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Identidad cultural y educación

Por: Paulo Freire/Rebelión

Octava carta de la serie Cartas a quien pretende enseñar, 1993. Biblioteca Digital Paulo Freire
Nota de edición: Tal día como hoy [02.05], en 1997, fallecía Paulo Freire, pedagogo de los oprimidos y transmisor de la pedagogía de la esperanza. Lo recordamos mediante esta lúcida carta a los educadores, escrita en 1993, sobre cómo enseñar, aprender y conocer.

Preguntarnos sobre las relaciones entre la identidad cultural -que siempre tiene un elemento de clase social- de los sujetos de la educación y la práctica educativa es algo que se nos impone. Es que la identidad de los sujetos tiene que ver con las cuestiones fundamentales del plan de estudios, tanto el oculto como el explícito, y obviamente con cuestiones de enseñanza y de aprendizaje.

Sin embargo, me parece que analizar la cuestión de la identidad de los sujetos de la educación, educadores y educandos, implica recalcar, desde el comienzo de tal ejercicio, que la identidad cultural, expresión cada vez más usada por nosotros, no puede pretender agotar la totalidad del significado del fenómeno cuyo concepto es la identidad. El atributo cultural acrecentado por el restrictivo de clase no agota la comprensión del término «identidad». En el fondo, mujeres y hombres nos hacemos seres especiales y singulares. A través de una larga historia conseguimos desplazar de la especie el punto de decisión de mucho de lo que somos y de lo que hacemos individualmente para nosotros mismos, si bien dentro del engranaje social sin el cual tampoco seríamos lo que estamos siendo. En el fondo, no somos sólo lo que heredamos ni únicamente lo que adquirimos, sino la relación dinámica y procesal de lo que heredamos y lo que adquirimos.

Hay algo en lo que heredamos que François Jacob destaca en una entrevista de El Correo de la UNESCO y que es de la más alta importancia para la comprensión de nuestro tema: «Estamos programados, pero para aprender», dice Jacob. Y es precisamente porque nos fue posible, gracias a la invención de la existencia -algo más que la vida misma y que nosotros creamos con los materiales que la vida nos ofreció-, desplazar de la especie para nosotros el punto de decisión de mucho de lo que estamos y estaremos siendo. Y más aún, porque con la invención social del lenguaje, lado a lado con la operación sobre el mundo, prolongamos el mundo natural, que no hicimos, en uno cultural e histórico, que es producto nuestro, nos volvimos animales permanentemente inscritos en el proceso de aprender y de buscar, proceso que sólo se hace posible en la medida en que «no podemos vivir a no ser en función del mañana».

Aprender y buscar, a los que necesariamente se juntan enseñar y conocer, que por su parte no pueden prescindir de libertad no sólo como donación sino como algo indispensable y necesario, como un sine qua non por el que debemos luchar permanentemente, forman parte de nuestra manera de estar siendo en el mundo. Y es justamente porque estamos programados pero no determinados, condicionados pero al mismo tiempo conscientes del condicionamiento, que nos hacemos aptos para luchar por la libertad como proceso y no como meta. Por eso también es que el hecho de que «cada ser -dice Jacob contiene en sus cromosomas todo su propio futuro» no significa de ninguna manera que nuestra libertad se ahogue o se sumerja en las estructuras hereditarias, como si ellas fuesen el lugar indicado para la desaparición de nuestra posibilidad de vivirla.

Condicionados, programados pero no determinados, nos movemos con un mínimo de libertad del que disponemos en el marco cultural para ampliarlo. De esta manera, a través de la educación como expresión también cultural podemos «explorar más o menos las posibilidades inscritas en los cromosomas».

Queda clara la importancia de la identidad de cada uno de nosotros como sujeto, ya sea como educador o educando, en la práctica educativa. También la importancia de la identidad entendida en esta relación contradictoria que somos nosotros mismos entre lo que heredamos y lo que adquirimos, relación contradictoria en la que a veces lo que adquirimos en nuestras experiencias sociales, culturales, de clase, ideológicas, interfiere vigorosamente a través del poder de los intereses, de las emociones, de los sentimientos, de los deseos, de lo que se viene llamando «la fuerza del corazón», en la estructura hereditaria. Por eso mismo es que no somos ni una cosa ni la otra. Repitamos: ni sólo lo innato ni tampoco únicamente lo adquirido.

La llamada «Fuerza de la sangre», para utilizar una expresión popular, existe, pero no es determinante. Con la presencia de lo cultural, ella sola no lo explica todo.

En el fondo, la libertad como hazaña creadora de los seres humanos, como aventura, como experiencia de riesgo y de creación, tiene mucho que ver con la relación entre lo que heredamos y lo que adquirimos.

Las interdicciones a nuestra libertad son resultado mucho más de las estructuras sociales, políticas, económicas, culturales, históricas, ideológicas, que de las estructuras hereditarias. No podemos tener dudas sobre el poder de la herencia cultural, sobre cómo nos conforma y nos obstaculiza para ser. Pero el hecho de ser programados, condicionados y conscientes del condicionamiento, y no determinados, es lo que hace posible superar la fuerza de las herencias culturales. La transformación del mundo material, de las estructuras materiales, a la que debe agregarse simultáneamente un esfuerzo crítico educativo, es el camino para la superación, jamás mecánica, de esta herencia.

Lo que no es posible, sin embargo, en este esfuerzo por la superación de ciertas herencias culturales, que repitiéndose de generación en generación a veces dan la impresión de petrificarse, es dejar de considerar su existencia. Es muy cierto que los cambios infraestructurales a veces alteran rápidamente las formas de ser y de pensar que perduraban desde hace mucho tiempo. Por otro lado, el reconocer la existencia de las herencias culturales debe implicar el respeto hacia éstas, respeto que de ninguna manera significa nuestra adecuación a ellas. Nuestro reconocimiento y nuestro respeto, sin embargo, son condiciones fundamentales para el esfuerzo por el cambio. Por otro lado, es preciso que seamos bien claros con relación a algo que es evidente: esas herencias culturales tienen un innegable corte de clase social. Es en ellas donde se van constituyendo muchos aspectos de nuestra identidad, que por eso mismo está marcada por la clase a la que pertenecemos.

Pensemos un poco en la identidad cultural de los educandos y en el respeto necesario que le debemos en nuestra práctica educativa. Creo que el primer paso a dar en dirección a ese respeto es el reconocimiento de nuestra identidad, el reconocimiento de lo que estamos siendo en la actividad práctica en la que nos experimentamos. Es en la práctica de hacer las cosas de una cierta manera, de pensar, de hablar un cierto lenguaje (como por ejemplo: «la canción de que te hablé» y no «la canción que te hablé», sin la preposición de rigiendo al pronombre que), es en la práctica de hacer, de hablar, de pensar, de tener ciertos gustos, ciertos hábitos, donde acabo por reconocerme de cierta forma, coincidente con otra gente como yo. Esa otra gente tiene un corte de clase idéntico o próximo al mío. Es en la práctica de experimentar las diferencias donde nos descubrimos como yo y como tú. En rigor, siempre es el otro, en cuanto tú, el que me constituye como yo en la medida en que yo, como tú de otro, lo constituyo como yo.

