Cómo los dogmas neoliberales están obstaculizando la resolución de la pandemia

Estamos inmersos en una de las mayores crisis sociales y económicas que el mundo haya vivido jamás. La evidencia científica que apoya tal observación de la realidad es abrumadora. Indicador tras indicador (desde los de mortalidad de la población hasta los de empleo) muestran el enorme dolor y sufrimiento que la pandemia está causando. Y la gente lo sabe.

Los niveles de cansancio, frustración y enfado que la mayoría de la población está alcanzando en gran parte de los países a los dos lados del Atlántico Norte preocupa en gran medida a los mayores centros de reflexión de los establishments económicos y financieros, así como a los fórums políticos y mediáticos que les son afines en cada país.

De lo que no se habla en los debates sobre la pandemia

Y, en consecuencia, está teniendo lugar un gran debate y discusión sobre cómo responder a esta pandemia. Pero en este debate se empiezan a tocar temas que eran intocables hasta ahora. Me explicaré. Hay un dato que no se aborda en tales fórums políticos y mediáticos y que, sin embargo, es de una gran importancia. Sabemos ya cómo controlar, contener y, por lo tanto, superar la pandemia. Disponemos de los conocimientos científicos y de los recursos necesarios para solucionar algunos de los mayores problemas que existen y evitar tantas muertes. Es más, conocemos cómo podría controlarse la pandemia para recuperar cierto grado de normalidad. El lector debería conocer esta realidad. La ciencia sabe hoy cómo podría ir resolviéndose. Y no me refiero solo a la ciencia virológica y epidemiológica y otras ciencias básicas en salud pública, sino también a las aplicadas, como las ciencias sociales y económicas. Sé de lo que hablo. Soy también profesor de la Johns Hopkins University, incluida su bien conocida Escuela de Salud Pública, desde donde se realizan los bien conocidos estudios sobre la pandemia, conocidos y citados a nivel internacional. Y le puedo asegurar que sí, se sabe cómo controlar la pandemia. Sabemos, por ejemplo, que no podrá haber recuperación económica sin antes contener la pandemia. Ignorar lo segundo para corregir lo primero, como hizo la administración Trump, ha llevado a un desastre económico, social y de salud. No hay ningún país que lo haya conseguido. De nuevo, hay miles de datos que muestran el gran error de ignorar esta realidad. Ahora bien, el lector se preguntará: ¿si conocemos cómo controlar la pandemia y tenemos los recursos para hacerlo, por qué no se hace? Y otra pregunta que deriva de la anterior es: ¿por qué los medios no están informando sobre ello y los gobiernos no están actuando?

El silencio ensordecedor sobre por qué no se resuelve lo que es resoluble

La respuesta al último interrogante es fácil de conocer, y tiene que ver con la ideología y cultura dominantes en estos países, lo que dificulta ir más allá de lo que el pensamiento hegemónico permite considerar. Uno de estos obstáculos es, por ejemplo, el sacrosanto «dogma de la propiedad privada», que se considera fundamental para la pervivencia del orden social, marcado este último por otro dogma, el de las también sacrosantas «leyes del mercado» como mejor sistema de asignación de recursos. Estos dogmas rigen el comportamiento de los establishments político-mediáticos de la mayoría de grandes países a los dos lados del Atlántico Norte, y han jugado un papel esencial en obstaculizar el control de la pandemia.

Un claro ejemplo de ello. El porqué de la escasez de las vacunas

Tal y como indiqué en un artículo reciente ¿Por qué no hay suficientes vacunas anti-coronavirus para todo el mundo?, Público, 30.12.20, el mayor problema que existe en el control de la pandemia hoy en el mundo es la falta de las vacunas contra el coronavirus, escasez que incluso se da en los países considerados ricos a los dos lados del Atlántico Norte, lo cual es absurdo, pues los países ricos (y, por cierto, un gran número de países pobres tienen los recursos para producir tales vacunas). En realidad, el desarrollo de la parte más esencial en la producción de las vacunas más exitosas (Pfizer y Moderna) se ha hecho con fondos públicos, en instituciones públicas, en los países ricos (y, muy en especial, en EEUU y en Alemania). Esto lo reconoce nada menos que el presidente de la Federación Internacional de Industrias Farmacéuticas, el Sr. Thomas Cueni, en un artículo publicado en el New York Times hace unas semanas, «The Risk in Suspending Vaccine Patent Rules», 10.12.20, en el que afirma que «es cierto que sin los fondos públicos de agencias [instituciones públicas del gobierno federal estadounidense] como la U.S. Biomedical Advanced Research and Development Authority o del ministerio federal alemán de Educación e Investigación, las compañías farmacéuticas globales no habrían podido desarrollar las vacunas COVID-19 tan rápido». El Sr. Cueni podría haber añadido que ello ocurre también con la mayoría de grandes vacunas que se han ido produciendo desde hace muchos años (véase el artículo citado anteriormente para ver los millones de dólares y euros públicos invertidos). La parte fundamental en el desarrollo de cualquier vacuna es el conocimiento básico, que suele investigarse en centros públicos o con fondos públicos de investigación sanitaria y salubrista. La industria farmacéutica, que sin este conocimiento básico no podría desarrollar las vacunas, utiliza dicho conocimiento para avanzar en su dimensión aplicada, es decir, la producción de las vacunas. Pero lo que el presidente de tal federación internacional olvida mencionar es que, además de utilizar el conocimiento básico que los Estados han financiado, esos mismos Estados ofrecen a las farmacéuticas un gran regalo al garantizarles el monopolio en la venta del producto durante muchos años, que pueden llegar hasta veinte, lo que les asegura unos beneficios astronómicos (los más elevados del sector empresarial de cualquier país).

