Niños rohingya: cuando el islam radical se convierte en la única educación

Asia/Myammar/06 Junio 2019/Fuente: France24

¿Alguien habla todavía del millón de refugiados rohingya? Ese pueblo musulmán que huyó las masacres étnicas cometidas por el ejército en Myanmar vive ahora en el campo de Kutupalong, el más grande del mundo, más poblado que la ciudad francesa de Marsella.

En su mayoría los refugiados no pasan de 18 años. Esa generación crecerá sin país, sin posibilidad de regreso y casi sin educación. Los jóvenes solo pueden contar con algunas clases dadas por oenegés. La religión tomó el relevo. Un grupo islamista radical, Hefazat el Islam, goza de cada vez mayor influencia y ya cuenta con 350.000 alumnos en los campos de Kutupalong.

Fuente: https://www.france24.com/es/20190605-ninos-rohingya-islam-radical-educacion

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Ministro Afridi de Pakistán: «El propósito de la educación no es solo hacer dinero»

Asia/Pakistan/tribune.com.pk

Reconociendo que hasta 2.5 millones de niños no asisten a la escuela en el país, el ministro de estado para el interior declaró el martes que algunos han hecho de la educación un medio para ganar dinero, matando su propósito básico.

Esto fue declarado por el ministro de Interior, Shehryar Afridi, mientras hablaba en un evento en el Consejo Nacional de las Artes de Pakistán (PNCA) el martes.

Afridi dijo que hay más de 2.5 millones de niños en el país que no van a la escuela y casi nadie piensa en ellos o los aprecia. Pero también están aquellos niños que tienen acceso a una mejor educación.

Sin embargo, lamentó el aspecto comercial a la educación que buscaban algunos

“Si la única razón para adquirir una educación es ganar dinero, entonces no se utiliza esa educación. Hoy, el objetivo básico de la educación ha muerto «, dijo, y agregó:» Hoy en día, la humanidad ha desaparecido de los humanos. No tenemos trabajo en equipo, ética y cooperación entre nosotros. Hoy, el camino que estamos recorriendo nos está llevando a la devastación «.

Continuó agregando que los musulmanes han olvidado sus principios, mientras que los padres solo educan a sus hijos para que puedan obtener empleos codiciados en posiciones de poder.

“No debemos dividirnos en nombre de la religión y la etnicidad. «Ahora es el momento en que nadie nos dirá que hagamos más, ahora les diremos a otros que hagan más», dijo aludiendo a las presiones de Washington.

Más tarde, mientras recibía preguntas de los medios de comunicación, se le preguntó a Afridi que a pesar de las órdenes judiciales, el Primer Ministro Imran Khan no había regularizado su casa, ¿es este el mandato de la ley?

El ministro de estado para el interior respondió que los detalles del caso pueden obtenerse en la Corte Suprema.

“La operación es contra aquellos que han ocupado tierras estatales, no contra aquellos que poseen sus propias tierras. Amablemente haga su tarea ”, replicó Afridi.

Publicado en The Express Tribune 12 de diciembre XX , 2018.

Fuente: https://tribune.com.pk/story/1864837/1-educations-purpose-not-just-make-money-afridi/

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España: Es importante tener profesores abiertos a la diversidad cultural

Europa/España/14 Mayo 2017/Fuente: elfarodeceuta/Autor: A.Q.

El presidente del Foro de la Educación de Ceuta, Francisco Mateos; Luis Vicente Amador, Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación por la UNED; y Macarena Esteban,  profesora del Departamento de Educación y Psicología Social de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, han publicado en el último número de la Revista Interuniversitaria de Pedagogía Social un artículo en el que analizan ‘La Educación como medio para la inclusión social (Los valores sociales de los jóvenes ceutíes de cultura cristiana y musulmana)’.

“Preocupados” por el contexto actual de “radicalización de las relaciones sociales entre grupos humanos y pueblos”, en su trabajo repasan los valores constitucionales de los jóvenes de la ciudad en función de su cultura de origen cristiana o musulmana con el objetivo de “conocer el sentido de la educación en el cultivo de estos valores universales en la consecución de objetivos de cultura y civilización mundial”.

