Volviendo la atención a los datos en el Día Internacional de la Educación

Por Manos Antoninis, Directora del Informe de Monitoreo de la Educación Global (GEM) y Silvia Montoya, Directora del Instituto de Estadísticas de la UNESCO

En el primer Día Internacional de la Educación, el Instituto de Estadística de la UNESCO ( UIS ) y el Informe de Monitoreo de la Educación Mundial (GEM) anuncian una nueva asociación para demostrar las desigualdades en la educación y mostrar a los que se quedan atrás en el logro de la meta global de educación de las Naciones Unidas, ODS 4.

El Informe GEM y el UIS han trabajado juntos para mejorar los datos disponibles en la Base de datos de educación sobre desigualdad en el mundo ( WIDE ), destacando las disparidades en el acceso a la educación, la participación y el logro que se esconden detrás de las estadísticas promedio. La base de datos reúne datos de encuestas demográficas y de salud (DHS), encuestas de indicadores múltiples (MICS) y otras encuestas nacionales de hogares y evaluaciones de aprendizaje de más de 160 países.

Los usuarios pueden comparar los resultados de la educación entre países y entre grupos dentro de los países, según los factores asociados con la desigualdad, incluidos el sexo, la ubicación, la riqueza y el origen étnico.

Los nuevos datos publicados hoy resaltan la necesidad de medidas urgentes para reducir las desigualdades, que deberían ocupar un lugar destacado en las agendas de los países y los socios para el desarrollo.

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  • Los niños y jóvenes más pobres tienen menos de la mitad de probabilidades de completar la escuela primaria que los niños y jóvenes más ricos, menos de una cuarta parte de las probabilidades de completar la escuela secundaria inferior, y una décima de las probabilidades de completar la escuela secundaria superior en los países de bajos ingresos.
  • Los niños en áreas rurales tienen más del doble de probabilidades de no asistir a la escuela que los niños que viven en áreas urbanas en países de bajos ingresos

La base de datos muestra que los niños que enfrentan múltiples desventajas enfrentan los mayores desafíos:

  • Solo el 2% de las niñas más pobres en países de bajos ingresos completan la escuela secundaria superior.

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En el primer Día Internacional de la Educación, este recurso está destinado a mantener la atención de los países centrada en las brechas que necesitan para cumplir con sus compromisos de educación inclusiva y equitativa para todos, una prioridad que corre a través de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Explore las desigualdades de los países y comparta la información con sus redes.

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Cuba es considerado el país con mayor acceso a la educación para niñas en el mundo

Cuba / 15 de octubre de 2017 / Autor: BBC Mundo / Fuente: El Mostrador

Con motivo del Día Internacional de la Niña fijado por la ONU el 11 de octubre, la campaña para el desarrollo One publicó una clasificación con los lugares donde resulta más difícil para las niñas obtener una educación.

Las discusiones en las escuelas de los países más desarrollados son a menudo sobre sus prioridades, como a qué materias se les debería dar más importancia, qué alumnos necesitan un apoyo extra o en qué se necesita invertir más presupuesto.

Pero para las familias que viven en la mayoría de países en vías de desarrollo, las preocupaciones sobre la educación de niñas y niños suelen ser tan básicas como ¿será posible mandar a nuestros hijos a la escuela?

Los datos de Naciones Unidas sugieren que en la última década hubo «casi cero progreso» para solucionar el acceso a educación en algunos de los países más pobres del mundo.

Por otro lado, en un informe publicado por la misma organización a finales de septiembre y que examinó la calidad de la educación, las conclusiones fueron sorprendentes: más de 600 millones de niños que están en las aulas no están aprendiendo casi nada.

Y en las dificultades para acceder a la educación, por supuesto, también influye el género.

En muchos países del mundo, se espera que las niñas trabajen -generalmente, en el hogar o cuidando de sus otros hermanos- en lugar de ir a la escuela. Y muchas se casan siendo adolescentes, acabando con cualquier posibilidad de recibir una formación.

Por ello, no deja de ser paradójico que mientras las niñas de los países occidentales ricos suelen estar por delante que los niños en lo que a logros académicos y calificaciones se refiere, las que viven en los países más pobres tienen más posibilidades de acabar fuera de la escuela.

Por eso, con motivo del Día Internacional de la Niña fijado por la ONU el 11 de octubre, la campaña para el desarrollo One publicó una clasificación con los lugares donde resulta más difícil para las niñas obtener una educación.

