Así ve un grupo de universitarios de Nicaragua a los campesinos del país

Centroamérica/Nicaragua/08 Agosto 2019/El país

Estudiantes de comunicación y periodismo de la Universidad Centroamericana de Nicaragua conviven dos semanas con población rural del país para conocer y capturar su cotidianidad. Este ha sido el resultado

  • Doña Anita, de 108 años de edad, anciana de la comunidad Nicaragua Libre en Diriomo.
    1 Doña Anita, de 108 años de edad, anciana de la comunidad Nicaragua Libre en Diriomo.IAN AMARU
  • Don Alberto Gutiérrez, popular escultor en la comunidad de La Garnacha, Estelí.
    2 Don Alberto Gutiérrez, popular escultor en la comunidad de La Garnacha, Estelí.MARÍA FERNANDA GUTIÉRREZ
  • Niños disfrutando de su tiempo libre frente a la playa de San Juan del Sur.rnrn
    3 Niños disfrutando de su tiempo libre frente a la playa de San Juan del Sur.YARA SEGOVIA
  • Pescadores preparándose para el acopio de marisco en el Puerto de San Juan del Sur.
    4 Pescadores preparándose para el acopio de marisco en el Puerto de San Juan del Sur.YARA SEGOVIA
  • Ganadero a caballo guiando a sus vacas, en la comunidad de Potosí, Chinandega.
    5 Ganadero a caballo guiando a sus vacas, en la comunidad de Potosí, Chinandega.MARTÍN MENA
  • Selena Gómez preparando tortillas en su cocina en la comunidad de Balgüe, Ometepe.
    6 Selena Gómez preparando tortillas en su cocina en la comunidad de Balgüe, Ometepe.LUISA TÓRREZ
  • Las Isletas, también conocidas como 'las hijas del Mombacho' es un conjunto de cientos de islas que se formaron tras la erupción del volcán Mombacho, situado cerca de la ciudad del mismo nombre. Aquí se ven dos simios jugando en la llamada Isla de los Monos.
    7 Las Isletas, también conocidas como ‘las hijas del Mombacho’ es un conjunto de cientos de islas que se formaron tras la erupción del volcán Mombacho, situado cerca de la ciudad del mismo nombre. Aquí se ven dos simios jugando en la llamada Isla de los Monos.LUCILA CAMPBELL
  • Jesús Calero Tercero le regala una flor a su mujer, Doña Flor, en la comunidad de Las Nubes, Matagalpa.rn
    8 Jesús Calero Tercero le regala una flor a su mujer, Doña Flor, en la comunidad de Las Nubes, Matagalpa.ISAAC CHAVARRIA
  • El pescador de Ometepe, Eliezer, sale a pescar con su pequeña red en busca de guapotes y mojarras.
    9 El pescador de Ometepe, Eliezer, sale a pescar con su pequeña red en busca de guapotes y mojarras.CRISTINA CASAYA
  • Una mujer de la comunidad La Montañita se dirige a lavar su ropa y aprovecha a bañar a su nieto en la orilla frente a la Isla Filipinas, Granada.rn
    10 Una mujer de la comunidad La Montañita se dirige a lavar su ropa y aprovecha a bañar a su nieto en la orilla frente a la Isla Filipinas, Granada.Mª AUXILIADORA AMADOR

    Fuente: https://elpais.com/elpais/2019/08/06/album/1565087527_410269.html#foto_gal_1

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Perú: “Escúchame”. Estos son los desafíos que enfrentan las niñas para acceder a la educación en zonas rurales (Trailer Oficial)

Redacción: RPP

El documental visibiliza las dificultades a las que se enfrentan las niñas de zonas rurales andinas para acceder a la educación.

«Escúchame» es un proyecto documental que muestra las dificultades de las niñas de las zonas rurales para acceder a la educación. Este proyecto audiovisual, con la participación de CARE Perú y el auspicio de Fundación Belcorp, reúne las voces de 23 niñas huancavelicanas, a través de 3 cortos que escribieron, produjeron y dirigieron ellas mismas.

El proyecto nos permite conocer, a través de la mirada de las mismas niñas, una realidad impactante y por mucho tiempo invisibilizada: en la zona andina, 6 de cada 10 niñas no concluyen la secundaria a tiempo; y en la Amazonía son 8 de cada 10, según datos del UNICEF. Esta situación va fuertemente ligada a problemáticas como el embarazo adolescente, que en la última década casi no ha disminuido.

Hay niñas que son obligadas a dejar de estudiar solo por el hecho de ser mujeres: las familias prefieren invertir en los hijos hombres, ya que consideran que sus hijas no tendrán oportunidad de acceder a estudios superiores una vez culminada la secundaria.” explica Maclovio Olivares, especialista en educación de CARE Perú. “Además, muchas niñas tienen que desplazarse entre 2 y 4 horas a pie para llegar al colegio más cercano; enfrentándose a un sinnúmero de peligros y dificultades en el camino.”