Ahí está el origen de la escasez de vacunas. Es tan simple como esto. La propiedad intelectual, garantizada por los Estados y por las leyes del comercio internacional y sus agentes, es la que crea una escasez «artificial» de vacunas, lo cual genera unos beneficios astronómicos a costa de no tener suficientes vacunas para paliar las graves consecuencias de la pandemia y prevenir la muerte de millones de seres humanos.

¿Qué podría hacerse?

Lo más lógico sería, que, como ha propuesto Dean Baker (el economista que ha analizado con mayor detalle, rigor y sentido crítico la industria farmacéutica internacional), los Estados que ya financiaron el conocimiento básico expandieran su intervención para incluir, además del conocimiento básico, el aplicado, produciendo ellos mismos las vacunas, lo cual sería mucho más barato (puesto que no habría que incluir en los costes de producción los enormes beneficios empresariales).

Y el lector se preguntará: ¿por qué no se hace lo que parece lógico? Pues la respuesta también es fácil. Por el enorme poder político y mediático de la industria farmacéutica a nivel nacional e internacional. Dean Baker documenta muy bien la naturaleza de estas conexiones (ver el vídeo «Dean Baker On Beating Inequality & COVID-19: Tackle Patent and Copyright Monopolies», 20.01.21, The Analysis News). En realidad, entre un gran número de expertos en salud pública en EEUU hay una postura generalizada de que el legítimo objetivo del mundo empresarial privado de poner como principal objetivo el conseguir optimizar sus beneficios económicos debería limitarse o incluso rechazarse en las políticas públicas que tienen como objetivo el optimizar la salud y minimizar la mortalidad. Esta percepción deriva del hecho que el propio EEUU muestra claramente que la privatización de la sanidad, gestionada por empresas con afán de lucro (que es la situación más común en aquel país), ha provocado un enorme conflicto entre los objetivos empresariales y la calidad y seguridad de los servicios. EEUU es el país que tiene un mayor gasto en sanidad (la mayoría, privado), y en el que hay más gente insatisfecha con la atención recibida, con un 32% de la población con enfermedades terminales preocupada por cómo sus familiares pagarán por su atención médica. La optimización de la tasa de ganancias es un principio insuficiente y enormemente peligroso para la salud de la población (la escasez de vacunas es un ejemplo de ello).

¿Estamos o no estamos en una situación de guerra, como se dice?

El lenguaje que constantemente utilizan las autoridades que están imponiendo enormes sacrificios a la población es un lenguaje bélico. Estamos luchando, se nos dice, «en una guerra contra el virus» (que la ultraderecha cataloga de «chino», intentando recuperar la Guerra Fría, sustituyendo la URSS por China). En realidad, en EEUU el número de muertes por COVID-19 es mayor que el número de muertes causadas por la II Guerra Mundial. Lo que ocurre es que los que así hablan no se lo creen. Es un recurso que utilizan para forzar un control de los movimientos de la población (lo cual me parece lógico y razonable), pero, en cambio, siguen conservando meticulosamente los dogmas liberales de la propiedad privada y las leyes del mercado, dogmas dejados de lado en el pasado en situaciones de guerra de verdad. ¿Cómo puede justificarse que los gobernantes de las instituciones de la UE (la mayoría de los cuales son conservadores y liberales) respeten el copyright de las empresas farmacéuticas que han producido la vacuna contra el coronavirus? Durante la II Guerra Mundial toda la producción industrial se orientó a la fabricación del material de guerra necesario. ¿Por qué no se hace ahora lo mismo? Si se forzara la producción masiva de tales vacunas por parte de las empresas farmacéuticas en todos los países o en grupos de países, se podría vacunar rápidamente a la población no solo de los países ricos, sino de todo el mundo.

Como era predecible, la Unión Europea, desde su Parlamento hasta la Comisión Europea y sus otros órganos de gobierno (la mayoría gobernados por partidos conservadores y liberales), se ha opuesto a ello, pues es cautiva de sus dogmas, que ya han demostrado ser fallidos durante el período neoliberal y que, a pesar de su gran fracaso, continúa siendo dominantes en los establishments político-mediáticos a los dos lados del Atlántico Norte. Al menos en EEUU, la nueva administración federal del gobierno Biden, presionado por la comunidad científica (y por las fuerzas progresistas dirigidas por Bernie Sanders), está hablando de forzar a la industria farmacéutica a anteponer el bien común a los intereses particulares. Veremos si se lleva a cabo. Sería bueno que pasara lo mismo en Europa. Ni que decir tiene que las derechas de siempre -desde Trump hasta las derechas de España (incluyendo Catalunya)- acusan a los que quieren forzar dicha producción de «sociocomunistas». Pasa en todo el mundo. De ahí que la ciudadanía debería movilizarse para cuestionar tanto dogma que está haciendo tanto daño a la población. Animo a los lectores a que se organicen y envíen textos y cartas de protesta a tales instituciones, pues de poder hacerse sí que se puede. Lo que ocurre es que su dogmatismo y creencias les impiden verlo.