Es una fuerte tendencia nuestra la que nos empuja a afirmar que lo diferente de nosotros es inferior. Partimos de la idea de que nuestra forma de estar siendo no sólo es buena sino que es mejor que la de los otros, diferentes de nosotros. Esto es la intolerancia. Es el gusto irresistible de oponerse a las diferencias.

Sin embargo la clase dominante, debido a su propio poder de perfilar a la clase dominada, en una primera instancia rechaza la diferencia, en segundo lugar no piensa quedar igual al diferente, y en tercer lugar tampoco tiene la intención de que el diferente quede igual a ella. Lo que ella pretende es admitir y remarcar en la práctica la inferioridad de los dominados al mantener las diferencias y las distancias.

Uno de los desafíos para los educadores y las educadoras progresistas, en coherencia con su opción, es no sentirse ni proceder como si fuesen seres inferiores a los educandos de las clases dominantes de la red privada que, arrogantes, maltratan y menosprecian al maestro de clase media. Pero tampoco, por el contrario, sentirse superiores, en la red pública, a los educandos de las favelas, a los niños y las niñas populares, a los niños sin comodidades, que no comen bien, que no «visten bonito», que no «hablan correctamente», que hablan con otra sintaxis, con otra semántica y con otra prosodia.

Lo que se le plantea en ambos casos a la educadora progresista y coherente es en primer término no asumir una posición agresiva hacia quien simplemente responde, y en segundo lugar tampoco dejarse tentar por la hipótesis de que los niños, pobrecitos, son naturalmente incapaces. Ni una posición de revancha ni de sumisión en el primer caso, ni una actitud paternalista o de desprecio hacia los niños de las clases populares en el segundo, sino la de quien asume su responsable autoridad de educadora.

El punto inicial hacia esta práctica comprensiva es saber y estar convencida de que la educación es a su vez una práctica política. Por eso es que repetirnos: la educadora es política. En consecuencia, se hace imperioso que la educadora sea coherente con su opción, que es política. Ya continuación, que la educadora sea cada vez más competente desde el punto de vista científico, lo que la hace saber lo importante que es conocer el mundo concreto en que viven sus alumnos. La cultura en la que se encuentra en acción, su lenguaje, su sintaxis, su semántica, su prosodia, en la que se vienen formando ciertos hábitos, ciertos gustos, ciertas creencias, ciertos miedos, ciertos deseos no necesariamente fáciles de aceptar por el mundo concreto de la maestra.

El trabajo formativo, docente, es inviable en un contexto que se piense teórico, pero que al mismo tiempo tienda a permanecer alejado e indiferente con respecto al contexto concreto del mundo inmediato de la acción y de la sensibilidad de los educandos.

Creer posible la realización de un trabajo en el que el contexto teórico se separa de tal modo de la experiencia de los educandos en su contexto concreto sólo es concebible para quien juzga que la enseñanza de los contenidos se hace con indiferencia e independencia frente a lo que los educandos ya saben a partir de sus experiencias anteriores a la escuela. Creer posible esta posición no es para quien rechaza con razón esa dicotomía insustentable entre contexto concreto contexto teórico.

La enseñanza de los contenidos no puede ser hecha de manera vanguardista como si fueran cosas, saberes que se pueden sobreponer o yuxtaponer al cuerpo consciente de los educandos -a no ser en forma autoritaria-. Enseñar, aprender y conocer no tienen nada que ver con esa práctica mecanicista.

Las educadoras precisan saber lo que sucede en el mundo de los niños con los que trabajan, el universo de sus sueños, el lenguaje con que se defienden, con maña, de la agresividad de su mundo. Lo que saben y cómo lo saben fuera de la escuela.

Hace dos o tres años, dos profesores de la Universidad de Campinas, el fisico Carlos Arguelo y el matemático Eduardo Sebastiani Ferreira, participaron en un encuentro universitario en Paraná en el que se discutió la enseñanza de la matemática y de la ciencia en general. Al regresar al hotel luego de la primera mañana de actividades encontraron a un grupo de niños remontando cometas en un campo abandonado. Se aproximaron a los niños y comenzaron a conversar.

«¿Cuántos metros de cuerda acostumbras soltar para remontar tu cometa?», preguntó Sebastiani.

«Más O menos cincuenta metros», dijo un niño llamado Gelson.

«¿Y cómo calculas para saber que sueltas más o menos cincuenta metros de cuerda?», indaga Sebastiani.

«Cada tanto, más o menos cada dos metros, le hago un nudo a la cuerda. Cuando la cuerda está corriendo en mi mano voy contando los nudos y entonces sé cuántos metros de cuerda suelta tengo.»

“¿Ya qué altura crees que está la cometa ahora?», preguntó el matemático.

«Cuarenta metros», dijo el niño.

«¿Cómo los calculaste?»

«Por la cantidad de cuerda que he soltado y la barriga que ésta ha hecho.»

«Podríamos calcular este problema basados en la trigonometría o por semejanza de triángulos», dijo Sebastiani.

Sin embargo el niño dijo: «Si la cometa estuviese alta, bien arriba de mi cabeza, estaría a los mismos metros de altura que los que yo solté de cuerda, pero como está inclinada, lejos de mi cabeza, está a menos metros de altura que los que yo solté de cuerda».

«Aquí hubo un razonamiento de grados», dijo Sebastiani.

A continuación Arguelo pregunta al niño sobre la construcción del molinete y Gelson le responde haciendo uso de las cuatro operaciones fundamentales. Irónicamente, concluye el físico, Gelson (tan gente como Gelson, digo yo) había sido reprobado en matemática en la escuela. Nada de lo que él sabía tenía valor para la escuela porque lo había aprendido con su experiencia, en lo concreto de su contexto. Él no hablaba de su saber con el lenguaje formal y de buenos modales, mecánicamente memorizado, que la escuela reconoce como el único legítimo.

Una situación peor se da en el dominio del lenguaje, en el que casi nunca se respetan la sintaxis, la ortografía, la semántica y la prosodia de clase de los niños populares.

Jamás he dicho ni sugerido que los niños de las clases populares no deban aprender el llamado «modelo culto» de la lengua portuguesa en el Brasil, como a veces se afirma. Lo que sí he dicho es que los problemas del lenguaje siempre abarcan cuestiones ideológicas y, con ellas, cuestiones de poder. Por ejemplo, si hay un «modelo culto» es porque hay otro que es considerado inculto. ¿Y quién perfiló el inculto como tal? En realidad, lo que he dicho, y por lo que peleo, es que se les enseñe a los niños y a las niñas de clases populares el modelo culto, pero que al hacerlo se destaque:

a] Que su lenguaje es tan rico y tan bonito como el de los que hablan el modelo culto, razón por la cual no tienen por qué avergonzarse de cómo hablan.

b] Que aun así es fundamental que aprendan la sintaxis y la prosodia dominante para que:

1] Disminuyan sus desventajas en la lucha por la vida.