El estreno de las piezas audiovisuales se llevó a cabo este 13 de marzo en el teatro Mario Vargas Llosa de la Biblioteca Nacional del Perú a las 7:30 pm. El evento contó con la presencia Ruth y Yulisa, dos de las adolescentes creadores de la pieza, así como  representantes de CARE Perú, Niñas con Voz y la Biblioteca Nacional del Perú, y la participación de la actriz Anaí Padilla, como presentadora.

«ESCÚCHAME»

El documental aborda estas y otras problemáticas a través de la visión de sus creadoras, las niñas del colegio Eleodoro Bellido Bravo. Josie Beeck, de Niñas con Voz; directora y productora del proyecto, trabajó con ellas durante más de una semana, guiándolas en el manejo de los herramientas audiovisuales, así como la creación de los cortos.

Las escolares que se convirtieron en realizadoras audiovisuales son participantes  del proyecto “Niñas con Oportunidades” de CARE en Perú. Desde el 2016 el piloto trabaja para que más niñas concluyan el colegio en edad oportuna, con un enfoque en habilidades para la vida, buscando empoderarlas para la toma de sus propias decisiones.

La presentación del documental se dará en el marco de la plataforma “En sus palabras”, de CARE Perú, que busca difundir las historias, sueños y problemáticas de las niñas del Perú a través de eventos socioculturales de diversos tipos, donde la única consigna es que sean las niñas quienes relaten sus propias historias. Esta plataforma se une a la campaña global de CARE International #March4Woman

De esta manera, CARE Perú reafirma su compromiso por concientizar a la población sobre la difícil situación que miles de niñas peruanas y se compromete en generar acciones que impulsen al cambio.

Fuente: https://rpp.pe/cultura/mas-cultura/dia-de-la-mujer-los-desafios-que-enfrentan-las-ninas-para-acceder-a-la-educacion-en-zonas-rurales-noticia-1184908

 

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El fortalecimiento de la educación rural. Una política para promover una mayor justicia social

Por: El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia

El Observatorio del Derecho a la Educación y la Justicia (ODEJ) es una plataforma para el pronunciamiento público, impulsado por el Campo estratégico en modelos y políticas educativas del Sistema Universitario Jesuita (SUJ). Su propósito consiste en la construcción de un espacio de análisis informado y de posicionamiento crítico de las políticas y las reformas educativas en México y América Latina, arraigado en la realidad social acerca de las injusticias del sistema educativo, y recupera temas coyunturales y estructurales con relación a la agenda educativa vigente.

Martín Muñoz Mancilla

Escuela Normal de Coatepec Harinas, Estado de México

Red Temática de Investigación de Educación Rural

Como es ampliamente compartido en los diversos medios de comunicación, la población rural de los países latinoamericanos ha sufrido los efectos devastadores que durante las últimas décadas han traído consigo los procesos de la globalización con rasgos neoliberales, en contraste con los grandes inversionistas, quienes han obtenido enormes ganancias económicas y han aumentado sus fortunas gracias a la demandante sociedad de consumo.

Si bien ante estas condiciones unos afirman “que la globalización es indispensable para la felicidad”, otros, en cambio, aseguran que “es la causa de su infelicidad” (Bauman, 2006: 7); sin embargo, ha sido patente que, mediante los tratados de libre comercio, la inversión de capitales extranjeros y la importación de diversos productos, se han propiciado condiciones en las que un gran porcentaje de los trabajadores del campo viven cada día más precarizados.

Entre las principales razones de la pauperización algunos pobladores de estas comunidades destacan: “resultan irredituables algunas siembras, ya que se invierte mucho para su cultivo y los productos que importan los venden más barato”; “cuando se cosecha, no es fácil vender tus productos, ya que los intermediarios te pagan el precio que ellos quieren”; “ya casi no hay trabajo en el campo dado que muy pocos se dedican a la agricultura y las artesanías cada día se venden menos”; “se gana un poco mejor en la albañilería o en alguna fábrica”.

Ante esta situación, un gran volumen de la población rural se ha visto obligada abandonar la región donde nació y creció, para emigrar en búsqueda de mejores condiciones de vida; sin embargo, al ser analfabetas o apenas saber leer y escribir, tienden a ser explotados en algunas regiones agrícolas, en el ramo de la construcción o en algunas fábricas y perciben apenas el salario mínimo para sobrevivir.

Los inmigrantes del medio rural que llegan al medio urbano no sólo sufren hambre y frío, sino también desprecio, humillación y explotación, pues la gran mayoría se caracteriza sólo por su fuerte predisposición al trabajo y por su fuerza para hacerlo, ya que carecen de preparación técnica o profesional.

Por ello resulta alarmante la situación que guarda el analfabetismo en América Latina pues, con base en información difundida por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), en 2016 se ubicó a Perú con 6.3% de personas que no saben leer ni escribir; a México con 7.2%, a República Dominicana con 9.7%, y a Brasil con 14.6%. Resultados similares son los publicados en México durante 2015, con base en la encuesta intercensal aplicada por el INEGI, en la que cuatro millones 749 mil 057 personas se encuentran en esta condición en nuestro país.

