Un nuevo estudio que demuestra que las elevadas tasas de mortalidad infantil contribuyen al incesante aumento de la población humana mundial apoya los argumentos a favor de un mayor acceso a la anticoncepción y la planificación familiar en los países de renta baja y media.
La investigación, publicada en la revista ‘PLOS ONE’ y dirigida por el profesor Corey Bradshaw, catedrático de Ecología Global de la Universidad Flinders, y Peter Le Souëf, catedrático de Pediatría de la Universidad de Australia Occidental, ha descubierto que, con tasas de mortalidad infantil más elevadas y un mayor tamaño de los hogares (como indicador de la densidad de población), las tasas de fertilidad son más altas.
En el primer estudio de este tipo, el profesor Bradshaw afirma que proporciona un argumento convincente de que los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para reducir la mortalidad infantil pueden acelerarse aumentando el acceso a la planificación familiar.
«Aunque suene contraintuitivo, las tasas más altas de mortalidad infantil están vinculadas a un mayor crecimiento de la población, porque cuantos más bebés pierde una mujer, más hijos es probable que tenga. La planificación familiar, incluido el acceso a anticonceptivos de calidad, permite a las mujeres planificar mejor los embarazos y, por tanto, reducir la mortalidad infantil para frenar el llamado efecto ‘reemplazo’ o ‘seguro'», afirma el profesor Bradshaw.
«Evaluamos seis condiciones que se cree que influyen en la fertilidad de una mujer –añade–: disponibilidad de planificación familiar, calidad de la planificación familiar, educación, religión, mortalidad y condiciones socioeconómicas, en 64 países de ingresos bajos a medios».
La investigación comprobó específicamente si el aumento de la disponibilidad de servicios de planificación familiar se asocia a la reducción de la fecundidad; si el aumento de la calidad de los servicios de planificación familiar está asociado a la reducción de la fecundidad; si el aumento de los años de educación femenina se asocia a la reducción de la fecundidad, y si el aumento de la fecundidad se observa en países con una mayor prevalencia de fieles del catolicismo o el islam, dos religiones principales que dictan expresamente elementos de la fecundidad y/o la estructura familiar.
Además, investigó si un mayor tamaño medio del hogar está positivamente correlacionado con la fecundidad, así como con unas condiciones socioeconómicas más bajas; ysi una mayor mortalidad (tanto infantil como materna) se asocia a una mayor fecundidad.
La coautora del estudio, la doctora Melinda Judge, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Australia Occidental, afirma que «mantener vivos a los bebés reduce la fertilidad media y ayuda a frenar el crecimiento demográfico. Esencialmente, una mayor mortalidad infantil y un mayor tamaño de los hogares aumentaron la fecundidad, mientras que un mayor acceso a cualquier forma de anticoncepción la redujo», añade.
«Curiosamente, la educación femenina, las visitas a domicilio de los trabajadores sanitarios, la calidad de los servicios de planificación familiar y la adhesión religiosa tuvieron una contribución débil, si es que tuvieron alguna, a escala de países enteros», precisa.
El profesor Bradshaw afirma que los Objetivos de Desarrollo Sostenible 3 (buena salud y bienestar) y 5 (igualdad de género) de las Naciones Unidas hacen hincapié en el derecho básico a ejercer el control sobre la salud sexual y reproductiva mediante el acceso universal a la planificación familiar.
El mundo no va por buen camino para cumplir el Objetivo 3 de reducir la mortalidad materna mundial a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos y poner fin a las muertes evitables de recién nacidos y niños menores de 5 años para 2030, advierten.
«Nuestros resultados muestran que el mejor camino para alcanzar estos objetivos es proporcionar servicios de planificación familiar de alta calidad y de fácil acceso -explica Bradshaw–. Estas acciones no sólo reducirán las tasas de fertilidad, sino también el número de embarazos no deseados, muertes infantiles y maternas».
E insiste en que «estos resultados respaldan la idea de que, para fomentar un descenso continuado de la fecundidad mundial, es necesario aumentar tanto las tasas de supervivencia infantil como el acceso a los métodos anticonceptivos».
Por su parte, la coautora Chitra Saraswati, también de la Facultad de Medicina de la Universidad de Australia Occidental, afirma que «las recomendaciones de medidas para reducir la mortalidad infantil hacen hincapié en mejorar la calidad de la atención prenatal, aumentar el número de personal sanitario formado en los partos y mejorar la atención posnatal tanto para los bebés como para las madres. Dada la evidencia de que los hogares numerosos pueden empeorar la salud infantil, la mejora de las condiciones de vida para paliar la alta densidad de población también podría redundar indirectamente en una menor fertilidad», apunta.
Por ello, indica que «permitir que los padres elijan la planificación familiar proporcionando métodos anticonceptivos modernos y fácilmente disponibles puede mejorar la supervivencia infantil y reducir la mortalidad materna. Esto se debe a que los padres pueden planificar y espaciar sus nacimientos, y poder decidir tener menos hijos también tiene el potencial de facilitar una mejor inversión en la salud y el bienestar general de las familias». Y destaca la importancia de facilitar el acceso a la anticoncepción como contribución directa a la disminución de la mortalidad infantil.
«Si no actuamos ahora para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, la fecundidad aumentará, morirán más niños y más mujeres sucumbirán a muertes relacionadas con el parto», concluye Bradshaw.
