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El fortalecimiento la ciencia africana

Autora: Esther Ngumbi

Los países de la región subsahariana gastan apenas el 0,5% de su PIB en innovación e investigación. En Occidente, el porcentaje que se gasta se acerca al 3%

Los principales científicos, innovadores y formuladores de políticas de África se reunieron el pasado marzo en Kigali (Ruanda) con el propósito de intercambiar ideas sobre soluciones a un problema cada vez más apremiante: la baja calidad de la ciencia en el continente.

Todo buen líder sabe que los descubrimientos científicos y la innovación impulsan el progreso, facilitan el desarrollo y pueden ayudar a abordar temas como la inseguridad alimentaria, la escasez de agua y el cambio climático. Y, sin embargo, la mayoría de los gobiernos africanos no financian adecuadamente la Investigación y Desarrollo (I+D) en sus países. Según el Instituto de Estadística de la UNESCO, los países de África subsahariana gastan, en promedio, apenas el 0,5% de su PIB en esta área. En Occidente, el porcentaje que se gasta se acerca al 3%.

Esta disparidad subraya los desafíos de desarrollo que enfrentan los africanos. África alberga el 15% de la población mundial y el 5% del PIB del mundo, pero cuenta con un insignificante 1,3% del gasto total en investigación. Además, los inventores africanos poseen apenas el 0,1% de las patentes del mundo, lo que significa que incluso cuando se gasta dinero en ciencia, innovación e investigación, los hallazgos rara vez se traducen en soluciones para los desafíos más urgentes del continente.

Sin lugar a duda, estas tendencias no son universales; algunos gobiernos africanos están invirtiendo fuertemente en innovación dirigida por la ciencia. En Sudáfrica, por ejemplo, las autoridades se han comprometido a duplicar el gasto en I+D hasta el año 2020, hasta que llegue a representar el 1,5% del PIB. Este compromiso se realizó con posterioridad a otro compromiso que asumieron los jefes de Estado africanos respecto a incrementar los presupuestos de ciencia y tecnología con el fin de alcanzar al menos el 1% del PIB hasta el año 2025. Un puñado de países –incluidos entre ellos Kenia, Ruanda y Senegal– están trabajando arduamente para lograr este umbral de financiación.

África alberga el 15% de la población mundial y el 5% del PIB del mundo, pero cuenta solo con un insignificante 1,3% del gasto total en investigación

África también se beneficia de la generosidad de la ayuda a la investigación y el apoyo internacional. Uno de los principales donantes, la Fundación Bill y Melinda Gates, ha invertido más de 450 millones de dólares en iniciativas científicas africanas a lo largo de la última década. Los proyectos incluyen un programa de 306 millones de dólares para aumentar los rendimientos de los cultivos y una donación de 62,5 millones para mejorar los resultados en materia de salud. Estas y otras fuentes de financiación han ayudado a que los investigadores africanos desarrollen cultivos resistentes a la sequía, produzcan vacunas para enfermedades infecciosas como el ébola, y amplíen las oportunidades de educación en ciencia y tecnología.

Desafortunadamente, muchos Gobiernos africanos carecen de los recursos para financiar los programas que podrían aprovechar y construir avances basándose en estos logros. En pocas palabras, se necesita con urgencia un enfoque nuevo y más colaborativo para la ciencia africana.

Los líderes del continente han aunado sus recursos científicos en el pasado. En el año 2003, la Unión Africana y la Nueva Alianza para el Desarrollo de África comenzaron a implementar una estrategia que abarca todo el territorio “con el propósito de desarrollar y utilizar la ciencia y la tecnología para la transformación socioeconómica del continente y su integración en la economía mundial”. Este fue un objetivo ambicioso que tempranamente arrojó buenos resultados. Entre los años 2005 y 2014, el gasto en I+D aumentó, mientras que la producción investigativa se incrementó en más del doble en muchos países.

Desde entonces, sin embargo, el progreso se ha estancado. La reunión en Ruanda, que tuvo como anfitrión al presidente Paul Kagame y fue organizada por el Next Einstein Forum, se diseñó para ayudar a que la agenda vuelva a encarrilarse. Sin embargo, las cumbres son solo parte de la solución; los gobiernos también deben comprometerse a mejorar la calidad de la investigación y pueden empezar en el logro de este cometido al centrar la atención en tres áreas clave.

