México: Acoso, insultos, manoseos: violencias que sufren mujeres policías

Texto: Samantha Anaya / Zona Docs

Las mujeres policías de Nezahualcóyotl, Estado de México, sufren violencias dentro la corporación que van desde piropos e insultos, hasta intentos de violación según un estudio realizado por Causa en Común. Investigadoras piden desmontar la escencia patriarcal de estas instituciones y llaman a feministas a acompañar a policías violentadas.

Las mujeres policías durante su paso por la academia y la policía de Nezahualcóyotl han sido víctimas de diferentes tipos de violencia sexual. Destacan piropos ofensivos o comentarios lascivos (68%); solicitudes o insinuaciones sexuales (18%); mensajes, fotos o comentarios con insinuaciones y/o insultos (9%); manoseos o tocamientos sin consentimiento (5%); e intento de violación (1%). Así lo evidenció el estudio “El camino hacia reformas con perspectiva de género en la policía de Nezahualcóyotl” realizado por Causa en Común.

Del total de las mujeres que participan en la institución sólo el 17% denunció las violencias. El resto de ellas tenía temor a ser revictimizadas o, simplemente, ignoradas. Del total de dichas denuncias, el 54% reportó que no hubo ninguna sanción. De esta última cifra, 30% corresponde a una sanción directa contra el o los agresores; en el 11% de los casos se inició con la información; y en el 5% de las denuncias sólo se tomó la declaración de la víctima.

Al respecto, Pilar Déziga, investigadora de Causa en Común, señaló la principal razón por la que los porcentajes no estén en cero: “faltan códigos para identificar y sancionar a los agresores”.

A nivel nacional sólo 20% del estado de fuerza de las policías son mujeres, y la mayoría de ellas ocupa cargos administrativos.

La investigadora se enfocó en el cuerpo policíaco de Nezahualcóyotl porque el Estado de México es la entidad con mayor violencia de género. Las mujeres policías no escapan de ello.

En la presentación de los resultados del estudio se contó con la presencia y la experiencia de Olivia Tena, profesora e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien respondió a una interrogante significativa y controversial:

“¿Por qué a las feministas nos deberían de interesar las mujeres policías si ellas también son parte de una institución estereotipada como violenta, corrupta y, naturalmente, enemiga de las feministas? Bueno, primeramente todas las instrucciones sociales son patriarcales, no sólo en México, sino en todo el mundo. En todo el mundo se ejerce violencia contra las mujeres. Sin embargo, en toda institución donde haya mujeres debemos de estar acompañándolas las feministas. De otra forma es más complicado (por no decir imposible) que se visibilicen sus opresiones”, afirmó la académica.

Tena enfatizó en la necesidad de que el movimiento feminista volteé a ver lo que sucede al interior de la academia y de la corporación policiaca.

“No importa cuánto se les enseñe a las y los policías a atender la violencia de género con una perspectiva interseccional: lo que se requiere es reestructurar a la policía».

Por su parte, Pilar Déziga expuso cuál fue la metodología y los hallazgos encontrados con esta investigación. Se trabajó con mujeres y hombres que ya contaban con una antigüedad de entre 8 y 12 años, y “cuyas visiones de lo que son la violencia y la discriminación ya se habían modificado a lo largo de su carrera«, comentó la investigadora de Causa en Común.

De igual forma, se realizaron seis grupos de enfoque, se aplicaron encuestas a 300 mujeres policías y se impartieron cinco talleres con 150 policías. Todo ello fue con el objetivo de generar un diagnóstico sobre sus condiciones laborales y dar recomendaciones a las corporaciones sobre cómo identificar y denunciar la violencia de género.

A su vez, la investigación buscó comprender por qué las mujeres se integran a la corporación, entre las que destacaron la vocación y necesidad económica.

En los talleres impartidos, se abordaron temas como: estereotipos, género, igualdad, discriminación, violencia de género y ética policial.

Al respecto, Olivia Tena compartió que, cuando se imparten cursos con perspectiva de género, no sólo se tiene que dar el contenido. Es importante “impartir los temas con una pedagogía horizontal, democrática y feminista. Esto porque, si quienes tenemos el conocimiento llegamos con una posición de poder, la resistencia que presenten las otras personas será aún mayor”.

Por otra parte, algunas de las conclusiones encontradas durante este investigación fueron: resistencia ante los temas impartidos durante los talleres; normalización de la violencia al interior de la corporación; una constante revictimización por parte de la institución; existe desconfianza entre las víctimas para denunciar, pues en general se desconocen los mecanismos de denuncia al interior y al exterior de la corporación; y una mayor sensibilidad al respecto una vez realizada la capacitación.

Para la segunda fase de la investigación, Pilar mencionó que se buscó capacitar a las nuevas y los nuevos 102 cadetes que se acaban de incorporar a la corporación. En este grupo se pudo identificar que el 31% ha presentado o ha sido víctimas de piropos ofensivos o comentarios de índole sexual; 22% ha sido víctima o ha presentado conductas como manoseos, arrimones o tocamientos; y 20% ha vivido o sido testigo de mensajes, fotografías o insinuaciones.

Lo anterior tiene como objetivo rediseñar el plan de estudios actual, para aumentar el número de horas de materias que cuenten con una perspectiva de género. De igual manera, se busca combinar no sólo lo que sucede al interior de la academia, sino también lo que tiene lugar al interior de la corporación, para que estas acciones «se sigan replicando a largo plazo, para prevenir la violencia de género y para que se den sanciones ejemplares, tales como arresto y la baja definitiva», explicó Déziga.

Violencia de género en la corporación policiaca

Al respecto, Olivia Tena expuso que uno de los tipos de violencia que viven las mujeres policías es lo referente a la dicotomía público-privado. Muchas de ellas son madres y, algunas, jefas de familia, y se espera que trabajen como si no tuvieran hijas o hijos, y que críen como si no tuvieran que trabajar.

De la misma manera, las mujeres que no cuentan con algún rango se enfrentan a un mayor riesgo y desigualdad.

“Las que cuentan con un rango alto están un poco más protegidas, ante cuestiones como el acoso. Sin embargo, incluso los hombres que se encuentran en un rango menor tienen mayor posibilidad de tomar decisiones, en comparación con las mujeres en un rango mayor”.

En tanto, Belén García, parte de la policía de Nezahualcóyotl por más de 16 años, compartió su experiencia al interior de la corporación. Relató que ella ha tenido que equilibrar su rol como ama de casa y su puesto en la policía. “El día de nuestro descanso, eso es lo que menos hacemos: descansar, porque debemos atender las labores domésticas”.

Al mismo tiempo, Belén denunció que ha sufrido discriminación por parte de sus compañeros varones, al decirle que «pertenece al sexo débil». Sin embargo, Belén aseguró que ellas han demostrado ser mucho más fuertes, pues además de su trabajo en la corporación tienen el trabajo en casa.

¿Cómo lograr que el cambio sea permanente?

Para concluir, Maricela Donadio, secretaria de la Red de Seguridad y Defensa de América Latina, puntualizó que las reformas en materia policial “se van sistemáticamente evitando”.

Compartió el hecho de que a las mujeres se les integró a los cuerpos policiales paulatinamente. En el caso de México se creó la policía femenina en 1930. Al respecto, Donadio añadió que esto representa un obstáculo.

“Se ve a las mujeres como un grupo que se debe integrar en otro ya existe, y siempre interviene un nuevo problema porque no se hace una reforma estructural”.

La secretaria señaló que en el caso de los países que cuentan con un gobierno federal el problema es mayor, ya que “realizar una reforma policial es más difícil porque intervienen tres niveles de gobierno”.

Ante este contexto, Pilar Déziga enfatizó que este proyecto busca institucionalizar la formación policial con perspectiva de género. Asimismo, diseñar un régimen disciplinario que contemple sanciones ejemplares para los agresores y asegurar que existan oportunidades entre mujeres y hombres para que compitan en igualdad de condiciones, y así logren llegar a rangos superiores con base en sus capacidades y méritos.

Este proyecto para su realización contó con el apoyo de la embajada de Canadá, el gobierno del Estado de México y el gobierno municipal de Nezahualcóyotl.

Este trabajo fue publicado originalmente en ZONA DOCS que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.

Fuente: https://piedepagina.mx/acoso-insultos-manoseos-violencias-que-sufren-mujeres-policias/

Imagen: Gobierno del Estado de México

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Covid-19, el espejo chiapaneco

Por: Luis Hernández Navarro

El doctor José Manuel Cruz Castellanos es un personaje peculiar. Parecería sacado de una película de humor de Monty Python. Cuando le preguntaron si la llegada del polvo del Sahara podría afectar la salud de los chiapanecos, o hacerlos susceptibles a contagiarse de Covid-19, respondió: La llegada de ningún extranjero, de ningún mexicano, de ninguno de los que viene a Chiapas, está vulnerado ni puede vulnerar a Chiapas porque tenemos el gran filtro del aeropuerto.

Ante el desvarío, los periodistas le precisaron que se referían a la nube de arena que entraría a México.

“Sin ningún problema –contestó encarrerado el médico–, todo lo que llega es sujeto de vigilancia epidemiológica y de estudios de laboratorio, de manera tal que tenemos un contexto para proteger a la población. Los filtros sanitarios se establecieron para eso.”

El dislate no tendría importancia, salvo por una cuestión. Cruz Castellanos es el secretario de Salud de Chiapas.

Sus desvaríos dan para escribir un libro. Cuando la periodista Lizbeth Jiménez lo cuestionó sobre las irregularidades en las cifras de pacientes con coronavirus registradas en la entidad, él le espetó: Interpretar cuesta cuando no tiene uno su mente muy clarita en lo que está uno haciendo, como veo en tu caso que no te quedó claro. Grábalo para que no vengas con cuestionamientos absurdos. Nada más que anda con mucha precaución, no te vaya a agarrar por ahí y no queremos eso. Eres muy guapa, muy elegante para que te vaya a pasar algo.

El señalamiento de la reportera era correcto. El secretario de Salud de Chiapas es un mago de las cifras. Desde el pasado l8 de junio, hizo disminuir, literalmente de un día para otro, el número de contagios. Y como buen ilusionista, mantuvo la cifra por debajo de los 100 casos diarios. Un manejo conveniente para que el estado transitara a semáforo naranja.

La danza de los números de Cruz Castellanos ha sido cuestionada por multitud de voces. Una es la del delegado estatal de la Cruz Roja, Francisco Alvarado Nazar –él mismo contagiado de coronavirus–. El delegado informó que el 23 de junio recibieron una llamada de emergencia por hora de personas con problemas de Covid-19, que en 40 por ciento de los casos, la situación de los posibles infectados era crítica y que de urgencia se necesitaba cortar la cadena de contagios en Tuxtla Gutiérrez.

La respuesta del secretario fue fla­mígera. Acusó al delegado de la Cruz Roja de no tener la información correcta y de que los pacientes que se recuperan (como Alvarado) quedan medio chafiretes. Añadió que las críticas a su gestión se le resbalan, porque todas las mañanas me pongo aceitito y se me resbala todo.

Cruz Castellanos es una figura muy cercana políticamente a la tabasqueña Rosalinda López Hernández, administradora general de la Auditoría Fiscal del SAT y esposa de Rutilio Escandón, gobernador de Chiapas. Saltó del PRI, al PRD y al PVEM hasta su incorporación a Morena. En 2015 compitió por el Verde, para ser diputado por el sexto distrito. Construyó allí una alianza con Rosalinda, quien fue candidata por ese mismo partido a la alcaldía de Villahermosa. Ambos fueron derrotados.

El secretario de Salud chiapaneco hizo carrera política en el sector sanitario tabasqueño, durante la gubernatura de Manuel Andrade Díaz (2002-06). La diputada local Olvita Palomeque acusó al funcionario de cometer graves irregularidades en su gestión chiapaneca, beneficiando con obras y contratos por adjudicación directa a tres empresas de Tabasco.

La gestión gubernamental de la pandemia en Chiapas ha sido una calamidad. Cientos de personas han denunciado contagios y muerte de sus familiares, sin atención médica y sin pruebas, cuyos decesos no se cuentan (https://bit.ly/2Wwccg2). Según el magisterio democrático de la seccion 7, los datos que las entidades de salud proporcionan distan mucho de la información que se conoce. No todos los casos sospechosos, confirmados ni las defunciones han sido tomadas en cuenta para el registro estadístico. A diario conocemos historias de personas que resultaron positivas o que tuvieron un tortuoso peregrinar para recibir atención hasta encontrarse con la muerte.

Ignorando la enorme confusión propiciada desde las redes sociales (https://bit.ly/3fR3yjS), las autoridades locales informaron sobre la enfermedad en lenguas indígenas hasta junio, no obstante ser el tercer estado del país con mayor proporción de población hablante de ellas (https://bit.ly/2CQnwMT). El personal de la Secretaría de Salud estatal trabaja sin equipo de protección, con graves riesgos de contraer el mal: 42 han fallecido y 751 han contraído el virus. Los trabajadores de la sección 50 del Sntsa, han denunciado desde hace años la corrupción, el desmantelamiento y la falta de equipos en los hospitales en la entidad.

Los desfiguros del doctor José Manuel Cruz no son accidentales. Son parte sustancial del estilo de hacer política de los cacicazgos que controlan el poder político en Chiapas, amparados desde hace años por una política contrainsurgente. Hoy, esos cacicazgos visten los ropajes de la 4T.

El pésimo manejo de la crisis sanitaria en Chiapas es un espejo en el que el resto del país debe verse. El daño sufrido por la población ha sido catastrófico. La decisión del gobierno federal de ocultar ese desastre las agravará aún más.

Twitter: @lhan55

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