Fuente: https://rebelion.org/como-los-dogmas-neoliberales-estan-obstaculizando-la-resolucion-de-la-pandemia/

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“El homenaje a la doctora Carmen Diego es totalmente merecido. También merecen reconocimiento otros médicos españoles en activo por los mismos motivos”

Entrevista a Francisco Báez Baquet sobre la industria criminal del amianto

Francisco Báez, extrabajador de Uralita en Sevilla, autor de Amianto: un genocidio impune, inició en los años 70 del pasado siglo la lucha contra esta industria de la muerte desde las filas del sindicato de CCOO. Ha dedicado más de 40 años a la investigación sobre el amianto.

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Como siempre, querido y admirado amigo, me baso en las informaciones que usted me ha ido facilitando a lo largo de esta semanas. Desde su punto de vista: ¿qué ha sido lo más destacado de este último mes en el tema del amianto?

Bueno, pues aun a riesgo de resultar algo reiterativo para nuestros lectores, me parece oportuno resaltar que «Rebelión», atendiendo a una sugerencia mía, el pasado cinco de Diciembre publicara la traducción al español, del siguiente artículo: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=234921 

«La letal herencia de unas empresas europeas. Un pueblo de Madhya Pradesh (India) sufre la «muerte lenta» de cientos de víctimas del asbesto».

En el mismo, entre otras importantes cuestiones, se nos relata cómo las empresas «Turner & Newall» y «ETEX» (antes «Eternit»), han dejado unos terrenos contaminados por residuos de amianto-cemento, en una extensión de 600.000 m2, con un millón de toneladas de tierra contaminada, y con el agravante de que en algunos puntos esa contaminación ha llegado a alcanzar una concentración de hasta el 70%, habiéndose estimado el coste, como mínimo, de la descontaminación, en 52 millones de dólares canadienses.

Me han llegado estos días noticias de un homenaje a la doctora Diego. ¿Quién es Carmen Diego? ¿Es merecido este homenaje?

Por supuesto que es totalmente merecido. La doctora Diego es la responsable de toda la actividad de seguimiento médico de todos aquellos que han estado laboralmente expuestos al amianto, en la zona de su responsabilidad, o sea, en Galicia. Aprovecho la oportunidad, para añadir que, en mi opinión, son igualmente merecedores de tal reconocimiento otros médicos españoles en activo, y por los mismos o similares motivos.

En este enlace http://www.elcorreogallego.es/galicia/ecg/70-obreros-astilleros-ferrol-fene-enfermaron-amianto/idEdicion-2018-01-12/idNoticia-1093817/  se habla de que «el 70% de los obreros de los astilleros de Ferrol y Fene enfermaron por el amianto». ¿De cuántos trabajadores hablamos? ¿Cómo es posible un porcentaje tan elevado? ¿Es usual? ¿Sabe usted cuántas muertes causó la industria de los astilleros en Galicia?

Ese porcentaje se refiere a la totalidad de patologías asbesto-relacionadas, y es similar al observado en otras actividades industriales en la que el asbesto tuvo abundante uso, como es el caso, por ejemplo, de las industrias de los textiles de amianto, o del amianto-cemento.

No dispongo de cifras fiables y contrastadas acerca de las muertes originados por la susodicha causa en los astilleros gallegos, pero, por suministrarle al menos un indicio, tenga en cuenta que haciendo una búsqueda automática en la web del Consejo General del Poder Judicial, por los términos de «mesotelioma» (patología maligna de fatal resolución a corto plazo), de «Galicia», y de «Navantia», a día de hoy obtenemos un total de 56 litigios.

Es obvio que no todas las afectaciones originan un pleito, y que no todos los litigios originados por esa causa quedan registrados en la mencionada fuente, que únicamente recoge a aquellos que han tenido un recorrido más allá de la primera instancia, y pese a que en su día, cuando el registro fue creado, se anunciara que terminaría por abarcarlos a todos.

La estadística correspondiente a la evidencia empírica disponible con carácter general, viene a señalar que por cada caso de mesotelioma, cabe esperar varios de las restantes patologías asbesto-relacionadas, incluyendo las demás malignas, como son el cáncer pulmonar, el cáncer de laringe o el cáncer de ovarios, para los cuales la Organización Mundial de la Salud tiene reconocido el nexo inespecífico respecto de la exposición al amianto.

Lo mismo sucede con respecto a la asbestosis, que eventualmente también puede desembocar en deceso originado por dicha causa mórbida, ya sea directamente -por insuficiencia respiratoria-, ya sea indirectamente, a causa de una cardiopatía asociada, que mayormente consistirá en un cuadro de hipertrofia ventricular (cor pulmonale).

4. Otra nota suya relacionada con el Col.lectiu Ronda y las prácticas empresariales:

Esto ya nos llegó, a través de un comunicado del propio bufete, el Colectivo Ronda. Yo lo que me temo, es que, como ya ha ocurrido otras veces con otras empresas de otras naciones, las cuales también se vieron en parecida tesitura y que también comenzaron por cambiarse el nombre, al igual que ya ha hecho Uralita, ésta termite también por efectuar una maniobra de fraccionamiento y vaciamiento de su patrimonio, para arrinconar sus responsabilidades en aquella que hayan predestinado a resultar quebrada por insolvente, y sacudirse «el mochuelo», dejando a las víctimas (todas, tanto la ocupacionales como las originadas por contaminación vecinal o de convivencia), sin posibilidad práctica de que las respectivas sentencias se puedan ejecutar, haciéndose efectivas las indemnizaciones. Me consta que las asociaciones de afectados tienen ya «la mosca detrás de la oreja», con esta cuestión 

¿Nos explica qué ha pasado, que ésta pasando? ¿Qué temen las asociaciones de afectados?

Uralita procedió a un cambio de denominación, que resulta explicable en el presente, a causa del desprestigio asociado al nombre de origen, por mor del amianto.

Pero, al propio tiempo, ese ha sido también el primer paso dado por otras empresas notoriamente vinculadas a la tragedia del asbesto, como inicio de un proceso de fraccionamiento empresarial, de vaciamiento de patrimonio, y de acumulación de responsabilidades en una única de las filiales así surgidas, y previamente despojada de patrimonio casi al límite, y que por ello resultará insolvente, a las primeras de cambio, declarándose en bancarrota, dejando a las víctimas sin poder percibir la indemnización dictada por un tribunal, y con impasible prosecución, al propio tiempo, del negocio, por parte de las restantes filiales, exoneradas ya de toda responsabilidad, en un juego de prestidigitación, a través de una maraña de ulteriores fusiones, cambios aparentes de titularidad, etc.

Esto es lo que se teme que aquí también se esté preparando, que se esté gestando, cuando la responsabilidad ya alcanza para con vecinos o convivientes que adquirieron la enfermedad por vía no ocupacional, en una extensión del reconocimiento del daño causado, de indefinido horizonte de término.

5. Me llega también esta información «La diputada de IU Eva G. Sempere se reúne en enero con plataforma del amianto, ABC.es. Noticias Agencias.http://agencias.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=2707011 – y este comentario crítico suyo: » Considero un grave error táctico diluir el planteamiento de una interpelación al Gobierno, incluyendo en la misma otros temas (como es el caso de la contaminación radiactiva residual, por la caída de dos bombas atómicas en Palomares, acaecida hace años), que casi nada tienen que ver con la cuestión a plantear ahora». ¿Qué debería haber hecho entonces la diputada de Unidos Podemos? A mí me parece que tiene buena intención, que quiere ayudar, que no hace por hacer o quedar bien.

No creo que sea correcto personalizar. Cabe suponer razonablemente, que las decisiones, en el seno de un grupo parlamentario, se adoptan democráticamente, tras la oportuna deliberación.

Mi observación, que meramente viene a reflejar mi personal opinión, se circunscribe al hecho en sí, por sí mismo, y que doy por sentado que obedece a una motivación bienintencionada. Yo considero que lo de Toledo tiene, por sí mismo, suficiente entidad, como para merecer, por sí solo, una interpelación individualizada y concreta, máxime ahora, cuando la justicia ya «ha dado carpetazo» a las eventuales responsabilidades de las administraciones públicas concernidas, o de «Ibertubo», la empresa responsable del vertido.

Si repasamos las respuestas dadas en el pasado, por parte de un gobierno del mismo signo político que el actual, para asuntos también relacionados con el asbesto, y atendiendo a las interpelaciones introducidas por parte del diputado Sr. Alcaraz, podremos contemplar cómo ese gobierno, al dar respuesta a las varias cuestiones simultáneamente planteadas, «se le olvidaba» hacerlo respecto de alguna de ellas, dando por zanjada la cuestión, para todo el conjunto, como si hubiera respondido cabalmente a todo lo que se le llegó a interpelar.

Si ahora se procede de forma similar, por parte de un grupo parlamentario que es continuador de aquél que en el pasado procedió de forma similar o incluso con menor dispersión en el señalamiento de temas concretos, no sería de extrañar que se estuviera favoreciendo que ahora también se obtuviesen respuestas displicentes o nulas, respecto de lo que, en mi opinión, debiera de ser lo primordial: la chapucera remediación que se pretende, para el formidable problema medioambiental originado en Toledo.

Una referencia: «Publicada interesante entrevista a Jesús Uzkudun. http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2018/01/08/economia/cada-vez-la-gente-oye-mas-el-tema-del-amianto-pero-no-hay-conciencia-y-es-clave-para-dar-una-HYPERLINK «http://www.noticiasdegipuzkoa.com/2018/01/08/economia/cada-vez-la-gente-oye-mas-el-tema-del-amianto-pero-no-hay-conciencia-y-es-clave-para-dar-una-solucion-a-las-empresas»solucion-a-las-empresas «. ¿Quién es Jesús Uzkudun? ¿Está acuerdo con él en eso de que no hay conciencia? Si fuera así, ¿quién debería tenerla? ¿Qué puede hacerse para qué la tengan?