En primer lugar, los líderes de África deben involucrarse y trabajar en conjunto con directores ejecutivos de empresas, filántropos y donantes que entienden el valor a largo plazo de la inversión en ciencia. La innovación es costosa y se necesitará capital semilla para ayudar a fortalecer la capacidad científica del continente.

En segundo lugar, las universidades e instituciones deben alinear sus agendas de investigación con los objetivos nacionales y regionales. Por ejemplo, dado que uno de los desafíos más urgentes de África es alimentar a su creciente población, los centros de educación especializados en la investigación agrícola deben cerciorarse de que su trabajo contribuya al logro de soluciones.

Por último, pero sin restarle importancia, los países deberían alentar el espíritu empresarial en las organizaciones de investigación. Una forma de hacerlo es mediante el establecimiento de oficinas de comercialización, que podrían ayudar a los científicos a llevar su investigación al mercado. Los científicos de todo el mundo necesitan ayuda para sortear la burocracia a momento de convertir una idea en una empresa comercial, y este proceso es particularmente desafiante en una región donde los mecanismos por los que fluye la I+D se encuentran en sus albores.

Impulsar las capacidades científicas de la región requerirá que los líderes del continente hagan mucho más que solo formular preguntas difíciles en las cumbres; ellos deben también asignar más fondos y forjar nuevas alianzas. Para superar los desafíos de desarrollo humano, los Gobiernos africanos deben invertir en las personas que pueden superarlos.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/08/07/planeta_futuro/1533661344_149266.html

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Shanghái limitará su población a «solo» 25 millones de habitantes en 2035

07 Enero 2018/Fuente: abc/Autor: Pablo M. Díez

Con unos 1.400 millones de habitantes, es imposible solucionar la superpoblación de China. Todo lo más que puede hacerse es distribuirla. Ese es el objetivo de las autoridades de Shanghái y Pekín, las dos ciudades más populosas del país, para los próximos años.

En 2035, Shanghái limitará su población a «solo» 25 millones de habitantes y su suelo urbanizable a 3.200 kilómetros cuadrados, según consta en el plan maestro de su Ayuntamiento, aprobado recientemente por el Gobierno central. Plagada de futuristas rascacielos a lo «Blade Runner» y autopistas de varios niveles, esta espectacular megalópolis tendrá que perder parte de su población porque a finales de 2014 ya contaba con 24,1 millones de habitantes. Un plan que ya ha sido criticado por sociólogos chinos como Liang Zhongtang, quien lo definió como «no práctico ycontra la tendencia del desarrollo» en la prensa oficial.

Por su parte, Pekín, donde ya vivían 21,5 millones de personas en 2014, se fijó en septiembre un límite de 23 millones de habitantes en 2020. Eso significa que tendrá que echar a un buen número de sus residentes, como ya hizo en noviembre con decenas de miles de emigrantes rurales que vivían en infraviviendas en sus suburbios. Con el argumento de que no eran seguras, las autoridades demolieron sus casas después de que un incendio devorara un edificio y matara a 19 personas. En 40 días, las excavadoras derribaron tantas construcciones que los barrios afectados parecían arrasados por un terremoto. La destrucción fue tal que los vecinos desalojados se atrevieron a protestar contra las autoridades, que no habían previsto un alojamiento alternativo para ellos porque lo único que querían es que se marcharan de la ciudad. Una drástica e inhumana medida que ha sido muy criticada por más de un centenar de intelectuales, pero que el autoritario régimen chino ha vuelto a silenciar gracias a su control de los medios de comunicación.

Con este objetivo, la población de Pekín bajará en dos años hasta un 15 por ciento en los seis distritos principales de la ciudad. Para ello, el régimen ya está trasladando sedes gubernamentales a la zona de Tongzhou, al este, y tiene previsto construir una nueva capital administrativa y económica en Xiongan, a unos cien kilómetros al suroeste. Con el traslado de funciones no esenciales a las afueras, el suelo edificable se reducirá de 2.860 kilómetros cuadrados en 2020 a 2.760 en 2035.

Todos estas medidas pretenden luchar contra la que ya ha sido bautizada como «la enfermedad de la gran ciudad». Así se llama al cúmulo de problemas derivados de la superpoblación que hacen que las megalópolis chinas sean «invivibles»: tráfico congestionado a todas horas, contaminación tan espesa que eclipsa el sol tras una nube tóxica, transportes públicos abarrotados y escasez de servicios como la educación y la sanidad. A todo ello hay que añadir no solo la carestía de vida por el crecimiento económico, que ha disparado la burbuja inmobiliaria, sino también las graves secuelas psicológicas que deja su inhumano desarrollismo en un ambiente dominado por las prisas, el estrés y la dureza de la «jungla de asfalto».

Como siempre, los más perjudicados serán los emigrantes rurales,que han acudido a la gran ciudad en busca de una vida mejor y tendrán que volver a sus míseros pueblos.

Fuente de la noticia:http://www.abc.es/sociedad/abci-shanghai-limitara-poblacion-solo-25-millones-habitantes-2035-201801062112_noticia.html

Fuente de la imagen:http://www.abc.es/media/sociedad/2018/01/07/shangai-2-kNMC–62

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OCDE: Las desigualdades entre los mayores crecerán en los próximos años

Por: Ángel Calvo

Las desigualdades entre las personas mayores crecerán en el futuro, con mayores riesgos de pobreza a edades avanzadas debido al rápido envejecimiento de la población y a factores como los recorridos profesionales «irregulares» de las nuevas generaciones.

Esta es una de las principales conclusiones del informe publicado hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que señala que los nacidos a partir de los años 1960 ya no experimentarán un aumento de sus ingresos medios respecto a anteriores generaciones, como ocurría en la mayoría de países en las últimas décadas.

Si bien se espera que la esperanza de vida siga subiendo, su vida laboral ya está marcada por una mayor inestabilidad, lo que significa periodos de desempleo y de condiciones contractuales más precarias, lo que repercutirá negativamente en las pensiones, en particular de las personas con menor nivel educativo.

Además, el sistema de pensiones va a estar sometido a una presión superior por la aceleración del envejecimiento, ilustrada por la llamada tasa de dependencia.

En 1980 había 20,5 personas de media en la OCDE mayores de 65 años por cada 100 en plena edad laboral (de 20 a 64 años), una proporción que subió a 28 en 2015 y que debería elevarse a 53,2 en 2050.

Japón, que ya es ahora el país con mayor tasa de dependencia, con un 47 %, seguido por Italia (37,9 %), Grecia (36,1 %) y Finlandia (36,1 %), lo seguirá siendo a mediados de siglo, con un 77,4 %.

En segunda posición se situará España con un 75,5 %, y luego vendrán Italia (73,9 %), Portugal (72 %), Corea del Sur (71,8 %) y Grecia (71,6 %).

Detrás de eso está, junto a la caída de la tasa de fecundidad, el aumento de la esperanza de vida, que no es lineal para toda la población sino que depende mucho desde muy temprano del nivel educativo, de la salud, del empleo o de los ingresos.

A modo de ejemplo, un hombre con educación universitaria de 25 años tiene una esperanza de vida de 7,5 años más que otro de la misma edad sin estudios (entre las mujeres la diferencia es de 4,6 años).

Esa fractura educativa tiene su correlato en la vida activa, ya que alrededor del 30 % de los hombres de 50 a 64 años con bajo nivel educativo declaran tener limitaciones para trabajar por problemas de salud, algo que sólo le ocurre al 10 % de los universitarios de esa edad.

La OCDE constata que las desigualdades en los ingresos se están ensanchando con las nuevas generaciones, mientras que hasta ahora sus condiciones económicas mejoraban globalmente.

Desde mediados de la década de 1980, los ingresos del grupo de 60 a 64 años han subido un 13 % más que para el de 30 a 34 años, y esa tendencia ha sido particularmente marcada en países como Italia, España, Francia y Dinamarca.

Pero las evidencias sobre quienes vienen detrás auguran un deterioro de esa situación, entre otras cosas por las circunstancias en que se produce la jubilación.

De hecho, sólo un 44 % del grupo de 55 a 64 años con bajo nivel de estudios tienen trabajo, mientras que el porcentaje es del 70 % entre los que han hecho estudios superiores.

La OCDE subraya que las generaciones nacidas en los años 1960, ahora en la cincuentena, tienen ingresos que ya no son superiores a los nacidos una década antes cuando tenían su misma edad. Lo mismo ocurre con las generaciones de los años 1970.

La cuestión reside en saber si esto es el reflejo de la recesión que se desencadenó hace ahora una década, o si se confirma que es una corriente de fondo.

