Diario de un profesor el sábado por la mañana

Por: Juan Carlos Yáñez Velazco


Elegí la mañana del sábado para escribir el artículo que enviaré a El Diario de la Educación el lunes 23 de mayo. Un taller de escritura extraviado en la agenda me separa de la intención por dos horas.

Dubitativo me paseo por el estudio de casa entre los espacios que abren las sillas, el escritorio y dos mesitas llenas de libros desordenados. Una distracción más se acumula: es la final de la Champions femenil. Jo volia gaudir el triomf del Barça. No va ser possible. Ganaron las francesas: Je me résigne avec la victoire de l’Olympique.

Es mediodía. Debo comenzar.

Tengo notas para tres temas. Al primero lo justifica la oportunidad: el Congreso Mundial de Educación Superior 2022 de la Unesco, realizado en Barcelona hace unos días; al segundo, la conveniencia de reflexionar sobre implicaciones pedagógicas del conflicto entre Rusia y Ucrania; el tercero es un gusto personalísimo, aunque compartido con millones en Iberoamérica: la despedida de Joan Manuel Serrat después de cinco décadas.

Me seduce la Cumbre de Barcelona. La Unesco no es el organismo internacional con mayor peso en materia de educación superior, pero su importancia es considerable, por lo menos para los expertos. Fuera de ese círculo, el acontecimiento tuvo escasa repercusión.

Todas las mañanas acostumbro escuchar un par de noticieros televisivos y otro radiofónico. Ninguno de los días del Congreso observé alguna nota o reportaje. Ninguno de nadie. Ni siquiera un cintillo de esos que parecen redactados con prisa y presentados uno encima de otro. Nada vi en la tele mexicana.

No me sorprende. La educación no es prioridad para los gobiernos o los políticos que inciden en las decisiones del nivel más alto; tampoco para los medios.

El hecho mismo del Congreso debería ser materia de interés; adicionalmente, la primera conferencia fue de una mujer mexicana, Sylvia Schmelkes. Tristemente la distinción fue desapercibida entre la opinión pública. La maestra Sylvia, como se le conoce en el mundo pedagógico, es ganadora también de la Medalla Comenius (2008) que otorgan la Unesco y la República Checa.

Sus ideas en Barcelona son una invitación para urgir el cambio en las instituciones de educación superior y sus funciones principales: docencia, investigación y extensión.

El Instituto donde labora la maestra Schmelkes en la Universidad Iberoamericana resumió las ideas principales en Twitter: las instituciones deben idear nuevas estructuras organizativas, impulsar carreras que favorezcan la investigación inter y transdisciplinaria y cuiden el impacto social y ambiental; ser críticas con los esquemas de calificación y estandarización; empujar las publicaciones abiertas; formar estudiantes en contacto con la realidad, con los problemas y sectores marginales para desatar las capacidades de indignación, empatía y compasión.

Sigo con la síntesis. La democratización de las instituciones educativas es imperativa para desarrollar nuevas ideas y proyectos; escuchar a los estudiantes es imprescindible. Implicar a los profesores en los procesos de cambio incentiva transformaciones genuinas.

Termino. La maestra Sylvia afirma que la brújula es la Declaración Universal de los Derechos Humanos y los pactos que garanticen futuros promisorios a las generaciones venideras. En la educación superior deben ser prioritarios el pensamiento crítico, la sostenibilidad y la justicia social. Concluye con un desafío generacional: “abramos nuestras mentes y nuestras almas al pensamiento aterrador de que no hay futuro para la humanidad. Redescubramos nuestro poder, potenciémoslo a través de las redes y su colaboración”.

El segundo tema que me ronda desde hace tiempo es la guerra de Rusia y Ucrania. Sus impactos son perceptibles en distintos órdenes: en la paz mundial, por supuesto; en la geopolítica, economía, diplomacia, en la industria militar… Pero no me queda tan claro que los sistemas educativos y sus actores principales adviertan la afectación de lo que sucede en Europa Oriental.

Más allá de que el tema sea motivo perfecto para comprender la historia de aquella región, la geografía, personajes y el lugar estratégico que ocupa ese país de 44 millones de habitantes, me preocupa, como hipótesis, que las escuelas, en este lado del mundo, sigamos enseñando de espaldas a la realidad, por ignorancia, apatía o inhumanidad.

¿Es que las escuelas eluden que la realidad penetre entre sus muros y sea motivo de estudio?

¿Cómo se forman ciudadanos con instrucción angelical, aséptica, inocua?

Me resisto a la resignación, pero puedo entender que se perciba que esto sucede muy lejos, a 13 o 25 horas de las costas mexicanas o la Patagonia. Pero aquí hay otros problemas lacerantes: los registros indican que en México hay cien mil desaparecidos, muertas violentas que suman todos los días, pobres que incrementan estadísticas y se vuelven carne de programas clientelares. ¿Eso tampoco conmueve?

Cuando llego al tercer tema, la despedida de Joan Manuel Serrat, se me cierra la garganta. Un amigo, Sergio Dávila, me envía la foto de la previa al concierto final en la Ciudad de México. Me embargan envidia y tristeza, pero me queda la alegría de su música que permanecerá siempre. Otro amigo, Salvador Silva, me comparte un artículo del excelso escritor mexicano Juan Villoro. Juzgo innecesario escribir más. Juan escribe, magistral, un poco de lo mucho que el Nano nos inspiró y le debemos.

El tercer asunto, el adiós de Serrat a los escenarios, es lo menos importante en el panorama mundial reseñado, pero es, también, lo más esencial (perdón la redundancia): aquellas pequeñas cosas que nos dejan los tiempos de rosas (o espinas), con ganas de seguir… o claudicar.

Sigamos, sigamos siempre, dice mi colega y maestro sevillano Juan Miguel Batalloso. ¡Sigamos, pues!

Fuente de la información e imagen:  www.eldiariodelaeducacion.com 

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Significado pedagógico de la expresión Regreso a Clases Presenciales

Significado pedagógico de la expresión Regreso a Clases Presenciales

Angel Díaz-Barriga

Estamos ante varios retos, uno es la afirmación «En agosto se regresará a clases presenciales». Tema que requiere un análisis en múltiples dimensiones: La laboral (el establecimiento de condiciones para los maestros, regularización de sus plazas, revisión de contratos temporales, reemplazo de plazas docentes, etc; las condiciones físicas de las escuelas y sus posibilidades de contar con agua potable (jabón y satinizantes); la evolución de la llamada tercera ola de contagios y la eficacia de la vacunación (tema que toca más a las autoridades de salud); las pedagógicas (que en general se suelen olvidar).

Dedicaremos este planteamiento a analizar algunas de las implicaciones pedagógicas del llamado a regresar a clases presenciales para ello quisiera exponer algunos puntos relevantes que no se han mencionado o tomado en cuenta:

1) Lo que llaman regresar a clases presenciales no significa que la escuela que existía antes de la pandemia se vaya a restaurar, esa escuela ya no existirá. Asistirán a clases presenciales sólo un pequeño grupo de estudiantes de cada grupo escolar. Pensemos un grupo de 40 alumnos quizá puedan asistir un día 15 estudiantes del grupo, e incluso menos. Pero eso ¿qué significa? que 25 estudiantes no estarán en la escuela (se supone que en su casa, se supone que acompañados por un adulto (cuando además se está reestableciendo la dinámica económica); pero se supone algo más QUE RECIBIRÁN EDUCACIÓN HIBRIDA, sin tener claro que puede significar eso, en el fondo significa más trabajo para los docentes. Los maestros de grupo reconocen que antes de la pandemia se tenían que desdoblar entre la jornada que atendían presencialmente a sus estudiantes y todo el trabajo que se llevaban a casa (preparación de clases, preparación de materiales didácticos, revisión de cuadernos, tareas, calificaciones), ahora sin decirlo se supone que se tendrán que desdoblar en muchos más elementos: hacer una preparación para los estudiantes que tendrán en situación presencial. En el mejor de los casos un tercio de sus alumnos y pensar como dejar trabajos (quizá trabajar por proyectos) para los alumnos que permanecerán en sus hogares. Ojalá la SEP no insista en aprende en casa, que ha sido un fracaso, y deje que los docentes elaboren las propuestas de trabajo con sus alumnos;

2) Eso requiere no sólo modificar las estrategias didácticas para el trabajo con sus alumnos, sino también hacer una reestructuración curricular, para seleccionar los temas que consideren más relevantes. Esto va contra todo el pensamiento eficientista que circula en ciertos sectores de la sociedad, que están preocupados por recuperar el tiempo perdido, por reestablecer el logro de los aprendizajes previstos en los programas de estudio. La pandemia obligó a un vuelco en la escuela, hoy no se trabaja desde el programa o desde el plan de estudios (ni desde PISA) hoy se trabaja desde lo que se considera relevante para el aprendizaje de los alumnos, incluso desde la forma como la realidad se ha convertido en una fuente de aprendizaje para los niños y adolescentes. Enseñar matemáticas, física, historia, biología, español, etc se puede hacer dejando al plan de estudios de lado y atendiendo a los procesos que los niños y adolescentes están viviendo;

3) Esto reclama que la autoridad educativa empiece a definir cuáles son los aprendizajes sustantivos, los conocimientos básicos, los núcleos de aprendizaje que hay que fomentar en los alumnos, no para prepararlos para la prueba PISA o para la Prueba PLANEA, sino para prepararlos para la vida, esto implica reconocer que durante la pandemia no hay perdida de aprendizajes, sino que se generaron otros aprendizajes, no previstos curricularmente pero significativos para la vida de los alumnos. Esto significa cambiar la lógica escolar y reconocer la realidad como fuente de definición de contenidos curriculares, significa abandonar a la OCDE y dejarla que se quede con su concepto de ciudadanía global y emplear los recursos que se designan a esta institución insignia del neoliberalismo, a las necesidades de docentes y alumnos.

La diversidad y heterogeneidad de estudiantes y de sus condiciones materiales demanda diversidad y heterogeneidad de proyectos de trabajo escolares. Demanda reconocer lo que han hecho los docentes durante la pandemia, ellos son los que han sostenido al sistema escolar, construyendo la forma de trabajar con sus alumnos, a través del whatsapp, de hacer cuadernillos y fotocopiarlos, de ir a casa de los alumnos que han dejado de participar en el trabajo escolar. La diversidad del trabajo docente, ahora 24 X 7, en la que con responsabilidad y asumiendo el reto profesional de trabajar en condiciones no previstas llevaron adelante el trabajo escolar durante el ciclo 2020-2021, no es un problema de capacitar en uso de tecnología, ni de proporcionar los recursos abiertos que ofrece google, es un tema que reclama la existencia de un pensamiento didáctico que oriente el trabajo docente. REGRESAR A CLASES PRESENCIALES RECLAMA PENSAR EL RETO PEDAGOGICO DE TRABAJAR DESDE LA REALIDAD CON UN TERCIO DE ALUMNOS EN EL SALÓN DE CLASES Y DOS TERCIOS EN EL ESPACIO DE SU CASA, armar proyectos de trabajo y replantear contenidos es la tarea del ciclo 2021/2022

Fuente de la Información: https://www.educacionfutura.org/significado-pedagogico-de-la-expresion-regreso-a-clases-presenciales/

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