Como autor exclusivo, Jesús Uzkudun tiene publicados en «Rebelión» los siguientes trabajos:

Jesús Uzkudun, » Las víctimas del amianto existen y exigen compensación» «Rebelión», 26-11-2016 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=219624Jesús Uzkudun, «Amianto, reconocimiento de víctimas y alarma social» «Rebelión», 13-03-2008 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=64529

Jesús Uzkudun, «RENFE trata de ocultar el origen laboral del cáncer por amianto que llevó a un trabajador a la muerte». «Rebelión», 18-07-2007 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=53740

Jesús Uzkudun «Amianto: ¿pacto de silencio? La prohibición europea sobre el amianto no evita que esté presente en nuestra vida y entorno laboral» «Rebelión», 17-01-2006http://www.rebelion.org/noticia.php?id=25584 

 

En colaboración, también le fue publicado:

Paco Puche y Jesús Uzkudun, «Juicio en Roma contra Stephan Schmidheiny, magnate del amianto: un culpable al que la (discutible) prescripción de sus asesinatos lo libra de la cárcel… por el momento» «Sin permiso»30/11/2014 http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/stsm.pdf » Rebelión» 08/12/2014 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=192935  

En otras publicaciones, y también con una relación más o menos estrecha con la cuestión del amianto, también le editaron:

Jesús Uzkudun, «El atraco de las Mutuas a la sanidad pública, la salud de los trabajadores y sus derechos» www.sinpermiso.info, 28 de abril de 2013http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=5912Jesús Uzkudun, «El cáncer pulmonar y las enfermedades respiratorias de origen laboral» Sinpermiso, 6/9/2015.http://www.sinpermiso.info/sites/default/files/textos//15uzkupulmonar.pdf 

 

Sin pretender resultar exhaustivo por nuestra parte, podemos apreciar ya que se trata de un activista comprometido desde hace ya bastantes años con la causa de la lucha contra los responsables y en favor de los afectados, tanto a través del sindicato Comisiones Obreras, como de la asociación ASVIAMIE, de las víctimas de Euskadi.

Estoy de acuerdo con él en que no existe adecuada conciencia respecto del problema, cualquiera que sea la causa de ello. En mi opinión, no es ajeno el hecho de que para las organizaciones sindicales los que ya no están en activo, sea por edad, por enfermedad, o por las dos circunstancias, pasan a un segundo plano en sus prioridades de atención.

Una información que creo que usted conoce Un estudio realizado por un equipo de investigadores, financiado por los institutos Universitario de Atención Primaria (IDIAP) Jordi Gol de Barcelona y el Catalán de la Salud (ICS), y por el Ministerio de Sanidad, ha reflejado que las enfermedades relacionadas con el amianto pueden tardar hasta 40 años en manifestarse. Esta investigación se efectuó en la zona del Vallès Occidental, donde viven cerca de 500.000 personas, y analiza el conjunto de enfermedades que sufrió esta población por inhalación de amianto entre los años 1970 y 2006. Según los datos registrados por el citado trabajo, 544 personas fueron diagnosticadas con alguna enfermedad relacionada con el amianto, ya sea una patología benigna o maligna. Tres de cada cuatro personas analizadas eran hombres, de una edad que oscila en torno a los 60 años. Cerca del 40% de los pacientes sufría más de una patología vinculada con el amianto y una de cada cuatro personas afectadas sufría una enfermedad maligna.

Por otro lado, la investigación destaca que la fuente de exposición principal es la laboral, que se alarga más de 20 años, en un 70% seguida de la exposición medioambiental, con un 15%; y que el amianto tarda unos 40 años de media a provocar problemas de salud. En este contexto, los investigadores defienden que el estudio supone «un avance original» porque «permite conocer el alcance de la afectación del amianto en el conjunto de la población civil»; por saber «el efecto sobre la salud cuando se acumulan enfermedades benignas causadas por el amianto»; y por posibilitar «avanzar el momento del diagnóstico de una patología relacionada con el amianto». El IDIAP Jordi Gol indica que hay hasta 125 millones de trabajadores que siguen en contacto directo con el amianto. Los científicos de esta investigación apuntan que «la ausencia de una política de salud dirigida al amianto imposibilita erradicar la muerte por inhalación de este material; se demuestra el efecto devastador que tiene sobre la comunidad una exposición prolongada al amianto; y que en Cataluña hace falta una aproximación clínica para iniciar lo antes posible las tareas preventivas de salud». 

¿Qué novedades observa en esta investigación? ¿125 millones de trabajadores en todo el mundo siguen en contacto directo con el amianto? ¿Cómo es posible?

No es novedad, desde luego, el tiempo de latencia señalado en este estudio, cuya finalidad no me ha quedado del todo clara, en ausencia de una lectura directa del mismo, que no me ha sido posible, cuando, por otra parte, en la fuente extra académica por mí accedida, no se ha explicitado la reseña de la correspondiente publicación.

La cifra mundial de expuestos laboralmente, es la apreciada en su momento por la Organización Mundial de la Salud, y no es de extrañar, teniendo en cuenta el número y poblaciones respectivas de las naciones que a día de hoy no cuentan con una prohibición de todas la variedades de asbesto, crisotilo incluido.