Su estudio se ha realizado con jóvenes cristianos y musulmanes comprendidos entre los 15 y 20 años, con un diseño transversal y descriptivo, utilizando el cuestionario de valores constitucionales “para comprender su percepción sobre los valores de: la dignidad, la libertad, la responsabilidad, la igualdad, la solidaridad y la justicia”.

Los datos fueron sometidos a dos modelos de análisis para conocer las diferencias para desvelar las estructuras conceptuales.

Los resultados reflejan que la ciudad tiene “una juventud asimilable a la europea que permite reconocer que la Educación está cumpliendo con su función socializadora, homegeneizadora e inclusiva entre culturas”. Sin embargo, desde su punto de vista “las estructuras conceptuales de los jóvenes musulmanes, en los valores de la dignidad, la libertad, la igualdad, la solidaridad y la justicia, reflejan diferencias que denotan el origen cultural y las tradiciones del Islam”.

“Eliminar estereotipos”

A juicio de Mateos, Amador y Esteban, para que la Educación juegue ese papel cohesionador “es importante contar con profesores que posean una actitud abierta ante la diversidad cultural. Que sean portadores de cualidades como la aceptación de todos sus alumnos, la autenticidad, la competencia para afrontar situaciones conflictivas en el aula, la comprensión y la confianza hacia sus alumnos, y la preparación suficiente para poner en marcha actividades de trabajo cooperativo, que favorecen las relaciones entre los alumnos eliminando estereotipos”.

Desde su punto de vista “todos los jóvenes deben contar, al final de su escolarización obligatoria, con una preparación que les permita integrarse en una sociedad variada y plural, superando las situaciones de marginación, desigualdad, rechazo y desestructuración familiar”, todo ello “sin olvidar la importancia de una educación intercultural como una realidad que supere y admita las diferencias culturales”.

El objetivo es “el logro el respeto a los valores reconocidos en los Derechos Fundamentales que permitan la integración e inclusión social desde el respeto a una ciudadanía democrática”.

Fuente de la noticia: http://elfarodeceuta.es/2017/05/13/importante-profesores-abiertos-la-diversidad-cultural/

Fuente de la imagen: http://elfarodeceuta.es/wp-content/uploads/2017/05/21-1-3.jpg

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Munira Ahmed: la mujer convertida en el rostro de la resistencia contra Trump

29 Enero 2017/Fuente: Eldiario/Autor:

Munira Ahmed, una fotógrafa freelance de 32 años, se convirtió en el rostro de la resistencia contra el Gobierno de Donald Trump cuando su imagen fue enarbolada por  miles de personas el sábado pasado en las manifestaciones masivas contra el nuevo presidente.

La imagen, que muestra a la mujer estadounidense de origen bangladesí con una mirada desafiante y un hijab estampado con la bandera de su país, es una ilustración de Shepard Fairey, artista conocido por su retrato de Barack Obama, que se convirtió en el símbolo del mensaje de esperanza del expresidente de Estado Unidos.

“La idea es decir ‘soy estadounidense, igual que vosotros’”, señala Ahmed a the Guardian al regresar a Nueva York desde Washington, donde participó en las protestas. “Soy estadounidense y soy musulmana, y estoy muy orgullosa de ambas cosas”.

El trabajo de Fairey forma parte de un proyecto colectivo coordinado por la Amplifier Foundation bajo el título We the People. También se han presentado trabajos de Ernesto Yerena y Jessica Sabogal.

Las colaboraciones de Fairey están hechas en el mismo estilo de estarcido que su retrato de Obama e incluyen además un niño negro y una mujer de origen latinoamericano con las frases “las mujeres son perfectas” y “defendemos la dignidad”. Sin embargo, el retrato de Ahmed fue el que tuvo mayor impacto cultural.

En todas las manifestaciones realizadas el sábado en las principales ciudades de Estados Unidos, destacaron los carteles con la imagen de Ahmed. La ilustración de Fairey también apareció a página completa en varios periódicos, incluyendo el New York Times y el Washington Post, en el mismo día de la investidura.

