Las mujeres con algún tipo de discapacidad tienen la mitad de oportunidades de cursar estudios universitarios en comparación con los hombres que se encuentran en la misma condición, pues sólo 3.89% de la población femenina con discapacidad accede a la educación superior, de acuerdo con información del Observatorio sobre Inclusión Social de las Personas con Discapacidad (OBINDI).
La diferencia de género es más pronunciada en el caso de la educación profesional, donde los hombres con discapacidad tienen una participación proporcionalcasidel doble que en el caso de mujeres con discapacidad, pues 6.08% de ellos tiene acceso a una carrera universitaria.
En el OBINDI analizaron las diferencias por género respecto al derecho a la educación en las personas con discapacidad y encontraron que la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2018 registra una mayor exclusión en el caso de las mujeres con discapacidad que en los hombres con esta condición.
En el total de la matrícula de estudios profesionales, no es tan sensible la diferencia entre géneros, pues las mujeres con discapacidad registran 46.8% de participación contra el 53.1% de los hombres.
Las variaciones en los rubros que integran dicho nivel de estudios son significativas, pues en las carreras técnicas predomina la participación femenina (83.2%) por 16.75% de los hombres. Pero en estudios de posgrado, los hombres registran una mayor participación con 73.49%, a diferencia del 26.51% de las mujeres.
De acuerdo con el Mtro. Wilfrido Gómez Arias, investigador en Social Data Ibero – iniciativa multidisciplinaria y transversal que vincula la ciencia de datos que recientemente presentó el OBINDI en conjunto con la UAM-, señaló que la situación de vulnerabilidad que viven las mujeres, la cual se acentúa en jóvenes (en la edad universitaria) y con discapacidad visual, explicaría la baja participación de las alumnas en las universidades, sobre todo en las públicas, pues son espacios educativos a los que llega el grueso del estudiantado en transporte público.
Al considerar la situación de alumnos y alumnas con discapacidad que estudian a nivel superior, dos terceras partes (58%) concierne a estudiantes con discapacidad visual, y poco menos de un tercio (32%) a estudiantes con discapacidad motriz. En consecuencia, ambos grupos representan el 90.65% de los estudiantes con discapacidad realizando estudios superiores.
El OBINDI también encontró que las mujeres con algún tipo de discapacidad registraron un mayor porcentaje de personas sin estudios, con 22.09%, en comparación con el 17.08% de hombres con la misma condición; con lo cual, se genera una diferencia entre ambos géneros.
La Fundación Vicente Ferrer llama la atención en relación a la incidencia de la violencia doméstica entre las mujeres que presentan algún tipo de discapacidad. Según la organización,e estas son cuatro veces más vulnerables y es por ello que ha impartido un taller en Anantapur. Lo ha llevado a cabo en colaboración con la Federación de Personas con Discapacidad del distrito, un seminario que ha congregado a un total de 30 representantes de diferentes asociaciones locales de ayuda y protección a personas con discapacidad.
El objetivo es transmitirles los derechos de ellas para que puedan exigirlos, vía los líderes de las vinkalangula sanghams, que es como se conoce a estas organizaciones. Las estadísticas, como ya adelantábamos anteriormente, no dejan lugar a dudas: el 80% de las mujeres que tienen algún tipo de discapacidad son víctimas de agresiones y son cuatro veces más vulnerables a la hora de sufrir violencia que el resto de féminas de la colectividad.
¿Qué aspectos se trataron? Las leyes que protegen los derechos de la mujer y los mecanismos de denuncia, el matrimonio infantil, el embarazo precoz, la discriminación de género, la violencia doméstica, nutrición, educación, pensiones, entre otros temas. “Estas chicas suelen depender de otras personas, por lo que las violaciones a sus derechos son especialmente frecuentes. Es imprescindible enseñarle sus derechos y las leyes que las protegen para que sepan cómo defenderse”, ha explicado Chingala Nagaiah, miembro del Comité Nacional de los Derechos de las Niñas y Niños del Distrito de Telangana, que ha impartido el taller en un centro de la Fundación Vicente Ferrer en Bukkaraya Samudram.
La FVF trabaja con estos colectivos desde 1987. Cuentan con programas especiales de educación, empleo, reinserción y rehabilitación de personas con diferentes tipos de discapacidad en alrededor de 2.500 aldeas de Andhra Pradesh. Para impartir este tipo de formaciones, la Fundación ha formado a 18.798 personas en liderazgo desde el año 2011. Es fundamental concienciarse en relación a estos problemas y capacitar a gente que sepa transmitir y educar en el respeto y la protección a las personas más vulnerables, como es el caso de las mujeres y especialmente de aquellas que presentan alguna discapacidad.
Senegal/18 agosto 2016/Autoras: Camille Roch y Tale Longva/Fuente: Amnistía Internacional
Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.
Una decena de mujeres están sentadas frente a la Asociación Nacional de Personas con Discapacidad Motora de Senegal (ANHMS) en Thies, Senegal, después de una sesión de diálogo sobre la discriminación.
“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”
En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.
Las dificultades que comporta su condición física hacen que sean especialmente vulnerables a todas las formas de violencia sexual y de género. En 2014, un estudio de HELITE y Handicap International reveló que el 9,3 por ciento de las mujeres senegalesas que viven con discapacidad denunciaron sexo bajo coacción durante su primera experiencia sexual.
Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.
Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.
Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.
“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.
“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.
Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.
Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.
En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.
Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.
“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.
Los mismos derechos para todas las mujeres
Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.
En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.
La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.
El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.
Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.
“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”
En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.
www.amnesty.org/03-08-2016/Por: Camille Roch, Tale Longva
Las sesiones de diálogo sobre derechos humanos con las comunidades locales están encontrando soluciones para poner fin a la doble discriminación que sufren las mujeres que viven con discapacidad física en Senegal.
“Cada día encontramos dificultades”, dice Absa Seye, una joven que ha participado en la sesión. “Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.”
En Senegal, las mujeres que viven con discapacidad se enfrentan a menudo a una doble discriminación, por ser mujer y por su discapacidad. Debido a los prejuicios negativos, corren un riesgo especial de ser estigmatizadas y hacen frente a desventajas desproporcionadas en comparación con el resto de la población.
Casi nunca se habla de los derechos sexuales y reproductivos de estas mujeres, como sus necesidades específicas durante el embarazo. El acceso a los servicios de atención de la salud es a menudo complicado, y la falta de personal médico cualificado impide que reciban la atención adaptada que por su condición necesitan.
Las mujeres embarazadas que viven con una discapacidad hacen frente al estigma, y muchas dudan antes de salir de casa durante el embarazo.
Para responder a estos desafíos, la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal están reuniendo a mujeres con discapacidad física para celebrar sesiones de diálogo con el fin de identificar la discriminación y desarrollar soluciones para abordarla.
Basado en debates participativos en los que intervienen miembros de la comunidad local, este enfoque basado en derechos contribuye a reforzar su conocimiento de los derechos sexuales y reproductivos y a impulsar la participación de las autoridades y los centros de salud en la prevención del trato discriminatorio.
“Estas sesiones ayudan a abordar cuestiones relativas a la accesibilidad a la atención de la salud para las mujeres embarazadas, las dificultades que encuentran en su papel de madres, y cuestiones relacionadas con la sexualidad, que para muchas es algo de lo que nunca hablan”, explica Aminata Dieye, coordinadora de educación en derechos humanos de Amnistía Internacional Senegal.
“He aprendido mucho sobre los derechos sexuales y reproductivos. Gracias a la formación, comprendemos la importancia de asistir a los controles de salud, ya que las mujeres con discapacidad tienen necesidades especiales que deben ser vigiladas durante el embarazo. La formación también fue reveladora en el sentido de que ahora puedo imaginar una vida de mujer casada como cualquier otra mujer”, dice Absa.
Doscientas mujeres han participado en las sesiones de diálogo y actúan como defensoras para informar a otras mujeres en el seno de su comunidad.
Partiendo de este enfoque para poner en marcha un cambio de actitud, el proyecto se combina con programas de radio interactivos para llegar a una audiencia más amplia más allá de la región de Thies.
En los programas de radio de una hora de duración en Sud FM y Best FM han intervenido expertos médicos y especialistas de organizaciones internacionales para concienciar sobre los derechos de las mujeres que viven con discapacidad.
Las entrevistas con expertos jurídicos sobre la ratificación por Senegal en 2010 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad se centró también en el marco jurídico que rodea su derecho a denunciar el clima de discriminación que aún prevalece.
“Este proyecto ha fomentado los conocimientos sobre la situación de las personas que viven con discapacidad, desde la sensibilización que hemos llevado a cabo en el seno de nuestras familias hasta la comunidad en general, a la que se ha llegado a través de los programas de radio. Incluso ha habido personas que me han parado en la calle para decirme que han escuchado el programa de radio y que no eran conscientes de todas las dificultades a las que se enfrentan las personas que viven con discapacidad”, dice Diobe Ndiaye, una joven que participó en la sesión de diálogo.
Los mismos derechos para todas las mujeres
Los esfuerzos sostenidos para proteger los derechos de las mujeres con discapacidad han dado lugar a mejoras. Las reuniones con miembros de la comunidad local y la formación del personal médico han resultado eficientes para difundir información, mejorar la accesibilidad a las instalaciones de atención de la salud y abordar las barreras específicas para la discapacidad.
En el centro maternal de Thies, por ejemplo, pequeñas modificaciones están cambiando las cosas, observa Aby Cisse, que trabaja en la ANHMS. Se ha instalado una nueva rampa para mejorar el acceso, y se ha trasladado la sala de obstetricia a la planta baja para que a las mujeres les resulte más fácil la consulta con el personal.
La mayor visibilidad generada por los programas de radio también ha dado lugar a la distribución de muletas por el socio principal de la asociación, a disposición de las personas de la asociación.
El proyecto liderado por la ANHMS y Amnistía Internacional Senegal se hace eco de la implementación de nuevas medidas sociales en todo el país para apoyar a las personas con discapacidad, como la distribución de la tarjeta de igualdad de oportunidades (carte d’égalité des chances), que da derecho a su titular a ventajas económicas, como la contribución total o parcial al costo de la atención médica que necesite.
Pero todavía queda un largo camino por recorrer para que las mujeres con discapacidad disfruten de los mismos derechos que las demás mujeres.
“Se necesitan nuevas medidas como la carte d’égalité des chances para las personas que viven en la pobreza extrema ya que les permite acceder a atención y servicios médicos. Pero aún queda mucho por hacer en todos los ámbitos para que estas medidas sean plenamente efectivas. Por ejemplo, sensibilizar a los centros de salud para que garanticen que las personas titulares de la tarjeta se benefician realmente de las ventajas a las que tienen derecho.”
“Este proyecto también está creciendo, y es importante hacer participar a personas jóvenes y organizar sesiones de diálogo con asociaciones juveniles, para prevenir la discriminación y cambiar las mentalidades”,dice Aminata Dieye.
En Senegal, la formación de mujeres que viven con discapacidad forma parte del programa Educación – Empoderamiento – Justicia (EEJ), que tiene como objetivo reforzar los derechos humanos y contribuir a una mayor justicia a través de la educación en derechos humanos e iniciativas de empoderamiento, con especial atención a la igualdad de género y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y las niñas.
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