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La serie protagonizada por una mujer que enseña a programar

‘TXAC Planet’ es una serie de televisión dirigida al alumnado de Primaria y Secundaria para aprender sobre programación, pensamiento computacional e Inteligencia Artificial. Se puede ver en el País Vasco, Andalucía y Navarra, así como a la carta en la web de sus televisiones autonómicas.

¿Te imaginas una serie de televisión que permita a los estudiantes de Primaria y Secundaria desarrollar el pensamiento computacional y adquirir los fundamentos de un lenguaje de programación mediante la resolución de problemas? De eso trata ‘TXAC Planet’, una serie compuesta de una primera temporada y 30 episodios inspirados en la plataforma gratuita ToolboX.Academy, que enseña al alumnado los fundamentos de la programación y la Inteligencia Artificial, y que ha sido desarrollada por Francisco Vico, catedrático de Inteligencia Artificial de la Universidad de Málaga.

La serie se emitió en diciembre en el País Vasco, en ETB3, en versión euskera, mientras que en Andalucía se emite desde enero en Canal Sur. En este último, se encuentra dentro del programa La Banda, con un episodio el sábado y otro el domingo. Aunque también está accesible para visualizar a la carta en las webs de estas cadenas (aquí y aquí) y también en la página de Kanaldude, un canal de Navarra.

Objetivos: futuro TIC y combatir la brecha de género

‘Txac Planet’ ofrece una narrativa sencilla: una estación espacial orbita el lejano planeta Txac, con el objetivo de explorarlo con ayuda de sus robots. Ada, la astronauta que encabeza la expedición, es una ‘coder’ (‘programador’ en inglés), es inteligente y audaz, y disfruta programando sus robots y comunicándose con otros ‘coders’ de la Tierra.

Serie TXAC Planet programación

Para Vico, la creación y difusión de una serie con esta temática supone un impulso en el aprendizaje de la programación, el pensamiento computacional o la Inteligencia Artificial entre el alumnado. “Necesitamos activar el aprendizaje de las Ciencias de la Computación desde los primeros cursos de Primaria, ya que el futuro pasa por el uso de estas tecnologías”.

Por otro lado, este proyecto televisivo, protagonizado por una mujer, intenta combatir la brecha de género en el ámbito científico, evitando caer en estereotipos que sitúan la ciencia y tecnología como disciplinas masculinas, e invitando a las niñas a que experimenten y jueguen con la programación. “Las escuelas superiores de Informática, Telecomunicaciones o las Ingenierías se están perdiendo ahora mismo a casi la mitad de la población: las mujeres, que no se matriculan en estas titulaciones. Y esto no solo deriva en la educación, sino posteriormente en el empleo y la economía”, señala el catedrático.

Detrás de la idea

El origen del proyecto se encuentra en las herramientas que tanto Francisco Vico como la Escuela de Ingeniería Informática de la Universidad de Málaga han creado con el objetivo de “democratizar la enseñanza de la programación”: ToolboX y ToolboX.Academy. ToolboX establece un entorno sencillo donde crear programas que resuelven un conjunto de tareas planteadas. Estas actividades pueden proponer que un robot móvil (en pantalla) realice una actividad concreta, o bien un problema de trigonometría, cinemática, genética o de cualquier área donde se enseñan algoritmos.

programación serie niños

Por su parte, ToolboX.Academy (la plataforma de programación dirigida a los centros educativos) surgió como iniciativa tras comprobar que existen limitaciones reales para incluir la programación en el currículo preuniversitario. “Los esfuerzos para enseñar programación de ordenadores son insuficientes. No estamos ofreciendo la formación tecnológica necesaria al alumnado, en una época en la que es determinante para su desarrollo personal, social y profesional. Por eso decidimos elaborar una plataforma amigable y gratuita que pudiera adoptarse fácilmente por los centros y fuese intuitiva para el estudiante y el profesorado”, concluye Vico.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/noticias/txac-planet-serie-protagonizada-mujer-ensena-programar/

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Mundo: La tecnología ‘Industria 4.0’ para el mundo post-COVID está impulsando la desigualdad: UNCTAD

Mundo/26-02-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

Los países en desarrollo deben adoptar tecnologías innovadoras que han sido una herramienta fundamental para abordar la pandemia de COVID-19 o, de lo contrario, enfrentar desigualdades aún mayores que antes, dijeron  el jueves expertos en desarrollo económico de la ONU en la UNCTAD  .

“Muy pocos países crean las tecnologías que impulsan esta revolución, la mayoría de ellos se crean en China y Estados Unidos, pero todos los países se verán afectados por ella”, dijo Shamika Sirimanne, jefa de la División de Tecnología y Logística de la UNCTAD . «Casi ninguno de los países en desarrollo que estudiamos está preparado para las consecuencias».

