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OMS: prevenir la contaminación por antibióticos en los ríos

OMS: prevenir la contaminación por antibióticos en los ríos

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha dado un paso importante en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, mejor denominados antimicrobianos (RAM) con la publicación de su primera guía dedicada a reducir su contaminación en el proceso de la fabricación de estos medicamentos. La directiva, que aborda la gestión de aguas residuales y desechos sólidos en la producción de antibióticos, llega justo antes de la Reunión de Alto Nivel sobre la RAM, que se celebrará en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.

Este lanzamiento es una respuesta a la creciente preocupación global por la resistencia a los antimicrobianos, un fenómeno que amenaza la eficacia de los medicamentos esenciales y, en última instancia, la salud pública. La guía no solo busca frenar el impacto ambiental de la producción de antibióticos, sino también proteger la efectividad de estos medicamentos que salvan vidas.

¿Qué es la resistencia a los antimicrobianos?

La resistencia a los antimicrobianos ocurre cuando bacterias, virus, hongos y parásitos desarrollan la capacidad de resistir los efectos de los medicamentos diseñados para eliminarlos. Esta resistencia es un proceso natural, pero se ha acelerado considerablemente debido al mal uso y abuso de los antibióticos. Según la OMS, muchas personas en el mundo no tienen acceso a estos medicamentos esenciales, mientras que, en otros lugares, el uso inapropiado de los mismos genera una propagación de resistencia que afecta a todos.

La resistencia a los antimicrobianos no solo se relaciona con el uso indebido de medicamentos por parte de los pacientes, sino también con la contaminación generada durante la fabricación de estos fármacos. Los desechos farmacéuticos pueden contribuir significativamente a la creación de bacterias resistentes que se propagan por el entorno, afectando tanto a la salud humana como al medio ambiente.

La contaminación por antibióticos: un problema sin regulación

Uno de los problemas más graves en la producción de antibióticos es la falta de regulación sobre la contaminación ambiental que genera. Aunque se han documentado altos niveles de residuos de antibióticos en diversas áreas del mundo, los criterios actuales de garantía de calidad en la fabricación de estos medicamentos no suelen considerar las emisiones al medio ambiente.

Este vacío regulatorio representa un riesgo importante, ya que los residuos de antibióticos pueden facilitar el surgimiento de bacterias resistentes que luego se esparcen por todo el planeta. Sin una gestión adecuada de estos residuos, el riesgo de que los antibióticos pierdan su eficacia aumenta exponencialmente.

Además, muchos consumidores no reciben la información adecuada sobre cómo desechar de manera correcta los antibióticos no utilizados o caducados. Esta falta de educación contribuye aún más a la contaminación, ya que los medicamentos terminan en el ambiente sin ningún control.

La nueva guía de la OMS: una herramienta científica y práctica

La guía de la OMS surge como una solución a este problema urgente. Desarrollada en colaboración con expertos internacionales, incluidos académicos, reguladores, inspectores y organizaciones de salud, esta guía establece objetivos claros para reducir la contaminación por antibióticos. Uno de los principales focos de la directiva es garantizar que la producción de estos medicamentos no genere riesgos para la salud humana ni para los ecosistemas acuáticos.

El documento cubre todo el proceso de fabricación de antibióticos, desde la producción de los ingredientes activos hasta la formulación final y el envasado. De esta manera, se asegura un control exhaustivo de cada etapa del ciclo de vida de los antibióticos, minimizando la liberación de contaminantes en el entorno.

antibióticos
El río Bramaputra, en Bangladés. Algunas localizaciones ribereñas de Bangladés tienen niveles de antibióticos 300 veces superiores a los que se consideran seguros para el medio ambiente.

Impacto ambiental y la salud pública: una relación inseparable

La doctora Yukiko Nakatani, subdirectora general de la OMS para la resistencia a los antimicrobianos en funciones, ha subrayado la importancia de controlar la contaminación derivada de la producción de antibióticos para preservar la efectividad de estos medicamentos. Según Nakatani, los residuos farmacéuticos pueden facilitar la aparición de nuevas cepas de bacterias resistentes que luego se expanden globalmente.

Este fenómeno no solo afecta la salud humana, sino que también tiene implicaciones graves para el medio ambiente. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ha resaltado el papel crucial del entorno en el desarrollo y la propagación de la resistencia a los antimicrobianos. De hecho, cada vez existen más pruebas que indican que la acción sobre el medio ambiente es una parte esencial de la solución a la crisis de la RAM.

Jacqueline Álvarez, representante del PNUMA, señaló que la prevención y el control de la contaminación en los sitios de fabricación, los centros de atención de salud y los sistemas agroalimentarios es esencial para frenar la propagación de bacterias resistentes. Este enfoque integral hacia el control de la contaminación permitirá proteger tanto la salud pública como los ecosistemas.

