III. Los ataques contra los BRICS, contra China

El comercio Sur-Sur cada vez es más importante a nivel mundial. Pasó de suponer un 6% en 1985 a un 24% en 2010; mientras que el comercio Norte-Norte retrocedió al 38% en ese mismo periodo); en materia de inversiones extranjeras directas, las de flujo Sur-Sur ya son casi 50%. Por su parte, los BRICS representan al 45% de la población mundial, el 25% del PIB mundial, el 41% de las reservas de divisas y 45% de la producción agrícola del mundo. Su comercio intra bloque supone el 17% del comercio mundial. Este grupo de países además viene construyendo una arquitectura financiera paralela a la hegemónica, con su propio Banco de Desarrollo y su Fondo de Reservas; y como se ha dicho anteriormente, realizan una gran parte de su transacciones comerciales sin necesidad de pasar por el dólar.

China es indudablemente el vértice principal de este nuevo pentágono geopolítico. Poco a poco, Pekín va configurándose como la única potencia capaz de establecer, a medio plazo, una verdadera ‘rivalidad estratégica’ con Washington. Tan es así que el mismo FMI reconoció recientemente que la economía china es la mayor del mundo. China representa el 16,479% del PIB mundial medido en Paridad de Poder Adquisitivo, frente al 16,277% de Estados Unidos. La reciente creación del Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) pretende reforzar esta posición en el terreno de lo financiero. El BAII pretende rivalizar con el FMI y BM, y también con el Banco Asiático de Desarrollo (creado en 1966, y muy controlado por Japón). Ni Tokio, ni Washington se han adherido al BAII; pero ya se han adherido unos 57 países, entre ellos los BRICS (Brasil, Rusia, la India y Sudáfrica), así como Alemania, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos, Australia, Corea del Sur, Israel, etc. Esto constituye una enorme victoria diplomática de China en materia financiera internacional.

A pesar que el FMI todavía no le concede mayor cuota de participación a China en su actual estructura [1], sí se ha aprobado la inclusión del yuan chino en su cesta de monedas de reserva, integrada hasta ahora sólo por el dólar estadounidense, el euro, la libra esterlina y el yen. Esto tiene un importante valor simbólico y real en el camino de la internacionalización del yuan como moneda referencia a nivel global.

Desde el inicio del siglo XXI, China viene aumentando sus inversiones directas en el exterior, alcanzando una media de 200.000 millones de dólares al año; en este sentido, las inversiones chinas comprometidas para América Latina son de 250.000 millones de dólares para los próximos diez años. Con América Latina también se han incrementado de manera espectacular los intercambios comerciales (entre 2000 y 2013, se multiplicaron por 22). 

Estos datos reflejan que la transición geoeconómica es un hecho en gran medida debido al papel de China. El Consenso de Beijing, como muchos lo denominan, actúa como contrapeso al Consenso de Washington. Estados Unidos no está solo en este mundo. Lo saben y por ello reaccionan contra los BRICS y contra todo aquel país que no se atenga a su mandato. Así vienen procurando en los últimos meses construir un sentido común global, en lo económico, de que todo es culpa de los BRICS, todo es culpa de los países emergentes, todo es culpa de China. Lo han hecho y lo seguirán haciendo. Llueven los estudios que afirman que los BRICS, y muy particularmente China, no podrán continuar siendo países de destino de inversiones a escala global. Se percibe este intento de restauración conservadora neoliberal a nivel mundial en lo económico para que todo vuelva a la hegemonía de antes, a la del siglo XX.

La campaña contra China tiene visos que continuarán en el año 2016. Que el modelo económico chino tiene graves fallas estructurales no lo discute nadie, pero tampoco es riguroso decir que se acabó el milagro chino, que ya no crece como antes, que está en el pleno colapso financiero. Todo suena a un excesivo ataque coral contra las expectativas económicas Chinas. Resulta preciso ser cuidadoso a la hora de aseverar ciertas visiones catastrofistas que más se parecen a deseos de profecías auto cumplidas. Es fundamental tener en cuenta que no hubo milagro chino alguno; más bien todo ha sido fruto de una estrategia económica de inserción mundial muy acertada para recuperar una posición dominante, muy en correspondencia con el tamaño de país que representa. China usó su potencial exportador en un mundo económico neoliberal y posfordista en el que la fragmentación geográfica de la producción mundial les permitió insertarse ventajosamente a escala global. Así inició una senda de crecimiento de doble dígito que nunca es fácil de sostener en el tiempo. Sin embargo, no debería minusvalorarse que todas las predicciones coinciden en afirmar que la economía seguirá creciendo por encima del 6% a pesar de haber decidido cambiar su modelo económico puertas adentro. China apuesta por un proceso de sustitución de importaciones para satisfacer la demanda interna. Desea reducir su dependencia exportadora aunque ésta siga siendo clave en los próximos años. Este hecho económico será determinante a escala global porque seguramente pueda incidir en el comercio mundial, y en el precio de los commodities a escala internacional como ya ha venido sucediendo en el último tiempo.

Además, hay que destacar que China ha cambiado su patrón de relacionamiento exterior: si hace pocos años, el comercio ocupó la principal actividad económica exterior, hoy en día, han crecido las relaciones financieras y las inversiones. Esto significa que China se convierte así en un socio económico estratégico creciente más allá de las relaciones comerciales. Esto no cambiará en el año 2016, ni en los venideros. Esto justifica que los ataques contra China continuarán. Seguramente habrá nuevos intentos para afirmar un gran crash financiero en el país asiático. Ya sucedió este 2015. Si bien fue cierto que se produjeron en dos momentos consecutivos caídas abruptas del valor de las bolsas de China, también es cierto que en el primer semestre del año 2015, hubo una gigantesca capitalización bursátil en el gigante asiático. Es decir, en suma, en el año 2015 no le fue mal a la capitalización bursátil china.

En definitiva, es importante no caer en “lecturas” económicas fijadas desde el capitalismo neoliberal que procuran ir contra China para hacernos creer que se desinfla su economía y será la culpable del freno en la economía global. Ni esto ni tampoco decir que el gigante asiático tendrá su misma política económica que hace unos pocos años. 

IV. Europa y su Sur

Europa continúa entrampada en su encrucijada económica. Apenas crece. La Comisión Europea estima un crecimiento para la eurozona en 2016 de hasta el 1,9%, pero en base a valores del comercio mundial muy por encima de lo que pronostican el resto de organizaciones internacionales. La producción industrial tampoco presenta síntomas de recuperación. La productividad por hora trabajada tampoco ha crecido significativamente en los principales países de la UE. El desempleo sigue siendo elevadísimo, muy particularmente el juvenil; la pobreza y exclusión social se constituye como un gran déficit estructural de todas las economías europeas. El endeudamiento social es un principio rector conexo con las nuevas fórmulas de políticas económicas aplicadas en la Unión Europea (UE). El Estado del Bienestar europeo está más cerca de estas alturas de constituirse como el Estado de malestar que exige el capital para que su tasa de ganancia recupere los niveles exaltados de otros tiempos. Incuestionablemente, la integración por arriba desintegró a los de abajo.

La moneda única, el euro, es la moneda del pensamiento único en lo económico. Frente a la crisis europea del modelo fallido neoliberal, la salida es más neoliberalismo bajo una reconfiguración hacia dentro para insertarse de otra forma puertas afuera. Diferenciar mucho más lo que es centro de lo que supone la periferia se convierte en un objetivo básico para estos tiempos en la Europa de las dos velocidades. El patrón de desarrollo desigual europeo se exige cada vez más pronunciado en el nuevo reordenamiento interno para que la inserción exportadora de las grandes transnacionales sea la respuesta efectiva frente a la actual crisis económica. La depreciación del euro parece ser uno de los caminos elegidos para seguir vendiendo afuera lo que adentro no se compra. Y además, el BCE, luego de haberlo iniciado muy tardíamente, seguirá seguramente con su programa de compras de deuda hasta 2017 para seguir “saneando” a la gran banca privada europea. Las respuestas económicas en la zona euro continúan dando la espalda a todo lo que tenga que ver con la economía real.

Así es como el estado-nación llamado Alemania impone su modelo: un esquema supranacional europeo a su merced que le permita competir afuera. En este marco impuesto por el centro, la única alianza sin nacionalidad permitida casa adentro es aquella que existe en el plano de las transnacionales con casa matriz en la UE. Ese pacto está bien sellado por todas las grandes empresas privadas europeas, y en él, no tiene cabida el pueblo griego ni sus derechos sociales. El gran capital europeo quiere esta UE y no otra. No acepta ni tolera que a ningún pueblo del Sur se le ocurra decir lo contrario.

El año pasado 2015 se inició con la victoria del pueblo griego, y acabó con un nuevo gobierno portugués de coalición de izquierdas, y con una realidad política española más multipartidista, con la inclusión de una fuerza política, Podemos, que demanda otra economía al servicio de los ciudadanos. En medio, el pueblo griego sufrió un importante revés porque el gobierno no pudo llevar a cabo lo que la democracia y las urnas así demandaron. Alemania se impuso en Grecia y avisó a navegantes europeos que las consultas para decidir algo diferente a lo que dictamine la troika no son bienvenidas. Las llamadas “decisiones técnicas” son para los capitales europeos más importantes que aquello que emane de una elección democrática.

De todas formas, Grecia no se queda sola en este nuevo escenario europeo. El Sur europeo comienza a decir “Basta Ya” a seguir siendo denominados peyorativamente los cerditos, esto es, los PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España). Esto no gustar a Alemania ni a los grandes capitales. Grecia aislada representa poco cuantitativamente en la economía europea. Pero en cambio su poder simbólico, unido a la potencial llegada de otros países del Sur que se sumen a esta interpelación del modelo europeo, ocasionaría un grave riesgo para la sostenibilidad del proyecto made in Germany. Esto no significa que estén dadas las condiciones objetivas y subjetivas para un cambio inmediato en el corto plazo. Pero sí se observa como el Sur comienza a constituirse como un nuevo todo que aparece a través de los eslabones más débiles del modelo europeo reclamando otras políticas económicas más justas, más a favor de la garantía de los derechos sociales.

La tensión está servida entre un Sur que empuja hacia otro rumbo y una superestructura económica europea que resiste los embistes. He aquí la cuestión: restauración conservadora o ruptura democrática. El euro, la arquitectura institucional política y económica europea, la presión de la gran banca privada y de los grandes capitales harán lo imposible para que nada emerja para ni siquiera proponer alternativas. La idea de Thatcher está más vigente que nunca: “no hay alternativas”. En ello se sustenta la solidez del neoliberalismo. En no permitir que aparezca otra opción posible. Sin embargo, puede que esto esté cambiando. En Grecia, a pesar de todos los sinsabores, el pueblo griego no elige a los representantes que la UE desea. En Portugal, la presencia de la izquierda en el nuevo gobierno ha dado al traste con las esperanzas de proseguir silenciosamente con la gestión efectiva de las políticas de austericidio. Lo último ha sucedido en España donde el Partido Popular tiene a dos tercios de los votos en su contra. Podemos, como alternativa real de cambio, representa el 20% del electorado y se constituye como pieza clave en los próximos años. Los que siempre presumen de democracia, ahora son los mismos que hablan de incertidumbre institucional o falta de estabilidad política cuando la mayoría en España ha decidido otro parlamento más plural, con una reveladora presencia de otras voces que critiquen fuertemente las políticas de déficit social que afecta a la cotidianidad de la ciudadanía.

Aquello que dijera Angela Merkel en un mitin de su partido en mayo de 2011 vislumbra perfectamente que su preocupación de antaño está cada vez más justificada en el tiempo presente: “No podemos tener una moneda común mientras unos tengan tantas vacaciones y otros tan pocas, o mientras en Grecia, España y Portugal la gente se jubile mucho antes que en Alemania”. El Norte queriendo conducir al Sur. El rumbo geopolítico en disputa. Y todo dependerá, en gran medida, de cómo las fuerzas del Sur sigan creciendo, consolidándose y coordinando su acción frente al norte europeo. En ello, mucho tendrá que ver también cómo se confronte contra el modelo hegemónico dominante. O se acomodan a él, y por tanto, es muy difícil que haya una mejora sostenible para las mayorías. O, por el contrario, se implementa otra política económica alternativa dentro de los límites y márgenes estrechos que concede el sistema europeo, y mientras tanto, se avanza estratégicamente en acumular fuerzas para interpelar los aspectos determinantes estructurales, y poder realizar una transformación más radical para democratizar la economía. 

V. América Latina en disputa

América Latina está más en disputa que nunca. En el tramo final del año, ocurrió un suceso muy novedoso para lo que venía siendo el siglo XXI. Es la primera que vez que un gobierno progresista en la región pierde unas elecciones presidenciales. La restauración conservadora se impuso en Argentina con una gran alianza encabezada por Mauricio Macri. En Venezuela, aunque no se ha perdido el ejecutivo, el pasado 6 de Diciembre del 2015 la Revolución Bolivariana también sufrió un importante revés electoral en la Asamblea Nacional. Después de una década ganada en muchos países de la región gracias a gobiernos que antepusieron políticas soberanas a favor de la recuperación de sectores estratégicos y políticas económicas redistributivas garantizadoras de derechos sociales, mejorando los niveles de vida en muchas dimensiones (incluida el consumo), después de estos años, se abre una nueva fase de cambios al interior de este cambio de época. Ya no se puede afirmar que la derecha regional opositora no sabe ganar elecciones en lo que va de siglo XXI en aquellos países que optaron por una vía contra hegemónica (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina). La política efectiva de cambios materiales en las condiciones de vida a favor de la mayoría ha sido insuficiente en algunos países para tener el apoyo mayoritario en las urnas (elección presidencial en Argentina y parlamentarias en Venezuela).

El abanico de las razones de este viraje electoral es muy amplio. En el caso argentino, un asunto fundamental es la elección del candidato. Ahora sí se puede afirmar que no sirve cualquiera para continuar con un proyecto de cambio por muy bien engrasado que éste esté. Scioli no es lo mismo que Cristina Fernández de Kirchner. Esto obliga a pensar con mayor responsabilidad el tema de la sucesión, quién, cuándo, cómo, qué identidad política representa. Otro tema sustancioso es la dificultad de los procesos de cambio para disputar el futuro, sin caer en un excesivo relato retrospectivo. La campaña del miedo, de la vuelta a un pasado peor, no parece suficiente para ganar. La nueva mayoría, propia del cambio de época, no cree a estas alturas que se pueda volver atrás. El nuevo ciclo histórico de transformaciones logró instalar un nuevo sentido común de irreversibilidad. Y a partir de ahí, toca pensar en el futuro; disputarlo y ganar la batalla de las expectativas para volver a encantar a las mayorías. La fidelidad se sostiene con desafíos hacia delante y sería un craso error obcecarse con querer construir la historia echando demasiado la mirada hacia atrás. Este aspecto es válido para Argentina, pero también para otros países. Se necesita reinventar una narrativa esperanzadora, de oportunidades futuras, que no rompa con el pasado, que sirva como detonante de motivación y entusiasmo. Se precisa identificar cuáles son las nuevas demandas de la ciudadanía para seguir avanzando. No sirve de nada viejas respuestas si existen nuevas preguntas.

Otro rasgo característico de esta nueva disputa que se abre en adelante es que el cambio de época ha provocado un cambio en la derecha regional. Macri no es Menem; Capriles tampoco es Caldera; ni Mauricio Rodas se parece a Nebot. La derecha del siglo XXI ya no es la del siglo XX aunque arrastre ciertos lugares comunes del pasado. Se presenta como la política de la buena onda, más amigable, revestida excesivamente de marketing, evitando exceso de confrontación. Esta nueva derecha ha venido ampliando su base de apoyo a costa de aglutinar nuevas demandas y valores más individuales (ecologismos, oenegismos, etc.) Fueron agregando siglas, creando coaliciones, alianzas territoriales. Véase Cambiemos en Argentina, y la Mesa de Unidad en Venezuela. Fueron creando una aparente unidad en medio de un mar de múltiples intereses no idénticos. Es una estrategia cada vez más poliédrica que comienza a darles algunos resultados positivos.

A estas claves, hay que sumar seguramente los errores propios de la gestión gubernamental, el desgaste propio de más de una década y la imagen de deterioro azuzada siempre por los medios de comunicación hegemónicos. Sin embargo, en estos últimos años existe una razón de peso que sobresale por encima de las demás: el flanco económico. La caída de precios del petróleo, la contracción del comercio mundial y el estrangulamiento financiero internacional constituyen un frente externo adverso que añade obstáculos a este momento histórico. Además, cada vez son más notorias las tensiones y contradicciones económicas internas propias de cualquier proceso de cambio a tan alta velocidad. El rentismo importador del siglo XXI hace tanta mella como el rentismo exportador del siglo XX; el cambio de modelo productivo es imperioso comenzando por aquellos sectores más prioritarios para sostener el alto consumo en bienes básicos para la población.

Se abre por tanto un año 2016 de alta intensidad de disputa entre diferentes modelos económicos. El debate se abre de par en par. Cada proyecto político pondrá encima de la mesa aquello que considera más oportuno para afrontar los desafíos inminentes. Esta vez sí hay una singularidad: los proyectos que eran opositores en Argentina y en Venezuela, ahora tendrán que ser protagonistas y propositivos. En Argentina, el electroschock económico de Macri ya se ha iniciado. Apenas un par de semanas de gobierno han bastado para no dejar ninguna duda acerca del modelo económico que pretende la derecha argentina para los próximos años. La apuesta es evidente: ponerse al lado del campo argentino, de las pocas grandes empresas agroexportadoras, permitiéndoles que sean ellos una suerte de “para Banco Central”, con capacidad suficiente para elegir qué hacer con los dólares del país. No solo eso, sino a cambio de dar “libertad” en comprar dólares, el país se endeudará de manera externa-eterna para las próximas décadas. Se acabó la soberanía y cualquier ilusión de seguir caminando hacia la independencia económica del país.

En Venezuela, la oposición tendrá que decidir, sí o sí, en el seno de la Asamblea Nacional si su propuesta es pedir prestado al FMI, volver a liberalizar el tipo de cambio, llevar a cabo políticas de ajuste en detrimento de la inversión social, o descapitalizar el país poniendo a la venta los activos más importantes de los sectores estratégicos. Es momento de no poder esconderse. Tendrán que dejar de criticar para pasar a proponer. No están acostumbrados a ello pero tendrán que hacerlo dada su nueva fuerza parlamentaria.

A partir de ahí, se inicia un pulso entre diferentes proyectos económicos. Cada uno pondrá encima de la mesa sus cartas. Los procesos de cambio aún en marcha, muy especialmente el venezolano, deberán procurar buscar soluciones internas frente a la restricción externa que no impliquen un ajuste neoliberal. No se puede superar este momento negociando los derechos sociales. Por ejemplo, en Venezuela, el Estado de las Misiones ha de ser precisamente el músculo económico a utilizar para la nueva etapa. La inversión social ha logrado realmente crear un nuevo universo económico siempre minusvalorado por el neoliberalismo. La cara económica de lo social es preciso valorarla en su justa medida. No es marginal ni desdeñable que el Estado haya puesto en funcionamiento una maquinaria de políticas públicas inclusivas a favor del área social para una mayoría ciudadana. Hay que aprovecharlas, hay que utilizarlas eficazmente como efecto multiplicador en lo económico. La nueva matriz de políticas públicas tiene un gran potencial económico para afrontar este escenario externo adverso. Esta nueva economía que pivota en torno a lo social ha de ser aprovechada como detonador para un salto adelante en lo productivo. Por ello, es imprescindible una nueva política de compras públicas a favor de un nuevo tejido productivo, democratizado, más eficiente. Por ejemplo, en Venezuela, se requiere internalizar la actividad económica derivada de la Misión Vivienda, de otras misiones relacionadas con el sistema de alimentación, con la sanidad, con la educación.

Lo interno ha recobrado además más importancia ahora que “el país económico” es más amplio, más incluyente. Gracias a la mejora en las condiciones sociales, económicas y laborales, la democratización del consumo en estos procesos ha sido significativa garantizando así una sólida demanda interna. Centrar la política económica en cambiar la matriz productiva a favor de una nueva oferta interna es cuestión imprescindible. En este sentido, también cabe planificar una oferta supranacional, a nivel regional, poniéndose de acuerdo entre los países amigos para conjuntamente repensar cómo realizar la gran transformación productiva latinoamericana, considerando además un mundo con cadenas globales de valor muy fragmentadas geográficamente. A veces, puede ser más rentable producir cualquier insumo con alto valor agregado insertándose inteligentemente en el mundo en vez de querer producir cada bien pero teniendo que importar gran parte del valor agregado.

A esta vía interna hay que añadir también lo tributario porque es posiblemente el camino más confiable para compensar la caída de los ingresos públicos por los bajos precios del petróleo. La soberanía tributaria se erige en estos tiempos en la senda más sostenible para hacer irreversible todo lo logrado en lo social. Hay margen de maniobra suficiente para recaudar más fondos públicos bajo principios de justicia social. En Venezuela, por ejemplo, se ha dado un paso acertado en este sentido con la última decisión acerca de eliminar los ajustes por inflación que utilizan los grandes capitales para dejar de pagar impuestos; la implementación del impuesto sobre transacciones financieras también constituye un mecanismo acertado para evitar que el capital financiero evada impuestos. Una política de tolerancia cero contra la evasión y elusión fiscal se hace cada vez más indispensable. Los impuestos directos todavía tienen gran capacidad para recaudar.

Se precisa también una revisión de la regulación de la inversión extranjera directa para que los dividendos no sean repatriados en su totalidad hacia las casas matrices. Más bien, hay que buscar las fórmulas para que la ganancia generada dentro de casa se vuelva a reintegrar en el orden económico interno, y multiplicarlas productivamente. Esta tarea no es únicamente obligatoria para Venezuela; también para Ecuador y Bolivia. Hay que encontrar alternativas a los Tratados Bilaterales de Inversión de neoliberalismo pero con efectividad. Frente a la limitación financiera internacional, se precisa explorar mejor los mecanismos de atracción de inversiones productivas a favor del modelo de desarrollo que se pretende construir en adelante.

Se hace necesario además un uso más eficaz de las divisas: una suerte de acupuntura en la colocación de las escasas divisas para que el modelo económico interno florezca. Es por ello que el cambio de paradigma recientemente aprobado en Venezuela, va en el buen camino. Se sustituye el viejo mecanismo de entrega de divisas a cambio de demostrar que no se puede producir por otro que permite acceder a las divisas (para las necesidades de importación de los insumos productivos) bajo el requisito de cumplir con una determinada cuota obligatoria de producción. Esta es la verdadera discusión de la política cambiaria: cómo, cuánto, cuándo, y a quién otorgarles divisas para darles el uso más productivo posible evitando la utilización ociosa y especulativa de las mismas. Luego de ello, sí que será necesario revisar la política de tipo de cambio frente una economía mundial en la que el dólar se aprecia, pero también en la que existen otras monedas cada vez más relevantes en el ámbito del comercio internacional.

En esta gran batalla geoeconómica tampoco se puede descuidar el papel de las translatinas, que son las nuevas multinacionales de origen latinoamericano y con casa matriz en América Latina, nacidas del boom económico en la región y que aprovecharon el mundo neoliberalmente globalizado. Este nuevo tejido empresarial (un gran capital privado latinoamericano) tienen gran capacidad económica para hacer y deshacer a su antojo en cada uno de los países del continente. Son actores decisivos en este nuevo tempo económico: tienen fuerza suficiente para provocar guerras económicas efectivas si quieren, pero también pueden ser aliados sostenedores de procesos si lo desean. No es un tema baladí ni para que sea pasado por alto. Empresas como Vale, Cemex, Latam, Mexichem, Odebrechet, Embraer, Falabella, Femsa, Avianca, América Movil, Copa Airlines, son entre otras, claves en el panorama geoeconómico regional y mundial. Conforman en realidad un nuevo modelo de integración económica para la región: piensan en otra hoja de ruta económica más a favor de su tasa de ganancia. El rumbo de los próximos meses y años dependerá en gran medida de qué tipo de políticas económicas afronten esta nueva realidad geoeconómica. No hacer nada frente a ello es permitir que se afiance una alianza del gran capital latinoamericano, a lo europeo, que solo necesite los Estados-nación para que le acomoden las instituciones a su antojo.

Son estos algunos elementos económicos fundamentales en esta nueva década en disputa. La presión desde afuera, así como las tensiones adentro, fuerza a elegir un camino u otro. El punto de bifurcación está a la vuelta de la esquina. Hay que decidir si la restricción externa se convierte en restricción interna, o si por el contrario se aprovecha estas circunstancias adversas para dar un paso adelante avanzando en la verdadera independencia económica. Porque de no ser así, la región también tiene otro bloque neoliberal que avanza aunque no sea sin problemas sociales casa adentro. La Alianza del Pacífico continúa con su política económica de bobo aperturismo al mundo, cediendo soberanía en los sectores estratégicos, y políticas públicas cada vez más anti sociales. Este revival del ALCA para el siglo XXI avanza con sus tratados de libre comercio desmantelando el pequeño tejido productivo nacional que existía en estos países, destruyendo al campesinado, generando una mayor dependencia importadora en bienes básicos, y lo que es más grave, acuciando un patrón de acumulación cada vez más concentrado en pocas manos a costa del mal vivir de las mayorías. A esta opción del Pacífico, hay que sumarle la interna en Mercosur, con una Argentina representada ahora por Macri, con un empresariado brasileño que empuja y empuja para que se firme un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea.

La geoeconomía latinoamericana está en pleno movimiento, y este año 2016 será decisivo. La Unasur y la Celac han optado por la vía política dejando de lado casi todo lo que tiene que ver estrictamente con lo económico (como si esto no fuera también político). Aún tiene mucho por delante para poder avanzar (por ejemplo, por qué no una agencia latinoamericana de calificación de riesgo). La Alianza del Pacífico no quiere dejar esta oportunidad de intento restauración neoliberal a escala global. Mercosur es a día de hoy un gran interrogante con una correlación de fuerzas cambiante. La Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América  (ALBA) ha de emerger y reapropiarse de una agenda económica regional que ha perdido relativamente en los últimos años. Lo que suceda en Venezuela será determinante para la región, pero también lo será cómo Bolivia continúe saltando escollos, entre ellos el más inminente, el referéndum que habilitaría una nueva reelección del Presidente Evo Morales. No hay que olvidar a Ecuador que, luego de haber aprobado una enmienda constitucional que permite la reelección presidencial indefinida pero no aplicable para el caso de Rafael Correa, viene de un año de alto voltaje político. En este caso, el país dolarizado ha de superar la restricción externa como si fuese interna. En suma, este eje de cambio, de ruptura con el viejo modelo neoliberal que partió de diferentes procesos constituyentes, afronta su etapa más complicada en este cambio de época, en el que lo económico tiene un papel privilegiado.
Nota
[1] Para adoptar una decisión importante en el seno del FMI es necesario el 85% de los derechos de voto; Estados Unidos dispone del 16,74% de los votos; la UE unida también posee más del 30% de los votos para vetar; China sólo tiene el 3,81% de los votos.

Alfredo Serrano Mancilla, Doctor en Economía, Director CELAG.

Fuente del articulo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=207468
Fuente de la imagen: http://t2.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTbPOx4IS0mBJN1KuyK7Wu56CSCgZXu6wcJMmD8MuSAFSvrO7PMJI8
Comparte este contenido:

“El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo”

 

Entrevista a Jon E. Illescas sobre La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados (I)

Jon E Illescas Martínez es doctor cum laude en Sociología y Comunicación por la UA y Licenciado en Bellas Artes con Premio Extraordinario Fin de Carrera y Premio Universitario 5 Estrellas por la UMH. Artista plástico e inventor del sociorreproducionismo bajo el seudónimo de Jon Juanma, es autor de más se sesenta publicaciones sobre cultura, geopolítica, arte, comunicación y economía, varias de ellas traducidas al italiano y al portugués. En 2012 publicó su primer libro Nepal, la revolución desconocida. Colabora con frecuencia en las páginas de rebelión y de El Viejo Topo.

-Te felicito por tu libro, por tu enorme libro (y por el inmerecido y generoso agradecimiento que has escrito). ¡Más de 600 páginas, algunas de ellas bastante densas además! ¿A quiénes va destinado? ¿En quiénes han pensado mientras lo escribías?

-En realidad son 450 páginas, el resto son notas, bibliografía y anexos. Cuando lo escribía pensé sobre todo en la comunidad educativa y en general en todos aquellos interesados en conocer las razones por las cuales el pop actual es como es, lo que incluye a personas críticas de todas las edades. También va dirigido a los estudiantes y profesores de Sociología, Comunicación, Economía, Periodismo, Bellas Artes, etc. Por otra parte, creo que los marxistas tienen la oportunidad de comprobar que se puede hacer un análisis riguroso de la industria cultural y su influencia ideológica desde esta perspectiva que supere las fronteras del ensayo filosófico para adentrarse en la exposición y la rigurosidad científica. Algo de lo que carecían los autores de la Escuela de Frankfurt, una de las tradiciones más cercanas al marxismo que se han ocupado de la cultura industrialmente manufacturada.

-Más de 1.350 notas y 40 páginas de bibliografía. ¿Cuánto tiempo te ha llevado la investigación y la escritura de tu ensayo? ¿Desde cuándo tu interés por el tema de los videoclips?

-La investigación siete años y la escritura del libro, que no es un ensayo sino una mezcla heterodoxa de divulgación científica con partes ensayísticas y otras de teoría, casi un año. Mi interés por los videoclips proviene de cuando los conocí cuando era niño pero, sobre todo, desde la adolescencia, que es la edad donde más nos fascinan por nuestra eclosión sexual.

-Para los no puestos en el tema, ¿qué es un videoclip? ¿Por qué hablas de dictadura? ¿Qué dictadura es ésa?

-Un videoclip es un cortometraje basado en el desarrollo de una composición musical previa que fundamenta el despliegue de un conjunto de imágenes, las cuales, unidades a la música, dan lugar a un nuevo discurso estético.

Hablo de dictadura porque su producción no está regida por la voluntad democrática de las mayorías que la consumen. Es la dictadura cultural de la gran industria musical controlada por una oligarquía mediática con conexiones con la oligarquía política y económica trasnacional. Piensa que de los 500 videoclips más vistos de YouTube, más del 92% son distribuidos por tan solo tres grandes discográficas: Universal, Sony y Warner Music. Y parte del resto son vídeos que reproducen los contenidos de los controlados por las grandes empresas que son las que marcan los tipos predominantes. Las mayorías no tienen voz ni voto a la hora de decidir cómo será este flujo audiovisual que bañará sus mentes.

-Un videoclip hegemónico, uso tu terminología, ¿qué características tiene?

-Es aquel videoclip comercial producido y difundido por las industrias culturales hegemónicas con la intención de conquistar un público mayoritario dentro de una o varias franjas de edad en un territorio determinado, usualmente, de amplitud trasnacional. Un videoclip hegemónico tiene la particularidad de que además de ser una mercancía que busca obtener beneficios económicos es un reproductor de hegemonía, siguiendo la acepción gramsciana.

-Hablas en el subtítulo de la industria musical. ¿Es importante esta industria? ¿Mueve mucho dinero? La mayoría de la gente se descarga música de la red, sobre todo la gente joven, ¿no han perdido mucho mercado y con ello muchos beneficios? ¿No venden muchos menos discos?

-Venden menos discos pero se quedan más dinero de conciertos, merchandising, patrocinios, etc. Además, son empresas mucho más rentables que antes gracias a la tecnología de medición del consumo, en especial online. Hace una década, sólo 1 de cada 10 inversiones era un éxito, hoy lo son 1 de cada 5. Por otra parte, los videoclips les reportan más dinero en publicidad que nunca gracias a portales de streaming como YouTube, pues el público es mucho más numeroso que el que tenían los videoclips en la MTV (en la mayoría de lugares, una cadena de pago). En definitiva: la industria musical mueve el mismo o más dinero que antes, sólo que sus tentáculos se diversifican en distintos sectores de la industria, como haría cualquier buen inversor en cualquier sector.

-Esos sueños prefabricados a los que haces referencia en el subtítulo, ¿de quiénes son? ¿Cómo se generan? ¿No ha ocurrido siempre así?

-Son de la oligarquía mediática que controla las industrias culturales hegemónicas, entre ellas, las tres grandes discográficas y las empresas difusoras como YouTube o Vevo que controlan el negocio del videoclip dominante. También lo son de los intelectuales orgánicos que esta oligarquía burguesa contrata.

Históricamente, los sueños se han cocinado desde las alturas desde que, con la conservación del excedente y la profundización en la división del trabajo (con su separación radical entre trabajo manual y trabajo intelectual), vivimos en sociedades de clase. Sin embargo, esa continuidad adquiere diversas manifestaciones según el modo de producción dominante y dentro de él, en cada etapa de su desarrollo evolutivo. En el capitalismo global en el que vivimos, no es lo mismo que en el feudalismo, por ejemplo, pero tampoco que en el capitalismo de los años setenta del siglo pasado. Nunca antes en la historia tan pocas personas de la clase dominante han podido decidir y manipular los sueños de las mayorías globales como en nuestros días. Del mismo modo que se concentra y centraliza el capital lo hace el poder de decisión política y cultural.

-La tesis, una de las tesis del libro, con tus propias palabras: “Los videoclips dominantes son un instrumento mediante el cual la oligarquía capitalista mundial consigue el consenso político de la juventud asalariada internacional”. Tres preguntas sobre lo anterior: a) ese instrumento al que aludes, ¿está diseñado y planificado o ha surgido espontáneamente, por evolución musical y tecnológica? b) ¿cómo un videoclip consigue consenso? ¿Por su factura? ¿Consenso con qué, con el capitalismo, con el militarismo, con el sexismo,…? c) ¿No hay jóvenes asalariados que están a años-luz de todo ese mundo?, ¿no hay demasiados disidentes críticos en ese consenso?

-¿Tres preguntas en una?

-Es un truco…, un mal truco por lo que veo.

-Vayamos por partes. Sobre la primera, surge de dos formas: de modo consciente e inconsciente. La mayoría de las veces se genera sin que nadie sea consciente ni lo manipule porque el funcionamiento de la base económica lo “pare” de un modo natural. Digamos que la arquitectura capitalista, estructuralmente, “conspira” para que los videoclips mainstream o dominantes sean como son. Es su funcionamiento en “modo automático”. No olvidemos que, en nuestras insuficientemente democráticas sociedades, la empresa privada es una dictadura en sí misma, de estricto funcionamiento jerárquico y piramidal, por tanto es lógico que la producción cultural controlada por ella sólo pueda tener un origen dictatorial. Así no hace falta que nadie “conspire” desde las alturas.

Sin embargo, esto último también sucede en situaciones en las que la clase dominante lo requiere. Como cuando se desea introducir contenidos que “naturalmente” no surgirían del funcionamiento del “negocio” o cuando se desea censurar otros a contracorriente que sí surgen en situaciones excepcionales, como es el caso de la crisis actual. Es decir, si se quiere incrustar propaganda del Pentágono en un vídeo de Katy Perry se necesitará que alguien del Ministerio de Defensa de los EUA toque la puerta y haga la oferta. Así se pondrá a trabajar codo con codo con el resto de profesionales de la industria de un modo excepcional. Del mismo modo, pero en sentido inverso, si a alguna estrella del pop, de repente, le diera por realizar un videoclip con contenidos contrahegemónicos, llegaría alguien de la cima de la compañía y se encargaría que ese vídeo no arribara a las mayorías mediante su censura pura y dura o mediante la estrategia de la infrapromoción consciente.

-Vamos con la siguiente

-El videoclip dominante consigue el consenso cultural e ideológico por medio de la seducción audiovisual centrada en dos pilares: la música y el sexo. Y esos dos medios llevan al joven a naturalizar el orden capitalista como algo bueno. De este modo a los jóvenes este sistema no sólo les parece deseable sino el único posible. El militarismo, el sexismo, etc., son extras que pueden ser funcionales (o no) para determinados segmentos de la juventud, pero el núcleo incuestionable del mensaje es celebrar la riqueza capitalista como súmmum de la felicidad humana y esconder todo lo negativo que este sistema genera: desigualdad, paro creciente, guerras, cambio climático, consumismo, alienación social sin parangón, precarización de los proyectos vitales, mercantilización de todo lo que nos rodea y por ende el afianzamiento del imperio del dinero con su fetichismo adosado, la incesante cosificación de las personas, etc.

-Te falta la última

-¿Demasiados disidentes? ¿Has visto los resultados electorales de diciembre? ¿Ha ganado un partido comunista que se disponga a superar el capitalismo o quizás al menos una coalición socialista dispuesta a nacionalizar la banca y me lo he perdido? Claro que hay jóvenes críticos pero son una minoría en continua reducción. La juventud sufre cifras de paro que duplican la de los adultos y su participación y contestación político-social es mínima en relación a la gravedad de la crisis y la falta de oportunidades que sufren. Pero ojo, no sólo aquí en España, sino en cualquier parte del mundo, desde Latinoamérica a Asia. Porque cada vez más vivimos en una sociedad global moldeada por un mercado mundial de donde nos proveemos de la mayoría de los productos y servicios que no solo nutren nuestro estómago sino también nuestra forma de pensar. Ya lo apuntaron en 1848 Marx y Engels en el Manifiesto. Imagínate ahora con la velocidad y la baratura de los transportes o nuestra dependencia a Internet. Las mercancías culturales son los alimentos con los que la mayoría forjamos nuestros valores e ideologías, lo queramos o no.

-Dedicas el libro a todos los “músicos que aun ganándose la vida en este mundo imperfecto, saben que tanto la música como la melodía de la dignidad humana, no tienen precio”. Tal vez no la dignidad, pero ¿no tiene precio la música? A mí me gusta mucho Van Morrison y no he conseguido verle nunca, los precios de las entradas me lo impiden. En otro orden de cosas, jamás he podido ver una ópera mozartiana, verdiana o rossiniana en condiciones. Escucho pero no puedo ver desde mis localidades “tiradas de precio” de quinto piso del Liceo barcelonés. La platea me está prohibida.

-Claro, en el capitalismo la música, como todo producto o servicio mercantilizable, tiene un precio que paga el consumidor final. Alguien debe retribuir a los trabajadores musicales y no musicales que permiten su existencia y fruición. Si algún día consiguieras ver una ópera de Rossini en una buena localidad sería porque te ha tocado la lotería o porque hay un gobierno subvencionando la función, es decir, que no la pagarías directamente porque ya lo haría el Estado. Al final, de un modo u otro, alguien tendrá que retribuir a los trabajadores en cualquier sistema. En el socialismo la fruición musical tampoco será “gratis” (desde un punto de vista social, no me refiero a si tendremos o no que pagar la entrada con dinero) sino que la sufragaremos partiendo del excedente social generado entre todos. Lo positivo será que por la planificación de la economía se podrá decidir democráticamente que servicios merecen la pena que sean subvencionados total o parcialmente, por debajo de su costo de producción, y cuáles no. Espero y anhelo que tus admirados clásicos lo sean. Dependerá de nosotros.

-Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. Te pregunto sobre ella.

-De acuerdo, a tu disposición.

Fuente: El Viejo Topo, junio de 2016.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216101&titular=%93el-videoclip-dominante-consigue-el-consenso-cultural-e-ideol%F3gico-por-medio-de-la-seducci%F3n-audiovisual-

Comparte este contenido:

El caso Eton: cómo las escuelas de prestigio forman a las nuevas élites

Europa/España/28 de Agosto de 2016/Autor: Hector G. Barnés/Fuente: El Confidencial

David Cameron, Boris Johnson, el príncipe Harry, el príncipe William, los actores Eddie Redmayne, Dominic West, Hugh Laurie y Tom Hiddleston, John Maynard Keynes, George Orwell, Guy Burgess y otros 18 primeros ministros británicos. Todos ellos pasaron por las aulas de Eton, el internado privado de más rancio abolengo de Inglaterra, a un tiro de piedra de Windsor y relativamente cercano a Londres. Durante más de cinco siglos, Eton College fue el lugar donde había que enviar a tus hijos si querías que su siguiente paso se diese en Oxbridge (Oxford y Cambridge); en definitiva, era una fábrica de políticos, banqueros, arzobispos, actores de primera fila y figuras del mundo de arte.

La cosa es muy distinta ahora, gracias a lo cual, y máxima lampedusiana mediante, todo sigue siendo igual. Un reportaje publicado en el último número de ‘The Economist’ resulta tremendamente revelador de los cambios que este centro ha experimentado durante las últimas décadas, acorde con el ritmo de la sociedad inglesa, y que ha provocado que una élite deje lugar a otra. Ya no se trata de los viejos OE (‘old etonians’) que pertenecían a la aristocracia y que garantizaban que sus hijos siguiesen sus pasos en las aulas del internado, sino los nuevos ricos que han ocupado su lugar. Eso sí, tan solo hombres, puesto que las chicas siguen teniendo vetado su acceso al colegio.

“La escuela tiene como objetivo educar a la élite, como siempre ha hecho, pero se ha transformado con el objetivo de acomodar a una nueva élite definida por el dinero, su cerebro y la ambición, no el pedigrí, los títulos y sus tierras”, explica el periodista Christopher De Bellaigue, que estudió en el centro durante la segunda mitad de los ochenta. Desde entonces, han cambiado multitud de cosas, pero a simple vista todo sigue igual, con la única diferencia de que hay un poco más de diversidad racial en sus aulas. Todo ello a pesar de los esfuerzos de sus dos últimos directores, Tony Little y Simon Henderson, por convertir Eton en lo que nadie pensó nunca que podría ser: un agente de movilidad social en el cual pudiese estudiar “un niño pobre de una escuela pública del norte o de un centro privado del sur”.

Adiós aristocracia, hola riqueza líquida

Los datos hablan, y nos dicen mucho de cuál va a ser el futuro de las grandes universidades. En 1960, los padres del 60% de los alumnos de Eton habían estudiado en el colegio. En 1994, el porcentaje descendía hasta el 33%, y actualmente se encuentra en un 20%. Es, en apariencia, el resultado de un proceso por el cual la sociedad británica empujó a que el centro ayudase a los jóvenes brillantes de entornos más desfavorecidos a estudiar en él, algo que ocurrió especialmente a partir de 1990, cuando desapareció la Lista de Eton, donde los antiguos alumnos apuntaban a sus hijos para estudiar en el colegio cuando fuesen mayores.

Desde entonces, y a pesar de que el precio de la matrícula ha aumentado a unas 34.000 libras al año (también lo han hecho las ayudas a los estudiantes), el criterio de entrada ha sido el rendimiento académico, y las pruebas realizadas por el centro, cada vez más complicadas. Cada año, unos 1.500 estudiantes aspiran a ocupar las 260 plazas ofertadas. Sin embargo, este cambio del criterio de admisión no ha provocado que la configuración del centro refleje exactamente la de la pirámide social británica (obviamente), sino, más bien, que una élite haya sido sustituida por otra. En primer lugar, porque Eton arrastraba una imagen muy particular y negativa tanto entre la izquierda como en las capas inferiores de la sociedad inglesa.

La diferencia fundamental es que, en las últimas décadas, una nueva élite de alumnos ha irrumpido en las aulas de Eton, a la par que lo hacían en la economía global. Ya no se trata de una cuestión de pobres contra ricos, explica, sino de pobres contra dos clases de ricos, la nueva élite y la vieja élite, “descendiente de las clases altas eduardianas”. Pero la diferencia sustancial es que esta nueva clase global de primer nivel “está probablemente mejor situada para preservarse a sí misma que la vieja”.

¿Cómo se ha producido esa sustitución de una élite por otra? Básicamente, a través de una cada vez más dura competición. Como explica De Bellaguie, “la batalla para entrar en Eton es el primer intercambio en una relación entre padres, niños y el colegio que está caracterizada por las altas expectativas”. En esa lucha por hacerse con uno de los contados puestos, los padres ricos “quieren que sus hijos florezcan y vayan a una universidad excelente, preferiblemente Oxford o Cambridge”. Son los que van a gastar su dinero en las matrículas. Por otra parte, los jóvenes becados, que tienen que demostrar que son merecedores de ese dinero. Y, al fondo del todo, la vieja aristocracia, que reza para que las matrículas no se encarezcan aún más.

Guerra de élites

Lo que ha ocurrido en Eton es una ilustración de la guerra que en las últimas décadas se ha librado a un nivel más global entre la vieja élite y la nueva, surgida bajo el amparo de la supuesta meritocracia. En realidad, como sugiere el reportaje, un disfraz para ocultar la realidad que antes era evidente y que ahora se camufla: que los ricos siguen perpetuando a los ricos en las posiciones de poder a través de muy diferentes mecanismos. Como señala el periodista, muchos padres invierten grandes cantidades de dinero para “preparar a sus hijos sin clemencia, contratando tutores, obligando a los niños a realizar incontables test de razonamiento verbal y no verbal, y enviándolos a clases de oratoria para que aprendan a ser empáticos y chispeantes”. Un factor que los diferencia de esos otros niños de las clases bajas que no tienen dichas posibilidades.

“Un pequeño número de etonianos son pobres; algunos viven modestamente bien; pero la mayoría son tremendamente ricos, según los estándares de la mayor parte del mundo”, explica el reportaje. “Una de las consecuencias de la transformación de Eton es garantizar que los hijos de los muy ricos sigan siéndolo”. En parte, por los mismos y tradicionales mecanismos de perpetuación: “Cuanto más te acercas a la gente poderosa y exitosa, más fácil es que te conviertas en uno”, como ocurrió a Cameron y Johnson, compañeros en el centro.

Pero también se debe al replanteamiento que este colegio de élite ha hecho de su programa educativo. “En los años cincuenta, era haber estado en Eton, más que la educación que recibiste ahí, lo que te preparaba para el éxito”, recuerda De Bellaguie. “Ahora es verdad lo opuesto. Los profesores son soberbios, las instalaciones no tienen igual, los resultados son impresionantes”. Cultura del esfuerzo, actividades extraescolares, ética de trabajo son algunas de las cualidades que se intentan transmitir a los alumnos. De ahí que, después de todos los cambios, Eton siga siendo, siglos más tarde, “uno de los mejores empujones que el dinero (o tu cerebro, o tu ambición) puede darte”.

Fuente: http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2016-08-23/nueva-elite-eton-colegio-privado_1248437/

Comparte este contenido:
Page 2 of 4
1 2 3 4