Aunque crecen los incentivos para animar a los padres a aumentar la familia, el alto coste de vida y el cambio de mentalidad en los más jóvenes hace que la tasa de nacimientos continúe cayendo en picado en China
nnie entra en la consulta de su ginecólogo después de varios meses intentando quedarse embarazada. Le atiende un doctor de unos cincuenta años que le pregunta por su edad y por algunos detalles de su vida. «Veo que tienes 31 años. ¿Cómo has tardado tanto tiempo hasta decidir tener hijos? A partir de los 30 años, para una mujer, las cosas comienzan a complicarse, la gente de tu generación ya no piensa en esas cosas», le dice el médico. La joven se marcha algo aturdida.
Como Annie, muchas mujeres en China, especialmente en zonas urbanas, deciden darle más importancia a su vida profesional que a la amorosa al terminar los estudios. Si hace unos pocos años existía una verdadera presión por casarse antes de los 27, especialmente para la mujer que podía caer en la categoría de mujer sobrante o ‘shengnu’ como si fuese un plato de sobras de Navidad, ahora, especialmente en grandes ciudades, rechazan ese estereotipo y prefieren concentrarse en otras cosas. Con cerca de 1.500 millones de habitantes y un mercado laboral con una competencia feroz, mujeres como Annie saben que la profesional es una carrera contrarreloj y su éxito laboral, una prioridad. Originaria de Anhui, una de las provincias más pobres de China, pero que en los últimos años ha experimentado una gran transformación gracias al turismo, la joven tuvo la oportunidad de estudiar en Shanghái y cambiar así su destino. Después de graduarse y acumular una extensa experiencia en el mundo de la publicidad, ahora tiene junto a su socia su propia empresa.
Retrasar la maternidad no es el único factor que ha impactado en la tasa de natalidad en los últimos años. En China existe toda una serie de aspectos históricos, sociológicos y económicos que han contribuido a la caída en picado de los nacimientos en el país.Según el último informe publicado por el Centro Nacional de Estadística, la tasa ha batido récords a la baja en 2021 con 7.52 nacimientos por cada 1000 habitantes. La de China no es una situación aislada, esta tendencia ya hace años que amenaza el futuro de las pensiones en otros países asiáticos como Japón o Corea del Sur sin que se haya conseguido revertir la curva negativa hasta el momento. En el gigante asiático todavía supone un mayor reto cambiar esa tendencia, ya que con semejante volumen de población es muy difícil implementar medidas sociales lo suficientemente atractivas como para motivar a los padres a tener más hijos.
Demasiada presión, un hijo es más que suficiente
Aunque desde 2015 en China se puede tener más de un hijo, hoy las parejas pueden tener ya hasta tres, los más de 30 años de política del hijo único han hecho mella en la mentalidad de los ciudadanos chinos. Tener un solo hijo ha pasado de ser una política pública a convertirse más bien en una costumbre o práctica interiorizada por la mayoría de la población. Muchos padres ven más cómodo no sobrecargarse de responsabilidades y cuando se preguntan si deberían tener más de un hijo la mayoría de los entrevistados responden: «¡Ni hablar!».
«Para vivir en Shanghái tenemos que trabajar muchísimo mi marido y yo. Un segundo bebé me quitaría demasiado tiempo y supondría un gasto excesivo. Eso es algo que no puedo ni quiero asumir. No solo tenemos que tener en cuenta el precio del alquiler o si queremos ahorrar para comprar una casa, a esto hay que sumarle el coste de la educación, sobre todo, cuando vaya a la universidad», sentencia la esteticista de treinta y pico años, queriendo decir que no hay solución.
Haber comprado bitcoins o un piso en Shanghái hace unos cuantos años son de esas cosas que a uno hoy en día le podría haber cambiado la vida. El crecimiento del precio de la vivienda ha sido espectacular en la ciudad financiera, con cifras que rondan hoy los 15.000 euros el metro cuadrado en las zonas del centro. La carga financiera que supone la compra de un piso en alguna de las grandes ciudades es algo que pesa sobre los padres y que las autoridades están intentando mejorar activamente con medidas que incluyen el aumento de impuestos a la propiedad y la regulación del precio de la vivienda.
La educación también ha estado en el punto de mira este último año. Las autoridades, preocupadas por el aumento de los costes educativos que contribuyen a la disparidad de riqueza y que desalientan a las familias a tener más hijos, han prohibido las clases extraescolares con ánimo de lucro. Aun así, en un sistema tan competitivo como el chino, muchos padres siguen pensando que invertir todos sus recursos en un único hijo es una apuesta para asegurarles un futuro exitoso. «Si tengo más de un hijo no tendrá las ventajas de otros chicos o chicas de su edad cuyos recursos de dos generaciones irán todos destinados a él», explica un joven de Shanghái que trabaja como informático en una gran empresa. No es solo una cuestión de dinero sino también de tiempo. «Mi hijo tiene tantos deberes que después de trabajar me toca ayudarlo por lo menos dos o tres horas. A veces hago los deberes por él para acabar antes. No me puedo imaginar tener un segundo», dice un profesional del audiovisual.