El llamamiento, que se destaca en un nuevo informe de la UNCTAD  , se refiere a todas las cosas digitales y conectivas, las llamadas «Industria 4.0» o «tecnologías de frontera», que incluyen inteligencia artificial, macrodatos, blockchain, 5G, impresión 3D, robótica drones, nanotecnología y energía solar.

La edición de genes, otro sector en rápida evolución, ha demostrado su valor en el último año, con el desarrollo acelerado de nuevas vacunas contra el coronavirus .

Ayuda para drones

En los países en desarrollo, las herramientas digitales se pueden usar para monitorear la contaminación del agua subterránea, entregar suministros médicos a comunidades remotas a través de drones o rastrear enfermedades usando macrodatos, dijo Sirimanne de la UNCTAD.

Pero “la mayoría de estos ejemplos se mantienen a nivel piloto, sin que nunca se amplíen para llegar a los más necesitados: los pobres. Para tener éxito, la implementación de la tecnología debe cumplir las cinco A: disponibilidad, asequibilidad, conciencia, accesibilidad y capacidad para un uso eficaz «.

Ampliación de la brecha de ingresos

Con un valor de mercado estimado de $ 350 mil millones en la actualidad, es probable que la variedad de soluciones digitales emergentes para la vida después de COVID valga más de $ 3 billones para 2025, de ahí la necesidad de que los países en desarrollo inviertan en capacitación e infraestructura para ser parte de ella, Sirimanne. mantenido.

“La mayoría de las tecnologías de la Industria 4.0 que se están implementando en países desarrollados ahorran mano de obra en tareas rutinarias que afectan los trabajos de habilidades de nivel medio. Recompensan las habilidades digitales y el capital ”, dijo, señalando el aumento significativo en el valor de mercado de las plataformas digitales líderes en el mundo durante la pandemia.

Dividendos de innovación

“Las mayores ganancias las han logrado Amazon, Apple y Tencent”, continuó Sirimanne. «Esto no es sorprendente dado que un número muy pequeño de empresas muy grandes proporcionaron la mayoría de las soluciones digitales que hemos utilizado para hacer frente a varios bloqueos y restricciones de viaje».

Expresando optimismo sobre el potencial de los países en desarrollo de seguir la nueva ola de digitalización en lugar de verse abrumados por ella, el economista de la UNCTAD restó importancia a las preocupaciones de que la creciente automatización de la fuerza laboral corría el riesgo de dejar sin trabajo a las personas de los países más pobres.

Esto se debe a que “no todas las tareas de un trabajo están automatizadas y, lo que es más importante, a que se crean nuevos productos, tareas, profesiones y actividades económicas en toda la economía”, dijo Sirimanne.

‘Polarización laboral’

«Los bajos salarios … para las habilidades en los países en desarrollo más las tendencias demográficas no crearán incentivos económicos para reemplazar la mano de obra en la manufactura, todavía no».

Según la UNCTAD, durante las dos últimas décadas, la expansión de los trabajos con salarios altos y bajos, un fenómeno conocido como «polarización laboral», ha llevado a una reducción de solo un dígito en los trabajos de calificación media en los países desarrollados y en desarrollo (de cuatro y seis por ciento respectivamente).

“Por lo tanto, se espera que los países en desarrollo de ingresos bajos y medianos bajos estén menos expuestos a los posibles efectos negativos de la IA y los robots en la polarización del trabajo”, explicó Sirimanne.

No obstante, el organismo de comercio y desarrollo de la ONU advirtió que parecía haber pocas señales de que la desigualdad galopante se desacelerara en la nueva era digital, señalando datos que indican que la brecha de ingresos entre los países desarrollados y en desarrollo es de 40.749 dólares en términos reales en la actualidad, frente a los 17.000 dólares. en 1970.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/02/1085652

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Chile: El robot que mantiene el bienestar en el teletrabajo

El robot que mantiene el bienestar en el teletrabajo

Autor: Cristóbal Fuentes Álvarez. Ilustración: César Mejías

 

A medida que avanzaba la pandemia y se expandía el teletrabajo, diversas empresas señalaron que sus empleados se sentían frustrados, tristes o enojados al trabajar desde la casa. Para monitorear estas emociones y tomar medidas al respecto, una plataforma chilena permite que los empleados comuniquen a sus supervisores cómo se sienten

Fuente de la Información: https://laboratorio.latercera.com/fibras-que-innovan/noticia/robot-mantiene-bienestar-teletrabajo/1017146/

 

 

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El Salvador: El 73 % de alumnos recibió clases desde teléfonos móviles

América Central/El Salvador/31-01-2021/Autora:  Magdalena Reyes/Fuente: www.elsalvador.com

El limitado acceso a computadoras y a la red de internet ha causado un bache en el nivel educativo del país, refleja encuesta.

