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El Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia se asocia con Clarivate Analytics para avanzar en el impacto de la investigación

Rusia/Abril de 2017/Fuente: PR Newsvire

RESUMEN: Clarivate Analytics, la principal fuente mundial de información inteligente para empresas y profesionales, en colaboración con el Ministerio de Educación y Ciencia de Rusia, amplió su cobertura de Web of Science de 300 a 1.600 instituciones en toda la Federación Rusa. Esto capacitará a sus científicos y preparará a una nueva generación de académicos con las herramientas y consejos necesarios para avanzar en su investigación y aumentar dramáticamente el impacto global. Con un acuerdo plurianual en vigor entre Clarivate y el Ministerio ruso, las instituciones académicas tienen ahora acceso completo a la Web of Science, la principal plataforma basada en la Web para la investigación científica y académica, para informar mejor sus esfuerzos y conectarse con investigadores similares en todo el mundo. el mundo. Esto incluye datos históricos que se remontan a 1975, así como el único Censo Científico de Rusia, para varias bibliotecas públicas estatales. También incluye el Emerging Sources Citation Index (ESCI), que está creciendo a más de 7.500 títulos de revistas, y la liberación de un archivo de 10 años para el índice a finales de este año. Clarivate anunció recientemente su compromiso de invertir en sus productos líderes en la industria, uno de los cuales es la Web of Science. El acceso a la Web of Science permite a las universidades e institutos rusos cooperar con los líderes mundiales de la ciencia en pie de igualdad, ayudándoles a ver todo el panorama de los resultados de la investigación ya estar bien versados ​​en lo que están haciendo colegas rusos y extranjeros.

Clarivate Analytics, the world’s leading source of intelligent information for businesses and professionals, in partnership with the Russian Ministry of Education and Science, expanded its Web of Science coverage from 300 to 1,600 institutions across the Russian Federation. This will empower its scientists and prepare a new generation of scholars with the needed tools and advice to advance their research and dramatically increase global impact.

With a multi-year agreement in place between Clarivate and the Russian Ministry, academic institutions now have full access to the Web of Science, the premier web-based platform for scientific and scholarly research, to better inform their efforts and connect with similar researchers throughout the world. This includes historical data going back to 1975 as well as the unique Russian Science Citation Index, for a number of state public libraries. It also includes the Emerging Sources Citation Index (ESCI), which is growing to over 7,500 journal titles, and releasing a 10-year archive for the index later this year. Clarivate recently announced this commitment to investing in its industry-leading products, one of which is the Web of Science.

Access to the Web of Science allows Russian universities and institutes to co-operate with world leaders of science on an equal footing, helping them see the entire landscape of research results and getting well-versed in what both Russian and foreign colleagues are doing.

«We are delighted to announce this strategic partnership with the Russian Ministry of Education,» said Viji Krishnan, Global Head of Emerging Markets at Clarivate Analytics. «Under this agreement, Clarivate is providing Russia with critical research and analytics designed to facilitate the lifecycle of innovation across the entire country. The Web of Science is the most comprehensive resource – both in quality and quantity terms – and as an independent and unbiased organisation, Web of Science analytics are the most accurate and trusted source of research evaluation. It is no surprise that more than 20 million users continually rely on the quality of our solutions.»

Clarivate Analytics

Clarivate™ Analytics accelerates the pace of innovation by providing trusted insights and analytics to customers around the world, enabling them to discover, protect and commercialize new ideas faster. Formerly the Intellectual Property and Science business of Thomson Reuters, we own and operate a collection of leading subscription-based businesses focused on scientific and academic research, patent analytics and regulatory standards, pharmaceutical and biotech intelligence, trademark protection, domain brand protection and intellectual property management. Clarivate™ Analytics is now an independent company with over 4,000 employees, operating in more than 100 countries and owns well‐known brands that include Web of Science™, Cortellis™, Thomson Innovation™, Derwent World Patents Index™, CompuMark™, MarkMonitor® and Techstreet™, among others. For more information, please visit.

Fuente: http://www.prnewswire.com/news-releases/russias-ministry-of-education-and-science-partners-with-clarivate-analytics-to-advance-its-research-impact-300442451.html

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Regalías para ciencia y tecnología, un sistema creado para despilfarrar recursos

Por: Ángel Pérez Martínez

La Contraloría General de la República realizó una excelente evaluación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, mediante la cual llama la atención sobre las funciones y responsabilidades de quienes ejecutan los recursos y la escasa importancia que el país otorga a este sector clave para el desarrollo del país

La evaluación de dicho fondo, sin decirlo de manera directa, advierte que hay sectores como educación, salud, ciencia, tecnología e innovación que la sociedad y el gobierno deberían cuidar en extremo en el momento de elaborar y ejecutar políticas y programas públicos, por lo menos concertar con sus actores y con quienes conocen los temas, además de promover un manejo eficiente de sus recursos.

De hecho, Colombia reconoció, según el CONPES 3582, que la política nacional de ciencia, tecnología e innovación (CTI) ha sido identificada por la sociedad colombiana como fuente de desarrollo y de crecimiento económico, sin embargo, el gasto público y privado en CTI es escaso, el manejo y la gestión del sector es errático y con magros resultados.

De acuerdo con los datos de la evaluación de la Contraloría de dicho Fondo, la inversión nacional en ciencia, tecnología e innovación para el año 2015 alcanzó 0,627 del PIB y el gasto en investigación y desarrollo el 0,23% del PIB (45,4% financiado con recursos privados), en los países de la OCDE del 3% (entre el 65% y el 75% invertido por recursos privados).

También la Contraloría sostiene que en el año 2015 el país contaba con 161,5 investigadores de tiempo completo por cada millón de habitantes (undécimo lugar en América Latina). “Países como Argentina (1.255,8), Brasil (710,2), Chile (389,2) y México (386,4), lo superan ampliamente, lo que refleja un rezago significativo. En 2013, el país contaba con 0,4 investigadores por cada 1.000 habitantes, mientras que, por ejemplo, Uruguay tenía un investigador y Argentina tres. El número total de investigadores activos de Colombia (año 2014) es de 11.566. En el año 2014 Colombia registró 112 patentes, Argentina 260, para el mismo año el país presentó 6.708 publicaciones científicas frente a 8.324 de Argentina, 11.510 de México y 38.114 de Brasil.

En el propósito de cambiar esta situación en Colombia se han realizado diversas reformas normativas y de política que van desde de modificar la Ley de CTI (Ley 1286 de 2009), transformar a COLCIENCIAS y expedir el acto legislativo 05 de 2011 que determinó la creación del Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación que recibe el 10% de los ingresos del Sistema General de Regalías (artículo 361 de la Constitución política). El Fondo tiene como uno de sus objetivos incrementar la capacidad científica, tecnológica, de innovación y de competitividad de las regiones, así como contribuir al progreso social, al dinamismo económico, al crecimiento sostenible y una mayor prosperidad para toda la población.

Los investigadores y las universidades celebraron la creación del Fondo, esta decisión garantizaba nuevos recursos para CTI, sin embargo, en la reglamentación estos recursos de regalías para CTI se entregaron a los gobernadores y al Alcalde de Bogotá (Ley 1530 de 2012). Los recursos del Fondo se distribuyen entre los departamentos y Bogotá utilizando indicadores de población, pobreza y desempleo. La norma se expidió a pesar de que quienes investigan y los expertos advirtieron desde el comienzo los riesgos de despilfarro y la posibilidad de escasa gestión con dichos recursos, entre otras cosas porque se subordinaba a Universidades, centros de investigación e investigadores, con entidades territoriales y gobernaciones que en su mayoría no cuentan con capacidad alguna para ejecutar este tipo de proyectos.

Lo anterior explica en parte las conclusiones de la evaluación de la Contraloría, además de los escasos avances en CTI, a diciembre de 2015, $1,1 billones seguían sin aprobar, de un total de $3,3 billones asignados a los 33 fondos (32 departamento, más Bogotá), aunque existe un solo Fondo de Ciencia, Tecnología e Innovación, en la práctica la ejecución se atomizó y se dispersó al dividirse en 33 entidades territoriales; lenta ejecución de los proyectos, de los 271 aprobados, sólo se habían terminado 11 en 2015; La idoneidad de los contratistas y ejecutores no es clara, 201 proyectos son ejecutados por las gobernaciones y 70 por entidades como universidades, Colciencias, Corporación Ruta N y Corpoica; y alta dispersión temática de los proyectos de ciencia, tecnología e innovación, que a decir de la Contraloría de alguna manera señalan “la falta de definición de áreas estratégicas y que los criterios de priorización y aprobación de los proyectos terminan siendo muy laxos para definir que un proyecto sea considerado de ciencia y tecnología”, entre otras.

Lo anterior, permite afirmar algo elemental pero que debería ser el camino: la política pública para promover el desarrollo de la ciencia y la tecnología lo primero que debería reconocer es que institucionalmente quien investiga y produce ciencia, o alcanza los linderos en la cual ésta se encuentra, son las universidades y sus grupos de investigación, además de algunas instituciones especializadas públicas y privadas. Luego quienes conocen y tienen de manera permanente preocupaciones asociadas a la gestión, a los indicadores y a la obtención de recursos para CTI son de los rectores, decanos y directores de dichos centros de investigación, es a estos centros a quienes mediante la calidad de su proyectos y posibles impactos se les deben entregar los recursos para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la investigación.

Fuente: http://www.dinero.com/opinion/columnistas/articulo/regalias-para-ciencia-y-tecnologia-un-sistema-creado-para-despilfarrar-recursos/243806

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Colombia: La investigación científica poco les ha importado a los gobernantes

Colombia/Abril de 2017/Autor: Diego Arias Serna/Fuente: Crónica del Quindio

El futuro de Colombia va a estar profunda y directamente relacionada con la capacidad que los colombianos tengamos de organizar la educación; la hija de la educación: la ciencia; y la hija de la ciencia: la tecnología. Sin la menor duda, este entrelazamiento será uno de los ejes principales del futuro de nuestro país en el siglo XXI”.

Ya estamos en 2017 y la sombra que cubría al país –en educación, ciencia y tecnología- todavía pende en el firmamento del deseo, la desesperanza y la frustración, a pesar de que en septiembre de 1993 nuestro insigne neurocientífico Rodolfo Llinás, escribió los dos párrafos anteriores, publicado en el texto: Misión Ciencia, Educación y Desarrollo, Colombia: Al filo de la oportunidad.

Era la época del mandato de César Gaviria Trujillo, cuando él tuvo la magnífica idea de formar el grupo de los 10 sabios para que se reunieran a pensar y proponer soluciones que le permitieran a Colombia salir del atraso en la que se hallaba en el triángulo: educación, ciencia y tecnología y que sus dos ‘hijas’ mayores: la desigualdad social y la violencia, se transformaran, se ‘embarazaran’ y sus nuevos ‘hijos’ crecieran con justicia social y paz.

La Constitución es letra muerta

Pero no valió la recomendación de los sabios, ni tampoco la Constitución de 1991, en la que se expresa la urgente necesidad de formar un nuevo ciudadano que se caracterice por su solidaridad, tolerancia y respeto a la diferencia, elementos fundamentales para que un país pueda vivir en concordia.

Tanto Gaviria, con la formación del grupo de los 10 sabios, como Ernesto Samper Pizano, fueron presidentes que manifestaron la necesidad de impulsar la educación la ciencia y la tecnología, al igual que Carlos Lleras Restrepo, quien creó a Colciencias, y Virgilio Barco, que declaró 1988/1989 el año de la ciencia y la tecnología. Es decir, sino todos, casi todos los mandatarios han dicho expresiones y realizado actos de gobierno en ese sentido, movidos por el deseo, y por qué no, para engañar, pero el país sigue pensando en esa utopía.

Samper escribió en el prólogo del texto citado: “Tenemos la certeza de que es preciso dirigir gran parte de nuestros recursos hacia el mejoramiento de nuestro talento humano y hacia la creación de condiciones propicias para fomentar una actitud más positiva hacia el conocimiento, el aprendizaje y la innovación permanente”.

La joya de la corona para el impulso a la investigación y que enseña pocos ‘diamantes’, ‘perlas’, ‘esmeraldas’ y ‘oro’, que brillen en el escenario de la investigación científica y tecnología de Colombia, ha sido Colciencias.

El gobierno no le ha dado oxígeno a Colciencias

Desde Alberto Ospina Taborda (1969-1972), hasta el último nombramiento de César Ocampo (marzo 2017), Colciencias ha tenido cerca de veinte directores, varios de ellos con excelente formación académica y experiencia investigativa. Sin embargo, poco han podido hacer por orientar al país hacia el rumbo de la investigación científica y tecnológica, y seguramente que han tenido buenas intensiones.

El por qué el ente rector de la construcción científica y tecnológica del país se ha quedado corta, lo expresó uno de sus directores: Jaime Restrepo Cuartas, después de su dimisión en entrevista concedida a José Luis Barragán, colaborador de Semana.com., en julio 2012: “En el Estado, a Colciencias todavía no se le da la dimensión que debería tener si queremos que este país logre, a través del conocimiento, un nuevo modelo productivo”.

En dicha declaración, Cuartas dijo que renunció a la dirección de Colciencias porque, por esa época, se planeaba disminuir el presupuesto para la próxima vigencia, y porque – según él -durante cuatro meses, ni el presidente Juan Manuel Santos ni el ministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, lo recibieron para hablar sobre el asunto.

Así que quienes han estado al frente de ese organismo han vivido un viacrucis en el recorrido que conduzca al quehacer investigativo del país. En el mandato de Santos hubo momentos de alegría entre los científicos cuando él le dio vida a la Ley de Regalías, excelente idea que se frustró por la orientación dada al manejo de esos recursos.

El contralor señala el mal uso de las regalías 

Administración negativa que ya está dando sus frutos podridos. Este año el contralor general de la República -CGR- Edgardo Maya, informó del mal uso de los dineros de regalías que inicialmente habían sido destinados para ciencia y tecnología. El funcionario encontró en sus indagaciones que entre el 2012 y 2016 se asignaron 3,8 billones de pesos con destino al impulso científico y tecnológico, pero no todo se usó con tal propósito.

Esa situación se debió, según la Contraloría, porque quedó en manos de actores políticos como los gobernadores, quienes desviaron los fines de tan loable idea. Al estudiar 33 proyectos de ciencia y tecnología, se encontraron anomalías.

Por ejemplo, en el Cauca se invirtieron 16 mil millones de pesos para usarlos en estudios de posgrados para empresas de emprendimiento, buscando mejorar la competitividad, sin embargo, los recursos se destinaron a instituciones que no podían prestar ese servicio. En este caso se llegó al exabrupto de usar esa parte de las regalías en un asadero de pollos y en un SPA, establecimiento usado para hidromasaje.

Los Llanos Orientales, tan rico en recursos naturales pero olvidado, también fue timado por la clase gobernante, siendo doblemente despojado. La CGR encontró que en Vichada se aprobó construir un centro de formación e investigación en energías renovables por 32.917 millones de pesos y la gobernación, en su ‘sabiduría’ de la corrupción, contrató al consorcio Ciner integrado por dos empresas de construcción, sin experiencia en estos proyectos.

Ni siquiera instalaron celdas solares y el pomposo proyecto terminó en la construcción de una biblioteca, un auditorio y un conjunto habitacional. En Córdoba, los gobernantes no se han quedado atrás. En ese departamento se auditaron 10 proyectos de ciencia y tecnología, encontrándose pérdidas por 30 mil millones de pesos.

La gobernación tuvo su modus operandi, que permitiera enredar el atraco y dificultara encontrar culpables. Suscribieron convenios con varios cooperantes, entre los cuales hay reconocidas instituciones y universidades, y estas subcontrataron con una empresa novel, seguramente creada para ese fin.

El 10% de las regalías muy mal gestionado

Según el informe del organismo de vigilancia, se ha encontrado que una tercera parte del valor contratado lo realizan instituciones no reconocidas por Colciencias y al corte de la fecha del informe en diciembre de 2015, ejecutaban contratos por unos 600 mil millones de pesos, de 1,8 billones.

La evaluación que realizó la CGR sobre el Fondo de Ciencia y Tecnología, que abarca el período 2012-2015, pone de presente que buena parte de los problemas que evidenciaron son consecuencia de un diseño institucional poco adecuado, que puso el manejo de los recursos a depender de las decisiones de actores políticos de los departamentos: los gobernadores.

La corrupción entonces le está dando una estocada a la ciencia y la tecnología, y con la decisión del gobierno de destinar, por una sola vez, $1.5 billones de las regalías a vías terciarias, seguiremos – como diría Gabo – uno de los 10 sabios, con otros cien años de soledad.

Fuente: http://www.cronicadelquindio.com/noticia-completa-titulo-la_investigacin_cientfica_poco_les_ha_importado_a_los_gobernantes-seccion-la_ciencia-nota-109093

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¿Cuáles son las prioridades de CONACyT?

*Helena Papacostas Quintanilla #PorMásCiencia

Las especialidades, maestrías y doctorados de calidad constituyen el último nivel de la pirámide escolar en México y son una parte primordial del sistema científico, tecnológico y de innovación. Aunque pequeño y frágil, sin él resulta imposible cumplir las funciones asignadas a la llamada sociedad del conocimiento. En este sentido, la inversión pública o privada que se realice para aumentar el crecimiento del subsistema de posgrado y garantizar su calidad y competencia internacional resulta crucial para el conjunto de la investigación científica y tecnológica en todas las áreas del conocimiento y modalidades en la aplicación de este último. Se trata de una inversión al futuro, pero también al presente. Sin la existencia de estudiantes dedicados de tiempo completo a sus estudios, no sólo se pone en riesgo el patrimonio acumulado sino que se echan para atrás las manecillas del reloj.

El doctorado es el máximo estrato educativo que podemos alcanzar en nuestro país, la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología publicó que, durante 2014, en México se graduaron 4541 estudiantes, un 18.43% de los graduados en América Latina. La culminación de esta pirámide educativa comprende una inversión de aproximadamente 25 años de estudios continuos en la que el gobierno federal invirtió $8,718.7 millones de pesos. Sin embargo, contrario a lo que la mayoría de las personas piensan, el monto que se destina a los estudiantes no es a fondo perdido, en realidad el Conacyt reporta que el porcentaje anual de recuperación de la inversión es de 10.74% y si consideramos una vida útil de 30 años del investigador, el gobierno federal recupera la inversión que hizo en esos estudiantes en un lapso de 9.31 años.

En México, se ha transitado de un Padrón de Excelencia con 414 posgrados en 1991 a la formación y consolidación del Programa Nacional de Posgrados de Calidad, que tiene 2087 programas distribuidos en instituciones de educación superior, tecnológicos, centros e institutos, tanto públicas como privadas. Durante el mismo periodo, la formación de capital humano tuvo un crecimiento vertiginoso: de 5570 becas en 1991 a 61572 en 2015.

En la rueda de prensa convocada por el Conacyt el 21 de marzo de este año la Mtra. María Dolores Sánchez, directora Adjunta de Posgrado y Becas, comentó que durante 2016 hubo 63000 becas vigentes y que este año se espera un incremento de sólo 200 becas más. De esta cantidad 24975 serán becas nuevas, 23755 destinadas a estudiantes con dedicación exclusiva. Si dividimos entre los 2069 programas del PNPC registrados en 2017, se asignarían  11.5 becas por programa.  Del total de becas mencionado, 7398 serán asignadas en esta primera convocatoria. Las restantes en la segunda convocatoria, llamada de verano.

En la rueda de prensa mencionada se dijo que  las convocatorias para la asignación de recursos destinados a proyectos de investigación se mantendrán, pero con ajuste de presupuesto. Lo anterior nos lleva a una encrucijada: queda claro que instituciones sin alumnos no pueden llevar a cabo sus funciones, pero ¿de qué sirve tener estudiantes si el presupuesto asignado a investigación decrece? ¿Es viable tener proyectos sin estudiantes que participen?

En su discurso, Conacyt habla de áreas de conocimiento prioritarias para el país, dando fuerza a las áreas clínicas, biológicas e ingenierías, y dejando fuera a las ciencias sociales y las humanidades. ¿Son realmente estas áreas no prioritarias? ¿es legítimo priorizar las áreas científicas? Desde distintas perspectivas, todas son igualmente importantes. La investigación está íntimamente ligada a la academia y al proceso educativo, entonces ¿podemos decir que las investigaciones en el área de educación no son prioritarias para la academia y el desarrollo del país?, ¿quién decide y cómo cuáles áreas son prioritarias? En última instancia, ¿por qué se debe elegir?

Para ser parte del PNPC, los programas deben cubrir una serie de requisitos e indicadores. Cumplir con estas cláusulas exige una gran cantidad de tiempo y esfuerzo de las instituciones. Si ser parte del PNPC ya no les garantizará tener acceso a estudiantes becados y/o proyectos de investigación, uno comienza a cuestionarse, ¿vale la pena cumplir con estos requisitos?, ¿se mantendría la calidad de la educación de posgrado en México?, y finalmente ¿es suficiente el presupuesto que en México se asigna a investigación, o parte del problema es que ni siquiera ha existido un compromiso real por asignar, al menos, el 1% del producto interno bruto a este fin? Desafortunadamente, el panorama actual produce más preguntas que respuestas.

*Estudiantes de Posgrado de los Departamentos de Farmacobiología, Ingeniería Eléctrica, y Química del Cinvestav.

Fuente del Artículo:

¿Cuáles son las prioridades de CONACyT?

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