Ecuador: Universitarios desarrollaron un chip de 45 nanomilímetros

América del Sur/Ecuador/01 Octubre 2017/Fuente: El telegrafo/Autor: Tecnología

La nanotecnología se preocupa por el diseño y manipulación de la materia a nivel de átomos o moléculas, con fines industriales o médicos. Gracias a esta metodología, el ser humano ve como una realidad la implementación de inventos y creaciones en el campo de la Medicina, la Ciencia y la Tecnología.

En los últimos 10 años, América Latina emprendió investigaciones para desarrollar dispositivos que permitan catapultarse como creadores de esta modalidad. Ecuador no es la excepción y empieza a consolidarse como una de las naciones que se incorpora a esta tecnología. Ejemplo de ello es el desarrollo presentado por estudiantes de Maestría en Nanoelectrónica de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).

Luego de varias investigaciones y pruebas de campo presentaron su proyecto denominado PILS, que es el primer chip diseñado en el país. A diferencia de otros circuitos, este diseño se basa en una tecnología de 45 nanomilímetros (nm) y cumple las funciones fundamentales de un microprocesador, tales como acceso a la información almacenada por operaciones aritméticas, comunicación con el “mundo externo”, entre otras. Lionel Trojman, director de la Maestría en Nanotecnología de la USFQ, explicó que se trata del primer chip de este tipo, ya que la USFQ es la única institución de educación superior que está en contacto con la empresa Synopsis, una de las primeras firmas en el mundo que crea soluciones tecnológicas.

El catedrático añadió otra de las novedades del dispositivo. Dijo que se diseñó con el fin de procesar información que puede provenir de sensores u otros dispositivos vía BlueTooth (BT).  Al momento el diseño del chip PILS tiene cada módulo interno concluido y funcionando (bajo términos de simulación). La conexión de los módulos internos del chip se encuentra en el 80%.

Las proyecciones a futuro son que los estudiantes continúen con el diseño del dispositivo, aumentando funcionalidades con sensores integrados del diseño. Trojman explicó que este proyecto es una muestra del potencial de los universitarios ecuatorianos. Advirtió que en la actualidad esta creación tecnológica no ha sido aplicada a ningún invento, por lo que están a la espera de que la empresa pública o privada invierta para el desarrollo del dispositivo. Para esto se esperan convenios con fábricas y con países como Estados Unidos. La creación del chip estuvo a cargo de Luis Sánchez, Félix Chávez, Diego Jaramillo, Sofía Lara, Carlos Macías y Esteban Garzón, quienes cursan su primer año de la maestría, bajo la dirección de los catedráticos Adam Quotb, del Instituto Nacional Politécnico de Toulouse (INPT) y Etienne Sicard, del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Toulouse (INSA),  instituciones académicas aliadas al programa de estudios.

Cabe recalcar que PILS fue  desarrollado en tiempo récord. Para lograr esta meta, cada estudiante elaboró un módulo interno que forma y estructura el chip con el fin de unirlos y así conformar el diseño en un lapso de 60 horas de trabajo por persona. Universitarios entusiasmados Los estudiantes que participaron en el proyecto se encuentran fuera del país. Sin embargo, a través de correo electrónico expresaron su satisfacción por el trabajo realizado. Sofía Lara, por ejemplo, dijo que es una creación para dejar precedente sobre lo que se puede hacer en el Ecuador.

“Espero motivar a más personas para que se dediquen a la ciencia y tecnología, así como atraer la mirada de instituciones que inviertan en proyectos de diseño y de implementación”, dijo, y reiteró que si bien es un prototipo espera que sea el punto de partida para involucrarse en nuevos diseños.

Esteban Garzón, uno de los coordinadores del proyecto, reconoció que aunque fue corto el tiempo que tuvieron para presentar su propuesta, se logró lo previsto. “Somos capaces de alcanzar grandes metas, impulsando el desarrollo tecnológico en nuestro país”. (I)

Fuente de la noticia: http://www.eltelegrafo.com.ec/noticias/tecnologia/30/universitarios-desarrollaron-un-chip-de-45-nanomilimetros

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Entrevista a Olga Lucía Bedoya : «Hay que revertir el autismo social»

Colombia/12 Marzo 2017/Fuente y Autor: eldiario

«En la competencia entre medios, redes sociales, tecnología y educación, es la educación la que va perdiendo».

La Maestría en Comunicación Educativa de la Universidad Tecnológica, fundada hace 30 años por iniciativa de los profesores Amanda Castiblanco y Fernando Maldonado, acaba de obtener la acreditación en alta calidad. Su objetivo inicial era buscar cómo emplear los medios tecnológicos en el mejoramiento de la educación, no sólo desde el punto de vista académico sino de la formación de ciudadanos, partiendo de la evidente relación que existe entre educación, comunicación y cultura, aunque se piense que la educación no comunica y que la comunicación no educa.

El programa, que ha entregado 26 cohortes con 303 graduandos, ha contado con la asesoría de expertos de la talla de Armando Silva, Germán Muñoz, Ómar Rincón, Gilberto Bello, Jesús Martín Barbero, Guillermo Orozco y Juan Luis Pinto. Hoy está al frente del programa Olga Lucía Bedoya, antropóloga, con magíster en Lingüistica y un doctorado en Ciencias Políticas.

¿Las líneas de investigación de la Maestría en Comunicación Educativa siguen vigentes?
Esa pregunta se la hice al doctor Germán Muñoz cuando estábamos acreditando la maestría. Esas líneas son Comunicación y educación en procesos de transformación cultural, la educación en los medios y los medios en la educación y las TIC y educación, que es la que más ha variado de acuerdo con los procesos tecnológicos. La respuesta fue que esas líneas seguían tan actuales y novedosas que no se deberían cambiar. Lo que varían son los macroproyectos de investigación que se van generando entre esas líneas grandes.
 
¿La acreditación en alta calidad que significa para el programa?
Para nosotros significa la validación de un proceso de muchos años, que sigue siendo muy actual y que sus objetos de investigación, de reflexión y de aplicación siguen  teniendo relevancia y aún más con toda la trascendencia de las TIC. Además ha demostrado que el programa no se ha quedado con los estándares básicos y la acreditación en alta calidad representa que ha alcanzado la edad madura. Son pocas las maestrías del país que lo han logrado y es la primera de la Facultad de la Educación que logra acreditarse.
¿En esta competencia entre medios, redes sociales y educación, quién está perdiendo?
La educación. Va perdiendo porque los educadores tradicionales no piensan que educar es formar seres humanos y continuan pensando que se enseñan contenidos y contenidos desintegrados. No estudian los sujetos y las transformaciones de ellos y sus mentalidades. En estos momentos con todos los avances de redes sociales y de las TIC, los jóvenes nacen con esa herramienta y escriben menos en papel, si el docente y las escuelas no estudian las personas y las nuevas mentalidades que se están formando, la educación seguirá quedando rezagada.
¿Qué papel están cumpliendo los medios de comunicación?
A nivel de la comunicación siento que los periodistas y los espacios informativos no asumen su papel como educadores. Todo lo que se hable y hagan los comunicadores también educa y eso es una alta responsabilidad. Hay que pensar que no estamos haciendo discursos muy bonitos para transmitir sino que ese público al que va dirigido es delicado y podemos impulsarlos a que tomen decisiones por lo que escuchan.
 
¿Pero cada vez leen menos?
No estan leyendo canonigamente como lo hacíamos nosotros. Los jóvenes solo leen en las pantallas, pero es una pantalla fácil, rápida, breve, de solo 170 caracteres. Por eso el papel de la gente de los medios es central en eso.
¿Qué relación existe ahora entre las TIC y la educación?
Sobre esto también estamos reflexionando, acerca de la relación entre TIC y educación que van por caminanos paralelos. Lo de antes era la palabra, el hablar, el vernos a los ojos, eso era central e incluso la hora de la comida era importante, era un ritual. Ahora todo está mediado por un aparato, cado uno pendiente de su celular, pero menos de la conversación cara a cara. Eso nos está llevando a unas reflexiones sobre las habilidades que las nuevas generaciones están perdiendo para hablar y para comunicarse. Son personas muy solitarias, muy calladas, muy introvertidas. Y solo se ven detrás de las pantallas, hablando con alguien que no ven.
¿Son autistas tecnológicos?
Yo los llamo autistas sociales. Y ya no les basta con tener el celular, sino también los audífonos que los aislan del mundo.
¿Cómo revertir esta situación?
En todos los procesos está el papel del educador, pero no sólo me refiero al docente sino también al padre de familia y a las otras personas. Mediante la prohibición no podemos hacer nada, pero si mediante la conciencia del problema del autismo social y sus implicaciones. El papel del educador y la reflexión son muy importantes. Sobre todo ahora cuando a la gente le gusta que la escuchan, pero no escuchar.
 
¿En cuanto a la recepción de los medios que están trabajando?
Estamos trabajando con la ANTV un proyecto para conocer la forma como se recibe la televisión y los contenidos, si hay recepción activa o no y cuáles son las alternativas de comunicacion que están empleando estas generaciones.
¿Cómo va el proyecto de Ciudades Imaginadas?
Se trata de la aplicación del modelo de imaginarios urbanos del doctor Armando Silva, para conocer como se mueve la gente dentro de la ciudad, como la viven. El profesor Silva ha adelantado el proyecto de Ciudades Imaginadas a nivel mundial, en 22 ciudades.
¿Hay también un proyecto de investigación alrededor de las TIC?
Hay una especialista en TIC que hace parte del programa que está trabajando en contenidos mediatizados con objetivos de aprendizaje. A pesar de la preponderancia de los medios, la mayoría sigue valorando el conversar con el otro, pero no sabe como. Hay que volver a mirarse a los ojos al conversar.
Fuente de la entrevista: http://www.eldiario.com.co/seccion/PUNTO+FINAL/olga-luc-a-bedoya-hay-que-revertir-el-autismo-social1703.html
Fuente de la imagen:http://www.eldiario.com.co/uploads/userfiles/20170310/image/IMG_7601-foto-2.jpg
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Google lo sabe todo de ti

Por: Ignacio Ramonet

En nuestra vida cotidiana dejamos constantemente rastros que entregan nuestra identidad, dejan ver nuestras relaciones, reconstruyen nuestros desplazamientos, identifican nuestras ideas, desvelan nuestros gustos, nuestras elecciones y nuestras pasiones; incluso las más secretas. A lo largo del planeta, múltiples redes de control masivo no paran de vigilarnos. En todas partes, alguien nos observa a través de nuevas cerraduras digitales. El desarrollo del Internet de las cosas (Internet of Things) y la proliferación de objetos conectados (1) multiplican la cantidad de chivatos de todo tipo que nos cercan. En Estados Unidos, por ejemplo, la empresa de electrónica Vizio, instalada en Irvine (California), principal fabricante de televisores inteligentes conectados a Internet, ha revelado recientemente que sus televisores espiaban a los usuarios por medio de tecnologías incorporadas en el aparato.

Los televisores graban todo lo que los espectadores consumen en materia de programas audiovisuales, tanto programas de cadenas por cable como contenidos en DVD, paquetes de acceso a Internet o consolas de videojuegos… Por lo tanto, Vizio puede saberlo todo sobre las selecciones que sus clientes prefieren en materia de ocio audiovisual. Y, consecuentemente, puede vender esta información a empresas publicitarias que, gracias al análisis de los datos acopiados, conocerán con precisión los gustos de los usuarios y estarán en mejor situación para tenerlos en el punto de mira (2).

Esta no es, en sí misma, una estrategia diferente de la que, por ejemplo, Facebook y Google utilizan habitualmente para conocer a los internautas y ofrecerles publicidad adaptada a sus supuestos gustos. Recordemos que, en la novela de Orwell 1984, los televisores –obligatorios en cada domicilio–, “ven” a través de la pantalla lo que hace la gente (“¡Ahora podemos veros!”). Y la pregunta que plantea hoy la existencia de aparatos tipo Vizio es saber si estamos dispuestos a aceptar que nuestro televisor nos espíe.

A juzgar por la denuncia interpuesta, en agosto de 2015, por el diputado californiano Mike Gatto contra la empresa surcoreana Samsung, parece que no. La empresa fue acusada de equipar sus nuevos televisores también con un micrófono oculto capaz de grabar las conversaciones de los telespectadores, sin que éstos lo supieran, y de transmitirlas a terceros (3)… Mike Gatto, que preside la Comisión de protección del consumidor y de la vida privada en el Congreso de California, presentó incluso una propuesta de ley para prohibir que los televisores pudieran espiar a la gente.

Por el contrario, Jim Dempsey, director del centro Derecho y Tecnologías, de la Universidad de California, en Berkeley, piensa que los televisores-chivatos van a proliferar: “La tecnología permitirá analizar los comportamientos de la gente. Y esto no sólo interesará a los anunciantes. También podría permitir la realización de evaluaciones psicológicas o culturales, que, por ejemplo, interesarán también a las compañías de seguros”. Sobre todo teniendo en cuenta que las empresas de recursos humanos y de trabajo temporal ya utilizan sistemas de análisis de voz para establecer un diagnóstico psicológico inmediato de las personas que les llaman por teléfono en busca de empleo…

Repartidos un poco por todas partes, los detectores de nuestros actos y gestos abundan a nuestro alrededor, incluso, como acabamos de ver, en nuestro televisor: sensores que registran la velocidad de nuestros desplazamientos o de nuestros itinerarios; tecnologías de reconocimiento facial que memorizan la impronta de nuestro rostro y crean, sin que lo sepamos, bases de datos biométricos de cada uno de nosotros… Por no hablar de los nuevos chips de identificación por radiofrecuencia (RFID) (4), que descubren automáticamente nuestro perfil de consumidor, como hacen ya las “tarjetas de fidelidad” que generosamente ofrece la mayoría de los grandes supermercados (Carrefour, Alcampo, Eroski) y las grandes marcas (FNAC, el Corte Inglés).

Ya no estamos solos frente a la pantalla de nuestro ordenador. ¿Quién ignora a estas alturas que son examinados y filtrados los mensajes electrónicos, las consultas en la Red, los intercambios en las redes sociales? Cada clic, cada uso del teléfono, cada utilización de la tarjeta de crédito y cada navegación en Internet suministra excelentes informaciones sobre cada uno de nosotros, que se apresura a analizar un imperio en la sombra al servicio de corporaciones comerciales, de empresas publicitarias, de entidades financieras, de partidos políticos o de autoridades gubernamentales.

El necesario equilibrio entre libertad y seguridad corre, por tanto, el peligro de romperse. En la película de Michael Radford, 1984, basada en la novela de George Orwell, el presidente supremo, llamado Big Brother, define así su doctrina: “La guerra no tiene por objetivo ser ganada, su objetivo es continuar”; y: “La guerra la hacen los dirigentes contra sus propios ciudadanos, y tiene por objeto mantener intacta la estructura misma de la sociedad” (5). Dos principios que, extrañamente, están hoy a la orden del día en nuestras sociedades contemporáneas. Con el pretexto de tratar de proteger al conjunto de la sociedad, las autoridades ven en cada ciudadano a un potencial delincuente. La guerra permanente (y necesaria) contra el terrorismo les proporciona una coartada moral impecable y favorece la acumulación de un impresionante arsenal de leyes para proceder al control social integral.

Y más teniendo en cuenta que la crisis económica aviva el descontento social que, aquí o allí, podría adoptar la forma de motines ciudadanos, levantamientos campesinos o revueltas en los suburbios. Más sofisticadas que las porras y las mangueras de las fuerzas del orden, las nuevas armas de vigilancia permiten identificar mejor a los líderes y ponerlos fuera de juego anticipadamente.

“Habrá menos intimidad, menos respeto a la vida privada, pero más seguridad”, nos dicen las autoridades. En nombre de ese imperativo se instala así, a hurtadillas, un régimen de seguridad al que podemos calificar de “sociedad de control”. En la actualidad, el principio del “panóptico” se aplica a toda la sociedad. En su libro Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, el filósofo Michel Foucault explica cómo el “Panóptico” (“el ojo que todo lo ve”) (6) es un dispositivo arquitectónico que crea una “sensación de omnisciencia invisible” y que permite a los guardianes ver sin ser vistos dentro del recinto de una prisión. Los detenidos, expuestos permanentemente a la mirada oculta de los “vigilantes”, viven con el temor de ser pillados en falta. Lo cual les lleva a autodisciplinarse… De esto podemos deducir que el principio organizador de una sociedad disciplinaria es el siguiente: bajo la presión de una vigilancia ininterrumpida, la gente acaba por modificar su comportamiento. Como afirma Glenn Greenwald: “Las experiencias históricas demuestran que la simple existencia de un sistema de vigilancia a gran escala, sea cual sea la manera en que se utilice, es suficiente por sí misma para reprimir a los disidentes. Una sociedad consciente de estar permanentemente vigilada se vuelve enseguida dócil y timorata” (7).

Hoy en día, el sistema panóptico se ha reforzado con una particularidad nueva con relación a las anteriores sociedades de control que confinaban a las personas consideradas antisociales, marginales, rebeldes o enemigas en lugares de privación de libertad cerrados: prisiones, penales, reformatorios, manicomios, asilos, campos de concentración… Sin embargo, nuestras sociedades de control contemporáneas dejan en aparente libertad a los sospechosos (o sea, a todos los ciudadanos), aunque los mantienen bajo vigilancia electrónica permanente. La contención digital ha sucedido a la contención física.

A veces, esta vigilancia constante también se lleva a cabo con ayuda de chivatos tecnológicos que la gente adquiere libremente: ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, abonos de transporte, tarjetas bancarias inteligentes, tarjetas comerciales de fidelidad, localizadores GPS, etc. Por ejemplo, el portal Yahoo!, que consultan regular y voluntariamente unos 800 millones de personas, captura una media de 2.500 rutinas al mes de cada uno de sus usuarios. En cuanto a Google, cuyo número de usuarios sobrepasa los mil millones, dispone de un impresionante número de sensores para espiar el comportamiento de cada usuario (8): el motor Google Search, por ejemplo, le permite saber dónde se encuentra el internauta, lo que busca y en qué momento. El navegador Google Chrome, un megachivato, envía directamente a Alphabet (la empresa matriz de Google) todo lo que hace el usuario en materia de navegación. Google Analytics elabora estadísticas muy precisas de las consultas de los internautas en la Red. Google Plus recoge información complementaria y la mezcla. Gmail analiza la correspondencia intercambiada, lo cual revela mucho sobre el emisor y sus contactos. El servicio DNS (Domain Name System, o Sistema de nombres de dominio) de Google analiza los sitios visitados. YouTube, el servicio de vídeos más visitado del mundo, que pertenece también a Google –y, por tanto, a Alphabet–, registra todo lo que hacemos en él. Google Maps identifica el lugar en el que nos encontramos, adónde vamos, cuándo y por qué itinerario… AdWords sabe lo que queremos vender o promocionar. Y desde el momento en que encendemos un smartphone con Android, Google sabe inmediatamente dónde estamos y qué estamos haciendo. Nadie nos obliga a recurrir a Google, pero cuando lo hacemos, Google lo sabe todo de nosotros. Y, según Julian Assange, inmediatamente informa de ello a las autoridades estadounidenses…

En otras ocasiones, los que espían y rastrean nuestros movimientos son sistemas disimulados o camuflados, semejantes a los radares de carretera, los drones o las cámaras de vigilancia (llamadas también de “videoprotección”). Este tipo de cámaras ha proliferado tanto que, por ejemplo, en el Reino Unido, donde hay más de cuatro millones de ellas (una por cada quince habitantes), un peatón puede ser filmado en Londres hasta 300 veces cada día. Y las cámaras de última generación, como la Gigapan, de altísima definición –más de mil millones de píxeles–, permiten obtener, con una sola fotografía y mediante un vertiginoso zoom dentro de la propia imagen, la ficha biométrica del rostro de cada una de las miles de personas presentes en un estadio, en una manifestación o en un mitin político (9).

A pesar de que hay estudios serios que han demostrado la débil eficacia de la videovigilancia (10) en materia de seguridad, esta técnica sigue siendo refrendada por los grandes medios de comunicación. Incluso una parte de la opinión pública ha terminado por aceptar la restricción de sus propias libertades: el 63% de los franceses se declara dispuesto a una “limitación de las libertades individuales en Internet en razón de la lucha contra el terrorismo” (11).

Lo cual demuestra que el margen de progreso en materia de sumisión es todavía considerable…

(1) Se habla de “objetos conectados” para referirse a aquellos cuya misión primordial no es, simplemente, la de ser periféricos informáticos o interfaces de acceso a la Web, sino la de aportar, provistos de una conexión a Internet, un valor adicional en términos de funcionalidad, de información, de interacción con el entorno o de uso (Fuente: Dictionnaire du Web).

(2) El País, 2015.

(3) A partir de entonces, Samsung anunció que cambiaría de política, y aseguró que, en adelante, el sistema de grabación instalado en sus televisores sólo se activaría cuando el usuario apretara el botón de grabación.

(4) Que ya forman parte de muchos de los productos habituales de consumo, así como de los documentos de identidad.

(5) Michael Radford, 1984, 1984.

(6) Inventado en 1791 por el filósofo utilitarista inglés Jeremy Bentham.

(7) Glenn Greenwald, Sin un lugar donde esconderse, Ediciones B, Madrid, 2014.

(8) Véase “Google et le comportement de l’utilisateur”, AxeNet (http://blog-axe-net-fr/google-analyse-comportement-internaute).

(9) Véase, por ejemplo, la fotografía de la ceremonia de la primera investidura del presidente Obama, el 20 de enero de 2009, en Washington (http://gigapan.org/viewGigapanFullscreen.php?auth=033ef14483ee899496648c2b4b06233c).

(10) “‘Assessing the impact of CCTV’, el más exhaustivo de los informes dedicados al tema, publicado en febrero de 2005 por el Ministerio del Interior británico (Home Office), asesta un golpe a la videovigilancia. Según este estudio, la debilidad del dispositivo se debe a tres elementos: la ejecución técnica, la desmesura de los objetivos asignados a esta tecnología y el factor humano”. Véase Noé Le Blanc, “Sous l’oeil myope des caméras”, Le Monde diplomatique, París, septiembre de 2008.

(11) Le Canard enchaîné, París, 15 de abril de 2015.

Fuente: http://www.monde-diplomatique.es/?url=editorial/0000856412872168186811102294251000/editorial/?articulo=2dea492b-db8d-4d34-a23c-844915d6e6ab

Imagen: http://www.t13.cl/noticia/tendencias/tecnologia/como-averiguar-todo-google-sabe-ti

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País Vasco: Cincuenta centros concertados se suman a la enseñanza digital

País Vasco/12 noviembre 2016/Fuente: Diario Vasco

Un total de 50 centros concertados de Euskadi se han sumado este curso al programa Sare Hezkuntza Gelan con el que el Gobierno Vasco impulsa el modelo de enseñanza digital que sustituirá paulatinamente los libros de texto por soportes digitales.

Estos 50 colegios se beneficiarán de una partida económica total de 305.000 euros del Departamento vasco de Educación dirigida a poner en marcha sus respectivos proyectos a lo largo de dos cursos.

Estos colegios, que imparten Educación Infantil, Primaria, Secundaria Obligatoria y Bachillerato, se suman a las 70 escuelas públicas que también se han integrado al programa este año.

El curso pasado (2015/2016) fueron 70 los centros (35 concertados y 35 públicos) los que se apuntaron a esta iniciativa que plantea el tránsito del papel al libro digital.

Los colegios concertados seleccionados este año, cuyo listado recogió ayer el Boletín Oficial del País vasco, dedicarán las ayudas a la creación de recursos propios en cada centro y a la formación del profesorado para impartir clases con estos nuevos materiales.

Este programa tiene su origen en el Plan Heziberri 2020, del Departamento de Educación, en el que se determina que los alumnos vascos deben adquirir durante su formación la competencia básica para la comunicación verbal, no verbal y digital.

Para ello, Educación quiere impulsar un cambio pedagógico y metodológico con la introducción de redes y dispositivos digitales porque considera que «favorece la adaptación a los diferentes ritmos de aprendizaje, impulsa el aprendizaje entre iguales, potencia el aprender a aprender y amplía el espacio físico-temporal del aula en un entorno virtual».

El alumnado de los centros seleccionados podrá beneficiarse de becas que les ayuden a adquirir dispositivos digitales, siempre que haya recibido una ayuda para material escolar en la anterior convocatoria

Fuente:http://www.diariovasco.com/sociedad/educacion/201611/12/cincuenta-centros-concertados-suman-20161112111806.html

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