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‘Estamos contigo’: los centros de atención de Sudáfrica que brindan esperanza a las sobrevivientes de violencia sexual. Sudáfrica

África/Sudáfrica/23-07-2021/Autor(a) y Fuente: news.un.org

En Sudáfrica, se comete un delito sexual cada diez minutos, y el número está aumentando, según las estadísticas oficiales de la policía. La ONU está trabajando en estrecha colaboración con el gobierno para garantizar que los centros de atención tengan los recursos para ayudar a las sobrevivientes de violencia sexual en todo el país, incluidas las regiones más desfavorecidas.

En el Centro de Atención Sinawe Thuthuzela, ubicado en la pequeña ciudad de Mthatha en la provincia de Eastern Cape, Lerato * , una estudiante de primer año de 20 años en la universidad local, se inclina hacia adelante en su silla, con la cabeza fija en el piso. Se ve triste, cansada y abatida, evitando cualquier contacto visual. Vestida con una camiseta rosa sin mangas y jeans descoloridos con un pequeño bolso amarillo en su regazo, Lerato ha venido para su segunda evaluación en este centro de atención para sobrevivientes de violación.

En una tranquila tarde de sábado, mientras caminaba de regreso a casa desde las tiendas, un automóvil se detuvo abruptamente en medio de la carretera y dos hombres la arrastraron violentamente adentro antes de acelerar. Luego, el automóvil se detuvo en un lugar oscuro. Conmocionada e impotente, y antes de que pudiera procesar lo que estaba sucediendo, un hombre la violó mientras el otro observaba.

De la noche a la mañana, Lerato se convirtió en una de las últimas supervivientes de violencia sexual contra mujeres en Sudáfrica. Según las estadísticas policiales, hubo 53.295 delitos sexuales denunciados durante los 12 meses entre abril de 2019 y marzo de 2020, un aumento del 1,7 por ciento con respecto al período del informe anterior. Este es el equivalente a una ofensa sexual cada diez minutos. Y estos son solo casos denunciados a la policía. Los expertos creen que la mayoría de los delitos nunca se denuncian.

Hay más de 50 centros Sinawe en Sudáfrica que brindan apoyo a las sobrevivientes de violación.
ONU Sudáfrica
Hay más de 50 centros Sinawe en Sudáfrica que brindan apoyo a las sobrevivientes de violación.

En primera línea

Algunas mujeres, como Lerato, terminan en centros de atención creados específicamente para ayudar a las sobrevivientes de violencia sexual. Hay más de 50 centros de este tipo repartidos por toda Sudáfrica que sirven como «instalaciones integrales» o puestos de primera línea en la guerra contra la violación. Su función clave es “reducir la victimización secundaria, mejorar las tasas de condena y reducir el tiempo” entre el momento en que se comete un delito y el momento en que el perpetrador es finalmente condenado. Los centros están adjuntos o ubicados cerca de los hospitales, lo que garantiza que los sobrevivientes tengan acceso a atención médica urgente.

El Centro de Atención Sinawe Thuthuzela es un ejemplo. Sinawe significa «estamos contigo» en xhosa, uno de los once idiomas oficiales del país. Fue en este centro donde la Coordinadora Residente de las Naciones Unidas en Sudáfrica, Nardos Bekele-Thomas, y su equipo, que incluía a la directora de ONU Mujeres en África Austral, Anne Githuku-Shongwe, convergieron para firmar un acuerdo con el gobierno para revivir los centros de atención locales en apuros, entre otros proyectos.

El plan conjunto del Equipo de País de las Naciones Unidas y del Gobierno consiste en poner a prueba un enfoque de desarrollo que se dirija a distritos específicos identificados como los más vulnerables a los obstáculos operativos. Estos atascos han ralentizado la prestación de servicios sociales básicos a las comunidades locales. Se espera que tres distritos de las provincias de Eastern Cape, Limpopo y KwaZulu-Natal se beneficien del programa denominado “modelo de desarrollo de distrito”.

Un desafío emocional

Durante muchos años, los centros de crisis de ventanilla única lograron un progreso notable para estar a la altura de las expectativas. En 2012-2013, el Centro Sinawe ganó un premio por ser el centro de atención mejor administrado de Sudáfrica.

La Dra. Nomonde Ndyalvan, una mujer enérgica, muy motivada y entusiasta, dirige el Centro Sinawe, que se encuentra frente al Hospital General provincial de Mthatha. Ella tiene varios roles como activista en temas de género, discapacidad y salud mental.

El Dr. Nomonde Ndyalvan comenzó a trabajar en el Centro Sinawe en 2002.
El Dr. Nomonde Ndyalvan comenzó a trabajar en el Centro Sinawe en 2002., por ONU Sudáfrica

Un médico calificado, el Dr. Ndyalvan, de 53 años, comenzó como voluntario en 2002, un año después del lanzamiento del Centro Sinawe. A pesar de los innumerables y formidables obstáculos a los que se enfrenta como directora, se percibe fácilmente la gran energía y el entusiasmo que muestra una vez que comienza a hablar sobre su trabajo en el centro.

“La gerencia necesitaba médicos, consejeros, especialistas en salud mental y enfermeras para trabajar aquí. Fue un desafío emocional saber cómo estaban siendo violadas las mujeres ”, recuerda. Ella misma discapacitada, dice la Dra. Ndyalvan como activista de la discapacidad, “Me di cuenta de que las personas con discapacidades eran blanco de violaciones. Y las estadísticas sobre esto son altas «.

