El presidente argentino no renovará los contratos de 5.000 empleados públicos.
El ultraderechista Javier Milei encendió la motosierra nada más llegar a la Casa Rosada el 10 de diciembre. El flamante presidente argentino no quiso perder tiempo para llevar a cabo su promesa de desmontar el Estado del bienestar y reducir todo lo público a lo imprescindible. En el país donde los turistas hacen fotos de los piquetes y protestas como si fueran algo típico, el esperado conflicto social parecía anticiparse. Sin embargo, los opositores a Milei, principalmente el peronismo y los movimientos sociales de izquierda, están actuando con una prudencia inesperada.
La principal central obrera de Argentina, la peronista Confederación General del Trabajo (CGT), convocó este miércoles en Buenos Aires su primera protesta contra el Gobierno. Pero llamativamente lo hizo con formas casi escandinavas: pidió permiso para manifestarse, no cortó calles y se desconcentró rápidamente y sin apenas incidentes.
La convocatoria sindical tuvo un objetivo muy concreto. En lugar de tomar la avenida 9 de Julio o la plaza de Mayo, la CGT organizó una concentración en la plaza Lavalle, frente al palacio de Justicia, para presentar en tribunales una petición para suspender por inconstitucional el megadecreto de Milei del 20 de diciembre que pretende liberalizar de forma extrema la economía argentina. Sin embargo, un juzgado laboral rechazó este miércoles, en tiempo récord, la petición de la central obrera argumentando que el decreto aún no ha entrado en vigor.
La policía aplica con rigor el “protocolo antipiquetes” para evitar cortes de calles en Buenos Aires
A pesar de haber sido firmado por el presidente, el paquete de 300 medidas de Milei debe ser ratificado por el Congreso, donde el Gobierno y sus aliados macristas no tienen mayoría y necesitan alcanzar pactos con otras formaciones para hacerlo efectivo. El megadecreto pretende desregular aceleradamente la economía, privatizar todas las empresas públicas, fomentar la medicina privada, liberalizar sectores como el vitivinícola o el aerocomercial, modificar el Código Civil y Comercial, sincerar el uso del dólar o derogar leyes como la de Alquileres, que protege a los arrendatarios.
La protesta de la CGT se produjo un día después de que el martes la Casa Rosada anunciara que no renovará 5.000 contratos de empleados públicos que acaban el 31 de diciembre y que ingresaron en la administración en el 2023, coincidiendo con el último año de mandato del peronista Alberto Fernández. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) denuncia que la cifra es de 7.000 despidos. Igualmente, el Gobierno revisará los contratos firmados con anterioridad al 1 de enero del 2023. El Ejecutivo también anunció que analizará los planes sociales de los más pobres, ayudas que cobran más de un millón de argentinos, arguyendo que unos 160.000 beneficiarios estarían recibiéndolos irregularmente.
A la concentración de este miércoles, que reunió a unas 8.000 personas también se sumó la ATE, el principal sindicato de empleados públicos, y distintos movimientos sociales de izquierda que ya salieron a la calle la semana pasada apenas reunieron a 3.000 personas y tampoco cortaron la 9 de Julio.
Los cortes de calles y los piquetes, con el consiguiente colapso de tráfico en Buenos Aires, ha sido algo normalizado en las últimas dos décadas. No obstante, la llegada de Milei supuso el nombramiento como ministra de Seguridad de la derechista Patricia Bullrich, candidata presidencial macrista en la primera vuelta y ahora aliada del mandatario. Bullrich, que ocupó el mismo cargo en el gobierno de Mauricio Macri (2015-2019), reactivó con más fuerza su denominado “protocolo antipiquetes”, ejerciendo una estricta presión policial inédita sobre los piqueteros para evitar cortes de calles.
La ministra ha advertido a los beneficiarios de planes sociales que si participan en cualquier protesta perderán los subsidios que reciben; en este sentido, la policía ha empezado a grabar a los manifestantes y usa programas de reconocimiento facial para identificarlos.
“Los derechos laborales que conculcan son grandísimos, pero conculcan también un montón de derechos”, dijo este miércoles sobre los decretos Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales de la CGT, que ya amenaza con una huelga general. Daer añadió que hay “un montón de sectores de la ciudadanía que se ven afectados” por un megadecreto que “solamente complace los intereses de un pequeño grupo de poder económico de la Argentina que es el que se va a beneficiar con estas medidas”.
Fuente: https://www.lavanguardia.com/internacional/20231227/9478950/primera-protesta-sindical-contra-megadecreto-ultraliberal-milei.html