México: Posición Política de la CNTE

América del Norte/México/25-06-2021/Autor(a) y Fuente: CNTE

Recibimos hoy viernes por parte de la Coordinadora Nacional de los Trabajadores de la Educación (CNTE) de México su posicionamiento político ante las manifestaciones y protestas que vienen haciendo desde el pasado miércoles 23 de junio de 2021.

«Nuestra Jornada de Lucha Nacional de 72 horas es para romper el cerco mediático que intenta poner a la CNTE como intransigente, para hablar de frente a la sociedad mexicana de los avances y retrocesos de las 18 entrevistas con el Presidente de la República, para manifestar que nuestra lucha se circunscribe en la construcción de una educación para la vida, humanista y emancipadora y la valoración objetiva y real de la labor docente. Que nuestras críticas al proceso de negociación tienen que ver con la táctica dilatoria que ha implementado el gobierno mexicano, la suspensión unilateral de reuniones acordadas desde el 9 de diciembre con el licenciado Andrés Manuel y los puntos no resueltos suscritos de la agenda de las siete mesas temáticas.

La CNTE dio una muestra de resistencia organizada al oponerse a las reformas estructurales, que el estado neoliberal mexicano impuso a sangre y fuego con el fin de ejercer un mayor control sobre la población, legalizar el saqueo de los recursos naturales, precarizar las condiciones de trabajo de todos los sectores y establecer las bases para la privatización de la educación pública.

El gobierno que inicia su periodo en el 2018, convoca a la CNTE a un diálogo permanente, reconociéndola como “la única organización de masas que sobrevivió al neoliberalismo”, la Coordinadora mostrando voluntad política define claramente la agenda que se desarrollará en siete mesas y en concreto como principal demanda la abrogación de la mal llamada reforma educativa.

En 18 reuniones con el Ejecutivo, signamos varios acuerdos que contemplan por un lado resarcir los agravios que provocó la implementación de la nefasta Reforma y por otro lado avanzar en las demandas históricas de los miles de Trabajadores de la Educación aglutinados en la CNTE.

Lo cierto es que el balance es desfavorable, si bien es cierto hay avances mínimos en la reinstalación de maestros y maestras cesados, libertad de presos políticos y de conciencia, pago de adeudos retrasados. Por otro lado la mesa educativa estancada, la mesa sindical sin propuesta concreta para la democratización del SNTE, la de seguridad social sin resultados tangibles, la mesa Chiapas sin solución favorable para los trabajadores de la educación de la sección 7, el proceso de basificación cancelado, el fortalecimiento del normalismo nulo más aún son reprimidos salvajemente, plazas automáticas para los egresados de las normales inexistentes, sigue sin aperturarse  la Normal del Mexe en su calidad de internado y Normal Rural, padecemos las infames medidas implementadas de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros (USICAMM), se sigue precarizando la vida de los jubilados con la aplicación de la Unidad de Medida de Actualización (UMA) en el pago de pensiones, finalmente un raquítico aumento salarial del 3.9% que se traduce en $15.10 diarios.

Vivimos un estado de excepción laboral, la propuesta del Ejecutivo Federal de abrogar la mal llamada reforma educativa y que no iba a quedar ni una coma se quedó en el discurso, únicamente eliminaron la evaluación de permanencia, solo fue barnizada pero con muchos elementos de la reforma peñista.

Manifestamos que no queremos prerrogativas, ni trato preferencial, solo planteamos que hablemos con la verdad, que nos diga de frente y con claridad si hay voluntad política de continuar con el diálogo, si los acuerdos avalados por el Presidente Andrés Manuel López Obrador serán atendidos y resueltos favorablemente o no.

Declaramos categóricamente que la CNTE no tiene una representación legislativa    en ningún cargo de gobierno ni en ningún puesto de elección popular.

 

¡UNIDOS Y ORGANIZADOS, VENCEREMOS!»

 

Fuente e Imagen: CNTE

Comparte este contenido:

“Sin fundamento político y radical el veganismo no es nada”

Por: Enric Llopis

A veces la portada de un libro condensa en el título y alguna imagen muchas páginas de contenido. Lo primero que advierte el lector del libro “Liberación animal más allá del veganismo”, publicado en 2014 por el colectivo editorial Dskntrl, es la ilustración de un ritual caníbal, en el que no hay vacas, caballos ni cerdos. Sólo seres humanos. “No estamos de acuerdo con el canibalismo, pero sí ingerimos otros animales”, advierte el autor, Roberto Lemes. El activista plantea una crítica radical (desde la raíz) a la ideología “especista”, que considera a la especie humana como superior al resto de los seres vivos. Algo así como la especie “elegida”. Y no se trata de una formulación teórica, escondida en manuales y fanzines. Existe un especismo cotidiano. “En las ciudades pueden verse numerosos anuncios de Burger King, McDonald’s o Kentucky Fried Chicken, que se suman a todas las ideas que propaga la educación familiar e institucional”. Lemes ha presentado el texto de 112 páginas en el Centro Social Okupado y Anarquista La Fustería del barrio del Cabanyal, dentro de la XVII Mostra del Llibre Anarquista de València que se celebra entre el uno y el nueve de abril.

Los artículos que componen el libro se publicaron en el blog “rebelionanimal”, en el que también se difundía un programa radiofónico de igual título; durante más de una década “rebelionanimal” se emitió –de manera intermitente- en radios libres de diferentes ciudades. Lemes se muestra crítico con organizaciones que hace una década defendían la alimentación vegana y denunciaban el “especismo”, pero que hoy “obvian la opresión de los animales y hablan casi de gallinas felices, aunque también se hallen explotadas”. También alerta de las modas y de presuntos aliados. Como la ONG supuestamente conservacionista Sea Sepherd, que tiene como a una de sus marcas de referencia a la exactriz Brigitte Bardot. “Es conocida por su ‘amor’ a los animales, no sé si esta persona es vegana o qué es lo que come; es algo que no interesa, ya que ha manifestado su apoyo a Le Pen, así como su odio a inmigrantes y homosexuales”, explica Roberto Lemes. Extiende su crítica a esnobismos y fetichismos. En la organización Sea Sepherd actuan, sostiene el activista, como una especie de “piratas modernos”, donde prima el espectáculo (aunque “no es esto lo que más critico”, matiza), al atacar barcos que no cumplen la legislación sobre captura de ballenas o atunes. Pero al tiempo, denominan a sus embarcaciones “Brigitte Bardot”, o las bautizan con el nombre de un domesticador de cocodrilos, Stewe Irwin.

La batalla por el veganismo y la liberación animal no es mayoritaria entre los movimientos “alternativos”. El autor se fija en una consigna conocida: “Ama la música, odia el fascismo”. No florecen las bandas musicales anti-especistas y por la liberación animal en movimientos contraculturales como el punk o el hardcore, ni en muchos colectivos libertarios. En ocasiones grupos de activistas han tratado de introducir panfletos contra el “especismo” en huelgas generales, “para hacer visible esta lucha dentro del anarquismo”, explica Roberto Lemes. Se han buscado mensajes rotundos, como el siguiente: “Hoy no estamos todos en la huelga, faltan otros que están igual de explotados o más que nosotros”. O, en plena contienda por los derechos laborales, “Nos han enseñado que los animales son cosas, reemplazables y descartables, pero el capital nos explota a todos por igual”; y “Una alimentación vegana es necesaria para que en nuestros estómagos no carguemos con el sufrimiento de otros”.

Frente a los restaurantes de comida vegana en barrios gentrificados, las modas y apelaciones exclusivas a la vida saludable, el activista defiende una idea “fuerte” del veganismo: “Si no es concebido como algo radical no es nada”; “luchamos para que algún día jaulas y prisiones resulten destruidas”. Por eso, se separan del objetivo las alegrías porque en un supermercado puedan encontrarse más productos veganos. A ello se agrega la influencia de los lobbies de consumo, que igual un año ponen de moda el aceite de palma que otro la soja y sus derivados (buena parte de la soja transgénica producida en América Latina se utiliza para el alimento del ganado). El activista reivindica un veganismo con fundamento político, que además forma parte de la historia del anarquismo. Él mismo se adentró en la cosmovisión a partir de la lectura de fanzines ácratas, antes de la generalización de Internet. ¿Puede resolverse el sometimiento de los animales no humanos con legislaciones reguladoras y directrices de consumo? “Si las leyes nunca han solucionado los problemas de la especie humana, menos aún los de los animales”.

La denuncia es por tanto de fondo, y no se limita a una crítica de la industria cárnica y los mataderos, ya que la tortura, aherrojamiento y sacrificio de un animal también puede practicarlas un campesino. “El especismo cotidiano atraviesa culturas, etnias, géneros y países”, señala Lemes. “No es legítimo que Central Lechera Asturiana viole a una vaca, pero también mi vecino puede oprimir a un animal”. Desde la perspectiva del conjunto de los seres vivos, todos los estratos sociales, aunque sufran la opresión, también aplastan a los últimos de la cadena: los animales de la especie no humana. No sólo se vinculan directamente sectores como las cárnicas, la peletería y el cuero, sino que experimenta con animales la industria farmacéutica, de limpieza, automotriz, militar, tabacalera y de bebidas alcohólicas. El libro reproduce un cartel anarquista que señala a marcas como L’Oreal, Bic, Boss, Giorgio Armani, Johnson-Johnson, Adidas, Dove, Tampax, Colgate, Rexona o Braun, entre otras. Las responsabiliza de unas cifras estremecedoras: “100 millones de animales son asesinados cada año; en Europa cada tres segundos muere un animal en laboratorios”.

La presentación del libro “Liberación animal más allá del veganismo” se plantea en forma de círculo. “Yo he visto sacrificar animales en un matadero, no es lo mismo que en un documental; si la gente se enfrentara a esta realidad en vivo, dejaría de consumir carne”, comparte uno de los asistentes, que añade sus dudas sobre la cuestión. “Las plantas también sienten”. Se entabla un diálogo. Otro de los activistas responde que los animales poseen sistema nervioso, y por lo tanto sufren. En ese punto radicaría la diferencia con los vegetales: “Podemos alimentarnos sin torturar a un ser vivo con sentimientos, sujetos de afecto y amor”. El primer interviniente vuelve a expresar sus dudas: “Pero si a una rosa se le ofrece cariño, puede transformarse, de estar mustia a manifestar lozanía”. Otro asistente afirma que ello se debe a las vibraciones, ya que con la música cercana a todo volumen la planta crecería aún más. Al autor del libro se le pregunta asimismo por la pureza del ideal. “No somos 100% veganos ni 100% anarquistas, porque vivimos dentro de un sistema capitalista y hay que sobrevivir”. Una joven pide la palabra para hacer un inciso crítico: “A veces en los colectivos las personas veganas pueden hablar con una especie de superioridad moral sobre el resto”.

Lemes destaca la diferencia entre veganos y vegetarianos. Los primeros no consideran “objetos” a las demás especies animales, pero los vegetarianos sí: consumen leche, queso (“con cuajo animal incluido”), miel, huevos y otros alimentos que provienen de la explotación animal. El autor también defiende la creación de comedores veganos como “herramienta política y de denuncia”, lo que evidenciaría que con pocos recursos o sin dinero es posible la alimentación sin someter a otros animales. Para ello, se trata de combatir una propaganda que echa raíces ya en la escuela, y que se presenta de modo tan inocente como que los animales “nos dan la leche, nos dan los huevos y nos dan la miel”.

También se recurre a los pretextos y a la mera comodidad: “Tengo esas gallinas y me dejan los huevos, ¿qué quieres que haga? ¿Que no los coma?”. Por otro lado hay quien critica el “panóptico” (Bentham) en cárceles, escuelas y fábricas, pero el sistema del ojo que todo lo vigila también se aplica en zoos, granjas y mataderos. Otro lastre para la liberación animal es el peso de las tradiciones, tan asumidas como el uso de caballos en competiciones deportivas o los carruajes para recoger las basuras. En uno de sus artículos, Roberto Lemes menciona el caso de un documental sobre un matadero en la periferia de Buenos Aires. Además de toda la información, se percibe en esta “maquinaria de la muerte ‘diferente’”, un halo de “qué bueno esto de la autogestión y la autonomía”.

*Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=224886&titular=%93sin-fundamento-pol%EDtico-y-radical-el-veganismo-no-es-nada%94-

Comparte este contenido: