Educación popular para la transformación social

Por: Mariana Bermúdez*

El derecho a la educación es uno de los pilares fundamentales para combatir la discriminación, las desigualdades sociales y la violencia sistémica, para el reconocimiento de sujetas y sujetos políticos que abonen a la democracia y construcción de paz. En este sentido la educación popular, en términos de Paulo Freire, significa recuperar la pedagogía humanista para sostener un diálogo crítico permanente que se convierta en praxis y transformación social de quienes han sido oprimidos históricamente para la liberación de sí, de otras y otros.

Es la promoción del uso de la palabra que nos permite tomar conciencia, ex-presarnos y liberarnos a través de la exi-gencia y defensa de nuestro pensamien-to, acción y vida. El derecho a la educación se encuentra estipulado en el artículo 3° de la Constitución Política de losEstados Unidos Mexicanos, en donde el Estado asume su responsabilidad públi-ca de garantizarlo para toda la población, desde educación inicial hasta superior. Sin embargo, durante el contexto pandémico, los retos de las diversas realidades y desigualdades socioeconómicas de los estudiantes se visibilizaron y profundizaron aún más, incrementando las áreas de oportunidad del sistema educativo tradicional mexicano.

Las mujeres, comunidades indígenas, población neurodivergente, personas en situación de pobreza y adultas mayores han sido más impactadas por el rezago educativo y las brechas digitales en México. Por ende, el derecho a la educación no sólo debe limitarse a garantizar condiciones dentro de las aulas, sino consolidar circunstancias económicas, sociales y culturales que permitan a las personas un acceso equitativo a este de-recho. Desde el principio de interdependencia, esto implica destinar los recursos necesarios para que todos puedan iniciar y continuar sus estudios; reconfigurar sistemas educativos que se adapten a sus estilos de aprendizaje; promover la garantía de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales (Desca) para que las infancias y adolescencias, principalmente, no tengan que decidir entre estudiar o trabajar para continuar con sus proyectos de vida ante la falta de condiciones vitales como el acceso al agua, a una alimentación adecuada y a la salud, entre otros.

Ha sido el sistema económico y social predominante el que promueve la meri-tocracia; es decir, incentiva el pensamiento de que las personas más capacitadas, más hábiles son quienes abonan al progreso y desarrollo de la sociedad. Por lo que merecen tener condiciones de vida dignas bajo los principios e ideales hegemónicos de sostenimiento de la vida y sociedad capitalista y patriarcal. Sin embargo, es necesario detenernos apensar: ¿cómo nos reconocemos como sujetas y sujetos de conocimiento? ¿Cuál es la influencia de las desigualdades de nuestros contextos en nuestra formación? ¿Cómo podemos construir espacios equitativos donde las experiencias, saberes y conocimientos sean válidos en la misma proporción? ¿Acaso la vida en dignidad y condiciones justas es sólo para unos cuantos o es para todas y todos?

El reconocimiento de cada persona como portadora de conocimientos, sabe-res y experiencias es una de las propuestas desde la educación popular para responder estos y otros cuestionamientos. Pues en esa mirada horizontal y humani-taria se encuentra la transformación social para asumirnos como sujetos con capacidad de agencia para incidir en la reconfiguración de nuestras relaciones y contextos desde las infancias hasta las personas adultas mayores, partiendo del reconocimiento de nuestras diversidades. Por tanto, es importante fortalecer e incentivar procesos formativos y educativos populares como herramienta política, emancipadora, libertaria y de transformación social que sea contrapeso para eliminar las desigualdades, las violencias y las discriminaciones en el mundo. Además, estos espacios tendrían que apostar por la promoción y la defensa de condiciones de vida digna a través de la exigibilidad de sus derechos humanos y el cuidado de sí, de la colectividad y el medio ambiente.

El diálogo colectivo e intergeneracional, así como la libertad de expresión, se convierten en elementos prioritarios para colocar la crítica, reflexión y emancipación colectiva en el centro de la educación popular, adecuándose a los contextos diversos y recuperando la humanidad co-existiendo con su comunidad y entorno.

Habrá que seguir apostando por una educación inclusiva, libre de violencias, integral y transformativa que reconozca a cada persona como portadora y constructora de conocimiento, ya que sin ella, la liberación de las personas y los pueblos no será posible. No hay revolución social sin educación popular; en palabras de Paulo Freire: el acto educativo no consiste en una transmisión de conocimientos, es el goce de la construcción de un mundo común.

Coordinadora del Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, OP, AC

Fuente de la información: https://www.jornada.com.mx

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Venezuela: Fundamentos Teóricos y Legales de la Educación Indígena Vigente en Venezuela

Fundamentos Teóricos y Legales de la Educación Indígena Vigente en Venezuela

Msc Indira Paris

maraisagrancacique@gmail.com

 

 

 

Resumen

Este artículo analiza elementos referidos a los fundamentos legales y la revisión de algunos fundamentos teóricos como alternativa para conocer la educación indígena  en Venezuela y como se ha venido implementando por medio del soporte normativo la inclusión e integración, de igual manera se indaga, acerca del proceso de   atención educativa en un contexto en el que se toma en consideración la diversidad cultural y lingüística. Durante su recorrido  en estos tres ámbitos,  es pertinente revisar elementos de un sistema educativo general y único que desplaza la atención diferenciada y especializada del subsistema indígena por una educación más cónsona a los momentos, en la que hoy se garantiza una mayor integración en los estudiantes indígenas por lo que es necesario mostrar como logros alcanzados desde el año  1999 y cuáles son las barreras que corresponde superar en la actualidad. La investigación aplicada en este proceso es cualitativa y permitió la participación de los actores educativo de la población warao, ñapa, chaima, kariña, debido a la responsabilidad que vengo cumpliendo en la División de Interculturalidad Bilingüe en la Zona Educativa de Monagas y como una pobladora más en la comunidad warao, como    técnica implementa resalto el empleo de entrevistas, realizadas en recorridos y como instrumentos se aplicó un cuestionario de preguntas obteniendo  como resultado que es necesario, la integración entre los niños no indígenas con los niños indígenas, es importante  que como máximo aporte quede  el respeto hacia la cultura indígena, especialmente desde la niñez y la aceptación de su estilo de vida independiente el contexto.

Palabras claves: inclusión, integración, educación indígena, política educativa.

Introducción

La educación indígena hoy es denominada educación propia, se trabaja por medio de guías pedagógicas, a partir de 3er grado se complementa el idioma materno con el castellano, con el fin de ir acercando al niño indígena con  la educación criolla, en primera instancia, como espacio donde los elementos culturales, son considerados relevantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, especialmente para superar las brechas entre las comunidades donde existen distintas culturas en interacción constante. El Estado venezolano, hoy teniendo una Constitución que enaltece la cultura indígena,  debe diseñar políticas educativas que den reconocimiento de otras cosmovisiones e integrarlas en la planificación y currículo escolar como una línea transversal que les ayude en la inclusión e integración.

Este análisis busca reflexionar y revisar si la educación indígena en Venezuela responde a la consideración de inclusión e integración desde una perspectiva funcional o crítica, ya que los planes de enseñanza para estas comunidades, parecieran estar en conflicto con los mismos fundamentos teóricos y legales del Estado. El ejemplo es visible hasta el Subsistema Universitario haciendo referencia a que la Universidad Bolivariana de Venezuela es la única universidad en el estado Monagas que tiene un Programa o Coordinación de Interculturalidad Bilingüe, por lo que en otras universidades se hace difícil la prosecución, integración y seguimiento que garanticen la educación propia.

Se analiza acá la tendencia hacia la configuración de un sistema educativo único general en educación básica, llamado inclusivo y de integración dirigido a la educación indígena. Esta tendencia hacia la inclusión e integración la analizaremos desde 1999 con la llegada de la Constitución de la República Bolivariana Venezuela, identificándose desde la política educativa y algunos elementos teóricos que la cobijan para garantizar la atención de la población indígena. Con esto se pretende dar a conocer el funcionamiento de la educación indígena encaminados a garantizar el derecho a una educación propia pertinente, y la construcción de un sistema educativo único donde converjan los fundamentos de  la teoría y aspectos legales, en pro de resaltar el carácter inclusivo y de integración,  capaz de promover la tolerancia y la convivencia en la diversidad, y abatir la exclusión ocasionada por las diferentes fuentes de diversidad mediante un énfasis en el acceso a la educación.

 

La recolección y el análisis de los datos se llevaron a cabo con  entrevistas realizadas a los docentes y representantes en las comunidades indígenas. Para consolidar los resultados y dar mayor confiabilidad fue necesario revisar la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (1999), Ley Orgánica de Educación (2009), Ley Orgánica de Pueblos y Comunidades Indígenas y algunos referentes de orden teórico  por ser la modalidad que acoge a una parte importante, aunque no es excesivamente numerosa de niños, niñas y adolescentes  se pudo recopilar  experiencias significativas desde los territorios visitados para analizar de acerca el desarrollo del proceso de enseñanza – aprendizaje. Entre las  figuras educativas entrevistas tenemos maestros, directivos, representantes, supervisores y jefes de comunidades indígenas, con quienes también organice grupos de discusión.

La apropiación de la política educativa que enarbola la inclusión e integración educativa como alternativa de derecho y continuidad educativa, está muy lejos de ser una realidad. En términos coyunturales, es relevante analizar la noción de inclusión predominante entre los tomadores de decisiones para así desentrañar los efectos e implicaciones que tiene la tendencia hacia un sistema educativo general y único en el ejercicio de los derechos de la niñez y juventud indígena.

En este artículo planteo, en primer lugar, un panorama de la inclusión educativa y su transferencia de la política educativa a la educación indígena propia y, potencialmente, en escuelas de otras modalidades que atienden a la niñez y adolescencia indígena que asiste a todo el Sistema Educativo. En segundo lugar, se describen fundamentos legales y teóricos  que no solo han servido para la recolección de datos y su análisis, sino para tener un soporte fundamental de apoyo e interpretar la información adquirida.

 

La noción de inclusión e integración de la educación indígena en las políticas educativas

 

La noción de inclusión emergió en el ámbito de la educación especial y de las necesidades educativas especiales. En la actualidad, constituye una noción polisémica y ampliada que no está asociada solo a la educación para personas con discapacidad. A nivel internacional, la inclusión inició la extensión de sus ámbitos de aplicación a partir de la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos de Jomtien, en 1990, y del Foro Mundial sobre Educación de Dakar, en 2000 (Unesco), para referirse a la educación para todas las personas, con especial interés en las que históricamente han padecido la exclusión de los Sistemas Educativos, en este rezago también se ubica los pueblos indígenas como lo señala el autor: López, L (2001)  “La exclusión a la que aludimos no ha sido sólo simbólica. De hecho y hasta hoy, por lo general, ser indígena en América Latina equivale a estar situado en las capas más bajas de la sociedad y en zonas con mayor pobreza y rezago, incluido el educativo” pág. 05

 

Por estas causas, se inició un distanciamiento intencional no solo hacia la exclusión, sino también hacia el concepto de integración escolar, termino aplicado a personas con discapacidad, aunque no de manera exclusiva, pero se tuvo que hacer hincapié poco a poco hacia un proceso individual de integración y adaptación a una comunidad escolar común que venía siendo atendida en lo educativo  sin transformaciones profundas en sus proyectos educativos, en la organización o en el funcionamiento. En el contexto latinoamericano, y en específico en nuestro país, la inclusión educativa sigue un concepto aún asociado en el imaginario de los sujetos educativos a la atención educativa de alumnos con discapacidad, también llamada educación especial; esto, pese a los esfuerzos del gobierno bolivariano para introducir el concepto ampliado de inclusión mediante políticas educativas, con la puesta en marcha de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela en el año de 1999 destinando un capitulo para su resguardo y luego con la Ley Orgánica de Educación en 2009 donde se reconoce como modalidad del Sistema Educativo Bolivariano.

