Bangladesh/03 de Marzo de 2018/Autor: Redacción/El Norte de Castilla
Un nuevo informe revela los miedos y la angustia de los niños que han huído a Bangladesh.
Se cumplen seis meses del inicio de la escalada de ataques violentos contra la población rohingya en el estado Rakhine de Myanmar. Desde entonces el número de refugiados que ha llegado a los campos de Cox’s Bazar, en Bangladesh, casi alcanza el millón de personas, de los cuales casi la mitad son niños y niñas. Elefantes y serpientes salvajes, hombres violentos merodeando en el bosque y traficantes de personas al acecho durante la noche son algunos de los peores miedos que sufren los niños rohingya, según un nuevo informe presentado por Save the Children, World Vision y Plan International.
‘Infancia interrumpida’, uno de los estudios más exhaustivos realizados hasta la fecha en los campamentos de refugiados de Cox’s Bazar, detalla los desafíos y temores cotidianos a los que se enfrentan los niños y niñas refugiados. Muchos de estos menores cuentan que han visto con sus propios ojos el asesinato de miembros de su familia o cómo quemaban sus casas en Myanmar.
Las niñas explican que tienen miedo de usar los baños del campamento por miedo al acoso y muchas veces esperan durante horas hasta que los hombres se van. Los niños también han expresado su preocupación por la seguridad de sus tiendas de campaña, que están hechas de bambú y plástico. «A veces los ladrones entran y nos roban nuestras cosas, no tenemos forma de cerrar nuestra casa», explica uno de los niños. Varios pequeños explicaron que tienen miedo de ir a buscar leña por si los «hombres del bosque» les pegan o abusan de ellos, y por si se encuentran animales salvajes como elefantes y serpientes. «Todo el mundo tiene pánico a ir a recoger leña. Una vez una niña fue violada cuando buscaba leña por la noche», explica una niña. Además, en los últimos meses, varios adultos y menores han muerto por los ataques de elefantes salvajes en los campamentos.
El riesgo de trata es otra de las grandes preocupaciones señaladas por los niños. Algunos explican que pasan más tiempo en casa para mantenerse a salvo y si tienen que salir lo hacen siempre en grupo. «Los secuestradores están merodeando por los alrededores y podrían llevarse a nuestros hijos», alerta una madre. Desde el pasado mes de agosto se han confirmado al menos 28 casos de trata de niños en los campamentos, sin embargo, los trabajadores humanitarios temen que el número real de casos sea mucho mayor.
Los niños también han señalado experiencias positivas en los campamentos. Varios de ellos explican que el llamado a la oración cinco veces al día les ayuda a sentirse conectados con la comunidad y que se sienten reconfortados por la presencia de las organizaciones humanitarias y el ejército de Bangladesh.
«No podemos esperar que los niños rohingya superen las experiencias traumáticas que han sufrido cuando siguen expuestos a la inseguridad y corren el riesgo de sufrir más actos violentos en los campamentos. El mensaje de estos pequeños es que tienen miedo: miedo de los animales salvajes, miedo de ir al baño, miedo de ser atacados mientras recogen leña, miedo de ser asaltados de noche, miedo de lo que les depara el futuro. Esta no es forma de vivir para un niño, especialmente después de haber tenido que huir de la violencia y el horror en Myanmar. Estos niños necesitan apoyo continuo para sentirse más seguros», afirma Mark Pierce, director de Save the Children en Bangladesh.
Save the Children propone diferentes medidas para abordar la crisis humanitaria de los rohingya y cómo afecta a la infancia, que incluyen: Revisar las patrullas de seguridad comunitarias existentes en los campamentos; Sensibilizar sobre los riesgos de la trata de personas para prevenir incidencias y garantizar que se distribuye información veraz y contrastada para evitar los rumores y no producir miedos innecesarios entre los niños y sus familias; Fomentar una distribución del campamento más amigable para los niños y la instalación de señales para abordar el miedo que tienen los niños de perderse, ya que todas las tiendas son muy parecidas; Asegurar la participación de las adolescentes en actividades y medidas para mejorar su sensación de seguridad.
Save the Children está presente en Bangladesh desde 1970 y responde a la crisis de los rohingya en Cox’s Bazar desde 2012. La organización ha estado presente en la asistencia tras grandes catástrofes naturales, como el ciclón Mora que golpeó al país en mayo de 2017.
Desde agosto de 2017, cuando la crisis de los rohingya se recrudeció, Save the Children ha aumentado significativamente su respuesta proporcionando alimentos, artículos de higiene y kits de refugio. También proporciona servicios de atención primaria de salud dirigidos sobre todo a madres embarazadas y a bebés. La organización también organiza actividades educativas y servicios de protección a la infancia. En total, ha ayudado a casi 400.000 rohingya.
Para realizar el informe se han realizado entrevistas a 200 rohingyas, niños y niñas de la comunidad de acogida y 40 madres.
Campaña Save the Children #TienenNombre
Save the Children presenta esta semana la campaña #TienenNombre para poner voz al cerca de un millón de refugiados rohingya que han huido con sus familias y que se encuentran en situación de total vulnerabilidad. Un equipo de Save the Children ha viajado al campo de refugiados de Cox´s Bazar, Bangladesh, con los actores Clara Lago y Dani Rovira donde han conocido de primera mano los testimonios de los niños y sus familias. A partir del 1 de marzo la organización dedicará dos semanas a dar voz a los pequeños y hacer que sus historias lleguen hasta cada uno de los hogares.
Fuente: http://www.elnortedecastilla.es/internacional/asia/crisis-rohingya-ninos-20180228145406-nt.html