Nuevo proceso de admisión con una admisión inconclusa

 Abelardo Carro Nava

Como bien sabemos, a partir de la aprobación de la mal llamada reforma educativa de 2013, las disposiciones legales y normativas para el ingreso al Servicio Profesional Docente cambiaron sustancialmente. Los exámenes de ingreso, conjuntamente con el cumplimiento de ciertos requisitos, fueron algunos de los aspectos que los aspirantes tendrían que realizar para que accedieran y ocuparan un lugar dentro del Sistema Educativo Nacional (SEN). De ahí que, como también sabemos, una vez que los participantes pasaban los filtros establecidos por la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente (CNSPD) y, desde luego, si es que los resultados les eran favorables de acuerdo a las listas de prelación y las vacantes disponibles, éstos ingresaban al magisterio de manera provisional, por lo cual se les otorgaba un nombramiento con un código 89 “Alta por Tiempo Fijo, por Ingreso al Servicio Profesional Docente”.

Ahora bien, después de cierto tiempo (que variaba entre los 6 meses a un año, aproximadamente), muchos de estos maestros y maestras tuvieron que realizar un examen de diagnóstico para que pudieran cambiar el código 89 por un FU “Alta Definitiva por Ingreso, SPD”; esto no significaba que ya tenían en sus manos una Alta Definitiva, puesto que la misma ley estipulaba que al término de dos años los recién ingresados al SEN, tendrían que realizar otro examen para que les fuera otorgado el código FV “Alta definitiva por ingreso y evaluación, Servicio Profesional Docente” que, en sentido estricto, no era otra cosa más que lo que muchos conocemos como código 10 “Alta definitiva”.

Todo lo anterior se realizaba con fundamento en lo que se conoció como “Disposiciones en materia del Servicio Profesional Docente” que emitió la CNSPD (CNDSP, 2017) y, de los cuales, hay que señalarlo, las entidades federativas lo aplicaban bajo su propia interpretación y, por tal motivo, muchas de los nombramientos que se dieron durante este sexenio variaron en cuanto a su temporalidad (aplicaciones de exámenes diagnóstico y de los dos años) y características de los formatos de dichos nombramientos. En fin.

Con la aprobación de la reforma a la reforma educativa de 2013, este esquema cambió un poco.

Por principio de cuentas vale la pena recordar, que las leyes y normas relativas a los procesos de admisión se modificaron, siendo lo más significativo, el hecho de la preferencia que tendrían los egresados de las Escuelas Normales, de la Universidad Pedagógica Nacional y los Centros de Actualización del Magisterio para ocupar un lugar en el SEN.

Ahora, sobre los requisitos y demás cuestiones que los aspirantes a ocupar una plaza deberían atender, de acuerdo a las convocatorias que la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM) ha emitido hasta el momento, no han cambiado mucho que digamos; la realización del registro previo cumplimientos de ciertos requisitos, el haber tomado un curso sobre la Nueva Escuela Mexicana y la aplicación de un instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes docentes, son los aspectos que hemos visto, de manera particular, el año pasado.

Y es precisamente esta última cuestión, lo que me lleva a escribir estas líneas porque, como se sabe, el proceso de admisión del año pasado no se completó o quedó inconcluso dada la imposibilidad, por parte de la USICAMM, de realizar la aplicación del instrumento de valoración de conocimientos y aptitudes (examen) a todos los que participaron en este proceso; esto, por la declaración de contingencia sanitaria decretada por el Gobierno Mexicano generada por la pandemia que ya conocemos; sin embargo, dos etapas sí se llevaron a cabo y, conforme a ello, se otorgaron nombramientos “provisionales o temporales”. Asunto poco fácil de entender porque, mientras la federación ha puesto y dispuesto “ciertas normas” en la emisión de nombramientos a los participantes que obtuvieron un resultado favorable y que les permitió acceder a éste, en las entidades federativas, dichos nombramientos tienen sus propias particularidades, más en el ámbito de la Descripción del código que de éste mismo. Me explico.

Por la imposibilidad de aplicar el instrumento de valoración ya referido, más o menos en mayo del año pasado, la USICAMM emitió un comunicado mediante el cual informaba que los procesos de admisión, promoción y reconocimiento quedarían suspendidos por la contingencia sanitaria y que, por tal razón, ésta se encontraba analizando las actividades del calendario anual de esos procesos de selección; hecho que generó reacciones diversas entre los participantes. Quiero pensar que, por tal razón, y por la obvia disponibilidad de vacantes en los estados, se entregaron nombramientos con ¿código 99?, esto siempre y cuando se cumpliera con lo estipulado en los “Criterios excepcionales para el proceso de selección para la admisión en educación básica, ciclo escolar 2020-2021” (USICAMM, 2020) que la USICAMM emitió, repito, hace un año por las condiciones sanitarias del país, dejando obviamente, pendiente la aplicación del instrumento de valoración en comento.

¿Por qué un código 99 y no uno 95 “Alta provisional”? La respuesta seguramente se encuentra en la USICAMM, sin embargo, al igual que otros colegas lo han pensado y afirmado, supongo que este código es un “número identificador” que se le asignó a todos aquellos que participaron en el proceso que no ha concluido. ¿Está fuera de toda norma la emisión de este código? Al no encontrarse como tal en los “Lineamientos administrativos para dar cumplimiento al artículo segundo transitorio del decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de los artículos 3º, 31º y 73º constitucionales”, publicados en el diario oficial de la federación el 15 de mayo, mi respuesta es afirmativa, es decir, este código está fuera de toda norma dado que no se tiene un sustento legal que lo fundamente más que, muy probablemente, la decisión que tomó la USICAMM y que, desde mi perspectiva, afecta a cientos de maestras y maestros que en próximas semanas, verán concluida la vigencia del nombramiento otorgado hace un año.

Este código 99, supongo, puede ser definido como “Alta Provisional”, si es que se tuviera el catalogo o un documento que estableciera los nuevos nombramientos con sus respectivos códigos y descripciones, sin embargo, poco se conoce sobre este tema, aún y cuando este gobierno ha pugnado, desde su inicio, por la “transparencia”. Esto lo digo porque es obvio que al reformar las leyes y dejar sin efecto las disposiciones reglamentarias de la reforma educativa de 2013, tendrían que haberse emitido otras que sustenten los nombramientos, códigos y descripciones a partir de la reforma de 2019 pero, insisto, poco se sabe de ello. Ojalá la USICAMM de a conocer estas disposiciones para que haya mayor claridad y transparencia, principalmente, para los interesados.

Y bueno, todo este asunto se complica en demasía porque, si usted revisa los documentos (formatos) que elaboraron las Secretarías de Educación de las diferentes entidades federativas y que contienen los nombramientos, códigos y descripciones que les fueron entregados a los participantes una vez que obtuvieron un lugar provisional en el magisterio, la cosa no está para creerse puesto que, en estos estados, se emitieron una serie de nombramientos con una variación de códigos y descripciones, aun y cuando la USICAMM diera a conocer que a todos ellos debería asignárseles un código 99; no obstante, en algunos casos el formato con el código 95 no se cambió o se canjeó por parte de los interesados o por cuenta de las áreas responsables del proceso y, por tales razones, aunque se encuentran prestando sus servicios profesionales en alguna zona escolar, el hecho de que en próximas fechas se inicié otro proceso de admisión podría generarles dificultades que, líneas más adelante explico, porque es importante ejemplificar algunas de las inconsistencias que he podido observar en algunos de los profesores que tienen en su formato un código 95 o 99 con descripciones diferentes, situación que puede ser susceptible de variadas interpretaciones al momento de que se tenga que aplicar el instrumento de valoración ampliamente referido, por ejemplo, a un profesor le otorgaron un nombramiento con código 95 “Alta provisional” y la autoridad local no lo ha cambiado por uno 99, a otro le dieron un nombramiento con código 99 pero “En vacante definitiva con nombramiento por tiempo fijo”, a otro, un nombramiento con código 99 “Alta provisional”¸ a uno más, un nombramiento con código 99 “Tiempo fijo”, etc.

