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La lucha contra el mito de “la sangre que transmite maldad”

Por: Patricia Peiró

La OMS lanza una nueva estrategia para fomentar transfusiones seguras allí donde aún no son posibles. Los retos son técnicos y políticos, pero también culturales

Aunque pueda parecer que hay gente que lleva la maldad en la sangre, de momento la ciencia no ha conseguido demostrarlo. Pero en muchas culturas, especialmente los animistas africanos, sí piensan que la mezquindad puede pasar de un cuerpo a otro a través de las transfusiones. La lucha contra los mitos sobre este fluido vital se libra todavía hoy en muchas comunidades. La OMS acaba de lanzar una nueva estrategia para fomentar bancos de sangre estables y transfusiones seguras en todo el mundo.

“La batalla contra las creencias ancestrales es uno de los principales escollos en lo que se refiere a la sangre”, afirma la técnica de laboratorio de Médicos sin Fronteras Marina Berti. Esta profesional ha trabajado en varios países africanos y también en Afganistán. Berti ha vivido muchas situaciones en la que los bulos son un verdadero problema. La de la maldad que viaja en la sangre es una de ellas. “Un modo de salvar esta barrera es pedir a algún familiar que sea el donante, así se fían”, explica por teléfono. Los datos indican que el 40% de las transfusiones en el continente se realizan entre parientes.

También existe el miedo a que les transmitan una enfermedad contagiosa. «En cuanto hay un mínimo fallo o un paciente desarrolla una simple urticaria como reacción a la transfusión la desconfianza es enorme», indica Berti. Numerosos estudios apuntan que «por muchas campañas que se hagan, si no se tienen en cuenta las creencias de los ciudadanos, no servirán para nada». Otros de los rumores habituales en algunas comunidades es que van a traficar con la sangre, que cuando la extraen están llevándose la juventud, o que van a utilizarla para llevar a cabo rituales.

Las barreras culturales son una parte del problema. La otras son las limitaciones técnicas y la falta de planes nacionales de sangre. “La OMS evalúa la situación constantemente y somos conscientes de que en los países de ingresos medios y bajos esto sigue representando un desafío”, puntualiza en un mail François-Xavier Lery, experto de la institución. De las 118 millones de donaciones que se registran globalmente al año, el 42% se concentran en los países ricos, donde vive solo el 16% de la población mundial. África es en continente que menos sangre extrae en todo el mundo.

En realidad la OMS no tiene poder de actuación directo en los países, pero sí puede prestar apoyo técnico y asesoramiento cuando un Gobierno lo solicita y eso es lo que pretenden reforzar con esta guía. La estrategia presentada esta semana representa una llamada de atención a los que sí tienen la responsabilidad de mejorar la situación. “Sigue habiendo problemas en la financiación, en la forma de abordarlo de los Gobiernos y en la regulación”, sentencia Lery. Según datos de la institución, solo el 45% de los países en desarrollo tiene una política nacional relacionada con la sangre.

Algunos expertos cuestionan la centralización de la gestión y recomiendan que los hospitales puedan tener cierta autonomía. Esto sugiere por ejemplo el cirujano Jared R. Gallaher, que estudió el sistema en Malawi: «Con la centralización, las redes de distribución eficientes son clave. Y es algo que todavía no existe en la mayoría de los países en desarrollo. Por ejemplo, la sangre donada en Lilongwe (la capital de Malawi), se envía a Blantyre (a 360 kilómetros de distancia) para su análisis antes de ser transportada de regreso a Lilongwe para su uso». El experto señala que en un caso de emergencia este sistema es insostenible.

Como alternativa a las deficientes comunicaciones, países como Ruanda o Ghana han puesto en marcha un sistema de reparto en drones. Pero falta por ver si este mecanismo es suficiente.

Donaciones en plena masacre

15 de enero de 2019. La milicia somalí Al Shabab ataca un hotel en Nairobi. Se necesita sangre urgentemente. La tecnología fue la aliada en esa ocasión. “El hospital de referencia activó su protocolo, se contactó por SMS a 3.625 posibles donantes de una base de datos de 10.009. Aparecieron 1.450 de ellos y otros 684 que vieron en las noticias que hacía falta sangre”, resume la doctora Elisabeth Wala, de la Fundación Africana para la Medicina y la Investigación (AMREF por sus siglas en inglés, premio Princesa de Asturias 2018). Esta organización trabaja en 30 países africanos. Sin embargo, explica la especialista, no siempre se produce un resultado tan positivo. “En Kenia nos faltan 400.000 unidades de sangre cada año”, señala la doctora.

Otro de los problemas: la falta de voluntad política. «El país africano creó en 2001 un servicio nacional de transfusión, pero hasta la fecha no ha llegado a desarrollarse», explica Wala. Una ley que está ahora tramitándose en el parlamento promete articular este servicio. Amref ha participado en su redacción.