Fuente: http://www.lavanguardia.com/vida/20171018/432159581488/ocde-las-desigualdades-entre-los-mayores-creceran-en-los-proximos-anos.html

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República Dominicana: Desempleo y bajo gasto social inciden en poco bienestar de población

República Dominicana/01 de agosto de 2017/Autora: María Teresa Morel/ Fuente: http://www.elcaribe.com.do

Según datos oficiales, en el país el desempleo neto es de 14% y el desempleo relativo o empleo informal, de 57%

Mientras no haya una reducción significativa del desempleo y un aumento en el gasto social por encima del 10% del Producto Interno Bruto (PIB), el crecimiento económico que ha venido experimentando el país en los últimos años no se traducirá en una mejora de la calidad de vida de los dominicanos.

Así lo explica el economista Pavel Isa Contreras cuando analiza los pobres indicadores de desarrollo humano que exhibe el país en materia de educación, salud, vivienda, acceso a agua potable, entre otros, que mantienen rezagado al país cuando se le compara con otras naciones de la región.

El Índice de Desarrollo Humano es un indicador creado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) que mide tres dimensiones para alcanzar un estándar de vida decente, como son el ingreso o poder adquisitivo de las personas, el nivel de estudios alcanzado y la esperanza de vida al nacer.

Isa Contreras, insiste en que existe una brecha entre el crecimiento económico y el empleo, ya que los sectores que están creciendo generan poco trabajo y los que genera, son de baja calidad, es decir, de baja remuneración.

“Si usted no tiene una caída en el desempleo, usted va a tener la misma oferta de fuerza de trabajo disponible y ansiosa por conseguir un trabajo, y si hay mucha gente ansiosa por encontrar un trabajo, usted va a tener una tendencia a la baja del salario”, argumenta.

Admite que el desempleo se ha reducido en los últimos tres años pero de manera lenta e insuficiente conforme al crecimiento económico experimentado.

Y aunque el Gobierno enarbola como logro la creación de 800 mil empleos en dos años, el economista plantea que 400 mil empleos al año, solo mantienen estática la tasa de desempleo. “Argumentar que se han generado 800 mil empleos en los últimos dos años es argumentar que las cosas se han quedado fundamentalmente en el mismo punto. Eso es llenarse la boca con cifras. No son cifras que son contundentes. Eso es lo que genera normalmente la economía para que no haya un aumento del desempleo”, dice.

Generar empleos de calidad

Indica que la respuesta a esta problemática está en estimular ciertos sectores económicos que generen empleos de calidad, en particular, la agricultura, la industria manufacturera o agroindustrial, y aquellos servicios con alto valor agregado como la exportación, el turismo de aventura o cultural, los ‘call center’ o los “back offices” (labores informáticas, comunicaciones, gestión de recursos humanos, contabilidad o finanzas), que suelen requerir una mano de obra más calificada a la que habría que pagarle mejores salarios.

Más gasto social= más impuestos

En otro orden, el economista plantea que un aumento del gasto social por encima del 10% para la provisión de servicios sociales fundamentales que impacten en el bienestar de la población, necesariamente está relacionado con un incremento de los ingresos fiscales. El problema radica, según Isa Contreras, en que actualmente, el Gobierno no tiene la suficiente credibilidad ni el liderazgo para negociar un aumento de las recaudaciones por los últimos escándalos de corrupción en que se ha visto envuelto.

“La gente está ávida de que el Estado provea bienes públicos fundamentales y esos bienes públicos los provee recaudando pero con el manejo del Estado que estamos viendo, la gente está totalmente incrédula y con toda razón”, dijo.

Sostiene que si el Gobierno no aumenta la provisión de servicios sociales de calidad, entonces no puede haber mejoría en indicadores como la mortalidad infantil, mortalidad materna, el acceso a agua potable, vivienda, entre otros.

“Todavía persisten viviendas de muy baja calidad en donde los vectores (mosquitos, moscas, cucarachas, ratas, etc) se reproducen y generan enfermedades”.

RD no aprovecha avance del PIB para mejorar la salud y la educación

El también economista y especialista en temas de desarrollo Miguel Ceara Hatton afirma que la República Dominicana es el séptimo país del mundo que más desaprovecha las oportunidades del avance en el PIB para mejorar la salud y educación.

En pocas palabras, especifica que en los últimos 25 años, 137 países, con los mismos recursos o menos, han logrado un mejor
desempeño en salud y educación que la República Dominicana.
Argumenta que si un país aumenta la riqueza por habitante y avanza en el “ranking” mundial, debería en el largo plazo mejorar la posición de bienestar, en especial en estos dos renglones.
Dice que la posición dominicana prácticamente no se ha movido en el largo plazo, “de hecho ha retrocedido acumulativamente una posición, estando mejor colocado en la década del noventa.

¿Adónde ha ido el crecimiento económico?

“Esta tendencia plantea serios cuestionamientos a la forma de cómo ha crecido la República Dominicana, que lleva a la paradoja de un avance sustancial en la posición mundial de la “riqueza por habitante”, siendo el país 18 que más lugares avanzó en el mundo en 25 años y al mismo tiempo retrocedió relativamente en salud y educación (ocupó la posición 111). Cabe preguntarse: ¿Adónde se ha ido ese crecimiento? ¿En qué se ha utilizado? ¿En corrupción? ¿En Odebrecht, en los Tucanos, en la Oisoe y en otros tantos destinos espurios?”, cuestiona. A su juicio, el crecimiento ha servido para cambiar cosas (edificios exclusivos y lujosos, hermosas avenidas, concentrar riqueza) pero no para mejorar las condiciones de vida de la gente.

Educación y salud
Isa afirma que si hubo un aumento del 4% del PIB en educación fue forzado por la movilización social. Mientras, el gasto en salud es menos del 2%

Debajo del promedio
Mientras el gasto social en América Latina ronda el 14% del PIB, en la República Dominicana se mantiene por debajo del 8% del PIB.

 Fuente de la Noticia:
http://www.elcaribe.com.do/2017/08/01/desempleo-gasto-social-inciden-poco-bienestar-poblacion/
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Las religiones minoritarias son las más cultas

Por: Diario Uno

Un estudio mide el impacto de las religiones sobre el nivel educativo de sus adeptos.

La religión no influye en el nivel de educación de sus adeptos de igual forma en todas partes, ha descubierto un estudio que ha analizado el impacto de una confesión religiosa sobre el nivel de educación de sus adeptos en más de 70 países, del que informa Daily Science.

El estudio ha puesto de manifiesto que hay países en los cuales los adeptos son más educados que los otros habitantes, y países en los que los adeptos de una confesión tienen un nivel educativo medio inferior al de su entorno. También que hay países en los que no hay diferencias entre el nivel educativo de la población y el de los adeptos de una confesión religiosa.

El impacto varía en función del contexto en el cual se desarrolla cada confesión religiosa, ha determinado este estudio, si bien ha podido establecer un hecho destacado: cuanto más minoritaria es una religión en un país, más posibilidades tiene de alcanzar un nivel de educación más alto entre sus seguidores.

Para explicar esta constatación, los investigadores avanzan posibles hipótesis. Las minorías pueden compensar su diferencia invirtiendo en la educación de los miembros de su confesión. Si son discriminados por motivos religiosos en el colegio o el trabajo, los adeptos de una confesión minoritaria pueden compensar esta discriminación incrementando su nivel educativo.

Si por el contrario, los miembros de una confesión minoritaria son impulsados al exilio, el bagaje cultural es lo único que pueden llevarse consigo, independientemente del lugar de destino.

También consideran que los miembros de una confesión religiosa minoritaria pueden reforzar vínculos sociales más estrechos en su comunidad si destacan en sus estudios, lo que puede explicar la constatación de que los miembros de las religiones minoritarias muestran un nivel de estudios superior al de su entorno.

Los estereotipos pueden influir también en este fenómeno social, ya que están asociados a determinados colectivos que pueden influir en su comportamiento educativo. Un ejemplo que apuntan los investigadores es el de los asiáticos en Estados Unidos, a los que socialmente se les considera que son buenos en matemáticas.

Si este estereotipo puede llevar a muchos miembros de la comunidad asiática de Estados Unidos a especializarse en matemáticas, de la misma forma cualquier otro estereotipo vinculado a una confesión puede determinar un compromiso especial con la educación entre sus adeptos.
Confesión y educación

La investigación sobre las religiones se asocia frecuentemente a un tipo de actitud hacia la educación. Para los protestantes, por ejemplo, es importante que cada miembro pueda leer por sí mismo la biblia, por lo que hay que saber leer muy bien.

Esta necesidad ha llevado a esta confesión a abrir escuelas para enseñar a leer, y al mismo tiempo, para enseñar todo lo demás.

Según los investigadores, muchos estudios han comprobado que los países de religión protestante fueron alfabetizados antes que los países de confesión católica.

La investigación se basó en un estudio realizado en más de 70 países por el proyecto internacional World Value Survey, que analiza la evolución de los valores y creencias a lo largo del mundo.

Gracias a este estudio, hemos obtenido informaciones sobre el nivel de estudio de los habitantes interrogados, así como de su confesión religiosa, dicen los investigadores. Para cada religión, nos preguntamos si existía un vínculo entre la confesión religiosa y el nivel educativo. De esta forma, pudieron comparar el impacto de cada religión en el nivel educativo de sus adeptos en cada país, así como entre diferentes países.

Las confesiones estudiadas fueron siete: catolicismo, protestantismo, ortodoxos, budistas, islam, judaísmo e hinduismo.

Fuente: http://www.diariouno.com.ar/a-fondo/las-religiones-minoritarias-son-las-mas-cultas-20170107-n1317162.html

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La Navidad como celebración de la natalidad, por C. Contreras

Por. Carlos Contreras Carranza

La fiesta cristiana de la Navidad puede entenderse como una celebración de la natalidad. La familia se reúne en torno a un recién nacido visto como una gran esperanza para todos. Paradójicamente, conforme la fiesta de la Navidad se ha extendido por el mundo, la natalidad ha caminado en sentido contrario. De acuerdo con el reloj mundial de la población, actualmente ocurren en el mundo unos 20 nacimientos al año por cada 1.000 habitantes. Esto es aproximadamente la mitad que hace medio siglo. Como también ha descendido la mortalidad, hasta llegar a una tasa de ocho decesos por cada 1.000 personas, la población del mundo continúa en ascenso, aunque a una velocidad menor que antaño.

Esa medida de la natalidad de 20 por 1.000, que los demógrafos llaman tasa bruta de natalidad (TBN), es un promedio de los diferentes países. En un extremo tenemos a naciones como Japón, Portugal o Alemania, con una TBN de apenas ocho a nueve por 1.000, ciertamente inferior a su tasa bruta de mortalidad (TBM) por varios puntos, de modo que en el largo plazo son sociedades que, si no logran atraer inmigrantes o revertir su proceso demográfico, están condenadas a extinguirse. En el otro extremo aparecen naciones como Chad, Somalia, Mali o Angola, cuya natalidad está por encima de los 40 por 1.000.

 Dado que los países prósperos se caracterizan por una pobre natalidad, mientras que los países con una alta natalidad figuran entre los económicamente más atrasados, se podría llegar a la conclusión de que el crecimiento económico tiene tendencias infanticidas. No le gustan los niños. Desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, el crecimiento demográfico fue uno de los motores de la expansión de la economía mundial y, así, de la prosperidad con que se identificó a la modernidad. Ciertas interpretaciones de la Gran Depresión de los años treinta postulan entre sus causas el frenazo que tuvo la demografía europea después de la Primera Guerra Mundial, y seguramente la flaqueza en la natalidad debe contarse entre las razones por las que los países desarrollados del hemisferio norte encuentren hoy inalcanzables las tasas de crecimiento de las que disfrutaron hace medio siglo o más.

En el pasado, los fundadores de la ciencia económica, como Thomas Malthus y David Ricardo, consideraron la velocidad del incremento demográfico como un indicador del bienestar de la población. Multiplicarse aceleradamente era la mejor prueba de buena nutrición, satisfacción con la vida y confianza en el futuro. ¿Qué ha hecho que hoy las familias, mientras más prósperas, opten por una menor natalidad? ¿O será al revés: que ha sido gracias a la reducida natalidad que han sido capaces de prosperar? El historiador holandés Jan de Vries ha abierto con sus estudios sobre la evolución de la economía de las familias una serie de pistas interesantes. El hogar que él llama “del ganador de pan y el ama de casa” (es decir, el modelo tradicional del marido que sale de la casa a trabajar para traer dinero al hogar, mientras la mujer gerencia la economía doméstica, convirtiendo en cuidados, comidas y limpieza los insumos que pueden comprarse en el mercado gracias a los ingresos monetarios conseguidos por aquel y eventualmente los hijos mayores) era un modelo sin duda machista, pero eficiente para criar niños.

Después de la Primera Guerra Mundial, en el mundo de los países ricos dicho modelo familiar fue siendo desplazado por un “hogar industrioso”, en el que tanto el marido como la mujer salieron de la casa a trabajar y ganar dinero. Para poder procrear niños había que contratar criados, por lo que las familias se dividieron en dos clases: las que empleaban sirvientes y las que los suministraban. Con el crecimiento económico los salarios de los sirvientes subieron y pocos hogares pudieron darse el lujo de mantenerlos. Desde las postrimerías del siglo XX, la migración del Tercer Mundo organizó a una escala internacional esa división del trabajo entre familias contratantes y proveedoras de trabajo doméstico, lo que ha venido conteniendo la elevación de su costo.

El Estado, por su parte, respondió iniciando a edades más tempranas la educación de los niños y alargó la jornada escolar hasta hacerla coincidir con la del trabajo de los padres. La escuela-guardería trataba de conciliar las aspiraciones de consumo de la familia industriosa, con el deseo de tener esa prole que en el siglo XIX el fundador del socialismo presentara como el único bien con el que podía contar la clase trabajadora.

Las estadísticas revelan que una vez que el patrón de hogar industrioso y baja natalidad se instala en la organización social y la mentalidad de la población, resulta muy difícil modificarlo. Contener la natalidad parece una empresa más sencilla que procurar su aumento. El Perú, como en tantos otros indicadores mundiales, anda ubicado en la parte media, con unas tasas de natalidad y mortalidad de 19 y 6 por 1.000, respectivamente. Pero con el importante añadido de que, mientras en lo que respecta a la primera, la tendencia es a la baja, con respecto a la segunda, lo es al alza. En 1972 nuestra TBN era como la de los países africanos que hemos mencionado más arriba, y el número de hijos por mujer tenía una media de seis (hoy es de dos y medio).

Podría parecer que estamos muy bien: con una tasa de crecimiento demográfico cada vez más moderada, pero tendríamos que ir encendiendo las alertas. En un futuro ya no lejano tendremos que pensar en desgravaciones fiscales y ayudas a las familias que se esmeran en dar educación especializada a sus hijos. Sería una buena señal de que aumentar el capital humano de la nación es visto por esta con gratitud y solidaridad. Dos sentimientos también asociados a la fiesta de la Navidad.

Fuente: http://elcomercio.pe/opinion/columnistas/navidad-como-celebracion-natalidad-c-contreras-noticia-1952415

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El estado de vigilancia en los países libres

Por: Noam Chomsky

En los últimos tiempos, hemos aprendido mucho sobre la naturaleza del poder del Estado y las fuerzas que impulsan sus políticas, además de aprender sobre un asunto estrechamente vinculado: el sutil y diferenciado concepto de la transparencia.

La fuente de la instrucción, por supuesto, es el conjunto de documentos referidos al sistema de vigilancia de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) dados a conocer por el valeroso luchador por la libertad, el señor Edward J. Snowden, resumidos y analizados de gran forma por su colaborador Glenn Greenwald en su nuevo libro No Place to Hide (Sin lugar donde esconderse).

Los documentos revelan un notable proyecto destinado a exponer a la vigilancia del Estado información vital acerca de toda persona que tenga la mala suerte de caer en las garras del gigante, que viene a ser, en principio, toda persona vinculada con la moderna sociedad digital.

Nada tan ambicioso fue jamás imaginado por los profetas distópicos que describieron escalofriantes sociedades totalitarias que nos esperaban.

No es un detalle menor el hecho que el proyecto sea ejecutado en uno de los países más libres del planeta y en radical violación de la Carta de Derechos de la Constitución de Estados Unidos, que protege a los ciudadanos de persecuciones y capturas sin motivo y garantiza la privacidad de sus individuos, de sus hogares, sus documentos y pertenencias.

Por mucho que los abogados del gobierno lo intenten, no hay forma de reconciliar estos principios con el asalto a la población que revelan los documentos de Snowden.

También vale la pena recordar que la defensa de los derechos fundamentales a la privacidad contribuyó a provocar la revolución de independencia de esta nación. En el siglo XVIII el tirano era el gobierno británico, que se arrogaba el derecho de inmiscuirse en el hogar y en la vida de los colonos de estas tierras. Hoy, es el propio gobierno de los propios ciudadanos estadounidenses el que se arroga este derecho.

Todavía hoy Gran Bretaña mantiene la misma postura que provocó la rebelión de los colonos, aunque a una escala menor, pues el centro del poder se ha desplazado en los asuntos internacionales. Según The Guardian y a partir de documentos suministrados por Snowden, el gobierno británico ha solicitado a la NSA analizar y retener todos los números de faxes y teléfonos celulares, mensajes de correo electrónico y direcciones IP de ciudadanos británicos que capture su red.

Sin duda los ciudadanos británicos (como otros clientes internacionales) deben estar encantados de saber que la NSA recibe o intercepta de manera rutinaria routers, servidores y otros dispositivos computacionales exportados desde Estados Unidos para poder implantar instrumentos de espionaje en sus máquinas, tal como lo informa Greenwald en su libro.

Al tiempo que el gigante satisface su curiosidad, cada cosa que cualquiera de nosotros escribe en un teclado de computadora podría estar siendo enviado en este mismo momento a las cada vez más enormes bases de datos del ex-presidente Obama en Utah.

Por otra parte y valiéndose de otros recursos, el constitucionalista de la Casa Blanca parece decidido a demoler los fundamentos de nuestras libertades civiles, haciendo que el principio básico de presunción de inocencia, que se remonta a la Carta Magna de hace 800 años, ha sido echado al olvido desde hace mucho tiempo.

Pero esa no es la única violación a los principios éticos y legales básicos. Recientemente, el The New York Times informó sobre la angustia de un juez federal que tenía que decidir si permitía o no que alimentaran por la fuerza a un prisionero español en huelga de hambre, el que protestaba de esa forma contra su encarcelamiento. No se expresó angustia alguna sobre el hecho de que ese hombre lleva doce años preso en Guantánamo sin haber sido juzgado jamás, otra de las muchas víctimas del líder del mundo libre, quien reivindica el derecho de mantener prisioneros sin cargos y someterlos a torturas.

Estas revelaciones nos inducen a indagar más a fondo en la política del Estado y en los factores que lo impulsan. La versión habitual que recibimos es que el objetivo primario de dichas políticas es la seguridad y la defensa contra nuestros enemigos.

Esa doctrina nos obliga a formularnos algunas preguntas: ¿la seguridad de quién y la defensa contra qué enemigos? Las respuestas ya han sido remarcadas, de forma dramática, por las revelaciones de Snowden.

Las actuales políticas están pensadas para proteger la autoridad estatal y los poderes nacionales concentrados en unos pocos grupos, defendiéndolos contra un enemigo muy temido: su propia población, que, claro, puede convertirse en un gran peligro si no se controla debidamente.

Desde hace tiempo se sabe que poseer información sobre un enemigo es esencial para controlarlo. Obama tiene una serie de distinguidos predecesores en esta práctica, aunque sus propias contribuciones han llegado a niveles sin precedentes, como hoy sabemos gracias al trabajo de Snowden, Greenwald y algunos otros.

Para defenderse del enemigo interno, el poder del Estado y el poder concentrado de los grandes negocios privados, esas dos entidades deben mantenerse ocultas. Por el contrario, el enemigo debe estar completamente expuesto a la vigilancia de la autoridad del Estado.

Este principio fue lúcidamente explicado años atrás por el intelectual y especialista en políticas, el profesor Samuel P. Huntington, quien nos enseñó que el poder se mantiene fuerte cuando permanece en la sombra; expuesto a la luz, comienza a evaporarse.

El mismo Huntington lo ilustró de una forma explícita. Según él, “es posible que tengamos que vender [intervención directa o alguna otra forma de acción militar] de tal forma que se cree la impresión errónea de que estamos combatiendo a la Unión Soviética. Eso es lo que Estados Unidos ha venido haciendo desde la doctrina Truman, ya desde el principio de la Guerra Fría”.

La percepción de Huntington acerca del poder y de la política de Estado era a la vez precisa y visionaria. Cuando escribió esas palabras, en 1981, el gobierno de Ronald Reagan emprendía su guerra contra el terror, que pronto se convirtió en una guerra terrorista, asesina y brutal, primero en América Central, la que se extendió luego mucho más allá del sur de África, Asia y Medio Oriente.

Desde ese día en adelante, para exportar la violencia y la subversión al extranjero, o aplicar la represión y la violación de garantías individuales dentro de su propio país, el poder del Estado ha buscado crear la impresión errónea de que lo que estamos en realidad combatiendo es el terrorismo, aunque hay otras opciones: capos de la droga, ulemas locos empeñados en tener armas nucleares y otros ogros que, se nos dice una y otra vez, quieren atacarnos y destruirnos.

A lo largo de todo el proceso, el principio básico es el mismo. El poder no se debe exponer a la luz del día. Edward Snowden se ha convertido en el criminal más buscado por no entender esta máxima inviolable.

En pocas palabras, debe haber completa transparencia para la población pero ninguna para los poderes que deben defenderse de ese terrible enemigo interno.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/contratapa/13-310135-2016-09-24.html

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