“Para mí es un honor, por lo que representa la imagen,” asegura Ahmed. “No es antinada. Representa la inclusión. La idea es decir ‘soy estadounidense, igual que vosotros’. Una congresista se me acercó [durante las protestas del sábado] y me dijo que me reconoció inmediatamente. Me sorprendí porque pensé que la gente creería que la mujer de la imagen iría cubierta [con un hijab] y la verdad es que yo no me cubro. Unas chavalas me preguntaron cuándo dejé de cubrirme y les expliqué que en realidad nunca lo he hecho”, cuenta.

Ahmed señala que la fotografía que Fairey utilizó para la ilustración tiene 10 años. Se la hizo Ridwan Adhami, un fotógrafo de Nueva York, que es también de Queens. Fueron a la Bolsa de Nueva York a hacer la fotografía, anticipando que estar cerca del sitio que fue epicentro de los ataques terroristas del 11-S le daría más intensidad al mensaje de la imagen.

“Esta foto ha tenido dos y tres vidas”, indica Ahmed, fotógrafa de viajes. “Se viralizó antes de que existiera el concepto de ser viral, cuando la gente la subió a muchos blogs musulmanes porque les pareció que molaba. Ahora tiene una tercera vida, que es mucho más masiva que las anteriores”, añade.

La ilustración de Fairey y la fotografía de Adhami plantean la misma pregunta: ¿qué significa ser musulmán y estadounidense en un momento de la historia en que Estados Unidos participa en conflictos en países musulmanes?

“La intención fue hacer una declaración firme –cuenta–. Por eso hicimos la fotografía en la Zona Cero, para remarcar el sentido: ‘Estamos aquí, somos neoyorquinos y pertenecemos a este país’”. Ahmed añade que ahora le suma significado el hecho de que en el fondo se vea un edificio que es propiedad de Trump, el número 40 de Wall Street.

Vecina de Trump

Ahmed creció en el barrio de Jamaica, en Queens, cerca de la urbanización cerrada Jamaica Estates, donde vivió Trump de niño. Los padres de Ahmed fijaron su residencia en Queens después de abandonar Bangladesh a fines de los años 70. Munira nació allí. Otros familiares suyos se instalaron en Michigan. Tanto Ahmed como Adhami se han interesado por la cuestión de la identidad racial estadounidense y los desafíos que surgieron tras los atentados del 11 de septiembre.

“Me decepcionan mucho las personas que están de acuerdo con la retórica que logró que este hombre, Donald Trump, fuera elegido presidente,” señala Ahmed, añadiendo que el viernes pasado evitó deliberadamente ver la investidura de Trump.

“Es lamentable que haya personas que todavía piensen que Estados Unidos debería excluir a personas de otro origen. En mi opinión, los valores fundamentales de Estados Unidos están muy lejos de eso. Gran parte del progreso de este país se debe a los inmigrantes, así que la idea [sugerida por Trump durante la campaña] de  prohibirles la entrada a los musulmanes o crear un registro de musulmanes es absurda. Lo que hace grande a este país es el pluralismo. Nuestra diversidad es la envidia del mundo”, explica.

Adhami asegura que él, igual que Ahmed, ha sentido la necesidad de formar parte de la resistencia contra ese sentimiento antimusulmán que apareció tras los atentados del 11-S. Explica que más de una vez le han culpado por los ataques terroristas por ser musulmán y ha participado en fuertes discusiones dentro de la comunidad musulmana.

“Por eso comencé a trabajar con muchos otros artistas musulmanes que estaban creando obras que nos representaban y nos interpelaban como artistas y musulmanes a la vez”, afirma. Adhami cuenta que cada vez que surge la cuestión del patriotismo de los musulmanes, él ha subido la fotografía de su amiga. Cada vez, la imagen se volvió más compartida, incrustada y reenviada. Ese mismo año, Adhami fue contactado por la Amplifier Foundation.

Al hacer público el Proyecto We the People,  Fairey declaró a la web Middle East Eye que era importante crear imágenes que mostraran a personas de comunidades atacadas y excluidas, especialmente sobre ideas de Trump, que “en mi opinión, sólo pretenden sembrar miedo y son totalmente indignas de un americano”.