La búsqueda de una solución a largo plazo

Conmocionada por la enormidad de la violencia sexual en el distrito, la Dra. Ndyalvan optó por trabajar a tiempo completo en el centro en marzo de 2009. “No había un médico a tiempo completo. Los pacientes esperaban todo el día a que llegaran los médicos universitarios y solo los atendían por la noche ”.

Con el paso de los años, el modelo Thuthuzela ganó fama. Los informes de incidentes de sobrevivientes de violación se dispararon a medida que más mujeres se sentían lo suficientemente seguras como para denunciar los casos a la policía y los centros de atención. Los fiscales mejoraron su juego; el resultado fue un alto índice de condenas de infractores. Debido a que los centros de atención ofrecían entornos dignos y amigables, redujeron el trauma secundario entre los sobrevivientes.

Objetivo 5 de los ODS: Igualdad de género.

“Ahora vemos entre 60 y 80 pacientes al mes en temporada baja”, dice la Dra. Ndyalvan, sentada detrás de su escritorio de oficina, a tiro de piedra del Hospital General de Mthatha. “Durante las vacaciones y las temporadas festivas, los casos de violación aumentan entre 100 y 120 por mes. Cubrimos a pacientes a una distancia de hasta 200 km. Vamos más allá del municipio de OR Tambo ”. OR Tambo es uno de los municipios más pobres de la provincia de Eastern Cape, y es el más afectado por la pobreza de las nueve provincias de Sudáfrica.

El desafío para la ONU y el Gobierno es restaurar los centros de atención a su antiguo yo si Sudáfrica quiere encontrar una solución duradera al flagelo de la violencia sexual o de género dados los recursos limitados a su disposición.

* No es su nombre real.

La ONU y la igualdad de género

  • La ONU dice que la igualdad de género no es solo un derecho humano fundamental, sino una base necesaria para un mundo pacífico, próspero y sostenible.
  • Uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible , el ODS 5 sobre igualdad de género, tiene como objetivo poner fin a todas las formas de discriminación contra todas las mujeres y niñas en todo el mundo.
  • La importancia de proteger los derechos de las mujeres se ha destacado durante la  pandemia de COVID-19  con un aumento global de las denuncias de violencia doméstica y de género.
  • A nivel mundial, una de cada cinco mujeres y niñas, incluido el 19% de las mujeres y niñas de entre 15 y 49 años, ha sufrido violencia física y / o sexual por parte de una pareja íntima en los últimos 12 meses.

Fuente e Imagen: https://news.un.org/en/story/2021/07/1095642

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Una historia de violencia en la frontera entre Tailandia y Myanmar

Asia/Noviembre 2020/elpais.com

La vida de Sandar es la de miles de mujeres víctimas de malos tratos, que durante la pandemia se han intensificado. Ella, además, es inmigrante irregular, lo que impide que reciba más ayuda, y el estigma social en una cultura conservadora, la ata a su maltratador

  • Sandar (nombre ficticio) tiene 28 años. Es una emigrante birmana sin documentación que vive en Mae Sot, en la frontera entre Tailandia y Myanmar. Lleva 11 años en una relación de maltrato. Su marido le pega y abusa sexualmente de ella. La situación familiar empeoró desde el brote de covid-19. Como su marido se quedó sin trabajo, discutían constantemente por el dinero. Sandar es una de los aproximadamente 200.000 emigrantes birmanos que viven en la región de Mae Sot. Muchos de ellos carecen de documentación y trabajan en condiciones precarias. Desde que estalló la pandemia no tienen trabajo ni apoyo del Gobierno tailandés, y tampoco la posibilidad de volver a Myanmar debido al cierre de las fronteras. Según cálculos de ONU Mujeres, en algunos países los casos de violencia doméstica han aumentado un 30%. La organización califica el fenómeno de "pandemia en la sombra".
    1Sandar (nombre ficticio) tiene 28 años. Es una emigrante birmana sin documentación que vive en Mae Sot, en la frontera entre Tailandia y Myanmar. Lleva 11 años en una relación de maltrato. Su marido le pega y abusa sexualmente de ella. La situación familiar empeoró desde el brote de covid-19. Como su marido se quedó sin trabajo, discutían constantemente por el dinero. Sandar es una de los aproximadamente 200.000 emigrantes birmanos que viven en la región de Mae Sot. Muchos de ellos carecen de documentación y trabajan en condiciones precarias. Desde que estalló la pandemia no tienen trabajo ni apoyo del Gobierno tailandés, y tampoco la posibilidad de volver a Myanmar debido al cierre de las fronteras. Según cálculos de ONU Mujeres, en algunos países los casos de violencia doméstica han aumentado un 30%. La organización califica el fenómeno de «pandemia en la sombra».
  • Una vista del barrio donde vive Sandar, en las afueras de Mae Sot. Sandar procede de Mawlamiyaing, una ciudad birmana situada a 130 kilómetros de Mae Sot. La joven entró ilegalmente en Tailandia cuando tenía 15 años. La larga frontera de la zona de Mae Sot, en la que los dos países están separados solamente por un río, la convierte en el lugar perfecto para que los birmanos entren ilegalmente en Tailandia. En los últimos tiempos, las autoridades tailandesas han intensificado los controles fronterizos debido al aumento del número de casos de covid-19 en Myanmar. Mae Sot es una zona principalmente rural. Muchos emigrantes birmanos están empleados en la agricultura, y a menudo cobran menos del salario mínimo. Con ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural el pasado 15 de octubre, ONU Mujeres subrayó este año "la urgente necesidad de fomentar la capacidad de resistencia de las mujeres rurales tras la covid-19 reforzando su bienestar y unos medios de vida sostenibles con el fin de 'reconstruir mejor".
    2Una vista del barrio donde vive Sandar, en las afueras de Mae Sot. Sandar procede de Mawlamiyaing, una ciudad birmana situada a 130 kilómetros de Mae Sot. La joven entró ilegalmente en Tailandia cuando tenía 15 años. La larga frontera de la zona de Mae Sot, en la que los dos países están separados solamente por un río, la convierte en el lugar perfecto para que los birmanos entren ilegalmente en Tailandia. En los últimos tiempos, las autoridades tailandesas han intensificado los controles fronterizos debido al aumento del número de casos de covid-19 en Myanmar. Mae Sot es una zona principalmente rural. Muchos emigrantes birmanos están empleados en la agricultura, y a menudo cobran menos del salario mínimo. Con ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural el pasado 15 de octubre, ONU Mujeres subrayó este año «la urgente necesidad de fomentar la capacidad de resistencia de las mujeres rurales tras la covid-19 reforzando su bienestar y unos medios de vida sostenibles con el fin de ‘reconstruir mejor».
  • Los hijos de Sandar, de nueve y tres años, juegan en la calle delante de su casa. Sandar ha sufrido toda su vida malos tratos en el ámbito familiar. Su tía, que la alojó a su llegada a Tailandia, le pegaba continuamente. "Me golpeaba con cables", cuenta la joven, que nunca fue al hospital ni llamó a la policía. "No sabía a dónde ir. No hablaba tailandés. Además, mi tía me encerraba en casa, así que no podía salir". Sandar se casó a los dos años de llegar a Tailandia. Tenía 17. Según la ONU, menos del 40% de las mujeres víctimas de violencia física en el ámbito doméstico busca ayuda.
    3Los hijos de Sandar, de nueve y tres años, juegan en la calle delante de su casa. Sandar ha sufrido toda su vida malos tratos en el ámbito familiar. Su tía, que la alojó a su llegada a Tailandia, le pegaba continuamente. «Me golpeaba con cables», cuenta la joven, que nunca fue al hospital ni llamó a la policía. «No sabía a dónde ir. No hablaba tailandés. Además, mi tía me encerraba en casa, así que no podía salir». Sandar se casó a los dos años de llegar a Tailandia. Tenía 17. Según la ONU, menos del 40% de las mujeres víctimas de violencia física en el ámbito doméstico busca ayuda.

    El hijo mayor de Sandar juega con un arma de juguete. Sandar recuerda que su marido empezó a maltratarla nada más casarse. "Me pegaba y me daba patadas cuando volvía del trabajo", cuenta. "Me acusaba de que no cocinaba o no limpiaba". A raíz de la llegada de la covid-19, el hombre se volvió más violento, "sobre todo por el dinero". Antes de la pandemia tampoco había tenido trabajo fijo, pero durante el cierre perdió su empleo en una huevería. Las emigrantes birmanas en Tailandia ya formaban un grupo de alto riesgo antes de la covid-19, pero con la pandemia su vida se ha vuelto más difícil. Durante el confinamiento, las víctimas de violencia doméstica se encontraron encerradas en casa con su maltratador, con menos posibilidades de pedir ayuda, y escasos o ningún ingreso.
    4 El hijo mayor de Sandar juega con un arma de juguete. Sandar recuerda que su marido empezó a maltratarla nada más casarse. «Me pegaba y me daba patadas cuando volvía del trabajo», cuenta. «Me acusaba de que no cocinaba o no limpiaba». A raíz de la llegada de la covid-19, el hombre se volvió más violento, «sobre todo por el dinero». Antes de la pandemia tampoco había tenido trabajo fijo, pero durante el cierre perdió su empleo en una huevería. Las emigrantes birmanas en Tailandia ya formaban un grupo de alto riesgo antes de la covid-19, pero con la pandemia su vida se ha vuelto más difícil. Durante el confinamiento, las víctimas de violencia doméstica se encontraron encerradas en casa con su maltratador, con menos posibilidades de pedir ayuda, y escasos o ningún ingreso.
    El hijo pequeño de Sandar juega con un arma de juguete disfrazado de Supermán. En 2018, Sandar buscó ayuda por primera vez y se puso en contacto con las trabajadoras del Freedom Restoration Project [Proyecto Restauración de la Libertad], que ofrece refugio y apoyo a las víctimas de violencia doméstica en la región de Mae Sot. Gracias a su ayuda, varias mujeres consiguieron escapar de su situación de maltrato. Otras, como Sandar, mantienen la relación con su maltratador, pero en el centro han encontrado un espacio en el que están a salvo, al menos durante unas horas. "Las mujeres que vienen al centro son víctimas de violencia física, psicológica y sexual", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "En Tailandia y en Myanmar la violencia doméstica es muy habitual. Tanto que la gente la considera normal".
    5El hijo pequeño de Sandar juega con un arma de juguete disfrazado de Supermán. En 2018, Sandar buscó ayuda por primera vez y se puso en contacto con las trabajadoras del Freedom Restoration Project [Proyecto Restauración de la Libertad], que ofrece refugio y apoyo a las víctimas de violencia doméstica en la región de Mae Sot. Gracias a su ayuda, varias mujeres consiguieron escapar de su situación de maltrato. Otras, como Sandar, mantienen la relación con su maltratador, pero en el centro han encontrado un espacio en el que están a salvo, al menos durante unas horas. «Las mujeres que vienen al centro son víctimas de violencia física, psicológica y sexual», explica Watcharapon ‘Sia’ Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. «En Tailandia y en Myanmar la violencia doméstica es muy habitual. Tanto que la gente la considera normal».
    Sandar se pinta los labios antes de salir hacia el centro de detención de Mae Sot a visitar a su marido, detenido hace poco por posesión de drogas. Es la tercera vez que lo detienen. Las dos primeras fueron por consumo de drogas, pero en esta ocasión la policía le encontró varias pastillas de yaba. También conocido como "la droga de la locura", el yaba es una combinación de metanfetamina y otros estimulantes muy popular en el sudeste de Asia. Ahora que su marido está encerrado, Sandar tiene que encontrar un trabajo para alimentar a sus dos hijos. "Cuando está fuera, no quiere que trabaje", explica. Mientras su marido está detenido, ella trabaja como limpiadora o vendiendo verdura en la calle, pero no gana lo suficiente ni recibe ayuda del Gobierno tailandés. "¿Quién va a ayudarnos?", se lamenta. "No tenemos documentos". ONU Mujeres calcula que las mujeres que trabajan en la economía sumergida en Tailandia verán reducidos sus ingresos en un 80% debido a la crisis de la covid-19.
    6Sandar se pinta los labios antes de salir hacia el centro de detención de Mae Sot a visitar a su marido, detenido hace poco por posesión de drogas. Es la tercera vez que lo detienen. Las dos primeras fueron por consumo de drogas, pero en esta ocasión la policía le encontró varias pastillas de yaba. También conocido como «la droga de la locura», el yaba es una combinación de metanfetamina y otros estimulantes muy popular en el sudeste de Asia. Ahora que su marido está encerrado, Sandar tiene que encontrar un trabajo para alimentar a sus dos hijos. «Cuando está fuera, no quiere que trabaje», explica. Mientras su marido está detenido, ella trabaja como limpiadora o vendiendo verdura en la calle, pero no gana lo suficiente ni recibe ayuda del Gobierno tailandés. «¿Quién va a ayudarnos?», se lamenta. «No tenemos documentos». ONU Mujeres calcula que las mujeres que trabajan en la economía sumergida en Tailandia verán reducidos sus ingresos en un 80% debido a la crisis de la covid-19.