Transparencia y regulación: claves para el éxito

Una de las características más importantes de la nueva guía de la OMS es su enfoque en la transparencia. La doctora Maria Neira, directora del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, destacó que la guía proporciona una base científica independiente e imparcial para que los reguladores, compradores e inspectores implementen medidas eficaces de control de la contaminación.

Este enfoque transparente permitirá que los compradores, inversionistas y el público en general tomen decisiones más informadas sobre los productos que adquieren, con un mejor entendimiento de los esfuerzos de los fabricantes por controlar la contaminación. De esta manera, la guía de la OMS no solo tendrá un impacto en la industria farmacéutica, sino también en los hábitos de los consumidores y en la política pública.

Desafíos futuros: hacia una mejor gestión de los antibióticos

Si bien la nueva guía de la OMS representa un paso crucial en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos, aún quedan muchos desafíos por delante. El problema de la contaminación por antibióticos no se resolverá de la noche a la mañana, y será necesario un esfuerzo conjunto entre los gobiernos, la industria farmacéutica y la sociedad civil para implementar las medidas necesarias.

La OMS también ha señalado la necesidad de mejorar la educación y la información que se proporciona a los consumidores sobre el uso adecuado de los antibióticos. La conciencia pública sobre la correcta eliminación de los medicamentos no utilizados será un factor clave para reducir la contaminación y, en última instancia, prevenir la propagación de la resistencia a los antimicrobianos.

Conclusión

La publicación de la primera guía de la OMS para frenar la contaminación por antibióticos es un hito importante en la lucha contra la resistencia a los antimicrobianos. Al abordar de manera integral la gestión de los residuos en la fabricación de estos medicamentos, la OMS está ayudando a proteger la salud pública y el medio ambiente. Sin embargo, el éxito de estas medidas dependerá de la colaboración entre todas las partes involucradas y de la implementación efectiva de las regulaciones en todo el mundo.

En este contexto, la acción sobre el medio ambiente adquiere un papel fundamental, y la transparencia será clave para que los consumidores y los responsables de la toma de decisiones puedan contribuir de manera activa a la solución del problema. La resistencia a los antimicrobianos es una amenaza global, pero con esfuerzos conjuntos, es posible controlar su impacto y preservar la eficacia de los antibióticos para las generaciones futuras.

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/temas-especiales/contaminacion/antibioticos/

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OEI: Programa Iberoamericano de Transformación Digital en Educación

Programa Iberoamericano de Transformación Digital en Educación

El programa se enmarca en la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible y su objetivo es avanzar hacia modelos híbridos para ampliar la cobertura educativa en plena sociedad digital y “no dejar a nadie atrás” en Iberoamérica.

 

Cuando en marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirma la pandemia producida por COVID-19, todavía no éramos conscientes de las implicaciones que eso iba a tener en el ámbito educativo. Pero, en la actualidad, mientras todavía continuamos aprendiendo y dando las respuestas necesarias para paliar esta crisis, la digitalización en educación ha recibido la importancia que realmente requiere y está siendo abordada desde todos los ministerios de Educación de la región.

¿Por qué la transformación educativa digital?

Este programa no es una más de las 400 iniciativas que la OEI tiene en marcha en la región. Se trata de una iniciativa que busca movilizar política, social y financieramente a diferentes actores para superar el 0,78 % del presupuesto regional que hay destinado para superar los efectos de la pandemia en educación.

  • La salida de la pandemia hace necesarios sistemas educativos más flexibles, inclusivos, resilientes y el desarrollo de competencias digitales que favorezcan la empleabilidad y productividad.
  • El contexto actual postpandemia en la región se caracteriza por: 
    • en promedio, más de un año académico sin presencialidad o con interrupciones prolongadas (CEPAL, 2021). La región del mundo con más horas lectivas presenciales perdidas.
    • se incrementará la “pobreza de aprendizaje” en más del 20% (Banco Mundial, 2021).​
    • aumentarán las tasas de abandono escolar entre adolescentes y jóvenes; así, 3,1 millones de jóvenes, niñas y niños habrían sido excluidos de la educación.​
    • la probabilidad de completar la educación secundaria en 18 países de América Latina caería del 56% al 42%, principalmente en adolescentes de familias con bajo nivel educativo, cuya probabilidad se reduciría casi 20 puntos porcentuales (Neidhöfer, Lustig y Tommasi, 2020 y 2021).​
    • profundización de las brechas existentes. Brecha económica, brecha social y brecha de género (“pandemia en la sombra”)​.​

¿Qué debemos tener en cuenta?

