Libro: Mujeres del Siglo XX

Por: Kintto Lucas.

AL ADENTRARME EN LAS PÁGINAS de Kintto Lucas tituladas apenas con un nombre, fueron más las emociones que los pensamientos. Varias veces sentí la piel como de gallina, y solo atiné a pensar, aun antes de terminar, cuánto se parecen entre sí las vidas de estas mujeres… Sí, la emotividad es lo que provoca el encuentro entre el narrador y las mujeres narradas al apelar mas al sentir que a la razón; estos textos biográficos de Kintto trascienden el dato histórico que pasa a ser un dato secundario para detenerse en el sentido de esas vidas y esos transcursos y haciéndonoslos saborear y valorar más, y al mismo tiempo sentir ganas de conocer más. (Alexandra Ayala Marín. Fragmento del texto leído durante la presentación del libro. Quito, abril de 1997)

LA DIVERSIDAD DE SUS PERSONALIDADES, intereses y situaciones se funde en la unidad de su actitud esencial, la presencia de la dignidad de la mujer en el contexto de la dignificación de nuestros pueblos. Este es un mérito indudable del libro: la sensibilidad a las distintas voces del continente. (Iván Carvajal. Fragmento de un texto leído durante la presentación del libro. Quito, abril de 1997).

ESTE LIBRO SE MUEVE A DOS VOCES: la versión poética del autor, que ofrece su particular lectura del mundo de estas mujeres, que se aproxima a ellas desde sus propias obsesiones y amores, que tiene un carácter más lírico que narrativo, y un relato breve, informativo de la historia vital de cada una. A pesar de la significativa cantidad de fuentes consultadas, estas páginas no tienen el sabor de una investigación académica y, en cambio, conservan la fragancia de la leyenda y el sabor popular que se transmiten generacionalmente. El autor reivindica a los personajes que ha elegido. Los ama. Se pone absolutamente de su lado. Se trata entonces de un legítimo ejercicio de libertad del yo. Desde allí, la intimidad, se canta a Frida Kahlo, Alicia Alonso, Juana de Ibarbourou, Toni Morrison, Luz Elena Arismendi, Eva Perón, Elis Regina, Alfonsina Storni, Isadora Duncan… (Cecilia Velasco, Diario Hoy. Quito, abril de 1997)

KINTTO LUCAS. Escritor, periodista y político uruguayo-ecuatoriano. Vicecanciller de Ecuador, 2010-2012. Coordinador del Consejo de Estrategia Política de Ecuador, 2009. Embajador Itinerante de Uruguay para UNASUR, CELAC y ALBA, 2013. Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí 1990.
En 2004 recibió la Pluma de la Dignidad de la Unión Nacional de Periodistas del Ecuador en reconocimiento a su trayectoria. Ha sido docente de periodismo y de actualidad política y geopolítica en las universidades Católica, Andina Simón Bolívar y de las Américas; además de conferencista de diversas universidades, ONG, instituciones estatales y organismos internacionales.
Algunos de sus libros son: Rebeliones indígenas y negras en América Latina (Abya-Yala, 1992); Mujeres del siglo XX (Abya-Yala, 1997); Apuntes sobre fútbol (Abya-Yala, 1998); La rebelión de los indios (Abya-Yala, 2000), traducido al inglés con el título We Will Not Dance on Our Grandparent’s Tombs. Indigenous uprisings in Ecuador (IICR, Londres 2000); Plan Colombia. La paz armada (Planeta, 2000); El movimiento indígena y las acrobacias del coronel (Tintají, 2003); Con sabor a gol -fútbol y periodismo- (Biblioteca del Fútbol Ecuatoriano. FLACSO, 2006); Rafael Correa: Un extraño en Carondelet (Planeta, 2006); Una historia dentro de la historia (FLACSO, 2007); La guerra en casa –De Reyes a la Base de Manta- (Planeta, 2008); Tal Cual Es el camino de José Mujica a la presidencia (Tintají, 2012) y El arca de la realidad –de la cultura del silencio a wikileaks- (Ciespal, 2013).