Zonas de conflicto

En los diez países que encabezan el ranking -9 de los cuales se encuentran en África-, es mayor el número de niñas que no acuden a la escuela que el de niños.

Se trata de países con condiciones frágiles, donde muchas familias viven bajo el umbral de la pobreza, sin acceso a salud o una nutrición adecuada, y en ocasiones duramente afectadas por desplazamientos motivados por guerras o conflictos.

Según la ONU, las niñas que viven en zonas de conflicto tienen el doble de posibilidades que los niños de perderse su educación.

Esta clasificación está basada principalmente en datos del Instituto de Estadística de la UNESCO sobre criterios como la proporción de niñas sin plaza en la escuela primaria y en la secundaria, la proporción de aquellas que completan ambos niveles, el número medio de niñas que acuden a la escuela, las tasas de analfabetismo entre mujeres, el nivel de formación de los profesores de cada país, el número de alumnos a cargo de cada profesor o el gasto público destinado a educación.

Los países con peor educación para las niñas

Sudán del Sur: la guerra y la violencia destruyeron multitud de escuelas y obligó a miles de familias a abandonar sus hogares.

  • 2. Rep. Centroafricana:cada profesor tiene a 80 alumnos de media a su cargo.
  • 3. Níger: el número de mujeres alfabetizadas entre 15 y 24 años es de solo el 17%.
  • 4. Afganistán: tiene una amplia brecha de género y más niños en la escuela que niñas.
  • 5. Chad: los numerosos problemas sociales y económicos obstaculizan el acceso de las niñas a recibir educación.
  • 6. Mali: solo el 38% de las niñas termina la escuela primaria.
  • 7. Guinea: el tiempo medio de educación recibida por las mujeres mayores de 25 años fue de menos de un año.
  • 8. Burkina Faso: solo el 1% de las adolescentes concluye la secundaria.
  • 9. Liberia: casi dos tercios del alumnado que debería estudiar en primaria están fuera de la escuela.
  • 10. Etiopia: dos de cada cinco niñas se casan antes de los 18 años.

En el caso de algunos países como Siria no existen suficientes datos fiables para ser incluidos en el listado.

¿Y en América Latina?

La situación de los territorios latinoamericanos es, según esta clasificación, notablemente mejor. Haití, en el 30º puesto, es el país de la región peor clasificado, donde menos de la mitad de las niñas terminan la escuela primaria.

En el otro extremo de la lista se encuentra, precisamente, otro país caribeño. Cuba, reconocido mundialmente por su modelo educativo y calificado por la UNESCO como «un ejemplo para el mundo», es considerado también el que tiene los mejores indicadores del planeta sobre el acceso de las niñas a la escuela.

Según los datos de One, el 99,7% de las niñas cubanas finalizan la educación primaria y el 86,4% la secundaria.

Países de América Latina con peor educación para las niñas

(puesto en clasificación mundial)

  • Haití (30º)
  • Guatemala (31º)
  • Honduras (46º)
  • Brasil (52º)
  • Bolivia (57º)
Foto: AFP

Falta de profesores cualificados

La escasez de profesores suele ser un problema común para mejorar la educación de los países más pobres.

El año pasado, la ONU dijo que se deberán contratar otros 69 millones de docentes antes de 2030 si se quieren cumplir los objetivos mundiales fijados en el ámbito educativo.

«Más de 130 millones de niñas aún están fuera de la escuela, es decir, más de 130 millones de potenciales ingenieras, empresarias, profesoras y políticas cuyo liderazgo se está perdiendo el mundo», dijo la presidenta de la campaña One, Gayle Smith.

Para Smith, el fracaso en la educación de las niñas es una «crisis global que perpetúa la pobreza».

Fuente de la Noticia:

http://www.elmostrador.cl/noticias/mundo/2017/10/11/cuba-es-considerado-el-pais-con-mayor-acceso-a-la-educacion-para-ninas-en-el-mundo/

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Hacer realidad la promesa de la educación: un análisis del IDM 2018

UNESCO / 8 de octubre de 2017 / Autor: Informe GEM / Fuente: Blog de la Educación Mundial

Por primera vez en cuarenta años, el Informe sobre el Desarrollo Mundial (IDM) del Banco Mundial, publicado el martes, se centra exclusivamente en la educación. Nos complace ver que sus mensajes centrales resuenen tan bien con nuestros informes anteriores, especialmente el Informe de Seguimiento de la EPT en el Mundo 2013/4 sobre la enseñanza y el aprendizaje. El IDM es una adición bienvenida a la serie insignia del Banco. Demuestra que muchos cambios han ocurrido en los últimos 40 años en la educación, incluyendo la reflexión del Banco al respecto.

Con su presentación nítida y sus argumentos claros, el informe se alinea con la Estrategia de Educación 2020 del Banco, que marcó un cambio estratégico de la escolarización hacia el aprendizaje cuando se publicó en 2011. El IDM reitera que los beneficios de la educación están mal vinculados a los años pasados en la escuela, e insta a los países a comprometerse a lo largo del sistema para mejorar los resultados de aprendizaje. Sus principales mensajes son evaluar el aprendizaje, como la clave para re-alinear los sistemas educativos; actuar con base en la evidencia; y alinear a los actores para que trabajen en la consecución de mejores resultados de aprendizaje.

Los sistemas educativos son “pegajosos”, pero nuestro enfoque para resolver los problemas educativos no lo debe ser

El IDM reconoce que los sistemas educativos son “pegajosos”, es decir que son lentos y difíciles de cambiar. Sin embargo, el IDM también muestra que su propia reflexión para resolver los problemas educativos no es pegajosa. Varias convicciones anteriores han sido cuestionadas en este informe, lo cual es una señal positiva.

Dicho esto, se observan dos voces que se manifiestan a través de él. Una se aferra a las ortodoxias y certezas; la otra es más reflexiva. Por ejemplo, se considera que las tecnologías de la información y comunicación tienen “algunas de las mayores repercusiones en el aprendizaje”, mientras que en otros casos se juzga que la evidencia que resulta de las intervenciones basadas en la tecnología sugiere que “sus resultados son variados y se presentan múltiples desafíos de implementación”.

Igualmente, la evidencia que se usa sobre los resultados de aprendizaje se base exclusivamente en los resultados de las evaluaciones de lectura y matemáticas, aunque el IDM también reconoce que “la incidencia en la alfabetización y los conocimientos numéricos no es la única medida de éxito”.

Con palabras duras, se argumenta que “abdicar la responsabilidad y evitar la culpa erosiona la capacidad de un sistema educativo para funcionar, perpetuando así un equilibrio de baja responsabilidad y bajo aprendizaje”, lo que lleva a pensar que la rendición de cuentas es la única solución para lograr que los sistemas educativos funcionen debidamente. Pero al mismo tiempo, el IDM reconoce que:

  • el aprendizaje es un proceso complejo que es difícil de dividir en simples relaciones lineales de causa y efecto”; y
  • cuando los actores del sistema interactúan para perseguir muchos objetivos, los mecanismos que los obligan a rendir cuentas sobre el aprendizaje se debilitan

En ambos casos, se socava el supuesto clave que vincula las sanciones y las recompensas con los resultados de aprendizaje. Dado que la rendición de cuentas es el tema del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo 2017/8, que se publicará el 24 de octubre, habrá otra oportunidad para analizar estas hipótesis.

women-deliverLa Estrategia de Educación 2020 del Banco había enfatizado su papel y el de International Finance Corporation en el fortalecimiento de la provisión educativa del sector privado. En un giro inesperado, el IDM concluye que “no hay evidencia sólida de que las escuelas privadas obtengan mejores resultados de aprendizaje que las escuelas públicas, o lo contrario”. Dado el cuestionable historial de la expansión de la provisión privada en lo que refiere a la equidad, esto ofrece una oportunidad para entablar un debate más franco sobre la necesidad de apoyar plenamente los sistemas de educación pública.

Diferentes visiones de lo que constituye una buena práctica

El informe resalta algunos ejemplos nacionales como estudios de caso positivos, incluyendo Chile, que se elogia por su “compromiso continuo con la reforma de la calidad”, que se observa en los resultados del país en la evaluación de lectura PISA. Sin embargo, estas conclusiones no van más allá del promedio y no reconocen que Chile es uno de los países más segregados del mundo en la educación. No cabe duda que en los últimos años Chile ha hecho grandes esfuerzos por mejor el sistema. Sin embargo, dichos esfuerzos resultaron de protestas masivas que obligaron al Estado a asumir nuevamente responsabilidades que había abdicado. Lo que no reconoce el IDM es que desde 2005, cuando las familias eran responsables de la mitad del gasto educativo total, el gobierno de Chile ha asumido gradualmente una mayor proporción del costo total de la educación para ofrecer una educación más equitativa.

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Fuente: base de datos del UIS

¿Qué puede ser sustituido en la educación?

El IDM parece demostrar una ambivalencia sobre el efecto de compartir los costos entre los gobiernos y las familias, a pesar de que destaca la alta carga que asumen las familias de los países de ingresos bajos y medianos. Al explicar por qué el gasto no siempre resulta en mejores y más equitativos resultados de aprendizaje entre los estudiantes, menciona que una de las razones es que “el gasto público puede sustituir al gasto privado”. Cita el ejemplo de las becas escolares en India y Zambia que “no tuvieron ningún efecto en el aprendizaje porque los padres redujeron su propio apoyo financiero en previsión de un aumento de la financiación del gobierno”, lo cual sugiere que no se obtiene nada de esta inversión, e ignora el evidente efecto positivo en la equidad.

Del mismo modo, los maestros se abordan de manera ambivalente. A pesar de la conclusión rotunda del IDM que “los sistemas educativos tienen un mejor desempeño cuando sus maestros son respetados, están preparados, se seleccionan con base en el mérito y se apoya su trabajo”, hace referencia a la idea de que reemplazar al 7-12% menos eficaz de los maestros podría ayudar a cerrar la brecha entre el rendimiento de los estudiantes en los Estados Unidos y Finlandia. Tratar la educación como un proceso de producción con insumos sustituibles no es un buen punto de partida.

Extraer conclusiones sobre lo que se debe hacer a continuación, ¿ocuparse de los quehaceres?

El Informe sobre el Desarrollo Mundial añade un fuerte y bienvenido énfasis en la neurociencia cognitiva y sus ideas sobre cómo los niños aprenden en condiciones de extrema pobreza. El acento en la biología del aprendizaje sugiere orientaciones claras sobre la estructura de los programas de educación de la primera infancia y cómo abordan las habilidades básicas y los factores protectores del estrés. Pero tal vez el informe podría haber profundizado más para aprender de la vasta experiencia del Banco en la prestación de diferentes intervenciones de este tipo. ¿Cuáles son los diferentes costos de estas intervenciones y cómo podrían diseñarse los futuros programas para lograr este progreso?

Al haber dedicado el año pasado a la rendición de cuentas aquí en el Informe GEM, también es difícil no notar que el IDM absuelve a los actores internacionales de sus múltiples responsabilidades potenciales, incluyendo el mismo Banco. Por ejemplo, se hace un bienvenido hincapié en la importancia de los bienes públicos mundiales en el aprendizaje, así como un recordatorio de que solo el 3% de la ayuda para la educación se destina a bienes públicos mundiales, como los datos y la investigación, en comparación con el 20% en la salud. Pero nuevamente, es importante practicar lo que predicamos. No olvidemos que el Banco Mundial dejó de financiar el Instituto de Estadística de la UNESCO en 2016, lo que es aún más sorprendente dado el grado en que el informe se ha basado en él como fuente de datos.

Cada actor debe buscar primero cómo cumplir con sus propias responsabilidades. Se debe empezar en casa.

Link para la descarga del Informe sobre el Desarrollo Mundial (IDM) 2018:

https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/28340/211096mmSP.pdf

Fuente del Artículo:

https://educacionmundialblog.wordpress.com/2017/10/06/hacer-realidad-la-promesa-de-la-educacion-un-analisis-del-idm-2018/

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Rumbo a 2020: ¿es posible evaluar una educación para el desarrollo sostenible?

México / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Lizbeth Torres Alvarado / Fuente: INEE

Las naciones firman acuerdos por anhelos comunes, pero ¿qué tan sencillo es alcanzarlos? En entrevista, Silvia Montoya, directora del Instituto de Estadística de la UNESCO, propone estrategias para las naciones que han asumido los Objetivos de Desarrollo Sostenible y señala: “Estamos corriendo un riesgo. Hay queja con respecto al uso de los datos de la evaluación. No hemos sido capaces de demostrar cuál es su utilidad”.

 

Educación de calidad, el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible Desde el punto de vista de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), tenemos un enfoque de capacidad y de aprendizaje durante el ciclo de vida, con un fuerte componente de equidad. Esto implica tomar en cuenta la ubicación geográfica y el nivel socioeconómico de los grupos poblacionales, como lo señala el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

 

El enfoque de Educación para Todos incluye la multiplicidad de habilidades y de contenidos que contribuyen a la formación de un ciudadano íntegro. Esto implica el manejo de dimensiones cognitivas y socioemocionales que le otorguen al estudiante la posibilidad de participar como integrante completo, con conocimientos, en la construcción de proyectos sociales regionales, nacionales o globales. Ésta es nuestra visión compuesta de lo que implica la educación.

 

Logros de México

 

México es uno de los países latinoamericanos más avanzados en cuanto a la calidad educativa. El país está haciendo y ha hecho un gran esfuerzo para incorporar estas distintas dimensiones. De hecho, es líder regional por tener una visión integral de los procesos educativos que ponen en el centro temas de equidad, inclusión de poblaciones indígenas y aspectos culturales.

 

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En cuanto al tema de la inversión educativa, los ODS marcan claramente que ésta es una agenda universal, no particular, de los países en desarrollo. Ocuparse de poblaciones de distintos orígenes étnicos o socioeconómicos implica desarrollar respuestas. En ese sentido, un país con las características de México —o con las de los países desarrollados que tienen contingentes de refugiados o migrantes— tiene la necesidad de atender las diferencias culturales de los grupos poblacionales e integrarlos en esquemas de aprendizaje efectivo y flexible.

 

El diseño de políticas educativas necesita estar atento a esas diferencias para ser inclusivo. Esto tiene relevancia en la oralidad, la escritura y el ciclo de vida de los niños y de los jóvenes.

 

Entonces, el diseño de políticas educativas debe atender la diversidad y tratar de tener especificidad. Es cierto, las necesidades son muchas: entre la cobertura de aspectos socioeconómicos, la necesidad de atender estas diversidades y, por supuesto, la insuficiencia de recursos, evidentemente estamos desbordados. Pero la agenda tiene que estar preparada para darle a la educación el componente de diversidad.

 

Se debe de reconocer que México ha hecho un esfuerzo importante a nivel federal y en varios estados para tratar de dar respuestas de política educativa y buscar canales de mejor comunicación de la información relacionada con estos temas.

 

En ese sentido, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) ha sido central para incrementar la demanda por el uso de la información, mantener informados a los distintos grupos y proveer información para el diseño de mejores políticas educativas. Ésa es la dirección correcta. Por supuesto, muchos sentimos frustración al no ver avances inmediatos o impactos sobre el colectivo social de la manera o con la velocidad que uno quisiera. La realidad es que la demanda es demasiada.

 

Los indicadores educativos indispensables

 

Para tener un esquema de seguimiento, de entendimiento y de identificación de brechas que ayuden a decidir dónde poner los recursos y las energías, existen tres tipos de indicadores, aunque hay una discusión acerca de utilizar uno que combine los distintos componentes.

 

El primero, evidentemente, es el indicador relacionado con el ingreso de los niños a la escuela o a algún sistema de aprendizaje. Si bien hay críticas con respecto a los sistemas de educación formal y a las nuevas configuraciones de la oferta educativa frente a la tecnología que exige la modernización de algunos factores, la realidad es que el sistema educativo sigue siendo el lugar donde los niños encuentran el aprendizaje y aprenden a convivir en sociedad. Entonces, el segundo indicador sería el de la finalización de la educación básica.

 

También debe existir un indicador de aprendizaje para dar seguimiento a los logros que los sistemas educativos se proponen en la planificación de las escuelas, los docentes, los directores y la sociedad con respecto al progreso educativo.

 

Si tuviera la posibilidad de tener más de tres indicadores, incluiría los relacionados con aspectos como el acceso a enseñanza preescolar —especialmente importante en los grupos de menos recursos— o con las dimensiones socioemocionales.

 

Por otro lado, como lo proponen los ODS, los indicadores de equidad hacen falta con desagregaciones, porque está claro que si no vemos dónde están las prioridades y cuáles son los grupos poblacionales con mayor necesidad, es imposible mejorar el aprendizaje de todos.

 

Pero, si uno tuviera que limitarse ―entendiendo que los países no tienen muchas posibilidades de recolectar todos los indicadores por el costo y la necesidad de capital humano con formación específica que esto implica―, al menos debería tener alguna dimensión de aproximación que permita saber cómo está funcionando el sistema educativo por el uso de esos tres indicadores básicos: de acceso, de finalización de la educación básica y del nivel de aprendizaje cognitivo.

 

Monitoreo en los países comprometidos con los ODS

 

Un tema interesante de la agenda de los ODS es que responde a una exigencia de los países a los organismos multilaterales y globales como la unesco, el Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos o el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia: las naciones han decidido qué indicadores son necesarios y qué metas son relevantes. Esos once indicadores globales en educación están en los ODS. Cada nación deberá, de acuerdo con sus prioridades de política educativa, decidir cuáles considera más relevantes o urgentes. Por ejemplo, si México cree que la educación temprana es su prioridad y en ese tema debe concentrar la energía y los recursos en los próximos cuatro o cinco años, deberá sustentarlo con el fruto de la discusión de política educativa a nivel de gobierno y con actores sociales e investigadores.

 

Nosotros, la unesco, tenemos que ser una instancia de soporte y acompañamiento para los países: proveer la forma de cálculo de los indicadores, las fuentes de datos, el soporte en términos de abogacía y el desarrollo de capacidades.

 

Por su parte, los países deben tener un diálogo social y el compromiso de todos los actores con las mismas prioridades educativas para, posteriormente, ver qué hace falta en términos de fondos, capital humano y acompañamiento de las agencias multilaterales. Sólo así se podrá mover la agenda hacia una mayor sustentabilidad de estadística educativa y de logros de sus metas.

 

Capacidades institucionales para alcanzar los objetivos

 

Una vez reconocidas las prioridades, debe confirmarse que se cuenta con las capacidades institucionales necesarias para alcanzar los objetivos de las políticas educativas. Partamos de una primera capacidad institucional: las prioridades de la política deben ser una visión consensuada con todos los actores sociales. Es decir, al buscar la respuesta a “si tuvieras que priorizar en la inversión educativa, ¿en qué aspecto particular lo harías?”, la conversación debe incluir voces externas al gobierno. El proceso de apropiación de la agenda educativa debe producirse a nivel social, es lo que llamamos el commitment o compromiso. La segunda capacidad institucional tiene que ver con la existencia de leyes e infraestructura coherentes. Por ejemplo, si la prioridad es la educación temprana, debe haber un marco legal y los recursos suficientes para resolverla.

 

El tercer punto es que la política institucional que acompañe el proceso tiene que estar claramente asentada junto con la capacidad de las organizaciones para implementar agenda. Se trata de temas que deben ser sopesados por cada país para definir si cuenta con la capacidad para implementar las políticas educativas y sus prioridades; sostener un diálogo y fomentar esquemas que permitan compartir información y transferir en forma clara la visión de política educativa, y tener recolección de datos y estructura de evaluación y de sistema estadístico coherente con los objetivos de política. Todo esto significa un gran esfuerzo. Si después hace falta determinar cuáles son las necesidades de inversión en las capacidades institucionales y las personas que integran esas instituciones, habrá que ejecutar los requerimientos técnicos que exige la agenda.

 

Hay países que no tienen la capacidad de adaptar pruebas internacionales, porque no tienen la capacidad técnica y necesitan apoyos extra. Esas cuestiones deben detectarse mediante diagnósticos para construir un plan de capacidad estadística que tenga un horizonte operativo.

 

El uso efectivo de la información: ¿cómo y de qué forma?

 

Identifico un punto de crítica para todos los que trabajamos en los distintos ámbitos de evaluación y publicación de datos educativos y, sobre todo, que promovemos el aprendizaje y la asesoría a partir de la información. Tendemos a generar los outputs de información teniendo en la cabeza a un tipo de usuario que no es el adecuado. Publicamos los datos pensando en el maestro, el director, el que toma las decisiones políticas, el académico o la comunidad educativa, y luego añadimos una buena parte de nuestras reflexiones.

 

El reto es identificar cuántos usuarios de la información tenemos. No podemos utilizar el mismo lenguaje para todos. Si bien la información debe resolver las necesidades de los distintos actores, no podemos usar el mismo lenguaje con el académico que quiere usar una base de datos; con el padre que quiere saber qué puede hacer para ayudar a su hijo; con el maestro que tiene que accionar en el aula; con el director que tiene que tomar otras decisiones; con el policy maker que tiene que tomar decisiones, y con la sociedad civil que tiene un montón de buenas intenciones y quiere ayudar e invertir. Dado que no somos capaces de proveer esa información de manera que todos la puedan utilizar de manera efectiva, hay que pensar en interfaces de comunicación, en maneras de hacer digeribles los datos. Ése es el reto en todos los niveles. Sabemos de las resistencias de los usuarios frente al Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), la prueba de Tendencias en el Estudio Internacional de Matemáticas y Ciencias (TIMMS, por sus siglas en inglés) o cualquier otra prueba internacional o regional. Eso es responsabilidad de los que distribuimos la información, porque no hemos sido capaces de explicarle al maestro cómo puede combinar las fuentes de información para utilizarlas en el aula. Casi nadie está dando respuestas a este desafío.

 

Es importante tener presente que el dato tiene un ciclo de producción y uno de uso. La frustración por el dinero que se gasta en pruebas internacionales o nacionales cuyos datos no son usados refleja que no estamos cubriendo en forma eficiente la segunda parte del ciclo.

 

Carencias en el uso y la difusión de la información

 

Siempre generamos la información con la idea de que nos ayudará a saber dónde estamos y cómo podemos mejorar. Hay información riquísima del sistema de evaluación de aprendizaje que, combinada con un buen uso de la información de datos estadísticos educativos, puede transformarse en una notable mejora. Es innegable que la estadística es criticada y hay quejas sobre el uso de los datos de evaluación. Esto es consecuencias de que no hemos sido capaces de demostrar su utilidad.

 

Supongamos que nos hacemos un examen médico para ver si estamos anémicos. Al revisar el conteo de glóbulos rojos podremos saber si estamos anémicos. Aunque no somos doctores ni bioquímicos, sabemos que estamos mal cuando el nivel de glóbulos rojos rebasa un límite. Tenemos que comer hierro. Lo tenemos claro. En el caso de la educación, no hemos logrado convertir esos datos en acciones de política concretas para cada uno de los tomadores de decisiones, ni traducir la información con un marco de soluciones específicas.

 

Ahora, muchos países se están apresurando a medir los indicadores, pero olvidan que primero debe existir la discusión de políticas educativas y la consolidación de una visión nacional. Sólo después de eso es recomendable iniciar la recolección de datos, los indicadores, los planes de mejora y el monitoreo.

 

Dos consejos para los titulares educativos

 

La primera recomendación es, por supuesto, que acuerden las políticas educativas y reconozcan las prioridades consensuadas a nivel social. La segunda es que mantengan sustentable su sistema de evaluación y estadística, bien financiado e independiente del poder político. Eso es indispensable para cualquier monitoreo de política educativa.

 

De hecho, el propio Instituto de Estadística de la UNESCO tiene cierta independencia para no verse influido políticamente por las discusiones a nivel del organismo. Los países obviamente tienen sus espíritus, sus prioridades, su pasión, pero al final del día, las estadísticas, el monitoreo, los sistemas de evaluación de aprendizaje, están todos hechos para ponerse al servicio de una mejora en los resultados educativos y eso requiere independencia, transparencia y fondeo.

 

Recomendaciones a los equipos estatales

 

Primero, garantizar que el apoyo político existe, que están todos detrás de un mismo proyecto. Después, no duplicar esfuerzos: la recolección de información a nivel local, federal, provincia y global debe estar bien relacionada. ¿Por qué tratar de tener una prueba local que sea casi igual a la nacional?

 

Finalmente, tener un buen diagnóstico acerca de las capacidades institucionales. Si realmente es necesaria una recolección de datos a nivel local porque no hay respuesta a ciertos desafíos en los instrumentos federales o internacionales, debe diagnosticarse la capacidad legal, institucional e individual para ejecutar una agenda en las distintas áreas.

 

Por supuesto, hay un mea culpa con respecto a nuestra incapacidad para poner a disposición de los países y de las administraciones subnacionales y locales un mapeo claro de los instrumentos que existen a nivel internacional para ayudar a evitar que dupliquen labores.

 

Fuente de la Entrevista:

http://www.inee.edu.mx/index.php/publicaciones-micrositio/blog-de-la-gaceta-agosto-2017/627-articulos-gaceta-agosto-2017/2901-rumbo-a-2020

Fuente de la Imagen:

@INEEmx (Cuenta de Twitter del INEE)

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