Pese a la suspensión de las clases presenciales debido a la pandemia de COVID-19, en el Área Metropolitana de San Salvador el 93 % de las personas continúo estudiando y de ellas el 73 % lo hizo desde un teléfono inteligente, reveló la encuesta realizada por el movimiento ¿Cómo vamos?, citada por Fusades.

Pedro Argumedo, investigador del departamento de Estudios Económicos de Fusades, señaló que la calidad de la educación se debilitó, debido a las dificultades que tuvieron los estudiantes para recibir sus clases y enviar tareas, ya que muchos tuvieron que hacerlo a través de un celular y a eso suma el problema para la mitad de los hogares donde el teléfono se compartía para conectarse.

Esa limitación incidió en que el 63 % de los consultados concluyera que no había aprendido lo suficiente, en comparación con tiempos normales.

“Tenemos un bache ahí en cuanto a la calidad de la educación para 2020 y lo vamos a tener que recuperar en los próximos años”, destacó Argumedo.

La baja en el aprendizaje pudo deberse a que el 45 % de los estudiantes compartía la computadora con otros integrantes del hogar y el 49 % compartía el teléfono.

El estudio señala que un problema relevante para incrementar el acceso a educación en línea de los hogares es la falta de ingresos, ya que solo 17 % de los entrevistados manifestaron que durante la cuarentena había realizado inversiones tecnológicas, de esos el 11 % para mejorar sus capacidades de estudio, el 4 % lo hizo solo por trabajo y para ambas actividades el 3%.

“El problema de acceso a la banda ancha se explica, en parte, por un problema de bajos ingresos de la población”, dice el estudio.

En el país la pobreza de los hogares fue 22.8 % a nivel nacional en 2019 y la pobreza multidimensional fue 28.7 %, en el departamento de la capital cayó a 16.6 %, pero fue más alta en el resto de los departamentos. También revela que en El Salvador más del 90% de los niños de hogares pobres no tienen acceso a internet, según datos de la CEPAL en 2020.

Argumedo menciona que lo medular es que los jóvenes deben tener una actitud más crítica y constructiva sobre los procesos de producción y de visión de futuro.

Según la encuesta del Foro Económico Mundial, la calidad educativa de El Salvador está por debajo de Panamá, Costa Rica y Guatemala, en el istmo.

“Su calidad educativa debe moverse y a enseñar a los jóvenes a un pensamiento más crítico, porque el pensamiento metódico va a ser sustituido por las computadoras, la inteligencia artificial y la automatización”, detalló.

Quedaron expuestas las necesidades

La pandemia incrementó la implementación de acciones, sin un plan todavía claro de la transformación digital en la educación, considerando que los alumnos y profesores pueden estar capacitados, pueden tener computadora o tablet, pero no hay claridad de cómo se resuelve el problema de la falta de ingresos para adquirir un paquete de Internet de alta velocidad en el hogar, o que los programas electrónicos garantizan el aprendizaje.

Fuente e Imagen: https://www.elsalvador.com/noticias/negocios/smartphones-educacion-virtual-escolares-desercion-escolar/800199/2021/

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Las nuevas tendencias tecnológicas que marcarán la década en Latinoamérica

Mundo/América Latina/05-01-2021/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

La paulatina implementación de la tecnología 5G, los vehículos autónomos en una infraestructura de inteligencia vial y la convivencia humana con robots marcarán en gran parte la próxima década tecnológica en Latinoamérica en una serie de avances sin precedentes.

El nuevo mundo inteligente de la nueva década estará impulsado por la rápida implementación de la tecnología 5G que facilitará la digitalización de la economía y de la vida de las personas con Brasil y México a la cabeza del nuevo desarrollo tecnológico en Latinoamérica, según predice el reporte «Visión Industrial Global» elaborado por la empresa Huawei.

Parte de la clave del nuevo mundo inteligente de la próxima década reside en la rapidez de la implementación de 5G con conexiones masivas y gran ancho de banda que permitirán vehículos autónomos y la infraestructura de red conectada a la inteligencia artificial.

«Se proyecta que en 2023 la red 5G alcanzará aproximadamente el 39% de la población mundial con 3.050 millones de personas. Para 2024, se estima que 3.600 millones utilizarán la red», explica Guillermo Solomon, director de Transformación para Latinoamérica de Huawei .

La implementación de la tecnología de 5G con conexiones masivas y gran ancho de banda en sectores como el entretenimiento, los servicios médicos, la minería, los puertos y la industria permitirá grandes avance tecnológicos en los siguientes rubros:

Economía digital global

Con la economía simbiótica con la nube como núcleo se llegará a una economía digital global donde todo se comparte. Para 2025 todas las empresas del mundo utilizarán tecnologías de la nube y un 85 % de las aplicaciones comerciales estarán basadas en la nube.

En 2025, según el reporte «Visión Industrial Global», el 90 % de las personas utilizarán asistentes personales en sus dispositivos inteligentes. La búsqueda del futuro cercano será inteligente, fluida y la información sin botones facilitará que los electrodomésticos, automóviles y dispositivos comiencen a hablar y a anticipar las búsquedas.

Calles a la medida

Los vehículos autónomos y la infraestructura de red conectada crearán un sistema de inteligencia vial con carriles virtuales de emergencia para el transporte privado y público. Las congestiones de tráfico en las grandes ciudades irán paulatinamente bajando hasta generarse una experiencia de viajes más rápida, segura y fluida gracias a las redes digitales dinámicas.

De esta manera hacia 2025 el 15 por ciento de los vehículos estarán integrados en una tecnología de redes celulares, mientras que el 20 por ciento de las grandes empresas se beneficiarán de la computación cuántica.

Trabajar y vivir con robots

En 2025 habrá una media de 103 robots trabajando por cada 10.000 empleados de manufactura. Precisos, incansables y siempre disponibles, los robots realizarán las tareas más mundanas, repetitivas, peligrosas y de alta precisión.

Se trabajará y vivirá, por tanto, con los robots en todos los ámbitos no solo en los sectores industriales. En 2025, por ejemplo, las residencias de ancianos de las naciones del G8 tendrán un promedio de 10 robots enfermeros y más de un 14 % de las familias tendrán un robot doméstico e inteligente en el hogar. Habrá, además de robots enfermeros, robots biónicos, de compañía y mayordomos.

Supervista

Otra de las tendencias es la llamada «supervista» que permitirá ver las cosas como nunca antes se había hecho en el trabajo o en el juego o el aprendizaje gracias a la fusión de las tecnologías de inteligencia artificial, 5G y otras.

Las empresas personalizarán los productos para cada consumidor y podrán fin a las barreras del idioma por la revolución de conectividad extrema ya que las empresas utilizarán el 86 % de los datos que generan de los 100.000 millones de dispositivos conectados que estarán en uso en 2025.

Gobierno digital global

La última tendencia es la de un gobierno digital global estandarizado para proteger los activos digitales del mundo sin el cual se pueden dar situaciones caóticas. Los avances en tecnología digital deben equilibrarse con los estándares y principios de datos compartidos para el uso de esos datos.

«En los últimos meses se ha demostrado que la colaboración global es fundamental para vencer con éxito al virus, sin importar si se trata de un sector médico o de comunicaciones», aseguró el presidente rotatorio de Huawei, Guo Ping, en un fórum de la GSMA, la asociación de empresas que representa los interés de los operadores de redes de celulares..

«La participación proactiva, las consultas extensas y el compromiso inclusivo de proveedores globales, institutos de investigación y asociaciones industriales facilitarán mejor el desarrollo de estándares tecnológicos al tiempo que promueven el desarrollo sostenible de las industrias y la economía global en general», aseguró Guo.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102337111/las-nuevas-tendencias-tecnologicas-que-marcaran-la-decada-en-latinoamerica

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Sobre el mito de la inteligencia artificial y el futuro que no vendrá

Fuentes: La paradoja de Jevons [Un dibujo del siglo XIII de una grúa de tracción humana].

Según un informe del Ministerio de Igualdad, menos del 25% del personal investigador en IA son mujeres. De hecho, los hombres representan un 88% de las personas que participan en el diseño y desarrollo de IA. Pero aún no existe un estudio que analice la interseccionalidad en este campo —¿cuántas mujeres gitanas trabajan diseñando algoritmos?—.

En marzo el gobierno de Aragón anunció el lanzamiento de un canal de Telegram para resolver dudas sobre el coronavirus. El canal incorporaba un chatbot, es decir, un algoritmo de inteligencia artificial (IA) programado para interactuar en una conversación. De esta manera —argumentaba el gobierno local—se liberarían líneas telefónicas de atención a la ciudadanía, colapsadas en aquel entonces por el desconocimiento y miedo generalizado del inicio de la pandemia. Escépticas, por las limitaciones que la IA realmente tiene, nos pusimos a conversar con este bot.

Paradoja de Jevons: – Tengo fiebre.

COVID19AragonBot: – Los síntomas más comunes de la COVID-19 son 🤒fiebre, cansancio y tos seca. […].

Paradoja de Jevons: – ¿Qué es la hidroxicloroquina?

COVID19AragonBot: – La verdad es que no te he entendido, intenta preguntarme por: ¿Qué hago con mi ropa cuando llego a casa? […].

Paradoja de Jevons: – Vaya, parece que el equipo desarrollador no ha tenido en cuenta una respuesta ante uno de los fármacos más polémicos de la pandemia. Sigamos. Me encuentro sola.

COVID19AragonBot: – En mi opinión, tener ratos de soledad te ayuda a crecer.

Paradoja de Jevons: – Díselo a mi vecina del cuarto, 83 años, sin ningún familiar que se pueda hacer cargo de ella y en medio de esta pandemia, la cual los medios la bombardean cada día recordándole que es presa fácil para este virus.  Tiene suerte de que no sepa utilizar Telegram.

El lunes 30 de noviembre volvimos a probar la aplicación.

Paradoja de Jevons: ¿Qué es la hidroxicloroquina?

COVID19AragonBot: …

Paradoja de Jevons: Tengo fiebre.

COVID19AragonBot: …

Paradoja de Jevons: – Crónica de una muerte anunciada. Otro capítulo más en el libro de “Mitos de la inteligencia artificial”.

En los últimos años, hemos visto una gran cantidad de soluciones basadas en esta tecnología dispuestas a proclamarse salvadoras (en los casos más optimistas) o facilitadoras (en los casos más realistas) de nuestro día a día. Este efecto tecnosolucionista se ha pronunciado durante la pandemia. IAs que dicen resolver dudas a la ciudadanía, que detectan coronavirus en imágenes de rayos X, que identifican si una persona lleva puesta la mascarilla o que detectan si el personal respeta la distancia de seguridad en sus puestos de trabajo. De hecho, un reciente artículo del MIT explica cómo “la IA se ha convertido en el juguete roto de la investigación científica”. En muchos casos, tanto gobiernos como medios de comunicación se sienten atraídos por estas soluciones tecnológicas inteligentes. Pero tal y como hemos visto en el ejemplo del chatbot, la IA está lejos de cambiar radicalmente nuestras vidas.

Entonces, ¿quién ha creado este mito?, ¿debemos temer a la IA?, ¿cuál es el futuro que no vendrá?

Todo mito tiene un inicio

En 1996, la empresa lBM creó DeepBlue, un algoritmo programado para jugar ajedrez. La compañía retó a Kasparov, considerado el mejor jugador de ajedrez de la época. El primer intento salió mal, pues Kasparov venció a la máquina. No obstante, un año más tarde la máquina venció al humano. Veinte años más tarde, la compañía DeepMind, la cual fue comprada posteriormente por Google, desarrolló AlphaGo, otro algoritmo entrenado para jugar al Go. Tal y como hizo IBM con Kasparov, DeepMind invitó a Lee Sedol, considerado uno de los mejores jugadores del momento. ¿El resultado? AlphaGo venció a Sedol en cuatro de las cinco partidas. Más allá de las diferencias técnicas entre DeepBlue y AlphaGo, en ambos casos la prensa se hizo eco del hito histórico que supuso. La IA batiendo al humano a un juego inteligente. Fue así como, poco a poco, grandes corporaciones, universidades y gobiernos fueron introduciendo el concepto en sus agendas.

A pesar del progreso remarcable que la IA ha traído en ciertos aspectos, muchas organizaciones se aprovechan de la confusión general que existe sobre este concepto, vendiendo proyectos basados en esta tecnología cuando realmente son solo marketing.

Hoy en día, el mito se ha ido propagando aún más debido al proceso de datificación en el que estamos sumergidas. Uno de los talones de Aquiles de la IA es que se alimenta de datos para ser “inteligente”. Necesita datos para aprender y encontrar patrones en ellos a la vez que consume una ingente cantidad de recursos energéticos al requerir, también, de mucha potencia de cálculo. En el caso del chatbot del Gobierno de Aragón, el sistema necesita un conjunto de reglas diseñadas por la programadora para saber qué contestar al interactuar con una persona. En lenguaje de programación esto se traduce a un conjunto de condicionales, tales cómo: “Si aparece el concepto “fiebre”, entonces responde con este texto de los síntomas comunes del coronavirus”. A pesar de que los chatbots ofrecen ventajas veneradas por el dogma económico imperante (disponibilidad 24/7, reducción de mano de obra, etc.), sus desventajas son mucho más limitantes como hemos demostrado al inicio de este artículo.

Entonces, ¿son estos algoritmos tan inteligentes como se cree? ¿Es realmente la inteligencia artificial, inteligente?

¿Qué tipo de inteligencia tiene la inteligencia artificial?

La palabra “inteligencia” proviene del verbo en latín intellegere que significa comprender o percibir. No existe en la academia un consenso a la hora de definir este concepto, ni de establecer cuántos tipos de inteligencia existen. En un reciente artículo publicado por Skynet Today, varios académicos del campo definen la IA como la ciencia de crear máquinas inteligentes. Pero, si no existe una definición general de inteligencia, ¿podemos tener una definición de inteligencia artificial? La respuesta es sí, pero esta poco tiene que ver con la inteligencia humana. Por ejemplo, el grupo de expertos de la Comisión Europea la define como:

“Sistema de software (y posiblemente también hardware) diseñados por humanos que, dado un objetivo complejo, actúan en una dimensión física o digital percibiendo el entorno mediante el análisis de datos, ya sean estructurados o no estructurados, razonando sobre el conocimiento, o procesando la información, derivada de estos datos y decidir la mejor o las mejores medidas a tomar para alcanzar el objetivo fijado. Los sistemas de IA pueden utilizar reglas simbólicas o aprender un modelo numérico, y también pueden adaptar su comportamiento analizando cómo el medio ambiente se ve afectado por sus acciones anteriores”.

Es decir, la IA se basa en un código informático que utiliza datos para analizarlos con técnicas puramente estadísticas y decide la mejor forma de realizar una tarea propuesta (ganar al ajedrez, detectar gatitos en imágenes, etc.). Además, también puede incluir una máquina física, ya sea en forma de robot, dron, automóvil, etc., la cual se alimenta del código y procesa sus órdenes. Una de las claves de la IA es la capacidad computacional que existe hoy en día para procesar datos. Y es esa capacidad la que hace que se hayan definido como inteligentes. En el caso del DeepBlue o AlphaGo, el código fue lo suficientemente inteligente para procesar gran cantidad de datos, realizar cálculos rápidamente y tomar el mejor movimiento en cada estado de la partida. Una tarea que al ser humano le resulta imposible. Y por ello, consideramos a lo artificial, inteligente.

Una de las claves de la IA es la capacidad computacional que existe hoy en día para procesar datos. Y es esa capacidad la que hace que se hayan definido como inteligentes.

Una de las grandes limitaciones de la IA es la generalización. Volviendo otra vez al caso del programa de ajedrez, si pusiéramos a jugar DeepBlue al Go no sabría por dónde empezar, pues las reglas del juego son totalmente diferentes. Y lo mismo si pusiéramos a jugar AlphaGo al ajedrez. De hecho, este efecto de falta de generalización también se demuestra en el Covid19AragonBot. Cuando le preguntamos qué es la hidroxicloroquina, no nos entiende y nos sugiere que le preguntemos otra pregunta la cuál seguramente formará parte de su conjunto de reglas o condicionales. Y hasta con tareas más asequibles, como distinguir un pájaro en una fotografía y encontrar un verbo en una frase. No existe aún un sistema inteligente que sea capaz de generalizar y resolver ambas tareas a la vez con gran precisión.

A pesar de lo lejos que nos encontramos de conseguir una IA generalizada, simplemente la idea teórica de que seremos capaces de construirla contribuye a su mito. No obstante, actualmente deberemos conformarnos con sistemas inteligentes que nos recomiendan la soledad para crecer en plena pandemia o confunden la cabeza de un árbitro con un balón.

El futuro que no vendrá

Pero que la IA confunda la cabeza de un árbitro con un balón no es el peor escenario distópico que se nos puede ocurrir. El problema que existe hoy en día con la IA y su mito reside en tres aspectos fundamentales: (1) el oligopolio de las big tech en el almacenamiento de datos y su consumo energético, (2) la poca diversidad que existe dentro de los equipos de investigación, y (3) la inyección de financiación en estrategias y proyectos de IA y la brecha digital.

Uno de los negocios más rentables de la última década es el almacenamiento en la nube. Este servicio consiste en ofrecer servidores que se encuentran en sitios remotos, a muy baja temperatura, para almacenar ingentes cantidades de datos. De hecho, se estima que Google, Amazon, Facebook y Microsoft almacenan un total de 1200 petabytes, es decir, algo más de 1200 millones de gigabytes. Y es que dentro de la comunidad tecnológica, pocas veces se cuestiona el consumo energético que esto supone. De hecho, se estima que el centro de datos utilizado para entrenar el algoritmo GPT-3, el famoso sistema que genera textos artificialmente, tiene un coste energético equivalente a un viaje de ida y vuelta a la Luna. Es más, se estima que su coste está entre 8,5 y 10 millones de euros. Un precio que pocas universidades públicas pueden permitirse. ¿Al servicio de quién estará la innovación en IA en los próximos años? Pero el problema no es solo la cantidad, también lo es el tipo de datos. Muchos gobiernos, y compañías privadas que ganan contratos públicos, utilizan servicios de estas big tech para almacenar sus datos. De hecho, Pedro Sánchez tuvo una reunión en 2019 con directivos de Amazon para contratar servicios de almacenamiento. Y es que Amazon tiene un departamento exclusivo para políticas públicas, en las que ofrecen no solo servicios de almacenamiento, también de inteligencia artificial y ciberseguridad. ¿Podemos entonces imaginarnos el futuro que no vendrá si estas big tech siguen haciendo su oligopolio más poderoso y hermético?