Estos altos índices de analfabetismo ponen en evidencia la omisión o el abandono y la falta de cumplimiento de políticas educativas en algunos países de Latinoamérica. De acuerdo con Robles et al. (2018), “se debe legislar en búsqueda de una mayor justicia social, y el derecho a la educación es uno de los principales medios para lograrlo”, de ahí la pertinencia del compromiso para hacer llegar la educación a toda la población. De esta manera, el servicio educativo se promoverá ya no sólo en regiones urbanas, sino también en las rurales.

Se reconoce que la población rural es la que más sufre pobreza y marginación, lo que se manifiesta en la falta de servicios básicos como electricidad, agua potable, drenaje, transporte público, medios de información y comunicación, instituciones de salud y educativas, etc. A decir de García Canclini (2009), la concentración de ofertas culturales, educativas y de servicios se encuentran centralizadas en las principales ciudades.

De la misma forma, las regiones rurales se caracterizan por ser extensas, con baja densidad poblacional y dispersas, y a esto se debe que sólo cuenten con algunas instituciones de educación básica en las modalidades de organización completa, multigrado y unitaria.

De acuerdo con el INEE (2014) y con Juárez (2016), en el caso de México, alrededor de 70% de las escuelas de nivel básico se ubican en este tipo de localidades y son las que presentan una gran diversidad de problemáticas, tales como falta de inversión en infraestructura, pese al deterioro de los planteles y falta de aulas, lejanía de los hogares donde viven los alumnos con respecto a las escuelas, ausentismo escolar durante las épocas de siembra y cosecha, falta de recursos económicos para la adquisición de los diversos materiales educativos, abandono escolar a temprana edad, etc. A pesar de esta grave situación, los estudiantes han sido evaluados de igual manera que los alumnos de las escuelas urbanas, cuando las condiciones son completamente diferentes. Y es que la población del medio rural sufre una mayor complejidad para asistir a la escuela, y esto explica los mayores índices de analfabetismo, de baja escolaridad y, sobre todo, de falta de formación de profesionistas procedan de este medio.

La UNESCO (2012) señala que el bienestar y la prosperidad dependen más que nunca de las competencias que la educación y la capacitación pueden ofrecer. Se trata de preparar para la vida, generar oportunidades de encontrar un trabajo digno y contribuir, de esta forma, al desarrollo de sus comunidades y sociedad.

Por esto se puede concluir que resulta indispensable fortalecer la educación en los medios rural, indígena y marginal, no sólo en el nivel básico, sino también en media superior y superior; es decir, se debe promover el establecimiento de escuelas de educación básica, bachilleratos y universidades en búsqueda de una mayor justicia social, donde la educación ya no sea el privilegio de unos cuantos, sino un derecho de todos los mexicanos para que tengan la oportunidad de acceder a ella de manera equitativa, gratuita y con calidad.

Es necesario reconocer que, históricamente, las tareas pendientes del Estado han sido erradicar la pobreza, el analfabetismo y la ignorancia que se traducen en fanatismo y servilismo. Por ello la coyuntura actual resulta ser una oportunidad para promover un decidido avance integral mediante un sistema de becas y apoyos para evitar la deserción y fomentar la permanencia y culminación de los estudios en los alumnos en riesgo de abandono escolar, y así poder contribuir en un mejor nivel de vida de los mexicanos.

REFERENCIAS

Bauman, Z. (2006). La Globalización. Consecuencias humanas. México: FCE.

Cepal (2016). Anuario Estadístico de América Latina y el Caribe. Santiago. Naciones Unidas.

García Canclini, N. (2009). La globalización imaginada. Barcelona: Paidós.

INEE (2014). Panorama educativo en México. 2013. México: Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

INEGI (2015). Principales resultados de la Encuesta Intercensal. México: Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Juárez, D. (coord.) (2016). Educación rural: experiencias y propuestas de mejora. México. Colofón-RIER.

Robles, E. et al. (2018). Legislación del artículo tercero constitucional: políticas que han permeado la formación de docentes en México. En Trujillo, Jesús. El artículo tercero a cien años de la Constitución Política de 1917. Chihuahua: SNTE-REDIECH.

UNESCO (2012). Los jóvenes y las competencias: trabajar con la educación. Informe de seguimiento de la educación para todos en el mundo. Disponible en: http://unesdoc.unesco.org/images/0021/002180/218083s.pdf

Fuente: http://www.educacionfutura.org/el-fortalecimiento-de-la-educacion-rural-una-politica-para-promover-una-mayor-justicia-social/

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Cada 22 minutos se registra en el país un abuso sexual contra un menor

Por: Julia Alegre Barrientos. 

En 2018, el 87,7 % de este tipo de delitos se cometieron contra niños y adolescentes.

El primer día del recién estrenado año el país se despertó con la noticia de la violación, tortura y asesinato de Angie Lorena Nieto, una niña de 12 años de Cabuyaro, Meta, a manos de un vecino del municipio, identificado por las autoridades como Pastor Gómez Vaca.

El caso ha generado un rechazo unánime entre la opinión pública, similar al que suscitó en octubre de 2018 la violación y posterior incineración en Fundación, Magdalena, de Génesis Rúa, de apenas 9 años, o el asesinato y abuso sexual de Yuliana Samboní, de 7 años, por parte de Rafael Uribe Noguera, quien hoy cumple una condena de 58 años en la cárcel de Valledupar.

