Pronunciamiento: Garantías educativas en tiempos de covid-19. Bolivia

América del Sur/Bolivia/06-05-2021/Autor(a) y Fuente: Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE)

CAMPAÑA BOLIVIANA POR EL DERECHO A LA EDUCACIÓN

La Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE) es una instancia que articula a instituciones nacionales e internacionales, académicas, redes, organizaciones sociales y activistas que buscan afirmar el derecho a la educación en Bolivia. La CBDE reconoce la educación como un derecho fundamental y habilitante para ejercer los demás derechos humanos.

Considerando:

  • La emergencia sanitaria que atraviesa el país por la pandemia COVID-19, la CBDE observa con gran preocupación la vulneración del Derecho a la Educación de los 2.9 millones de estudiantes del Sistema Educativo Plurinacional y la respuesta escasa y poco pertinente del Ministerio de Educación para hacer frente a este problema y garantizar el derecho a una educación inclusiva, equitativa y de calidad.
  • Hasta el momento, el Estado no tuvo la capacidad de dar respuestas eficaces y oportunas para el desarrollo de una educación inclusiva, equitativa y de calidad en los subsistemas de educación regular, alternativa y especial, y superior en contexto de emergencia sanitaria. Esta realidad sacó a relucir la debilidad del Sistema Educativo Plurinacional para establecer un modelo de educación inclusivo, equitativo, laico, gratuito y de calidad.
  • La realidad del magisterio nos muestra que están desactualizados en su gran mayoría y no tienen la posibilidad de encarar a cabalidad un proceso de formación permanente que responda a las necesidades de una educación virtual en contexto de pandemia.
  • Debido a la pandemia, las limitaciones de organización de los Consejos Educativos Social Comunitarios no han permitido la interacción entre madres, padres, tutores y cuidadores de familia con maestras y maestros, motivo por el que existe insuficiente comunicación y trabajo coordinado, afectando negativamente a los procesos educativos de los estudiantes.
  • El periodo de crisis sanitaria desnudó la falta de acceso a la educación libre y gratuita, así como el acceso a las nuevas tecnologías y desde el Estado no se pudo garantizar conectividad a Internet en gran parte del territorio nacional.
  • La brecha de pobreza está creciendo de manera alarmante: muchas familias de las áreas urbanas, periurbanas y rurales se encuentran en esta difícil situación. En este contexto, la educación virtual exige que madres y padres de familia tengan un presupuesto adicional para la compra de equipos y acceso a Internet, hecho que limita el acceso a la educación por la falta de recursos económicos.
  • Las poblaciones en situación de vulnerabilidad (personas con discapacidad, estudiantes de áreas rurales y de familias con escasos recursos, mujeres, niñas, niños y adolescentes, población LGBTI, primera infancia) son las más afectadas al no tener una respuesta inmediata, clara y adecuada a sus necesidades educativas.

A partir de este análisis, la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación, en reunión de Asamblea General efectuada los días 19 y 20 de abril de 2021, demanda:

  1. Desarrollar con efectividad un Plan Educativo Integral e Intersectorial de Respuesta a la emergencia originada por el COVID-19, con lineamientos y reglamentación clara y detallada, que afirme el Derecho a la Protección Social para garantizar las condiciones necesarias del cumplimiento del Derecho a la Educación. El mismo tendrá que ser consensuado con los diversos sectores de la sociedad civil y actores fundamentales del Sistema Educativo Plurinacional. El Plan debe garantizar una educación equitativa, inclusiva, laica y de calidad, con enfoque intercultural, intracultural y plurilingüe.
  2. El Ministerio de Educación debe garantizar, en coordinación con los otros Ministerios, instancias concurrentes, gobiernos departamentales y municipales, que inviertan de manera estratégica en conectividad, equipamiento y formación complementaria para docentes con el objetivo de garantizar el Derecho a la Educación de forma contextualizada y focalizada en todo el territorio nacional.
  3. El Ministerio de Educación, en coordinación con el Ministerio de Salud, debe brindar directrices para la distribución de insumos, adecuación de infraestructura y protocolos debioseguridad que permitan a las y los estudiantes, educadores/as y al personal de los Centros Educativos de las diferentes modalidades de educación regular, alternativa y especial, y superior, el retorno a las clases de manera presencial y semipresencial de forma segura y paulatina.
  4. La emergencia sanitaria no debe ser un justificativo para detener las acciones de prevención de violencia, feminicidio, infanticidio y maltrato en la población. El Ministerio de Educación debe informar, capacitar, sensibilizar y desarrollar acciones de prevención de violencia en el Sistema Educativo Plurinacional, así como realizar una evaluación del Plan Nacional de Contingencia “Prevención de violencias en el entorno educativo”, para revisar el cumplimiento de sus objetivos.
  5. Fortalecer el currículo educativo vigente con contenidos referentes a Derechos Humanos, Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, con enfoque de género de manera transversal y continua.
  6. Convocar a los diversos medios de comunicación del país y exigir que añadan a su programación espacios educativos emitidos a través de radio, televisión, prensa escrita y medios digitales en general, considerando que es vital activar todos los recursos posibles para acompañar el aprendizaje de las y los estudiantes de todos los niveles del Sistema Educativo Plurinacional.

Las organizaciones de la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación consideramos que nuestro rol es el de contribuir al cumplimiento y exigibilidad del derecho a la educación, de manera propositiva, aunando esfuerzos entre la sociedad civil y Estado, con el fin de afirmar el Derecho a la Educación inclusiva, equitativa y de calidad en Bolivia.

La Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación se adhiere a los llamados nacionales e internacionales de incrementar la inversión estatal para alcanzar el sueño de educar para la solidaridad, la justicia y la equidad.

Por una educación inclusiva, equitativa y de calidad

Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación

 Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME)

“Mil millones de voces para la educación”

Abril de 2021

Descarga el pronunciamiento (PDF): 7- PRONUNCIAMIENTO CBDE ABRIL DE 2021 difundido

Fuente e Imagen: Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación (CBDE)

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Hacía dónde va el mundo en educación inclusiva: 8 ideas del Foro de la Unesco

Por: Lucas Correa.

Entre el 11 y el 13 de septiembre la UNESCO se reunió en Colombia para hablar de educación inclusiva, DescLAB participó de ese evento. En esta nota les contamos las 8 principales ideas y conclusiones, para saber hacia dónde va el mundo y para saber si avanzamos en la dirección adecuada.

Idea 1. Todo empezó con la discapacidad, pero ahora vamos más allá, por todos los estudiantes excluidos o en riesgo. Las discusiones sobre educación inclusiva comenzaron con la discapacidad (o lo que en su momento se llamaba, estudiantes con necesidades educativas especiales), eran ellos quienes retaban al sistema educativo, quienes demandaban no ser segregados en instituciones especiales, quienes exigían que fuera la escuela regular quien les brindara apoyos y ajustes razonables. Este proceso llegó a su cima con la Declaración de Salamanca, que este año cumplió 25 años (Sí, llevamos en esto más de 25 años y aún queda un largo camino que recorrer).

Obviamente aún no hemos resuelto la pregunta por la educación de las personas con discapacidad, pero ahora el mundo piensa en ello y en paralelo en otros grupos que enfrentan riesgos parecidos.

Idea 2. Debemos hacernos una pregunta por los estudiantes, quiénes son, qué necesitan, qué pueden lograr; en lugar de preguntarnos qué tienen qué les falta, qué tienen o por qué no están en otro lugar. La discusión y los pasos hacia el futuro incluyen a los estudiantes con discapacidad pero van más allá. No se trata de atender a una sola población, se trata de que la escuela los incluya a todos, que sea un lugar que acoja, enseñe, proteja y transforme. No hay una lista de mercado y cada escuela tendrá retos distintos, pero hoy se llama la atención de otros grupos:

  • Población rural.

  • Población pobre.

  • Mujeres, y las mujeres que son madres.

  • Los indígenas, los afro y otras minorías étnicas.

  • La población LGBTI+.

  • Los migrantes.

  • Las víctimas del conflicto armado.

  • Los estudiantes que viven con VIH/SIDA.