    Una vista de la calle desde la casa de Sandar, en las afueras de Mae Sot. En Tailandia existe una línea telefónica para denunciar la violencia doméstica. Sin embargo, hace cinco años el Gobierno pasó de destinarla a los casos de violencia contra las mujeres y los niños (así como a los de tráfico de personas, trabajo infantil y embarazo adolescente) a cualquier problema social, como señala un informe de la Fundación Henrich Böll. Según ese mismo estudio, durante el cierre de marzo y abril, el teléfono de asistencia recibió una avalancha de más de 28.000 llamadas, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. La mayoría, sin embargo, eran quejas o consultas sobre la asistencia social y las ayudas económicas del Gobierno. Eso hizo aún más difícil para las víctimas de violencia doméstica acceder a la línea.
    7Una vista de la calle desde la casa de Sandar, en las afueras de Mae Sot. En Tailandia existe una línea telefónica para denunciar la violencia doméstica. Sin embargo, hace cinco años el Gobierno pasó de destinarla a los casos de violencia contra las mujeres y los niños (así como a los de tráfico de personas, trabajo infantil y embarazo adolescente) a cualquier problema social, como señala un informe de la Fundación Henrich Böll. Según ese mismo estudio, durante el cierre de marzo y abril, el teléfono de asistencia recibió una avalancha de más de 28.000 llamadas, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. La mayoría, sin embargo, eran quejas o consultas sobre la asistencia social y las ayudas económicas del Gobierno. Eso hizo aún más difícil para las víctimas de violencia doméstica acceder a la línea.
    Sandar lava verduras en su casa antes de cocinarlas. Tiene que preparar la comida para su marido y llevársela al centro de detención. Confiesa que se siente incapaz de divorciarse. Teme la estigmatización social, que en una comunidad musulmana conservadora puede ser fuerte. "Pienso en mis hijos", se justifica. "A lo mejor, después de dejarlo tendría otro marido. Entonces la gente diría que tengo dos maridos y que los niños deberían estar con su madre y con su padre". Según un informe de la Fundación Heinrich Böll, en Tailandia las actitudes sociales constituyen un obstáculo importante para que las mujeres denuncien la violencia. Como en muchos países del mundo, a menudo la violencia doméstica se considera un asunto privado y es habitual pensar que la culpa es de la víctima, y no del maltratador. Para algunas mujeres, reconocer el maltrato equivale a reconocer que han fracasado en su matrimonio.
    8Sandar lava verduras en su casa antes de cocinarlas. Tiene que preparar la comida para su marido y llevársela al centro de detención. Confiesa que se siente incapaz de divorciarse. Teme la estigmatización social, que en una comunidad musulmana conservadora puede ser fuerte. «Pienso en mis hijos», se justifica. «A lo mejor, después de dejarlo tendría otro marido. Entonces la gente diría que tengo dos maridos y que los niños deberían estar con su madre y con su padre». Según un informe de la Fundación Heinrich Böll, en Tailandia las actitudes sociales constituyen un obstáculo importante para que las mujeres denuncien la violencia. Como en muchos países del mundo, a menudo la violencia doméstica se considera un asunto privado y es habitual pensar que la culpa es de la víctima, y no del maltratador. Para algunas mujeres, reconocer el maltrato equivale a reconocer que han fracasado en su matrimonio.
    Sandar monta en bicicleta con su hijo pequeño disfrazado de Superman. Se dirigen al centro de detención de Mae Sot a visitar al marido apresado por posesión de drogas.
    9 Sandar monta en bicicleta con su hijo pequeño disfrazado de Superman. Se dirigen al centro de detención de Mae Sot a visitar al marido apresado por posesión de drogas.
    Sandar pone 'thanaka' a su hijo menor en la cara antes de salir. El 'thanaka' es una pasta cosmética de color blanco amarillento hecha a base de corteza molida que las mujeres birmanas suelen emplear para suavizar la piel y protegerla del sol.
    10Sandar pone ‘thanaka’ a su hijo menor en la cara antes de salir. El ‘thanaka’ es una pasta cosmética de color blanco amarillento hecha a base de corteza molida que las mujeres birmanas suelen emplear para suavizar la piel y protegerla del sol.
    El hijo mayor de Sandar, de nueve años, corre por un campo cercano a su casa, en las afueras de Mae Sot. El niño se queda en casa mientras su madre y su hermano menor van al centro de detención. El Proyecto Restauración de la Libertad organiza clases de crianza para enseñar métodos educativos alternativos a las víctimas de violencia doméstica. "Les enseñamos que hay otras maneras [de educar a los hijos] que no son gritar y pegar", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "Cuando hablamos de violencia doméstica no nos referimos solo a la que ejerce la pareja, sino también a la de los padres contra los hijos. [...] Intentamos prevenirla".
    11El hijo mayor de Sandar, de nueve años, corre por un campo cercano a su casa, en las afueras de Mae Sot. El niño se queda en casa mientras su madre y su hermano menor van al centro de detención. El Proyecto Restauración de la Libertad organiza clases de crianza para enseñar métodos educativos alternativos a las víctimas de violencia doméstica. «Les enseñamos que hay otras maneras [de educar a los hijos] que no son gritar y pegar», explica Watcharapon ‘Sia’ Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. «Cuando hablamos de violencia doméstica no nos referimos solo a la que ejerce la pareja, sino también a la de los padres contra los hijos. […] Intentamos prevenirla»El hijo pequeño de Sandar, de tres años, espera a su madre sentado en la bicicleta vestido con un traje de Superman. Van al centro de detención de Mae Sot a visitar a su padre. "Me gustaría que mis hijos no tuviesen que trabajar tanto como yo", dice Sandar. "Me gustaría que estudiasen y fuesen médicos o contables".
    12El hijo pequeño de Sandar, de tres años, espera a su madre sentado en la bicicleta vestido con un traje de Superman. Van al centro de detención de Mae Sot a visitar a su padre. «Me gustaría que mis hijos no tuviesen que trabajar tanto como yo», dice Sandar. «Me gustaría que estudiasen y fuesen médicos o contables».

    Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/10/26/album/1603717461_363685.html#foto_gal_7

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Mujeres tienen poca representación en el campo de las ciencias, dice ONU Mujeres

ONU Mujeres dice es necesario abrir más espacios de trabajo para las féminas.

Si bien en las últimas décadas se han logrado notables avances en cuanto a la participación de la mujer en el campo de la investigación, a nivel global todavía existe un número muy reducido de investigadoras mujeres en el campo de las ciencias, según el informe que publicó recientemente ONU Mujeres denominado «Las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas en América latina y El Caribe».

El documento señala que de acuerdo a datos del Instituto de Estadística de la UNESCO hasta julio de 2019 la participación promedio de la féminas en este sector era de 29,3%.

“De cara a algunos principales desafíos del futuro, como la mejora de la salud hasta la lucha contra el cambio climático, será preciso emplear todo el talento existente. En este sentido, la igualdad de género en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas es clave para alcanzar cada uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030”, resalta el informe.

Otro dato relevante es que sólo el 3% de los Premios Nobel en ciencias ha sido otorgado a mujeres. En los campos de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas esta brecha resulta evidente incluso en el nivel de la educación superior: solo el 35% de los estudiantes de carreras y programas en estos campos son mujeres.

A nivel mundial sólo el 22% de los profesionales que trabajan en el ámbito de la inteligencia artificial son mujeres, indica el informe de ONU Mujeres.

Fuente: https://www.vostv.com.ni/actualidad/14812-mujeres-tienen-poca-representacion-en-el-campo-de/

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Divulgan reporte sobre matrimonios infantiles en Pakistán

Asia/Pakistán/30 Julio 202o/prensa-latina.cu

Más de un cuarto (28 por ciento) de las mujeres en Pakistán se casan antes de cumplir los 18 años de edad, divulgó hoy aquí un informe sobre los matrimonios infantiles.
Los hallazgos forman parte de la investigación ‘Mujeres jóvenes en Pakistán: Informe sobre la situación en 2020’, que publicó la organización ONU Mujeres y la Comisión Nacional de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, reflejó el portal Geo News.

Según el reporte, el 16 por ciento de las jóvenes pakistaníes se convirtieron en madres antes de los 18 años. En tanto, alrededor del 48 por ciento de las mujeres entre 15 y 24 años de edad no tenían educación, empleo o formación, en comparación con el 7,0 por ciento de los hombres.

Asimismo, menos del 2,0 por ciento de las mujeres jóvenes son propietarias de activos físicos, mientras que sólo el 3,0 por ciento de todas las mujeres jóvenes (casadas o solteras) poseía tierras agrícolas y un 2,0 por ciento era dueña de una casa.

En cuanto a la toma de decisiones y el empoderamiento, sólo el 24 por ciento de las mujeres jóvenes toman decisiones sobre su educación y empleo.

Sobre el matrimonio, sólo el 1,0 por ciento podía decidir sobre su matrimonio, mientras que el 16 por ciento era consultado por la familia.

Se constató que una cuarta parte de las mujeres jóvenes necesitan permiso para buscar atención médica y menos de un tercio puede decidir sobre la compra de alimentos y ropa.

El 49 por ciento de las mujeres casadas empleadas reportó tener control sobre sus ingresos en efectivo, mientras solamente el 9,0 por ciento tiene voz en cómo se utilizan los ingresos del cónyuge.

De las mujeres jóvenes casadas, el 29 por ciento informó que experimentan comportamientos de control por parte de sus maridos.

Por otro lado, el 44 por ciento de las mujeres y los hombres jóvenes casados no veían ningún daño en el maltrato de las esposas.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=385103&SEO=divulgan-reporte-sobre-matrimonios-infantiles-en-pakistan
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Femicidios: 137 mujeres son asesinadas por día por alguien de su familia

24 Enero 2019/Fuente: Noticias.perfil

Un estudio global de Naciones Unidas revela que un total de 50 mil mujeres son asesinadas por año en el mundo dentro de su círculo íntimo.

Sus asesinos son parejas actuales y anteriores, padres, hermanos y otros miembros de su familia. Eso revela un estudio que presentó a fines de 2018 la Oficina de Drogas y Crimen de las Naciones Unidas (ONU) llamado Estudio Global sobre Homicidio: asesinato de mujeres y niñas relacionado con el género.

En 2017 fueron asesinadas intencionalmente 87 mil mujeres. Más de la mitad de ellas, 58% (50 mil) fueron asesinadas por sus parejas o familiares. Significa que por día 137 mujeres en todo el mundo son asesinadas por un miembro de su propia familia

a oficina de Drogas y Crimen de la ONU relevó el total de crímenes perpetrados en 2017 en los países miembro. A partir de ese informe se supo que, si bien la mayoría de las víctimas de homicidios intencionales son hombres, la mayoría de las mujeres asesinadas fueron víctimas de su pareja o algún familiar. Por lo tanto, comprender el alcance y los patrones del asesinato de mujeres y niñas requiere un análisis dedicado al homicidio relacionado con la pareja / familia íntima.

Del total de personas asesinadas por algún miembro de la familia o pareja, el 36% fueron hombres frente al 64% de mujeres. Las mujeres también soportan la mayor carga en violencia en pareja. En esa misma tendencia, la proporción entre mujeres y hombres víctimas de sus parejas es 82% mujeres y sólo el 18% hombres. Estos números demuestran, una vez más, que se trata de “Ni una Menos” y no de “Nadie Menos”.

Más de un tercio (30 mil) de las mujeres asesinadas intencionalmente en 2017 fueron asesinados por su pareja actual o anterior. Lo que significa que más de un tercio (34%) de todas las mujeres y niñas asesinadas intencionalmente en el mundo son asesinadas por alguien en quien normalmente confiaron y esperarían cuidados.

Según los datos revisados, a partir del informe de la Oficina de Drogas y Crimen de la ONU, en 2012 el número estimado de mujeres asesinadas por parejas o familiares fue de 48 mil y en 2017 la suma asciende a 50 mil. En ese mismo período el mayor número de mujeres asesinadas, por sus parejas o familiares, se dio en Asia con 20 mil mujeres víctimas de homicidio. Pero la región en la que corren mayor riesgo es África con una tasa de 3.1 homicidios por cada 100 mil mujeres.

El asesinato de mujeres en su círculo íntimo no se debe a actos aleatorios o espontáneos. Por lo tanto, es útil identificar las motivaciones y mecanismos para trabajar en la prevención y protección de las mujeres. En ese sentido, se supo que en los casos de perpetradores hombres la motivación es la posesión, el temor al abandono y los celos. En cambio, las mujeres terminan asesinando a sus parejas luego de soportar varios períodos de violencia física.

A partir de este informe, presentado por la Oficina de Drogas y Crimen, ONU Mujeres recomienda trabajar con hombres y niños para poner fin a la violencia machista promoviendo una política basada en los derechos humanos y con perspectiva de género. Se debe involucrar a los hombres y poner en discusión las normas discriminatorias que subyacen en la sociedad y legitiman el poder masculino, el control y el uso de la violencia.

Fuente: https://noticias.perfil.com/2019/01/19/femicidios-137-mujeres-son-asesinadas-por-dia-por-su-familia/

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África: La violencia sexual en las escuelas amenaza a casi 250 millones de niñas y adolescentes cada año

Redacción: Europa Press/12-12-2018

ONU Mujeres llama a aprovechar el ámbito educativo para «formar actitudes, creencias y prácticas» en favor de la igualdad

La violencia machista tiene múltiples rostros y escenarios y, entre los más preocupantes, está la que tiene por cara a un profesor y por contexto una escuela. Naciones Unidas estima que 246 millones de niñas y adolescentes sufren algún tipo de violencia por razones de género dentro o en las inmediaciones de un centro educativo cada año.

La igualdad entre hombres y mujeres y el desarrollo de una educación de calidad figuran entre los Objetivos de Desarollo Sostenible (ODS) establecidos para 2030 y, con intención de aunar ambas metas, ONU Mujeres y el Fondo de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuentan con una guía dedicada expresamente a la violencia en las aulas, los patios o el camino a clase.

