Mi profesor de Matemáticas también es ‘youtuber’

Por: Bárbara Sánchez.

El vídeo gana terreno como herramienta educativa. Los docentes comienzan incluso a abrir sus propios canales de YouTube como fórmula para innovar en el aula

Durante el último año, Antonio Pérez se ha pasado 20 horas cada semana delante de la cámara. No es ni presentador de televisión ni actor. Es profesor. Y también youtuber. Da clase de Física y Química a sus alumnos del instituto Sierra Luna, en Los Barrios (Cádiz). Y, al mismo tiempo, a los más de 4.000 suscriptores de Antonio Profe, el canal que tiene abierto en la mayor plataforma de vídeos de Internet. Como él, cada vez más docentes se atreven a abrir las puertas de sus aulas a YouTube, que quiere despojarse de la etiqueta de elemento de distracción para los alumnos y convertirse en una herramienta educativa en manos de los docentes.

“Haz la cuenta: ¿cuántos institutos puede haber en una ciudad? ¿Y móviles? El aula hoy es el salón, una cama, un bar o un parque. Puede ser cualquier sitio porque el aula es un móvil”, sintetiza Antonio García Villarán. Doctor en Bellas Artes, ha impartido clases de dibujo y pintura al uso en su propia academia, en la universidad e incluso en la cárcel. Hoy tiene 10.000 alumnos en la plataforma de cursos online Udemy y más de medio millón de seguidores en su canal de YouTube, dedicado a la divulgación del arte. Y eso que hace solo cuatro años, cuando empezó, no tenía ni idea de cómo encender una cámara. “Me da muchísima más libertad de cátedra”, asegura. “Explico lo que quiero y como quiero y si la gente ve que es bueno, se apunta”.

Dedicado casi por completo a lo online y a lo audiovisual, su caso está en un extremo del fenómeno de YouTube como herramienta educativa. En el otro lado, más terrenal, se ubican esos profesores que desde hace un tiempo han empezado a incorporar los vídeos de esta gigante plataforma —casi 2.000 millones de usuarios en todo el mundo— como un material más en el aula.

Mark Polko, docente y responsable de tecnologías en el colegio privado San Francisco de Paula, en Sevilla, lo utiliza en todas sus clases. Recopila material de aquí y de allá con el que crea un “camino de aprendizaje” para sus alumnos. La herramienta, dice, le permite diversificar y llegar de formas diferentes a cada uno de los 24 estudiantes que tiene de media en clase. Algo que, con la clásica lección magistral, asegura que es imposible. “El rol del profesor ha cambiado por completo”, señala. “No se trata solamente de explicar la materia, sino de guiar a los alumnos. Ser su apoyo y, si se desvían, ayudarles a encontrar el camino”.

El 75% de la generación Z utiliza YouTube, su tercera red social preferida por detrás de Instagram y WhatsApp, según el penúltimo estudio anual de redes sociales de IAB. Y los contenidos educativos ganan enteros. Tanto por parte de aquellos profesores que se graban para nutrir con sus explicaciones sus canales como por el lado de los edutubers, los youtubers especializados en educación y divulgación, que no paran de crecer. Los contenidos relacionados con el aprendizaje generan 1.000 millones de visitas al día y el año pasado los canales de divulgación crecieron en España un 50%, según datos de la plataforma, propiedad de Google. El propio YouTube ha visto el filón. En octubre anunció una inversión de 20 millones de dólares para fomentar este tipo de contenidos y la semana pasada organizó en Madrid el primer encuentro entre youtubers y profesores en España para tratar de encauzar todo este movimiento.

“Es una fórmula muy buena para enriquecer a nuestros alumnos, para que vean diferentes fuentes. Los profesores no tenemos la verdad absoluta”, señala Laura Cuesta, profesora de estrategia digital y social media de la Universidad Camilo José Cela (UCJC). La experta señala que es en las asignaturas STEM —ciencias, tecnologías, ingenierías y matemáticas, por sus siglas en inglés— donde más se ha popularizado el uso de YouTube. “Son las más difíciles de explicar y las que más pueden frustrar a profesores y alumnos. Al grabar este tipo de contenidos conseguimos que todos los estudiantes, aventajados y rezagados, tengan las mismas oportunidades: pueden ponérselo tantas veces como quieran, parar donde no entienden… ”.

Para enseñarles a recopilar información en Internet, para practicar la expresión oral grabándose en vídeo, para ofrecerles material de repaso… Hay casi tantas aplicaciones como profesores. Pero mientras que docentes como Mark Polko utilizan material producido por otros, algunos han dado un paso más allá y se atreven a ponerse delante de la cámara. Graban sus propias explicaciones para que sus alumnos las puedan ver en casa. Es aquí donde YouTube se perfila como una herramienta muy útil para aplicar la llamada clase invertida o flipped classroom, una metodología innovadora que consiste en que los estudiantes se preparan la teoría en casa mientras que el tiempo en el aula se dedica a la práctica y a un trabajo más personalizado.

Eso es precisamente lo que hace Miguel Pérez Luque, profesor de Matemáticas del instituto Sierra de Mijas, en Mijas (Málaga). Se arrancó con un vídeo sobrecómo realizar una tabla de frecuencias, se lo enseñó a sus alumnos y como les gustó, comenzó a publicar en su canal, JaqueEnMates, con 11.000 suscriptores. Pero ni lo utiliza siempre ni vale para todo, dice. “Es un complemento al profesor, nunca un sustituto. Algo que es mecánico lo pueden aprender en el vídeo, pero en clase tú les ayudas en el desarrollo del razonamiento, les preguntas: ‘Eso que sale en el vídeo, ¿por qué crees que es así?’. Y ahí el profesor es insustituible”. En su vídeo más visto enseña a dividir por dos cifras y acumula 357.000 visualizaciones.

Para Antonio Pérez, del instituto Sierra Luna, su vídeo más popular es una explicación sobre cómo pasar gramos a moles, moléculas y átomos (49.000 visitas). Las 20 horas semanales que ha invertido en YouTube este año las ha dedicado a grabar todo el temario de Física y Química desde 2º de ESO hasta 2º de Bachillerato. Lo usa en sus clases y sabe incluso de otros profesores que también lo utilizan. Antes había abierto otro canal, Ciencia Solidaria, en el que hay almacenados más de 500 experimentos de ciencias realizados por sus alumnos. Los pocos ingresos que han conseguido generar los donan a Acnur, para enseñar a los chavales que la codiciada visita o el dichoso me gusta pueden tener una utilidad mucho mejor que inflar el propio ego.

“El principal logro es motivarles. Pero hasta niveles que yo no podía ni imaginarme. Tengo alumnas de 2º de ESO grabando experimentos con un nivel de 2º de Bachillerato”, asegura Pérez. A sus estudiantes les motiva elegir experimentos, grabarse poniéndolos en práctica con compañeros e incluso con sus padres y abuelos, verse en Internet, repasar las clases en el móvil… Y en los resultados se nota, dice. Uno de sus grupos, en 3º de ESO, tiene de media un 75% de suspensos, pero en su asignatura los aprobados han llegado al 90%. “Es una herramienta con la que están tan familiarizados que si entras y ofreces tus clases en su mundo, en su paradigma, ya has llegado. Generas una motivación intrínseca en ellos”, apoya Polko.

Esta ventana casi infinita al mundo tiene sus riesgos. El excesivo tiempo de pantallas que ya de por sí acumulan los niños y adolescentes, la privacidad si son ellos mismos los que graban sus vídeos, la dispersión de la atención que generan las herramientas digitales… y, sobre todo, el hecho de que todos, familias y profesores, pierden el control sobre los contenidos que consumen los alumnos.

Se trata, dicen los defensores de esta herramienta, de educar en el uso. “Tenemos que enseñarles a diferenciar las fuentes fiables de las que no lo son”, apunta Laura Cuesta, de la UCJC. “Nos toca a nosotros, profesores y familias, tener esa visión de seguimiento y supervisión, de sentarnos con ellos y enseñarles”. También, apuntan algunos docentes, hace falta sistematizar todo esto en unos contenidos obligatorios de ética digital que ayuden a los alumnos a moverse en este mundo hiperconectado en el que la etiqueta que se les pone de nativos digitales apuntala la creencia de que ya lo saben todo. “No es cierto. Están acostumbrados a lo intuitivo y al todo hecho, a que no les hace falta pensar”, apunta Polko.