  • Los estudiantes afectados por conflictos sociales que afectan a la escuela (consumo de drogas, pandillas, prostitución, etc.)

Siempre que se presenta una lista alguien reacciona: más gente; ahora estos; pero si no le damos respuesta a unos, cómo vamos a hacer con aquellos; a la escuela no le corresponde solucionar lo problemas sociales, entre muchos otras excusas. Sí, excusas.

Enfocarse en todas las poblaciones no significa cumplir con la lista de mercado, significa que la escuela tiene el reto de conocer a sus estudiantes, saber quienes son, qué los afecta, qué necesitan de la escuela (no solo en conocimientos) y qué puede hacer la escuela por ellos. Tan sencillo como: poner a los estudiantes en el centro y actuar. Siempre es más fácil seguir haciendo lo mismo y no mirar más allá del libro de texto, por eso algunos se resisten.

Idea 3. Los apoyos y ajustes razonables son el detonante, pero lo que está detrás de la educación inclusiva es un cambio estructural en donde se diseñe un servivio en el que todos los estudiantes accedan + participen + pertenezcan. La presión que los estudiantes con discapacidad generaron en el sistema educativo, demandando apoyos, ajustes razonables y modificaciones, llevó a una pregunta por el cambio estructural.

No se trata solamente de brindar apoyos puntales, de hacer ajustes razonables personalizados, se trata de revisar críticamente cómo hacemos las cosas en la escuela, cómo eso que hacemos no le sirve a todos los estudiantes, cómo eso que hacemos excluye a algunos, repite estereotipos y estigmas sociales y, con esa información decidir qué debemos cambiar, qué debemos hacer de forma distinta, con un objetivo: que todos los estudiantes accedan, participen y pertenezcan.

La escuela debe dejar de ser lo que es para transformarse en:

  1. Un lugar seguro, en donde se combaten estereotipos y estigmas sociales. En donde no hay lugar para la violencia escolar.

  2. Un lugar en donde no se discrimina, en donde todos son valorados y pueden aportar.

  3. En donde las metodologías, el currículo, las evaluaciones, las metas, la jornada permitan que todos los estudiantes participen, son flexibles a lo que cada uno de ellos necesita.

  4. En donde se evalúan los logros de cada uno, en lugar de premiar la excelencia.

  5. Un lugar en donde se aprende con la motivación y con el potencial de cada uno, en donde se aprenden habilidades, competencias y conocimientos útiles para la vida, para ser un ciudadano, no para tener un buen desempeño en pruebas estandarizadas.

Idea 4. La educación inclusiva no es un resultado ni un punto de llegada. Es un proceso, un camino que nunca llega a su fin, así que prepárese para transformarse cada día. A veces hay desesperanza, algunos dicen: ese día en que la escuela sea plenamente inclusiva no va a llegar. Otros dicen: hay que cambiar el «chip» para ser inclusivo, como si se tratara de desenchufar lo viejo y enchufar lo nuevo, como quien cambia de TV. Otros quieren volver siempre al origen: es que primero hay que capacitar a los maestros, luego todo cambiará para bien; primero hay que cambiar las lógicas opresivas del capitalismo para que la educación sea inclusiva; y así, eternos retornos que no conducen a ninguna parte.

La educación inclusiva es un proceso en donde se hacen muchas cosas, se hacen al tiempo, las hacen varios actores, en donde se cometen errores pero se aprende de ello, en donde se revisa aquello que no funciona, se innova y se transforma cada día.

Es un proceso que requiere tener un norte claro: que todos los niños y niñas puedan acceder a la escuela regular, sin barreras ni obstáculos; que una vez estén allí esa escuela les permita participar en condiciones de igualdad, que sea receptiva a lo que necesitan para lograr su máximo potencial y; que al tiempo pertenezcan, es decir, que puedan aportar, que sus voces sean escuchadas y tenidas en cuenta. Mientras eso sucede deben aprender cosas nuevas y útiles para su vida, ser evaluados en su desempeño y, eventualmente, salir de la escuela para vivir una vida adulta incluida en la comunidad.

Como un proceso, la educación inclusiva es siempre inacabada. No se llega a la meta, no se cumple con todos los requisitos, no se alcanza la perfección para luego sentarse a contemplar el éxito. En ese proceso se ensayan cosas nuevas, se cometen errores, se aprenden lecciones, se da respuesta a unos para luego descubrir que había otros que también nos necesitaban. Al final la educación inclusiva transforma la escuela en una institución social menos rígida, menos estandarizada, menos obsesionada con los contenidos, con los logros, con el desempeño; en una institución más cercana a los estudiantes, a las personas, a los seres humanos. (La pregunta es: cómo y por qué la escuela dejó de ser así).

Idea 5. Hay que eliminar las lógicas fanáticas de la competencia y el desempeño y transformarlas en lógicas de la cooperación, de alcanzar distintos potenciales; pero esto hay que hacerlo día a día. Un sistema educativo en donde se privilegia la competencia entre estudiantes, en donde unos pierden y otros ganan, en donde se estandariza el conocimiento para medir el desempeño, para comparar, para premiar con dinero no tiene escuelas y no fomenta la educación. Hay paredes y personas que trabajan allí, que se enfocan en niños y niñas privilegiados que repiten contenidos y que toman exámenes, que hablan varios idiomas y, que interactúan con otros niños y niñas de su clase social, de su color de piel, de su misma religión. Un lugar que deja atrás a quienes no encajan, a quienes requieren más tiempo, más esfuerzo: no es educación.

Idea 6. Hay que repensar el currículo. Pero repensarlo por completo, día a día. El currículo no es la lista de contenidos que los maestros deben enseñar, ni los temas que los estudiantes deben responder en la evaluación. No es lo que el Estado considera que deben saber los estudiantes para poder certificar con un título la educación. El currículo es el tiempo que los maestros pasan con los estudiantes, las intenciones que tienen con las actividades, las habilidades y competencias que se busca desarrollar y, junto con todo eso, los contenidos que se abordan que son una excusa para cumplir los fines de la educación.

La educación inclusiva busca que el maestro tenga un amplio margen de maniobra sobre ese currículo, que tenga tiempo libre, que pueda tener lugar en muchos otros lugares distintos al salón de clase, que pueda incluir cosas nuevas, que pueda dejar otras de lado.

Idea 7. La educación inclusiva requiere de inversión pública, pero no es solo un asunto de dinero. Es un asunto de dinero bien invertido, que transforme la escuela. Escuchamos que se requiere dinero para la inclusión, que se requieren profesionales expertos, materiales, formación. Eso es cierto. La educación inclusiva requiere de inversión pública, pero el reclamo por dinero muchas veces encubre la falta de voluntad para hacer las cosas, como si comprando elegantes materiales, la última tecnología, pagando cursos de expertos en diagnósticos los maestros fueran a transformar sus prácticas.

Otras veces los recursos se invierten en cosas que no transforman la escuela, sino que están ahí para la comodidad de los padres, maestros y rectores. Se contratan ejércitos de profesionales de apoyo que lo que hacen es relevar a los maestros de sus tareas, que medicalizan la escuela. Crean una sensación errada: los maestros sienten que no es su responsabilidad y que sin esos profesionales «supuestamente» expertos no están, ellos no pueden hacer nada. La inversión de recursos debe fortalecer las capacidades de la escuela, para transformarla a ella y a las personas que la integran.

Idea 8. Información para la acción. Saber más sobre los estudiantes para tomar mejores decisiones. Se habla mucho de educación inclusiva pero se sabe poco de cómo son los estudiantes, dónde están, qué necesitan y por qué lo necesitan. Otras veces se reporta mucha información pero, estratégicamente quienes más la necesitan no la usan. La información debe estar disponible y debe ser usada para tomar decisiones, decisiones sobre cómo y en qué invertir, sobre qué colegios son inclusivos, cuáles excluyen, cuáles tienen mayores tasas de deserción, etc.

El Foro Internacional sobre Inclusión y Equidad en la Educación terminó con el «Compromiso de Cali» un documento que fija las prioridades y los asuntos en los que debemos enfocarnos para cumplir con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4 en el 2030.

Fuente de la reseña: https://www.desclab.com/post/forounesco

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