 

La inclusión desde instancias internacionales como la Unesco,  las cuales plantean que la misma tiene como destinatario a alumnos vulnerables con especial interés en la diversidad socioeconómica y, en menor medida, sexual, religiosa, lingüística, étnica entre otras y que está presente en todos los sistemas educativos; para ello, se plantea que todos aprendan en una misma escuela y en un mismo salón de clases. Se argumentan razones sociales y educativas de la inclusión, asociadas a la tolerancia, la no discriminación, la convivencia en la diversidad, la atención de las formas de aprendizaje diferenciadas de cada individuo, entre otras.

En Venezuela las escuelas perciben atender a todos los niños, de la misma manera que al resto, sin tener que implementar un subsistema paralelo como el indígena. Por lo tanto, se pretende que la población denominada criolla puedan apropiarse de la cultura, tradiciones y costumbres ancestrales, especialmente del idioma que para los estudiantes es la mayor limitante que encuentra para comunicarse con el resto. Así, la inclusión, se convierte en un paradigma de integración que encuentra presencia en la política educativa indígena ante una noción hegemónica de heredada de décadas anteriores, dejando como valores que fomentar como la tolerancia o prevenir el racismo, transformar, interactuar, empoderar y descolonizar.

Desde esta perspectiva, es importante ofrecer igualdad de oportunidades a toda la población para acceder al conocimiento y satisfacer las necesidades de aprendizaje, para que todos los ciudadanos puedan estar óptimamente preparados para la vida, para el trabajo, con iguales aptitudes, valores y destrezas. Quedándose en la teoría,  parte del principio de la igualdad de derechos y el respeto a la diversidad, para lograr construir una sociedad abierta, más justa y más humana. El afán por conseguir esta igualdad en el acceso ha sido acompañado por una profunda desigualdad en el tipo de educación que se les ha brindado a las diferentes comunidades indígenas  del país, que debe llevar a repensar la educación indígena en el actual momento histórico.

Fundamentos legales en la educación indígena en la actualidad.

El Sistema Educativo Bolivariano (SEB), se enfrenta a nuevas necesidades y retos de contribución al desarrollo económico, político, educativo y social, ya que se requiere del fortalecimiento de la capacidad de innovación científica y tecnológica, que se traduce en un nuevo papel del conocimiento científico y tecnológico, lo que ha representado una mayor necesidad de articulación entre políticas educativas y científico tecnológicas, para garantizar la inclusión y la integración de nuestros estudiantes indígenas es necesario apropiarse de las leyes que los amparan como ciudadanos y ciudadanas. Es necesario que los documentos emanados también sean en el idioma indígena.

En la búsqueda de preservar estos derechos, es pertinente definir que la Educación Indígena Propia, constituye un proceso social, mediante el cual los miembros de un pueblo internalizan, construyen, trasmiten y recrean conocimientos, valores y demás elementos constitutivos de su cultura, desarrollan habilidades y destrezas que les permitan desempeñarse adecuadamente en su medio y proyectarse con identidad hacia otros grupos humanos que ellos denominan criollos en el caso venezolano. Los principios pedagógicos de la educación indígena propia están fundamentados en las etapas de la vida, normas y valores. Esta pedagogía comienza desde el vientre a través de normas y ritos, que realizan en cada etapa del crecimiento hasta la edad adulta y el acercamiento con la naturaleza.

Entre las leyes que abrigan la educación indígena, encontramos la CRBV (1999) en el Capítulo VIII se encuentran una variedad de artículos que recopilan los derechos de los Pueblos Indígenas en el artículo  123 que hace referencia a los siguiente “Los pueblos indígenas tienen derecho a servicios de formación profesional” enalteciendo la importancia de garantizar su educación como parte del acervo ancestral. En cuanto a la Ley Orgánica de Educación (LOE. 2009), extrayéndose el artículo 27 “La educación intercultural transversaliza al Sistema Educativo y crea condiciones para su libre acceso a través de programas basados en los principios y fundamentos de las culturas originarias de los pueblos y de comunidades indígenas” pág. 49, elementos que señalan la importancia de orientar los cambios fundamentales que requiere la educación venezolana en el actual proceso de Refundación de la República. Tanto el Estado como las organizaciones indígenas deben estar consciente de su gran potencial social y político, ya que más allá de lo pedagógico, esta debe ser entendida y asumida como una propuesta para superar el colonialismo aún vigente y la deuda histórica que el Estado tiene aún con pueblos indígenas.

En relación con lo expuesto, otro documento que adquiere relevancia son las Orientaciones Metodológicas para los Proyectos Educativos por Pueblos Indígenas (PEPI) 2014 que plantea: una compilación sintética de fundamentación jurídica venezolana  que favorecen la formación integral de la Educación Intercultural Bilingüe para ayudar a vivir a los pueblos indígenas en una sociedad más justa y contribuyen con el desarrollo de sus capacidades para la construcción autóctona de sus aprendizajes. Desde el enfoque constitucional la inclusión, bien enarbolada en principios coincidentes con la interculturalidad, tiene implicaciones prácticas que apuntan a la integración, al estilo indigenista, en un modelo de atención homogéneo.

Esto es así debido a que el Sistema Educativo Bolivariano no se ha transformado ni se plantea una transformación que posibilitaría escuelas inclusivas con la capacidad de ofrecer una educación cultural y lingüísticamente pertinente para los niños indígenas que habitan en ciudades y en el ámbito rural. En realidad, la transformación del Sistema Educativo Bolivariano hay que dirigirla hacia una lectura contextual  en el marco de los derechos, y la construcción de un paradigma capaz de garantizar una educación culturalmente pertinente y bilingüe que otorgue espacio para todas y todos.

 

La propuesta aquí planteada busca  tener como objetivo  facilitar el acceso y la permanencia en la educación ofreciendo a su vez una educación de calidad ajustada a las diversidades que se presenta en distintas colectividades que normalmente se encuentran en una situación de mayor vulnerabilidad. Hoy más que nunca, es necesario  adaptar el currículo a las necesidades y características específicas que las comunidades indígenas presentan, el currículo se debería encaminar a buscar respuestas pedagógicas a los problemas y expectativas en sus modos de vida y del grupo étnico, para articular los conocimientos y saberes.

Se debe trabajar en la recuperación o consolidación de identidad, esto desde el punto de vista de: promover  lo que significa ser indígena, entonces desde el punto de vista de ser partícipe de un pueblo histórico, que poseen su propio legado cultural, hay que reproducir conocimientos que acompañen la apropiación tecnológica, desde la articulación cultural comunitaria con nuestros pueblos y entendiendo que debemos respetar su estilo de vida.

Por lo tanto, para que ocurra una verdadera inclusión e integración en la educación indígena, es necesario aplicar un enfoque intercultural bilingüe, especialmente preparar a los docentes bilingües para que puedan atender de manera integral al estudiante. Una adecuada vinculación entre el alfabetismo funcional bilingüe y el mundo del conocimiento productivo permite vivenciar y adquirir una comprensión de la importancia de la educación y el saber cómo herramienta para mejores oportunidades de trabajo, tanto dentro de la etnia como en la cultura circundante, además de generar espacios híbridos y contextualizados.

Participación de la comunidad indígena y de las familias en el proceso educativo.

Revisión teórica en el proceso educativo.

 La participación de la comunidad indígena y de las familias connota el significado y sentido de este término: participar es tomar parte. Por tanto, cómo participar en el proceso pedagógico de la institución educativa se declara como problema que afecta la práctica educativa, merece especial atención revisarlo. El carácter participativo de los familiares como parte del proceso pedagógico de la institución educativa ofrece significados individuales y compartidos que conforman el escenario de vida del individuo que en esta en formación y posibilita la construcción, transformación y el fortalecimiento de la institución educativa.

