“La intervención temprana, intensiva y global mejora el funcionamiento cognitivo, social y de lenguaje”

Educación Abierta

El pasado mes de septiembre tuvimos ocasión de escuchar y conversar con dos psiquiatras expertas en población infanto-juvenil sobre dos de las patologías más comunes entre niños y adolescentes en nuestras aulas: el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y el trastorno del espectro autista (TEA). La doctora Arantxa Ortiz nos explicó las características de este segundo grupo.

En primer lugar, aseguró que las tasas de prevalencia en EEUU y Europa muestran ahora cifras diez veces más elevadas que hace cincuenta años. No se sabe, argumenta, si este crecimiento se debe a la expansión de los criterios diagnósticos, al aumento de la conciencia sobre el trastorno, a las metodologías de estudio o a un aumento real de la frecuencia del trastorno del espectro autista.

“La intervención temprana, intensiva y global mejora el funcionamiento cognitivo, social y de lenguaje”, afirma. Además, advierte de que “la mejor atención mental es la más cercana físicamente a las necesidades” y por tanto, “sería deseable que hubiera psiquiatras y psicólogos especialistas en población infanto-juvenil en los centros de salud”. Estos deben, además, coordinarse con familia y escuela para alcanzar mejores resultados.

En todo caso, afirma que “el TEA constituye probablemente la desviación cualitativa más radical de la pauta normal de desarrollo humano”. Y sus síntomas muestran alteraciones en el neurodesarrollo así como alteraciones en la comunicación social y específicas del comportamiento (sensoriales, comportamientos o intereses repetitivos y restrictivos). También se asocian al trastorno alteraciones del sueño, dificultades de autocontrol, etc. Hay, en todo caso, diferentes grados de discapacidad, tanto intelectual como en lo referente a los síntomas mencionados.

Algunos de los síntomas comunes en diferente grado tienen que ver con deficiencias sociales por lo que pueden mostrar aislamiento e indiferencia hacia otras personas, ausencia de contactos sociales y espontáneos, escasa comprensión de reglas, etc. Cuando son niños muestran un “abanico pobre de actividades muy poco creativas e imaginativas, ausencia de juego simbólico y abundantes movimientos repetitivos y estereotipias”. Además, tienen déficits específicos tanto en el reconocimiento de las emociones ajenas como en la expresión de las propias.

Todo ello, deviene en la necesidad de ambientes muy estructurados, especialmente en la escuela, donde presentan problemas en la adquisición de habilidades de autonomía, alteraciones cognitivas que afectan a la abstracción, a la función simbólico-representacional, alteraciones en la comunicación y en el lenguaje, en la atención, percepción y memoria. Por ello, “los profesores pueden sentir angustia, frustración e impotencia si no reciben ayudas y orientaciones externas, por parte de expertos que les permitan afrontar con serenidad y eficacia las limitaciones funcionales y las alteraciones de conducta”.

Sin embargo, teniendo en cuenta una serie de criterios metodológicos, los alumnos con TEA pueden avanzar en muchas de estas áreas y desarrollar estrategias de comunicación e interacción social, autonomía y autocontrol. “Pueden tener un interés obsesivo por algo, pueden aprender cualquier cosa si tiene que ver con su área de interés”, afirma. Es conveniente, por tanto, partir de sus intereses, aprovechar rutinas cotidianas y situaciones incidentales para fomentar el aprendizaje, así como diseñar situaciones que desencadenen actos comunicativos (interrupción de rutina, pausa larga, situaciones en las que necesiten ayuda…).

En todo caso, advierte, no hay respuestas únicas ni criterios de escolarización permanentes, aunque deben evitarse los cambios frecuentes. Dependiendo del grado del trastorno tendrán más oportunidades de aprendizaje en contextos individualizados con adultos expertos. O, en el caso de alumnos TEA con mayores capacidades, pueden aprovechar su integración en centros ordinarios con apoyos y adaptaciones siempre que “se asegure un trabajo de alta calidad por parte del claustro y un apoyo firme a este”.

Fuente: http://educacionabierta.org/la-intervencion-temprana-intensiva-y-global-mejora-el-funcionamiento-cognitivo-social-y-de-lenguaje/

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República Dominicana: Inicia programa de intervención temprana a niños con autismo

Centro América/República Dominicana/01 de septiembre de 2016/ Fuente: Hoy digital

La Fundación Manos Unidas por Autismo ofrecerá el programa de intervención temprana dentro de sus terapias para mejorar la funcionalidad de los niños con síntomas del trastorno del espectro autista.

La organización decidió abrir las puertas a este programa debido a la gran necesidad en nuestro país de realizar una intervención temprana adecuada y oportuna a las personas con trastorno del espectro autista (TEA).

El objetivo es desarrollar al máximo las potencialidades de los niños con TEA en edades de doce meses a seis años, así como a identificar el posible antecedente que pueda interferir en el desarrollo de cada una de las etapas del crecimiento, así como corregir e intervenir oportunamente con el propósito de ofrecer una intervención de calidad adaptada a las necesidades de cada uno.

Odile Villavizar, presidenta de la fundación Manos Unidas por Autismo, resaltó que los objetivos del programa de intervención temprana están encaminados a la realización y detección temprana de niños con riesgos en su desarrollo, así como a la promoción de manera adecuada y oportuna a la población infantil con trastornos del espectro autista, padres-madres, y especialistas del área sobre la importancia de la estimulación temprana de los niños con TEA, previniendo factores de riesgo familiar y logrando interacción social, emocional y escolar dentro de lo esperado. También se busca crear e implementar un programa de trabajo con la base técnica de estimulación temprana para desarrollar áreas específicas, tales como la motora gruesa, motora fina, lenguaje, cognición, socialización, sensorial y autonomía.

Los profesionales que estarán ofreciendo estos servicios en la fundación son psicólogos clínicos, psicólogos escolares, maestros del área de Educación Especial, especialistas con experiencia en habilidades en el abordaje terapéutico en niños con TEA, en Intervención temprana, en análisis del comportamiento aplicado (ABA) y en sistema de comunicación por intercambio de imágenes (PECS).

La Fundación Manos Unidas por Autismo es una institución sin fines de lucro que desde 2007 hasta la actualidad vela por el bienestar y la calidad de vida de las personas con autismo y de sus familiares a través de tratamientos dignos y adecuados.

Fuente: http://hoy.com.do/inicia-programa-de-intervencion-temprana-a-ninos-con-autismo/
Imagen: ebrown.com.ar/wp-content/uploads/2014/10/estimulación.jpg
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James Heckman, Premio Nobel de Economía en el año 2.000: «Invertir en educación infantil es más rentable que el gasto social o en infraestructuras»

Entrevista/9 de agosto de 2016/ Fuente: ibercampus

«Invertir en las aptitudes socioculturales del niño -tales como tenacidad, motivación y confianza en sí mismo- genera más beneficio económico y social que el gasto en programas sociales o en infraestructura». Así lo declara James Heckman, ganador del Premio Nobel de Economía 2.000 y profesor en la Universidad de Chicago, donde dirige el Centro de Evaluación de Programas Sociales de la Harris School, en una entrevista con representantes de la UNESCO sobre atención y educación Infantil.

1. La primera de las tres preguntas de UNESCO es: ¿Podría resumir en pocas palabras los principales argumentos y las conclusiones fundamentales de la investigación acerca de la importancia de la inversión en atención y educación de la primera infancia (AEPI) para la productividad y el crecimiento económico?

  • Cuáles son los argumentos más sólidos en pro de la idea de que la AEPI es una buena inversión:

Las familias condicionan mucho los resultados que los niños alcanzarán al llegar a la edad adulta. El azar de nacer en una determinada familia constituye ya una fuente importante de desigualdad. Las investigaciones más recientes indican que en la sociedad estadounidense alrededor de la mitad de la desigualdad que se registra en el total de ingresos percibidos durante toda la vida se debe a factores que operan antes de que la persona alcance la mayoría de edad. Quizá en Europa Occidental esa cifra sea igual, o incluso superior, ya que allí el mercado laboral es menos desigual. En comparación con lo que ocurría hace 50 años, hay una proporción mayor de niños estadounidenses que nacen en familias desfavorecidas, que invierten menos dinero en sus hijos que las familias más acaudaladas. En Europa Occidental, el creciente número de inmigrantes no integrados genera tendencias similares. Muchos problemas económicos y sociales de gran importancia, como la delincuencia, el embarazo de las adolescentes, el abandono escolar y las condiciones sanitarias negativas guardan relación con los bajos niveles de competencias y aptitudes en la sociedad.

  • La diferencia de capacidades comienza en una edad muy temprana:

La diferencia de capacidades entre los niños desfavorecidos y los de familias acomodadas se amplía desde la primera infancia. El contexto familiar de los párvulos es un factor que permite predecir sus futuras capacidades cognitivas y socioemotivas, así como una amplia gama de resultados en materia de delincuencia y salud. Los datos experimentales relativos a los efectos benéficos que ejercen las medidas que se aplican en los primeros años de vida a los niños de familias desfavorecidas son coherentes con un gran volumen de estadísticas empíricas que demuestran cómo la falta de apoyo familiar perjudica los resultados posteriores del niño.

Si la sociedad es capaz de intervenir en una edad temprana, puede mejorar la capacidad cognitiva y socioemocional, así como la salud de los niños desfavorecidos. La intervención temprana fomenta la escolaridad, reduce la delincuencia, promueve la productividad de la fuerza laboral y disminuye el número de embarazos entre las adolescentes. Se considera que esas medidas presentan una relación costo/eficiencia muy beneficiosa y constituyen una inversión altamente productiva. La atención a la primera infancia es aun más importante en los periodos críticos y delicados del desarrollo de diversas capacidades.

Los investigadores lo han demostrado mediante el estudio tanto de los seres humanos como de los animales. Por mi parte, junto con otros autores, he puesto de relieve cómo los primeros años de la vida de un niño son decisivos para la génesis de las aptitudes cognitivas, mientras que la adolescencia es una etapa importante para la génesis de aptitudes no cognitivas. Los remedios que se aplican tardíamente para compensar la desventaja inicial suelen ser costosos e ineficaces. Desde el punto de vista de la economía, es mucho más eficaz prevenir los problemas humanos que tratar luego de remediarlos.

  • Las medidas que se aplican en los primeros años producen más dividendos que las intervenciones posteriores:

Tal como están configurados hoy los programas sociales, las medidas que se aplican a los niños desfavorecidos durante los primeros años de vida ofrecen dividendos económicos muy superiores a las intervenciones posteriores, tales como la reducción del número de alumnos por maestro, la capacitación laboral pagada por el gobierno, los programas de reeducación de reclusos, los planes de alfabetización de adultos, las matrículas subsidiadas o los gastos dedicados a la policía. El rendimiento de esa inversión es muy superior al que en Europa generan los programas más dinámicos destinados a la fuerza laboral.

La formación que se obtiene a lo largo del ciclo vital es dinámica, por su misma naturaleza. Las competencias generan competencias y la motivación produce motivación. Unas y otras se refuerzan mutuamente. Si un niño carece de motivación para aprender y emprender desde los primeros años, es muy probable que cuando llegue a la edad adulto fracase en la vida social y económica. Mientras más tarde la sociedad en intervenir en el ciclo vital de un niño desfavorecido, más costoso será luego remediar esa desventaja. Es preciso replantear a fondo las políticas con el fin de aprovechar los conocimientos acerca de la importancia de los años iniciales de la vida en la génesis de la desigualdad y la creación de competencias para el mercado laboral.

  • La importancia de los factores no cognitivos y del contexto para los buenos resultados:

Se sabe que la capacidad intelectual es un factor que condiciona poderosamente la obtención de buenos resultados socioeconómicos. Pero la aptitud cognitiva no determina por sí sola el éxito y ni siquiera es el factor decisivo en la materia. Hay otros rasgos de carácter de índole socioemocional o no cognitiva, tales como la personalidad, la salud, el equilibrio mental, la tenacidad, las preferencias en materia de horario, el temor al riesgo, la autoestima, el dominio de sí mismo, el gusto por el ocio, la meticulosidad y la motivación, que constituyen indicios poderosos del éxito socioeconómico futuro y que pueden influir en los resultados de la vida adulta por lo menos tanto como la capacidad cognitiva.

Además, las investigaciones recientes indican que habrá que modificar considerablemente la creencia tradicional en la importancia del cociente de inteligencia (IQ). El análisis que figura en un libro que suele citarse a menudo -The Bell Curve- le atribuye una función esencial a la genética en la explicación del origen de las diferencias en las capacidades cognitivas del ser humano y le asigna a dichas capacidades cognitivas un papel decisivo en los resultados que se obtienen en la vida adulta. Si la capacidad cognitiva está condicionada por la genética y además es la fuerza fundamental que determina los resultados en la edad adulta, la política gubernamental hacia los grupos de población desfavorecidos tendría que limitarse a la transferencia de fondos para los menos dotados.

Pero los experimentos consistentes en enriquecer el contexto de la primera infancia de los niños desfavorecidos ofrecen poderosos argumentos contra el determinismo genético. Las investigaciones recientes demuestran la potencia de las capacidades socioemocionales y la importante función del contexto y las medidas externas en la creación de capacidades. El campo de la epigenética demuestra de qué manera la expresión de un gen está sujeta a la influencia del medio ambiente y cómo los efectos medioambientales sobre la expresión de dicho gen pueden llegar a ser hereditarios.

Al examinar las políticas destinadas a fomentar las aptitudes y competencias, la sociedad debería reconocer la multiplicidad de las capacidades humanas. En la actualidad, las políticas públicas vigentes en Estados Unidos y muchos otros países se centran en la promoción y la medida de la capacidad cognitiva mediante la evaluación del IQ y las pruebas de rendimiento. La insistencia en ese tipo de evaluaciones desdeña la importancia de los factores no cognitivos que fomentan el éxito en la escuela y en la vida.

2. Aunque la mayor parte de su investigación se ha basado en la experiencia de la sociedad norteamericana, ¿podría citar ejemplos de países de otras regiones que demuestren los nexos entre la AEPI, la formación de capital humano y el desarrollo económico?

Es posible citar algunos estudios realizados en Europa. Un estudio muy conocido, que se llevó a cabo en los orfanatos de Rumania, el programa «Sure Start» del Reino Unido, y el titulado «Preparing Future Life» que se aplicó en Irlanda, son ejemplos de estudios experimentales. También cabe mencionar las investigaciones que han utilizado datos no empíricos en Europa, tales como el German Socio-Economic Panel (GSEOP) y el estudio demográfico British Cohort Study (BCS). Todos esos trabajos ofrecen conclusiones análogas.

3. Una preocupación importante en casi todos los países es la brecha que separa a los niños que disfrutan de buena alimentación, salud y seguridad, estímulos cognitivos y una interacción con adultos atentos, de los otros niños que carecen de todo eso.

  • ¿Qué datos demuestran la capacidad niveladora de la AEPI y qué pueden hacer los gobiernos para fomentar la igualdad?

No se trata simplemente del nivel de ingreso de los padres. Lo más importante es la calidad del contexto inicial que los niños encuentran cuando vienen al mundo. Entre los grupos socioeconómicos existen diferencias sustanciales en cuanto al contexto familiar y los gastos destinados al cuidado y la educación de los pequeños. Las investigaciones recientes han puesto de manifiesto las considerables diferencias de contexto familiar y gasto existentes entre los niños desfavorecidos y los de familia acomodada.

Esas diferencias, que atañen a los estímulos cognitivos, el afecto, los castigos y los gastos que los padres destinan a los hijos, se amplían desde muy temprano. Los matrimonios estables invierten mucho más en sus hijos que las familias monoparentales, aunque el mecanismo exacto que determina este fenómeno todavía no se ha dilucidado completamente.

Entre los diversos grupos socioeconómicos hay diferencias sustanciales en materia de estímulos cognitivos y afectivos en lo primeros años y esas diferencias persisten a lo largo de la infancia. El contexto familiar de muchos niños está empeorando en el mundo entero. En muchos otros países, se está ampliando la brecha entre los acaudalados y los desfavorecidos, en lo tocante a la calidad de la vida familiar que rodea al párvulo. Quienes nacen en esos contextos desfavorecidos reciben relativamente menos estímulos y recursos para su desarrollo que los niños de las familias más acomodadas. Este fenómeno genera desigualdad dentro de cada generación y entre las generaciones sucesivas. Las políticas destinadas a completar los recursos que se destinan al cuidado y la educación de los menores en las familias desfavorecidas contribuirán a reducir la desigualdad y a fomentar la productividad. En la primera infancia la igualdad no va en detrimento de la eficacia y esa es una característica singular de las medidas en este ámbito.

A menudo los economistas debaten acerca de la proporcionalidad inversa entre la igualdad y la eficacia. Una política que mejora la eficacia suele fomentar la desigualdad (por ejemplo, una reducción de los impuestos sobre los dividendos del capital). En las políticas relativas a los adolescentes y los adultos jóvenes, hay un grado importante de proporcionalidad inversa entre la igualdad y la eficacia, en cuanto a las medidas destinadas a ayudar a los menos competentes, en particular las que tienen por objeto el fomento de la capacidad cognitiva.

Esta situación se debe a la complementariedad dinámica o sinergia existente en el proceso de formación de las competencias humanas. Las intervenciones correctivas para los adolescentes menos adelantados que no han recibido una base sólida de conocimientos suelen ir en detrimento de la eficacia. Son difíciles de justificar con argumentos económicos y por lo general ofrecen una rentabilidad muy baja. Pero las medidas que se aplican en la primera infancia son de otra índole. Si la inversión que se hace en los primeros años se prolonga con experiencias didácticas de alta calidad, esa inversión inicial promueve la eficacia económica y reduce la desigualdad, al mismo tiempo. No hay proporcionalidad inversa en el caso de las medidas que se aplican a los párvulos desfavorecidos. Ese es un rasgo singular de los programas destinados a ayudar a la primera infancia.

Fuente: http://www.ibercampus.es/invertir-en-educacion-infantil-es-mas-rentable-que-el-gasto-social-33523.htm

Imagen: http://www.mastersineducationonline.net/oem/assets/iStock_000024579633_Small.jpg

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EE.UU: Método Denver en niños con Autismo

EE.UU/2 de Agosto de 2016/Fuente: isep/ Maribí Pereira

Los Centros para la Prevención y el Control de la Enfermedades de los Estados Unidos calculan que a 1 de cada 88 niños que nazcan hoy se les diagnosticará el trastorno del espectro autista (TEA). Señales distintivas de la condición del neurodesarrollo incluyen déficits persistentes en la comunicación social y patrones repetitivos o restrictivos de interés que aparecen en la infancia temprana y perjudican el funcionamiento cotidiano.

Un estudio realizado en California, USA, ha determinado que una terapia de intervención temprana intensiva resulta eficaz para mejorar la percepción y las habilidades del lenguaje entre niños con autismo a partir de los 18 meses. Además, normaliza su actividad cerebral y mejora sus habilidades sociales.

Específicamente, dicho estudio aleatorio, controlado por casos y llevado a cabo en varios centros, descubrió que los niños que recibieron la intervención del Modelo Denver de Comienzo Temprano (Early Start Denver-Modelo-ESDM), exhibieron una mayor activación cerebral al ver caras en lugar de objetos, una respuesta que era típica de los niños sin autismo en el estudio, pero contraria en los niños con autismo que recibieron una intervención distinta (2012).

El Modelo Denver es un método de intervención desarrollado en el año 2000 por Sally Rogers y Geraldine Dawson. La terapia combina los métodos de enseñanza intensiva de análisis aplicado sobre el comportamiento con planteamientos del desarrollo “basados en la relación”.

Los investigadores de este estudio reclutaron a 48 niños y niñas diagnosticados con autismo entre los 18 y los 30 meses de edad, en Sacramento, California y Seattle, así como niños “control”. La proporción entre participantes hombres y mujeres era más de 3-a-1, ya que el autismo es cinco veces más común entre niños que entre niñas. Aproximadamente a la mitad de los niños con autismo se les asignó al azar para que recibieran la intervención del ESDM por más de dos años. Los participantes recibieron la terapia del ESDM durante 20 horas a la semana, y a sus padres también se les capacitó para que proporcionaran el tratamiento, una característica fundamental de la intervención. Los otros participantes con autismo recibieron una intervención basada en la comunidad, así como evaluaciones, envíos a servicios, manuales de recursos y otros materiales de lectura.

Al concluirse el estudio, se evaluó la actividad cerebral de los participantes usando electroencefalogramas (EEGs) que medían la activación cerebral mientras veían estímulos sociales (caras)  y estímulos no sociales  (juguetes). Estudios anteriores habían determinado que los bebés y los niños pequeños sin autismo mostraban mayor actividad cerebral cuando veían estímulos sociales en lugar de objetos, mientras que los niños con autismo mostraban el patrón opuesto.

El doble de niños que recibieron la intervención del ESDM mostró una mayor activación cerebral al ver caras que al ver objetos, una demostración de actividad cerebral normalizada. Once de los quince niños que recibieron la intervención del ESDM, el 73%, mostraron más activación cerebral al ver caras. Doce de los diecisiete niños desarrollándose típicamente, o el 71%, mostraron activación cerebral normalizada. Los EEGs de cinco de los catorce niños que recibieron la intervención comunitaria, o el 36%, mostraron activación semejante.

Además, los niños que recibieron el ESDM tuvieron mayor actividad cerebral mientras veían caras y también tuvieron menos problemas pragmáticos sociales y una mejor comunicación social, como la capacidad de iniciar interacciones, hacer contacto con la vista e imitar a los demás, dijo Sally Rogers, la investigadora del Instituto de MIND. El uso de la intervención del ESDM ha demostrado que mejora la percepción, el lenguaje y las habilidades de la vida diaria.

“Éste es el primer estudio de casos controlados de una intervención temprana intensiva que demuestra tanto una mejora de las habilidades sociales como una actividad cerebral normalizada, que resulta de la terapia de intervención temprana intensiva”, dijo Dawson, autora principal del estudio y profesora de psiquiatría en la Universidad de North Carolina, Chapel Hill. La formación en TEA para profesionales y la investigación es esencial para avanzar.

Por primera vez, los padres y los profesionales médicos tienen evidencia de que la intervención temprana puede alterar el curso del desarrollo del cerebro y del comportamiento en los niños pequeños. “Es crucial que todos los niños con autismo tengan acceso a la intervención temprana, que puede fomentar los resultados más positivos a largo plazo” (Dawson, 2012).

“Sabemos que los cerebros de bebés son muy moldeables y se ha demostrado previamente que esta terapia aumenta en el potencial de aprendizaje que tiene el cerebro de un bebé a fin de limitar los efectos nocivos del autismo”, dijo Sally Rogers, coautora del estudio y profesora de psiquiatría y ciencias sobre el comportamiento en el Instituto de investigación médica de los trastornos del neurodesarrollo de la Universidad de California (MIND de UC Davis).

“Los hallazgos sobre los resultados del comportamiento mejorados y la capacidad para normalizar la actividad cerebral asociados con las actividades sociales significan que hay un tremendo potencial para que los cerebros de los niños con autismo se desarrollen y crezcan más normalmente”.

“Es posible que ésta sea la primera demostración de que una intervención del comportamiento para el autismo se asocia con los cambios en la función cerebral, así como en los cambios positivos en el comportamiento”, dijo Thomas R. Insel, director del Instituto Nacional de Salud Mental, el cual financió el estudio. Al estudiar los cambios en la respuesta neural a las caras, Dawson y sus colegas han identificado un nuevo blanco y un posible biomarcador que puede guiar el desarrollo del tratamiento.

Estudios como estos se presentan como nuevos horizontes para mejorar la calidad de vida de los niños con trastorno del espectro autista y de sus familias. El Máster en Trastorno del Espectro Autista de ISEP es una oportunidad para comprender mejor el TEA y diseñar aproximaciones terapéuticas eficaces.

Fuente: http://www.isep.es/actualidad-educacion/metodo-denver-en-ninos-con-autismo/

Imagen: http://www.isep.es/wp-content/uploads/2016/07/master-trastornos-del-espectro-autista.jpg

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