Bajas de maternidad e incentivos
Sophie cierra la jornada a las puertas del año nuevo chino; por delante le esperan cerca de seis meses de baja por maternidad percibiendo el salario completo. Como en Shanghái, en muchas otras ciudades los gobiernos provinciales han comenzado a extender las bajas de maternidad para incentivar los nacimientos. Aunque la medida se percibe como positiva y es un avance con respecto a muchos otros países, el hecho de que solo puedan beneficiarse las madres hace temer que también se produzcan algunos desajustes. «Ahora mismo es el gobierno el que cubre la mayoría de los costes por maternidad, no las empresas. Aun así, es posible que algunas compañías se decanten por contratar a más hombres por comodidad. Así no tienen que lidiar con buscar un sustituto o ver que quizá el trabajo se vea interrumpido por algunos meses. Aun así, creo que la iniciativa es muy positiva«, explica Sophie, una administrativa embarazada de 28 años.
La extensión de las bajas de maternidad no es la única medida. A esta se le suman otros incentivos económicos impulsados en todo el país como ayudas a la vivienda o dinero en efectivo al dar a luz. Algunos expertos como el jefe financiero de Soochow Securities, Ren Zapping, han dado un paso más proponiendo incluso imprimir dos trillones de yuanes (314 billones de dólares) anualmente durante una década con el fin de cubrir los costes asociados a los 50 millones de posibles recién nacidos durante ese tiempo. Aunque es muy poco probable que una medida semejante se lleve a término, ya se empiezan a escuchar otras propuestas. En un pueblo de la provincia de Guangdong, Huangzhugen, se anunció el pago de 450 euros al mes desde el nacimiento del bebé hasta los dos años y medio. Si bien esta medida que fue publicada por el diario nacional ‘Global Times’ puede ser bastante atractiva en zonas rurales, donde de por sí las tasas de natalidad no son tan bajas, en las grandes ciudades, debido al alto coste de la vivienda y la educación, no parecen ser un factor decisivo para convencer a los padres de aumentar la familia.
Cambio de mentalidad, los ‘dingke’
Entre las razones para no tener más de un hijo o no tener ninguno no solo están los factores económicos, detrás también hay un cambio de mentalidad. Las generaciones de millennials y zeta tienen interiorizados valores muy distintos a los de sus padres. Tener hijos para honrar a los ancestros forma parte de la tradición del confucionismo, vigente durante siglos, y que desde hace unos años la generación de millennials y, sobre todo zeta, ha comenzado a cuestionarse. Algo que hace que muchos padres chinos al ver amenazada la línea de descendencia no duden en tomar cartas en el asunto. «Mis padres llegaban a llamarnos por la noche para saber si nos habíamos puesto a la tarea de hacer un bebé. Puede sonar exagerado, pero no es una broma. No darles un nieto a los abuelos puede ser un motivo de fuertes discusiones familiares«, cuenta este diseñador de videojuegos que ahora tiene un hijo de tres años.
En los últimos años, hay un nuevo término que ha llegado a popularizarse en Weibo, la red social china similar a los blogs occidentales, son los ‘dingke’. Una palabra que deriva del inglés DINK para referirse a parejas con dos sueldos y sin hijos (‘Double Income No Kids’). Este nuevo fenómeno se ha hecho viral y ha dado pie a animados debates en Internet. En general, los ‘dingke’ son jóvenes de grandes urbes bien acomodados que prefieren vivir la vida sin las ataduras de un bebé, centrarse en su éxito profesional y vida personal. «La relación con mis padres se ha enfriado desde que se han dado cuenta de que voy en serio cuando digo que no quiero tener hijos. Con mi mujer tengo una vida que me satisface: podemos viajar, tenemos la libertad para emprender aventuras profesionales sin la preocupación de mantener a nadie más que nosotros», afirma sonriente el diseñador gráfico y multimedia.
En 2003 una empresa publicó una estadística sugiriendo que podría haber más de 600.000 familias DINK en China. Aunque se desconoce el número actual de parejas en esta situación en el gigante asiático, la Comisión de Planificación Familiar en China ha advertido de que el número se habría incrementado rápidamente en los últimos años. «No somos los únicos DINK. En mi grupo de amigos cada vez somos más y la gente ya no se sorprende», dice Zhou mientras saca su teléfono en una céntrica cafetería de la calle de HuaiHai. «Estos son mis dos perros. Mi mujer y mis mascotas son mi familia y no veo la necesidad de extenderla. Quizá porque hay mucha gente como yo, por eso se ha disparado el crecimiento de la industria de mascotas en estos últimos años», concluye Zhou. Aunque los motivos son dispares parece que China tendrá difícil darle un vuelco a la tasa de natalidad en un futuro cercano.
Un importante estudio demográfico publicado este jueves en la revista ‘PLOS ONE’ ha revelado que un mayor desarrollo económico en África en los próximos años podría hacer que su población crezca a un ritmo aún más rápido que las proyecciones actuales y que la anticoncepción y el acceso a la planificación familiar no frenará ese crecimiento.
Según estimaciones de la ONU, la población del África subsahariana se duplicará para 2050, lo que podría sumar mil millones de personas adicionales a la población mundial. Sin embargo, los nuevos hallazgos argumentan que la cifra eventual podría ser aún mayor, desafiando los conceptos erróneos comunes sobre las razones del cambio de la población en África.
La investigación, de la demógrafa de la Universidad de Bath, en Reino Unido, la doctora Melanie Channon, sugiere que un enfoque en la anticoncepción y el acceso a la planificación familiar como un medio para frenar el crecimiento de la población, si bien es importante, no aborda los factores culturales importantes que afectan las decisiones de las mujeres en toda África.
Aunque muchos creen que el aumento de los niveles de prosperidad económica y los niveles más altos de educación deben equipararse con las mujeres que desean automáticamente menos hijos, los resultados de África están desafiando este supuesto. En todo el África subsahariana y, a pesar del aumento de la prosperidad y el aumento de la educación, muchas mujeres todavía quieren familias numerosas.