UN ESFUERZO PERSONAL

Grabar un solo vídeo educativo puede llevar a un profesor unas tres horas. Primero hay que elaborar el guion para después filmar, repetir las veces que haga falta y editar. Tiempo que sacan de su tiempo libre. “He pensado en cambiar el nombre del canal, de Antonio Profe a Adiós, vida social”, bromea Antonio Pérez, profesor de ciencias en el instituto Sierra Luna, en Los Barrios (Cádiz).

Pérez, que acaba de ganar un premio de la asociación Mejora tu escuela pública por el uso que hace de YouTube en el aula, cuenta que ha empezado también a formar a profesores. “Les encanta lo que les cuento… hasta que llego al final y les digo las horas y el trabajo que lleva. Hace falta más apoyo, o de la administración o de YouTube”.

El papel de las familias resulta fundamental. En el instituto Sierra Luna, Antonio Pérez recuerda cómo una madre apareció por el centro preguntando si era cierto que “un señor con barba” daba clases allí y subía vídeos a YouTube. Su hijo se pasaba horas delante de la pantalla con esa excusa y ella no se fiaba del todo. A unos cuantos kilómetros de allí, en el colegio público San Juan de la Cadena, en Pamplona, el profesor Andrés Rico hace su propia valoración: “YouTube da miedo. Desde la perspectiva de los padres, como ocurre con todas la tecnologías, primero hay un rechazo, luego una asignación y por último una aceptación”.

Rico, que da clase de alemán e inglés y es responsable de nuevas tecnologías en su centro, quiso hacer una reflexión sobre el papel YouTube en el aula, pero se encontró con que apenas había bibliografía. Por eso decidió hacer una inmersión a fondo y convertirse en youtuber con su canal Todo Educación. “Si usas esta herramienta como docente, te tienes que documentar bien. No somos profesores que solo damos materia, también tenemos que educar en las nuevas tecnologías. Parece que no va con nosotros, pero es nuestro alumnado el que está consumiendo este tipo de contenidos”, recuerda.

Para ello, Rico se empapó de referentes educativos, como el profesor youtuberDavid Calle, nominado en 2017 al premio Global Teacher Prize. Pero también de referentes del universo YouTube, como El Rubius. Con bastantes más horas de vuelo, ¿hay algo que los docentes puedan aprender de los youtubers? “Nosotros hemos encontrado fórmulas para que la gente vea por propia voluntad contenido que en principio podría parecer muy técnico. Los vídeos pueden servir para introducir temas y la clave está en que damos un contexto de lo que explicamos. Pero la figura del profesor es algo inquebrantable, no hay tecnología que pueda sustituirlo”, señala José Luis Crespo, responsable de Quantum Fracture, el primer canal de divulgación científica que ha conseguido superar en España el millón de suscriptores.

Y si la ciencia reina, las letras y la literatura llevan un tiempo sumando lectores a través de YouTube gracias a la divulgación que realizan los booktubers. “Muchas veces se ha visto a la comunidad de YouTube como la alternativa al típico profesor malo que no sabe explicar. Pero en general no es así”, asegura Andrea Izquierdo, del canal Andreo Rowling, con 163.000 suscriptores. “Es un complemento muy interesante porque para el alumno el profesor es referente, pero también quiere seguir aprendiendo cuando llega a casa”.

Tras un año delante de la cámara, Antonio Pérez ha completado el temario de Física y Química de Bachillerato y ahora tiene la mirada puesta en el de la universidad. Mark Polko está pensando en empezar a grabar contenido propio, en lugar de utilizar solo el de otros profesores. Miguel Pérez Luque, que hasta ahora explicaba Matemáticas sobre la imagen de una pizarra y con su voz en off, ha hecho caso a sus alumnos y ya sale en sus vídeos. Y Andrés Rico ha publicado sus reflexiones sobre YouTube como herramienta educativa en un libro, Un youtuber en educación. “Es una realidad que está ahí”, afirma. “Hay que investigar y experimentar. Estamos muy huérfanos de bibliografía sobre la competencia digital. Siempre se habla de los peligros y de lo que me puede perjudicar en mi práctica educativa, pero no de las virtudes y de en qué me puede favorecer”.