“La imagen del hijab con el estampado de la bandera estadounidense es muy poderosa”, señala Fairey, “porque le recuerda a la gente que la libertad de culto es un principio fundacional de este país, y a lo largo de nuestra historia hemos dado la bienvenida a personas que estaban sufriendo persecuciones en sus países de origen”.

Para Adhami, su imagen de Ahmed está asociada a cierta frustración. “Ya estaba cansado de la imagen y de tener que aclararle al mundo ‘soy estadounidense,’” confiesa. “Me ponía muy triste que siempre surgiera la misma conversación. Pero cuando apareció Donald Trump, durante la campaña, lamentablemente se volvió relevante y necesaria otra vez”.

Ahmed afirma que la oleada de racismo que acompañó al ascenso de Trump no le ha hecho perder de vista lo que sucede en otros sitios, que es mucho peor. Por ejemplo, la persecución de musulmanes en Myanmar. “Por mucho que me pueda concentrar en lo que está sucediendo aquí, en Estados Unidos, tengo una visión más global. Sé que vamos a superar esto. Hemos pasado momentos difíciles en el pasado y [las manifestaciones del sábado] son un testimonio de que las cosas no son tan desalentadoras como parecen”.

Ahmed asegura que los recuerdos de la manifestación estarán siempre con ella. “Sentí amor. Sentí inclusión”, señala. “Me llevará un tiempo darme cuenta de lo que realmente significa, una vez se hayan calmado las aguas”.

Al regresar a Nueva York, encontró algo que no había llevado a Washington, y no porque se lo hubiera olvidado. “Tenía una entrada para la ceremonia de investidura”, afirma. “Me dijeron que si la quería, era mía. Pero yo no quería ir. Dejé el sobre de la entrada en la encimera de la cocina para usarla de posavasos”.

Fuente de la noticia: http://www.eldiario.es/theguardian/Munira-Ahmed-convertida-resistencia-Trump_0_605090503.html

Fuente de la imagen: http://images.eldiario.es/fotos/Ilustracion-Shepard-Fairey-Munira-Ahmed_EDIIMA20170124_0865_20.jpg

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48 hours as a Muslim American: A professor reflects

América del Norte/EEUU/Junio 2016/Autor: Mohammad Hassan Khalil / Fuente: theconversation.com

Resumen:  La tarde del pasado viernes, antes de una audiencia global, el ex presidente Bill Clinton (cristiano) y el cómico Billy Crystal (un Judio) elogiaron «al más grande«, el más famoso musulmán estadounidense de todos los tiempos, Muhammad Ali. El domingo, los estadounidenses se despertaron con la trágica noticia de que un joven musulmán estadounidense había perpetrado el tiroteo más mortífero en la historia estadounidense, cuando tomó la vida de decenas de inocentes en el club nocturno Pulse de Orlando.

What a difference 48 hours can make.

Last Friday afternoon, before a global audience, former president Bill Clinton (a Christian) and comedian Billy Crystal (a Jew) eulogized “the Greatest,” the most famous Muslim American of all time, Muhammad Ali.

The televised audience also took in Islamic invocations, recitations from the Qur’an, and, if they listened carefully, gleeful shouts of “Allahu akbar” (“God is the greatest”) from many of the thousands of attendees who packed Louisville’s KFC Yum! Sports Arena for the memorial service. President Barack Obama declared that Ali “will always be America.” And prior to his passing, a moment of silence in his honor was taken before tip-off at two NBA Finals games, once at Oracle Arena in Oakland, another time at Quicken Loans Arena in Cleveland.

On Sunday, Americans awoke to the tragic news that a young Muslim American had perpetrated the deadliest mass shooting in American history when he took the lives of dozens of innocents at Orlando’s Pulse nightclub.

His proclaimed affiliation to ISIS and reports of his homophobia and anger problems were all over the news.

Presidential candidate Donald Trump tweeted that the shooter reportedly shouted “Allahu akbar” during the horrific rampage. President Obama condemned what “was an act of terror and an act of hate.” And a moment of silence in honor of the victims was taken prior to tip-off at the most recent NBA Finals game in Oakland.

To say this past week has been a turbulent one would be an understatement.