Los investigadores sugieren que las razones para esto son complejas, sin embargo, apuntan a factores como los niños que proporcionan estatus y seguridad social como posibles razones por las cuales las mujeres aún pueden desear familias más grandes.
La investigación analizó el desajuste entre la cantidad de hijos que quieren las mujeres y la cantidad de hijos que realmente tienen. El equipo utilizó datos de encuestas de 58 países de ingresos bajos y medios de África, América Latina y Asia.
El acceso a la anticoncepción no es una «bala de plata» para detener el crecimiento de la población en África
Según estos, en el África subsahariana en su conjunto, las mujeres tienen poco más de 5 hijos (pero quieren 5,9). Para la misma región, en promedio, las mujeres con educación superior tienen 2,7 hijos (quieren 3,7).
Además, no hay países en África donde las mujeres quieran menos de 2,5 hijos y en la mayoría quieren más de 4 hijos. Estos hallazgos contrastan con los resultados observados en Asia y América del Sur, donde la fertilidad y el crecimiento de la población son mucho más bajos, donde el acceso a la anticoncepción es generalmente mejor y donde es mucho más común que las mujeres tengan más hijos de los que quieren.
En promedio, las mujeres en África sin educación quieren 2,4 hijos más que en otras partes del mundo; Las mujeres en África con educación superior quieren 1 niño más que las mujeres en una posición equivalente en otros países de ingresos bajos y medios.
Al describir esta situación como ‘desconcertante’ y un ejemplo de ‘excepcionalismo africano’, el equipo detrás del estudio sugiere que los altos niveles de mujeres que desean tener más hijos podrían explicar la inusual transición de fertilidad en el continente, que comenzó más tarde y continúa más lentamente que en otras regiones. Destacan cómo la disminución de la fertilidad no solo ha sido modesta en África, sino que la disminución de la fertilidad se ha estancado en varios países, algo raramente visto en otros contextos.
La doctora Melanie Channon, del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la Universidad de Bath, explica que, «si bien es cierto que las mujeres en muchos países africanos están empezando a tener menos hijos, es común que esto suceda a pesar de sus preferencias y no de ellos».
«Puede haber muchas razones por las que existe una discrepancia entre el número deseado de hijos y el número real de hijos que tienen las mujeres, pero sobre la base de estos resultados, no debemos ignorar la posibilidad de que las mujeres en África puedan realmente elegir tener más hijos si sus circunstancias mejorar», apunta.
Según el documento, un pequeño grupo de países africanos (República Centroafricana, Chad y Níger) se destacan en que, incluso cuando tienen educación superior, muchas mujeres aún quieren 5 hijos o más. Esto se describe en el estudio como «un número extraordinariamente alto para un nivel tan alto de educación» y sugiere que lo que está sucediendo en África en términos de crecimiento de la población es único en el resto del mundo.
El acceso a la anticoncepción no es una «bala de plata» para detener el crecimiento de la población en África
La doctora Channon destaca que «hay una fuerte tendencia, en particular en Occidente, a suponer que las mujeres africanas tendrían menos hijos si tuvieran un mejor acceso a la anticoncepción y una educación de alta calidad y que el aumento de la población se deba a una planificación familiar insuficiente. Pero este concepto erróneo presupone que las mujeres quieren tener menos hijos, lo que según nuestra investigación a menudo no es el caso. El mayor acceso a la anticoncepción y la educación son importantes, pero puede que no den lugar a una disminución de la fertilidad tan importante como hemos visto en otras partes del mundo».
«Dados los desafíos que presenta el crecimiento de la población en África, debemos escuchar por qué las mujeres quieren tantos hijos. Debemos reconocer que el acceso a la anticoncepción no es la ‘bala de plata’ para enfrentar el crecimiento de la población que muchos creen», concluye.
El embarazo y parto son acontecimientos que la mayoría de las personas piensan natural, seguro y muy feliz. Pero es evidente que dependiendo del punto del mundo en el que hayas nacido, se convierte en un proceso vital con muchos riesgos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que 830 mujeres y niñas mueren de complicaciones durante el embarazo y parto cada díay es la segunda causa principal de muerte entre las niñas de 15 a 19 años en todo el mundo.
1.2 millones de niñas y adolescentes mueren cada año. Y aunque en los lugares más pobres del mundo, el ratio de muertes aumenta, no es menos cierto que en países tan supuestamente desarrollados como Estados Unidos, el índice de mortalidad maternal se eleva de manera alarmante en comparación a otros países, de 700 a 900 mujeres mueren al año de complicaciones de embarazoo parto. Tres veces más que en cualquier otro país “desarrollado”. De hecho Estados Unidos ostenta las tasas más altas de mortalidad maternal de países ricos. Y es uno de los pocos donde las muertes maternas han aumentado en lugar de disminuir, y las mujeres negras tienen tres veces más probabilidades de morir a causa de complicaciones del embarazo o parto que las mujeres blancas. Y lo más desgarrador es que la mayoría de las muertes maternas se pueden prevenir. Entre otros motivos, a consecuencia de los recortes (nueva ley) del gobierno Trump que ha dejado sin cobertura a al menos 2,5 millones de pacientes en algunas de las comunidades más marginadas. Además de recortes al Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), una agencia de las Naciones Unidas que combate las muertes maternas en entornos asolados por la pobreza y los conflictos, por ejemplo, Siria, Irak y Sudán del Sur, etc.