De nada sirven las leyes, mientras no se reduzca la desigualdad. Para conservar correctamente la sangre es necesaria que esta se mantenga a un máximo de seis grados. 600 millones de personas en el continente africano no tienen acceso a electricidad. Si unimos un dato con otro, la existencia de bancos de sangre estables es todavía una quimera en muchas regiones, especialmente las rurales. De hecho, la estimación es que en 2040, el 90% de habitantes que no tienen suministro se concentren en esta región, según el último informe de la Agencia Internacional de la Energía.

“Una de las prácticas más comunes es transfundir la sangre que acabamos de sacar, porque no es posible almacenarla”, apunta Berti. En los países desarrollados la tasa de donaciones asciende a 33 por cada mil personas. En los países más pobres del mundo, el dato es de 4,4 por cada millar de habitantes.

Se ha comprobado que pagar por la sangre tampoco es una solución. 58 países del mundo obtienen más de la mitad de sus suministros de sangre de un familiar directo o de donantes a los que se les paga. La OMS desaconseja esta práctica. “En Sierra Leona un hombre se desmayó en el hospital. Cuando se despertó me confesó que había mentido en el examen previo, que había donado muchas veces en los últimos días para cobrar, que casi se dedicaba a eso como profesión”, cuenta Berti.

UN SISTEMA «REVOLUCIONARIO»

La primera dama de Kenia, Margaret Kenyatta, observa cómo funciona Hematofuse, en un hospital a finales de enero. AMREF

La doctora Elisabeth Wala, de Amref, tiene una total confianza en que Hemafuse será el dispositivo que revolucione en acceso a la sangre en África. «Se trata de un dispositivo quirúrgico de autotransfusión. Está diseñado para salvar y reciclar sangre completa de casos de hemorragia interna. El dispositivo se puede usar tanto en emergencias como en procedimientos programados para recuperar fluído de dentro de un paciente, en una bolsa donde está inmediatamente disponible para volver a transfundirla a esa misma persona», explica. La primera dama de Kenia, Margaret Kenyatta, ha mostrado recientemente su apoyo a este mecanismo.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/02/27/planeta_futuro/1582825964_043907.html

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África se moviliza contra los medicamentos falsos

África/Togo/23 enero 2020/elpais.com

Cada año unas 100.000 personas mueren en el continente por tomar fármacos falsificados. Siete países han firmado un acuerdo histórico para penalizar su fabricación, importación y distribución

Cuando contrajo la malaria y el tifus, el sastre togolés Ayawo Hievi, de 52 años, pensó que con la ingesta de medicamentos prescritos por su doctor iba a mejorar rápidamente. «Tras cuatro días tomándolos, no solo no hubo mejoría, sino que empecé a sufrir dolores de barriga», sigue Hievi. Lejos de curarle, empeoró su estado y acabó perdiendo un riñón. Eran fármacos falsificados.

«Mis riñones habían resultado dañados. La quinina y los antibióticos para tratarme estaban adulterados», comentaba a la agencia AFP. Ahora, cuatro años después, tiene que someterse a diálisis regularmente. La historia de Hievi está lejos de ser aislada en un continente inundado por este tipo de remedios falsos que se pueden comprar, además en cualquier esquina o mercado. Un negocio millonario en el continente africano: entre el 40 y el 60% de los fármacos vendidos son falsificados, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que no han sido sometidos a las evaluaciones normales de calidad, seguridad y eficacia.

Dos semanas después de iniciado el tratamiento Hievi no podía caminar y acabó en urgencias del hospital universitario de Lomé, la capital togoleña, la misma ciudad en que jefes de Estado y ministros de siete países africanos han firmado este sábado pasado un acuerdo como primer paso para penalizar la fabricación, importación y distribución de este tipo de productos falsos terriblemente peligrosos para la salud. Su contrabando no solo aumenta sino que usa métodos similares al de armas o drogas.

La OMS estima que cada año unas 100.000 personas mueren en África por tomar medicamentos «falsos, de baja calidad o que no cumplen los estándares mínimos». Aquellos con mayor probabilidad de estar caducados o de ser deficientes son los antibióticos y los antimaláricos. Para ayudar a identificar estos últimos, tarea nada fácil, existe desde hace años una herramienta llamada AQSurveyor, una suerte de base de datos global. Desde 2013, África responde por el 42% de los fármacos adulterados incautados en el mundo. Y la Sociedad Estadounidense de Medicina Tropical e Higiene informaba ya en 2015 que unos 122.000 menores de cinco años morían por mala calidad de antimaláricos en el África Subsahariana.

Los medicamentos fraudulentos no solo suponen un riesgo para el paciente, también juegan un papel preocupante en la generación de resistencia a otros que son vitales para la salud. La legislación deficiente, los sistemas sanitarios precarios y la pobreza generalizada han facilitado el crecimiento de este mercado paralelo y letal.

