Chile: Discrepancia sobre las evaluaciones de la Educación Pública

América del Sur/Chile/diariojuridico.com

Senadores y el Ejecutivo discrepan sobre el modo de evaluación que impondrá Sistema de Educación Pública.

Las Comisiones de Educación del Senado y la Cámara sesionaron en forma conjunta con el objetivo de dar cumplimiento a lo dispuesto en el inciso final del artículo 7° transitorio de la ley 21.040, que crea el Sistema de Educación Pública, con el fin de conocer el estado de avance de la implementación del Sistema de Educación Pública.

La sesión conjunta se pensó para poder escuchar a la ministra de Educación, Marcela Cubillos; pero mientras algunos senadores criticaron al Ejecutivo por una “falta de autocrítica”, la secretaria de Estado reiteró el compromiso con una educación pública de calidad.

No obstante, la sesión especial conjunta de las Comisiones de Educación y Cultura del Senado y de la Cámara de Diputados, generó visiones dispares sobre el análisis de la implementación de esta reforma.

La senadora Yasna Provoste, lamentó “el abandono del gobierno en implementación de Ley de Nueva Educación Pública o de desmunicipalización”.

Crítica también compartida por dirigentes del Colegio de Profesores y representantes de municipios con problemas en la implementación y deudas.

Por su parte, la ministra de Educación defendió el balance expuesto ya que da cuenta de la implementación de la reforma y del compromiso de este gobierno con la educación pública y de calidad.

Asimismo Cubillos apuntó que “hasta fines de 2018, las autoridades que dirigieron la educación pública fueron los mismos funcionarios nombrados en la administración anterior, de la Presidenta Bachelet”.

Por su parte, la senadora Provoste señaló que en tres ocasiones las comisiones unidas del Senado y de la Cámara citaron a la ministra de Educación para que, en el cumplimiento de la Ley de Nueva Educación Pública, pudiese dar cuenta del Estado del Sistema de Educación Pública.

“Hoy hemos escuchado un pobre balance, donde la palabra calidad y aspectos relativos a los aprendizajes, sumado a la falta de un plan de infraestructura que acompañe una de las necesidades más sentidas por la población, no ha estado presente. En tanto, la falta de oferta pública en el proceso de admisión durante este año, dejan en evidencia el estado de una educación que es de todos chilenos. La calidad no estuvo presente en esta cuenta pública”, sentenció la legisladora Provoste.

Asimismo, la senadora lamentó que este haya sido un año perdido para la educación pública, y convocó a todos los actores para aumentar el esfuerzo y así revitalizar la educación que es de todos.

Por otro lado, la presidenta de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados, Cristina Girardi, comentó que tienen dudas sobre cómo ha actuado el gobierno, porque “los Servicio Locales han estado prácticamente trabajando solos sin ningún apoyo por parte del Ejecutivo. Vale decir, al Ministerio como responsable de la Educación Pública en Chile”.

“Ya no hay alcaldes para echarles la culpa. Es el Mineduc el responsable si esto resulta o no. Si los Servicios Locales hoy tienen problemas administrativos para mejorar la Educación, es problema de la ministra de Educación, ellos son los llamados a resolver”,concluyó.

Fuente: Senado de la República de Chile

diariojuridico.com /chile-discrepancia-sobre-las-evaluaciones-de-la-educacion-publica/

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Perú: Expertos cuestionan nuevo sistema de calificación escolar

América del Sur/Perú/diariovoces.com.pe

A fines de enero, el Ministerio de Educación (Minedu) anunció que, a partir de este año, se implementará en las escuelas públicas y privadas del país una nueva escala de calificaciones basada en letras, la cual reemplazará a la escala numérica vigesimal (con valores del 0 al 20).

Aunque el sistema de evaluación por letras ya se venía aplicando con un formato diferente en los niveles de inicial y primaria, desde el 2019 se verá reflejado en las libretas de notas de los alumnos de secundaria, según el titular del Minedu, Daniel Alfaro, y la viceministra de Gestión Pedagógica, Susana Helfer.