Otra información interesante: «El control al uso del asbesto es una de las cuotas pendientes en Latinoamérica, donde solo seis países han vetado este material natural, altamente cancerígeno. http://www.hoylosangeles.com/efe-3484351-13717005-20180105-story.html » ¿Es así en su opinión? ¿Por qué? ¿Desconocimiento del tema? ¿Falta de interés? ¿Escasez de consciencia?

Es así, efectivamente, y es así, en parte por la acción de lobby de la industria, en parte por temor a la pérdida de puestos de trabajo, en parte por desconocimiento (a la vista de algunas evidencias advertidas, el despiste es formidable en no pocos casos), y, como consecuencia de todo ello, efectivamente hay una elevada inconsciencia del riesgo y de sus horribles consecuencias, cuando ese riesgo se traduce ya en afectación.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=236966&titular=%93el-homenaje-a-la-doctora-carmen-diego-es-totalmente-merecido.-tambi%E9n-merecen-reconocimiento-otros-m%E9dicos-

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Peter C. Gøtzsche: «Las farmacéuticas inventan trastornos y enfermedades mentales para tener gente adicta a sus productos»

Entrevista a Peter C. Gøtzsche, autor de ‘Medicamentos que matan y crimen organizado: cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud’ y ‘Psicofármacos que matan y denegación organizada’.

 En 2013 Peter C. Gøtzsche publicó el libro ‘Medicamentos que matan y crimen organizado: cómo las grandes farmacéuticas han corrompido el sistema de salud ‘ (Libros del Lince, 2014), donde cargaba duramente contra el sector farmacéutico, que conoce como la palma de su mano tras haber trabajado ocho años en él. La obra, en la que acusa a las compañías farmacéuticas de amañar las conclusiones de numerosas investigaciones en beneficio propio, levantó una gran controversia al ser el profesor Gøtzsche una gran autoridad en materia de diseño de estudios científicos.

Hace pocos días ha aparecido en España su último libro, titulado ‘ Psicofármacos Que Matan y denegación organizada‘ (Libros del Lince, 2015), donde Gøtzsche aborda el campo de la psiquiatría moderna y asegura que esta se ha simplificado hasta el extremo de limitarse a recetar los psicofármacos que la industria va lanzando al mercado. Siempre radical, aboga por abolirlos todos salvo en casos extremos, donde realmente se demuestre su aportación a la cura del enfermo. Para Gøtzsche, ansiolíticos, antidepresivos e incluso antipsicóticos se recetan sin tener en cuenta sus efectos dañinos.

El profesor Peter C. Gøtzsche se graduó como Máster de Ciencia en Biología y Química en 1974, y se licenció como médico en 1984. Es especialista en medicina interna, trabajó en la industria farmacéutica entre 1975 y 1983, y ejerció en hospitales de Copenhague entre 1984 y 1995. En 1993 contribuyó a la creación de la Cochrane Collaboration, una institución dedicada a revisar la veracidad de todos los estudios que se publican en el ámbito de la salud y así filtrar los intereses de las diferentes industrias en el negocio de la sanidad.

Su libro describe a los psiquiatras como profesionales dedicados a recetar medicamentos a los pacientes sin saber realmente si van a funcionar…

Una razón importante por la que la psiquiatría moderna está tan centrada en los fármacos es que la gente no sabe muy bien cuáles son ni sus beneficios ni sus daños. Yo tomé una actitud crítica respecto a estos fármacos; conseguí el acceso a estudios no publicados y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que la industria farmacéutica, y en ocasiones también los psiquiatras, nos han engañadocon sus ensayos clínicos.

¿No existen psicofármacos de beneficios comprobados?

Mediante las revisiones de muchísimos estudios he podido comprobar que el beneficio de muchos psicofármacos es dudoso, pero en cambio no existe duda de que pueden causar daños graves, que pueden incluir el suicidio, el homicidio o la muerte por otras causas. Otro problema es que probablemente todos estos fármacos son susceptibles de provocar daños permanentes en el cerebro cuando se usan a largo plazo, pero los pacientes que los quieren dejar, por lo general cuentan con muy poco apoyo por parte de sus médicos.

La psiquiatría actual reduce los problemas psicológicos a desequilibrios químicos que pueden ser curados con fármacos. ¿Hay intereses de la industria detrás de esta gran simplificación?

El cuento sobre los supuestos desequilibrios químicos fue inventado por un médico hace 61 años y la industria farmacéutica lo abrazó de inmediato. No he encontrado ninguna investigación que acredite científicamente que un desequilibrio químico es la causa de problemas psiquiátricos. Es más: los psiquiatras más relevantes son conscientes de que esto es una mentira y sin embargo muchos de ellos, tal vez la mayoría, siguen utilizándola a fin de persuadir a sus pacientes a continuar con su medicación.

El sueño de una solución rápida nunca desaparece, pero no hay soluciones rápidas en psiquiatría y los fármacos son muy raras veces la solución a los problemas de la gente. La profunda ironía es que quizás no haya un desequilibrio químico implicado salvo el que crean los propios psicofármacos, que en muchos casos funcionan como drogas adictivas.

Yo tomé una actitud crítica respecto a estos fármacos; conseguí el acceso a estudios no publicados y fue entonces cuando me di cuenta de lo mucho que la industria farmacéutica, y en ocasiones también los psiquiatras, nos han engañado con sus ensayos clínicos.