  • Agenda internacional 2030. Objetivos y desafíos de la nueva agenda 2030.
  • Que nadie se quede atrás. Prestar especial atención a los alumnos más vulnerables: el 40% que durante la pandemia no ha tenido opciones de educación virtual.
  • Identificar zonas y poblaciones de intervención prioritaria. Seleccionar aquellas áreas geográficas y comunidades más carenciadas.
  • Previsión, coordinación y acción. Definir una estrategia conjunta a partir de las necesidades detectadas con los ministerios de educación y en articulación con sus políticas públicas, y otras administraciones, organizaciones multilaterales, sociedad civil, etc.
  • Estrategias de cooperación avanzada. Fortalecimiento de capacidades, creación de redes; dialogo de políticas, compartir buenas prácticas: transformación desde la innovación.
  • Lecciones aprendidas y difusión. Sistematizar y evaluar toda la experiencia. Generación de conocimiento y compartirlo.
  • Apropiación social. Amplia difusión en redes sociales y medios de comunicación.

Antecedentes

Proyecto Regional con alcance nacional Luces para Aprender

«Luces para Aprender» es una iniciativa de carácter regional promovida por la OEI y aprobada en el año 2011 por los ministros de Educación de los países iberoamericanos en la XIX Conferencia Iberoamericana de Educación realizada en Asunción, Paraguay. Su fin es contribuir con la mejora de la calidad educativa de las escuelas rurales de la región, así como el desarrollo y bienestar de las comunidades a las que pertenecen.

El proyecto ha beneficiado a 25.934 estudiantes y 1.197 docentes de 556 escuelas rurales de comunidades aisladas que no contaban con energía eléctrica ni conectividad, en 13 países de la región.

 

 

Fuente de la Información: https://oei.int/oficinas/secretaria-general/programa-regional-de-transformacion-digital-en-educacion-2/contexto

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La sociedad, limitada para comprender y visualizar la depresión

Por: María Guadalupe Lugo García

En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) 34.8 millones de personas han experimentado algún episodio depresivo en sus vidas. Mientras que en el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), unos 300 millones de individuos padecen ese trastorno, destaca Gerardo Mora Gutiérrez, académico de la Facultad de Psicología.

Asimismo, prosigue, el mencionado órgano autónomo del país calcula que, de los porcentajes registrados de personas con depresión, sólo 1.63 por ciento toma antidepresivos; “es decir, no sigue ningún tipo de acción preventiva o interventiva y son, en realidad, los que menos atención especializada reciben”.

La OMS define a la depresión como un trastorno común de salud mental caracterizado por una tristeza persistente y falta de interés o gozo en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras. Además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y poca concentración. Es una causa importante de discapacidad en el ámbito global e incide considerablemente en la carga de morbilidad. La falta de apoyo a las personas con trastornos mentales, junto con el miedo al estigma, impiden que muchos accedan al tratamiento que necesitan para tener vidas saludables y productivas.

Al respecto, el universitario añade que es una enfermedad mental que afecta en mayor medida a las mujeres. “Se trata de una gran pandemia silenciosa y como sociedad estamos limitados para entenderla y visualizarla, incluso socialmente hay una desvalorización a todo lo que tiene que ver con las manifestaciones del estado de ánimo, lo que también afecta a infantes y adolescentes en quienes se observan altos niveles de depresión que se asocian a la falta de condiciones de cohesión dentro de la familia y el entorno”.

Se caracteriza por una tristeza persistente y falta de interés o gozo en actividades que previamente eran gratificantes y placenteras; además, puede alterar el sueño y el apetito, y es frecuente que concurra con cansancio y poca concentración

Época de duelos

En ocasión del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se conmemoró el 13 de enero, el experto aclara: no es que vivamos una época de depresión momentánea, sino que converge en la actualidad la depresión estructural que se manifiesta en la sociedad y que nos ha repercutido por los diferentes acontecimientos que hemos vivido en los últimos tiempos.

Psicológicamente, es una condición o afección del estado de ánimo que perturba prácticamente todos los ámbitos de la vida, por lo que una persona con tendencia depresiva estará prácticamente abandonando las diferentes actividades de su existencia, no podrá relacionarse bien, tampoco sentirá que su calidad de vida es adecuada, experimentará desinterés y aplanamiento por prácticamente todas las situaciones que le ocurren a diario; tendrá afectaciones, incluso cognitivas.

“La sociedad en sí misma está padeciendo un momento depresivo, estamos sobreviviendo a una pandemia, vivimos una época de duelos, de situaciones que no se han podido resolver; me parece que una persona deprimida en realidad estaría manifestando todo un conjunto de condiciones que, contextualmente repercuten negativamente en prácticamente todas sus áreas de vida”, explica el especialista.

A partir de la perspectiva de la psicología, existen personas con rasgos de personalidad depresivos; es decir, aquellos que son proclives a la melancolía, a la tristeza y a la anhedonia (la falta de placer), que viven la vida de forma más pesimista, esa es la depresión como rasgo de personalidad. También en quienes la padecen como un estado de ánimo, representa una patología, una condición que debe ser tratada por un equipo multidisciplinario, incluidos psicólogos, psiquiatras y médicos, entre otros.