Para lograr estos propósitos, antes mencionados e impulsar la participación en el proceso educativo,  es fundamental considerar condiciones, que significan: el medio, la situación en que los fenómenos y los procesos que surgen, existen y se desarrollan, se interpretan como causales y suficientes. Por tanto, es la situación o circunstancia indispensable para la existencia de otra condición.

Impulsar la participación y trabajo en colectivo contribuye a evitar la deserción escolar de los estudiantes indígenas,  es fundamental al ejercer un adecuado control para prevenir el temprano abandono de los estudios, para lo cual se debería brindar entre otros, mayor atención a la mejora de la autoestima de los estudiantes, al aprendizaje activo y cooperativo y evaluación continua de procesos de aprendizaje, tomando como referencia el punto de partida de los educandos y respetando sus estilos de vida. Con el propósito de guiar estos procesos de enseñanza – aprendizaje en la educación indígena, es necesario apropiarse de sus basamentos teórico y jurídico para mantenerlos en el Sistema Educativo Bolivariano.

Aunque la escuela sea para las familias una de las experiencias importantes para el desarrollo de los niños, en la institución escolar existe una tendencia a dar más valor a su forma de conocimiento en detrimento a todo lo demás. Un niño indígena, es libre para aprender, con los otros niños y con la comunidad en general, diversos saberes esenciales para su vida, cosas que no se aprenden en la escuela por medio de un currículo preestablecido. Reconocer esos contextos como momentos esenciales para el aprendizaje debe ser la meta de una escuela renovada que se reconozca como diferenciada y que respete los estilos y ritmos de aprendizajes de cada población, donde se respete también su cultura. Ante esto, es importante concluir que la participación emerge si se tienen establecidos los principios pedagógicos. Es necesario, tener presente la libertad con la que  han aprendido a crecer los estudiantes indígenas para que puedan seguir sintiéndose felices al llegar a la escuela.

 

El reconocimiento de las poblaciones indígenas tienen procesos propios de aprendizaje  que esos procesos deben ser considerados por la escuela y no solo implica buscar formas para incluirlos en la vida escolar sino también, y sobre todo, garantizar que las escuelas no impidan los procesos propios de aprendizaje y continúen expendiéndolos en  la forma habitual fuera de las instituciones.

 

La recomendación se enfoca al cambio de orden en esa relación, es decir los espacios de aprendizajes participativos deben ubicarse al inicio de la ejecución de los proyectos, planes y programas de tal manera que las familias y las comunidades puedan apoyar en las siguientes actividades. Se alcanza a percibir que muchas familias indígenas están ávidas de aportar hacia la consecución de actividades que se promueven y proponen ideas para mejorar; especialmente en estas comunidades rurales y se involucran en el trabajo, enseñando con sus saberes y experiencias, la institución educativa y sus docentes, debe aprovechar esta oportunidad e iniciar un proceso de preparación con las familias indígenas que les permite aprender desde su cultura. De esta manera las familias y las comunidades indígenas lograrían  incursionar en el proceso pedagógico tanto dentro como fuera del contexto escolar.

 

Referencias:

López, L. (2001) “La cuestión de la interculturalidad y la educación latinoamericana” Documento de trabajo presentado al Seminario sobre prospectivas de la Educación en la Región de América Latina y el Caribe, organizado por la Oficina Regional de Educación de la UNESCO.

República Bolivariana De Venezuela. (1999). Constitución De La República Bolivariana De Venezuela. Gaceta oficial del jueves 30 de diciembre de 1999, número 36.860.

República Bolivariana De Venezuela. (2009). Ley Orgánica de Educación. Ediciones de la Asamblea Nacional. Caracas, Venezuela.

Viceministerio de Comunidades Educativas y Unión con el Pueblo. Dirección General de Educación Intercultural. (2014) orientaciones metodológicas para los Proyectos Educativos por los Pueblos Indígenas (PEPI) Ministerio del Poder Popular para la Educación.

 

Fuente de la Información: CII – OVE

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