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Hace un par de semanas, el líder de la oposición en Antigua, Jamale Pringle, pidió la renuncia del Ministro de Educación, Michael Browne. ¿Por qué?
Ha aumentado la presión en relación con los 6.000 libros electrónicos que se utilizarán en las escuelas secundarias. El contrato para la realización de estos libros se hizo con una compañía de India, FortunaPix, por $9 millones. El debate se centra en una tarifa de licencia adicional de US$250 por cada usuario de eBook por año, por un total de $5 millones por año, que nunca se señaló al Gabinete.
Al Ministro de Educación se le acusa de no seguir los procedimientos contractuales debidos. Algunos incluso se preguntan si recibió sobornos durante la adquisición, mientras abandonaba el país con esta factura anual. Esto ha conducido a que el Primer Ministro advierta sobre las consecuencias para quienes firmaron el contrato. También condujo a que el Ministro de Educación declarara, durante el debate sobre el presupuesto de 2019: “No hubo irregularidades. No hubo ningún intento de engañar, no hubo ningún intento de encubrir, no hubo ningún intento de esconderse”.
Esta no es la primera vez que el gobierno decide lanzar libros electrónicos. La misma iniciativa se probó en 2016, con la siguiente declaración en el comunicado de prensa del gobierno: “Se espera que la medida para digitalizar los libros de texto reduzca significativamente los gastosen que incurre el Consejo de Educación. El cuerpo estatutario gasta más de cuatro millones de dólares anualmente en libros de texto para satisfacer las demandas de los estudiantes”.
El objetivo de reducir el costo de los libros de texto es totalmente válido. En promedio, a nivel mundial, los hogares pagan una quinta parte de la factura de la educación, que a menudo se debe al costo de los materiales escolares. Cuánto cuestan los libros de texto por unidad depende de cada país, el costo oscila entre los US$2-4 en África subsahariana y los US$0,33-0,66 en Vietnam, por ejemplo: ¡ambos mucho menos que la aterradora factura individual de US$250/unidad que actualmente paga Antigua!
Una faceta interesante de esta historia es que el último contrato del gobierno para libros electrónicos, en 2016, fue con la misma compañía: FortunaPix. Por lo tanto, el dedo de la culpa, se podría decir, no solo debe señalarse a aquellos en el gobierno, que cometieron un error, sino también a la compañía por hacer trampa en primer lugar.
El Informe GEM 2017/8 sobre la rendición de cuentas dedicó un capítulo entero a la necesidad de responsabilizar a los actores privados en la educación, cuya participación en el sector crece año tras año. Se anticipa, por ejemplo, que el gasto en la tecnología educativa alcance los US$250 mil millones para 2020. Se necesita una regulación mucho más estricta por parte de los gobiernos de la participación del sector privado, advirtió el Informe, para garantizar que la rentabilidad no tenga mayor importancia que la equidad y la calidad.
Antigua, demostramos, no es el único país que ha sido víctima de este tipo de problemas. Muchos gobiernos se han asociado con proveedores privados de tabletas y computadoras portátiles para superar la “brecha digital” entre estudiantes y escuelas. Sin embargo, muchas de estas iniciativas han beneficiado a los proveedores, no a los estudiantes, debido a las malas adquisiciones y la ejecución de contratos, como en Tailandia, donde un proveedor privado de computadoras portátiles no pudo entregar 800,000 tabletas, se negó a pagar los cargos de demora, se declaró en bancarrota y rescindió el contrato. En India, igualmente, una asociación público-privada para tabletas, llamada Aakash, terminó beneficiando principalmente al vendedor debido a la inadecuada ejecución del contrato con el gobierno.
Lo que se espera es que FortunaPix decida romper el contrato, ahora que se ha demostrado que es tan evidentemente insostenible. Y, la próxima vez que se cree un contrato, el gobierno debe comprometerse por completo a garantizar procesos transparentes, verificando que no haya implicaciones negativas para la equidad y monitoreando el cumplimiento.
Fuente: https://educacionmundialblog.wordpress.com/2019/02/18/un-libro-de-texto-electronico-escandaliza-a-antigua/