Los expertos estiman que una de cada tres mujeres sufrirá violencia en algún momento de su vida, pero cuando se trata de la escuela, los abusos no solo amenazan la salud física y emocional de las víctimas, sino que también lastran su desarrollo cognitivo y educativo a medio y largo plazo, perjudicando por tanto la capacidad de las niñas de romper el «círculo».

Dina Deligiorgis, experta de ONU Mujeres para la erradicación de la violencia, advierte en declaraciones a Europa Press de que las estadísticas demuestran que la violencia contra niños y mujeres no reflejan solo «actos aleatorios» cometidos por unas pocas personas, sino que evidencian un patrón que se cuela en familias, lugares de trabajo o centros educativos.

Se trata de un fenómeno global especialmente preocupante en contextos de vulnerabilidad, donde las víctimas no solo sufren los abusos sino el estigma que conlleva, como le ocurrió a Angela, una joven keniana que a sus 20 años cuenta su caso a Human Rights Watch (HRW), dentro de una investigación sobre la discriminación que sufren las adolescentes embarazadas en África.

Para ella, todo empezó cuando estaba en octavo curso y necesitaba dinero para presentarse al examen final. Su padre había abandonado a la familia para casarse con otra mujer y su madre no tenía dinero. «Conocí a un hombre que trabajaba como profesor a tiempo parcial y le conté mis problemas. Me dijo que me daría el dinero. Comencé a tener relaciones sexuales con él y así es como me quedé embarazada», explica.

Por aquel entonces tenía 16 años y, tras su embarazo, se convirtió en la «burla» de su entorno y sufrió el rechazo de sus compañeros. Reconoce que «casi» tiene que dejar las clases, pero el director del centro la alentó a seguir y su madre luchó para que pudiese completar una formación que la ha llevado incluso a cursar estudios superiores.

En su informe, HRW insta a todos los gobiernos de África a garantizar la investigación y procesamiento de los casos de acoso y abuso que cometen profesores, conductores de autobús o trabajadores de centros y que amenazan la educación de la mitad de la población.

Un informe similar del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) sobre la violencia sexual en Tanzania advertía en 2011 de que uno de cada cuatro incidentes ocurren en el camino de ida o vuelta a la escuela, mientras que al menos el 15 por ciento de las chicas encuestadas reconocía que había sufrido algún acto de violencia dentro del complejo del centro educativo.

DEBATE GLOBAL

El debate está abierto también en Malasia, donde un reciente informe de la Comisión Anticorrupción (MACC) evidenció la existencia de casos de abusos sexuales en la escuela, en concreto de profesores a alumnas a cambio de promesas sobre subidas de notas. El Gobierno ha prometido tomar medidas al respecto.

La representante de UNICEF en Malasia, Marianne Clark-Hattingh, ha advertido en un comunicado de que «los profesores deben ser modelos de conducta y fomentar el aprendizaje y el desarrollo de los niños, no el abuso». «Ningún niño debería tener miedo de ir a clase», ha remachado.

Clark-Hattingh ha emplazado a Naciones Unidas, las ONG y las empresas a trabajar con el Gobierno malasio para que las menores comprendan los desafíos y se protejan ante posibles amenazas, si bien los defensores de los Derechos Humanos admiten que la solución pasa por un enfoque transversal que implique a todo tipo de actores.

«La violencia es una expresión de poder y control. Es una expresión del poder y el control de los hombres sobre las mujeres y las niñas», lamenta Deligiorgis, que denuncia «desequilibrios sociales y estructurales» que aún mantienen «privilegios» para una cierta parte de la población. «Si entendemos la violencia de esta forma, podemos comprender lo que es necesario para prevenirla», ha añadido.

GARANTIZAR LAS MISMAS CONDICIONES PARA LAS NIÑAS

En el ámbito educativo, la experta de ONU Mujeres considera necesario romper con las estructuras tradicionales para garantizar que las niñas puedan llegar en las mismas condiciones que sus compañeros varones al menos hasta el final de la educación secundaria.

«Esto también pasa por aprovechar los marcos educativos para formar actitudes, creencias y prácticas de los jóvenes», de tal forma que los profesores y otros miembros del personal sean los primeros en potenciar «nociones de igualdad, el respeto por la diversidad, la masculinidad positiva y la no violencia», remacha Deligiorgis.

Existen ejemplos de que la situación se puede al menos contener, sino erradicar. La agencia de cooperación estadounidense (USAID) lanzó entre 2003 y 2008 un proyecto pionero en Malaui y Ghana para mejorar la sensibilización del personal docente y de los estudiantes en relación a la violencia sexual, en un intento por potenciar la prevención.

En el caso de Ghana, por ejemplo, la proporción de profesores que aceptaban que las niñas podían ser víctimas de acoso en la escuela pasó del 30 al 80 por ciento. Ellos al menos ya saben lo que Deligiorgis quiere ahora dejar claro: «Las niñas están más expuestas y sufren mayores niveles de violencia sexual en el entorno educativo y todo simplemente porque son niñas».

Fuente: https://www.europapress.es/internacional/noticia-violencia-sexual-escuelas-amenaza-casi-250-millones-ninas-adolescentes-cada-ano-20181208082234.html

 

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Entrevista: Elisabeth Nyamayaro: “La igualdad de género es clave para el progreso social”

Así era…

Elisabeth Nyamayaro

Activista, asesora en desigualdad de género y miembro de la ONU Mujeres

De pequeña le fascinaba el inglés y siempre le ha apasionado correr y jugar a hockey. Considera el deporte una buena manera de promover la igualdad de género y le habría gustado que en su etapa de escolarización le hubieran hablado más abiertamente sobre la desigualdad entre hombres y mujeres. Actualmente es asesora senior en la ONU Mujeres.

Desde la ONU Mujeres trabajamos para eliminar la discriminación de las mujeres y las niñas, en favor del empoderamiento de la mujer y para lograr la igualdad entre géneros en beneficio del desarrollo.

¿Cuáles son las cifras sobre desigualdad de género que más preocupan?
Los datos más preocupantes son los referentes a la violencia de género ya que, por ejemplo, hay estudios que revelan que el 70% de mujeres sufren violencia física y/o sexual a lo largo de sus vidas a manos de su pareja. Aun así, no debemos olvidar otros problemas de la mujer como el menor acceso a la educación, su participación desigual en el mercado laboral o las diferencias salariales.

¿Cuál es el perfil de mujer que más sufre esta problemática?
No hay un perfil específico, la desigualdad de género afecta a todo tipo de mujeres independientemente de su edad, país de nacimiento, nivel educativo, profesión… Aunque no tendemos a pensar en ellas cómo víctimas de esta problemática, las mujeres de países ricos, con un alto nivel de formación y con un trabajo cualitativo, también la sufren.

¿Qué importancia tienen los aspectos culturales en la existencia de esta desigualdad?
Son elementos muy importantes. A pesar de que cómo decíamos se trata de un problema global, presente en todos los países, podemos hablar de labores específicas a desempeñar, por ejemplo en países africanos, dónde todavía a día de hoy persisten aspectos culturales que promueven el patriarcado.

¿Cómo puede la educación ayudar a revertir esta situación?
La educación es un elemento clave, no sólo la escolar sino también la de los hogares. Si nos centramos en el mayor problema que es el de la violencia hacia las mujeres y las niñas, los hombres son, como muestran los datos, los que mayoritariamente la ejercen. Y estos hombres han sido criados por otras personas, por lo que es clave educarles desde el hogar en contra de la violencia de género.

¿Y en la escuela?
El papel instrumental que juegan los profesores es muy importante ya que los niños pasan gran parte de su tiempo en las escuelas con sus maestros. Por lo que los docentes se convierten en su modelo a seguir e influencian de forma directa en el modo de pensar y de comportarse de los alumnos.

¿Qué consejos darías a los profesores para que puedan contribuir a mitigar esta desigualdad desde dentro de las aulas?
Utilizaré una experiencia que me contó una profesora sobre una actividad que desarrolló en clase para concienciar a sus alumnos sobre las dinámicas entre ambos géneros. Preguntó a las niñas qué les gustaría que los niños hicieran para erradicar la desigualdad entre ellos. Y a diferencia de lo que esperaba, las niñas contestaron que no querían que hicieran nada en concreto, simplemente querían jugar juntos.

Básico pero fundamental…
Tendemos a separar los juguetes entre los que son de niños y de niñas e incluso las tareas según las habilidades que se requieren. Por lo que el reto consiste en encontrar una forma de no crear una división dentro de las clases,  ya que la mejor manera de educar a los niños y niñas en la igualdad de género es tratándoles como iguales.

¿Qué se puede hacer desde los gobiernos para mejorar esta situación?
Hay muchas acciones que se pueden impulsar desde los gobiernos y desde las instituciones educativas. Con la campaña HeForShe estamos buscando el compromiso de los hombres, ya que para revertir esta situación los necesitamos a ellos, especialmente si  tenemos en cuenta que los poderes que pueden ayudar a solventarlos están dominados principalmente por hombres.

Su papel es clave…
Es importante conseguir su compromiso como catalizadores y agentes de cambio, ya que en muchos países el problema no radica en la falta de legalización para proteger a la mujer sino que la problemática deriva de la falta de implementación de las leyes ya existentes.

Brevemente, ¿en qué consiste la campaña HeForShe?
Se trata de una campaña para conseguir el compromiso de los hombres ya que son parte de la solución y socios clave para solventar una problemática social, que no sólo afecta a las mujeres.  Es la constatación de que la igualdad de género sólo se puede conseguir si hombres y mujeres trabajan en una misma dirección.

¿Qué importancia tiene contar con una actriz mediática como Emma Watson como embajadora de la ONU Mujer?
La idea era contar con una persona joven, con pasión, inteligente y comprometida que diera voz a la campaña y que ayudara a hacer llegar el mensaje a la sociedad. Ella está muy implicada y creemos que encarna los valores de la ONU Mujer. Su participación activa influenciará en la manera de sentir y pensar de los jóvenes a nivel mundial, hecho muy importante, ya que esta generación es fundamental para el progreso.

En este sentido, ¿cómo valoras el trabajo de la activista Malala Yousafzai en términos de concienciación?
Su trabajo es muy importante. Si antes decíamos que necesitamos el compromiso de más hombres para acabar con la desigualdad de género, también podemos afirmar que necesitamos más Malalas para ayudar a concienciar y educar a la sociedad en términos de igualdad de género.

Finalmente, más allá de los beneficios obvios para las mujeres para acabar con la desigualdad de género, ¿cuáles son las principales ventajas de esta igualdad para la sociedad?
Primeramente se trata de un derecho humano básico,  pero su logro también tiene impacto en  el ámbito socioeconómico. Si le otorgamos mayor poder a la mujer y potenciamos sus fortalezas damos impulso a las economías, especialmente a las subdesarrolladas, mejoramos la productividad y contribuimos al crecimiento. La igualdad de género es un elemento clave para el progreso de las sociedades.

Fuente de la Entrevista:

Elisabeth Nyamayaro: “La igualdad de género es clave para el progreso social”

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