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El principio de autodestrucción y el combate contra la Covid-19

Por: Leonardo Boff

 

Desde que se lanzaron dos bombas atómicas primarias en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki, la humanidad ha creado para sí una pesadilla de la que no ha podido liberarse. Por el contrario, se ha transformado en una realidad que amenaza la vida sobre este planeta y la destrucción de gran parte del sistema-vida. Se han creado armas nucleares mucho más destructivas, químicas y biológicas que pueden acabar con nuestra civilización y afectan profundamente a la Tierra viva.

Aún peor, hemos diseñado la inteligencia artificial autónoma. Con su algoritmo, que combina miles de millones de informaciones recogidas en todos los países, puede tomar decisiones sin que nosotros lo sepamos. Eventualmente, puede, en una combinación enloquecida, penetrar en los arsenales de armas nucleares o en otros de igual o mayor poder letal y lanzar una guerra total de destrucción de todo lo que existe, incluso de sí misma. Es el principio de autodestrucción. Es decir, está en manos del ser humano poner fin a la vida visible que conocemos (ella es sólo el 5%, el 95% son vidas microscópicas invisibles).

Debemos enseñorearnos de la muerte. Ella puede ocurrir en cualquier momento. Se ha creado ya una expresión para nombrar esta fase nueva de la historia humana, una verdadera era geológica: el «antropoceno», es decir, el ser humano como la gran amenaza al sistema-vida y al sistema-Tierra. El ser humano es el gran satán de la Tierra, que puede diezmar, como un anticristo, a sí mismo y a los otros, a sus semejantes, y liquidar los fundamentos que sostienen la vida.

La intensidad del proceso letal es tan grande que ya se habla de la era del «necroceno», es decir, la era de la producción en masa de la muerte. Ya estamos dentro de la sexta extinción masiva. Ahora se ha acelerado irrevocablemente, dada la voluntad de dominación de la naturaleza y de sus mecanismos de agresión directa a la vida y a Gaia, la Tierra viva, en función de un crecimiento ilimitado, de una acumulación absurda de bienes materiales hasta el punto de crear la sobrecarga de la Tierra.

En otras palabras, hemos llegado a un punto en el que la Tierra no consigue reponer los bienes y servicios naturales que le fueron extraídos y comienza a mostrar un proceso avanzado de degeneración a través de tsunamis, tifones, descongelación delos casquetes polares y del permafrost, sequías prolongadas, tormentas de nieve aterradoras y la aparición de bacterias y virus difíciles de controlar. Algunos de ellos como el coronavirus actual pueden llevar a la muerte a millones de personas.

Tales eventos son reacciones y puede que sean represalias de la Tierra ante la guerra que realizamos contra ella en todos los frentes. Esa muerte en masa ocurre en la naturaleza, millares de especies vivas desaparecen definitivamente cada año, y en las sociedades humanas, donde millones pasan hambre sed y toda suerte de enfermedades mortales.

Crece cada vez más la percepción general de que la situación de la humanidad no es sostenible. De continuar con esta lógica perversa se va a construir un camino que lleva a nuestra propia sepultura. Demos un ejemplo: en Brasil vivimos bajo la dictadura de la economía ultra neoliberal, con una política de extrema derecha, violenta y cruel para las grandes mayorías pobres.

Perplejos, hemos visto las maldades que se han hecho, anulando los derechos de los trabajadores e internacionalizando riquezas nacionales que sostienen nuestra soberanía como pueblo.

Los que en 2016 dieron en Brasil un golpe contra la presidenta Dilma Rousseff aceptaron la recolonización del país, convertido ahora en vasallo del poder dominante, Estados Unidos, condenado a ser sólo un exportador de commodities y un aliado menor y subordinado del proyecto imperial.

Lo que se está haciendo en Europa contra los refugiados, rechazando su presencia en Italia e Inglaterra y peor aún en Hungría y en la muy católica Polonia, alcanza niveles de inhumanidad de gran crueldad. Las medidas del presidente de Estados Unidos, Trump, arrancando a los hijos de sus padres inmigrantes y colocándolos en jaulas, denotan barbarie y ausencia de todo sentido humanitario.

Ya se ha dicho: “ningún ser humano es una isla… no preguntes por quién doblan las campanas. Doblan por ti, por mí, por toda la humanidad“. Si grandes son las tinieblas que abaten nuestros espíritus, aún mayores son nuestras ansias de luz. No dejemos que la demencia antes mencionada tenga la última palabra.

La palabra mayor y última que grita en nosotros y nos une a toda la humanidad es de solidaridad y compasión por las víctimas, es por paz y sensatez en las relaciones entre los pueblos. Las tragedias nos dan la dimensión de la inhumanidad de la que somos capaces, pero también dejan surgir lo verdaderamente humano que habita en nosotros, más allá de las diferencias de etnia, ideología y religión. Lo humano en nosotros hace que nos cuidemos juntos, nos solidaricemos juntos, lloremos juntos, nos enjuguemos las lágrimas juntos, recemos juntos, busquemos juntos la justicia social mundial, construyamos juntos la paz y renunciemos juntos a la venganza y a todo tipo de violencia y guerra.

La sabiduría de los pueblos y la voz de nuestros corazones lo confirman: no es un estado convertido en terrorista, como Estados Unidos bajo el presidente estadounidense Bush, el que vencerá el terrorismo. Ni el odio a los inmigrantes latinos, difundido por Trump, el que traerá la paz. El diálogo incansable, la negociación abierta y el trato justo eliminan las bases de cualquier terrorismo y fundan la paz. Las tragedias que nos golpearon en lo más hondo de nuestros corazones, particularmente la pandemia viral que ha afectado a todo el planeta, nos invita a repensar los fundamentos de la convivencia humana en la nueva fase planetaria, y cómo cuidar la Casa Común, la Tierra, como pide el Papa Francisco en su encíclica sobre ecología integral “sobre el cuidado de la Casa Común” (2015).