Numerous Muslim Americans expressed how pleasantly surprised they were at seeing widely broadcast positive portrayals of their coreligionists in a nonetheless sobering Ali memorial.

At the Louisville, KY Islamic funeral service, the prominent Muslim American scholar Sherman Jackson had declared, “Ali put the question as to whether you could be a Muslim and an American to rest.” What is more, “Ali made being a Muslim cool.”

But with vile criminals such as the above-mentioned shooter (whose name I shall not bother to mention) dominating the headlines, it is easy to see why many Americans see Muslims as being very uncool.

Surveys show that non-Muslims who do not regularly interact with Muslims tend to have a significantly more negative impression of them. This should not come as a surprise given recent events and the media coverage of these events.

It certainly does not help that there exist numerous misconceptions and oversimplifications about both Islam and Muslims that are widely propagated online. (Of course, one could say something similar about America itself. If Islam and Muslims have a “public relations problem” in the West, the same is true for America and Americans in many countries overseas.)

Indeed, as a professor of religious studies, I find that I spend much of my time debunking popular myths.
The demographics

The reality is that with a population of over three million, most Muslim Americans are not nearly as “great” as Ali; and they are certainly nothing like the Orlando shooter. The reality is that most Muslims are everyday people.

Muslim Americans are extremely diverse: 63 percent are immigrants hailing from 77 countries. They are, on average, relatively young. Their levels of education mirror those of the U.S. population as a whole. As a Pew survey put it several years ago, they are “decidedly American in their outlook, values and attitudes.”

What is more, they have been here for a long time.
Coming to America

Some arrived on slave ships centuries ago. Others – including famous figures such as Ali, Malcolm X, basketball legend Kareem Abdul-Jabbar, U.S. Representative Keith Ellison, author G. Willow Wilson, singer Jermaine Jackson, comedian Dave Chappelle and a 19th-century writer and U.S. Consul to the Philippines named Alexander Russell Webb (1846-1916) – chose to convert to Islam.

Most – including numerous physicians, researchers, business owners and cab drivers – immigrated to this country to seek a better life, and, in the process, like other immigrants, made America a better country.

One such immigrant was the late Fazlur Khan, an architect originally from Bangladesh who designed the iconic Sears Tower (now called Willis Tower) and the John Hancock Center in Chicago. And just this past year, another immigrant, this time from Turkey, scientist Aziz Sancar, received the Nobel Prize, making him the second Muslim American Nobel Laureate in Chemistry. (The first was Egyptian-American Ahmed Zewail in 1999.)

Finally, many Muslims – from hip-hop artist Lupe Fiasco to U.S. Army Specialist and Purple Heart recipient Kareem Khan (who was killed in combat in 2007) – were born into Muslim families right here in the United States. According to the Pentagon, there are almost 6,000 Muslims currently serving in the U.S. military.

The Islamic State does not even account for one percent of one percent of the worldwide Muslim population. And among the many devout Muslim Americans I know personally, I have yet to meet or even hear about a single ISIS sympathizer; I see only looks of disgust whenever they’re mentioned.

Such sympathizers obviously exist. But this relatively small collection of individuals represent only themselves.

A friend on Facebook shared a story about how he came to learn about the Orlando shootings. He was passing through an airport when he noticed a crowd huddled around a television screen. When it was revealed that the shooter came from a Muslim family, a man in the crowd remarked, “Those damn Muslims.”

Three million diverse, overwhelmingly peaceful and productive Muslim Americans reduced to “those damn Muslims.”

Interestingly, just hours before the attack in Orlando I was discussing the Ali memorial service with a group of Muslim friends. Though sad about the passing of “the Greatest,” they all had smiles on their faces as they recounted the speeches from the service and imagined the effects those speeches might have on the broader American public. They had never felt better represented. At that moment, at least, they felt cool.

Fuente de la noticia: https://theconversation.com/48-hours-as-a-muslim-american-a-professor-reflects-60991

Fuente de la imagen: https://62e528761d0685343e1c-f3d1b99a743ffa4142d9d7f1978d9686.ssl.cf2.rackcdn.com/files/126431/width754/image-20160614-29209-1qiovg1.jpg

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