 

Fuente del libro: http://www.rebelion.org/docs/263744.pdf

Comparte este contenido:

Libro: Zapatismo o barbarie

Apuntes sobre el movimiento zapatista chiapaneco

Autor: Fernandez Farias, Marcelo Gustavo
Zapatismo o barbarie. Apuntes sobre el movimiento zapatista chiapaneco.­
1a ed.­ Mendoza : Fundíbulo Ediciones, 2013.
218 p. ; 14×21 cm.
ISBN 978­987­26423­4­1

Reseña: Este libro está basado en un trabajo de investigación titulado “La situación actual del zapatismo. Un ejemplo latinoamericano de reivindicación étnica”. Cuando comenzamos a trabajar sobre esta temática ni se nos cruzaba por la cabeza que este intento explicativo podría ser un libro.

En un primer momento, nuestra inquietud giraba en torno al indio y el indigenismo. Habíamos trabajado muy brevemente el pensamiento del anarquista mexicano Ricardo Flores Magón y estuvimos pendientes del conflicto de Oaxaca (2006) y la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Aquella situación nos acercó a México y luego al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

El abordaje no fue fácil. No fue fácil, sobre todo, porque no tuvimos teorías “limpias” desde las cuales “pinchar” las realidades que nos entregaban las comunidades indígenas chiapanecas y el zapatismo en general. Aquello que en un primer momento parecía una lectura lineal del proceso de formación, fortalecimiento y desarrollo del neozapatismo, se convirtió en una lectura de re-conocimiento de las mismas bases sobre las cuales estábamos parados.

Mucho hemos aprendido de los modos de las comunidades mayas y, sobre todo, mucho nos queda por aprender.

En este recorrido pusimos una pregunta por delante: ¿cuál es el lugar que ocupa la cuestión étnica dentro del conjunto de reivindicaciones sociales planteadas por el zapatismo? Para responder a esta pregunta participamos de encuentros y reuniones en donde se discutía sobre el movimiento zapatista y también sobre indigenismo y formas alternativas de construcción (alternativas al modo de relación-producción capitalista). Fue así que pudimos asistir a un ciclo de cine debate organizado por los integrantes de la CECA (Casa de la Expresión, la Cultura y el Arte) cuyo tema central era “Las luchas en Latinoamérica”. Este ciclo se proyectó durante el mes de diciembre de 2007 en la plaza Godoy Cruz (Mendoza-Argentina). Los audiovisuales que se proyectaron fueron: “Mujeres de Oaxaca” y “Crónica de una rebelión” (segunda parte). En este ámbito pudimos intercambiar ideas y puntos de vista con otras personas que asistieron al encuentro.

Un trabajo en una radio comunitaria en la Comunidad de San José, Lavalle, nos dio la posibilidad de conocer una parte de la realidad de los puesteros y la vida de campo lavallina. La relación con la CECA y el Centro de Documentación “Ideas del Sol” nos llevó a formar parte de una Red de Comercio Justo integrada –entre diversas organizaciones– por la UST (Unión de trabajadores rurales Sin Tierra de Lavalle). Conocer y participar en estos espacios nos ha dado la posibilidad de observar formas de vida y construcción del campo, modos y pautas diferentes a las que vivimos habitualmente en las ciudades.

Ese contacto con la UST nos llevó a participar, del 13 al 19 de julio de 2008, en la Escuela de la Memoria Histórica que se realizó en El Nihuil, San Rafael, Mendoza, que tuvo como organizador al MNCI (Movimiento Nacional Campesino Indígena). Este encuentro nacional reunió a 270 personas aproximadamente y tuvo como protagonistas al MOCASE (Movimiento Campesino de Santiago del Este- ro), al MOCAMI (Movimiento Campesino de Misiones), la Red Puna de Jujuy, al MCC (Movimiento Campesino de Córdoba), la Mesa campesina del Norte neuquino, la UST, entre otros y otras. Aquí se planteaba, en primera instancia, la recuperación de la memoria indígena y los conflictos y experiencias que se viven en el campo: expropiacio nes, alambradas, explotación, soja transgénica, etc.

La propuesta que hoy llega a tus manos está dividida en cuatro capítulos. El primero (Identidad) trata de abordar la cuestión indígena teniendo presente diversas interpretaciones que giran alrededor de la noción de identidad y cultura. El segundo (Multiculturalismo) se adentra en una discusión centrada en una crítica a las ciencias sociales occidentales (aquella parte más fuertemente vinculada con una idea eurocéntrica y colonial) y muestra los modos culturales zapatistas que se enfrentan-generan una alter- nativa a esta mirada. El tercer capítulo (La Otra Política Zapatista) enumera y desarrolla aquellas características que nosotros consideramos “fuera” de la política tradicional de partidos –de todas las tendencias existentes–. Esta “otra política” integra elementos tales como la religión, la mirada de (y hacia) la muerte y modos particularmente indígenas, entre otros ingredientes que hacen del Ejército Zapatista un ejército de nuevo tipo. Por último, en el capítulo 4 (Sexta Declaración de la Selva Lacandona: La Otra Campaña), hacemos un recorrido general desde el 1 de enero de 1994 y el levantamiento armado, pasando por la Sexta Declaración (2005) y su propuesta de construcción política para México; para terminar con el “Primer Coloquio in memoriam Andrés Aubry” de diciembre de 2007 y el “Tercer encuentro de los pueblos zapatistas con los pueblos del mundo – La Comandanta Ramona y los zapatistas” (realizado del 28 al 31 de diciembre de 2007 y el 1 de enero de 2008).

Queremos expresar aquí que el trabajo original fue finalizado a mediados del año 2008. El texto ha sido revisado para generar breves actualizaciones, sobre todo en lo relacionado a la posición del autor en función del proceso político que vive la Argentina. Luego de una serie de acontecimientos y acciones de gobierno (hablamos del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner), la derecha argentina se reorganizó poniendo en jaque todas aquellas políticas que habían redundado en beneficios sociales. Este ataque franco a un gobierno democrático con un alto nivel de aprobación popular (a setiembre de 2010), por sectores “muy poco democráticos” y radicalmente peli- grosos, nos ha llevado a revalorizar ciertos espacios esta- tales como freno a políticas neoliberales puras que, desde otros sectores, abundan. En el mismo derrotero, encontramos en los “neopopulismos latinoamericanos” (caso de Chávez en Venezuela, Correa en Ecuador o Evo en Bolivia) mecanismos de acción contrarios a la democracia liberal que, muchas veces, promueve un modelo económico neoliberal puro. (Follari, 2010)

Así y todo, entendemos que la validez de la propuesta zapatista es, como la vida de los pueblos originarios, muy anterior a lo que acabamos de redefinir. En el mismo sentido, creemos que existe una deuda pendiente: en primer lugar, de parte de los Estados invasores de España y Portugal que en 1492 perpetraron el primer genocidio de la historia moderna; y, en segundo lugar, de parte de los Estados latinoamericanos que aún no reconocen plena- mente los derechos y los “modos indios” de organización política y social. Lejos de comenzar a saldar esta deuda, no son pocos los proyectos capitalistas que buscan volver a expropiar a los pueblos originarios para hacer negocios con muchos y diversos bienes naturales. Por esto mismo, creemos que este trabajo puede contribuir a conocer un poco más sobre esta realidad.

Vale aclarar que sólo las seis declaraciones políticas que ha lanzado el neozapatismo para explicar sus planes para Chiapas, México y el mundo, suelen resultar ajenas a la “literatura” habitual de quienes se interesan por movimientos antisistémicos. En este punto, resaltamos que las seis declaraciones son la columna vertebral de este trabajo. Si acaso el lector pudiera sacar en limpio las ideas fundamentales de estas seis esquelas, el objetivo de esta pesquisa estaría cumplido.

Descargar: https://www.alainet.org/sites/default/files/zapatismo.o.barbarie-marcelo.fernandez.pdf

Comparte este contenido:

El periodista e investigador Raúl Zibechi publica “Latiendo resistencia.” (Zambra y Baladre) América Latina, cinco siglos de luchas populares

Por: Enric Llopis

Una marcha indígena que recorrió, durante dos meses, 600 kilómetros del territorio boliviano fue reprimida en septiembre de 2011, pero finalmente llegó a La Paz. Pretendía paralizar la construcción de una carretera que partía en dos el Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure. La construcción de la vía de 305 kilómetros, entre los departamentos de Cochabamba y Beni, no se consultó previamente con las poblaciones afectadas. Estas apuntaron como trasfondo de la infraestructura, adjudicada a la constructora brasileña OAS, la extracción de crudo, de otros recursos naturales y la ampliación de la frontera agropecuaria. Las movilizaciones forzaron al presidente Evo Morales a dar marcha atrás en el megaproyecto.

En mayo de 2006 se produjo en Sao Paulo una desaforada ola de violencia tras la ofensiva de grupos narcotraficantes. Sin embargo, la represión por parte de las fuerzas de seguridad y escuadrones parapoliciales apuntó más allá de estas bandas, y cercenó la vida de 500 personas. ¿Con quiénes se encarnizó la acción represiva? Una de las fundadoras de Madres y Familiares de Víctimas de Violencia de la Baixada Santista aportó la clave de la masacre: “El Estado brasileño extermina a los pobres y a los negros de las favelas”. Hace algo más de una década también nació en Argentina la experiencia de organización popular “Paren de Fumigarnos”, con uno de los epicentros en Santa Fe. Esta provincia es, junto a Buenos Aires y Córdoba, una de las que más se ha volcado en el cultivo de la soja.

El periodista e investigador uruguayo Raúl Zibechi compila estos tres ejemplos, entre otros, en el libro “Latiendo resistencia. Mundos nuevos y guerras de despojo”, publicado en 2016 por Coordinación de Luchas contra la Precariedad Baladre y Zambra Iniciativas Sociales. Pero el ensayo de 210 páginas no sólo aborda una pluralidad de luchas, sino que –en la primera parte del libro- el articulista de Brecha y La Jornada plantea un giro en la perspectiva. En una entrevista realizada por el colectivo “Veredas Autónomas”, Zibechi propone un pensamiento crítico no tan vinculado a la tradición eurocéntrica, sino que eche raíces en las tradiciones singulares de América Latina; por ejemplo en los quilombos, caracoles, comunidades y cabildos. Así, “el quilombo de Palmares duró más años que la Unión Soviética”, recuerda Raúl Zibechi. Organizado en 1580 y finiquitado en 1710, fue un territorio libre promovido en Brasil por esclavos negros, fugitivos y sus descendientes. No se trata de una cuestión menor, ya que pese a que sufrieran asesinatos masivos, tanto los quilombos como los palenques y las rebeliones indígenas desempeñaron un rol capital en la derrota de los imperios hispano y portugués.

En este punto Zibechi hace visible una de las significativas contradicciones de la izquierda. Se hace visible una parte del pasado, mientras que se silencia otro. La izquierda celebra, porque los considera propios, a “milicos criollos que se limitaron a continuar la tarea exterminadora de los conquistadores”. Sus figuras se exhiben en muchas de las plazas de América Latina. Los ensayos de este periodista militante, y que lleva tres décadas recorriendo el continente acompañando a los movimientos populares, suponen un aldabonazo contra el pensamiento adormecido y la anestesia burocrática. Autor de libros como “Descolonizar al resistencia”, “Política y miseria” y “Territorios en resistencia”, antepone la ética (“que ata palabras y formas de vida”) a manifiestos y discursos, “que en muchos casos se los llevan las urnas”. Y este profundo sentido ético le lleva a valorar como dos grandes revoluciones la del movimiento zapatista y la Comuna de París (“una creación heroica de los obreros”). No es casualidad que el “mandar obedeciendo” del zapatismo se extienda, de manera fluida y por empatía natural, entre pueblos como el mapuche o los aymara de Bolivia.

Precisamente su estancia en la “escuelita” zapatista le llevó a Zibechi a asumir grandes lecciones. Entre otras, que para transformar el mundo no hace falta tomar el poder del estado; o que no existe la reflexión teórica al margen de la práctica. “No es lo mismo reflexionar en un despacho rodeado de libros, con aire acondicionado y cómodos sillones, que después de dormir sobre una tabla/cama; o hacerlo en el cafetal colectivo después de un día trajinando con el ganado”. Puede que esto ya se supiera, en la teoría; pero, asevera el periodista, “no lo sentíamos en el alma y en el cuerpo”. Por otra parte, más que centrarse en arquetipos, fósiles, de sujetos revolucionarios extraídos de los manuales, Raúl Zibechi prefiere referirse a la extraordinaria heterogeneidad de los “abajos”, lo que incluye a marineros, campesinos sin tierra, delincuentes, borrachos, negros, mestizos, prostitutas, blancos, tullidos y enfermos. Asimismo fue una multiplicidad de sujetos la que se rebeló contra los amos durante la época del esclavismo.

En “Latiendo resistencia” Zibechi defiende la descolonización del pensamiento crítico. Y, para ello, pone como ejemplo la idea de Autonomía. La tradición europea bebe de la autogestión obrera de las fábricas y autores como Pannekoek (“Los consejos obreros”); asimismo de Castoriadis y el colectivo “Socialismo o Barbarie”, que pone el énfasis en la capacidad del individuo y de las masas para regir su vida; la historia de la autonomía obrera en Europa se apoya en una sucesión muy conocida de experiencias: los soviets de la Revolución Rusa (1905 y 1917); los consejos fabriles en Italia (1919) y Alemania (1918); la Barcelona autogestionada de 1936 o mayo de 1968 en Francia. Según Zibechi, “En América Latina estamos ante otra genealogía”. Ésta incluye no sólo la autonomía zapatista, el alzamiento aymara del año 2000 en Bolivia, la Asamblea de los Pueblos de Oaxaca o los asentamientos de los “sin tierra” en Brasil; sino al líder indígena Tupac Amaru, que encabezó en 1780 las revueltas en el Virreinato de La Plata y el Perú, durante el Imperio Hispano. Derrotado, la cabeza de Tupac Amaru terminó exhibiéndose en la punta de una lanza. El caudillo inca Tupac Katari, rey de los aymaras, no tuvo mejor fortuna, tras sitiar La Paz a finales del siglo XVIII con decenas de miles de seguidores.

Esta raigambre latinoamericana –que no es ilustrada ni racionalista, ni se concreta como en Occidente en los derechos humanos y de ciudadanía- podría continuar con Zapata y Pancho Villa, Haití (después de 1804), los esclavos deportados de África o los quilombos, palenques y cimarrones. “Todas estas luchas fueron aplastadas a sangre y fuego”, resume el investigador uruguayo. Expresiones actuales de esta tradición, explica el autor de “Política y miseria”, son las Juntas de Buen Gobierno zapatista, la autonomía mapuche o los Cabildos Nasa del Cauca. Una de sus características es que abordan la vida de modo integral, desde la agricultura hasta el modo de impartir justicia. Son las raíces que distinguen a la socialdemocracia, el marxismo y el anarquismo, derivados de la razón ilustrada europea; del Sumak Kawsay (Buen Vivir) y el Sumak Qamaña (Vivir Bien) de los quichuas en Ecuador y los aymaras y quechuas, en Bolivia.

Otra de las diferencias respecto a Europa es que en América Latina determinados grupos fueron relegados directamente a la zona del “no-Ser”: allí donde la vida no se tiene en consideración. El sociólogo peruano Aníbal Quijano ha señalado la construcción de los estados nacionales en América Latina a partir de la noción de raza y la idea de colonialidad del poder. Otro distingo respecto a la vieja metrópoli radica en que en Latinoamérica la masacre es el modo de proceder habitual. “Sólo el color de piel explica el diferente trato que tuvieron Tupac Amaru y Tupac Katari, así como todos los indios, negros y mestizos”. Zibechi extiende al presente la idea de masacre: la asociación Madres de Mayo hizo cuenta de 25 escabechinas en Brasil entre 1990 y 2012, cuyas víctimas principales fueron negros/jóvenes/pobres de las favelas. Podrían incluirse una miríada de ejemplos en diferentes países y periodos; uno de los que cita Zibechi es la matanza en 1907 de 3.600 mineros en huelga en Santa María de Iquique (Chile). “Es el modo de advertir a los de abajo que no deben moverse del lugar asignado”, remata el escritor uruguayo.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=230102

Comparte este contenido: