Pobreza global registrará mayor aumento en 20 años

Pobreza global registrará mayor aumento en 20 años mientras escalan precios de alimentos

Los expertos afirman que los precios más altos inquietan sobre todo a los países importadores de alimentos, pero por lo general los mercados globales están mejor abastecidos ahora, con inventarios como cuota de consumo cercanos al 30 %, frente al 20 % de hace una década.

La agricultura mundial se ha revalorizado en el último año, marcado por la pandemia, si bien el riesgo de inseguridad alimentaria ha crecido en los países pobres, han apuntado diversos analistas.

Los precios internacionales de alimentos básicos aumentaron el pasado febrero por noveno mes consecutivo, hasta alcanzar su nivel más alto desde julio de 2014, según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Economistas del Banco Mundial consultados por EFE precisan que el reciente encarecimiento de esos productos se debe a una serie de factores, la mayoría de los cuales no están relacionados directamente con la covid-19.

La escasez de oferta, la fuerte demanda y el debilitamiento del dólar están detrás del aumento del precio de algunos alimentos básicos, según las fuentes, que matizan que la subida de los granos es mucho menor que la experimentada en otros momentos de auge como en 2007-2008 o 2010-2011.

Los expertos afirman que los precios más altos inquietan sobre todo a los países importadores de alimentos, pero por lo general los mercados globales están mejor abastecidos ahora, con inventarios como cuota de consumo cercanos al 30 %, frente al 20 % de hace una década.

Durante el último año, los confinamientos y sucesivas limitaciones afectaron a las cadenas de suministro en países de ingresos altos y bajos de forma temporal.

Sin embargo, el Banco Mundial destaca que los canales comerciales globales permanecieron abiertos, los alimentos siguieron fluyendo como productos básicos y sus precios se mantuvieron «resilientes».

La mayoría de los sectores agrícolas ha aguantado la crisis y solo algunos han tenido dificultades como el té -por las restricciones de movilidad que impedían a los trabajadores recogerlo- o las flores, por el colapso de la demanda mundial.

La amenaza del hambre

La crisis del coronavirus no ha afectado especialmente a los precios agrícolas, pero sí ha elevado el riesgo de hambre por la recesión global, según el último informe del Banco Mundial sobre las perspectivas de los mercados de materias primas.

Al organismo le preocupa la situación de los países más afectados por la inseguridad alimentaria, donde la inflación en los alimentos ha sido de más del 20 % en los últimos 12 meses.

Se estima que entre 143 y 163 millones de personas pasarán a ser pobres en el mundo por la pandemia, en lo que parece que será el primer aumento significativo de la pobreza en 20 años.

La vicepresidenta asociada del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Meike van Ginneken, asegura que los pequeños agricultores en los países en desarrollo hacen frente a unos riesgos «desproporcionados» por el impacto de la covid-19.

«Los pobres tienen menos capacidad de afrontar los choques, poseen menos activos y ahorros para lidiar con las interrupciones de ingresos. Los pequeños agricultores a menudo dependen de varias fuentes de ingresos, como la mano de obra o las remesas, pero ahora esos flujos están en peligro», afirma la responsable.

Van Ginneken detalla que las restricciones a la movilidad han afectado a las cadenas de suministro y, en muchos casos, los pequeños agricultores no han podido comercializar sus productos ni acceder a insumos agrícolas básicos como semillas.

«Tenemos que ayudar más a los que no pueden servirse de sí mismos. La covid-19 sigue con nosotros y la distribución equitativa de las vacunas será crucial para que los países pobres no tarden muchos años en superar la crisis», remarca la vicepresidenta, para quien la pandemia ha puesto de manifiesto la fragilidad de los sistemas alimentarios.

Para el periodo 2022-2024, esta agencia de la ONU ha recibido promesas de financiación por valor de 1.100 millones de dólares (933 millones de euros), su nivel más alto de contribuciones, para seguir invirtiendo en la población rural, que constituye el 75 % de los más pobres del planeta.

América Latina

En América Latina y el Caribe, el FIDA acaba de anunciar una donación de 2,3 millones de dólares (1,95 millones de euros) para que más de 10.000 agricultores familiares accedan a mercados y servicios bancarios mediante soluciones digitales.

Para el director de Cooperación Técnica del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), Federico Villarreal, en 2020 hubo una «clara revalorización de la agricultura», sector que se vio menos afectado que otros y permitió mantener la provisión de alimentos, ganándose el «reconocimiento social».

«No es casualidad que los agricultores hayan sido considerados trabajadores esenciales y que tuvieran licencia para circular pese a las restricciones», añade.

A su juicio, la circulación de la producción agraria «no se frenó de manera dramática» y hubo un mayor consumo de alimentos en los hogares, que impactó en los canales de distribución.

Villarreal considera que se aceleró el proceso de digitalización en el campo, lo que ayudó a muchos productores a comercializar sus productos.

Y para el futuro, confía en que la agricultura pueda ser «parte de la solución» a00 algunos problemas de la crisis por su capacidad para contribuir a la reactivación económica.