2] Ganen un instrumento fundamental para la lucha necesaria contra las injusticias y las discriminaciones de las que son blanco.

Es pensando y actuando así como me siento coherente con mi opción progresista, antielitista. No soy de los que estuvieron en contra de Lula para la presidencia de la república porque sostenían que él decía «menos verdad» y votaron a Collor, con tanta verdad de menos.

Concluyendo, la escuela democrática no debe tan sólo estar abierta permanentemente a la realidad contextual de sus alumnos para comprenderlos mejor, para ejercer mejor su actividad docente, sino también estar dispuesta a aprender de sus relaciones con el contexto concreto. De ahí viene la necesidad de, profesándose democrática, ser realmente humilde, para poder reconocerse aprendiendo muchas veces con quien ni siquiera se ha escolarizado.

La escuela democrática que precisamos no es aquella en la que sólo el maestro enseña, en la que el alumno sólo aprende y el director es el mandante todopoderoso.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=255473

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Maestros de maestros: Jean Frederich Herbart (1776-1841) -PDF-

Colombia/ Autor: Rafael Reyes Galindo / Fuente: Compartir Palabra Maestra

Las ciencias deben lograr un fin: la educación.

La época que vivió Herbart fue fecunda en síntesis filosófica y pensamiento pedagógico. Había sido publicado el Tratado de Pedagogía de Kant (1803), Fichte y Hegel enseñaban en Jena, Schelling en Wurtzburgo. Hay que lamentar que todavía no  se ha estudiado con detenimiento la propuesta educativa de Fichte, la educación de una nación; ni las implicaciones de la idea de Formación, en alemán, Bildung, planteada por Hegel. Todo esto lo vivió Jean Frederich Herbart, filósofo alemán. En Suiza visitó a Pestalozzi, donde conoció su propuesta educadora; admiró profundamente su trabajo pedagógico, pero había que hacer ajustes a algunas de sus intuiciones.  Estamos ya en la era moderna donde estos pensadores buscaban una articulación entre ilustración y formación, una síntesis donde el Espíritu no se viera sofocado por las conquistas humanas, donde conocimiento y formación fueran compatibles, donde la formación no se viera agostada por la erudición y el conocimiento; donde todo pudiera referirse a un Espíritu fundador. Herbart encontrará una fórmula, no se trataría de oponer la instrucción y la educación, como si la enseñanza fuera la parte autoritaria de la pedagogía y la formación, sería, lo que se llamaría hoy, el libre desarrollo de la personalidad. En este escollo han caído muchas de las pedagogías del aprendizaje, o algunas de las pedagogías centradas en el estudiante: habrá que volver leer a Herbart: se llega a la educación a través de la instrucción, o como señala Compayre: la educación a través de la instrucción (2005).

Con Pestalozzi está de acuerdo de que la educación debe tener un fundamento empírico (hoy diríamos científico), cree que el filósofo Suizo acertó en partir de la psicología como fundamento y de la importancia de la intuición del niño. Pero, según Herbart, se quedó corto.  No sería la Psicología de las Facultades, que es la forma como lo desarrolla Pestalozzi, ni la intuición debería limitarse  solo la educación elemental. La educación, toda educación debe tener un principio psicológico y un fin moral: la educación del carácter, a esta educación del carácter la llama moral, y esta educación moral es lo que se llama disciplina.

Herbart es el iniciador de la pedagogía como ciencia. La práctica pedagógica aparece aquí como un despliegue de saberes, conocimientos, metodologías. Herbart lee todas las ciencias bajo el cristal de la pedagogía; se nutre de la filosofía, la psicología pero su matriz de pensamiento es la pedagogía. Porque nació pedagogo, se hizo filósofo y psicólogo. En 1808 asume la catedra de filosofía de Koenisberg, donde había enseñado Kant. Pero si Kant, como filósofo, había desarrollado su tratado de pedagogía, Herbart hará de la pedagogía una reflexión filosófica de por vida.  Escribió Filosofía práctica general (1808), Manual de psicología (1816), La Psicología como ciencia, seguida de un método nuevo sobre la experiencia, la metafísica y la matemática (1824), la Metafísica general (1828). Público todo esto con un solo fin de la educación se convirtiera en el campo a la cual todas estas ciencias llegaran.

Herbart no acepta de Kant su enfoque “trascendental” del pensamiento; tampoco acepta de Fichte de que todo sea expresión de un espíritu interior y que el mundo no sea más que reflejo de él. No hay ideas innatas, ni se nace con a priori establecidos. Tampoco está de acuerdo con Pestalozzi de una Facultades del niño las cuales hay que desarrollar. En algo sí está de acuerdo con Kant y Pestalozzi: hay que crear como lugares de experimentación pedagógica, es necesario el seminario pedagógico. “nos hacen falta escuelas normales y escuelas de experiencia”,  decía Kant.  Esto llevó a Herbart que mientras enseñaba en Koenisberg organizara, lo que Compayre, llama un “laboratorio practico”.  Sabemos que hoy la práctica pedagógica ha perdido esta dinámica pensadora, hoy es un territorio aplicacionista, procedimental y burocrático. Las actuales políticas de formación de maestros contribuyen mucho a este perfil procedimental; la práctica pedagógica aparece desconectada  de saberes, de preguntas, de experimentación, de reconceptualización; actualmente la práctica pedagógica verifica que el practicante siga un método y no se pregunta de qué forma produce saberes. Herbart no hubiera aprobado esto.

Para Herbart llegar a ser educador es un asunto complejo; como señala Gabriel Compayre (2005), biógrafo de Herbart, la formación en pedagogía no se da por “gracia de Dios” o “se nace educador”. Hoy se ofrecen cursos rápidos de pedagogía, como las oficinas de matrimonio exprés. Tampoco nuestro autor estaría de acuerdo, “El educador debe preparar su inteligencia y su corazón por medio de la meditación, de la reflexión y de la investigación, para estar en disposición de concebir, de sentir y de juzgar convenientemente los casos particulares y los casos especiales que le esperan en la carrera de la enseñanza”.

Dos palabras toman relevancia en la pedagogía: instrucción e interés. La enseñanza es construcción del espíritu. La instrucción es la base de toda educación, no existe, por un lado una educación intelectual y, por otra, una educación moral; esta diferencia la hacían, dice Herbart, la psicología de las facultades. No, la mente es una, y la instrucción es una, por tanto, educar a través de la instrucción es la base de toda empresa educativa. El dualismo y oposición de enseñanza/aprendizaje en el cual han instalado la formación de maestros actualmente, seria para Herbart psicologista y trascendental, basada en estructuras previas, a priori del individuo, que nuestro pedagogo no acepta. A cambio de facultades que se desarrollan, Herbart propone el concepto de interés.