Salvando las distancias, esta semana se dieron a conocer cifras de Medicina Legal que evidencian que casos como el Yuliana, Génesis y Angie Lorena no son aislados, sino que la violencia sexual contra niños y adolescentes no ha hecho sino aumentar en los últimos tres años. 

El 2018 fue un año funesto: entre enero y noviembre se reportaron 21.515 denuncias, y eso sin tener en cuenta los números del mes de diciembre, que todavía no se han hecho públicos. Esto se traduce en que cada día fueron abusados 64 niños y jóvenes entre los 0 y los 17 años, uno cada 22 minutos. En una reciente entrevista con este diario, Juliana Pungiluppi, directora del ICBF, fue más lejos y habló de 74 registros diarios. 

El 2017 cerró con un balance de 20.663 casos –57 cada día–, y en el 2016 hubo 18.416 –50 diarios–. Haciendo un comparativo, entre 2016 y 2018 el aumento de la violencia sexual infantil fue del 16,8 por ciento.

Las niñas son las que se llevaron la peor parte: representan el 74,4 por ciento de las denuncias de 2018. En 2016 y 2017, la tendencia fue prácticamente la misma: 85,4 por ciento y 73,9 por ciento, respectivamente.

Otro de los hallazgos que se desprende del informe de Medicina Legal es que los menores de entre 10 y 14 años fueron los que más sufrieron este flagelo: 9.896, frente a los 6.015 de entre los 5 y los 9 años, y los 2.835 con edades comprendidas entre los 15 y los 17. También es preocupante el número de niños de entre los 0 y los 4 años que fueron víctimas: 2.767. Así, los menores de edad se consolidan como el grupo poblacional que más exámenes forenses por abuso sexual concentraron en 2018 del total de la población afectada (24.525). Son el 87,7 por ciento.

En cuanto a los criminales que perpetraron estos delitos, cerca de 10.963 eran familiares de la víctima, lo que se corresponde con el 44 por ciento del total de los registros. De estos, algo menos de 5.000 fueron los padres o padrastros de los menores; 1.697, los tíos y 1.034, los abuelos. En otras 5.632 denuncias, el agresor conocía a la víctima, aunque no estaba emparentado con ella; 1.939 eran amigos directos y solo en el 4,8 por ciento de los casos el victimario no conocía a la víctima.

El abuso sexual en Colombia es una cosa familiar. Existe un problema de psicopatología dentro de las familias, porque son las que omiten la agresión

La vivienda familiar es el lugar donde más se cometen estos crímenes, 18.000 en 2018, seguido de la calle (1.830) y las instituciones educativas (733). Como apunta Luis Prada, médico forense con más de dos décadas de experiencia en este tipo de delitos, “el abuso sexual en Colombia es una cosa familiar. Existe un problema de psicopatología dentro de las familias, porque son las que omiten la agresión. Tenemos que entender que estos delitos no pertenecen al ámbito familiar, sino que es un problema público”.

El experto asegura que esta tendencia al alza de las cifras está relacionada directamente con el reconocimiento y publicidad de derechos y la estimulación de la denuncia. “Lo que siempre tuvimos era la invisibilización de este problema. Las víctimas siempre han estado ahí, pero antes no las escuchábamos. Por cada caso que yo examino hay entre 8 y 10 que no estamos viendo. Necesitamos visibilizar más para hacer mejores intervenciones”.

En esto último coinciden los informes ‘Forensis’ de los últimos años de Medicina Legal, que, además, resaltan la importancia de poner el foco en la zona rural, donde se genera el mayor número de subregistros: “Aunque la mayoría de casos se desarrollan en el área urbana, los esfuerzos institucionales deben centrarse en la defensa de los derechos de la población rural, donde se dificulta la denuncia”. Alertan que la casi imposibilidad del desplazamiento hacia las instituciones y los patrones culturales del campo imposibilitan que haya emancipación de las víctimas.

Atajar el problema

Según el Código Penal, mantener relaciones sexuales con menores de 14 años es un delito, aunque el niño lo consienta. También lo es “todo acto o comportamiento de tipo sexual ejercido sobre menores de edad, utilizando la fuerza o cualquier forma de coerción física, psicológica o emocional, aprovechando sus condiciones de indefensión, desigualdad y las relaciones de poder existentes entre víctima y agresor”.

Hay vacíos en la judicialización y existe una especie de naturalización: siempre se encuentran justificaciones para que estas conductas parezcan normales dentro de la sociedad

La claridad de la norma choca de lleno con el problema estructural de impunidad que rodea estos casos y que asciende a más del 80 por ciento, advierten entes como la Fiscalía y la Procuraduría. “Hay vacíos en la judicialización y existe una especie de naturalización: siempre se encuentran justificaciones para que estas conductas parezcan normales dentro de la sociedad”, señaló el procurador de la Nación, Fernando Carrillo, en un evento en junio.

Una de las fórmulas que se barajan para atajar estas cifras –y que más resuena cada vez que un caso de violencia sexual infantil se vuelve mediático– es la de instaurar la cadena perpetua para violadores de menores.

El abogado penalista Gerardo Barbosa opina que esta medida podría ser contraproducente: “En términos de proporcionalidad, sería más que justificada, pero en términos de eficacia práctica puede generar el efecto paradójico de incrementar la impunidad. En algunos casos, los jueces podrían preferir fallar a favor del acusado que castigar en términos tan fuertes”. Para él, las penas que se contemplan en el ordenamiento jurídico colombiano para este tipo de delitos son suficientes si se aplicaran: “El problema es de permisibilidad judicial y una sociedad que se ha vuelto tolerante con el abuso”.

Añade que faltan investigadores, jueces y fiscales profesionalizados en este tipo de casos, como sucede con los que manejan cuestiones relacionadas con el narcotráfico. “Falta preparación. Creen que si no hay daños físicos evidentes o rastros de fluidos, no hay delito. Y eso es absurdo. Estos casos se suceden en la clandestinidad, y puede que no haya esa evidencia tan visible, pero sí otra”.

De la mano de una justicia efectiva, hay sectores de la comunidad educativa que defienden la necesidad de implementar medidas que vayan más allá de lo punitivo y se centren en la prevención del fenómeno. Es ahí donde aparece la propuesta de incluir una materia de educación sexual obligatoria en los colegios que, como lo define la Unesco, “brinde conocimientos, competencias y valores que permitan a niños y adolescentes tomar decisiones personales, sanas y responsables acerca de su vida y su sexualidad y, evitar así, la explotación, el abuso y la violencia sexual”.

Miguel Ángel Bermúdez, profesor colombiano que el año pasado quedó entre los 10 finalistas del Global Teacher Prize, el Nobel de la educación, es uno de los impulsores de esta línea metodológica que pone en práctica a diario en el colegio Gerardo Paredes, en Suba, Bogotá.

Explica que debe implementarse desde preescolar y estar orientada a tres aspectos: “El primero, que el niño aprenda a identificar una violencia sexual sobre su cuerpo, enseñándole quién lo puede tocar, cómo y dónde y quién no. Segundo, hay que enseñarles a decir no a la gente de la que desconfían y que para ellos es extraña,aunque sean amigos de la familia”.

Finalmente, apunta, se debe incidir en las opciones que tienen para denunciar el abuso en caso de que se haya perpetrado. “Enseñarles que si no pueden confiar en la familia, porque es donde se ha cometido el delito, existen otras rutas, como la escuela. Lo más difícil es generar confianza para que hablen. Para ellos es complicado reconocer que quien les hizo daño es una persona a la que quieren”, concluye.

Fuente del artículo: https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/registro-de-abuso-sexual-en-colombia-contra-menores-de-edad-311738

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Anal­fa­be­tis­mo: con­de­na a la po­bre­za y la ex­clu­sión

Autor: Agencia SINC

En el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, el mun­do vuel­ve los ojos ha­cia los más de 750 mi­llo­nes de per­so­nas -de las que casi 500 mi­llo­nes son ni­ñas y mu­je­res- a las que el anal­fa­be­tis­mo pue­de con­de­nar a la po­bre­za y la ex­clu­sión.

El pró­xi­mo 8 de sep­tiem­brese con­me­mo­ra el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, una jor­na­da en la que el mun­do vuel­ve los ojos ha­cia los más de 750 mi­llo­nes de per­so­nas -de las que casi 500 mi­llo­nes son ni­ñas y mu­je­res- a las que el anal­fa­be­tis­mo pue­de con­de­nar a la po­bre­za y la ex­clu­sión.

A pe­sar de que el anal­fa­be­tis­mo y, prin­ci­pal­men­te, el anal­fa­be­tis­mo fun­cio­nal (per­so­nas que tie­nen co­no­ci­mien­tos bá­si­cos de lec­tu­ra, es­cri­tu­ra y cálcu­lo pero que no son ca­pa­ces de uti­li­zar es­tos co­no­ci­mien­tos de for­ma efi­cien­te en las si­tua­cio­nes de la vida co­ti­dia­na) es­tán pre­sen­tes en to­dos los paí­ses del mun­do, es en las na­cio­nes más po­bres don­de es­tas ca­ren­cias se ma­ni­fies­tan con ma­yor in­ten­si­dad.

Para Ma­nos Uni­das “la edu­ca­ción y, como pri­mer paso, la al­fa­be­ti­za­ción, es la prin­ci­pal he­rra­mien­ta para lo­grar que las per­so­nas pue­dan sa­lir de la po­bre­za y para im­pe­dir que ésta se trans­mi­ta de ge­ne­ra­ción en ge­ne­ra­ción”, ase­gu­ra Ma­ría José Her­nan­do, del de­par­ta­men­to de Es­tu­dios de Ma­nos Uni­das. Por­que la edu­ca­ción, ade­más de ser un ga­ran­te para el desa­rro­llo de las per­so­nas, “fa­vo­re­ce la crea­ción de con­cien­cia crí­ti­ca, es fun­da­men­tal para ac­ce­der a me­jo­res opor­tu­ni­da­des de tra­ba­jo y con­tri­bu­ye al desa­rro­llo de los paí­ses”, afir­ma Her­nan­do.

El tra­ba­jo de Edu­ca­ción para el Desa­rro­llo que lle­va a cabo Ma­nos Uni­das hace hin­ca­pié en de­nun­ciar las es­truc­tu­ras so­cia­les y cul­tu­ra­les in­jus­tas que un alto por­cen­ta­je de la po­bla­ción ac­ce­da a la edu­ca­ción en sus di­fe­ren­tes ni­ve­les y, con ella, a la sa­tis­fac­ción ple­na de la ma­yo­ría de los de­re­chos que, como se­res hu­ma­nos, les am­pa­ran.

Con este ob­je­ti­vo, en el año 2017, Ma­nos Uni­das apro­bó 199 pro­yec­tos edu­ca­ti­vos por im­por­te de 10,2 mi­llo­nes de eu­ros, en Afri­ca, Asia y Amé­ri­ca.

Mu­jer y anal­fa­be­tis­mo

En el Día In­ter­na­cio­nal de la Al­fa­be­ti­za­ción, Ma­nos Uni­das quie­re de­nun­ciar, tam­bién, que el anal­fa­be­tis­mo ahon­da la bre­cha de gé­ne­ro y re­cla­ma el ac­ce­so a la edu­ca­ción de las mu­je­res, en igual­dad de con­di­cio­nes con los hom­bres. En el si­glo XXI, cuan­do la tec­no­lo­gía y los me­dios de­be­rían fa­vo­re­cer el ac­ce­so a los co­no­ci­mien­tos y a la in­for­ma­ción para to­dos “es inacep­ta­ble que casi 500 mi­llo­nes de mu­je­res y ni­ñas con­ti­núen pri­va­das del ac­ce­so al co­no­ci­mien­to y, con ello, de las opor­tu­ni­da­des que con­lle­va la edu­ca­ción”, la­men­ta Her­nan­do.

Es inacep­ta­ble que casi 500 mi­llo­nes de mu­je­res y ni­ñas con­ti­núen pri­va­das del ac­ce­so al co­no­ci­mien­to y, con ello, de las opor­tu­ni­da­des que con­lle­va la edu­ca­ción”, la­men­ta Her­nan­do.

Por este mo­ti­vo, el com­po­nen­te de gé­ne­ro, que está pre­sen­te en to­dos nues­tros pro­yec­tos, es un re­qui­si­to fun­da­men­tal en los edu­ca­ti­vos. “Por­que nues­tra ex­pe­rien­cia, y los da­tos cons­ta­ta­dos por di­fe­ren­tes or­ga­ni­za­cio­nes e ins­ti­tu­cio­nes, ava­lan que la in­ver­sión en la edu­ca­ción de las ni­ñas y la con­si­guien­te ca­pa­ci­ta­ción de las mu­je­res se tra­du­cen di­rec­ta­men­te en una me­jor nu­tri­ción, sa­lud y ren­di­mien­to eco­nó­mi­co para sus fa­mi­lias, sus co­mu­ni­da­des y, por úl­ti­mo, para sus paí­ses”, ex­pli­ca Ma­ría José Her­nan­do. “Una mu­jer for­ma­da y edu­ca­da ten­drá las he­rra­mien­tas para cam­biar el cur­so de su vida: pro­ba­ble­men­te se ca­sa­rá más tar­de, ten­drá hi­jos en edad adul­ta, lle­va­rá a sus hi­jos, y tam­bién a sus hi­jas a la es­cue­la y trans­mi­ti­rá sus co­no­ci­mien­tos en su fa­mi­lia y en su co­mu­ni­dad”, afir­ma Her­nan­do.

Apo­ya­mos la al­fa­be­ti­za­ción de mu­je­res en Se­ne­gal

Se­gún da­tos de la UNES­CO, en Áfri­ca sub­saha­ria­na hay cer­ca de 203 mi­llo­nes de per­so­nas de más de 15 años que no sa­ben leer ni es­cri­bir. Ade­más, en esta re­gión del mun­do, que al­ber­ga a la ma­yor par­te de los paí­ses más po­bres del mun­do, casi la mi­tad de las mu­je­res son anal­fa­be­tas.

“El anal­fa­be­tis­mo es una de las cau­sas de la mar­gi­na­ción de las mu­je­res”, ase­gu­ra Ade­la Gon­zá­lez, coor­di­na­do­ra ex­pa­tria­da de Ma­nos Uni­das en Se­ne­gal para el con­ve­nio “Agri­cul­tu­ra, Re­fuer­zo del te­ji­do aso­cia­ti­vo ru­ral y De­re­chos so­cio­eco­nó­mi­cos de mu­je­res y jó­ve­nes en Se­ne­gal”, que la ONG lle­va a cabo, con apo­yo eco­nó­mi­co de la Coope­ra­ción Es­pa­ño­la (AE­CID), y que se co­no­ce en la zona como Pro­gra­ma Ka­ronghen (re­na­ci­mien­to en dio­la). Se lle­va a cabo en la Baja Ca­sa­man­ce, la re­gión sur del país afri­cano, cas­ti­ga­da por años de con­flic­to y ais­la­mien­to.

El Con­ve­nio tie­nen como ob­je­ti­vo lo­grar el desa­rro­llo so­cio­eco­nó­mi­co de la po­bla­ción más vul­ne­ra­ble de la zona y, es­pe­cial­men­te, de las mu­je­res. Ade­más, se bus­ca for­ta­le­cer el te­ji­do so­cial para me­jo­rar la par­ti­ci­pa­ción en la go­ber­na­bi­li­dad, en una re­gión ca­rac­te­ri­za­da por un bajo ni­vel de desa­rro­llo eco­nó­mi­co y por no­ta­bles ca­ren­cias en el ejer­ci­cio de otros de­re­chos hu­ma­nos, es­pe­cial­men­te el de­re­cho a la ali­men­ta­ción.

“Aun­que el ob­je­ti­vo de me­jo­rar la si­tua­ción de la mu­jer esté pre­sen­te en to­das las ac­ti­vi­da­des del con­ve­nio, el com­po­nen­te de al­fa­be­ti­za­ción tie­ne una enor­me re­le­van­cia den­tro de la es­tra­te­gia glo­bal de em­po­de­ra­mien­to de la mu­jer”, in­for­ma Gon­zá­lez.  “De he­cho, este com­po­nen­te re­sul­ta ele­men­tal para que, en­tre otras mu­chas me­jo­ras, la mu­jer pue­da re­cla­mar el res­pe­to de sus de­re­chos en su fa­mi­lia y en su co­mu­ni­dad”, ex­pli­ca.

Para Ma­nos Uni­das y su so­cio lo­cal, la Aso­cia­ción CPAS, la al­fa­be­ti­za­ción es in­dis­pen­sa­ble para lo­grar la edu­ca­ción para to­dos y cla­ve para erra­di­car la po­bre­za, al­can­zar la igual­dad de gé­ne­ro y ga­ran­ti­zar el desa­rro­llo sos­te­ni­ble, la paz y la de­mo­cra­cia.

“Aquí, en la Ca­sa­man­ce, he po­di­do com­pro­bar lo di­fí­cil que es el día a día para una mu­jer que no sabe leer ni es­cri­bir o que no tie­ne no­cio­nes bá­si­cas de arit­mé­ti­ca o de nú­me­ros”, ex­pli­ca Gon­zá­lez. “Es­tas mu­je­res, que son tan­tas ve­ces el sos­tén de sus fa­mi­lias, pue­den ser en­ga­ña­das con las cuen­tas o los pe­sa­jes en el mer­ca­do, don­de ven­den un ele­va­do por­cen­ta­je de la pro­duc­ción de sus huer­tos”, afir­ma la coope­ran­te de Ma­nos Uni­das.  “Esta, en­tre otras cau­sas, nos lle­va a po­ner el én­fa­sis en re­du­cir las de­sigual­da­des me­dian­te el ac­ce­so a dis­tin­tas for­ma­cio­nes en­tre las que la al­fa­be­ti­za­ción es fun­da­men­tal, por­que fa­vo­re­ce su em­po­de­ra­mien­to en el ám­bi­to fa­mi­liar, co­mu­ni­ta­rio y pú­bli­co “, ex­pli­ca la coor­di­na­do­ra ex­pa­tria­da de Ma­nos Uni­das en Se­ne­gal.

En el mar­co del con­ve­nio se han for­ma­do a 1500 per­so­nas, un 90% mu­je­res, que han ad­qui­ri­do com­pe­ten­cias bá­si­cas de lec­tu­ra, es­cri­tu­ra y cálcu­lo, así como co­no­ci­mien­tos de or­ga­ni­za­ción y ges­tión para el desa­rro­llo de ac­ti­vi­da­des que per­mi­tan me­jo­rar sus in­gre­sos. Esta al­fa­be­ti­za­ción de hace en len­gua lo­cal, el dio­la, ya que una gran ma­yo­ría de la po­bla­ción ru­ral no ha­bla el fran­cés, el idio­ma ofi­cial de Se­ne­gal.

Fuente: http://www.agenciasic.es/2018/09/06/analfabetismo-condena-a-la-pobreza-y-la-exclusion/

 

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El Salvador: Educación integral de la sexualidad, una deuda real y urgente

El Salvador/16 de Octubre de 2017/La Prensa Gráfica

El 11 de Octubre se celebró el Día Internacional de la Niña, y las voces de UNICEF, Plan Internacional y ONU Mujeres advierten sobre la importancia de priorizar el tema en el país y en la región.

Ser niña sigue siendo sinónimo de vulnerabilidad, de ciudadanía de segunda categoría, de violencia sexual. La brecha que existe entre ser niña y ser niño se debe a una única condición determinante: el género. Así lo advierten las voces del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), la organización no gubernamental Plan Internacional y la Organización de Naciones Unidas para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer (ONU Mujeres), en el marco de la celebración del Día Internacional de la Niña, una declaratoria que data del 11 de octubre de 2011, y coincidieron en la urgencia de que el país se enfoque en la educación integral de la sexualidad como la principal prioridad.

“El obstáculo sigue siendo el ideario de la gente, la mirada criminalizadora hacia la niña. Hay muchas leyes, pero cumplirlas se vuelve un desafío cuando el funcionario no está sensibilizado ni comprometido con la igualdad de género”. Adolfo Vidal,  gerente de Proyectos de Plan Internacional

Las problemáticas que afectan a las niñas siguen siendo las mismas de hace una década: exclusión, violencia y falta de oportunidades. Lo que ha cambiado es el marco legal. Existen más leyes que buscan protegerlas, existen más mecanismos de denuncia, hay más conciencia sobre la necesidad de garantizarles sus derechos humanos, pero no han dejado de ser blanco de abusos y vulneraciones en las distintas áreas de la vida, coinciden los funcionarios.

“Ha habido una reconfiguración de las problemáticas: antes se estimaba que el tema de la violencia sexual y el del embarazo ocurrían mayoritariamente en el área rural, pero eso está cambiando con el fenómeno de violencia social que estamos viviendo, porque las pandillas están incidiendo: sus cabecillas exigen a niñas como sus parejas sexuales y compañeras de vida, y esa es una situación bastante crítica”, anotó el gerente de Proyectos de Plan Internacional, Adolfo Vidal.

  “Para sensibilizar a los niños sobre la situación de las niñas, el MINED cuenta con una política de género que incluye, entre otros ejes, la educación incluyente no sexista”. Ana Elena Badilla,  representante de ONU Mujeres El Salvador

Pero aún hay una cuestión más grave en esas reconfiguraciones, explicó, que tiene que ver con las estadísticas de embarazos en adolescentes. Años atrás las cifras daban cuenta de víctimas mayores de 15 años, pero cada vez más las víctimas son menores de 15, incluso hay registros de embarazos a los 10 años.

“El tema de cómo se distribuye la problemática a escala geográfica está cambiado el impacto”, agregó.

A juicio de la especialista de Educación de UNICEF en El Salvador Marina Morales, esta situación deriva indiscutiblemente en la vulneración del derecho a estudiar.

“Podemos tener las leyes más bellas del mundo, pero hace falta que funcione la institucionalidad. Hay que hacer conciencia, porque las personas que trabajan en estas instituciones no están sensibilizadas”.

Aunque a simple vista no se ven disparidades en torno a la cobertura escolar, “lo grave es que las niñas embarazadas dejan de estudiar, pero los padres de sus bebés no necesariamente, muchas veces ni siquiera se entienden de esas niñas y de sus embarazos. Ellas se ven obligadas a enfrentar la llegada de sus bebés en la peores circunstancias”, destacó Morales.

Todo ello conlleva serias implicaciones en la Población Económicamente Activa porque estas futuras mujeres no van a estar preparadas para el desarrollo del país. “No se puede capacitar a una generación de relevo en estas condiciones y mucho menos posicionar al país como lo ha logrado Costa Rica, por ejemplo, con maquila de punta, mientras que acá (El Salvador) hay que conformarse con la maquila textil y la de alimentos, que son las peores pagadas”, señaló la especialista.

“De nada sirve hacer cambios en la escuela si la familia revierte todo lo que se está haciendo. Tiene que haber un trabajo articulado en todos los ámbitos de la niñez: familia, escuela y comunidad”. Marina Morales,  especialista en Educación para UNICEF

En ese sentido, coincidieron en la urgencia de que el país se enfoque en la educación integral de la sexualidad como la principal prioridad, simultánea a la educación académica.

Vidal enumeró cinco prioridades: educación, participación, unión temprana, violencia sexual y educación sexual integral. Nada discrepante con lo planteado por la representante de ONU Mujeres El Salvador Ana Elena Badilla, quien afirmó que “debe colocarse a las niñas en el centro de atención de las políticas y los programas públicos, particularmente se debe lograr la permanencia de las niñas en la escuela, fortalecer los programas de educación integral de la sexualidad, promover una educación no sexista, desarrollar programas de prevención del embarazo y la unión temprana, y generar oportunidades de desarrollo personal de las niñas”.

Morales no tiene claro si es por medio de una nueva ley que será abordado el tema de la educación integral de la sexualidad; sin embargo, hizo énfasis en que la apuesta debe girar en torno de una mejor orientación sobre sexualidad desde programas que suelen impulsar organismos como UNICEF, pero de los que poco a poco la instituciones gubernamentales deberían apropiarse.

Además, destacó que de nada sirven los esfuerzos individuales sin articulación de actores, ni tampoco las iniciativas que se hacen a un lado cuando hay cambios de gobierno, cuando no se les da continuidad.

Las tres voces concurrieron también en que todos los esfuerzos por garantizar los derechos de las niñas deben ir acompañados de la sensibilización acerca del tema en los niños, como pieza fundamental para el éxito en el cambio del ideario de la sociedad.

Fuente: https://www.laprensagrafica.com/elsalvador/Educacion-integral-de-la-sexualidad-una-deuda-real-y-urgente-20171010-0071.html

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