De hecho se estima que el centro de datos utilizado para entrenar el algoritmo GPT-3, el famoso sistema que genera textos artificialmente, tiene un coste energético equivalente a un viaje de ida y vuelta a la Luna.

Según un informe del Ministerio de Igualdad, menos del 25% del personal investigador en IA son mujeres. De hecho, los hombres representan un 88% de las personas que participan en el diseño y desarrollo de IA. Pero aún no existe un estudio que analice la interseccionalidad en este campo —¿cuántas mujeres gitanas trabajan diseñando algoritmos?—. Sasha Costanza-Chock muestra en su libro Design Justice un simple ejemplo del impacto que esta falta de diversidad tiene en nuestras vidas. Explica cómo las personas trans tienen mayor probabilidad de ser etiquetadas como peligrosas, al cruzar el sistema de seguridad de los aeropuertos estadounidenses. Al no tener un cuerpo normativo, el sistema detecta irregularidades, por lo que pasan a ser chequeadas por el personal de seguridad — con la consiguiente confusión que eso conlleva. Costanza-Chock argumenta que esto es debido al equipo de ingenieros que diseñaron la tecnología, el cual poco tuvieron en cuenta el colectivo trans y los cuerpos no normativos. La tecnología es política, y la mayoría de sistemas basados en IA reproducen desigualdades estructurales, pues están dominados por una mayoría masculina, blanca, cisgénero y capacitista.

Estas desigualdades, o sesgos, seguirán repitiéndose mientras se sigan omitiendo otras realidades y no se cuestione al servicio de quién están.

El gobierno de Pedro Sánchez ha anunciado esta misma semana la Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial. En un acto retransmitido por el canal de Moncloa, el presidente anunció la inyección de 600 millones de euros, entre el periodo 2021-2023, repartidos en 6 ejes estratégicos. Durante todo el evento se dió mucho énfasis a la relación entre IA y el mundo corporativo: “España como nación emprendedora”, “emprendimiento digital”, “desarrollo de métricas de éxito que conecten universidades con el sector privado”. Y este hecho se ve reflejado en el reparto del pastel: de los 600 millones, 400 serán destinados a los ejes de investigación y tejido empresarial. Tan solo 8 millones serán destinados establecer un marco ético y normativo que refuerce derechos y libertades, el cual debería convertirse en un eje vertebral. A pesar de esta inyección de financiación, ¿cómo podemos pensar en implementar una estrategia nacional de IA, si aún tenemos que reducir la brecha digital y asentar las bases de la digitalización? Por ejemplo, el sistema de cita previa online del SEPE ha colapsado varias veces este año debido a la cantidad de personas en ERTE entrando al sistema. La página web de la Generalitat también colapsó hace unas semanas, después de anunciar la ayuda de 2000 euros para autónomos con bajos ingresos. En cuanto a la brecha digital, parte de la España vaciada sigue aún sin conexión a Internet y aún existen barrios de ciudades como Granada con cortes de luz.

A pesar de esta inyección de financiación, ¿cómo podemos pensar en implementar una estrategia nacional de IA, si aún tenemos que reducir la brecha digital y asentar las bases de la digitalización?

A puertas de empezar el nuevo año 2021, y lejos de ver el fin de esta pandemia, gobiernos, corporaciones y universidades seguirán anunciando a bombo y platillo tecnologías basadas en IA para combatir la COVID-19, y así inyectar un poco de optimismo en los ya desgastados ánimos de la población. Esto lo podemos ver claramente en el documento de la Estrategia Nacional que comentábamos anteriormente. En el Apéndice 2, el gobierno analiza el papel de la IA en esta pandemia de la siguiente forma:

La Inteligencia Artificial está jugando un importante papel en la respuesta a la crisis. Se está aplicando para poner a punto nuevos tratamientos y vacunas, para analizar diversas versiones del genoma del virus y caracterizar la respuesta del sistema inmunitario […] Se han desarrollado múltiples apps para teléfonos inteligentes que puedan servir para minimizar el contacto humano, apoyar el autodiagnóstico y detectar exposiciones con riesgo de contacto”.

Puede que algunas de ellas lleguen a implementarse y realmente supongan un avance científico y tecnológico. De hecho, la misma empresa de AlphaGo, DeepMind, presentó recientemente un modelo basado en IA capaz de predecir la estructuras proteicas con gran precisión. Esto podría ayudar a entender mejor el comportamiento de estas moléculas y desarrollar nuevos medicamentos. No obstante, DeepMind aún no ha publicado su código, y es que pocos estudios realizados por estas empresas privadas comparten la información para que otras investigadoras puedan replicar y validar los experimentos. Además, también tendremos que poner en cuestión el consumo energético que ello supondrá, pues como en el caso del algoritmo GPT-3, el modelo fue entrenado con procesadores de alto impacto medioambiental.

No obstante, la gran mayoría de ellas se quedarán en el tintero, como el chatbot del Gobierno de Aragón, y habrán supuesto otra inyección de dinero público a fondo perdido. Para evitarlo, tenemos que empezar a construir una masa social crítica que sepa discernir entre mito y realidad. Construir equipos diversos que se nieguen a diseñar cortinas de humo, con una moralidad sólida. Democratizar la IA. Crear un cuerpo independiente que audite algoritmos. Acompañar a personas afectadas por sistemas automáticos con herramientas legales para denunciar discriminaciones y vulneraciones. Cuestionar aplicaciones que supongan un enorme gasto energético. Acortar la brecha digital. Si esto no sucede en un futuro cercano, todo habrá servido para mantenernos entretenidas, mientras la élite siga recortando en derechos e inversión pública, a la misma vez que invirtiendo en cortinas de humo tecnológicas de aire emprendedor. La IA ha venido para quedarse, y la mayoría de sus aplicaciones estarán dirigidas a servir a dichas élites, saltándose el cumplimiento de los derechos humanos y la justicia social.

Lo estamos ya viviendo con los sistemas desarrollados en fronteras europeas y en campos de refugiados. Lo hemos vivido también con el reciente despido de Timnit Gebru, referente mundial en ética y IA, Google la ha despachado por cuestionar el consumo energético y las implicaciones éticas de una de sus herramientas.

Muchas maldecirán la IA y sus algoritmos, pero pocas verán que los verdaderos responsables son los de siempre. Bienvenidas al futuro que no nos espera.

La paradoja de Jevons. Un blog sobre ciencia y poder.
Ana Valdivia – Investigadora en King’s College London (Security Flows Project)

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/paradoja-jevons-ciencia-poder/sobre-el-mito-de-la-inteligencia-artificial-y-el-futuro-que-no-vendra

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Pilas: la inteligencia artificial acabará con esta lista de profesiones. Mundo

Mundo/29-11-2020/Autor(a) y Fuente: www.publimetro.co

Si usted estudió alguna de estas carreras, es mejor que vaya pensando en otra posibilidad. La inteligencia artificial acabará con esta lista de profesiones.

Un estudio revelado por El Tiempo muestra que en un futuro cercano algunos algunos campos laborales dejarán de existir.

Esto será debido al avance en la tecnología, la automatización y la implementación de robots.

Inteligencia artificial acabará con esta lista de profesiones

La investigación la realizó el metabuscador de empleo Jobatus y en esta descubrió cinco trabajos que desaparecerán.

Por lo que, si usted ejerce uno de estos oficios, piense de qué forma puede cambiarlo o mejorarlo.

Estos son:

Fotógrafos de bancos de imágenes:

Según el estudio, la inteligencia artificial ya puede proveer (en un menor tiempo) la fotografía que se desee.

Así que, los bancos de imágenes pasarán a un segundo plano y, con esto, sus fotógrafos.

Conductores de vehículos:

Si creía que esta era una labor que solo podían hacer los humanos, la tecnología nos ha demostrado que no.

Ahora los carros autónomos son una realidad y en un corto plazo será cada vez más común que no se necesite a una persona al volante. «Más aún con el desarrollo de las redes 5G, que dan un mayor soporte a esta tecnología», se lee en El Tiempo.

Periodistas:

Sí, nuestra profesión es una de las que desaparecerá dentro de poco. Esto se debe al desarrollo del machine learning, por medio de la inteligencia artificial.

Ahora con solo un titular y varios datos claves una máquina puede redactar el resto del hecho noticioso. ¡Y sin errores!

Para la fortuna del gremio, la inteligencia artificial aún no puede realizar investigaciones periodísticas ni hacer reportería.

Técnico de diagnóstico por imagen:

Una máquina ya podría estudiar una imagen, fotografías o exámenes, por lo que un técnico que se dedique a este trabajo no sería necesario.

Diseñadores web:

Varios portales de internet nos han demostrado que la inteligencia artificial permitirá crear todo un diseño web desde cero.

Fuente e Imagen: https://www.publimetro.co/co/noticias/2020/11/27/la-inteligencia-artificial-acabara-con-esta-lista-de-profesiones.html

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