Resulta verdaderamente alarmante que mientras distintos gobiernos de los EEUU prohiben el aborto e incluso penalizan a las mujeres con cárcel o con tener que pagar un seguro extra para la práctica del aborto en caso de violación, permitan el negocio de la “gestación subrogada” y los matrimonios infantiles. (En 26 Estados de EEUU las niñas no tienen edad mínima para casarse, Texas es uno de los estados que no tiene límite de edad a la baja para casarlas). Niñas de hasta 12 años se les concede licencia de matrimonio en Texas, Illinois, Alaska, Louisiana, South Carolina y Tennessee. Tres niñas de 10 años en Tennessee fueron las más jóvenes de 207.468 menores que se casaron en EEUU entre 2000 y 2015. Casi el 90% de los niños que se casaron y lo hicieron con adultos (desde los 18 a los 60a) fueron niñas. (Para más datos pueden leer la investigación de Frontline). Todo ello mientras que la floreciente industria de los vientres de alquiler va copando más y más estados y que muchas mujeres pierden sus beneficios de planificación familiar y ven imitadas su cobertura de anticonceptivos y otras atenciones.
“Las mujeres que no pueden decidir sobre su embarazo son esclavas, porque el Estado reclama la propiedad de sus cuerpos y el derecho a decidir sobre el uso que deben hacerse de ellos” Margaret Atwood
No podemos olvidar que el aborto inseguro es otro de los factores que contribuyen a las muertes maternas por culpa de leyes restrictivas. La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 22.000 mujeres mueren cada año por complicaciones relacionadas con el aborto. Muchas de estas mujeres ya son madres, dejando a sus hijos huérfanos. Que 214 millones de mujeres y niñas no tengan acceso a anticonceptivos y salud sexual, evitaría 53 millones de embarazos no deseados al año.
Además hemos de hablar de otro aspecto muy preocupante. Es incomprensible que cada vez sean más las mujeres sometidas a intervenciones y cesáreas innecesarias, poniendo en riesgo la salud de bebés y madres mientras la OMS exige que no se use la misma a menos que existan riesgos reales, mientras que en otros países ni siquiera tienen acceso a ella en caso de poner en peligro la vida de la madre o de sus hijos, por falta de medios.
Hoy por hoy las mujeres vulnerables y las madres pobres que viven en áreas rurales y en barrios marginales en todo el África subsahariana todavía no pueden someterse a una cirugía que les salve la vida. Según la Organización Mundial de la Salud, no tienen acceso al parto por cesárea. El 99% de las muertes maternas ocurren en países con ingresos bajos y medios. De hecho, una mujer en el África subsahariana tiene 175 veces más probabilidades de morir durante el parto que una mujer en un país desarrollado que invierte en políticas de salud. No hablemos ya de países en conflicto, el gobierno de Sudán en 2006 puso la tasa de mortalidad materna de Kordofan del Suren 503 por cada 100.000 nacidos vivos.
En la reunión de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en septiembre de 2018, en Nueva York, los objetivos de “Desarrollo Sostenible” relacionados con la salud materna y neonatal ocuparon un lugar destacado en la agenda: garantizar que todas las mujeres en todo el mundo tengan acceso a cesáreas si son necesarias. Y como objetivo global, reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100.000 nacidos vivos. Una tasa elevadísima teniendo en cuenta la media de países desarrollados.
La situación en América Latina no es mucho mejor, el embarazo infantil en México es el resultado de una violencia estructural, la mayoría con un denominador común, los matrimonios infantiles, la violencia machista, las costumbres, la penalización del aborto, la falta de atención sanitaria y ahora los vientres de alquiler. El 70% de los embarazosen niñas, los padres son adultos. Patrones de violencia bien definibles que provocan no solo el aumento de las muertes maternas y neonatales, sino también de consecuencias graves en el estado de salud y nutrición del recién nacido así como en la salud futura de la madre. La violencia en el embarazo de mujeres indígenas.
Tenemos que hacer hincapié en que el embarazo es la primera causa de muerte en adolescentes en países de América latina por complicaciones en la gestación y parto y que matan al año a 70.000 mujeres y niñas. Expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) abogan por la práctica de abortos seguros para todas las mujeres y niñas que los necesiten, no solo para las que tienen recursos. No podemos olvidar el reciente debate en Argentina que puso en pie a las feministas del país. Las cifras hablan por si solas. En 2016 murieron 245 mujeres embarazadas, 43 muertes por “embarazo terminado en aborto” (la DEIS no distingue entre provocados y espontáneos o naturales) Desde la democracia han muerto 3030 mujeres por abortos inseguros. En Argentina se realizan entre 370.000 y 520.000 abortos legales y no legales por año.
En La India muere una mujer cada 5 mn por embarazo “La maternidad subrogada necesita ser vista en el contexto del genocidio femenino” Rita Banerji
También podemos referirnos a países que además de falta de atención sufren el proceso de eliminación de mujeres y niñas por su sexo. (feminicidio en La India). En La India muere una mujer cada 5 minutos por embarazo. 173 mujeres cada 100.000 partos. (Recordemos el objetivo global de reducir la tasa de mortalidad materna a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos).
La India es un claro ejemplo, y no ha hecho más que crecer, del feminicidio de 50 millones de mujeres “desaparecidas” en 2002 a 68 millones en 2017, lo que supone un 20% de población femenina. Además representa un tercio de las novias infantiles del mundo. Esto unido a la explotación reproductiva, los vientres de alquiler,hacen de este país un lugar de los más peligrosos para las niñas y las mujeres. Las clínicas de fertilidad son una mina. Y La India se ha convertido y sigue siendo un destino de bajo coste para la compra-venta de bebés. Por otro lado, el tráfico de miles de mujeres, a menudo adolescentes, como “novias” a lugares de La India donde la proporción de sexos de las niñas ha descendido tanto que los hombres no pueden encontrar mujeres para casarse, es de hecho una puerta a la práctica de “maternidad subrogada”. Esencialmente el tráfico de niñas a menudo adolescentes para sexo y procreación. Niñas y mujeres que son compradas a sus padres o secuestradas, y luego vendidas a una familia donde el esposo, sus hermanos e incluso el padre ‘comparten’ a la mujer. Si las mujeres se resisten, son golpeadas y a veces asesinadas. Una vez que tiene hijos, es vendida a otra familia de hombres para su “uso” sexual y reproductivo. Y lo curioso es que este sistema de violación colectiva y violencia sexual y reproductiva contra las mujeres es perfectamente legal, según nos decía Rita Banerji. La policía no arresta a nadie porque están “casados”. (Del artículo “Vientres de alquiler, la nuevademanda social” dónde se entrevista a Rita Banerji, fundadora de 50 Million Missing.)
Vientres de alquiler: “La realidad de un negocio misógino y explotador, que mueve alrededor de 400 millones de dólares anuales a través de más de 3000 clínicas y despoja de todo derecho a las mujeres y tiene una conexión directa con el feminicidio.” Rita Banerji
Referente a la salud sexual en dicho país, de las 26,8 millones de personas que viven con una discapacidad en La India, 11.8 millones son mujeres y niñas y tienen cuatro veces más probabilidades que otras mujeres de sufrir violencia sexual. En India, la práctica de histerectomías enérgicas para mujeres y niñas con discapacidad se hizo pública por primera vez en 1994, en zonas como Pune, es el mismo estado el que toma de decisión de someter a mujeres entre 18 y 40 años de edad a la práctica de estas cirugías irreversibles, con el consentimiento de los tutores.
No podemos olvidar tampoco las más de 300.000 mujeres que fueron esterilizadas (vídeo) por el programa de control de la natalidad forzado en Perú, en la década de los 90, durante el mandato del presidente Alberto Fujimori.
Parece que la radicalidad de las medidas de la nueva tanda de políticos de derechas siempre acaba afectando los derechos de los más vulnerables. Y en este tema, a las mujeres. Solo hay que hacer mención al discurso de Casado o Rivera, las políticas restrictivas de Andrzej Duda, Columbia, Italia, Estados Unidos o al ideario político del ultraderechista Bolsonaro, y su programa de planificación familiar. Por no mencionar el reciente y polémico fallo de una jueza argentina, país donde ni siquiera la mujer puede recurrir al aborto en libertad. ¿Cómo reconocer y proteger los derechos de las madres, si ni siquiera se les otorga el status de madre al parir? El fallo declara inconstitucional el artículo del Código Civil que estable que es madre quien pare. Un derecho por el que las feministas llevan luchando siglos, el derecho de filiación.
Para 2030 la agenda exige que los países deben reducir su tasa de mortalidad maternal a dos tercios de la de 2020. Reducir la tasa a menos de 70 por 100,000 nacidos vivos. Y que ningún país tenga ratios de mortalidad por encima de 140 muertes por cada 100.000 nacimientos. Las razones de que los embarazos se conviertan en un proceso vital con muchos riesgos tiene distintos orígenes, la mayoría relacionados con la pobreza, la falta de recursos, los recortes en programas de salud de las mujeres, leyes misóginas, la imposibilidad de acceder a aborto, o hacerlo a través del aborto inseguro, el matrimonio infantil y leyes que permiten que se exploten a niñas y mujeres a través de prácticas como la maternidad “subrogada”. Recordemos la tasa de mortalidad materna cada 100.000 partos de algunos países, teniendo en cuenta que Estados Unidos, Ucrania, India, Rusia, Georgia, Camboya, Nepal o Kenia con tasas tan altas de mortalidad, permiten el negocio de los vientres de alquiler:
El Director General de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus ha priorizado la cobertura universal de salud especialmente para mujeres, pobres y vulnerables. Dada la antigua posición de Tedros como Ministro de Asuntos Exteriores y de Salud de Etiopía, no es sorprendente que su país se haya convertido en un líder en la lucha por la salud reproductiva, materna y neonatal. El gobierno etíope por ejemplo, ha desarrollado un plan nacional pionero para cirugía segura que se está implementando en todo el país. Más de tres millones de nacimientos al año tienen lugar en Etiopía, la mayoría en áreas rurales. El proyecto de El Ministerio de Salud de Etiopía está incluso preparando a personal no especializado, ante la falta de cirujanos especializados para atender ciertos procedimientos de emergencia como partos por cesárea, aliviando la carga de la cantidad limitada de cirujanos que trabajan principalmente en ciudades, salvando muchas vidas.
Organizaciones No Gubernamentales para el desarrollo (ONGD) como Alegría Sin Fronteras, que trabajan en el terreno en hospitales son un claro ejemplo de la gran labor que llevan a cabo por la salud de las mujeres y sus hijos. En Alegría Sin Fronteras tienen como objetivo último el empoderamiento de las poblaciones con las que trabajan, desarrollando distintos proyectos.
Las causas de la falta de atención médica durante el parto y el embarazo y sus consecuencias van íntimamente ligadas a la elevada mortalidad materna y perinatal. Cómo nos explica Iñaki Alegría, Director del Hospital de Gambo, existe el factor retraso en la decisión de acudir al centro debido a la pobreza, al desconocimiento o a la falta de ayuda para hacerse cargo de sus otros hijos. Retraso en alcanzar el centro sanitario, por ausencia de centro, por ausencia de carreteras, transporte… y retraso en ser atendido, por falta de equipamiento, recursos, etc… No olvidemos que en las zonas rurales de Etiopía los partos tienen lugar habitualmente en viviendas insalubres, sin agua corriente ni saneamiento, asistidos por la propia familia o por matronas tradicionales, por lo que la morbilidad y mortalidad materna y neonatal de dichas zonas son elevadas.
Gambo es una de dichas zonas rurales. Y la labor de esta ONGD, Alegría Sin Fronteras, es innegablemente importante y decisiva y se centra en distintos proyectos. El Hospital de Gambo ya cuenta con un departamento de maternidad y con consultas externas dedicadas al seguimiento del embarazo. Además, existe la posibilidad de que mujeres con embarazos de riesgo que viven en zonas alejadas se alojen cerca del hospital hasta dar a luz. El Proyecto Jan-Tan: ofrece seguimiento escolar, sanitario y nutricional a las niñas y los niños en situación de riesgo que habitan en la provincia de Dioulacolon, Senegal. El Proyecto Tanante: en Senegal, ofrece atención médica a la población de Madina Souane y forma a profesionales para poder ofrecer atención durante todo el año. El Proyecto CMAM: da respuesta a la crisis alimentaría de Etiopía, de las 8 zonas rurales situadas entorno la población de Meki, producida por la sequía en la que vive el país actualmente. Y mejora las condiciones de vida de los poblados mediante el empoderamiento de profesionales de la medicina locales. El Proyecto Grants4Ethiopia:provee educación, nutrición y sanidad. Facilita el acceso a la educacion a niños y niñas que viven en situaciones de extrema pobreza o en entornos familiares difíciles en Etiopía. El Proyecto Alegría Con Gambo: En Etiopía, que mejora el estado de salud de los niños y niñas menores de 5 años de la región rural de Gambo y sus alrededores a través del refuerzo y formación de la red de asistencia sanitaria primaria liderada por mujeres. Y el Proyecto Materno-Infantil: En Gambo, Etiopía. Cuyo objetivo es disminuir la morbilidad materna y perinatal y mejorar la salud materno-infantil en la región rural de Gambo.
En su felicitación al Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus como Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS),Women Deliver, afirma que su nombramiento llega en un momento en que el mundo necesita un defensor feroz y proactivo para la igualdad de género y la salud, los derechos y el bienestar de las niñas y las mujeres más que nunca. Tedros Adhanom incide en algo muy importante, y es que se debe incluir a las mujeres como socios clave y responsables de la toma de decisiones, que las mujeres tienen que ser tomadas en cuenta a la hora de legislar en salud y progreso.
“Necesitamos convertirnos en una sociedad que rechace la opresión de las mujeres”, dijo Sahlework Zewde, nueva Presidenta de Etiopía ante Parlamento poco después de jurar el cargo.
“No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas”
A fines de septiembre, el gobierno de la República Unida de Tanzania anunció a las agencias internacionales que deberían «dejar de emitir y publicar inmediatamente cualquier contenido de planificación familiar en cualquier canal de medios» que ejecute cualquier contenido de planificación familiar en los medios. Luego, también se emitió una carta a FHI 360 para detener inmediatamente los anuncios que se estaban publicando con los fondos de USAID.
Este anuncio se produjo una semana después de que el presidente, John Magufuli, dijera que «los que van a la planificación familiar son perezosos … temen que no puedan alimentar a sus hijos».
La República Unida de Tanzania, un país en el este de África, tiene una población de alrededor de 53 millones de personas. El cuarenta y nueve por ciento vive con menos de $ 2 (£ 1.50) por día. En promedio, una mujer en Tanzania tiene más de cinco hijos, lo que se encuentra entre las tasas más altas del mundo. Las tasas de embarazo también son altas entre las adolescentes: una cuarta parte de las niñas de Tanzania de 15 a 19 años de edad están embarazadas o han dado a luz.
En este punto, hay pocas dudas sobre la posición política adoptada por el Presidente. Cuando anunció el lanzamiento de la educación primaria y secundaria gratuita en 2016, dijo : “Las mujeres ahora pueden deshacerse de sus anticonceptivos. La educación ahora es gratuita «.
En 2017, también anunció que mientras esté en el cargo «no se permitirá a las estudiantes embarazadas regresar a la escuela». Esto tiene un gran impacto en las oportunidades de educación de las niñas. Las estadísticas oficiales registran que entre 2003 y 2011, más de 55,000 niñas abandonaron debido a un embarazo.
Es importante recordar, como mostramos en nuestra última Revisión de Género sobre la responsabilidad por la igualdad de género en la educación, los países han asumido compromisos legales con la igualdad de género en la educación. En la Convención de 1979 sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), por ejemplo, el artículo 10 establece las obligaciones del estado y establece normas aceptables, incluido el acceso a información educativa sobre salud y planificación familiar. El cambio actual en Tanzania está en oposición directa a este artículo, al igual que el cambio en permitir que las niñas embarazadas asistan a la escuela se opone a muchos otros artículos relacionados con la eliminación de las prácticas discriminatorias de género.
Los anuncios de los medios de comunicación sobre planificación familiar son una forma de educación, por supuesto, crear conciencia sobre las opciones y enseñar a mejorar el acceso. Como detallamos en GMR 2013/4 y nuevamente en el Informe GEM 2016, la influencia de la educación en el empoderamiento de las mujeres es particularmente fuerte en países donde es probable que las niñas se casen o den a luz antes de tiempo y tengan una gran cantidad de hijos. Tal empoderamiento no solo beneficia las elecciones de las mujeres, sino que también mejora su salud y la de sus hijos. Todo lo contrario a la creencia del presidente Magafuli de que su país necesita más gente para evitar la escasez de mano de obra , lo que permite a las mujeres elegir las sociedades de beneficios de planificación familiar al promover la transición demográfica hacia una población estable con menor fertilidad y menor mortalidad.
Creemos que la autonomía y el empoderamiento de las mujeres forman el nudo de las normas, valores y actitudes de género. Por esta razón, desde 2015, hemos incluido la necesidad de incluir el ‘grado de toma de decisiones sobre planificación familiar’ como un indicador clave para medir el progreso hacia la igualdad de género en la educación. Cambios como estos en la UR Tanzania son un paso atrás hacia el aprendizaje permanente para todos y una marca negra en el camino hacia el logro de la igualdad de género en la educación.
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Una educación de calidad, el empoderamiento y el acceso a métodos anticonceptivos seguros y confiables son algunas de las medidas que pueden contribuir a prevenir el embarazo adolescente en Honduras, que afecta al 24 por ciento de la población de 15 a 19 años.
La representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) en Honduras, Cecilia Maurente, dijo que la planificación familiar es un “eje central para el desarrollo” y “un elemento fundamental” para salvar la vida de mujeres.
Señaló que el derecho a la planificación familiar voluntaria constituye “un elemento central del desarrollo sostenible” y su pleno acceso contribuiría a reducir los costes de la atención sanitaria y la mortalidad materna, si bien reconoce que Honduras ha avanzado en la temática.
“Los costos de una muerte materna son costos sociales que no los podemos medir en términos solamente económicos, ya que tienen un gran impacto”, explicó Maurente.
Subrayó que la planificación familiar es “una estrategia ya probada para salvar vidas de mujeres, sobre todo, vinculadas a la mortalidad materna”.
Las estrategias para prevenir el embarazo en la adolescencia deben permitir el “acceso a información científica con evidencia y educación” a los jóvenes, añadió.
Destacó la importancia de que los padres “estén educados” para que los jóvenes puedan “estar plenamente capacitados para poder acceder a las oportunidades, ya sea de educación superior, un empleo digno y también decidir o no formar una familia”.
Señaló que cuando las jóvenes son empoderadas, tienen acceso a educación y a un empleo pueden “ejercer una influencia muy positiva no solamente para ellas mismas como personas sino también para su propia familia, para sus comunidades y, por ende, para los países”.
El embarazo temprano es “la trampa de la pobreza” aseguró, y lamentó que muchas adolescentes “no tienen información adecuada, no cuentan con acceso a servicios de salud, particularmente salud sexual y reproductiva que sean de calidad”.
Maurente ve necesario que las jóvenes reciban la atención médica necesaria, ya que ese grupo tiene “mayor riesgo” de morir durante el embarazo o parto, al igual que sus hijos antes de cumplir el primer año.
Dijo que es necesario que los prestadores de servicios de salud estén “realmente capacitados para brindar orientación e información de manera adecuada y oportuna a los adolescentes y jóvenes” sobre los factores que pueden influir en un embarazo temprano y en la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
Señaló que es necesario, además, que los jóvenes sexualmente activos tengan acceso a “métodos anticonceptivos que sean seguros y confiables” para prevenir los embarazos tempranos.
La funcionaria del Unfpa indicó que el impacto del embarazo temprano “es mucho mayor” en las jóvenes pobres y con menos educación.
Agregó que Honduras, donde uno de cada cuatro partos es de una mujer menor de 19 años, es el segundo país de Centroamérica con más embarazos adolescentes, con 101 nacimientos por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años, solo superado por Nicaragua.
Maurente indicó que los adolescentes con menos grados de escolaridad y de grupos indígenas o afrodescendientes tienen “menos acceso a información adecuada” y a métodos anticonceptivos.
Enfatizó que Honduras debe invertir en “educación y salud” aprovechando que cuenta con un cambio demográfico de población mayoritariamente joven para que el país logre en el futuro “saltos cualitativos y cuantitativos”.
“Invertir en este momento en adolescentes y jóvenes resulta clave para cuando estos jóvenes se conviertan en adulto y en las nuevas generaciones”, explicó.
Honduras ha sido un país “pionero” en formular un Plan Multisectorial en América Latina para prevenir los embarazos tempranos, que además requieren un “abordaje multidimensional”.
La funcionaria del Unfpa instó al Gobierno, sociedad civil, comunidad internacional y padres de familia a promover el acceso a “la información y servicios de forma adecuada sobre la prevención del embarazo temprano”, porque tiene consecuencias “realmente muy negativas”.
Fuente del articulo: http://www.latribuna.hn/2018/07/14/educacion-empoderamiento-estrategia-embarazos-tempranos-honduras/
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