España: Educar en verde: el crecimiento de la pedagogía orgánica

Europa/España/21 de febrero de 2017/Fuente: El correo web

La educación libre en general y la pedagogía orgánica apuesta por mantener el vínculo con la naturaleza. Los niños y niñas que basan su aprendizaje en sus primeros años en explorar un entorno natural desarrollan capacidades que están vetadas a los que son encerrados en las aulas.

Niños y niñas descalzos en espacios abiertos como patios que mantienen una rica biodiversidad, aulas diáfanas sin materiales preestablecidos para aprender, profesorado que no dirige sino que acompaña para facilitar lo que les motiva… los centros educativos que desarrollan un enfoque de educación libre están teniendo cada vez más interés por parte de padres y madres que están desencantados con un sistema educativo que no cumple las expectativas de crecimiento personal de sus hijos. En Andalucía hay ya 35 proyectos educativos con esta filosofía pedagógica de los que 9 están en la provincia de Sevilla. Tres de ellos forman parte de la Red Educalibre Sevilla y ofrecen una alternativa «orgánica» a la educación convencional del aula y el pupitre.

Uno de los primeros proyectos que empezó a poner en práctica los conocimientos de expertos en educación como Rebeca Wild, Carl Rogers, Emmi Pikler o Bernard Aucouturier, entre otros, fue Raíces y Flores: espacio de crianza en comunidad, que pese a que arrancó su actividad en el 2013, nacía ese año como el resultado de más de 20 años de experiencia e investigación docente de Jorge Ruiz-Morales, profesor de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla; y Estefanía Teban Gómez, educadora y coordinadora pedagógica del proyecto. «Desde la perspectiva de la educación libre y ecológica, y en particular el enfoque de Pedagogía Orgánica, crecer en libertad es una oportunidad de co-responsabilizarse con el desarrollo de uno mismo, el de otras personas, el entorno en que vivimos y la sociedad», explica Jorge Ruiz-Morales; y añade que «los límites construidos y puestos con amor y respeto, nos aseguran ser personas autónomas, solidarias y democráticas; los únicos límites que existen son los que tienen que ver con el cuidado a uno mismo, al otro y al medio ambiente en un sentido amplio».

Según la pedagogía orgánica, la ruptura que se hace en los primeros años de vida escolar –antes de los 7 años– con la conexión natural, es lo que conforma un carácter ajeno a lo ambiental y nos hace construir un mundo en el que parece que lo natural no forma parte de nosotros o nosotros de él. Dicen los expertos que todas las campañas de respeto ambiental que se tienen que desarrollar cuando somos adultos no harían falta si simplemente empezamos a aprender observando la naturaleza. «Romper esa conexión natural de pequeños y después tratar de reconectarnos es muy difícil y costosa», explica Jorge Ruiz-Morales.

Por eso, por ejemplo, los niños y niñas en Raíces y Flores van descalzos: «niños descalzos igual a niños más inteligentes (y sobre todo, más felices)», resume uno de los títulos que componen la amplia literatura en que se basa esta pedagogía, no sólo de manera simbólica, sino que es la manera en la que se desarrollan mejor muscular, esqueléticamente y desde una perspectiva sensorio-motriz. De hecho, sorprende ver las capacidades de movimiento y la psicomotricidad tan evolucionada de estos chicos y chicas frente a otros educados de manera estática. El contacto directo con el medio natural facilita el aprendizaje de los propios límites, la confianza en uno mismo y la seguridad, porque constantemente se están aproximando a los riesgos y situaciones que nos van a permitir construir una imagen personal de los límites que tenemos.

Para lograr que esta educación libre funcione hay un elemento esencial: la confianza en los niños y niñas. Frente a la educación dirigida, esta forma de educar apuesta porque sean los pequeños los que marquen el ritmo, «su ritmo», aclara Estefanía Teban Gómez: «Los educadores los acompañamos en ese aprendizaje que ellos van adquiriendo acorde a sus etapas de desarrollo, gustos, necesidades o inquietudes». No se incide en que con determinada edad tiene que haber adquirido una serie de habilidades como leer o escribir… eso llegará cuando el niño quiera y con esa motivación la educación fluirá de una manera más natural, desde el interior. Estos expertos pedagogo y educadora inciden mucho en diferenciar libertad y libertinaje: «La libertad engendra personas co-responsables con el mundo en el que habitan, desde el amor y el cuidado. El libertinaje genera egoismo y explotación de los seres vivos y de la propia naturaleza», aclara Jorge Ruiz-Morales.

Por otro lado, el temor de los padres y madres a que en esos ambientes libres, sin imposición de tareas, los niños no aprenden nada es un falso mito, a tenor de las experiencias e investigaciones de que disponemos (Greenberg, Wild, Pikler, Freire, Ruiz-Morales y Teban, etc.), que apuestan por procesos de autoformación donde el profesorado actúa como facilitador y dinamizador. La necesidad de explorar es innata en todos los seres vivos, apuntan; y partir de esa necesidad, esta forma de educar desarrolla técnicas para aprender con los recursos que ofrecen los ecosistemas, como los colores, las texturas y la biodiversidad de la naturaleza, y para estimular otros sentidos de aprendizaje poco trabajados en otros modelos de aprendizaje, como los sonidos, los matices que agudizan la percepción de los sentidos, el pensamiento sensorio-motriz. Pero no se trata de espacios educativos en los que todo se hace al aire libre. Hay espacios que, como comenta Estefanía Teban son aulas diáfanas, preparadas para el autoaprendizaje o aprendizaje no dirigido (sala de juego y movimiento, de relajación, de expresión artística, la cocina, el aseo, etc.) que los niños y niñas van llenando de herramientas educativas «que en lo posible tratamos de construir nosotros y que los propios niños demandan». El aula vacía acaba cada año con decenas de instrumentos de todo tipo que se han usado para aprender el conteo, música, relaciones humanas… «Todos tenemos desde que nacemos un gran potencial humano, heredado de nuestros antepasados, y esta forma de educar sólo busca su desarrollo confiando en las capacidades de cada niño y niña», explican. Además la educación se completa en estos espacios educativos con salidas para aprender del mundo real, no sólo la naturaleza, sino todo lo que les rodea, el pueblo y su gente. «Realizamos una educación globalizada, trabajando desde un enfoque multidisciplinar para aprender desde la vida», recalca Jorge Ruiz-Morales.

En este enfoque la familia es un pilar esencial en la educación. Se trata de apoyarla y asesorarla, contar con ella en el día a día, de algo que va más allá de las aulas: «Es un planteamiento de crianza y educación consciente que nos permita empoderarnos como familias de nuestras posibilidades y la de nuestros hijos», aclara Estefanía Teban. La atención personalizada, la desaceleración del aprendizaje, educar desde el asombro, la creatividad y el proceso de observación, la alimentación a demanda, sin interrupciones por la dictadura de un horario, por supuesto en espacios libres de tóxicos, con productos ecológicos, botiquines naturales… Si esta educación libre parece la más indicada para un aprendizaje natural y respetuoso con los niños y niñas al menos hasta los siete años, cuando se estima que se conforma el carácter de una persona; porqué no se desarrolla en los centros educativos ‘convencionales’. Por falta de formación de los profesionales.

En la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Sevilla, en los grados de maestro de Educación Infantil y Primaria no hay ni una sola asignatura dedicada a la educación ambiental. Docentes como Jorge han logrado «autoformarse» de manera totalmente autodidacta, desde hace más de veinte años, a través de la investigación y desarrollando experiencias formativas todo este tiempo. Actualmente, Jorge Ruiz-Morales es promotor de la línea de investigación de educación libre y participación a través de un grupo de investigación de la Universidad de Sevilla, GIEPAD, que aspira a lograr que esa formación sea accesible a los futuros maestros. El objetivo: que la educación de nuestros hijos no se haga de espaldas a la naturaleza para que cuando sean adultos no sean ellos los que den la espalda a lo natural.

Fuente: http://elcorreoweb.es/andalucia/educar-en-verde-el-crecimiento-de-la-pedagogia-organica-BC2620461

Imagen: elcorreoweb.es/documents/10157/0/675×506/0c53/675d400/none/10703/FJHA/image_content_18684471_20170205090050.jpg

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