Maestros: Evaluación de desempeño

Gilberto Guevara Niebla

Este año se realizará una nueva edición de la evaluación de desempeño (ED). Considerando experiencias previas, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación ha diseñado un nuevo paradigma para esta evaluación con el cual se busca superar las dificultades que del pasado, al mismo tiempo se pretende aumentar la pertinencia del ejercicio, enfatizar los efectos formativos y poner el acento en el trabajo desde la escuela y el contexto.

Todo esto dentro de la perspectiva de que la evaluación incida en la mejora de la enseñanza. La nueva propuesta de ED considera tres etapas de evaluación: 1) Un (doble) informe de responsabilidades profesionales: por un lado, un informe que emite la autoridad escolar; por otro, un ejercicio de autoevaluación del docente en el cual identifica fortalezas y debilidades en su propia formación; 2) Un proyecto de enseñanza: el docente hace un proyecto en el cual trabajará determinados aprendizajes esperados a lo largo de tres a cinco sesiones con su grupo y el proyecto debe incluir una parte de planeación didáctica, otra de implementación y una tercera de reflexión sobre los resultados de su intervención; 3) finalmente, una examen de conocimientos pedagógicos y curriculares o disciplinarios.

Como puede verse, el eje de esta evaluación es la segunda etapa que se apoya en la práctica del docente. El proyecto de enseñanza (para cuya realización se dará un plazo de ocho semanas) propone, primero, que se defina un objetivo, no en abstracto, sino en función de la práctica real del profesor; en otras palabras, de lo que se trata es de seleccionar un aprendizaje esperado dentro de la materia que se imparte y realizar en torno a él un ejercicio de planeación didáctica. Enseguida se quiere que el profesor ponga en acción en el aula su propia planeación (a lo largo de tres a cinco sesiones) y que recoja evidencias de aprendizaje de sus alumnos, finalmente, la etapa concluye con un ejercicio de autoreflexión crítica que hace el maestro sobre el conjunto de su proyecto.

Los profesores que participarán en esta evaluación de desempeño están siendo notificados por la autoridad educativa local —notificación que concluye formalmente a fines de julio—. A partir de agosto, los profesores que participarán en la ED tendrán acceso a un curso vía digital que se denomina Proyectar la enseñanza (se podrá acceder a este curso en agosto en el sitio electrónico de la Dirección General de Formación Continua de la SEP). Los informes de responsabilidades se deberán enviar en la última quincena de octubre. Por su parte, el periodo para realizar el proyecto de enseñanza correrá del primero de septiembre al día 3 de noviembre. La parte final, el examen de conocimientos didácticos y curriculares se hará entre el 4 y el 26 de noviembre.

Los docentes que se evaluarán recibirán apoyos académicos: a través de un programa de fortalecimiento y actualización de conocimientos disciplinarios, a través del curso, antes mencionado y por medio de los recursos que se ofrecen en el capítulo de formación continua.

Como se puede ver, la evaluación docente en esta modalidad de desempeño no se reduce a la aplicación de una prueba, sino que es un desarrollo denso que quiere atender la complejidad de la práctica docente y que ha sido concebido teniendo como meta, tanto la mejora de la práctica de la enseñanza, como el desarrollo profesional del docente. En respuesta a la diversidad de circunstancias en las que trabajan los profesores, esta evaluación hará posible que sea el propio docente quien describa su contexto, los rasgos de su grupo y explique de qué manera adapta su enseñanza a las circunstancias del contexto.

El esquema de ED que he explicado en sus elementos principales es similar al que habrá de regir para directores, subdirectores, supervisores y jefes de sector. Claro, sus términos serán diferentes y pertinentes para cada caso (21 julio 2017).

 

Fuente del articulo: http://www.cronica.com.mx/notas/2017/1035166.html

Fuente de la imagen: http://www.eduglobal.cl/wp-content/uploads/fotos/Fotografía_cajadepandora.jpg

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La LSPD y su ineficacia: los gobernadores

Por: Abelardo Carro Nava

En estos días, en los que la arena política se encuentra más que caldeada por los sucesos en lo que se ha visto envuelto el Presidente de México, el escenario educativo no podía quedarse atrás, resultado, como parece obvio, de la desmedida insistencia de un Secretario de Educación que busca posicionarse, a toda costa, en la carrera por la Presidencia de la República, no obstante que varios políticos le llevan la delantera.

Con su fiel aliado, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Aurelio Nuño, ha emprendido una férrea lucha para hacer creer a propios y extraños, que el nuevo Modelo Educativo y las exigencias que plantea la misma evaluación, serán los elementos que vendrán a mejorar la vida de millones y millones de seres humanos que habitan mi México querido.

Falsa idea es ésta, y no me refiero precisamente a que la evaluación y el modelo propuesto – con todas sus inconsistencias e imperfecciones – sean los que permitan mejorar las condiciones de vida de las personas. No, el asunto no va por ahí. Me refiero a la falta de eficacia que ha encontrado lo que a través del Pacto por México, conocimos como “Reforma Educativa”, mal llamada por cierto, y que fue aprobada por los legisladores de la mayoría de los partidos políticos, consumándose tal hecho, en lo que conocemos como Ley General del Servicio Profesional Docente. Me explico.

En esta Ley, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 11 de septiembre de 2013, en su Título primero, Capítulo I, Artículo 1, párrafo tercero, se lee: “El marco normativo aplicable en las entidades federativas se ajustará a las previsiones de esta Ley. Los servicios de Educación Básica y Media Superior que, en su caso, impartan los ayuntamientos se sujetarán a la presente Ley. Las autoridades educativas locales deberán realizar las acciones necesarias con los ayuntamientos. En el mismo apartado pero en el Artículo 4, sobre las definiciones que incluye el documento, en la fracción IV se menciona que por Autoridad Educativa Local se entenderá: “Al ejecutivo de cada uno de los estados de la Federación y del Distrito Federal, así como a las entidades que, en su caso, establezcan para la prestación del servicio público”. Y si esto no fuera suficiente, en el Capítulo II de dicha ley, sobre la Distribución de Competencias, artículo 8, se refieren las acciones que les corresponden a las Autoridades Educativas Locales; de hecho, en todas sus fracciones se específica, las competencias que habrán de poner en marcha para lograr los propósitos normativos y educaciones en sus respectivas localidades.

Como podemos darnos cuenta, a los gobiernos de los estados, en el papel, les fue conferida una gran responsabilidad en la aplicación de la normal como tal; sin embargo, la realidad ha sido otra, porque si algo carece precisamente estos aspectos normativos, es de su aplicación y/o funcionamiento. Como es de pensarse, éste, más que ser un problema de naturaleza educativa, tienen que ver con un asunto eminentemente político dados los costos que de su ejecución pueden desprenderse. El asunto, vaya, es claro, ni los gobernadores quieren asumir el compromiso de aplicarla, ni el Secretario de Educación pretende echarse un round con éstos.

¿Por qué amedrentar y estigmatizar a los docentes cuando hemos hablado hasta el cansancio que el gran problema educativo no radica del todo en ellos? Desde mi punto de vista, es una salida fácil y simplista culpar al magisterio de los problemas sin que haya un serio y fuerte llamado de atención a quienes integran la Confederación Nacional de Gobernadores (Conago), por ejemplo.nuño-computo-yucatan

Ahí es en donde me gustaría – y créame que a muchos nos gustaría –, que el Secretario Nuño apretara las tuercas y se pusiera rudo como lo hace con el magisterio ¿Por qué no exigirles a los mandatarios locales que cumplan y brinden los cursos gratuitos, idóneos, pertinentes y congruentes con los niveles de desempeño que se desea alcanzar para la formación continua, actualización de conocimientos y desarrollo profesional del personal docente y personal con funciones de dirección o de supervisión que se encuentren en servicio? (LSPD: 6). La respuesta es simple, no desea hacerlo y, si lo ha hecho, éstos no le han hecho caso. Peor aún, ¿por qué no exigirles a los gobernadores cumplan y brinden las tutorías que corresponden a cada uno de los profesores que no obtuvieron un resultado satisfactorio en la evaluación de su desempeño? Sería bueno que en este sentido, explicara qué pasa con estos aspectos en cada una de las entidades, pero también, que revisara cada una de los presupuestos, porque bien a bien, no se sabe a dónde va a parar el dinero que se destina para cada caso en específico.

Ciertamente la tarea educativa es inmensa. Mover al Sistema Educativo Mexicano, va más allá de un ataque frontal contra el magisterio. Varios investigadores, intelectuales, académicos, profesores y colegas de la pluma y las letras, lo hemos afirmado y constatado. ¿Será que en la calle de República de Argentina de la Ciudad de México no hay personas con la capacidad suficiente para tomar las riendas de una educación tan necesaria en un país tan vapuleado como el nuestro?

Me gustaría ver, ese choque con los gobernadores. Con seguridad, los costos políticos serían altos o altísimos pero… ¿acaso no es la educación una prioridad en el gobierno de Peña Nieto?

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-lspd-y-su-ineficacia-los-gobernadores/

Imagen: kaosenlared.net/wp-content/uploads/2016/04/aurelio_nuno_1.jpg

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