¿Podríamos decir entonces que estamos frente a una industria que inventa enfermedades para crear adictos a sus productos?

No es desacertado asegurar que la industria farmacéutica inventa enfermedades para conseguir gente enganchada a sus productos. Dicho esto, es cierto que hay muchas personas que sufren problemas mentales severos y necesitan en ocasiones un apoyo en la medicación. Pero creo que tratar estos problemas sistemáticamente con psicofármacos solo empeora la situación. La forma en que usamos las drogas psiquiátricas hoy en día sin duda causa mucho más daño que beneficio.

El ‘trastorno bipolar’, el ‘TDAH’, el ‘trastorno obsesivo compulsivo’, etc., son palabras que han entrado en el lenguaje común. ¿Son tales diagnósticos una simplificación de los problemas de la persona para adaptarlos a la aplicación de ciertos medicamentos?

Una de las grandes tragedias de la psiquiatría moderna es que muchos trastornos psiquiátricos son causados por los psicofármacos que se usan para tratar otro trastorno anterior; es decir, son daños colaterales, o efectos secundarios si se quiere. Por ejemplo, los efectos secundarios de la medicación para tratar el TDAH (trastorno por déficit de atención) coinciden bastante con el cuadro de diagnóstico de un trastorno bipolar.

Lo mismo ocurre con la depresión: los fármacos antidepresivos pueden provocar síntomas que cumplen con los criterios para diagnosticar un trastorno bipolar, por lo que también en este caso muchas personas sufren de efectos secundarios de los antidepresivos. Pero esto a menudo no se detecta y, por lo tanto, estas personas pueden, además, ser tratados con medicamentos antipsicóticos o de litio, o ambos.

En mi libro explico por qué no debemos ver el TDAH como un trastorno psiquiátrico, y la razón por la que la que los psiquiatras deberían centrarse en los problemas del entorno de los niños (el TDAH es más frecuente entre niños) en lugar de decir que son los propios niños el problema. Los medicamentos para el TDAH no resuelven ningún problema; de hecho, parecen agravarlos a largo plazo.

Usted sostiene que la gran mayoría de los fármacos psicoactivos deberían ser abolidos. ¿Cómo se trataría, en tal caso, una psicosis grave?

Hubo una revisión Cochrane que comparó las benzodiazepinas con los antipsicóticos para tratar la psicosis aguda. La misma mostró que los pacientes se calmaron más rápido con la benzodiazepina. El tratamiento estándar es aplicar antipsicóticos, pero he preguntado a muchos pacientes que han probado ambos tipos de fármacos, cuál preferirían en caso de sufrir un nuevo brote psicótico.

Todos los pacientes, hasta el momento, me han dicho que preferirían una benzodiazepina. Y les comprendo, ya que las benzodiazepinas no son tan tóxicas y peligrosas como antipsicóticos. Pero también es posible tratar la psicosis severa sin ningún tipo de medicamentos psiquiátricos. Sé de psiquiatras eminentes en varios países que nunca han usado un antipsicótico para tratar una psicosis. Solo han aplicado la psicoterapia, la empatía y el amor.

Muestran a los pacientes que se preocupan por ellos, que los respetan y tienen un verdadero interés en ellos, y es bien sabido que este enfoque es eficaz.Antipsicótico es un nombre demasiado engañoso, ya que estos fármacos no curan a nadie en contraste con los antibióticos, que realmente pueden salvar la vida de las personas si tienen una infección bacteriana grave. No estoy convencido de que necesitemos antipsicóticos en absoluto, ya que son muy tóxicos.

¿De verdad cree que una persona con una psicopatía severa puede tener una buena calidad de vida solo con terapia y sin medicamentos?

Está perfectamente documentado que muchas personas con psicosis graves pueden tener una buena calidad de vida sin psicofármacos. En realidad, la pregunta correcta es : ¿Pueden los medicamentos psiquiátricos empeorar la calidad de vida de las personas en promedio? Actualmente, mi grupo de investigación está estudiando la calidad de vida con y sin antidepresivos.

Hay muy pocos estudios publicados a este respecto y no tenemos acceso a los estudios no publicados por la Agencia Europea del Medicamento, aunque sabemos que no son pocos. En nuestra opinión, está claro por qué tan pocos estudios han sido publicados: sus resultados no dejan en buen lugar a la industriafarmacéutica.

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Bloquean vacunas a países pobres

Naciones con poco poder de negociación tienen que pagar precios mucho más altos por este método de inmunización que los más ricos

IPS | 28/05/2016

NACIONES UNIDAS.- El mundo está cerca de contar con vacunas contra la malaria y el dengue y, sin embargo, muchas de las que ya existen no llegan a las personas que más las necesitan.

El último brote de fiebre amarilla en Angola revela la virulencia con la que vuelven enfermedades infecciosas cuando no se cumple totalmente con los programas de vacunación.

A principios de este última semana de mayo, la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, señaló que el brote de esa enfermedad mortal ocurrió a pesar de que la vacuna está disponible desde hace casi 80 años.

«El mundo cuenta con una vacuna efectiva, segura y de bajo costo que ofrece una protección de por vida contra la fiebre amarilla desde 1937», recordó.

«Debe usarse de forma generalizada para proteger a las poblaciones de países donde la enfermedad es endémica».

Lamentablemente, la fiebre amarilla es una de las muchas enfermedades que persisten, a pesar de que puede prevenirse mediante la inmunización, y que vuelve cada cierto tiempo. Por ahora solo una de las vacunas existentes, la que protege contra la viruela, logró el objetivo de erradicar por completo la enfermedad.

En 2015, el mundo estuvo muy cerca de eliminar otra enfermedad gracias a la inmunización, cuando Nigeria se convirtió en el único país de África en erradicar la poliomielitis.

«Estamos en la etapa final de poliomielitis y esperamos ver pronto su erradicación en los últimos dos países que la tienen, Afganistán y Pakistán», observó Jean-Marie Okwo-Bele, director del Departamento de Inmunización, Vacunas y Sustancias Biológicas de la OMS.

En abril, se desplegó un nuevo plan ambicioso para adoptar una nueva vacuna contra la poliomielitis. El cambio obedeció a que no se necesitaba más luchar contra la cepa de poliovirus de tipo 2, no detectada desde 1999, explicó.

Pero Okwo-Bele dijo a IPS que el mundo debe ser tan bueno eliminando vacunas viejas como lo es encontrando nuevas.

«El suministro de vacunas es tan grande ahora que debemos mejorar en la utilización de las que están disponibles para poder deshacernos de ellas», explicó.

«Solo el año pasado pudimos trabajar y casi garantizar la disponibilidad de las vacunas contra el dengue, la malaria y casi tenemos una contra el ébola», apuntó.

A la vacuna contra la tuberculosis le pueden faltar entre cinco o siete años, indicó, pero puede ser una herramienta importante para luchar contra la resistencia a los antibióticos.

Las últimas y las prometidas incorporaciones a la lista de vacunas generan esperanza, pero algunos países en desarrollo temen que su elevado costo, en especial el de las nuevas, deje a sus niños y niñas al margen de los avances.

El inconstante y reservado mercado de las vacunas, dominado por una serie de grandes compañías farmacéuticas, hizo que en 2015 muchos países en desarrollo le pidieran a la OMS ayuda para atravesar el proceso de compras.

«Les generó una verdadera frustración no recibir ninguna asistencia real para beneficiarse de las nuevas vacunas y ofrecer esos beneficios a sus niños», indicó Kate Elder, asesora en políticas de vacunas de la Campaña de Acceso a medicamentos de Médicos Sin Fronteras (MSF).

Una forma en que la OMS atiende ese problema es creando una base de datos con los precios que pagan los gobiernos por las vacunas.

Okwo-Bele dijo a IPS que países sin poder de negociación pagan precios mucho más elevados por las vacunas que otros.

Por ejemplo, es sabido que países de África austral pagan un precio mucho más alto por las vacunas que otros de mayores ingresos.

Por suerte, no todos los países en desarrollo tienen que valerse por sí mismos. Las naciones más pobres tiene acceso a precios mucho más bajos gracias a la negociación colectiva de organizaciones como la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización (GAVI), integrada por Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) y la Fundación Gates.

Pero según Unicef, los niños y niñas con mayores probabilidades de no ser vacunados son los que viven en países afectados por conflictos armados.

«Casi dos terceras partes de los niños que no fueron inmunizados con las vacunas básicas viven en países afectados total o parcialmente por conflictos», indicó Unicef en la Semana Mundial de la Inmunización, que tuvo lugar en la última semana de abril.

Elder señaló que los gobiernos y las organizaciones que prueban vacunas en naciones con conflictos solo pueden acceder a precios de vacunas más bajos a través de GAVI, si también figuran entre los Países Menos Adelantados.

Entonces Yemen, que está entre los Países Menos Adelantados, puede aspirar a vacunas más baratas, pero Siria, no.

«Es de sentido común que las organizaciones humanitarias deben acceder a los precios globales más bajos, pero lamentablemente no ha sido la fórmula empleada hasta ahora», precisó Elder a IPS.

«En una emergencia humanitaria, una de las primeras cosas que se hace en el campamento es vacunar contra el sarampión, porque si aparece un brote es muy, muy peligroso», remarcó.

Existen disposiciones para que las organizaciones humanitarias paguen un precio menor por las vacunas contra el sarampión, pero no ocurre lo mismo para la relativamente nueva y más cara vacuna contra el neumococo, precisó Elder.

«Estamos de acuerdo en que fijar el precio solo en base al PIB (producto interno bruto) es un marcador artificial», acotó.

Pero sí estamos de acuerdo en tomar en cuenta la capacidad de pago, indicó Unicef en una declaración a IPS.

«El trabajo de Unicef de incidir en los mercados para conseguir un estado saludable se trata de influir en los precios justos y asequibles «, añadió; ese enfoque contribuyó a bajar los precios de algunas vacunas tanto para países clasificados por GAVI como para los que no están comprendidos.

Okwo-Bele opinó que las vacunas deben considerarse una inversión importante independientemente del contexto.

«Tiene que ver con el principio básico de más vale prevenir que remediar, y la prevención es más barata que la cura, y eso es válido en cualquier lugar, ya sea un país rico o en desarrollo», resumió.

Fuente: http://elmanana.com.mx/noticia/103447/Bloquean-vacunas-a-paises-pobres.html

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