Por: UAM
El papel femenino en el proceso de edición no ha sido reconocido y la historiografía ha mantenido a este sector en la oscuridad, coincidieron participantes en la Jornada Mujeres en la edición. Perspectivas históricas y contemporáneas, convocada por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
La maestra Guadalupe Correa Chiarotti, profesora de la Licenciatura en Letras Hispánicas en la Unidad Iztapalapa, recordó que luego de 165 años del levantamiento de las obreras en Nueva York por sus derechos, sus demandas contra la precariedad y explotación laboral y la salud reproductiva negada, muchas de esas exigencias siguen vigentes.
“El estudio de las prácticas editoriales es una forma de no reproducir el silencio, investigar sobre aquellas que ejercieron labores editoriales y sus estrategias para publicar contribuyen a evitar el olvido que desde la academia se ha instrumentado de que las prácticas editoriales son en gran medida masculinas, pero existen ejemplos que contradicen esa supuesto”.
En otras épocas, ellas “dialogaron a través de sus publicaciones y la literatura fue un ejercicio de insubordinación y en otros casos de denuncia”, puntualizó la investigadora.
La doctora Jenny Teresita Guerra González, investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México, planteó que existe una deuda histórica en los estudios de la mujer en la edición, pues se advierte un vacío en ese ejercicio de constitución de la memoria.
“La deuda en los procesos editoriales es la invisibilidad femenina, sólo conocemos de varones editores o ligados a revistas o grupos intelectuales, salvo en el Cono Sur donde es más visible su participación, pero al norte de América Latina el trabajo de ellas permanece oculto”, enfatizó.
“La colaboración de ellas no ha sido estudiada de manera adecuada, las mujeres han sido editoras, cuestión que debemos valorar para visibilizarlas a partir de un estudio casi arqueológico y de reconstrucción”.
La especialista planteó que el papel femenino en la edición no ha sido protagónico, aunque sin ellas varias publicaciones no hubieran sido posibles. En América del Sur, muchas financiaron ediciones, aunque en algunos casos no aparecía su nombre, sino que había sido impreso en los talleres de la viuda de algún personaje.
Ahora, los proyectos editoriales tienen la perspectiva de género y buscan crecer en la disidencia. “La visión que se tenía se ha ido ampliando y en la actualidad las mujeres publican desde varios medios”, argumentó la investigadora.
La doctora Áurea Maya, historiadora del arte y musicóloga del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical del Instituto Nacional de Bellas Artes, recordó que en el siglo XIX algunas mujeres que se dedicaban a la música, al casarse la abandonaban para recluirse en sus casas. Citó que varias niñas fueron prodigios, pero al contraer nupcias abandonaban esa actividad, algunas publicaban partituras, pero no existen testimonios y no se reconoce ese trabajo.
Pero al analizar el siglo XIX surge la interrogante sobre en qué momento comenzaron a tener un espacio más allá del matrimonio y presencia en la musicología mexicana. Esperanza Pulido publicó en 1958 La mujer mexicana en la música, muy avanzada para la época, y también editó una revista de investigación musical.
“En el periodo de la posrevolución escribieron y recuperaron las historias de la musicología, pero en qué momento la historiografía las volvió invisibilizar. Carmen Sordo Sodi, interesada en la investigación musical, propuso abrir un centro nacional de investigación musical que ahora existe como el nombre de Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Musical”, refirió.
La maestra Cynthia Martínez Benavides, responsable de la Casa del Tiempo, comentó que las fuentes para el tema no son fáciles de conseguir y que el primer contacto que tuvo con una edición elaborada por una mujer fue el diario de Frida. “A los 13 años vi una exposición de Carmen Boullosa y de Magaly Lara que me trastornó por su intimidad y fue la manera de ver una obra a través del grabado y del dibujo”.
Así, “los encuentros con los trabajos femeninos son complicados porque siempre están escondidos y se presentan desde el intersticio y en la actualidad se presenta desde la creación, la edición y las editoras divulgadoras del trabajo de los varones”.
El encuentro –coordinado por la Casa de la Primera Imprenta de América de la Coordinación General de Difusión de la UAM– fue moderado por la doctora Freja Ininna Cervantes Becerril, académica del Departamento de Filosofía de la Unidad Iztapalapa de la Casa abierta al tiempo.