El niño no viene con conocimientos al que la educación le ayuda a descubrir; el conocimiento se produce por el trabajo, por la producción del niño. Este es el trabajo de la instrucción: producir interés. Interés, no se debe confundir, con motivación. No es un asunto de unas dinámicas para que el niño se motive a aprender, se trata, más bien de un acto más estable de curiosidad: interés por la verdad, interés por el bien, interés por lo bello. Herbart desarrollo una Didáctica basada en la psicología, no es una Didáctica que subordine los intereses del niño en beneficio de una secuencia exitosa.  Tampoco es la didáctica un conjunto de acciones lúdicas para entrenar el conocimiento. Muy basado en sus fundamentos de psicología el interés nace de la experiencia con las cosas de la naturaleza y por el contacto con los hombres. Por tanto, curiosear las cosas e intercambiar con seres humanos son las dos bases del interés.

Su concepto de disciplina es muy distinta a la que nosotros estamos acostumbrados. Herbart también conocía la disciplina como castigo, rigor, mal necesario, etc. Pero para Herbart, ella tenía que ver, mejor,  con aquel ejercicio que tiene el artista sobre su obra. La educación además de ciencia es arte, y se trata de la vida disciplinada del artista. De un gobierno de los niños, de hacer de cada uno un artista de sí mismo. Por esto, la disciplina está relacionada con la vida moral, y la vida moral con la construcción de una vida artística.  Para entender la disciplina de Herbart hay que hablar mejor del gobierno de los niños, este gobierno se hace a partir de dos elementos: autoridad y amor. Luego, llega el momento decisivo del gobierno pedagógico: el éxito de este gobierno es que llega un momento en que desaparece: el niño se vuelve autónomo, con fuerza interior, un sujeto moral: la educación desemboca en libertad. Sin la estética no se entiende el gobierno en los niños.

Con Herbart, hemos iniciado, en la historia del saber pedagógico, la comprensión de la práctica pedagógica de forma inteligente. Ella se hace fuente de saber, matriz de formación de educadores,  lugar de reconceptualizacion de la pedagogía, articulación de ciencias, dialogo con la tradición, renovación del conocimiento; la practica pedagógica se hace lugar moral, construcción estética del sujeto, forja del carácter, acontecimiento donde se acrisola la enseñanza, oportunidad de aprender. No es una autor fácil de abordar, sus construcciones pueden aparecer abstractas. Pero sin él los maestros quedaremos expuestos a las prácticas pedagógicas procedimentales, sin fines y sin medios, quedaremos presos del diseño,  atenidos a la secuencia, y esperanzados en la transposición. Herbart nos la las herramientas epistemológicas, históricas, políticas y culturales para el rescate de la práctica pedagógica.

Link para la descarga:

https://compartirpalabramaestra.org/documentos/aliados/maestros-de-maestros/maestros-de-maestros-frederich.pdf

Fuente de la Reseña:

https://compartirpalabramaestra.org/especiales-tematicos/maestros-de-maestros/jean-frederich-herbart-1776-1841

ove/mahv

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Marcela Gaete | Lanzamiento libro Pedagogía en Contextos de Encierro en América Latina (Video)

Chile / 28 de abril de 2019 / Autor: Uchile.tv / Fuente: Youtube

Publicado el 19 de abril de 2019

Marcela Gaete Vergara, profesora de Filosofía, Magíster en Epistemiología, Doctora en Educación, académica del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Universidad de Chile, conversa Felipe Pozo sobre su nueva publicación (coord.), «Pedagogia en Contextos de Encierro en América Latina. Experiencias, posibilidades y resistencias» (RIL Editores, 2018).

«Pedagogia en Contextos de Encierro en América Latina: Experiencias, Posibilidades y Resistencias» estudia las circunstancias en que son educados los pobres excluidos y recluidos de América Latina, se analiza el escenario en que se enmarca la pedagogía con sujetos privados de libertad en la región y aborda posibilidades pedagógicas desarrolladas con jóvenes en conflicto con la ley o internos en centros de menores como medida de «protección». También ahonda en la temática de la formación de docentes y profesionales para trabajar con niños, niñas, jóvenes y adultos en contextos de encierro, presentando experiencias de Chile y Argentina.

En la primera parte, llamada Políticas de encierro. Pedagogía en resistencia, escriben Francisco Sacfó (Argentina), Claudia Bandeira (brasil) y Alberto Amiot (OEA; en la segunda parte, Exclusiones y reclusiones. Pedagogía con jóvenes en centros de menores y privación de libertad, escriben Estela Quintar (México), Paula Baleato (Uruguay), Linda Itatí Nosa (Argentina), Marcela Gaete (Chile), Marisol Ramírez (Chile) y Margaretta Selander (Chile; finalmente, la tercera parte Formar-nos para formar. Desafíos educativos en espacios de clausura, los artículos son de Florencia Breglia (Argentina), Cecilia Rojas (Chile) y Viviana Soto (Chile).

 

 

 

 

 

 

 

Fuente de la Entrevista: 

ove/mahv

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Los maestros y sus relaciones de poder en el aula

Colombia / 28 de abril de 2019 / Autor: Omar H. Vanegas C. / Fuente: Las 2 Orillas

Estas no permiten que se lleve a cabo una transición de la figura de autoridad por parte del docente a la de liderazgo en nuestra educación. ¿Qué estamos para cambiar?

En las sociedades a través de la historia se ha observado que la educación juega un papel importante para mantener o ejercer el “poder” sobre el pueblo, ya sea por intereses políticos, religiosos o lucrativos. Los gobernantes de turno quieren imponer sus “ideas” y de esta forma tener control sobre las masas. Es interesante retomar el tema del manejo del “poder”, no con el fin de analizarlo desde el nivel superior, el cual va descendiendo en cascada hasta nuestros estudiantes a través de las instituciones del Estado, sino como se da el manejo del “poder” en las aulas, situación en la que debemos examinarnos nosotros como educadores.

Cabe aclarar,que existe un “poder” que se genera al interior de nuestras instituciones de educación, que afecta de una u otra forma la relación de “poder” de los educadores con los alumnos, ya que los directivos, personal administrativo y docentes, producen entre sí conflictos de intereses de toda índole, originando relaciones de “poder” entre ellos mismos, que en muchas ocasiones afectan la esencia misma del objetivo de la institución educativa. Pero nuestro análisis se centrará, únicamente al interior de las aulas donde existe una relación de “poder” entre el docente y el estudiante, dicha relación se da en el entendido, que una parte tiene el control sobre la otra.

Sobre la base de esta relación se han realizado muchas críticas y análisis, de cómo a través del tiempo este “poder” ha venido cambiando o evolucionando en muchos aspectos, los cuales nos llevan a ver que la disciplina que se manejaba en las escuelas o instituciones educativas hace unas décadas, es relativamente distinta a la que hoy se ve en las aulas en la actualidad, tal y como lo plantea Silvia Grinberg en su libro Pedagogía y Poder (Grinberg, 2008). Se ha pasado de una pedagogía autoritaria a una participativa, donde en la primera el docente no solo es un actor que impone los conocimientos e imparte disciplina únicamente, sino que también es una pedagogía en donde la relación de “poder” obliga al estudiante a tomar, realizar y ejecutar actividades que se le imponen y que deben ser de estricto cumplimiento.

Ahora bien, con relación a la pedagogía participativa, en el libro Controversias y Concurrencias Latinoamericanas y el artículo que presenta Ana Lucía Grondona sobre la Educación y el Poder en el Siglo XXI se hace una análisis sobre las relaciones de poder que existen en la educación, planteando que esta relación ha pasado de ser una relación autoritaria por parte de los directivos y docentes de las instituciones educativas, a ser una relación más participativa o de liderazgo. Esta nueva tendencia, sufre una transformación en la cual, al estudiante ya no se espera que tenga una posición pasiva en la formación y asimile de manera inerte su aprendizaje, sino que se “motiva” para que él por sí mismo se apropie de su formación, es decir, que con la educación que se le entregue, no se trate de unificar valores y conductas, sino que éstos se formen por sí mismos. A esto Silvia Grinberg describe como: “…cada uno, sujeto o comunidad, debe buscar el propio camino bajo el imperativo: tú puedes” (Grondona, 2009, p. 311).

Por lo expuesto hasta aquí, lo que se busca es generar conciencia que la pedagogía no se considere un proceso de entregar información a los estudiantes para que éstos la repliquen, sino por el contrario se busca un proceso en el cual se generen competencias que lleven al estudiante a adquirir capacidades o destrezas que le permitan su desarrollo íntegro personal. Es por tanto, que debemos tener muy en cuenta qué estamos haciendo al interior del aula, cuando estamos enseñando, pues como lo expone Basil Bernstein en su libro Poder, Educación y Conciencia “…Ahora, piensa en la comunicación pedagógica. ¿Sabemos que transmite, pero cuál es el transmisor? Sabemos lo que transmite, pero ¿cuál es la estructura que permite, que hace posible lo que es transmitido?” (Bernstein, p. 4, 1988). Esto nos lleva a reflexionar sobre el papel que tenemos en la relación de “poder” entre docente y estudiantes, y como se debe generar un cambio de transmisión de conocimientos de la forma autoritaria a una de liderazgo participativo.

Con lo planteado anteriormente, se puede observar que es una propuesta con una visión o una perspectiva del cambio de “poder” en la educación a través del tiempo, un variación de relación entre maestro y alumno, pero que la realidad deja entrever que todavía falta muchos cambios en todos los niveles de la educación, en el pensamiento de los docentes y directivos de las instituciones de educación, para que se pueda entregar una formación en la cual el estudiante no sea un sujeto que replica los conocimientos, sino que desarrolle competencias que le entreguen aptitudes y destrezas para desenvolverse en la sociedad con valores humanísticos y productivos.

Pero es precisamente la relación de “poder” existente hoy en la gran mayoría de las aulas, la que no permite que se lleve a cabo esta transición de la figura de autoridad por parte del docente a la de liderazgo en nuestra educación. ¿Qué estamos haciendo día a día en nuestras clases para generar este cambio de poder?

Fuente del Artículo:

Los maestros y sus relaciones de poder en el aula

ove/mahv

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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 28 de abril de 2019: hora tras hora (24×24)

28 de abril de 2019 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 28 de abril de 2019. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – España: ‘Los 41’, un proyecto de gamificación para salvar la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306877

01:00:00 – H20 – Las redes sociales en la educación (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307140

02:00:00 – Plantean reforma integral de la educación en Paraguay

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307167

03:00:00 – El Arcón de Clío, educación más humana

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306844

04:00:00 – La libertad de cátedra en riesgo en EE.UU. por décadas de desfinanciamiento y ataques desde la derecha

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307174

05:00:00 – Agendamx: Educación en la Mira – 22 01 19 (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307151

06:00:00 – Reglamento General de Instituciones Educativas de la Provincia de Buenos Aires (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307258

07:00:00 – Los maestros y sus relaciones de poder en el aula

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306849

08:00:00 – Maestros de maestros: Jean Frederich Herbart (1776-1841) -PDF-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307254

09:00:00 – «La educación pública en México hoy» – Hugo Aboites y el Comité Estudiantil Metropolitano – #SEME (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306897

10:00:00 – Educar hacia la rebeldía

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307236

11:00:00 – Inclusión educativa o el aprender a mirar desde la perspectiva de un nosotros común

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/306888

12:00:00 – Argentina: Los docentes se suman al paro del 30 de abril

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307155

13:00:00 – Slauko Dykan – Profesor alemán en Gymnasium (Pensando sobre Educación) -Video-

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307158

14:00:00 – Bolivia: Buscan bajar índice de bachilleres reprobados en las universidades

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/307239

15:00:00 – Qué puede hacer la escuela ante la violencia de género

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16:00:00 – Marcela Gaete | Lanzamiento libro Pedagogía en Contextos de Encierro en América Latina (Video)

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17:00:00 – Mar Romera: “La escuela del siglo XXI es la del ser y no la del saber”

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18:00:00 – Docentes en Youtube: ¿una nueva forma de aprender?

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19:00:00 – 10.000 estudiantes uruguayos se están preparando emocionalmente para los trabajos del futuro

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20:00:00 – El daño de Peña a la educación, que AMLO promete reparar #ContralíneaTV

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21:00:00 – “La Educación en Movimiento”: Una película sobre la educación popular en América Latina

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22:00:00 – Trabajadores de la educación en Francia rechazan reformas de Macron

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23:00:00 – Colombia: Historias inspiradoras de educación y transformación (Video)

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En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

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‘ExtremArte’ o cómo enseñar Matemáticas (y más) a través del arte

España / 21 de abril de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Educación 3.0

El proyecto ‘ExtremArte’ ha transformado artísticamente una de las salas del Colegio Santísima Trinidad de Plasencia, en Cáceres. A través del arte han conseguido diseñar un proyecto en el que han aunado varias asignaturas. Sus profesoras Teresa Paniagua, Yolanda Alonso y Marién Garrido, nos cuentan en qué ha consistido.

Iniciamos el proyecto ‘ExtremArte’ en el curso 2016/2017 y ha consistido en intervenir artísticamente en una sala de usos múltiples con el fin de usar el arte como vehículo para alcanzar todos los objetivos que un proyecto de innovación educativa debe cumplir. Los objetivos del mismo fueron implicar a todas las etapas educativas impartidas en nuestro centro, contribuir a conseguir una educación actual y eficaz, desarrollar las competencias clave en nuestros estudiantes aumentando la motivación e incrementar los conocimientos e interés del alumnado por nuestra comunidad autónoma: Extremadura.

ExtremArte

¿Qué fotos incluimos?

Para comenzar el proyecto, primero buscamos una fuente de inspiración y elegimos a Rafa López, un joven artista plástico y, después, comenzamos a diseñar la sala que íbamos a transformar. Para ello, elegimos las imágenes más representativas de Extremadura y cada clase se encargó de interpretar cada una de ellas. Después llevamos a cabo una segunda fase en la que incluimos la toma de medidas del espacio, la creación de los planos, la creación del logo, el pintado de la sala y la señalética. Una vez acabada, pasamos a la inauguración a la que asistieron personalidades muy destacadas del mundo educativo y cultural de nuestra comunidad.

ExtremArte

Además de esto, hemos llevado a cabo una tercera fase que hemos llamado ‘Experience Room’ en la que hemos recopilado todas las experiencias educativas que han ido surgiendo espontáneamente y en todas las etapas y asignaturas, poniendo el broche final del proyecto y que ha demostrado la viabilidad didáctica de toda la idea. De ellas podemos destacar el taller de escritura creativa en Lengua, la creación de folletos turísticos en Inglés, la relación de semejanza entre los dibujos y la realidad en Matemáticas llevados a cabo en Secundaria. Además, en Primaria se ha creado un cuadro cooperativo con el artista Rafa López y un concurso de poesía en Inglés.

¡Expansión internacional!

Hemos querido ir un paso más allá dando al proyecto un carácter internacional traduciendo toda la información de nuestras publicaciones al inglés y francés. También estamos preparando la información en lengua de signos, incluso ya estamos trabajando para que sea accesible también en Braille y así llegue a la mayor parte de las personas que deseen acercarse al mundo de la creación artística.

ExtremArte

Para terminar, creemos que uno de los puntos más fuertes de nuestro proyecto es la posible aplicación del mismo en cualquier centro del territorio nacional. Sabemos que cada centro es diferente pero la esencia de todo esto puede aplicarse a cualquier soporte y formato. Para ello, desde el Colegio Santísima Trinidad ofrecemos toda nuestra ayuda y colaboración para todo el que quiera llevarlo a cabo y así conseguir que, a través del arte incrementemos el interés de nuestro alumnado por nuestra tierra. El colegio María Inmaculada de Santander ya se ha puesto manos a la obra para extender ExtremArte por la comunidad cántabra.

Fuente de la Reseña:

https://www.educaciontrespuntocero.com/experiencias/extremarte-matematicas-arte/100023.html

ove/mahv

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Cazarabet conversa con… Javier Encina, Ainhoa Ezeiza y Emiliano Urteaga, coordinadores del libro “Educación sin propiedad” (Volapük)

España / 21 de abril de 2019 / Autor: Redacción / Fuente: Cazabaret

Un libro de Editorial Volapük que reflexiona e “indaga” sobre este subtítulo del libro” Con escuela y sin escuela, nunca nos dejaron hacer lo que queremos, y el Poder es su ley”.

Coordinan la escritura de este libro Javier Encina, Ainhoa Ezeiza y Emiliano Urteaga… los mismos que ya han coordinado para Volapúk otros libros como Autogestión cotidiana de la salud, Autogestión, autonomía e interdependencia. Construyendo colectivamente  lo común en el disenso y Sin Poder. Construyendo colectivamente la autogestión de la vida cotidiana: http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/autogestioncotidiana.htmhttp://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ezeizaencina.htm ;

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/ezeizaencina.htm

Lo que nos dice el libro, editado por Volapúk:

Educación sin propiedad ofrece una diversidad desde el disenso, textos con posiciones antagónicas que en otro lugar no podrían cohabitar se hablan unas a otras, leyendo en diagonal se hallan simpatías y empatías no sospechadas seguramente por los autores, afinidades que ayudan a soltarse de las afiliaciones. Se plantea como una nueva propuesta para el debate sobre la educación desde lo antiautoritario. Diversas experiencias y autores tratan acerca de la desescolarización, conocimiento social y comunitario, pedagogía libertaria, contra la industria de la educación alternativa, las posibilidades de la autogestión en la enseñanza pública, educación popular, educación libre y autoaprendizaje, madres en la escuela, transmisión popular e intergeneracional, biopoder del mundo adulto, clases sociales y pedagogías, escuelas centrífugas, deporte y educación, etc. Lo que se busca en la escuela dominante es perpetuar en el tiempo unos contenidos determinados y unas formas de relación, y con ese fin, se valora lo simple, la repetición repetitiva, tanto en los contenidos como en las relaciones, porque los contenidos se refieren a conocimientos básicos, reglados, normalizados, estandarizados… y las relaciones, al ser dirigidas, son finalistas. Esa forma de plantear el conocimiento hace que la escuela se apoye en la repetición repetitiva como estrategia del Estado y del Mercado para tener ciudadanos y trabajadores dóciles, adaptados, intercambiables y polivalentes. Este modelo es tendente a reducir la creatividad y el pensamiento divergente y crítico. Sin embargo, hay que considerar la escuela como uno de los espacios educativos de la comunidad, que debería guardar relaciones horizontales con otros espacios educativos de la comunidad. Las relaciones de estos espacios están basadas en compartir saberes, construir colectivamente, en la autonomía y la interdependencia, procesos de ayuda mutua, en el mestizaje. Se debe comprender que la educación no es patrimonio de la escuela, ni de la universidad, sino que en el barrio, pueblo o ciudad hay otros espacios educativos no formales con los que hay que establecer intercambios horizontales.

Cazarabet conversa con Javier Encina, Ainhoa Ezeiza y Emiliano Urteaga:

-Amigos la educación, junto con la libertad, pueden que sean nuestros “bienes” más preciados, ¿qué pensáis? -Pero como nadie, que yo sepa, nace sabio hay que educarse, entrar en la rueda del aprendizaje…o eso de la rueda no es tan inevitable

-Hay una confusión entre necesidades y satisfactores. Siguiendo la propuesta de Manfred Max-Neef, las necesidades humanas son más o menos las mismas en todo el mundo: subsistencia, protección, afecto, libertad, ocio, entendimiento, participación, identificación y creación. Como se ve, la libertad sería una necesidad humana mientras que educación es un satisfactor de la necesidad de entendimiento (y también podría ser de otras como participación, creación, identificación… dependiendo de qué tipo de educación). Esto significa que la educación no es imprescindible, sino una manera de las posibles. Comprender esto es muy importante para no caer en la trampa de la defensa de la Educación, que además se hace el gran salto de “derecho a la educación” a “obligariedad de la Escuela” (que es un tipo de educación).

-Porque  esto de “entrar en la rueda”, siempre suele caer en hacernos comulgar con ruedas de molino, ¿no? y ahí se pierde todo…

-Ese es el problema de reivindicar derechos, que quedamos atrapados en los engranajes del sistema.

-Amigos, ¿qué es lo que os ha llevado a reflexionar sobre la educación…?, se parte, se tiene claro viniendo de vosotros y de Volapük que nada ni nadie es propiedad de nadie…quizás solamente, cada uno,  de nosotros mismos…

-El que la izquierda vea en la educación la solución a todos los problemas. Frases como “el fascismo se cura leyendo”, “la educación nos hará libres”… son un signo de esta confusión, una confusión que nos deja sin salida. Nuestra generación es la que acumula más educación en la historia del mundo, y, como se demuestra en los acontecimientos que están ocurriendo en todas partes, no es una generación más libre.

-Lo que pasa es que la educación es un campo muy frágil porque para empezar a aprender ciertas cosas tenemos que ir como de la mano de alguien ¿no?. No podemos en un primer momento hacerlo todo nosotros mismos?

-Nos situamos en la tensión entre Paulo Freire e Ivan Illich (aunque tiramos más hacia Ivan Illich): Paulo Freire piensa que debe existir educador y educando aunque con unos nuevos roles, que vayan desdibujando un poco esas fronteras; mientras que Ivan Illich plantea que todos tenemos saberes que compartir, y que en ese compartir se puede ir construyendo saberes más complejos. Nosotros además lo entrelazamos con los saberes populares, que son todos esos saberes que se han ido construyendo de forma imperfecta, inacabada, en la incertidumbre, que son principios de la complejidad. Según la teoría de la complejidad, no hay un principio del aprendizaje que se va construyendo bajo guía de nadie, sino que el uno y el todo están entrelazados, igual que lo individual, lo grupal y lo colectivo. Si bien es cierto que la madre está continuamente enseñando saberes a su bebé, también el bebé está enseñando a la madre, al tratarse de una relación de interdependencia. De la misma manera, tanto esa madre como ese bebé están en un entorno social y natural con el que van interactuando de forma compleja, aprendiendo del enredarse continuamente. En cambio, la educación se plantea como un camino con guías y tutores, dificultando esas formas ricas de construcción colectiva.

-Aunque luego lo ideal es que cada uno tuviese un patrón de nuestra educación y en la cual nuestra voz, nuestras necesidades y nuestros sentires tuviesen mucho qué decir…y eso, sí, aún desde un primer momento…

Nosotros estamos en contra de los patrones, que te predeterminan y te llevan por el camino del éxito/fracaso, la competencia (contra otros o contra una misma) y el egoísmo (“lo mío es lo más importante”). Planteamos formas de trabajar sin objetivos a priori, donde lo individual, lo grupal y lo colectivo se van entrelazando en el disenso. Estas formas no son “utopías” ni “sueños” porque son formas que se trabajan en muchos lugares en la actualidad, es decir, que no solo se pueden hacer sino que se están haciendo.

-No a las doctrinas ni a los dogmas… Sí a las ayudas, al acompañamiento, al intercambio…

-No sirve cualquier tipo de ayuda, porque puede provocar dependencia. Hay muchas formas de adoctrinamiento, porque nos fijamos en los contenidos pero no en las formas de relación, que son las que realmente son transformadoras. Queremos trabajar la ayuda mutua, que provoca autonomía e interdependencia al mismo tiempo, en la horizontalidad, dinamizando relaciones de confianza y cuidados.

-Pero en una sociedad donde la mejor baza para utilizar al individuo es que este piense como el de al lado, la ignorancia es el mejor aliado… Y la ignorancia se maneja desde las escuelas creando a alumnos y alumnas que no piensan ni pensarán por ellas o ellos mismos, ¿es así? ¿Cómo podemos escapar de esto?

-Se confunde ignorancia y analfabetismo. Ensenzberger ya nos plantea esta conexión falsa en su “Elogio del analfabeto”, ahora la izquierda acusa a la escuela de crear analfabetos funcionales, porque se piensa que en el único sitio donde se puede satisfacer la necesidad de entendimiento es en la escuela. Así, metemos a todas las niñas y niños en una estructura institucional que queda en manos del Estado y del Mercado, sin poder escapar. Cuando se lucha por una escuela mejor se está fortaleciendo una estructura que siempre puede ser instrumentalizable por el Estado y el Mercado. En el libro no planteamos la eliminación de la escuela, sino, como planteó Ivan Illich, la desinstitucionalización de este lugar, que puede ser un espacio más de la comunidad; en esta propuesta, ponemos en debate artículos de gente que cree que no debe haber escuela, que cree que en la escuela tiene que haber más libertad, que trabaja fuera de la escuela (en el barrio, en su comunidad…), que se cuestiona su trabajo como maestro… De esta manera, lo que nos gustaría es abrir el debate desde diferentes pensares/sentires/haceres, para poner en valor formas cotidianas de construcción colectiva de saberes y debatir sobre diversas formas de entrelazar lo que se está haciendo en el ámbito educativo que es interesante con lo que hace la gente.

-Hay padres, conozco a padres que tienen un ideal muy de la mano de la libertad, pero se ven y se sienten como muy encorsetados en el sistema y como si no pudiesen escapar… ¿cómo lo veis?

-Hemos tenido bastantes debates sobre la posición de las familias en relación a la escuela, y hemos visto que hay padres, como dices, que buscan escuelas libres para que sus hijos tengan una educación diferente, privilegiada. Esto ha generado un gran negocio de escuelas alternativas, como denuncia en el libro Pedro García Olivo. Además, se confunde la idea de libertad con que tu hij@ haga lo que quiera, lo que nos lleva a una sociedad individualista y hedonista. Desde la perspectiva de la convivencialidad, la libertad va dinamizándose junto con los cuidados, la confianza, la construcción colectiva, la autonomía e interdependencia, la alegría, el decrecimiento y la esperanza, que son los pilares del desempoderamiento.

-Creo que hay, a la vez, también muchos pedagogos que sienten a la libertad como el instrumento más valioso…y de esa maleta o con esa idea enseñan o tratan de hacerlo, pero no les es fácil…¿por qué no se les facilita esa tarea?. Somos todos los que deberíamos aportar algo porque todos formamos parte, más o menos directamente, del mundo educativo…

-En el libro recogemos la propuesta de Paideia, la escuela antiautoritaria de Mérida que lleva más de 25 años trabajando de esa manera, o la de Raíces y Flores, o lo que hace Francisco Cuevas en su aula, la propuesta de Jesús García Blanca, o lo que trabajamos en Magisterio de San Sebastián, o en la Universidad Autónoma de Ciudad de México, o en la UNISUR… en realidad hay muchas formas de hacerlo, no significa que no haya que pelear o que preparar formas de resistencia ante posibles ataques u obstáculos, pero se puede hacer de muchas maneras. Todas estas son experiencias que siguen a día de hoy.

-Lo peor es, me acuerdo perfectamente, el miedo a que un ejercicio no te salga; miedo a que te pregunten o te hagan salir a la pizarra…nervios que te hacen vomitar, literalmente hablando.. Me acuerdo que a mí y a otros compañeros en un curso de EGB nos iban trasladando de grupos a grupos—de cuatro, los grupos—conforme íbamos sumando o restando en nuestras tareas.. Yo disfrutaba con los contenidos, realizando ejercicios, con las explicaciones, pero no me gustaba el hecho de “ir al colegio”, puede parecer contradictorio, pero no lo es…sentía una presión que me ahogaba…al cabo de los años te acostumbras, pero… Y cuando llega el momento de elegir—soy de la época de B.U.P— he sido testigo, directa e indirectamente, de la soledad… te sientes muy sola…o perdida ante varias perspectivas y sintiendo no saber qué camino es el mejor o el más seguro, ¿no?; entre seguir lo que te quiebra o lo que, aún cuando te gusta, en realidad sabes que “tiene más salida”¿cómo solventar estos avatares? Porque darse se dan, aunque son desde perspectivas o panoramas diferentes, aún con el paso de los años… Siempre me daba y me sigue dando la impresión de qué íbamos con demasiadas cargas ..en cambio, a veces me daba por pensar que no todo el tiempo estaba aprovechado, ¿no?, ¿qué nos podéis decir?

Bueno, lo que cuentas es una forma de escuela, actualmente existente, que es la que se denomina escuela fordista o taylorista. Desde el capitalismo se ha intentado superar este tipo de escuela con el toyotismo, que plantea formas de trabajar basadas en el trabajo cooperativo, trabajo en grupos, realización de proyectos… El modelo fordista y el taylorista nos dejan ante nuestros sentires que esas formas de trabajar, para prepararnos para la industria, son alienantes y destructivas, esa consciencia nos ha ayudado a no querer ir a la escuela, a darnos cuenta de que lo que nos tratan de enseñar en la escuela no nos vale, que solo quieren que seamos obreros sumisos… y gracias a eso nos podemos escapar de muchas maneras. El modelo toyotista, en cambio, esconde todo esto bajo el envoltorio de la libertad y la libre elección, y eso hace que sea más difícil aún escapar de las imposiciones, de hecho, quieren controlar no solo los cuerpos físicamente sino también nuestras emociones (educación emocional, mindfulness, inteligencias múltiples…). Ahora son nuestros compañeros de clase quienes nos limitan o nos controlan por el bien de la tarea y del equipo, igual que pasa en muchas empresas, de manera que la conflictividad se lleva al grupo de iguales. En España esto se hizo con el cambio a la LOGSE (Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría lo explican muy bien en su artículo), aunque en otros países se han vivido experiencias similares en las pugnas entre gobiernos conservadores-neoliberales y socialdemócratas.

-¿Hay que saber gestionar ciertos períodos de trabajo, más o menos intenso, con el tiempo en blanco…en el que nadie nos guíes y seamos nosotras y nosotros las que nos abramos camino?..No sé, ¿tan importante es aprender a trabajar como a divertirse partiendo de cero o, incluso, aburrirse?

-El capitalismo “avanzado” tiene como base la separación de los tiempos de trabajo y de ocio. La escuela “avanzada” responde a los mismos parámetros, por tanto reivindicar esto es pedir más capitalismo y mejor capitalismo.

-Pero la enseñanza, hoy en día y por desgracia es otra manera de “hacer caja”….que no es lo mismo que “ganarse la vida enseñando”….se ha convertido en un negocio y eso es muy, muy peligroso y en muchas y desde muchas perspectivas…

-Eso es lo que plantea Pedro García Olivo en el libro, que muchas iniciativas que pretenden plantear otras formas de escuela que escapen al Estado en realidad son nuevos negocios. Tal y como lo cuenta él en su artículo Forjad, forjad escuelas, malditos!: “entre los últimos y más mortíferos engendros contra la salud, el futuro y hasta la vida humana se halla la «industria de las educaciones alternativas». Montar escuelas es una forma de ganarse la vida atentando contra la vida. Se acabó”.

-¿La sociedad esta sociedad necesita de otro impulso desde la raíz y esa raíz es la educación?

-Aunque en el libro se recogen diversas visiones y experiencias que responderían a esta pregunta de diferentes maneras, nuestra respuesta (de Javier y Ainhoa) es que no. Por una parte, está la confusión educación=escuela que nos impide plantear otras cosas, y por otra está que en el corazón de la palabra educación está la verticalidad (quienes saben enseñan a quienes no saben). Nuestra forma de trabajar, en ese sentido, es el concepto de construcción colectiva, donde todo el mundo puede aportar, construir, participar y reelaborar el conocimiento y los saberes. Esto tenemos que unirlo a los cuidados, la confianza, la alegría, el decrecimiento, la autonomía e interdependencia y la esperanza, que son los ocho pilares del desempoderamiento. En cuanto que haya personas que se sitúen por encima de otras, no se puede transformar desde la raíz, estaríamos solo dando vueltas sobre lo mismo aunque parezca que estamos cambiando las cosas.

-La propiedad, de la mano del capitalismo o con el mismo, lo impregna todo es por eso que no valoramos demandar o ya no demandar sino ir a por todas con lo que muchos llaman “tener derechos” y yo, por ejemplo lo veo como un sí o un SÍ…hay cosas que son intocables y la educación es un pilar básico, la piedra angular sobre la que debe crecer una sociedad igualitaria y si eso ya crece desigual, con grietas…ya no te digo nada…

-Para nosotras, una sociedad que se basa en la reivindicación de los derechos es una sociedad dependiente del Estado y su aliado, el Mercado. Los derechos no son otra cosa que un entretenimiento en el que nos han metido los burgueses de la Revolución Francesa. Cuando se consiguen, ellos se los saltan; cuando no se consiguen, nos frustramos o seguimos en luchas agotadoras. Todo esto impide el que podamos construir alternativas reales, vividas, que no dependan de ninguna entidad, ni de sistemas judiciales, ni de leyes y abogados…

-Amigos, ¿cómo es trabajar en esta colección que cuestiona a la propiedad sobre nuestras dignidades con Volapük y con vuestra interacción?

-La verdad es que solo íbamos a publicar el primer libro, el “SIN PODER”, pero cuando estábamos en el proceso de terminarlo nos salieron tres más, que vemos inseparables para una perspectiva global de lo que estamos haciendo, aunque se están utilizando también de forma separada. Entendemos que la educación es un elemento clave a cuestionar, junto con las formas de comprender y trabajar la salud, la diversidad de formas de organizarnos desde la autonomía e interdependencia, y, en general, las formas de poder presentes en las relaciones humanas.

Con Volapük la relación es una gozada porque nos deja hacer, confía en nuestro criterio y podemos aprender juntos.

Fuente de la Entrevista:

http://www.cazarabet.com/conversacon/fichas/fichas1/educacionsinpropiedad.htm

ove/mahv

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