Fuente de la reseña: https://elpais.com/economia/2019/06/25/actualidad/1561472388_359020.html?fbclid=IwAR3d3aSop9YW8P8VA6WqX282HPGqfoE3ipCcllXvXgJGeCI5jnaQk_jid0o#?ref=rss&format=simple&link=guid

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Eficacia de la afabilidad en la tarea docente

Por: Jorge Antonio Mansen Bellina

Cada profesor es diferente, pero aquel que está atento a las emociones y sentimientos de sus estudiantes, que da signos de valorarlos, que demuestra su estima y posee la cualidad de la amabilidad y la atención, además de confianza, tolerancia y sociabilidad; decimos es un profesor afable, pues pone de manifiesto uno de los sentimientos más valorados por los estudiantes. Un profesor afable siente que no hay nada tan recompensante como hacer que sus estudiantes se den cuenta de que son valiosas en este mundo (cf Bob Anderson).

La afabilidad, el agrado, la dulzura suponen la preocupación por el otro, sea quien sea, y el respeto solidario con él. Es, como solemos llamarlo ahora con otra palabra, la empatía. Y ésta es la manera de conectar con el otro, a un nivel más profundo, más allá de lo superficial y tangencial, y de tratar de responder a lo que necesita. Y esta virtud en el maestro acorta las distancias protocolares, abre las puertas para que sus estudiantes se acerquen, ayuda a una convivencia armónica (Definicion ABC).

«El hombre amable se distingue por su temple apacible y por la suavidad de sus modales; el afable por su llaneza, por su disposición a escuchar a todos. El amable lo es en su conducta; el afable lo es en su trato. Por lo común, se aplica el adjetivo afable al hombre de elevada jerarquía que no se desdeña de hablar con sus inferiores. De Federico II se cuenta que era amable con sus amigos y poco afable con sus súbditos» (José Joaquín de Mora).

Son estas actitudes positivas que hacen un profesor benevolente (que “quiere bien”) y benefactor (que “hace bien”) con sus estudiantes, con sus padres de familia, con sus colegas, con los cercanos y con las personas desconocidas. Un profesor afable provoca y hace que la gente le quiera y le respete; porque quien es afable es el que da el primer paso en este sentido, respetando y queriendo a los demás. ¿Vocación o formación? La Educación emocional docente, es el factor clave para la mejora de la convivencia en el aula y en el centro educativo, y para desarrollar esta virtud de la afabilidad en el aula.  Dice Daniel Goleman: «Las lecciones emocionales, incluso los hábitos más profundamente incorporados del corazón, aprendidos en la infancia, pueden transformarse. El aprendizaje emocional dura toda la vida», y empieza en el interior del maestro.

La Inteligencia Emocional entendida como la capacidad que tiene una persona de manejar, entender, seleccionar y trabajar sus emociones y las de los demás con eficiencia y generando resultados positivos (Álvaro Tineo); reviste, claramente, una importancia muy especial en la tarea docente, por lo que debe tener un lugar y un tiempo para “educarla” y para evaluarla durante todo el proceso de formación inicial y en el desempeño laboral. Sólo si el educador tiene la habilidad para gestionar bien sus emociones, podrá ayudar a que sus alumnos desarrollen su Inteligencia Emocional. Y ese proceso creará y potenciará un «respeto mutuo» de las propias sensaciones», y facilitará un ambiente positivo para el aprendizaje. Esto supone saber cómo nos sentimos y ser capaces de comunicar abiertamente nuestras sensaciones. Antes que intentar ser comprendido, el docente tiene que procurar comprender. Debe mostrarse comprensivo y empático y debe enseñar y modelar esas características tan preciadas de la interacción humana (cf Inteligencia emocional en el trabajo docente, sites.google.com).

“Si pensamos detenidamente en la trascendencia de nuestras emociones en nuestra vida diaria nos daremos cuenta rápidamente que son muchas las ocasiones en que éstas influyen decisivamente en nuestra vida, aunque no nos demos cuenta” (Bertrand Regader, Psicología y Mente). Una de las claves de la Inteligencia Emocional, es saber relacionarse con aquellas personas que nos resultan simpáticas o cercanas, pero también con personas que no nos sugieran muy buenas vibraciones. Y las expresiones del manejo de las emociones, son la sencillez por la que no se hace distinción entre las personas por su condición; la solidaridad por tomar en las propias manos los problemas ajenos haciéndolos propios; la comprensión, los buenos modales, el ponerse en el lugar de otros, consideración por los demás, respeto y atención a la exposición de sus interlocutores, dispuesto a la ayuda desinteresada y gratuita.

También será bueno tener en cuenta, entre otras cosas, nuestros bloqueos afectivos y emocionales con determinadas personas (dentro o fuera de la escuela), en algunas circunstancias. Esos bloqueos que se concretan y visibilizan de mil y una maneras diferentes, en acritudes, arrebatos, asperezas, durezas, enfados, rigideces, silencios, … seguramente, antes y ahora, en el pasado y en el presente, nos hace reconocer y agradecer a aquellas personas que nos han tenido estima, que nos han mostrado afecto, de manera gratuita, desinteresada, es decir, sin otra intención o interés que nosotros mismos. ¿Cómo superar esos obstáculos emocionales? El diálogo y el acompañamiento personal, son lo más recomendable para todo docente, que se valore como maestro por vocación y de corazón.

La afabilidad ejercitada diariamente por un maestro, que conduce a sus discípulos hasta la puerta de la Sabiduría (dicen los orientales), le convence que “la ternura y la bondad no son signos de debilidad y desesperación, sino manifestaciones de fuerza y resolución” (Khalil Gibran); y que, además le permite tomar las decisiones correctas en las situaciones más difíciles, propias de un profesor sabio (cf Plotino).

Y Usted, por ejemplo, ¿qué entiende por afabilidad en la vida escolar? ¿Recuerda alguna experiencia positiva de alguien que haya sido o esté siendo afable con Usted?

Fuente: http://educacioncmf.blogspot.com/

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Entrevista a Javier Tourón: El profesor, debe transformarse en un orientador, en un facilitador del aprendizaje

12 junio 2017/Fuente: webdelmaestrocmf

El portal EDUCACIÓN 3.0 publicó el siguiente artículo en donde Javier Tourón vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo y director de la Escuela TIC de UNIR, reflexiona sobre el papel del alumno y del profesor en la escuela actual. En su opinión, es preciso convertir al estudiante en sujeto agente y al docente en facilitador del aprendizaje.

Compartimos con fines únicamente educativos – pastorales el artículo del portal EDUCACIÓN 3.0.

Javier Tourón: “El profesor no tiene que enseñar, tiene que lograr que sus alumnos aprendan”

Javier Tourón, vicerrector de Innovación y Desarrollo Educativo y director de la Escuela TIC de UNIR, reflexiona en este artículo sobre el papel del alumno y del profesor en la escuela actual. En su opinión, es preciso convertir al estudiante en sujeto agente y al docente en facilitador del aprendizaje.

Las escuelas y sus profesores ven aparecer, de cuando en cuando, ciertas modas o enfoques pedagógicos que prometen ser revolucionarios y resolver todos los problemas existentes en las aulas de los colegios o de las universidades. La mayor parte de las veces estas modas son pasajeras, pues nacen fuera de las aulas, otras veces el escaso valor pedagógico de las mismas u otros intereses ajenos a lo educativo hacen que no progresen mucho más allá de los titulares de la prensa.

Parece una obviedad decir que la escuela y el sistema educativo necesitan un cambio. Esto es debido a diversas razones. Una, no menor, es que no es posible alcanzar los objetivos que requiere un aprendizaje profundo (dominio de las materias, capacidad de resolución de problemas, pensamiento creativo, trabajo en equipo, producción de contenidos, etc.) con un modelo basado en la transmisión de conocimientos por parte de los profesores y ello, entre otras razones, porque las citadas competencias —y tantas otras— solo pueden lograrse a través de la acción del que aprende y no a partir de la actividad del que enseña. Por ello es preciso volverse hacia el alumno, convertirlo de sujeto paciente a sujeto agente. El profesor, por su parte, debe transformarse en un orientador, en un facilitador del aprendizaje que ayude a cada alumno en sus necesidades particulares y que estimule a cada uno en razón de su capacidad y competencia.

Es decir, hay que darle la vuelta a la escuela. Un enfoque que permite hacer esto es el Flipped Classroom. ¿Por qué? Porque siendo nuevo está enraizado en principios universales de larga tradición pedagógica y didáctica. Se trata de poner al alumno en el centro de su aprendizaje, haciéndolo responsable del mismo. ¿Es esto nuevo? Pretende que el profesor sea un facilitador del aprendizaje más que un transmisor de conocimientos. ¿No era así ya?