Según Helfer, durante los primeros días de este mes sería publicada la norma con todos los detalles y variantes del nuevo sistema. Sin embargo, a la fecha el Minedu no ha emitido ninguna resolución que lo oficialice. El Comercio buscó durante varios días al ministerio, pero no hubo respuesta.

Ante los cuestionamientos recibidos en los últimos días, el ministro Alfaro anunció el viernes que el nuevo sistema de calificación “se implementará en secundaria de manera gradual”. “Estamos todavía en un proceso de elaboración de la norma y recogiendo todas las inquietudes de la ciudadanía”, dijo.

Asimismo, el ministro informó que hasta el 22 de febrero se capacitará a 220 especialistas de las unidades de gestión educativa local (UGEL) sobre la escala de letras, a fin de que a través de estos “se llegue a los 90 mil profesores de secundaria de la educación pública”.

El presidente de la Asociación de Colegios Particulares Amigos (Adecopa), Bruno Espinoza, explicó que el concepto detrás del modelo de evaluación por competencias es pertinente, pero anunciar su aplicación a solo semanas del inicio del año escolar “ha generado incertidumbre”. “El Minedu puede aplicarlo de manera gradual, pero ya debería precisar en qué grados de secundaria se hará”, dijo. En tanto, el secretario general del Sutep, Alfredo Velásquez, dijo que el Minedu debería postergar la implementación del nuevo sistema de evaluación hasta el 2020, ya que el magisterio aún requiere de un proceso de sensibilización y actualización sobre el tema. “El ministerio está demostrando improvisación”, añadió.

Fuente: https://www.diariovoces.com.pe/125425/expertos-cuestionan-nuevo-sistema-calificacion-escolar

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Ecuador: Universidades no tendrán categorías

Ecuador/04 de  Septiembre de 2017/El Diario

Así lo indicó el presidente del Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (CEAACES), Gabriel Galarza, en una reunión que mantuvo en Guayaquil con representantes de 18 universidades autofinanciadas.

Allí se presentó el nuevo modelo de Perfeccionamiento de la Evaluación Institucional Externa de Universidades y Escuelas Politécnicas, que contempla aspectos como: estándares de calidad, procesos, reglamentos y criterios de acreditación y clasificación, que serán implementados próximamente. Estas serán examinadas considerando las diferencias que hay entre unas y otras; y además se eliminará la categorización (A, B, C), en las que actualmente están ubicadas luego del proceso.
Dentro de las nuevas reformas al modelo de evaluación y acreditación, se clasificará a las Instituciones Educativas Superiores (IES) en tres grupos: acreditada por seis años, a las instituciones que superan el 70 % en la evaluación y no tienen ningún deficiente; acreditada por tres años, a aquellas instituciones que han obtenido al menos el 45 % en la evaluación con fines de acreditación; y licenciadas, a las que cumplen las condiciones mínimas de funcionamiento establecidas por el Consejo de Educación Superior (CES) en coordinación con el CEAACES, y todavía no han logrado la acreditación.
El rector de la Universidad San Gregorio de Portoviejo, Marcelo Farfán, manifestó a El Diario que la decisión que toman es acertada.
“Esto es bueno porque la categorización es una verdadera discriminación y poder tener las mismas  condiciones entre una y otra en un Ecuador diverso. La diversidad también tiene que ser adaptada a la ley”, afirmó Farfán.
Fuente: http://www.eldiario.ec/noticias-manabi-ecuador/446286-universidades-no-tendran-categorias/
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Entrevista a Beatriz Rey: «É preciso colaboração, e não competição, para garantir o direito à aprendizagem»

03 Julio 2016/Fuente y Autor: Gestaoescolar

Pesquisadora brasileira explica como as avaliações têm sido utilizadas nos EUA e critica falta de debate sobre o tema no Brasil

Os Estados Unidos vivem hoje um intenso debate sobre o impacto das avaliações externas na política educacional do país. Exemplo disso foi o lançamento, em junho deste ano, da Education Declaration to Rebuild America Declaração sobre a Educação para Reconstruir os EUA, assinada por educadores, pais, ativistas e representantes de governo e do meio acadêmico, como Theda Skocpol, da Universidade Harvard; Linda Darling-Hammond, da Universidade Stanford; Diane Ravitch, da Universidade de Nova York; Robert B. Reich, da Universidade da Califórnia em Berkeley e ex-secretário do Trabalho no governo de Bill Clinton, entre outros. 

Segundo o documento, traduzido pela Campanha Nacional pelo Direito à Educação: «Educadores estão sendo tolhidos de sua dignidade e autonomia, o que leva muitos a abandonar a profissão. Escolas estão sendo fechadas por motivos arbitrários. A voz dos pais e representantes da comunidade está sendo calada no debate educacional. E o que é mais importante: o direito à Educação e ao aprendizado está sistematicamente sendo negado às crianças». 

Para comentar o assunto, GESTÃO ESCOLAR entrevistou, por e-mail, Beatriz Rey, mestranda em Ciência Política na Universidade da Carolina do Norte, em Chapel Hill. Nos Estados Unidos há um ano, ela investiga as consequências dos usos dos testes de alto impacto e já entrevistou diversos alunos, pais, professores, líderes comunitários e pesquisadores americanos sobre o tema. Durante a entrevista, a brasileira comentou as principais críticas ao atual sistema de avaliação americano e comenta a falta de debate no Brasil. 

A realização de avaliações externas cresceu nos EUA?
BEATRIZ REY Desde a instituição da lei No Child Left Behind (NCLB) – Nenhuma Criança Para Trás – em 2002, pelo governo de George W. Bush, as avaliações externas têm sido cada vez mais frequentes no país. À época, o texto estabeleceu que todos os estados deveriam ter 100% de seus alunos proficientes até o ano acadêmico 2013-2014. Para isso, exigiu que cada estado desenvolvesse o próprio teste padronizado. No entanto, muitos não conseguiram alcançar a meta de aprendizagem e ganharam uma espécie de «dispensa» do governo atual em relação à exigência. Em 2009, o lançamento de outro programa, o Race To The Top (RTTT) – Corrida para o Topo -, impulsionou ainda mais a realização de avaliações. A iniciativa estimula a competição entre estados e/ou distritos e um dos incentivos do governo é a adoção de metas e testes padronizados. 

Como esses exames têm sido utilizados?
BEATRIZ Eles são a peça-chave do chamado sistema de responsabilização norteamericano. Os resultados são utilizados para responsabilizar as escolas e/ou a equipe escolar. O RTTT prevê prêmios para quem apresenta bons resultados. A NCLB prevê punições cada estado ou distrito tem autonomia para propor uma reestruturação da gestão escolar, chamado turnaround. Em Chicago, onde acabei de realizar uma pesquisa sobre o tema, o turnaround pode ser realizado por uma empresa que presta consultoria e já foi conduzido pela Secretaria de Educação. O coro contra os testes de alto impacto é grande nos Estados Unidos: pais, professores, alunos, líderes comunitários, religiosos têm criticado amplamente o mau uso das avaliações padronizadas. 

O que são os testes de alto impacto?
BEATRIZ São aqueles cujos resultados nas avaliações padronizadas em larga escala são utilizados para tomar decisões políticas importantes, como a bonificação e a demissão de professores e de gestores e até o fechamento da escola. O que observamos aqui é que essa política tem incentivado a cola; a discriminação nas escolas, como nos casos em que os estudantes com dificuldades de aprendizagem são obrigados a fazer a mesma prova diversas vezes até que cheguem ao resultado correto; e a criação de estigmas em relação aos alunos, pois às vezes eles próprios se consideram «incapazes» por não se saírem bem nos testes. 

Quais discussões antecederam a Education Declaration to Rebuild America, publicada em junho deste ano? 
BEATRIZ O pontapé inicial desse debate sobre responsabilização nos Estados Unidos ocorreu com o lançamento do livro Vida e Morte do Grande Sistema Escolar Americano Como os Testes Padronizados e o Modelo de Mercado Ameaçam a Educação (Ed. Sulina, 318 págs., 50 reais, tel.: (51) 3311-4082) da Diane Ravitch, historiadora que apoiava o modelo e voltou atrás ao perceber que ele não funciona na prática. Ela descreve a maneira como as consequências punitivas realizadas com base nos resultados dos testes têm incentivado práticas para burlar o sistema. Um dos casos mais debatidos aqui é o de Atlanta, em 2009, no qual uma investigação concluiu que 44 de 56 escolas da rede colaram em um teste padronizado e 178 diretores e professores foram acusados de corrigir as respostas erradas dos alunos. 

Quais as principais críticas feitas pelos signatários no documento?
BEATRIZ O documento é contra políticas impostas de cima para baixo, testes de alto impacto punitivos e a ênfase excessiva no desempenho acadêmico dos alunos acompanhada da pouca atenção ao processo educacional em si. Uma das críticas principais é o fato de o modelo atual negligenciar a desigualdade de oportunidades em relação à classe social e à raça. Os signatários também reclamam do fechamento das escolas, processo acentuado no pós-crise financeira de 2008. Chicago acaba de registrar o fechamento de 50 escolas públicas, o maior da história do país. Os ânimos no meio educacional norteamericano estão acirrados. 

É possível outro modelo de avaliação?
BEATRIZ Sim. A Finlândia, por exemplo, faz avaliações esporádicas e diagnósticas, que não são atreladas a nenhuma consequência punitiva, mas apontam os desafios a ser superados. Por que precisamos de avaliações que responsabilizam, punem ou que estigmatizam escolas, alunos e professores? Obviamente, é necessário verificar se o direito ao aprendizado está sendo garantido, mas isso não significa que devemos usar os resultados das provas para atribuir a culpa à equipe escolar e aos alunos, principalmente quando não se consideram variáveis extraescolares que influenciam na aprendizagem. Além disso, a cultura dos testes punitivos introduz competição na sala de aula. É preciso colaboração, e não competição, para garantir o direito à aprendizagem. O debate está chegando ao Brasil, mas de maneira muito fraca. 

Por que esse debate ainda não ocorre no Brasil?
BEATRIZ A produção acadêmica no país sobre o tema ainda está restrita ao campo da psicologia e da psicometria, chegando pouco ao meio educacional. Outro problema é que o Instituto Nacional de Estudos e Pesquisas Educacionais Anísio Teixeira (Inep) não realizou nenhum estudo sobre a validade e confiabilidade das nossas avaliações se esses estudos já foram feitos, não foram divulgados, e o pior é que não há cobrança por transparência nessas provas. Os pesquisadores nos Estados Unidos se organizam para cobrar o poder público. Um exemplo disso é um grupo de pesquisadores em Chicago que se organizou e criou um site no qual, periodicamente, são publicadas análises feitas por eles com evidências variadas sobre as políticas públicas implementadas na cidade inclusive sobre a política de testes. Esse tipo de mobilização também precisa acontecer no Brasil. Hoje temos o Movimento Contra o Uso de Testes de Alto Impacto na Educação, mas ainda com pouca visibilidade

Fuente de la entrevista: http://gestaoescolar.org.br/aprendizagem/beatriz-rey-preciso-colaboracao-nao-competicao-garantir-direito-aprendizagem-773149.shtml

Fuente de la imagen:  http://msalx.revistaescola.abril.com.br/2014/02/12/1424/Oi0ef/ge-28-gestao-escolar-beatriz-rey.jpeg

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Axel Rivas, director del Programa de Educación del Cippec: «Justicia pedagógica es creer que todos los alumnos son capaces»

El investigador se refirió a tres modelos. “Uno de ellos, el meritocrático, es muy injusto”, dijo. Si bien advirtió que sería “absurdo” eliminar el valor del esfuerzo, indicó que el desafío es crear prácticas de enseñanza que favorezcan el aprendizaje en la diversidad.

 Sábado 04.06.2016 |Mariela Goy

Axel Rivas estuvo en mayo en Santa Fe para disertar en el Instituto Nº 8 Alte. Brown, en una actividad organizada por el diputado Paco Garibaldi. También visitó El Litoral. 

El modelo meritocrático, que hoy está siendo tema de debate educativo, “premia los esfuerzos del alumno pero castiga mucho las diferencias de contexto; ignora o aprovecha que existen grandes desigualdades”. Lo dice Axel Rivas, máster en Ciencias Sociales y Educación, y al frente del área de Educación del Cippec, una organización apartidaria que se ocupa de analizar y promover políticas públicas para la equidad y el crecimiento en la Argentina.

El especialista -que recientemente fue seleccionado por la Fundación Konex como una de las 100 personalidades destacadas de la última década en las Humanidades Argentinas- se refirió a los tres modelos de justicia educativa que “están insertos en las prácticas escolares, en las creencias y no se presentan de forma pura, por lo cual tenemos que hacerlos conscientes y explícitos para poder tomar decisiones”.

“Todos nuestros alumnos son infinitamente capaces de hacer muchas cosas. Nuestro trabajo como docentes es explorar y expandir ese potencial. Nuestras creencias de justicia tienen que estar en relación a sentir que todos nuestros alumnos son capaces”, definió Rivas.

—¿Cuáles son esos tres modelos de justicia educativa?

—Uno de ellos es el “modelo meritocrático”, en el cual básicamente los alumnos son responsables de su aprendizaje y los docentes, de enseñar. Por lo tanto, si un docente cumple en enseñar los contenidos, toda la responsabilidad por aprender, aprobar y avanzar es de los alumnos. La meritocracia premia los esfuerzos del alumno pero castiga mucho las diferencias de contexto. Esas desigualdades se manifiestan en los resultados de los aprendizajes, con lo cual es un modelo muy injusto. También es muy tentador y a veces cómodo para el docente porque sólo se responsabiliza de enseñar.

El segundo es el “modelo compensatorio”, que empieza a surgir en los últimos 25 años, y que tiene una gran ruptura con el anterior porque se hace responsable de los alumnos. Trata de dar más oportunidades a los que tienen peor contexto social o alguna situación de desventaja. El sistema educativo ha creado muchas prótesis: becas, apoyos escolares, horas extraturno, tutores, comedores, planes de apoyo a las escuelas más vulnerables. Todo eso ayuda y construye mejores condiciones de justicia, más oportunidades para los desaventajados, pero muchas veces evita la discusión pedagógica.

Eso nos lleva al tercer modelo, el de “justicia pedagógica”, en el cual no podemos mantener la misma enseñanza homogénea, ritualizada y memorística para grupos de alumnos extremadamente diversos y dispares. Por el contrario, es necesario crear pedagogías diferenciadas; es decir, tener distintas trayectorias de enseñanza que puedan favorecer a todos los alumnos, no en escuelas y aulas diferenciadas, sino en aulas compartidas, comunes, donde la diversidad enriquezca el aprendizaje.

Es un gran desafío porque es muy difícil desarrollar pedagogías diferenciadas, que se acerquen más a las trayectorias de los alumnos, que los reconozcan como sujetos, que puedan ser creativas, aprender de su propia experiencia y no repetirse ritualmente. Requiere de mucha capacidad de los docentes, tiempo y buenos salarios. Y a veces hay una brecha entre el ideal y las posibilidades concretas.

“No anularnos como educadores”

—Una de las observaciones que haría un docente a este tercer modelo es que en aulas con más de 30 alumnos es difícil aplicar una pedagogía diferenciada…

—Hay dos planos que todos los docentes deben distinguir. Uno, el de los contextos de vida de los alumnos, que son a veces muy difíciles y diversos, y de las condiciones de trabajo: infraestructura, salarios, falta de tiempo. Esas condiciones son, en definitiva, las que más deciden lo que ocurre dentro de las aulas, las que más inciden en los aprendizajes.

La otra dimensión es el margen de intervención de la propia práctica institucional de las escuelas y de los docentes. Que las condiciones externas de los alumnos sean reconocidas como las que más inciden en los aprendizajes, no debe generar el efecto de excusa de que no es posible mejorar y trabajar con esos alumnos. No creo que tengamos que convertir a los educadores en héroes que salen de la realidad sociológica para cambiar la vida de los alumnos -eso sería irreal y mentiroso-, pero tampoco tenemos que anularnos como educadores y pensar que ya está todo decidido. El trabajo del educador es ampliar márgenes, no justificar la imposibilidad de hacer su trabajo.

Los educadores deben salir de un cierto clima de derrota, de estar como fuera de eje, fuera de época. Hoy nuestros niños y jóvenes tienen más acceso al conocimiento que nunca, pero desorganizado y disperso. Las escuelas tienen el potencial de aprovechar el acceso a Internet, y crear nuevas visiones de aprendizaje, más disfrutables. (Axel Rivas, Cippec)

—¿Cuál es su postura sobre la vuelta de las notas 1, 2 y 3 como aplazos en Buenos Aires?

 —Hay que salir del debate muy simplificado de posiciones enfrentadas. La práctica pedagógica siempre es compleja, es una combinación y no una toma de posición única. Es necesario mantener siempre un sentido de valor del esfuerzo -sería absurdo e injusto eliminarlo- así como todo tipo de rituales, de varas, de reglas, de medidas que disciplinan el aprendizaje. Pero creo que tienen que tener mucho menos peso del que tenían tradicionalmente. Hay que reemplazarlos con nuevos conductores de aprendizaje: no a partir de la orden exterior al miedo, a la falta o al castigo, sino al revés: a partir de apasionar a los alumnos y hacerlos a ellos mismos constructores del conocimiento. Reitero que el gran desafío es cómo crear prácticas de enseñanza que favorezcan el aprendizaje en la diversidad, y evaluaciones que funcionen.

La “buena” evaluación

—¿Cuál sería una buena evaluación?

—Es aquella que trabaja junto a la enseñanza, que acompaña, que es casi imprescindible, que permite una retroalimentación constante. Una evaluación de procesos y no esa prueba final, ritual, que de alguna manera pone todo el peso del aprendizaje en el alumno. El docente tiene un gran desafío: mantener la vara meritocrática sólo que subsumida a una vara de justicia pedagógica. Es decir, que el ordenador tiene que ser el potenciar a cada alumno, el reconocer sus dificultades, apoyarlo, crear distintas trayectorias para llegar a cada uno, a su forma de participar.

—¿La evaluación debe considerar también el contexto del alumno, su acceso al capital simbólico?

De una forma tal que uno pueda potenciar a ese alumno, porque el riesgo siempre es caer en una visión de “promoción social” donde uno reconoce una situación desfavorable y por compasión no mantiene la vara de lo que ese alumno tiene que aprender. La pregunta típica que se hace el docente es: ¿enseño para el promedio del curso o bajo la vara para que todos puedan aprobar aún cuando los aventajados no aprendan mucho más?. Es una pregunta errada y mal planteada en términos pedagógicos: la cuestión es cómo uno se enriquece a partir de la diversidad y cómo uno plantea un proyecto de enseñanza que genere trayectos paralelos y sinérgicos. El ejemplo es el “multigrado” de las escuelas rurales, donde un docente tiene chicos de 6, 10 y 15 años y no se le ocurre decir: “no les puedo enseñar porque ustedes son muy distintos”. Lo que hace es crear una trayectoria acorde a su edad, a su nivel de desarrollo y, por otro lado, hace actividades compartidas. Esto no es un aula degradada, que no funciona, muy al contrario.

—¿Cómo opera la calidad allí?

— Dependerá mucho de la capacidad que tengan los docentes de llevar adelante un programa curricular, de entender cómo se contecta aquello que tienen que enseñar con la vida de los alumnos. El gran desafío de un docente es ser él mismo un apasionado del conocimiento, que tenga ganas de enseñar aquello que sabe, de transmitir el valor por aquello que aprendió. Eso es mucho más importante que el aplazo sí o no, que mantener la vara o bajarla.

El secundario es el bastión más complejo del sistema educativo. Fue diseñado para seleccionar “a los mejores” pero en los últimos 20 ó 30 años, se avanzó en un nuevo paradigma. El problema es que eso no se traduce en una nueva organización de la escuela secundaria, que sigue teniendo muchas materias, exámenes, y pruebas de obstáculos para los alumnos. (Axel Rivas, Cippec)

– ¿Qué pasa con el nivel secundario que incluyó a más alumnos pero sigue sin encontrar la fórmula?

 – Claramente, el secundario es el bastión más complejo del sistema educativo, siempre fue diseñado para elegir “a los mejores”, y en los últimos 20 ó 30 años -especialmente desde el retorno de la democracia-, con distintos hitos y hasta la ley de educación nacional que lo hace obligatorio, se avanzó de distintas formas en un nuevo paradigma. El problema es que eso no se traduce en una nueva organización de la escuela secundaria, que sigue teniendo muchas materias, exámenes y pruebas de obstáculos para los alumnos. Por más que creemos apoyos, tutorías, intentos de hacerla más inclusiva, será muy difícil lograrlo sin cambiar la matriz.

 Entonces ahí hay un desafío de política muy complejo de ser abordado. Hay que crear un equipo institucional con pertenencia a la escuela -no de profesores “taxi”- y un proyecto de mejora institucional. También hay que abordar una dimensión crítica de la enseñanza tradicional; si no lo hacemos, todo lo demás va a ser un retoque, un paliativo que nunca va a alcanzar a tocar lo de fondo. ¿Qué es lo de fondo? Cómo proyectamos en nuestro alumnos la ciencia, la matemática, qué preguntas les generamos a ellos, cómo los involucramos en el conocimiento, cómo los sacamos de una trayectoria extremadamente ajena, de un recorrido por contenidos que ellos no saben para qué sirven ni para qué están ahí.

 – ¿Qué se puede hacer para revivir las aulas, que es el título de uno de sus últimos libros?

 – Hay un plano de la política educativa, donde vienen los cambios más profundos en la participación del Estado, en la distribución de los recursos, en el planeamiento educativo, en crear políticas para fortalecer la docencia, para crear programas de mejora en cada escuela. Por otro lado, está el plano más propio de los educadores, de las escuelas, de las aulas, donde también hay mucho para hacer.

 Para este último, tiendo a usar el esquema simple de las “cuatro C”. Fortalecer la C del Colectivo: del trabajo institucional con los colegas, de crear una cierta mística y un clima de trabajo institucional para sentirse acompañado y que vale la pena. La segunda C es de las Creencias: cuáles son nuestras ideas de justicia, cómo defendemos a nuestros alumnos desde lo que creemos, porque lo que pensamos sobre nuestros alumnos, tiene un efecto sobre ellos. Con lo cual, cuando pensamos que un alumno es incapaz, estamos proyectando en ellos esa incapacidad y probablemente generemos una desventaja en ellos. No podemos pensar que está decidido su destino, que son por definición, por naturaleza, por genética o por crianza, incapaces, disminuidos o que no tendrían que estar ahí.

 La tercera C es de las Capacidades: tiene que ver con tener herramientas pedagógicas, de la propia experiencia porque los años de la trayectoria docente dan muchas herramientas, pero también lo da el diálogo con colegas, la lectura, la capacitación, el ejercicio de reflexión sobre la práctica. La cuarta C es la del Coraje: que es una forma de expresar un plus, un extra que hoy es más importante en las escuelas y que es el entusiasmo, las ganas, el poner el sentimiento de que vale la pena estar ahí. Y no sentirse derrotado. Esto a veces es más importante que todo lo otro.

 – ¿Usted dice que el docente puede poner todo esto en práctica al margen de las políticas educativas que a veces acompañan y otras veces no llegan a las escuelas? ¿El docente, la escuela sola lo puede hacer?

 – Claramente las condiciones de trabajo de los docentes a veces son difíciles; la vida de los alumnos nos pone en juego, muchas veces de forma para las que no estábamos preparados. El trabajo de uno está en tensión, poniéndose en juego uno mismo, y es un trabajo rodeado de humanidad en todo sentido: estamos rodeados de niños, de jóvenes; también estamos todo el tiempo bajo juicio de los alumnos, padres, colegas, con lo cual es un trabajo muy difícil.

Pero, al mismo tiempo, tenemos que tener la capacidad de salir, como colectivo de educadores, de un cierto clima de derrota, de estar como fuera de eje, fuera de época. Me parece que al contrario: hoy nuestros niños y jóvenes tienen más acceso al conocimiento que nunca, pero desorganizado y disperso. Las escuelas tienen el potencial de aprovechar el acceso a Internet, y crear nuevas visiones de aprendizaje, más disfrutables, que sean apasionantes para los alumnos. Antes, la escuela era donde empezaba y culminaba el conocimiento. Ahora, esas fronteras son ilimitadas pero tenemos que ayudarlos a navegar ese mundo y apasionarlos para que quieran navegarlo, y hacer del mundo del conocimiento su propia vida, su propio destino.

– De ahí nos vamos a la formación docente ¿hay un déficit?

– Sí, es uno de los grandes desafíos. Hay un camino muy complejo por delante para lograr la institucionalización de una política nacional y federal de organización, de crear una verdadera carrera de formación docente. Hoy es muy dispar, tenemos más de 1.300 institutos formadores. Lo veo como un desafío que no está ajeno a la visión general de para qué se forman los docentes, cómo se los convoca, cómo se logra tener una carrera profesional atractiva. Los salarios son fundamentales para tener una carrera docente. Si uno ofrece un salario bajo, va a reclutar a personas que no están interesadas en el mismo.

 – ¿Qué opina de la idea del gobierno nacional de crear un Instituto de Evaluación Educativa?

 – La creación de una instancia de evaluación, que por ahora es una secretaría, es un avance. Necesitamos una política sólida de evaluación de la calidad integral que no mire solamente los aprendizajes si no toda las dimensiones de la escuela. Que permita que los alumnos y docentes participen de una autoevaluación institucional. La evaluación de los aprendizajes tiene que ser censal, para todos; hasta ahora lo era sólo para el último año de la secundaria. Pero no para publicar y crear rankings por escuelas, porque sería una forma equivocada de comunicar. Las escuelas se pueden ver perseguidas, en un momento en el cual ya se sienten tensionadas, tratadas peyorativamente por la sociedad y los medios. No hay que generar más ataques a las escuelas, sino diagnosticar, devolver resultados, hacer un plan de mejoras y ser muy críticos, honestos y sinceros sobre lo que aprenden los alumnos para mejorar. Ahí me parece que una instancia como la que se está creando puede ayudar.

Fuente: http://www.ellitoral.com/index.php/id_um/131157-justicia-pedagogica-es-creer-que-todos-los-alumnos-son-capaces-axel-rivas-director-del-programa-de-educacion-del-cippec

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