El tiempo apremia. Y esta vez no hay un plan B que pueda salvarnos. Tenemos que salvarnos todos, pues formamos una comunidad de destino Tierra-Humanidad. Para eso necesitamos abolir la palabra «enemigo». El miedo crea al enemigo. Exorcizamos miedo cuando hacemos del distante un próximo y del próximo, un hermano y una hermana. Alejamos el miedo y al enemigo cuando comenzamos a dialogar, a conocernos, a aceptarnos, a respetarnos, a amarnos, en una palabra, a cuidarnos.

Cuidar nuestras formas de convivir en paz, solidaridad y justicia; cuidar nuestro medio ambiente para que sea un ambiente completo, sin destruir los hábitats de los virus que provienen de animales o de los arborovirus que se sitúan en los bosques, un ambiente en el que sea posible el reconocimiento del valor intrínseco de cada ser; cuidar de nuestra querida y generosa Madre Tierra.

Si nos cuidamos como hermanos y hermanas, las causas del miedo desaparecen. Nadie necesita amenazar a nadie. Podemos caminar de noche por nuestras calles sin miedo a ser asaltados y robados. Este cuidado solo será efectivo si viene acompañado de la justicia necesaria para satisfacer las necesidades de los más vulnerables, si el Estado está presente con medidas sanitarias (lo importante que fue el SUS frente a la Covid-19), con escuelas, con seguridad y con espacios de convivencia, cultura y ocio.

Sólo así disfrutaremos de una paz posible de ser alcanzada cuando hay un mínimo de buena voluntad general y un sentido de solidaridad y benevolencia en las relaciones humanas. Ese es el deseo inquebrantable de la mayoría de los humanos. Esta es la lección que la intrusión de la Covid-19 en nosotros nos está dando y que tenemos que incorporar en nuestros hábitos en los tiempos pos-coronavirus.

Fuente: http://www.servicioskoinonia.org/boff/articulo.php?num=996

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‘Big data’, robótica o inteligencia artificial: llega la FP 4.0 con empleo «absoluto» y buen salario

Por: Marta Aguirre Gomez Corta. 

 

  • Big Data, Robótica o Inteligencia Artificial son algunas de las titulaciones adaptadas a la  demanda del mercado actual

  • El desempleo juvenil en España se sitúa en torno al 35%, mientras que entre los titulados de FP, en un 7,35%

Son las ofertas más potentes de FP que trae consigo el nuevo plan del Gobierno en estos estudios: las nuevas titulaciones ligadas a la industria 4.0. Big data, robótica o inteligencia artificial. Una formación adaptada milimétricamente a la demanda el mercado, a lo que buscan ahora las empresas, con una empleabilidad «absoluta».

Tal es la demanda de este tipo de trabajadores que la propia secretaria general de Formación Profesional, Clara Sanz, reconoce que en muchas ocasiones tienen que negociar con las empresas de esos sectores para que no contraten a estos estudiantes de FP antes de obtener el título. «La mayor parte de las profesiones del futuro tendrán que ver la con la digitalización. Estamos ante una FP que realmente responde a los perfiles y a las cualificaciones que la economía necesita», asegura Sanz.

El atractivo de estas titulaciones hace que su recorrido salarial y proyección sea mayor que cualquier otra. «Disponen de las herramientas necesaria para tener un itinerario profesional excelente«, reconoce la secretaria general de Formación Profesional.

Este curso 2020-2021 ya podrán cursarse Fabricación Inteligente, Digitalización del mantenimiento industrial, Ciberseguridad en entornos de producción, Ciberseguridad en entornos de la tecnología de la información, Telecomunicaciones ferroviarias y videojuegos. Y para el curso que viene, 2021-2022, estarán listos: Fabricación aditiva, Implementaciones de infraestructuras 5-G, Materiales compuestos, Inteligencia artificial y Big Data, Vehículos eléctricos, Instalacion y mantenimiento de infraestructuras eléctricas o BIM (información y modelaje de edificios).

La mayoría de ellas no son titulaciones de FP en sí, sino cursos de especialización para aquellas personas que ya han estudiado un grado medio o superior de FP y quieren especializarse en estas cuestiones. Su duración es inferior a un curso.

«Todas ellas han sido diseñadas de la mano de la empresas punteras en cada una de los sectores para que la formación esté muy ajustada a lo que el mercado requiere en este momento», asegura la secretaria general de Formación Profesional.

El nuevo plan FP, dotado con casi 1.500 millones de euros, contempla la creación de 200.000 nuevas plazas en cuatro años de todas las familias que tengan «empleabilidad». El desempleo juvenil en España se sitúa en torno al 35% mientras que entre los titulados de FP, en un 7,35%.

Más allá de los títulos 4.0, el nuevo plan de FP recoge la incorporación de un módulo formativo de digitalización aplicada a cada sector productivo para todos los títulos del catálogo de Formación Profesional. «La digitalización se impone en todos los procesos productivos, incluso los más alejados de la digitalización están siendo modificados por ésta. Por ejemplo, en la agricultura extensiva, con la utilización de drones, los futuros profesionales de estos sectores también tendrán que saber de digitalización. En todos los títulos del catálogo FP incorporaremos una asignatura de digitalización aplicada al sector productivo para que cualquier técnico de FP, de cualquier título, tenga una cierta formación digital», explica Clara Sanz. Y añade: «Nada tiene que ver un mecánico actual con la imagen que tenemos del clásico con el mono azul manchado de grasa. Ahora se utilizan máquinas súper especializadas en todos los sectores productivos».

En España, el 25% de los empleos están ocupado por personas con una cualificación intermedia. El objetivo europeo es que este porcentaje sea del 50% en 2025 en todos los países. Quizás sea este el momento de dar el empujón definitivo a la FP, unos estudios que en España nunca han terminado de arrancar a diferencia de países como Francia, Alemania, Luxemburgo o Suiza. «El problema en España se ha debido a la historia educativa en nuestro país, a la posguerra. Siempre se ha asociado el éxito social con llegar a la Universidad. Pero esta percepción es anticuada», explica Sanz, convencida de que este última «espaldarazo» del Gobierno a la FP será clave para el crecimiento económico de nuestro país.

Fuente de la reseña: https://www.niusdiario.es/sociedad/educacion/llega-fp-4-0-empleabilidad-absoluta-buen-salario_18_2983845190.html

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Mundo: Inteligencia artificial: un recurso didáctico de UNIR para mejorar la experiencia y cercanía educativa

Mundo/12-05-2020/Autor(a) y Fuente: lahora.com.ec

La Universidad Internacional de La Rioja ya cuenta con seis programas de estudio en los que aplica esta tecnología disruptiva. Entre otros beneficios para los estudiantes, permite que realicen prácticas mediante laboratorios virtuales y simuladores con maquinaria real.

La inteligencia artificial no es tangible, pero nos rodea en espacios cotidianos. Lo vemos al entrar en una página de comercio on-line o en actividades de entretenimiento y ocio. En estos espacios, la inteligencia artificial es capaz de observar y aprender sobre nuestros gustos y hábitos de compra. Después, sin que nos demos cuenta, permite recomendar aquello que nos pueda interesar.

“Tiene tantas aplicaciones, en tantos sitios, que cada vez nos rodea más; prácticamente todos los procesos digitales se pueden mejorar o aumentar mediante inteligencia artificial”, dice Pablo Moreno Ger, Director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de Universidad Internaciones de La Rioja (UNIR).

Basados en la premisa de que la inteligencia artificial permite mejorar procesos y acercar a las personas, desde 2014, la UNIR ha comenzado a implementar esta tecnología disruptiva en diversos programas de titulación que abarcan ingenierías y ciencias de la salud.

“Con la inteligencia artificial, el estudiante tiene una experiencia práctica de uso de laboratorios y de maquinaria. La tecnología nos permite impartir una docencia de calidad en nuevas áreas”, Pablo Moreno Ger, Director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de UNIR.

Laboratorios virtuales y simuladores

Moreno Ger explica que la UNIR ha introducido varios conceptos innovadores. Los laboratorios remotos (que se controlan a distancia) y los aparatos simulados y maquinaria (que se manejan a través de realidad virtual) son dos de los más destacados.

También se aplican en el área de ciencias de la salud: los laboratorios virtuales y simuladores permiten aprender técnicas que tienen que ver con control remoto de maquinaria médica que realiza tareas como ultrasonidos y monitoreo de pacientes.

En las asignaturas de ingeniería, es posible aprender sobre máquinas de resistencias estructurales, o experimentar con conceptos de física que se ponen a prueba con maquinaria ubicada en un laboratorio a la distancia. “En lugar de obligar al alumno a ir al laboratorio, se lo puede hacer desde un simulador”, explica Moreno Ger.

¿Cómo se logra?

La tecnología de tres dimensiones (3D) permite que los alumnos ingresen a un laboratorio virtual y aprendan a manejar maquinaria de forma simulada. Además, existe otra categoría que hace posible controlar de manera remota una máquina real “que está ahí, o acepta un paciente, o cuyo trabajo es industrial y el alumno actúa de forma real con el aparato”, agrega Moreno.

Esta tecnología, señala el experto, ha permitido que UNIR amplíe su oferta académica. Al ser una universidad en línea, no resultaba factible tener carreras que exigiesen la presencia física para, por ejemplo, manipular determinadas maquinarias. Sin embargo, la realidad virtual ha hecho que esto sea posible.

Conexión y experiencia

Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) no son únicamente aplicables a las áreas antes mencionadas, sino que ayudan a mejorar la calidad y calidez educativa que un estudiante necesita.

Los programas cortos tienen una duración de cuatro meses.Moreno explica que, mediante avatares (identidad virtual que representa a los estudiantes en el sitio web), los alumnos de UNIR pueden interactuar unos con otros en un campus virtual compuesto por edificios y aulas. Es decir, se crean -virtualmente- espacios de conexión para la comunidad universitaria.

“La inteligencia artificial es una pieza clave. En UNIR somos conscientes de que no vale solamente con contarle al alumno los contenidos; sino que el alumno tiene que tener una serie de experiencias para poder aprender”, Pablo Moreno Ger, Director de la Escuela Superior de Ingeniería y Tecnología (ESIT) de UNIR.

Seis programas de inteligencia artificial

Actualmente, UNIR cuenta ya con seis programas donde se aplican la realidad virtual, la realidad aumentada y otras tecnologías disruptivas. Estos no han sido preparados únicamente para quienes diseñan estas tecnologías, sino también para quienes tienen un enfoque empresarial:

1.- Máster Universitario en Inteligencia Artificial:

Es el programa ‘madre’ de las titulaciones de este tipo. Es un posgrado de 60 créditos que se cursa en un año, donde se aprende la inteligencia artificial en distintas áreas. Este perfil profesional es cada vez más demandado en el sector empresarial.

2. Máster en análisis y visualización de Datos Masivos:

También está muy vinculado al área de la inteligencia artificial, pero centrado en el Big Data. Ofrece formación como experto en el ámbito de la comunicación digital y la visualización de datos. Es una disciplina que cada vez adquiere mayor importancia en medios de comunicación, agencias y organizaciones de todo tipo.
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3. Programa corto de Inteligencia Artificial:

Está acoplado al área ejecutiva, y dirigido a quienes gestionarán equipos que desarrollen la inteligencia artificial.

4. Inteligencia de Negocio:

Se adapta a un público menos técnico. Está orientado a la toma de decisiones empresariales de estudiantes que pertenecen al área de ciencias empresariales.

5. Programa en Big Data ‘for Business’:

Proporciona enseñanza sobre los principales elementos de digitalización y monetización del negocio, trabajando con datos y los algoritmos.

6. Realidad Aumentada y Virtual:

Entrena a los alumnos en temas referentes a avatares, la conexión interpersonal y cómo trasladar los métodos de interacción de un contexto a otro.

Además, evita la deserción

Implementar nuevas tecnologías es clave en la educación a distancia. Cuando la formación es presencial, solo mirando a los estudiantes es posible saber si se están comprendiendo o no. De manera virtual, esto no resulta tan sencillo.

UNIR se apoya en la inteligencia artificial para saber qué alumnos necesitan más apoyo. “Me permite levantar alertas para saber qué alumno necesita más atención por parte del docente, y quiénes pueden tener mayores dificultades durante el curso”, dice Moreno Ger. “La inteligencia artificial puede detectar que al llegar a ‘X’ tema, el ritmo de estudio baja”, agrega.

Todas estas tecnologías ayudan al docente a centrar mejor sus esfuerzos en impactar positivamente a sus alumnos.

Fuente e Imagen: https://lahora.com.ec/quito/noticia/1102322192/inteligencia-artificial-un-recurso-didactico-de-unir-para-mejorar-la-experiencia-y-cercania-educativa-

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El capitalismo de la vigilancia

Por: Carlos Fazio

Difuminada en la coyuntura por el apocalipsis mediático desatado por las élites plutocráticas y los poderes fácticos de Estados Unidos a raíz de la irrupción del Covid-19, la guerra comercial y financiera entre los gobiernos de Donald Trump y Xi Jinping profundizará en la pospandemia la carrera por la hegemonía, en momentos en que, parafraseando a Clausewitz, la tecnología es la continuación de la política por otros medios.

En 2016, un informe de Barack Obama sobre el futuro de la inteligencia artificial (IA) reconocía que su sucesor gobernaría un país que está siendo transformado por la IA. Aunque Trump abandonó parcialmente esa visión, Estados Unidos sigue siendo líder en IA gracias a las compañías líderes de la digitalización conocidas mediante el acrónimo Gafa (Google, Apple, Facebook, Amazon), pero el punto de quiebre se está volviendo el control de acceso a datos, ya que las principales plataformas someten a sus usuarios a procesos de supervisión no estandarizados y desfasados con la velocidad de la IA.

Los ingenieros de la IA necesitan datos (materia prima) para crear sus algoritmos y/o perfeccionarlos. Y si bien EU es el país que ha recolectado más datos, a partir del 13 Plan Quinquenal de Informatización Nacional (2016-20) de Xi Jinping, China ha aumentado de manera exponencial sus capacidades a través del Internet de las cosas, el aprendizaje automático y del número de usuarios de sus empresas innovadoras apoyadas por las nuevas tecnologías ( startups).

El gobierno chino ha hecho fuertes inversiones en investigación y desarrollo, subsidia la industria de los chips de procesamiento y tiene una regulación más laxa en tecnologías de automatización y recolección masiva de datos. Así surgieron conglomerados privados de Internet comercial como Baidu, Alibaba y Tencent (conocidos bajo el acrónimo Bat), que de cara a la carrera por la IA han alcanzado tecnológicamente a las corporaciones estadunidenses del sector.

Y al igual que ocurrió en sus orígenes con las Gafa del Silicon Valley, pioneras del capitalismo digital gracias a los programas de inversión militar keynesianos, que después del 11 de septiembre de 2001 −en conexión con el Estado de seguridad nacional de la administración Bush hijo− desarrollaron el enorme aparato de vigilancia y control estatal revelado en 2013 por el ex contratista de la CIA y la NSA Edward Snowden, el apoyo del gobierno chino ha sido clave en el desarrollo de Baidu como la plataforma base de IA para vehículos autónomos, Alibaba para ciudades inteligentes y Tencent para cuidados de la salud.

Alibaba, considerada el Amazon chino, desarrolló un sistema de puntajes de crédito social privado, que se propone recopilar y almacenar todos los rastros que los usuarios dejan en Internet y regular el comportamiento de cada persona sobre acceso al crédito, a la educación formal y al mercado de trabajo, incluido el uso de líneas aéreas comerciales y trenes de alta velocidad. La empresa implementó el proyecto City Brain (cerebro de la ciudad) para conectar a través de un software mapas, cámaras de vigilancia, sensores, datos del gobierno e información compartida en redes sociales, que procesan algoritmos de IA en superordenadores que sirven de alimento para la planeación urbana y la gestión de tráfico en ciudades como Hangzhou y Macau.

La cooperación de Baidu con las autoridades chinas también gira en torno del control de datos y la ciberseguridad. La corporación ha equipado puntos neurálgicos del espacio público con cámaras que cuentan con un sofisticado software de reconocimiento facial que también puede identificar personas encapuchadas por su forma de caminar. Tencent, la tercera integrante del Bat también explota patentes de reconocimiento facial y videovigilancia. Ergo, el capitalismo de la vigilancia.

En la pospandemia del Covid-19, la guerra fría política, comercial y tecnológica entre EU y China se calentará. Después de que Trump lanzó su estrategia de decoupling (desconexión) para contener el crecimiento económico de China, Xi llamó a poner énfasis en el desarrollo del mercado interno, y no en las exportaciones. Aunque en el plano exterior, a través de Alibaba, el soft power chino aumentará su infraestructura ferrocarrilera, portuaria y digital (fibra óptica, antenas de telecomunicaciones, 5G) en su área de influencia: Vietnam, Tailandia y Singapur, y eventualmente Bangladesh y Pakistán. Aun en África.

Es en ese contexto que hay que ubicar los discursos de Xi del pasado 26 de mayo ante la Comisión Militar Central (la versión china del Pentágono) y de Trump en la academia militar de West Point, el 13 de junio. Xi ordenó a las fuerzas armadas pensar en el peor de los escenarios para salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo. Trump insinuó cambios doctrinarios para un conflicto con China en pos de mantener la hegemonía global.

La hegemonía de EU se basa en el dominio de las rutas marítimas y su superioridad tecnológica. Según fuentes del Pentágono citadas por el periódico inglés The Times, con base en unos juegos de guerra simulados, en 2030 EU perdería una guerra naval con China en el Pacífico. El análisis concluye que todas las bases de EU en la región del Comando Indo-Pacífico serían abrumadas por los misiles balísticos de alcance medio chinos, incluida la isla de Guam, principal base de los bombarderos estratégicos B-2. La disputa geopolítica está en pleno desarrollo.

Fuente: https://www.jornada.com.mx/2020/06/29/opinion/019a1pol

Imagen: SpaceX-Imagery en Pixabay

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La pandemia y la ignorancia tecnologizada al asedio de la universidad

Por: Isaac Enríquez Pérez

Formada en Europa a lo largo del siglo X como una organización –si bien bajo el control de la iglesia católica– orientada a la sistematización del conocimiento, y consolidada durante los siglos XVIII y XIX como un bastión de la reflexión y el pensamiento crítico y anticlerical, la universidad contemporánea –al menos desde la década de los setenta del siglo XX– está bajo el acecho del burocratismo, la corrupción, los intereses creados, la instauración de un pensamiento hegemónico neoconservador y postmoderno, el negacionismo, y de la ultra-especialización de sus disciplinas y saberes compartimentalizados.

A estas amenazas se suman varias crisis; a saber: a) los recortes presupuestales, que se traducen en una privatización de facto de la universidad pública y en una reconversión silenciosa del derecho ciudadano a la educación en un servicio orientado a los usuarios o consumidores. b) El fundamentalismo de mercado no solo se expresa en la disciplina fiscal y en el «austericidio» de la universidad pública, sino en la sutil irradiación de una racionalidad tecnocrática que privilegia el individualismo y la gestión empresarial (la supuesta meritocracia que priva en las evaluaciones y acreditaciones del trabajo académico). c) La mercantilización de la ciencia y de los saberes y su despojo como bienes públicos globales, con miras a conformar un paradigma tecnocientífico sujeto a la rentabilidad de las grandes corporaciones. d) La precarización de sus relaciones laborales en las universidades; especialmente de aquellos académicos que laboran por horas y bajo contratos temporales. Y e) la crisis epistemológica, que se cierne sobre las formas convencionales de construcción y transmisión del conocimiento, y que se origina en la fragmentación y dispersión de los saberes, así como en el fin de las certidumbres y en las cegueras del conocimiento.

No bastando las grises nubes que posiciona la tecnificación del conocimiento y la trivilalización de valores como la verdad, en los escenarios abiertos por la crisis epidemiológica contemporánea, resalta la difusión e imposición de la formación universitaria telemática como un mecanismo para evitar contagios tras la irradiación del coronavirus SARS-CoV-2. Países europeos como Italia y España anuncian la extensión de la actividad docente en línea para el próximo curso académico. Incluso, universidades estadounidenses y de otras latitudes anuncian el retorno a las aulas presenciales hasta el año 2022, aún sin existir riesgos epidemiológicos.

Cabe hacer una acotación respecto a la noción de universidad o educación a distancia: si bien las tecnologías de la información y la comunicación contribuyen a la masificación del conocimiento y a acercar el proceso de enseñanza/aprendizaje a amplias capas de la población que padecen la exclusión social en los sistemas educativos tradicionales, la educación a distancia es un complemento a la universidad presencial y no su sustituto. Con la universidad en línea es posible llegar a poblaciones rezagadas que, en su momento, no disfrutaron del derecho a la educación, sea por falta de ingresos, tiempo, motivación o disposición. Mujeres que interrumpieron su formación escolar ante la maternidad prematura; jóvenes que se vieron obligados a incorporarse al campo laboral y que cancelaron o postergaron sus expectativas educativas; personas adultas que abandonaron, desde su juventud, la posibilidad de formarse; y demás aspirantes rechazados en los procesos de admisión de las universidades públicas, tienen ante sí la oportunidad de retomar sus estudios con las ventajas que ofrece la educación en línea en cuanto a tiempos y formas de aprendizaje flexibles y adaptables.

Más aún, estas tecnologías contribuyen a la difusión masiva del conocimiento. A través del llamado acceso libre, es posible poner al alcance de la humanidad invaluables acervos científicos, humanísticos y artísticos que ofrecen respuestas en torno a los grandes problemas mundiales.

Sin embargo, con la pandemia del Covid-19 se atiza la obsesión por prefigurar una ciudad virtual que no solo apela al distanciamiento físico, sino al distanciamiento en las formas de socialización. Entronizando con ello la atomización de la sociedad y el individualismo hedonista.

El conocimiento es, por su propia esencia, una construcción social; un proceso colectivo de creación que amerita de la interacción y cercanía con los otros. No es una labor estereotipada de individuos aislados en un laboratorio y al margen del mundo externo u orientada al seguimiento de ciertos protocolos. Existe una estrecha interacción gnosia/praxis, que adquiere el carácter de totalidad articulada en cuanto se construyen diálogos multidireccionales y se conforma la noción de comunidad académica con miras a crear significaciones que configuran el sentido de la realidad a través de un lenguaje dotado de conceptos y categorías. Ese lenguaje solo es posible crearlo en interacción con «el otro» y en el marco de un proceso de sensibilización y empatía que amerita de la cercanía física y que además, en el caso de las universidades, precisa de la fusión de la docencia y la investigación, en tanto mancuerna indisoluble que le da forma al conocimiento y a su transmisión.

La interacción física es fundamental en la relación docente/estudiante y estudiante/estudiante, pues reproduce simbólicas y pautas de convivencia que, con mucho, trascienden lo estrictamente escolar. Los debates colectivos en el aula, en los pasillos, en los espacios comunes de las universidades, son cruciales para la construcción de conocimiento y para la formación de la ciudadanía.

La instauración masiva de la universidad a distancia supone aislar al estudiante en una habitación, acompañado de una pantalla que, si bien crea acción social desanclada de la presencia física en un espacio determinado, no trasciende a una lógica de comunicación multidireccional y a prácticas colectivas que permitan la deliberación razonada más allá de lo efímero y de las ansiedades que genera. En ese sentido, la universidad a distancia forma parte del llamado Screen New Deal y de la reproducción de relaciones de poder asimétricas, asociadas con el nuevo patrón de acumulación bio/tecno/científico.

La universidad, históricamente, fue la trinchera para luchar –a través de las ideas– contra los dogmatismos teológicos, los totalitarismos, el racismo, la inequidad de género, y el carácter excluyente del capitalismo. Sin embargo, ante la bioseguridad, el higienismo y el Estado sanitizante que le es consustancial, el pensamiento crítico emanado de las universidades prácticamente está adormecido, domesticado y postrado; vaciado de contenido ante la andanada del apocalipsis mediático (https://afly.co/7td3), la desinfodemia y el asalto al conocimiento razonado (https://afly.co/7tx3) que sobredimensionan los rasgos e impactos de la pandemia. Esto significa que, en medio de una nueva crisis civilizatoria, la universidad está ausente de los contrapesos que es necesario anteponer a los dogmatismos contemporáneos, a la industria mediática de la mentira y a la construcción de infraestructura para la biovigilancia a través de la alta tecnología (inteligencia artificial, la nube virtual, el Internet 5G y la robotización).

El aprendizaje remoto es una de las tendencias que se aceleró con el advenimiento de la pandemia del Covid-19. La infraestructura digital para la conectividad es parte consustancial de ello. Sin embargo, como la tecnología no es neutral, está anclada a la contradictoria y desigual estructura de poder y riqueza.

El problema de la universidad ante la gran reclusión, radica en la incapacidad de la primera para organizar, de manera sistemática, la reflexión en torno a los problemas públicos contemporáneos. A contracorriente de su milenaria historia y de su crítica a los poderes fácticos, la universidad contemporánea sucumbe ante sí misma y orienta sus energías, confrontaciones e intereses facciosos a erradicar el pensamiento crítico y la construcción de alternativas y de vanguardias teóricas, artísticas, humanísticas e ideológico/políticas. Subyugada por las tecnocracias universitarias y por los laberintos y látigos del mercado, la universidad rompe con su esencia y funciones históricas, al tiempo que instaura e institucionaliza la ignorancia tecnologizada en sus entrañas.

Semilleros de teorías críticas y de tradiciones de pensamiento; templo de la duda y el cuestionamiento respecto al statu quo; formadora de élites políticas, artísticas e intelectuales; hábitat natural del estudiantado como forma de vida; y escenario de la innovación científica y tecnológica, la universidad es amenazada por la masiva digitalización del proceso de enseñanza/aprendizaje  A su vez que se enfrenta a los riesgos y ansiedades que gesta y despliega el ciberleviatán, el panóptico digital y el régimen bio/tecno/totalitario, que apuestan por anteponer las emociones a la razón y por controlar los cuerpos, la mente y las conciencia en el contexto de la era post-factual.

Si bien las tecnologías contribuyen a solucionar problemas públicos, cabe enfatizar que tampoco son la panacea, ni todas las soluciones atraviesan por el tamiz tecnológico. Por el contrario, su uso indiscriminado puede abrir otros problemas públicos que ahonda los abismos sociales y exacerban las desigualdades. La universidad a distancia no marchará al margen de esas tendencias y de procesos más amplios como la (re)concentración del conocimiento y del poder derivado de su posesión y uso.

En su obra La metafísica de la juventud, el filósofo alemán Walter Benjamin habló de la unidad de la conciencia y la voluntad contestaría que se forman en la época estudiantil. Alcanza a observar que en las universidades berlinesas de principios del siglo XX predomina la desvinculación del aparato profesional respecto a los saberes y que la vida estudiantil es mermada por la miseria espiritual. Hoy en día no estamos al margen de estas acechanzas.

El carácter distante y efímero que genera en sus ambientes la educación a distancia puede exacerbar estas miserias y acentuar la ignorancia de los estudiantes y la petrificación de los docentes. Ello no solo es un riesgo para la formación escolar y el ejercicio profesional, sino para la misma construcción de la cultura ciudadana y la resolución de los problemas públicos. Reivindicar críticamente y al margen de intereses creados la noción de universidad y sus funciones clásicas, no solo implica colocar en su justa dimensión la digitalización –en tanto un complemento–, sino erradicar el mantra del mercado como único camino. De lo contrario, la humanidad no contará con los instrumentos mínimos para enfrentar problemas globales como las epidemias –cada vez más recurrentes y desconocidas–, el colapso climático que amenaza con la extinción de las poblaciones humanas, y los riesgos propios del cambio de ciclo histórico que se avecina (https://afly.co/7tg3).

Fuente: https://rebelion.org/la-pandemia-y-la-ignorancia-tecnologizada-al-asedio-de-la-universidad/

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Tecno-optimismo escolar en línea

Por: Erick Juárez Pineda

Uno podría presumir que la transición de la educación formal a los instrumentos en línea sería temporal y, terminada la cuarentena después de que la población sea inoculada por COVID-19, la infancia y juventud en el mundo regresará a los salones de clase. Sin embargo, conforme pasan los días, señales desde las instituciones de educación superior y del sector privado en todo el mundo muestran que hay un tecno-optimismo preocupante que quiere aprovechar la coyuntura para convencer que la transición a la educación en línea es urgente y, con ello, continuar, por otras vías, las tendencias estrictamente métricas de la educación. Me explico.

Alex Beard hizo un reportaje fascinante para The Guardian titulado “Can computers ever replace the classroom?”. En el reportaje, Beard nos lleva de la mano por la historia de Derek Haoyang Li, uno más de los emprendedores de la industria digital en China, quien, en una especie de paralelo con Elon Musk en el terreno de la educación, quiere revolucionar el campo. ¿La vía? El uso de inteligencia artificial para medir y diseñar en tiempo real las experiencias de aprendizaje de aquellos quienes usan las plataformas diseñadas por su compañía, Squirrel AI, la cual se ha introducido en el mercado de la educación privada asiática (en particular de China) como una potente herramienta para garantizar grandilocuentes resultados: desde pasar exámenes hasta ‘crear genios’. El apetito de Haoyang Li es tanto como la egolatría usual desplegada por los nuevos emprendedores de la industria tecnológica: aspira, abiertamente, en transformar a la profesión docente en una herramienta auxiliar de la inteligencia artificial, crear profesiones precarizados de la gig economy, al igual que Uber o cualquier otra apliación de celular.

Los empresarios de la industria de la inteligencia artificial en la educación, como cualquier otro empresario cuyo negocio depende del internet, están más conscientes de la brecha digital que el resto de nosotros, de ello depende su mercado. Aunque muchos consumidores (familias) del mundo en desarrollo no se han integrado, los de las economías más desarrolladas son el laboratorio. Sus resultados servirán para la expansión. Luego entonces, estos días de pandemia son oro para experimentar con plataformas digitales, productos en línea, para comprometer a universidades y otras instituciones a comprar licencias, e incluso, convencer a gobiernos de nuevamente gastar millones en software y contenidos pre-cargados. Más allá de la crítica usual -pero relevante- de que estas tecnologías crean brechas entre alumnos sin acceso a tecnologías y profesores no entrenados en ellas y aquellos que sí, la aspiración fundamental es desmantelar a la institución escolar formal para transformarla a la escolarización en pequeños productos: una vez más, menús adaptables al usuario.

Las preocupaciones sobre estas transformaciones pueden ser fácilmente descalificadas. El tecno-optimismo suele calificar a las críticas como atavíos que niegan el progreso humano, como reacciones conservadoras que gustan de instituciones caducas en su diseño, o aún más, en trasnochismos de izquierda que niegan el panegírico de las buenas nuevas de la computadora. Sin embargo, más allá de las críticas usuales, indispensables, sobre desigualdades, gasto público ineficiente, calidad (que quizás sea más débil conforme estas plataformas logren tener mejor rendimiento), quiero hacer una defensa breve del salón de clase en otros términos.

Una de las funciones no-escolares más importante de las escuelas es la socialización. Efectivamente, en sistemas educativos fragmentados, la falta de diversidad en las escuelas puede hacer que la socialización pueda terminar reproduciendo desigualdades, por ejemplo, que padres busquen escuelas para que sus hijos tengan compañeros de la misma clase social. Pero, igual, en la escuela se crean redes de solidaridad, aprendizajes para la vida, además de la difusión del positivo efecto del juego y la amistad en el desarrollo infantil. En estos días en que el mundo digital nos absorbe, y más con la pandemia, estamos recordando lo importante y relevante de nuestra socialización. Somos, a final de cuentas, seres que aprendemos y vivimos en comunidades. Digitalizar la escuela implica separar a los infantes de sus congéneres, de su comunidad.

Pretender que el chat de WhatsApp o Zoom resolverán esas brechas es ilusorio. La investigación en psicología en estos días lo ha dejado claro: Brooks y colegas argumentan en The Lancet que el distanciamiento social puede causar problemas emocionales, depresión, estrés, insomnio, estrés postraumático y agotamiento emocional. Igualmente en The LancetLee argumenta que el incremento de enfermedades mentales en el aislamiento durante la pandemia en toda la infancia y juventud alejada del salón de clase en la pandemia será considerable, sobre todo porque un sostenimiento importante de la salud de muchos son las amistades en los salones de clases.

El salón de clase es también un modelador del comportamiento social. Las escuelas son para muchos segundos hogares, sistemas de protección ante el abuso, y crean expectativas sobre el futuro que no se consiguen en línea. Entiendo que, ante las crisis pedagógicas de la educación enciclopedista y el abuso escolar, substituir al salón suene tentador, pero puede tener un efecto perverso: dejar abandonadas a juventudes en desarrollo. La escuela, el edificio y sus maestros, son un brazo del Estado para dirigir generaciones. Dejar en manos del mercado digital esa función sería irresponsable, más cuando los Estados buscan soluciones más baratas para suplantar instituciones.

La digitalización absoluta, en lugar de ser complementaria, amenaza la profesión magisterial y su rol de guía en la formación de generaciones. Al igual que los médicos, el magisterio es uno de esos cuerpos del Estado que proveen servicios fundamentales. Reducirlos a ser apoyos en línea cuando la plataforma no alcanza a cubrir las necesidades inmediatas de los alumnos es subestimar el efecto que tienen los maestros en la creación de expectativas, sueños y formas de socialización para la vida. Quizás un buen crítico dirá que he romantizado a la escuela ante sus defectos, pero más bien creo en su mejora, no en su reemplazo.

Finalmente, el proyecto digitalizador, que seguramente aprovecha estos días en vender sus productos a los gobiernos gracias a los adultos que creen ingenuamente que, como sus hijos se la pasan revisando el celular, ya no hay más que adaptarse haciendo de la escuela un celular, es una nueva fase del proyecto educativo de la métrica por sobre la experiencia escolar completa. Aunque muchas reformas educativas incentivadas por PISA han sido derrotadas por los sindicatos magisteriales en el mundo, la obsesión con reducir los malos números de PISA sigue causando pesadillas nocturnas a los ministros de educación del mundo. Nuevamente creerán que transformar la educación en una tableta resolverá el problema de que los niños no sepan responder problemas en un examen. El sueño evaluativo de mercado no ha muerto. Sin embargo, espero que, como en otras pandemias y calamidades, las instituciones como la escuela resistan el embate.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/tecno-optimismo-escolar-en-linea/

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Mundo: Cinco tecnologías de aplanamiento de curvas que están desarrollando los jóvenes

Mundo/06-06-2020/Autor(a) y Fuente: gestion.pe

Los jóvenes de todo el mundo están desarrollando nuevas tecnologías para ayudar en la lucha contra la COVID-19.

Estas innovaciones incluyen ventiladores de bajo coste, suministros médicos impresos en 3D y contenedores de transporte reutilizados como salas de UCI, según Weforum.

La COVID-19 ha infectado a casi 5 millones de personas en todo el mundo y sigue propagándose rápidamente. Aunque los bloqueos se están reduciendo en algunos países, los efectos de este virus seguirán sintiéndose hasta que se encuentre una solución o vacuna viable. Y mientras el mundo espera esa solución, los jóvenes adoptan una actitud de «hazlo tú mismo» y utilizan tecnologías emergentes para fortalecer los esfuerzos de ayuda local, a menudo en algunos de los lugares más afectados y vulnerables del planeta.

Desde protectores faciales impresos en 3D hasta una aplicación impulsada por IA que puede clasificar a pacientes en situación de riesgo, estos son solo algunos ejemplos de las transformaciones tecnológicas que Global Shapers y Young Global Leaders (YGL) del Foro Económico Mundial han desarrollado para responder a la pandemia global:

1. Barcelona Hub e YGL Javier García Martínez han producido un ventilador artificial escalable para aliviar la presión sobre los hospitales en medio de una escasez grave. Su dispositivo utiliza piezas certificadas que pueden obtenerse fácilmente en instalaciones médicas y tiendas en línea, y cumple con toda la normativa médica en España. Tres hospitales ya están probando el dispositivo en sus UCI, ofreciendo a los pacientes que sufren los síntomas más graves una mayor oportunidad de supervivencia. El equipo detrás del proyecto, Open Ventilator, ha producido ocho prototipos y ha obtenido fondos para desarrollar otros 25 dispositivos.

2. Madrid Hub está imprimiendo en 3D mascarillas faciales, filtros respiratorios y respiradores automáticos para algunos de los hospitales más afectados del mundo. Para ampliar su trabajo, se unieron a Coronavirus Makers, una comunidad compuesta por más de 17.000 jóvenes científicos, ingenieros y diseñadores que utilizan sus habilidades para ayudar a poner fin a la escasez de equipos que salvan vidas en España.

Del mismo modo, Boston Hub está apoyando al Hub de Gaza en la impresión de equipos 3D para trabajadores médicos de primera línea en una ciudad poco equipada para responder a la pandemia, dada la debilidad de sus infraestructuras sanitarias tras décadas de conflicto. Juntos, Global Shapers han imprimido 1.000 protectores faciales, 50 gafas protectoras y 20 piezas de respiración para apoyar las respuestas locales en Gaza, al tiempo que proporcionan a las familias empobrecidas acceso a las necesidades básicas y a comidas regulares.

«En lugares donde las infraestructuras sanitarias son prácticamente inexistentes, los jóvenes pueden desempeñar un papel vital en la experimentación de nuevas tecnologías que realmente tienen la capacidad de salvar millones de vidas en esta pandemia. Y esto es muy necesario en un contexto como el nuestro», afirmaba Shahd Alfarra de Global Shapers Gaza Hub.

3. Los jóvenes también están detrás de soluciones innovadoras de cuidados intensivos. Emma Greer, del Milan Hub, está detrás de un proyecto llamado CURA (Unidades conectadas para enfermedades respiratorias), que reutiliza los contenedores de transporte como UCI. El primer contenedor se desplegó en Turín en abril y está previsto que se amplíe a hospitales de toda Italia, así como en Europa y América Latina. El proyecto está siendo fabricado por jóvenes diseñadores, ingenieros y profesionales médicos voluntarios.

Siguiendo un camino similar, YGL Cameron Sinclair y su equipo en Jupe Health han lanzado una nueva empresa para desplegar refugios médicos para uso de tres grupos diferentes: trabajadores de la salud agotados mental y físicamente, pacientes de UCI que están gravemente enfermos o pacientes cuyos síntomas no son potencialmente mortales. Los espacios móviles se producen a 1/30 del coste de las habitaciones de hospital estándar y se pueden enviar a cualquier lugar utilizando la infraestructura logística existente.

4. Trabajando con un equipo de médicos venezolanos, YGL Andres Simon Gonzalez-Silen ha desarrollado Telesalud COVID-19, una solución de telemedicina digital gratuita. La plataforma proporciona servicios de salud virtuales que incluyen consultas remotas y supervisión entre médicos y pacientes, con el objetivo de descongestionar los sistemas de salud que ya eran deficientes y se han visto debilitados por la crisis humanitaria actual. Desde su inicio, Telesalud COVID-19 ha apoyado a más de 80.000 venezolanos en el extranjero, realizando más de 25.000 pruebas y derivando a 1.150 pacientes de alto riesgo a hospitales locales.

5. Zebra Medical Vision, liderado por YGL Eyal Gura, ha creado un método escalable basado en inteligencia artificial para rastrear la propagación de COVID-19. Esta solución, junto con un algoritmo de aprendizaje automático, analiza las tomografías computarizadas para detectar la capacidad pulmonar de los pacientes y predecir mejor su recuperación. Cuando el equipo se necesita urgentemente, esta tecnología es compatible con la clasificación de pacientes, basada en la progresión comprobada de la enfermedad. Este mes, Gura desplegará su producto en los Hospitales Apollo, el proveedor de atención médica más grande de la India, que atiende a más de 40 millones de pacientes.

«Los jóvenes no pueden esperar a que otros tomen medidas ante la COVID-19. Esta es nuestra nueva normalidad y es la oportunidad perfecta para actuar con un propósito hoy», afirmó González-Silen.

Fuente e Imagen: https://gestion.pe/fotogalerias/5-tecnologias-de-aplanamiento-de-curvas-que-estan-desarrollando-los-jovenes-noticia/?ref=gesr&foto=5

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