La reproducción. Elementos Para una Teoría del Sistema Educativo

Autor: Pierre Bourdieu, Jean Claude Passeron

Año: 1979

Editorial: Fontamara

País: México

Resumen:
La lectura epistemológica de La Reproducción de Bourdieu y Passeron implica una lectura difícil, consta de dos partes que pueden ser leídas sin necesidad del orden que presentan los autores, Libro I y Libro II. Es una investigación que se publicó en 1970 y que se realizó en Francia a lo largo de diez años, los autores describen el sistema escolar francés, dando cuenta de la reproducción del sistema de las clases hegemónicas por medio del capital cultural, social, económico, entre otros. El concepto de habitus que va unido al de campo, permite comprender que la familia es la que imparte las acciones pedagógicas primeras, a la que se suma la escuela, el alumno no es una tábula rasa y como el pelícano que sigue poniendo huevos del cual nacerán otros pelícanos, la clase dominante se asegura la hegemonía conveniente a sus intereses, salvo que se rompa el huevo. Los autores permiten por medio de su investigación comprender cómo funcionan los mecanismos para que tal situación pueda ser posible, el libro sumó detractores pero muchos más adherentes que permitieron que se publicara en varios idiomas diferentes al de origen.

Descargar aquí: https://drive.google.com/file/d/1tZe2vY7uWc6UCA9c9RO9uf8hSQ94fTdq/view?fbclid=IwAR3U4bnwCB7Whpm_D5I4eCNJ-8ERfjUJOU48Drmn4XfDRokz-ozw6j0I0QY

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Libro: Hegemonías y emancipaciones en el Siglo XXI

Hegemonías y emancipaciones en el Siglo XXI

Ana Esther Ceceña. [Compiladora]

Emir Sader. Ana Esther Ceceña. Jaime Caycedo. Jaime Estay Reyno. Berenice P. Ramírez López. Armando Bartra. Raúl Ornelas. José María Gómez. Edgardo Lander. [Autores de Capítulo]

Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 950-9231-99-1
CLACSO.
Buenos Aires.
Julio de 2004

El tema nodal en el terreno de las «Hegemonías y Emancipaciones» no es sólo la dominación, sino, como indicaba Gramsci, la capacidad de generar una concepción universal del mundo a partir de una visión particular, de dominar a través del consenso y de reproducir las formas de dominación en los espacios de los dominados. Dominación, hegemonía, legitimidad, sistema de poder, imperio, imperialismo, contrahegemonía, emancipación, son referentes teóricos que es necesario resignificar para enfrentarnos a la realidad de la conflictiva social en el milenio que comienza tanto con la irrupción del movimiento zapatista de Nueva York o las invasiones a Afganistán, Irak, Timor Oriental o Haití. Una de las preocupaciones centrales del Grupo de Trabajo «Hegemonías y Emancipaciones» de CLACSO es contribuir a las reapropiación conceptual que, al tiempo que resignifica viejas categorías, crea nuevos modos de entender e interpelar la realidad. Si partimos del reconocimiento de este fin de milenio como universal concreto en el que se emparejan, se cruzan y se disocian procesos, punto crítico condensado de una realidad caótica y compleja en la que se gestan los nuevos caminos de una historia de historias en la que los sujetos en acción introducen sus propias pautas y epistemologías, es necesario buscar algunas respuestas. ¿Qué contenido específico otorgamos a la hegemonía?¿Cuál es la relación entre hegemonía y estrategia?¿Cómo manejar las temporalidades históricas en el análisis de la hegemonía?¿Cuáles son los criterios de evaluación del estado de la hegemonía?¿Cuáles son sus soportes?¿Cuál lugar ocupa lo económico en la construcción de hegemonía?¿Y lo militar?¿Son creadores de concepción del mundo?. Trabajar simultáneamente los conceptos «hegemonía y emancipación» como abstracciones interpretativas y como experiencias históricas es uin camino posible para aproximarse a esta realidad.

Fuente: http://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=216&campo=titulo&texto=hegemonia

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Revoluciones silenciosas: la convivialidad

Leonardo Boff

Con la caída del muro de Berlín en 1989 y el socialismo que hacía el contrapunto (independientemente de sus graves errores internos), el capitalismo terminó ocupando todos los espacios en la economía y en la política. Con la llegada al poder de Margaret Thatcher en Inglaterra y de Ronald Reagan en Estados Unidos, la lógica capitalista adquirió libre curso: liberalización completa de los mercados con ruptura de todos los controles, introducción del estado mínimo, de las privatizaciones y de la competencia sin fronteras.

La llamada “mundialización feliz” no fue tan feliz.

El premio Nobel de economía, Joseph Stigliz, pudo escribir en 2011: «solamente el 1% de los más ricos hacen funcionar la economía y todo el planeta en función de sus intereses» (“Of the 1% by 1%” en Vanity Fair, mayo 2011). En razón de esto, uno de los mayores multimillonarios, el especulador Warren Buffet se vanagloriaba: «sí, la lucha de clases existe, pero mi clase, la de los ricos, es la que dirige la lucha y la estamos ganando» (Entrevista en la CNN de 2005).

Sólo que todos esos adinerados nunca incluyeron en sus cálculos el factor ecológico, considerando los límites de los bienes y servicios naturales como externalidades despreciables. Esto ocurre también en los debates económicos en nuestro país, retrasado en esta cuestión, con excepción de algunos pocos como L. Dowbor.

Al lado de la hegemonía mundial del sistema del capital, crecen por todas partes revoluciones silenciosas. Son grupos de base, científicos y otros con sentido ecológico que están ensayando alternativas a este tipo de habitar el planeta Tierra. De continuar estresando sin piedad a la Tierra, esta podría cambiar y provocar un desequilibrio capaz de destruir gran parte de nuestra civilización.

En un contexto así de dramático surgió un movimiento llamado “Los convivialistas” que reúne por ahora a más de 3200 personas de todo el mundo (véase www.lesconvivialistes.org). Buscan vivir juntos (de ahí convivialidad), cuidando unos de otros y de la naturaleza, no negando los conflictos, sino haciendo de ellos factores de dinamismo y de creatividad. Es la política del gana-gana.

Cuatro principios sustentan el proyecto: el principio de la común humanidad. Con todas nuestras diferencias, formamos una única humanidad, a mantener unida.

El principio de la común socialidad: el ser humano es social y vive en varios tipos de sociedades, que deben ser respetadas en sus diferencias.

El principio de individuación: aunque siendo social, cada cual tiene derecho a afirmar su individualidad y singularidad, sin perjudicar a los demás.

El principio de la oposición ordenada y creadora: los diferentes pueden oponerse legítimamente, pero teniendo siempre cuidado de no hacer de la diferencia una desigualdad.

Estos principios implican consecuencias éticas, políticas, económicas y ecológicas que no cabe detallar aquí.

Lo importante es empezar: a partir de abajo, con el bio-regionalismo, con las pequeñas unidades de producción orgánica, con la generación de energía a partir de los desperdicios, con sentido de autolimitación y de justa medida, viviendo un consumo frugal y compartido entre todos. Las revoluciones silenciosas están acumulando energía para, en un momento determinado de la historia, poder hacer la gran transformación.

Hoy es importante acentuar la convivialidad porque actualmente hay muchos que ya no quieren vivir juntos.

La convivialidad como concepto fue puesta en circulación por Ivan Illich (1926-2002) con su libro La convivialidad (1975). Illich fue uno de los grandes pensadores proféticos del siglo XX. Austriaco, vivió gran parte de su vida en las dos Américas. Para él la convivialidad consiste en la capacidad de hacer convivir las dimensiones de producción y de cuidado; de efectividad y de compasión; de modelado de los productos y de creatividad; de libertad y de fantasía; de equilibrio multidimensional y de complejidad social: todo para reforzar el sentido de pertenencia universal.

La convivialidad pretende ser también una respuesta adecuada a la crisis ecológica. Ella puede evitar un real crushplanetario.

Habrá un nuevo pacto natural con la Tierra y social entre los pueblos. El primer párrafo del nuevo pacto será el sagrado principio de la autolimitación y de la justa medida; después, el cuidado esencial de todo lo que existe y vive, la gentileza con los humanos y el respeto a la Madre Tierra.

Es posible organizar una sociedad buena, una Tierra de la buena-esperanza (Sachs y Dowbor) en la cual las personas prefieren cooperar y compartir en vez de competir y acumular ilimitadamente.

– Leonardo Boff escribió con M.Hathaway, O Tao da libertação: explorando a ecologia de transformação, Vozes 2012.

Traducción de Mª José Gavito Milano

Fuente del articulo: http://www.redescristianas.net/revoluciones-silenciosas-la-convivialidadleonardo-boff/

Fuente de la imagen: https://simplyandcreative.files.wordpress.com/2015/05/people-eiffel-tower-lights-night.jpg

 

 

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Belleza desarreglada

Por Alba Carosio

La exigencia de una belleza adaptada a las normas sociales imperantes ha sido a lo largo de la historia una cárcel para las mujeres. Recordemos a nuestras abuelas presas en corsés, nuestras hermanas chinas sometidas al culto de los pies pequeños, los aros de metal para alargar el cuello en África y Asia, etc. Exigencias de belleza siempre muchas para las mujeres, porque en las sociedades patriarcales de su belleza se hace depender su valía.

En la sociedad de clases, las mujeres exentas del trabajo se convierten en el centro de la del ideal femenino. Las mujeres ociosas pueden ser consideradas mujeres hermosas, porque gracias al tiempo libre y a los recursos económicos de los que disponían, pudieron dedicarse a maquillarse, depilarse, a peinarse con sofisticadas técnicas, a usar adornos y joyas. En el siglo XX, la belleza como máxima femineidad invade la vida cotidiana y se propone como máxima aspiración para todas las mujeres. Se llega al paroxismo de los concursos de belleza, que van imponiendo una estética rígida como proyecto de vida.

La belleza femenina se ha convertido en una industria que mueve millones, siempre convenciéndonos de que tenemos defectos que “arreglar”, siempre hay vello que eliminar, rollitos que disolver, celulitis que machacar, alguna parte del cuerpo que achicar o agrandar, etc. Constantemente la publicidad nos convence de buscar la imperfección para corregirla, para ajustarse a un único tipo de belleza.

Muchas se vuelven investigadoras incansables de su propio cuerpo, para modificarlo constantemente, atentas a cualquier signo de flacidez, de adiposidad, a cualquier arruga, no se permiten envejecer. Siempre a la caza del último tratamiento, de la última novedad estética.

El problema de la industria de la belleza no es el costo, la energía y el tiempo que se invierte, sino el costo psicológico que produce, el consumo de artificios estéticos nunca se satisface a sí mismo.

En definitiva se trata de una permanente insatisfacción consigo misma, alimentada de la obsesión creada por la cultura mediática, que plantea que las mujeres de hermosura fabricada son también felices y exitosas.

Mientras tanto mujeres reales, las “desarregladas”, trabajan y crean todos los días una vida para ellas, para sus familias, para sus comunidades, para su país. ¡Son bellas porque luchan, son bellas porque construyen, son bellas porque derriban mitos!, decimos las feministas.

Fuente: http://www.correodelorinoco.gob.ve/nacionales/belleza-desarreglada-opinion/

Imagen tomada de: http://elartedelasprofes.blogspot.es/cache/media/files/00/145/733/2014/02/mujeres.jpg

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