Fuente: https://versionfinal.com.ve/mundo/pobreza-global-registrara-mayor-aumento-en-20-anos-mientras-escalan-precios-de-alimentos/

Comparte este contenido:

La ONU presenta un nuevo mapa de la pobreza global más allá del dinero

Redacción: EL País

1.300 millones de personas son pobres en todos los sentidos de la palabra, porque no tienen apenas ingresos o carecen de acceso a agua potable, alimentos suficientes o electricidad

El 10% de la población mundial, 736 millones de personas, sobreviven cada día con menos de 1,90 dólares. Son extremadamente pobres… económicamente. Estar por encima de este nivel de ingresos no asegura automáticamente tener una vida digna, una en la que se defeca en un retrete, se come al menos tres veces al día y los hijos no mueren de una diarrea. Por eso, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) se ha aliado con la Iniciativa para el Desarrollo Humano y contra la Pobreza de la Universidad de Oxford (OPHI, por sus siglas en inglés) para saber cuántos seres humanos sufren carencias múltiples y simultáneas más allá del dinero. Son 1.300 millones, una cuarta parte de la población de los 104 países que se han estudiado en el primer Índice de Pobreza Multidimensional global, publicado este jueves. La mitad son niños.

Con datos sobre desnutrición, años de escolarización, estado de las viviendas, el combustible con el que cocinan y así hasta 10 indicadores sobre salud, educación y nivel de vida, los autores han sido capaces de calcular no solo el número de pobres multidimensionales —que sufren carencias de al menos un tercio de estos indicadores—, sino también el grado, en función del tipo, la cantidad e intensidad de las privaciones, e incluso dónde viven y qué edad tienen. «Desagregamos tanto como nos lo permiten los datos», ha explicado Sabina Alkire, directora de la OPHI y creadora de este índice, en la presentación de la investigación en la sede de la ONU en Nueva York, retransmitida en directo a través de su canal de televisión.

«La mitad de ellos son niños», ha explicado Achim Steiner, administrador del PNUD. «Es toda una generación cuyas vidas están atrapadas en la pobreza», ha lamentado. Como la de Amudhra, una niña de 14 años de Tamil Nadu, al sur de India, a la que entrevistaron las estudiantes de la Lady Doak Colleague de esta misma ciudad para el estudio. Así supieron que en su hogar había varios miembros desnutridos, no tenían un combustible limpio para cocinar, ni agua potable ni saneamiento, aunque sí tenía electricidad tomada de unos vecinos, todos los niños en la casa iban a la escuela y ningún menor había muerto en la última década. «Con un cuestionario de 10 preguntas, tenemos una idea de cómo es la vida de Amudhra», ha explicado Alkire. Conclusión: es multidimensionalmente pobre.

El 83% de pobres multidimensionales se concentra en dos regiones: África subsahariana con 560 millones y Asia meridional con 546 millones

Hay dos maneras de interpretar estos resultados, ha considerado Steiner. Una pesimista, pues los datos revelan una cantidad mucho más abultada de personas en situación de pobreza de las que muestran las estadísticas realizadas hasta ahora. La optimista, en opinión del administrador del PNUD, es que esta herramienta es «una oportunidad» para luchar de manera certera contra todas las miserias para erradicarlas, como manda el primero de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El ejemplo positivo de nuevo lo han encontrado en India, el primer país en el que se ha analizado el progreso alcanzado a lo largo del tiempo. Entre 2006 y 2016, 271 millones de personas salieron de la pobreza. Más que toda la población de Indonesia. Según los datos más recientes del índice, aún 364 millones de habitantes del país asiático, un 27,5%, eran pobres multidimensionalmente en 2016, principalmente por las malas condiciones de vida y, en menor proporción, por las carencias relacionadas con la salud y la educación, en ese orden. Una década antes, los números eran peores: un 55% de los indios sufría varias de las privaciones escrutadas.

«Esto no es producto de la casualidad», ha destacado Steiner, quien ha alabado la determinación del Gobierno indio en el uso de este índice para tomar las decisiones adecuadas para mejorar la vida de las personas. Para él, el avance de India es la prueba de que este problema se puede combatir si las prioridades y programas están bien definidos. Para ello, el trabajo de investigación y estadístico es fundamental.

India es el primer país en el que se ha analizado el progreso. Entre 2006 y 2016, 271 millones salieron de la pobreza

«El Banco Mundial y organizaciones como la Fundación Bill y Melinda Gates producen informes sobre pobreza e investigaciones sobre qué funciona y qué no. Y todos coincidimos en que millones de personas están siendo abandonadas y no se benefician del desarrollo», ha asegurado Steiner. Para sacar a la luz a esos pobres que permanecían en la oscuridad estadística, el PNUD se alió con el equipo de Alkire en la OPHI que venía trabajando con este índice en decenas de países, pero nunca se había aplicado en el ámbito global con datos armonizados y comparables entre territorios.

Una vez obtenidos los primeros resultados, la intención es recabar datos periódicamente para poder observar los progresos y disponer de una fotografía más nítida sobre quiénes necesitan ayuda, qué tipo y dónde. Con ella, los políticos comprometidos con poner fin a la pobreza podrán tomar decisiones más informadas y financiar adecuadamente los programas diseñados para este propósito. «La pregunta que habrá que responder es si los más pobres son los que más mejoran», ha indicado Alkire. El ejemplo de India demuestra que sí, pero aún es el país con más cantidad de pobres del mundo y los más vulnerables siguen encontrándose en los mismos grupos de la sociedad: las castas más bajas, los musulmanes y los niños.

Fuente: https://elpais.com/elpais/2018/09/20/planeta_futuro/1537441680_635893.html

Comparte este contenido: