Por. Elena FernÁNDEZ-PELLO.
José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad San Pablo-CEU, participó ayer en la I Jornada por la Reconquista, organizada por el movimiento Juventud Identitaria en Oviedo, en el Palacio de Congresos de Buenavista. Orillo revisó la Reconquista desde el punto de vista histórico y analizó cómo su legado llega hasta la actualidad.
– Hablar de Reconquista presupone que existe un territorio ya conquistado. ¿Cuándo nace España ?
-Marcelino Menéndez y Pelayo concibe que es en el tercer Concilio de Toledo, en el que las poblaciones germanas y las hispanorromanas han dejado de ser pueblos que conviven y se han fusionado, con una sola religión y una cultura. Otros interpretan que fue con la federación de reinos de los Reyes Católicos y otros con la lucha por la independencia frente a los franceses a partir de 1812. De todo ello ha quedado una comunidad histórica, en la que todos los pueblos de España, dentro de esa diversidad, hemos aportado grandes cosas a la humanidad.
– Pelayo, más allá de la historia, es un personaje épico.
-Hay gente muy poderosa que pacta con los musulmanes como Teodomiro, que dispone de más de dos mil guerreros; Pelayo se va con trescientos a los montes y cuando sucede lo de Covadonga le quedan treinta. Es un jefe de armas que se queda con los irreductibles, que prendió una llama que luego se extiende a los cántabros, los navarros… forjando los núcleos de la resistencia. Rompe el anonimato, y es la prueba de que un hombre puede echar a rodar una bola de nieve y cambiar el destino y la historia.
– ¿Qué vigencia tiene ese concepto de Reconquista en la actualidad?
-Es un difícil equilibrio: en un mundo globalizado y a una gran velocidad, en completa intercomunicación, mantener nuestras raíces. Tenemos que estar abiertos a lo que viene, y a enriquecernos con ello, y ser fieles a nuestro origen. Podemos enriquecer a otros, pero solo si sabemos quiénes somos. No tenemos que ser un muro para los demás, sino una ventana. Tengo que reconquistar quién soy, de dónde vengo, para poder mirar al futuro. Eso ayuda muchísimo a la convivencia. Incluso las políticas de integración fracasan si no se sabe dónde se va a integrar una persona. El patriotismo es algo bueno y uno tiene que estar orgulloso de la patria como lo está de la herencia de sus padres.
– Este año coinciden varios aniversarios en Asturias, vinculados de un modo u otro a la Reconquista, aunque no ha tenido mucha resonancia fuera de la región.
-Es una pena, porque vivimos nuestras comunidades autónomas como compartimentos estancos. Estamos reduciendo festividades que son de todos: Santiago Apóstol es ahora una festividad gallega, el Pilar aragonesa… Los acontecimientos de Asturias, que llenan de orgullo a Asturias, llena de orgullo al resto de los españoles, porque desde luego sin Asturias los demás estaríamos seguramente con turbante y una barba. Hemos perdido el concepto de transversalidad y solidaridad interespañoles.
– Hay ideologías que se apropian de sentimientos como el patriotismo o acontecimientos como la Reconquista.
-Un hecho histórico relevante tiene que ser patrimonio de todos. Un Severo Ochoa, no sabemos si sería de izquierdas o de derechas, pero es un premio Nobel patrimonio de todos los españoles y todos nos sentimos orgullosos. Nos deberíamos fijar más en otros países, como Francia o Polonia.
– ¿Más referencias patrióticas paliarían el extremismo político?
-Ha habido unas competencias autonómicas muy entregadas a ideologías políticas. El nacionalismo vasco o catalán han favorecido una identidad nacionalista diversa, y no ha habido una educación aséptica y neutral que favoreciese al patrimonio histórico común.
– ¿Habrá que reconquistar Cataluña?
-Solo se puede reconquistar a través de la educación y la cultura, tan malo es la interpretación secesionista como un centralismo que solo quiere una castellanización de Cataluña.
Fuente de la reseña: https://www.lne.es/oviedo/2018/11/04/cataluna-reconquistar-educacion-cultura/2374715.html