Los empleados de Sidor no han parado de reclamar mejoras salariales y condiciones adecuadas para seguir haciendo su trabajo. En esta nota, César Soto, miembro del movimiento de trabajadores Unidad en la Coincidencia y profesional con 32 años experiencia, cuenta la realidad a la que se enfrentan.
l menos 2000 trabajadores de la Siderúrgica del Orinoco (Sidor) protestaron entre el lunes 9 de enero y el martes 10 de enero por reclamo laborales en las vías adyacentes a la empresa. Los manifestantes expusieron :que sus sueldos están devaluados, las prestaciones sociales paralizadas o disminuidas, además de denunciar explotación laboral y exposición a riesgos.
No es la primera vez que se unen para reclamar las injusticias, pero es la convocatoria que ha tenido una de las mayores asistencias de sidoristas y trabajadores de otras empresas básicas, según medios locales y voceros. El Estímulo conversó con César Soto, miembro del movimiento de trabajadores Unidad en la Coincidencia y trabajador de Sidor desde hace 32 años, para conocer el origen del reclamo.
Desde elevado del portón cuatro de Sidor, uno de los puntos de acceso a la sede la industria, César Soto explicó: «No hemos abandonado los espacios porque, hasta el momento, no ha venido absolutamente nadie a darle respuesta a las exigencias que están haciendo los trabajadores».
«Los trabajadores quieren sentar una mesa donde se hable de salarios. La propuesta que ha tenido (la directiva de Sidor) para paliar el tema de lo poco que se gana es un bono. La empresa, Sidor, ofreció el día de ayer 100 dólares para pagar hoy y 100 dólares cuatro días después para que los trabajadores dejaran la acción de lucha que se tenía. Ellos dijeron que no porque eso es pan hoy y hambre para mañana», expresó Soto.
Los compañeros de Soto quieren ver cambios salariales que tengan incidencia en las vacaciones, prestaciones y las utilidades.
No es solo un reclamo de Sidor
A la avenida, donde no para la protesta de los empleados de Sidor, también llegaron alrededor de 300 trabajadores de Maderas del Orinoco, Alcasa, Venalum, y Carbonorca el lunes 9 de enero. Todas las industrias reclamaron lo mismo: derechos laborales y salariales dignos. Además prometieron mantenerse en las calles hasta conseguir una propuesta clara y adecuada para todos.
Amenazas y señalamientos
César Soto explicó que más allá de la propuesta del bono de 100 dólares, han llegado mensajes de amedrentamiento debido a que los choferes de Sidor se sumaron a la protesta y se movilizaron con las unidades de transporte al lugar.
Ante esto, la directiva de la industria básica señaló que estas personas dañarían los buses y otros vehículos, pero Soto lo niega: «Las unidades de transporte y han permanecido en la avenida, protegidas y cuidadas por los choferes. Aquí no corren ningún peligro. El peligro que corren es que el mismo ‘patrón Estado’ mande a sabotear, como ha pasado antes, para achacarle la culpa a los trabajadores».
«Queremos (…) desmentir lo que se ha dicho de que hay personas que no hemos dejado pasar porque eso es totalmente falso. Aquí hay personas que vienen con emergencias y los dejamos pasar, las ambulancias pasan. Aquí lo que no se está dejando pasar son las gandolas con materiales, gasolina, con carga de productos que quieran transportar de un estado a otro», acotó el trabajador.
César Soto tiene 32 años trabajando en Sidor. Es delegado departamental de Sidor y con el tiempo se convirtió en vocero de los derechos laborales de los empleados. A pesar de su experiencia, la directiva de la industria lo dejó fuera del grupo de trabajadores «requeridos en planta», una figura que se inventó para privar de sus labores a aquellas personas que difieren de las formas impuestas.
Esa situación, que ha profundizado el conflicto y las diferencias entre empleados, ha hecho que César Soto cobre ahora %25 o 30% del salario que le corresponde. Eso sin sumar la realidad económica: todos los sueldos se han devaluado desde el último ajuste entre marzo y abril de 2022.
«(…) una persona que salía de vacaciones (a partir de marzo de 2022) sacaba alrededor de 2800 dólares. En el transcurrir hasta esta fecha, un trabajador está sacando de $400 a $300 de vacaciones. Para aquella fecha, el salario mensual de los activos en planta, porque a los que estamos afuera nos cancelan únicamente el 30% del salario, estaba entre $400 y $500 y a esta fecha ha mermado tanto que no llega a $60 y con eso no se come», expone Soto.
«En mi caso, que cobro 30% o 25% del salario, una quincena pueden ser 15 o 20 dólares», detalla.
Cobrar sin claridad
Soto recuerda que hace varios años recibía un listín o recibo de pago con detalles de cómo se dividía el sueldo y el total. Hoy eso ya no existe: «Nosotros no sabemos cuánto ganamos porque no entregan el listín de pago (…) Nosotros hemos hecho la solicitud de la entrega del listín, que nos muestren la fórmula de cálculo nuestro salario, y los representantes de la empresa, el mismo presidente de la CVG, Pedro Maldonado, dicen que no están autorizados para decirnos».
De acuerdo con los manifestantes, razones para pedir estos comprobantes sobran, pero la más obvia es la explotación a la que varios de sus compañeros activos en planta son sometidos: «Lo exigimos porque hay trabajadores que ponen a trabajar en el turno de 7:00 am a 3:00 pm, y después les dicen que sigan hasta las 7:00 pm, y esas horas adicionales, no se las reconocen. No les pagan el sobretiempo. Ellos dicen que tampoco están autorizados para pagar sobretiempo porque eso lo manejan la Onapre y el memorándum 2792».
Este último documento, aprobado en 2018, eliminó los contratos colectivos y los derechos y beneficios que se conquistaron en el sector público durante años.
Mantenerse en la calle y evitar la confrontación
Soto explicó que se mantendrán en las calles de forma pacífica. Para el miércoles 11 de enero, compañeros de otras empresas básicas volverán a unirse a los de Sidor y hay motivos: «El patrón – Estado, a través de la gobernación (de Guayana), está llamando a una marcha el día de mañana para poner a confrontar a los trabajadores. Ellos están poniendo como punto de concentración CVG Alcasa y el que está haciendo el llamado es el presidente de Alcasa».
Sin unidad ni resultados
Una de las cosas más evidentes para César Soto, en su experiencia como vocero sindicalista, es que las políticas de la directiva de Sidor buscan acentuar las diferenciaciones para que los empleados no estén unidos en el reclamo de sus derechos.
«Ellos imponen que no se puede reclamar. Los trabajadores tienen que someterse a las condiciones de ellos. No permiten que trabajen representantes sindicales de ninguna corriente ni delegados de prevención, no los quieren en planta porque han ocurrido incidentes donde se ha visto afectada la salud de los trabajadores y no se responsabilizan. Si reclaman, nos ponen en cuarentena y quitan «el gran beneficio» que dicen ellos, que son las bolsas de comida y las proteínas (pollo, carne, sardinas en lata y mortadela). Si reclamas, pasas a ser un trabajador rezagado que cobra 30%», dice Soto.
Actualización
Durante la noche del martes 10 de enero, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y del Ministerio Público intentaron detener a César Soto. Cerca de las 12:00 am del miércoles, cortaron el suministro eléctrico de la zona del portón cuatro de Sidor, donde se mantiene la protesta desde el lunes 9 de enero.
El Estímulo intentó comunicarse con Soto la mañana del miércoles, pero no respondió. Sin embargo, sus compañeros afirman que se encuentra bien. Igualmente, José Basanta, miembro de la organización Intersectorial de Trabajadores de Guayana, indicó en Twitter que las protestas se mantienen en la misma avenida y que la marcha convocada por la directiva de la CVG en alianza con la gobernación podría generar provocaciones entre trabajadores.