En la citada reunión de Lomé, el presidente de Senegal, Macky Sall; el de Togo, Faure Gnassingbe y el de Uganda, Yoweri Museveni; junto a los ministros de Salud de Congo, Níger, Ghana y Gambia firmaron la llamada Iniciativa de Lomé en la que se comprometieron a crear un marco legislativo panafricano con el fin de frenar este tráfico ilícito. Durante su discurso, el presidente togolés pidió a África una «lucha decidida» contra esta crisis y señaló como posibles causas -entre otras- la no ratificación de las convenciones internacionales existentes, la flagrante corrupción o la poca conciencia de los ciudadanos.

«Por primera vez, la iniciativa está siendo llevada a cabo por Estados africanos. (…) Sigo convencido de su resultado exitoso», expresó Gnassingbe, quien describió la situación actual como una emergencia de salud pública. «Tenemos la voluntad de luchar contra este drama humanitario que se desarrolla ante nuestros ojos con indiferencia general. ¡Es hora de actuar!», reiteró el líder togolés a través de su cuenta de Twitter. «Estoy de acuerdo en que los países africanos pueden hacer mucho para ayudarse mutuamente a luchar contra los medicamentos falsificados y de baja calidad a fin de garantizar que todas las personas tengan acceso a medicamentos seguros», añadió también por esa red social el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, también presente en Lomé.

Fronteras demasiado porosas al contrabando

Además de un marco legislativo común, esta iniciativa busca también aumentar la cooperación y el intercambio de inteligencia entre estos siete países, fortalecer la seguridad en unas fronteras hasta ahora demasiado porosas y animar a otros Estados africanos a sumarse a la campaña.

Pero la tarea de poner fin a esta avalancha de medicamentos falsificados parece imposible. Se expenden en cualquier mercado del África occidental. Los que se ofrecen en las calles suelen costar una fracción del precio en farmacia, donde los controles son más estrictos y el suministro suele proceder de canales oficiales. «Es muy difícil saber de dónde vienen los falsificados», dice Innocent Kounde Kpeto, presidente de la asociación de farmacéuticos de Togo.

«Los países mencionados en las cajas no suelen ser los países de origen o fabricación» dice, antes de agregar que «los fabricantes esconden las pistas para no ser identificados». Se estima que entre el 30% y el 60% de los medicamentos que se venden en África son falsos y Kpeto asegura que la mayoría proceden de China o India, algo que afirma también la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD). Ambas son naciones con dos de las industrias farmacéuticas de más rápido crecimiento del mundo.

Los esfuerzos para contener este torrente de falsificaciones han surtido algún efecto. Algunos centros de tráfico han sido desmantelados, como el mercado de Adjegounle, en Cotonou, que servía de puerta de entrada para medicamentos falsos con dirección a Nigeria. A mediados de noviembre pasado, la policía de Costa de Marfil se incautó de 200 toneladas en Abidyán y detuvo a cuatro sospechosos, incluido un chino. Togo es uno de los países pioneros en tratar de contener este flagelo. Cambió la ley en 2015 y los traficantes pueden pasarse 20 años en la cárcel y pagar de hasta 85.000 dólares (75.000 euros). En julio pasado, las autoridades quemaron 67 toneladas de medicamentos falsificados.

Pese a estos logros recientes, la gente en la industria como Kpeto insisten en que la amenaza es grande porque se trata de «redes criminales altamente organizadas». Las traficantes pueden sacar un beneficio de hasta 500.000 dólares con una inversión de 1.000, sostiene.

Nigeria, el principal destino

Nigeria, el país africano más poblado con un mercado de 200 millones de personas, es el principal destino en el continente de medicamentos falsificados y una muestra de las dificultades a las que se enfrentan las autoridades. En septiembre de 2016, la Organización Mundial de Aduanas confiscó decenas de millones de pastillas y medicamentos falsificados en 18 puertos en África: el 35% estaban destinadas a Nigeria. La competencia entre traficantes es feroz y la agencia oficial destinada a combatir el problema esta lacra está sobrepasada.

En un intento de mejorar la situación, Vivian Nwakah, fundó en 2017 la empresa Medsaf y consiguió 1,4 millones de dólares para ayudar a los nigerianos a seguir el recorrido de la medicación desde el fabricante hasta el paciente. «El país carece de una red de distribución centralizada y segura», aduce.

Como resultado, medicamentos falsos o de mala calidad no solo ha invadido los mercados sino también las farmacias y los hospitales, tanto públicos como privados. Medsaf trabaja para garantizar el control de calidad de miles de productos de más de 130 centros de salud en Nigeria. Y espera expandirse a Nigeria, Costa de Marfil y Senegal. La compañía utiliza tecnología, informática y análisis para monitorear el movimiento de medicamentos y verificar su número oficial de registro, las fechas de expiración y las condiciones de almacenamiento. «La tecnología que utilizamos puede resolver la mayoría de los aspectos relacionados con la falsificación de medicamentos», dice Nwakah. «La gente muere para nada. Podemos cambiarlo».

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/01/21/planeta_futuro/1579627190_146188.html

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Las otras formas de matar que tiene el ébola

África/República del Congo/23 Enero 2020/elpais.com

El estigma, la soledad y el miedo son las graves secuelas para los niños en la segunda ola más mortífera en la historia del virus, según un estudio sobre la infancia en República Democrática del Congo

El ébola mata dos veces. A aquellos a los que les atrapa el virus y mueren, pero también a los supervivientes que tienen que retomar su vida con el estigma, la soledad y el miedo que provoca una enfermedad con muchos temores y mitos alrededor. Son los casos de Abu y Mariama en Sierra Leona, y de Happy, en República Democrática del Congo, huérfanos de la primera y la segunda ola más mortífera de ébola que ha vivido África desde el descubrimiento del virus en 1976.

Happy es una niña de diez años que vive con su cinco hermanos, de entre 11 y 3 años, en Beni, la región de República Democrática del Congo (RDC) epicentro de la segunda epidemia de ébola más letal de la historia. Ha perdido a su padre a causa del virus y dice sentirse “siempre triste”: “Él se encargaba de todos nosotros: quien pagaba nuestras matrículas, la comida y nuestra ropa. Ahora no sabemos cómo sobrevivir”, ha explicado esta huérfana a World Vision, una organización que trabaja para ofrecer apoyo psicosocial, saneamiento e higiene del agua, seguridad alimentaria y asistencia a casi 700.000 personas en las comunidades afectadas por el virus.

Abu vive en Wellington (Sierra Leona) y en 2015 perdió a ocho miembros de su familia más directa: su madre, su padre, su abuela, un tío y una tía, un hermano, y por último, una prima que iba a hacerse cargo de él y su otro hermano Abdul, y que también dejó a cargo de la familia que quedaba un bebé de meses. “Encontrar los ahorros de mis padres me han recordado a ellos y me ha puesto triste”, se lamentaba Abu en la casa familiar, en una de las escenas de Los huérfanos del ébola, documental de HBO (Ben Steele, 2016) que hace un recorrido por las vidas destrozadas por el primer brote y más extenso que afectó a África del Oeste entre 2014 y 2016 y que dejó 11.300 muertos en Guinea, Liberia y Sierra Leona. “Los amigos del colegio no se acercan a mí. Cuando me dieron el alta y volví a casa, me arrepentía de haber sobrevivido», cuenta en la misma película Mariama, de 15 años, nacida en Moyamba, al sur de Sierra Leona, y que creció con el estigma de que su padre, farmacéutico y líder religioso en su comunidad, fuera acusado de ser el que trajo el ébola al pueblo.

Estos tres huérfanos y supervivientes al temido ébola tienen algo en común y son las graves secuelas mentales que la infancia sufre en un territorio asolado por el virus: el miedo al abandono y la soledad. Como ellos, el 70% de los niños que han sobrevivido a la enfermedad se sienten marginados por amigos y el 33% por familiares, según el informe Miedo y soledad de World Vision elaborado en República Democrática del Congo.

La segunda epidemia de ébola más letal de la historia, que se declaró el 1 de agosto de 2018, ha infectado a 3.398 personas y ha matado a 2.235, según cifras del Ministerio de Sanidad de la República Democrática del Congo recogidas por la Organización Mundial de Salud (OMS) a 5 de enero de 2020. De las muertes que se habían contabilizado hasta el pasado noviembre, el 28% eran niños, según Unicef.

En República Democrática del Congo más de cinco millones de niños sufren desnutrición, una situación que ha afectado especialmente a los menores de cinco años. Hay más de 2.000 huérfanos y 4.000 menores de edad separados de sus familiares durante la propagación del virus, según el mismo informe de Unicef. “Es una situación complicada, porque el contacto directo es la forma de propagación del virus, pero a la vez, que una madre no abrace a sus hijos, supone un retroceso en los primeros días y meses de vida de un niño”, explica Blanca Carazo sobre las consecuencias a largo plazo del ébola. La responsable de programas de Unicef Comité Español asegura que los centros especializados de Unicef realizan terapias y tratamiento de apoyo psicológico con supervivientes del virus, para que los ya inmunes sean los encargados de cuidarlos y los más pequeños no sufran esa carencia afectiva.

Un segundo brote bajo la violencia

A las dificultades propias de parar una epidemia de estas características se une la grave situación de violencia que vive Kivu, al norte del país, una población que recibe ataques constantes de grupos armados y vive una situación de inseguridad continua. “Es probable que sin paz y seguridad los brotes de ébola continúen y el objetivo de llegar a cero casos, que se creía posible para 2020, ya no podrá lograrse en los próximos meses”, asegura Anne-Marie Connor, directora de World Vision en la RDC, que explica que derrotar el ébola es extremadamente difícil, en lo que es una zona de guerra, donde la inseguridad, las operaciones de salud detenidas, los rumores y la abundante desinformación están a la orden del día.

“Los niños sufren una doble tragedia: el ataque del ébola y el estigma que supone vivir este virus en soledad, sin sus familias y amigos”, explica Phiona Koech, asesora de salud mental y apoyo psicosocial de World Vision, que ha trabajado durante meses en Beni, zona que abandonó el pasado noviembre por falta de seguridad para el personal de las organizaciones internacionales.

Otra de las claves para la recuperación de la infancia en una situación de emergencia sanitaria como es una epidemia del ébola es el apoyo por parte de los adultos para informar sobre las maneras de prevenirla y combatirla, y luchar contra la desinformación alrededor de la enfermedad. “Los líderes religiosos y de las comunidades, además de los profesores, deben ser los que se encarguen de crear lugares seguros para los niños, porque muchas veces el desconocimiento de los padres hacen que no crean que sus hijos tienen este tipo de sentimientos de abandono y soledad”, contextualiza Koech. “Un niño que no va a la escuela es un niño con menos herramientas, con menos recursos emocionales para hacer frente a esto”, añade Carazo. “A veces los niños no hablan pero hacen un dibujo”, sentencia la responsable de Unicef Comité Español sobre las distintas técnicas para dar apoyo psicológico a los niños afectados por el ébola.

Pero a pesar de la situación dramática, aún hay rasgos de esperanza. Happy espera que su madre pueda hacer frente a la situación en la que la muerte de su padre les ha dejado a ella y a sus hermanos. Mariama, la otra protagonista del documental de HBO, ha vuelto a sonreír después de que la escuela volviera a abrir tras meses cerrada y haya podido reencontrarse con sus amigos. Y las vidas de Abdul y Abu, por falta de recursos económicos, se tuvieron que separar: Abdul se marchó a una aldea cercana de Wellington y Abu se mudó a casa de su tía a la capital, Freetown. El pequeño, que va a la escuela y ayuda en el puesto de zapatos familiar, aseguraba con una sonrisa en la boca: “Ya no le tengo miedo al ébola”.

Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/01/13/planeta_futuro/1578937194_358385.html

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¿Están las redes sociales alentando el matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios?

Asia/Siria/05 Diciembre 2019/El país

Con su uso creciente, los padres de los asentamientos en Irak sienten que tienen menos control sobre sus hijas, esto puede contribuir a que las casen antes para evitar «la vergüenza»

Según la ONU, el desplazamiento a gran escala causado por el conflicto sirio ha llevado a un aumento alarmante de casos de matrimonio infantil en los campos de refugiados sirios. La pobreza, la inseguridad y la creencia de que tal vez, sus hijas tendrán una vida mejor en otro lugar, puede llevar a algunas familias de refugiados a casar a sus hijos.

Pero, ¿y si hubiera otra causa con la que relacionar el incremento de matrimonios infantiles?  Hablamos de las redes sociales.

Protegiéndose con una manta, en el piso de un centro de refugio para mujeres en uno de los campos de refugiados de Irak, se encuentra Aya, de 17 años, que huyó de Siria a pie cuando tenía solo diez años.

«La vida de casada ha sido difícil», dice Aya. «Cuando tenía 15 años, no quería casarme, pero mis padres me obligaron. Me dijeron que era ya mayor y que tenía que casarme, que no tenían otra opción para mí. Tuve que dejar la escuela». «Desde el principio, mi esposo venía a casa y me forzaba, me pegaba y me pegaba. Él tenía 23 años cuando nos casamos».

Fátima, la trabajadora social que atiende a Aya, dice que en el centro de mujeres donde Aya busca refugio hay dos archivos sobre ella: uno del abuso infligido por su padre antes del matrimonio y otro del abuso infligido por su esposo.

Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social.
Aya agarra con fuerza la mano de su trabajadora social. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Las grandes brechas de edad conyugal, los desequilibrios culturales de poder de género y el aislamiento social hacen que las niñas que se casan antes de los 18 años tengan un riesgo mucho mayor de ser víctimas de violencia doméstica que las que se casan a una edad más avanzada.

Fátima, que trabaja para una ONG iraquí en uno de los diez campamentos de refugiados sirios de Irak, cree que las redes sociales pueden ser un factor pasado por alto detrás del matrimonio infantil en el campamento. «Debido a las redes sociales, los padres sienten que tienen menos control sobre sus hijos», explica. “Si las familias casan antes a sus hijos el riesgo de que les avergüencen en las redes es menor”. Esta forma preventiva de evitar la posible vergüenza está creando una nueva pauta dañina en los campamentos.

Casi a 160 kilómetros de distancia, en otro de los campos de refugiados de Irak, Ronny, de 17 años, afirma que no estaba nervioso antes de su boda concertada hace dos meses porque «es normal ahora» casarse tan joven.

El padre de Ronny, Ahmed, compró a la esposa de su hijo por 2.300 euros. «Mi mujer está enferma y necesita ayuda en la casa», explica. «Hablé con mi amigo (que también es pariente) y le dije que teníamos un hijo y que quería que se casase. Al principio se negó porque le parecía que su hija era demasiado joven. Pero luego le dije que podía pagar».

Cuando se le preguntó por qué creía que el matrimonio infantil en el campo se estaba volviendo “normal”, Ahmed comentó que «la situación en Siria antes de la guerra era muy buena, pero ahora en el campo, las cosas son malas y la gente necesita dinero». Otra razón, explica, son los teléfonos móviles. «Antes de la guerra vivíamos en un pequeño pueblo y todos nos conocíamos. Ahora vivimos con mucha gente y no nos conocemos. Nuestros hijos se hablan constantemente entre ellos por WhatsAppSnapchatFacebook. No sabemos lo que hablan».

Mays al-Nawayseh, Asesor de Protección en Siria de World Vision, agrega: «A menudo, hay una falta de comprensión cuando se trata de las redes sociales. Las niñas en el campamento a veces piensan que cuando eliminan un mensaje o una conversación en su teléfono, se ha ido para siempre, sin darse cuenta de que los mensajes aún existen en el teléfono de las otras personas».

Esta falta de comprensión puede llevar a las niñas vulnerables a ser chantajeadas. Esta situación solo tiene que suceder unas cuantas veces en el campamento para que los padres se den cuenta y empiecen a temer que las niñas están avergonzando a la familia.

Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios  registrados.
Según el ACNUR, Iraq alberga actualmente a 228.573 refugiados sirios registrados. DANIEL WHEELER WORLD VISION

Niños nacidos de niños, riesgos para la salud

El matrimonio infantil tiene consecuencias devastadoras especialmente para las niñas. Según la Organización Mundial de la Salud, las complicaciones en el embarazo y en el parto son la principal causa de muerte entre mujeres jóvenes de 15 a 19 años. Los bebés supervivientes sufren con frecuencia desnutrición causada principalmente por la inexperiencia de las madres, niñas que no saben cómo cuidar a sus bebés y que además, no tienen recursos para hacerlo.

Varias organizaciones internacionales están trabajando para combatir el matrimonio infantil en los campamentos, mostrando a los padres las complicaciones médicas del parto prematuro, aliviando la situación de pobreza y abordando las normas culturales. Todo ello es vital en la lucha contra el matrimonio infantil, pero ¿se puede hacer más para instruir a las familias sobre los riesgos de las redes sociales?

Mays al-Nawayseh dice: “Necesitamos un enfoque integral para abordar el matrimonio infantil entre las comunidades afectadas por la crisis de Siria. Es un problema creciente, y los temores sobre las redes sociales, las comunicaciones móviles y la pérdida del control parental están ayudando a alimentar el problema. En última instancia, las chicas jóvenes están pagando el precio, a veces con sus vidas».

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/11/28/3500_millones/1574932411_135873.html

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Los abortos clandestinos se disparan en Nigeria por conflicto con Boko Haram

África/ Nigeria/ 12.11.2019/ Fuente: newsweekespanol.com.

 

Los abortos clandestinos e inseguros se han disparado en Nigeria desde que comenzara el conflicto con el grupo yihadista Boko Haram en 2009, según han denunciado este lunes trabajadores sanitarios del país. En Nigeria, uno de los países que tienen una legislación más restrictiva en cuanto al aborto del mundo y que sólo lo permite para salvar la vida de la madre, se producen 2,7 millones de abortos al año, la mayoría de ellos practicados en secreto y en condiciones peligrosas, según la Universidad Johns Hopkins.

Son las mujeres pobres y las que no han tenido oportunidad de educación las que más riesgo corren en este sentido. Además, al menos 40 mujeres y niñas acuden para recibir asistencia médica tras un aborto al mes, ha contado a Thomson Reuters Foundation Aminu, una enfermera de una clínica gestionada por el gobierno nigeriano situada en el estado de Yobe. Hace una década, eran entre 10 y 15 mujeres las que precisaban atención médica tras un aborto. Te puede interesar: Liberan a 19 mujeres embarazadas de una “fábrica de bebés” en Nigeria Nigeria tiene la cuarta tasa de mortalidad materna más alta del mundo: unas 100 mujeres y niñas mueren por esta causa al día, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En este contexto, las tasas en el noreste del país, donde las clínicas y los hospitales han sido destruidos por grupos armados para crear un califato islámico, son las peores en Nigeria, según muestran datos gubernamentales. Las autoridades nigerianas insisten en defender la legislación actual en contra del aborto. (Foto: AFP) Según Aminu, las mujeres acuden a farmacias, a vendedores locales de fármacos o a mujeres ancianas para abortar y usan fármacos, hierbas o herramientas, como barras, para hacerlo. “No mueren si las admitimos en el hospital”, según la enfermera. “Pero hay muchos más casos en los que las mujeres y las niñas toman hierbas solas, no van al hospital y mueren porque no quieren exponerse”, ha lamentado Aminu.

Sexo por comida Naciones Unidas ha registrado miles de casos de violencia sexual y de intercambio de sexo por comida, particularmente en mujeres y niñas que carecen de ésta, cobijo o dinero. “Mucha gente que está desplazada vive con anfitriones que se aprovechan de ellos”, ha explicado la directora de la Fundación Juventud Africana para el Desarrollo y el Empoderamiento de la Paz, Maryam Aje. Kellu, una adolescente que perdió a su familia después de que miembros de Boko Haram atacaran su aldea hace dos años, se quedó embarazada después de que un soldado le ofreciera comida y amparo a cambio de sexo.

No quiere tener el bebé. Lee más: Escuela de Nigeria era una “casa del horror”, estudiantes eran torturados y violados Después de mudarse a un campo de refugiados del estado de Borno, quiso practicarse un aborto, pero no sabía dónde acudir para ello, como un número creciente de mujeres desde que comenzara la insurgencia islamista. “Si continúo con este embarazo, arruinaré mi vida”, ha explicado Kellu, que cree que está embarazada de dos meses. “Todo el mundo sabe lo que hice. Me estigmatizarán por tener un bebé sin estar casada”, ha lamentado. “Además, no tengo dinero para encargarme de mí misma. ¿Cómo se supone que voy a cuidar de un niño?”, se ha preguntado Kellu, que ha declinado proporcionar su nombre real.

Por su parte, las autoridades nigerianas insisten en defender la legislación actual. “Sin importar las circunstancias, el aborto está prohibido excepto por razones médicas”, ha recordado el subdirector de respuesta médica de emergencia del Ministerio de Salud de Borno, Ali Grema. “No está permitido para razones sociales”, ha zanjado. Tabú La educación sobre planificación familiar se focaliza en Nigeria en las mujeres que están casadas por las actitudes conservadoras propias del país, ha recordado una enfermera del campo de Maiduguri, Hadiza. Por su parte, Lucy Dlama, una miembro de Mujeres en la Nueva Nigeria, que proporciona apoyo a las supervivientes de violación a través de la atención sanitaria, ha asegurado que muchas mujeres ni siquiera saben que el sexo puede dejarlas embarazadas.

La educación sobre planificación familiar se focaliza en las mujeres casadas.

“Nuestra cultura establece que es un tabú para los padres proporcionar educación sexual a sus hijas”, ha afirmado Dlama, que ha animado a las madres a enseñar a sus hijas sobre sus cuerpos. Por otra parte, el embarazo fuera del matrimonio también es un tabú, incluso cuando es el resultado de una violación por parte de soldados, milicias o funcionarios de campos de desplazados.

Fuente de la noticia: https://newsweekespanol.com/2019/10/abortos-clandestinos-nigeria/

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El eterno debate sobre el desencuentro entre la familia y la escuela

Por: Yolanda Alfonso Arias

El pasado día 29 de mayo leí una noticia que me produjo una gran preocupación pero a la vez, cierto alivio. La OMS, Organización Mundial de la Salud, ha considerado el síndrome del profesor quemado o burnout como una enfermedad producida por el trabajo.

Según Pablo Gutiérrez del Álamo del Diario de la Educación, hasta ahora estos casos se asociaban con “problemas relacionados con dificultad en el control de la vida”, y no eran reconocidos como enfermedad laboral hasta que no pasaban por un Juzgado.

¿Cuál es la tasa de esta enfermedad en España? Aunque no existen datos oficiales, según Francisco Javier Gómez, responsable de Salud Laboral del Sindicato de Trabajadores, hablaríamos de cerca del 20 %. Este porcentaje corresponde mayoritariamente al profesorado de Educación Secundaria y Bachillerato, y, en menor medida, al de Educación Infantil y Primaria.

¿Cuáles son las principales causas de esta enfermedad? Principalmente, las circunstancias en las que los docentes desarrollan su trabajo, como la falta de organización del centro educativo, la falta de recursos tanto materiales como humanos, más acusada desde el Real Decreto 14/2012, el aumento de las horas lectivas, el aumento de las ratios por aula y el exceso de burocracia.

Con estas circunstancias, no es de extrañar que España siga siendo el segundo país de la Unión Europea, con la tasa más alta de fracaso escolar.

Cerca del 19 % de los jóvenes entre 18 y 24 años han abandonado prematuramente el sistema educativo, habiendo completado solamente el primer ciclo de Secundaria y no habiendo realizado posteriormente ningún tipo de estudio. Si lo equiparásemos con el Area de la Salud, se estarían muriendo el 19% de los pacientes y seguimos sin hacer nada.

Desde mi doble papel como educadora de Disciplina Positiva, por un lado, y como madre de dos hijos por otro, me surgen muchas dudas acerca de si la educación de mis hijos está en buenas manos o simplemente pende de un hilo muy fino y desde luego, de la suerte. Parece que las familias ya hemos asumido este factor como algo que está totalmente fuera de nuestro control. Si a esto le añadimos el discurso de buena parte del profesorado que afirma que muchos padres se implican cada vez menos en la educación de sus hijos, y que esta debería ser una de las principales prioridades del sistema educativo, ya tenemos el caldo del cultivo para el eterno debate sobre el desencuentro entre la familia y la escuela.

Según un estudio realizado por Rafael Feito Alonso, doctor en Sociología, las competencias que la Constitución otorga a las familias en materia de participación, no han sido capaces de romper con las dificultades que tal implicación democrática plantea. En primer lugar, deberíamos ponernos de acuerdo sobre qué entendemos por participación. Feito habla de una participación individual en la que cual los padres acuden básicamente para escuchar al profesor, hablarle sobre su hijo y hacerle alguna propuesta si procede (Libertad de Enseñanza), o una participación que presupone la primera y además incluya desde la elaboración de las normas de convivencia a la aprobación de la programación general anual (Escuela Democrática).

Si tenemos en cuenta que al parecer, la primera opción es la más aceptada por los sectores más conservadores del profesorado y que en la práctica, la participación de las familias en los centros públicos es casi inexistente, resulta muy difícil ser optimista y albergar alguna esperanza de cambio estructural.

Sin embargo, paralelamente a esta realidad, existe otra que afortunadamente crece cada día más por contagio. Y es la de maestros, profesores, directores de centros educativos, responsables de formación del CEP y las familias que apostamos y trabajamos cada día por una escuela democrática donde se fomente el aprendizaje libre y automotivado que estimule la curiosidad y por tanto, el aprendizaje. Si no hay emoción, no hay interés y si no hay interés, no hay aprendizaje. Como afirma Francisco Mora, doctor en Medicina y en Neurociencias, “Solo se puede aprender aquello que se ama”.

Pienso que mientras las familias y el profesorado sigamos manteniendo la mirada hacia otro lado y continuemos dirimiendo responsabilidades, estaremos siendo cómplices de una escuela anacrónica y de la inoperancia de las instituciones educativas.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/06/07/mamas_papas/1559906757_165331.html

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Colombia: Bayer defiende el glifosato luego de la condena a Monsanto

América del Sur/Colombia/14.08.18/Fuente: www.elespectador.com.

El nuevo propietario de Monsanto no detendrá la producción del glifosato, utilizado a nivel global en la agricultura por su eficacia y su bajo costo

Bayer, nuevo propietario de Monsanto, insistió este sábado en la inocuidad del glifosato, al día siguiente de una condena sin precedentes de la empresa agroquímica estadounidense por no haber informado sobre la peligrosidad de su herbicida Roundup.

A pesar de la decisión judicial que podría sentar jurisprudencia, el grupo farmacéutico alemán no detendrá la producción del glifosato, utilizado a nivel global en la agricultura por su eficacia y su bajo costo. «Basándose en pruebas científicas, evaluaciones reglamentarias a escala mundial y décadas de experiencia práctica del uso de este, Bayer estima que es seguro y no cancerígeno», declaró a la AFP un portavoz del grupo alemán, nuevo propietario de Monsanto. (Lea: Monsanto pierde su primer caso por efecto cancerígeno de glifosato)

Un jurado de un tribunal de San Francisco condenó a Monsanto a pagar casi 290 millones de dólares de indemnización a Dewayne Johnson, un jardinero estadounidense de 46 años que asegura que los productos de Monsanto, especialmente el Roundup que utilizó durante años, provocaron el cáncer que padece y que la multinacional ocultó su peligrosidad.

El jurado determinó que Monsanto actuó de manera malintencionada y que su herbicida Roundup, así como su versión profesional RangerPro, contribuyeron «considerablemente» en la enfermad de Johnson. Johnson, un conserje de escuela, fue diagnosticado en 2014 con un incurable linfoma no Hodgkin, un cáncer que afecta a los glóbulos blancos de la sangre. Los médicos le pronostican menos de dos años de vida. (Lea también: Por qué la UE aprobó la fusión Bayer-Monsanto)

Johnson, que antes de que le diagnosticaran la enfermad no había tenido problemas de salud, explicó a fines de julio que no sabía nada sobre las controversias vinculadas al glifosato hasta que vio marcas en su piel y comenzó a informarse en internet.

No obstante, este juicio histórico, el primero que atañe al posible carácter cancerígeno de los productos con glifosato de Monsanto, podría provocar un efecto dominó, con consecuencias que podrían gravar las cuentas de Bayer, que a principios de junio cerró la compra del grupo estadounidense por 63.000 millones de dólares.

Bayer, consciente de la mala imagen de Monsanto, había anunciado que cambiará el nombre a esa marca. «Creo que el veredicto desencadenará una cascada de nuevos casos», dijo Robert F. Kennedy Jr., abogado ambientalista e hijo del difunto senador de Estados Unidos, y miembro del equipo legal de Johnson. (Puede leer: Bayer acabará con la marca Monsanto)

Este fallo puede abrir la puerta a centenares de nuevas demandas. RoundUp, lanzado en 1976, es el principal producto de Monsanto y el glifosato es el herbicida más usado en el mundo. En 2015 un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó al glifosato como «probable cancerígeno».

Fuente de la noticia: https://www.elespectador.com/noticias/actualidad/bayer-defiende-el-glifosato-luego-de-la-condena-monsanto-articulo-805647

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