Gerardo Mora indica que “es ahí donde sí podemos incidir, tanto en la depresión como rasgo de personalidad como en la patología; en dichos aspectos el trabajo clínico a realizar casi siempre es preventivo e interventivo”.

Podría pensarse, dice, que la pandemia agudizó la incidencia de las manifestaciones sintomáticas de la depresión y, por supuesto, esto puede conducir a elevar los índices de ideación, intento, incluso, consumación suicida que, según estimaciones del Inegi, en México tenemos una tasa de suicidios de 6.5 por ciento por cada cien mil habitantes, lo que quizá en términos del número de la población sea un porcentaje bajo; sin embargo, para 2021-2022 representó la segunda causa de muerte entre la población de 15 a 29 años.

Acota que es necesario realizar una diferenciación a partir de la psicología y el psicoanálisis cuando pensamos que una cuestión es la depresión y otra la melancolía. Decimos que la segunda es una depresión permanente que está instalada en la vida; la primera es una afección momentánea o asociada a una cuestión de pérdida, malestar o crisis de vida, así la podríamos conceptualizar de manera distinta.

Cómo crear soluciones

El universitario se refiere a la necesidad de diferenciar la depresión como trastorno, condición y estado, y a partir de esa distinción, crear las soluciones, que no sólo tienen que ver con el hacer actividades, sino, también con la capacidad de estar y contemplar. Las personas deprimidas son individuos que de pronto son incapaces de vislumbrar lo que hay a su alrededor.

Más adelante, recalca que la depresión puede ser resultado de una crisis de vida, lo que implica que es transitoria. Un duelo por la pérdida de un familiar, del empleo, de la salud, por ejemplo, podría llevar a una etapa de afrontamiento que incluye una disminución del estado de ánimo que puede durar un año, en promedio, según el tipo de situación, evento o suceso de vida que esté trastocando.

Se vuelve patológica cuando sentimos que no podemos resolver lo que nos pasa, cuando tardamos más de seis o siete meses en resolver la situación y no tenemos ninguna posibilidad de salir adelante, de pronto se presentan pensamientos y sentimientos repetitivos y recurrentes, prácticamente sentimos que nuestra vida se convirtió en una especie de repetición constante. Este es el momento adecuado para buscar ayuda, sobre todo porque la depresión también afecta a su familia y con quienes convive.

Para Gerardo Mora es indispensable realizar campañas de sensibilización y concientización, destacar que la depresión es del deprimido y también del entorno. No se debe tratar a quien la padece con condescendencia desvalorizante, sino como una condición que escapa a la voluntad del individuo y, por supuesto, que no tiene nada que ver con que la persona deba mejorar con una frase motivacional, porque auténticamente en los estados depresivos se pierde por completo la capacidad de resolución de los conflictos que se enfrentan cotidianamente.

Pensar en un día mundial de lucha contra la depresión tiene que ver con sensibilizar a la población en torno a que todas y todos somos parte de esta sociedad, que podemos tener –en algún momento de nuestras vidas– crisis depresivas, que tenemos que comprender esta afectación mental porque puede convertirse en una patología grave que podría generar, incluso, discapacidad.

Pero como sociedad, la mejor manera de enfrentarla es otorgar más voz y ruido a los estados de ánimo, al reconocimiento de que no siempre podemos estar bien y que el bienestar y la salud mental son estados ligados a sentirnos con vida, con plena capacidad de emprender acciones y sentirnos útiles.

Fuente de la información e imagen:  Gaceta UNAM

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A mayor nivel educativo, un envejecimiento más saludable

Por: Diana Oliver

La Organización Mundial de la Salud lo definió en 2015 como un proceso continuo de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la edad avanzada

Hay a quienes les obsesiona el paso del tiempo y quienes, por el contrario, solo encuentran ventajas en poder ir sumando años. Hay también quienes se toman en serio que ese contador de vida siga funcionando en perfectas condiciones, pero también quienes no son conscientes hasta que llegan los primeros achaques. O quienes pueden, obvio, porque los recursos socioeconómicos también tienen su papel en el mantenimiento (o no) de nuestro engranaje vital.

El envejecimiento es un reto importante para los estados: según datos de Naciones Unidas, se espera que la población de más de 60 años se duplique en 2050 y se triplique en 2100. ¿Cómo optimizar el bienestar de esta población? El proyecto ATHLOS nacía con el objetivo de entender mejor el envejecimiento: qué factores influyen en un envejecimiento saludable, cuáles son los puntos críticos que lo amenazan y qué pueden hacer los organismos de salud pública para optimizar la calidad de vida. Precisamente, una de las últimas investigaciones enmarcadas en el proyecto ATHLOS, publicada recientemente en The Lancet, ha analizado si la educación y las desigualdades socioeconómicas influyen en la posibilidad de disfrutar de un envejecimiento saludable y activo. Tras analizar diversos factores relacionados con la salud (enfermedades crónicas, salud mental, condición física, etc.) de una muestra internacional de más de 140.000 adultos mayores, han encontrado una respuesta clara: a mayor nivel educativo, mayores posibilidades de conseguir un envejecimiento saludable.

Educación y preservación de la salud

La Organización Mundial de la Salud definió en 2015 el envejecimiento saludable como un proceso continuo de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite el bienestar en la edad avanzada. Este proceso no es ajeno al entorno, sino que interactúa con él, lo que puede ser positivo o, por el contrario, perjudicial para la salud. También influye el efecto sumatorio de factores que influyen en la calidad de la salud: los riesgos de una mala salud pueden acumularse desde etapas tempranas.

Según los datos arrojados por el estudio, las personas mayores con educación universitaria tendrían hasta 10 puntos más de salud que un coetáneo con un bajo nivel educativo. La cuestión es: ¿se trata más de desigualdades socioeconómicas que de la educación per se? Para Graciela Muniz Terrera, profesora titular de Bioestadística y Epidemiología en el Centro para la Prevención de la Demencia de la Universidad de Edimburgo y una de las autoras del artículo, esa es la pregunta del millón. “Las personas más educadas y con mayor capacidad económica, en general, mantienen estilos de vida más saludables que quienes tienen menores niveles educativos y peor nivel económico –por ejemplo, teniendo mejor acceso a una dieta saludable, mayor capacidad de hacer ejercicio, de mantener el cerebro activo por medio de hobbies o de trabajos más estimulantes, y hasta tienen mayor capacidad para navegar las complejidades de los sistemas de salud que les permiten maximizar las oportunidades de preservar la salud–. Por tanto, no es claro si el efecto de la educación en la preservación de la salud en la edad adulta es un efecto directo o indirecto”, responde.

No obstante, la experta añade que en el contexto de la preservación de la función cognitiva, existen estudios que apuntan a un aislamiento del efecto de la educación enmarcado en una hipótesis que se llama de “reserva cognitiva”, que básicamente propone que a través de la educación, el cerebro es estimulado de tal manera que es capaz de resistir más las patologías y, por tanto, los síntomas de deterioro aparecen más tarde en quienes tienen mejores niveles de educación que en quienes tienen menor educación.

Explica Albert Sánchez-Niubo, doctor en Bioestadística y actualmente Investigador Post-doctoral en la Fundación Sant Joan de Déu, y otro de los autores del estudio, que para saber si es la educación o las mayores rentas lo que mejor protege la salud, “se debería tener información de población con más recorrido de tiempo de vida para poder estudiar el mecanismo causal entre estas variables”. Según Sánchez-Niubo parece evidente, eso sí, que la educación puede estar relacionada con factores conductuales y psicológicos, como el tabaquismo, la dieta y el apoyo social, y a su vez, estos factores también pueden afectar a la salud física y mental y a la facultad de mantener la capacidad funcional en la edad adulta. Por tanto, un nivel educativo alto podría propiciar mejores hábitos saludables a lo largo de la vida (ejercicio físico, actividades lúdicas, no consumo de alcohol y tabaco) y una mejor salud funcional en la vejez. En el caso del nivel de renta (relativo al país) puede estar relacionado con factores materiales, como las dificultades financieras, vivienda pequeña o pobre y el escaso acceso a la atención de la salud y a los seguros (como en los Estados Unidos), que pueden tener efectos directos en la mala salud a lo largo de la vida y afectar a la capacidad funcional en la vejez.

Así, las variables de educación y nivel de renta pueden explicar diferentes dominios de la salud «funcional”: “Podría ser que la educación propicie mejores hábitos saludables y que el nivel de renta facilite mejores condiciones de vida, acceso a mejores medicamentos, apoyo personal, a dispositivos de asistencia, etc., que pueden facilitar la capacidad funcional”. Partiendo siempre de que la variable «salud» que se utiliza en el artículo está basado en una escala de salud sobre funcionamiento físico y cognitivo de las personas, es decir, lo que puede hacer una persona por sí misma en su día a día, quedan fuera las enfermedades –qué tipo de síntomas y anormalidades patológicas pueden tener presentes una persona–.

Sobre si las desigualdades sociales y económicas que tienen un efecto directo en la salud se incrementan con la edad, dados los resultados del artículo, la respuesta es que se mantienen en el tiempo. “Aunque la salud «funcional» disminuya con la edad, la desigualdad se mantiene en paralelo”, sostiene Sánchez-Niubo. Añade Graciela Muniz Terrera que, si bien hay evidencia consistente en cuanto al efecto positivo de la mayor educación y el mejor nivel económico en lo que refiere al nivel de envejecimiento saludable, “no está claro a partir de qué momento de la vida ese efecto comienza a operar” y el estudio tampoco encuentra evidencia de que estos dos factores estén asociados a los cambios del envejecimiento.

Fuente e imagen tomadas: https://elpais.com/elpais/2020/07/30/sesenta_y_tantos/1596114212_567091.html

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“¿Abrir escuelas o bares?”, el cuestionamiento de la OMS a los gobiernos

OMS/24 Septiembre 2020/semana.com

“¿Qué es más importante?”, cuestionó el doctor Mike Ryan, director de la OMS para Emergencia, al revelar que el 25 por ciento de los países aún no tiene fecha de regreso al colegio.

“Todos queremos que los niños regresen a la escuela y todos queremos que las escuelas sean sitios seguros”, dijo el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Gebreyesus, quien subrayó que la decisión de cerrar los centros educativos debe ser “un último recurso (temporal) y solo debe implementarse a nivel local en áreas con una transmisión intensa».



Tedros recordó que a nueve meses del inicio de la pandemia del coronavirus, quedan muchas preguntas en cuanto a la forma como la covid-19 puede atacar a niños y adolescentes, quienes por lo general tienden a tener un cuadro leve de la enfermedad. Pero la interrupción de la educación tiene consecuencias devastadoras no solo para ellos, sino para la sociedad en su conjunto, y por eso es de vital importancia que puedan volver a sus escuelas.

En ese sentido, el doctor Mike Ryan, director de la OMS para Emergencias, señaló que algo en lo que todos debemos estar de acuerdo es que las escuelas son importantes y que la educación de los niños es prioritaria. «¿Cómo combinar la protección de la muerte a las personas vulnerables y el regreso de los niños a la escuela? Debemos hacer sacrificios (…) La única forma de conseguirlo es que los adultos se mantengan a distancia para disminuir los contagios”, explicó.

Ryan fue enfático al preguntar: “¿Qué es más importante, que los niños regresen a la escuela o que estén abiertos los bares y los clubes? Son decisiones que tenemos que tomar».

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/abrir-escuelas-o-bares-el-cuestionamiento-de-la-oms-a-los-gobiernos/202055/

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Las buenas prácticas ante las tres pandemias más mortales del mundo salvan 38 millones de vidas

Reseñas/17 septiembre 2o2o/Autora: Lola Hierro/elpais.com

Juntas matan a más de tres millones de personas cada año, pero los resultados publicados por el Fondo Mundial contra el sida, la malaria y la tuberculosis revelan el progreso de las últimas décadas. Todo está ahora amenazado por la covid-19

Si se quiere, se puede. Este es el mensaje que lanzan los resultados publicados hoy por el Fondo Mundial (The Global Fund) contra la malaria, la tuberculosis y el sida. Desde el inicio de su actividad en 2002 hasta 2019 se salvaron 38 millones de vidas en la lucha contra estas tres grandes pandemias, que juntas matan anualmente a casi tres millones de personas. Es un mensaje positivo y esperanzador que llega en un momento en el que el impacto de la covid-19 en la sociedad, la economía y, muy específicamente, en los sistemas sanitarios, está haciendo temer que se pierdan décadas de progreso en la lucha contra estas enfermedades, entre otros muchos problemas a los que el mundo se enfrenta.

Esta nueva revisión «muestra todo el camino recorrido y lo que podemos lograr», opina en una conversación telefónica Francoise Vanni, directora de relaciones externas del Fondo Mundial, sobre lo que considera unos datos «extraordinarios» por la cantidad de vidas salvadas. «Muestra lo que se puede hacer cuando se trabaja de manera colectiva, coordinada y conla participación de las comunidades; y por otro lado dice que necesitamos movilizarnos ya si no queremos perder todo ese progreso en una cuestión de meses», advierte.

El Fondo Mundial es la herramienta de las Naciones Unidas para acabar con el sida, la tuberculosis y la malaria como tarde en 2030, en cumplimiento con los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en 2015 y adoptados por casi la totalidad de países del mundo. Está formado por organismos públicos, entidades privadas y Estados; entre ellos, España, que hace ahora un año regresó a su seno después de ocho años de ausencia, aportación de cien millones de euros mediante. Este último informe recoge los logros en la lucha contra las tres enfermedades por separado y casos de éxito concretos que ponen de relieve cómo sí es posible acabar con ellas.

VIH en Esuatini: la escuela como arma de protección

Las huérfanas del sida Pumelele Ndlangamandla (10, derecha) y su hermana Nosipho Ndlangamandla (11) caminan a la escuela en Bhanganoma, en la zona rural de Esuatini. Las cuotas escolares para los huérfanos ahora las paga el Estado, financiado por varios donantes, incluido el Fondo Mundial. Su escuela les enseña tanto materias académicas como habilidades prácticas.
Las huérfanas del sida Pumelele Ndlangamandla (10, derecha) y su hermana Nosipho Ndlangamandla (11) caminan a la escuela en Bhanganoma, en la zona rural de Esuatini. Las cuotas escolares para los huérfanos ahora las paga el Estado, financiado por varios donantes, incluido el Fondo Mundial. Su escuela les enseña tanto materias académicas como habilidades prácticas. GIDEON MENDEL PARA THE GLOBAL FUND CORBIS A TRAVÉS DE GETTY IMAGES

El pasado mes de julio la ONU advirtió que se estaban ralentizando los progresos en la lucha contra el sida, pero no es menos cierto que los esfuerzos globales han logrado reducir la mortalidad por este virus y otras enfermedades relacionadas con él en un 61% desde el año 2000. «Hemos aprendido mucho por el camino, y cada vez más vemos que hay que focalizar esfuerzos, sobre todo, en prevención», subraya Vanni.