Por otra parte, se pretende personalizar el aprendizaje, pero ¿no buscaban ya esto los enfoques clásicos de la Pedagogía Diferencial o los programas de enseñanza adaptativa? ¿Y qué decir de los programas como el ‘Mastery Learning’, el ‘Personalize System of Instruction’ de Keller y tantos otros de esta corriente?

¿Qué es Flipped Learning?

La definición oficial dice así: “El aprendizaje inverso (Flipped Learning) es un enfoque pedagógico en el que la instrucción directa se desplaza, del espacio del aprendizaje en grupo, al espacio del aprendizaje individual, como resultado de ello, el espacio del grupo se transforma en un ambiente de aprendizaje dinámico e interactivo, en el que el educador guía a los estudiantes mientras estos aplican los conceptos y se implican creativamente en la materia”.

Se trata, como se ha dicho, de un enfoque activo en el que el alumno es el protagonista de su aprendizaje (¿podría ser de otro modo?) y el profesor una ayuda necesaria. Así, profesores y alumnos se convierten en aliados en una aventura conjunta. El profesor no tiene que enseñar, tiene que lograr que sus alumnos aprendan.

Este modo de entender la escuela está próximo a toda la corriente de personalización del aprendizaje, del enfoque basado en competencias y del uso de la tecnología para hacerlo posible. Precisamente por estas razones entiendo que el Flipped Learning está aquí para quedarse, si somos capaces de implantarlo de manera correcta, con objetivos de aprendizaje valiosos.

Fuente: http://webdelmaestrocmf.com/portal/profesor-transformarse-orientador-facilitador-del-aprendizaje/

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La Educación en la era digital

Por. Montserrat Gomendio

La era digital ha revolucionado nuestra forma de comunicarnos, de relacionarnos con amigos y personas de nuestro entorno laboral, de obtener información, ha generado nuevas vías y formatos de buscar noticias, y ha creado nuevas formas de ocio.

Los jóvenes (y los que ya no lo son tanto) han adoptado este lenguaje como su forma natural de relacionarse con el mundo, lo que ha creado una demanda tal que cada hogar, cada oficina, cada aeropuerto, aspira a tener conexión a internet. Sin embargo, como dijo el presidente Obama cuando presentó la inciativa ConnectED: «¿Por qué en un país en el que esperamos tener acceso a Wi-Fi mientras tomamos un café, no lo deberíamos tener en nuestros colegios?».

El modelo de «aula de informática», con un ordenador común, ha quedado obsoleto

El presidente Rajoy ha presentado recientemente un proyecto con un ambicioso objetivo: conectar todos los centros escolares sostenidos con fondos públicos a internet de alta velocidad. En realidad, el objetivo es aún más ambicioso, puesto que se pretende conectar a todos los alumnos de estos centros, que son más de 6,5 millones. El modelo de «aula de informática», donde un grupo limitado de alumnos puede trabajar unas horas en un ordenador común, ha quedado obsoleto. Para que cada alumno tenga conexión continua y de calidad es necesario conectar todos y cada uno de los pupitres. Puesto que un centro escolar tiene de media cientos de usuarios más que un hogar, es necesario que la conexión sea a través de banda ancha ultrarápida.

Este proyecto permitirá que todos los alumnos tengan acceso a los mejores recursos de educación a escala mundial. Los contenidos curriculares de otros profesores, vídeos de otras clases, recursos didácticos desarrollados por expertos, al igual que todos los libros digitales, estarán al alcance de un click con la yema de sus dedos. Este aula sin fronteras será igual para todos los alumnos, independientemente de que vivan en una gran ciudad o en un pequeño pueblo remoto. De esta forma, se superará la brecha digital que aún divide las zonas rurales de las urbanas, convirtiéndose en un potente elemento de fomento de la equidad.

La universalización de internet superará la brecha digital que aún divide las zonas rurales

Además, la mochila digital se convertirá en una realidad efectiva, disminuyendo el coste del material escolar, y mejorando su versatilidad y capacidad de adaptación a un entorno en continua evolución.

Pero la universalización del acceso a internet de alta velocidad en los centros no sólo es un beneficio y una herramienta para los estudiantes. Maestros y profesores tienen también mucho que ganar con ella. La incorporación de las aulas a la era digital permite una revolución en la metodología de la enseñanza, que requiere de un cambio tanto en el papel del profesor como en el del alumno. El profesor deja de ser un mero transmisor unilateral de conocimientos, para pasar a ser un supervisor del desarrollo individual de cada alumno, y un promotor del trabajo en equipo, la creatividad, y la aplicación del conocimiento a la resolución de problemas complejos. Las tecnologías de la información no son ni mucho menos un sustituto del profesorado sino -al contrario- un potenciador de su papel.

Los alumnos, por su parte, dejan de ser sujetos pasivos, pues pasan a tener un protagonismo y una responsabilidad importantes en la definición y consecución de sus metas educativas; en la búsqueda y valoración de las fuentes de información. El proceso de aprendizaje pasa, por tanto, a ser más individualizado, interactivo y apasionante.

Finalmente, las tecnologías de la información permiten que los docentes intercambien contenidos curriculares, además de buenas prácticas y materiales que elaboran ellos mismos. Las redes de profesores permiten establecer diálogo entre ellos, que en España aún es muy limitado. De esta forma, nuestros profesores se podrán incorporar a las redes de docentes que ya existen a nivel mundial, y que representan un enorme laboratorio de ideas sobre las mejores metodologías docentes.

Hasta hoy, España se encontraba más retrasada que otros países de Europa en cuanto al número de centros que tienen conexión de calidad a internet. Gracias a este proyecto, España se convertirá en dos años en uno de los países más avanzados de Europa.

Para poner en marcha este proyecto, el convenio marco de colaboración firmado entre el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, el de Industria, Energía y Turismo, y el de Economía y Competitividad, junto con la entidad pública empresarial Red.ES, supone la movilización de importantes recursos económicos: 330 millones de euros, cofinanciados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional, a ejecutar hasta el año 2017.

Este gran proyecto, así como las restantes medidas de política educativa adoptadas por el Gobierno durante esta legislatura, permitirán que los alumnos de hoy sean los responsables mañana de la transformación de España en un país fuerte, innovador,competitivo, inclusivo y respetuoso con el medio ambiente.

Lo mejor que una generación puede dejar a la siguiente es una educación de calidad. Todos los niños y las niñas deben poder acceder a una educación tal que les permita desarrollar todo su talento, que les conduzca más allá de sus propias expectativas, y que les equipe para afrontar los desafíos de la vida y cumplir sus aspiraciones. Una educación de calidad es el principal motor de movilidad social y este Gobierno ha trabajado desde el primer día en conseguir que el sistema educativo sirva con eficacia a esta misión.

Gracias a una buena educación las personas consiguen mejores empleos, son capaces de adaptarse a la revolución tecnológica y de asimilar la rápida evolución del conocimiento.

Todo el Gobierno está comprometido en la tarea de equipar a nuestros jóvenes con los conocimientos y las competencias necesarias para que tomen las riendas de nuestro futuro con la ilusión y la capacidad necesarias, con el objetivo de que nuestro país juegue en igualdad de condiciones con un número cada vez mayor de países que han hecho de la educación su principal palanca de cambio y su principal fortaleza. Sin duda, éste será el grupo de países más prósperos y equitativos. Sin duda, éste es el grupo al que España no quiere sólo pertenecer, también contribuir a liderar a través del talento de nuestros jóvenes. Gracias a esta iniciativa, ningún alumno quedará al margen de este gran desafío que afrontamos en conjunto, y todos sin excepción podrán participar en la labor de construir un país mejor.

Los frutos de una educación de calidad tienen, además, importantes implicaciones para el país en su conjunto. Una educación inclusiva y de calidad fomenta el crecimiento económico sostenible, consigue una sociedad más justa e integrada, promueve el desarrollo de la innovación y la creatividad y permite que un país juegue un papel más relevante en un mundo globalizado, en el que el talento formado es hoy más importante que cualquier riqueza natural. En definitiva, la educación de calidad es el principal motor de transformación de un país.

Fuente: http://www.elmundo.es/opinion/2015/04/15/552d4036ca4741877c8b4575.html

Imagen: cdn.impacto.mx/wp-content/uploads/2016/07/epedig_fotosuperior.jpg

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