El ejemplo de buen hacer del que puede tomar nota el resto del mundo está en Esuatini, antes Suazilandia. Este país diminuto del sur de África, con apenas un millón de habitantes, arrastra una de las tasas de prevalencia de VIH más altas del mundo: un 27% de la población adulta. Y entre mujeres, aún más: un 63%. La buena noticia es que ha sido el primero, junto a Suiza, en alcanzar la meta 95-95-95 de la ONU diez años antes de lo previsto, es decir: el 95% de los afectados por el VIH conoce su estado serológico, el 95% de ellos está en tratamiento y el 95% no presenta carga viral en sangre o esta es indetectable.

La clave del éxito ha sido centrarse en la prevención de uno de los grupos más vulnerables al contagio: las adolescentes y mujeres jóvenes. Ellas, en particular en África subsahariana, tienen una probabilidad de contraer el VIH mucho mayor que sus pares hombres. «El año pasado estimamos que cada día se contagiaban mil mujeres», apunta Vanni. En Esuatini se pensó en cómo reducir la vulnerabilidad de este colectivo, y la respuesta fue desde un enfoque no solo sanitario, sino también educativo. Uno de estos programas se llama Girl Champ y se desarrolló para enseñar a las niñas y adolescentes cómo proteger su salud mediante la creación de espacios seguros y exclusivos para ellas, donde pueden charlar sobre cuestiones de salud vitales, incluida la prevención del VIH. «Hemos visto que, ayudando a las jóvenes a quedarse en la escuela a través de programas educativos y de incentivos económicos, se ha reducido su vulnerabilidad de manera muy exitosa. Lo de Estuatini es un ejemplo muy inspirador, pues se ve cómo a pesar de ser un país con una problemática extremadamente compleja, han podido cambiar la dinámica», celebra Vanni.

Tuberculosis en India: tecnología punta puerta a puerta

Con más de un millón y medio de muertes solo en 2018, la tuberculosis es la enfermedad que más mata, y uno de los principales frentes en la batalla contra esta enfermedad infecciosa es el infradiagnóstico: la inmensa cantidad de gente que vive con ella sin saberlo y que, además de que puedan morirse, también contagian a su alrededor. Pues bien, entre 2014 y 2018 (último año del que se tienen datos) la brecha entre la incidencia que se estima real y los diagnósticos se redujo de un 49% a un 33%, y muy especialmente en algunos de los países donde es más endémica. En esta categoría, India se lleva la palma. «Estamos muy orgullosos del ejemplo de India, porque tienen una carga enorme de tuberculosis en volumen y en proporción hasta el punto de que si no logramos acabar con la enfermedad en este país, no lo lograremos a nivel mundial», avisa Vanni.

Con ayuda de la Organización Mundial de la Salud y del consorcio mundial contra la tuberculosis Stop TB, se puso en marcha un programa para acelerar la detección de aquellos casos no identificados, y el resultado es que en 2018 se encontraron 344.000 más que durante el año anterior. Este logro se ha alcanzado mediante la participación de todos los actores —Gobierno, socios a nivel nacional, sector privado, sociedad civil, OMS, Stop TB…— y también mediante el buen uso de la tecnología y las carreteras porque, como subraya Vanni, «hay que ir hacia los casos, no esperar a que los casos vayan a ti».

Así, una flota de furgonetas bien equipadas recorre las zonas rurales remotas y de difícil acceso de India para realizar pruebas diagnósticas pueblo a pueblo y puerta a puerta a cada vecino. La tecnología molecular empleada es más precisa y produce resultados más rápidos que los métodos tradicionales: se ha podido reducir el tiempo de espera de los resultados de ocho días a unas pocas horas y de esta manera, en cuanto se identifica a un paciente se le puede atender inmediatamente.

Malaria en Myanmar: desplegando la red de redes

En la lucha contra la malaria, el número de muertes en el mundo continúa disminuyendo, pero esta caída de la mortalidad y también la rapidez en la reducción del número de casos se ha ralentizado «notablemente», alerta el Fondo Mundial. De hecho, la OMS advirtió recientemente que las muertes se pueden multiplicar e, incluso, doblar con respecto al año anterior por los efectos de la covid-19.

Naw Htay Htay Myint, trabajadora sanitaria de su comunidad, supervisa y registra a un voluntario para trabajar en la campaña contra la malaria en la aldea de Xwe Lay, estado de Kayin, Myanmar.
Naw Htay Htay Myint, trabajadora sanitaria de su comunidad, supervisa y registra a un voluntario para trabajar en la campaña contra la malaria en la aldea de Xwe Lay, estado de Kayin, Myanmar. QUINN MATTINGLY FONDO MUNDIAL

En la otra cara de esta moneda está Myanmar. Hace una década, un millón de personas cada año se contagiaba por la picadura de algún mosquito del género Anopheles y más de 300.000 morían. Hoy, esa cifra se ha reducido a 108.000 infecciones anuales y 170 muertes. La clave está en el reparto masivo de mosquiteras, otra vez casa por casa, familia por familia. Es una iniciativa que se realiza desde hace años en los países endémicos pero que aquí, en este Estado del sureste asiático, ha tenido especial éxito gracias al despliegue de 17.000 voluntarios sanitarios que fueron capacitados y dotados con herramientas para proteger a sus comunidades. Entre estas, pruebas rápidas de malaria y recursos para poder enviar los casos más graves al hospital. Estos voluntarios fueron capaces de llegar a los lugares de más difícil acceso de todo el país y suministraron a sus vecinos mucha información vital y hasta seis millones de mosquiteras tratadas con insecticidas de larga duración.

El impacto de la covid-19

«Las buenas prácticas con las tres enfermedades tienen que seguir, pero además hay que atender la crisis de la covid-19», alerta Francoise Vanni. Desde el estallido de la pandemia se han sucedido los llamamientos internacionales alertando de un retroceso en el progreso conseguido. Las restricciones al movimiento, tanto de personas como de transportes, y el cierre de los colegios están impactando directamente en la labor de quienes persiguen acabar con estas dolencias. En abril, durante el pico mundial de confinamientos, 1.600 millones de estudiantes en todo el mundo no podían acudir a sus escuelas porque estaban clausuradas. Y esto afecta directamente a las labores de prevención y sensibilización que con tanto éxito se han llevado a cabo en lugares como Esuatini.

En el caso de la malaria y la tuberculosis, es fundamental que los trabajadores sanitarios comunitarios puedan seguir yendo puerta por puerta con información, pruebas diagnósticas, mosquiteras y medicamentos. Vanni resalta que la protección de estos trabajadores de la salud es indispensable para mantener los programas. «Si no tienen protección adecuada, pues o no van a querer ir o van a enfermar si van; ahí es donde se tiene que actuar inmediatamente», indica la portavoz del Fondo Mundial. «Si el personal sanitario enferma y se muere, se desploma totalmente el sistema, así que estamos insistiendo mucho en que no todo es tecnología al final; es tener a hombres y mujeres que presten estos servicios de prevención de salud».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/09/13/planeta_futuro/1599983668_229131.html

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Reabrirán escuelas en Etiopía pese a propagación de la Covid-19

África/Etiopía/27 Agosto 2020/prensa-latina.cu

Como parte de los preparativos del próximo curso escolar, hoy comienza en Etiopía el registro de estudiantes, pese a la compleja situación epidemiológica generada por la Covid-19.
La matrícula, programada para todos los niveles de enseñanza y por igual en las escuelas privadas que en las públicas, está precedida por la advertencia de cumplimir las medidas encaminadas a evitar la propagación del coronavirus.

Según una comunicación del Ministerio de Educación, que no precisa cuándo comenzará el ciclo lectivo, los centros docentes recibirán mascarillas, desinfectantes para manos y otros medios que serán de uso obligatorio durante las clases.

Las instituciones educacionales, además, deberán establecer estrategias y dinámicas para hacer valer el distanciamiento físico y el resto de los protocolos sanitarios establecidos para regresar a la normalidad, agrega el documento.

El cierre de las escuelas el padado 16 de marzo pasado interrumpió el aprendizaje de alrededor de 26 millones de niños en Etiopía, que carece de recursos e infraestructura para implementar un adecuado programa de educación a distancia.

Por medio de sendas declaraciones, la Organización Mundial de la Salud y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia instaron a acelerar la reapertura de las escuelas en África, el último continente al que llegó la pandemia.

Etiopía tiene el propósito de responder a la exhortación pese a que los contagios crecen de manera exponencial desde junio.

Según el Ministerio de Salud, hasta el martes el número de infectados en el país ascendía a 43 mil 688, de los cuales 27 mil 181 permanecen ingresados, 15 mil 796 fueron dados de alta, 709 fallecieron y dos regresaron a su país, Japón.

Worldometer, uno de los principales sitios web con información sobre la pandemia, indicó que Etiopía es ya el segundo país africano con más casos activos, detrás de Sudáfrica (81 mil 797).

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=392010&SEO=reabriran-escuelas-en-etiopia-pese-a-propagacion-de-la-covid-19
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