En consecuencia, bien haría el USICAMM en aclarar todo este asunto porque, con el comunicado que emitió en su página hace unos días, en cuanto a que ésta determinará las fechas para aplicar los instrumentos de valoración de conocimiento y aptitudes al personal docente o técnico docente al que se le haya asignado una plaza vacante definitiva con nombramiento por tiempo fijo ha generado, de nueva cuenta, reacciones diversas. Ciertamente, se entiende que las listas de prelación (y los criterios de valoración para la admisión del año pasado) fueron un indicador para el otorgamiento de vacantes definitivas o temporales, sin embargo, como bien sabemos, en las entidades los documentos que se emiten difieren dada la interpretación que las autoridades educativas hacen de éstos. Es decir, si a un profesor o profesora se le entregó “por error” un nombramiento con código 99 “Alta Provisional” cuando tuvo que haber obtenido un código 99 “En vacante definitiva con nombramiento por tiempo fijo”, ¿deberá ser considerado para la aplicación del instrumento de valoración y no para el nuevo proceso de admisión?

Bien valdría la pena que antes de emitir otra convocatoria para el proceso de admisión para este año, se trabaje en lo que aún se tiene pendiente del año pasado y, sobre todo, se ponga un orden en cuanto a la emisión de nombramientos en las entidades. A muchos profesores el tiempo los está alcanzando, dada la vigencia de la emisión de sus nombramientos y, sería favorable, que todas estas dudas las disipara la USICAMM para que tuvieran una seguridad en cuanto a dos cuestiones: la aplicación del instrumento de valoración, si es que fue otorgado un nombramiento con código 99 “En vacancia definitiva con nombramiento por tiempo fijo”, o bien, la realización de todo el proceso de admisión dado su nombramiento de carácter temporal. En cualesquiera de los casos, ojo, el que el profesor responda su instrumento de valoración o el que realice otra vez el proceso de admisión, no significa que vaya a obtener un código 10 que, en términos sencillos significa: “Alta definitiva” porque, para como están las cosas y dado el deficiente trabajo que viene realizando la USICAMM, podría esperarse cualquier cosa. Menudo problema tiene en sus manos esta Unidad administrativa.

Desde mi perspectiva, como desde hace años viene sucediendo cuando se “definió” la aplicación de un examen para el ingreso al magisterio, los afectados, por toda esta serie de irregularidades faltas de orden y transparencia, son los maestros y, principalmente, los alumnos, quienes poco saben si contarán en las próximas semanas con el maestro que les estuvo dando clases, o si es que estos últimos serán recontratados bajo el mismo esquema  y con las mismas irregularidades en la emisión de sus respectivos nombramientos.

Referencias:

Fuente e Imagen: https://profelandia.com/nuevo-proceso-de-admision-con-una-admision-inconclusa/

Comparte este contenido:

El mundo de fantasía de Moctezuma y compañía…

 Abelardo Carro Nava

Un país como el nuestro, que forma parte del 25 por ciento de los países más desiguales del mundo, enfrenta retos importantes para cerrar las brechas de desigualdad social y económica existentes. Para pocos es desconocido que hoy día, más de 50 millones de mexicanos se encuentran en condiciones de pobreza y pobreza extrema, y que solamente 10 personas concentran la misma riqueza que el 50 por ciento más pobre del territorio nacional. Y bueno, si de poner un ejemplo se trata, basta con mencionar que el estrato poblacional mexicano con menores ingresos percibe, por día, 101 pesos, mientras que el más alto ingresa, en promedio, 1,853 pesos, es decir, 18 veces más (García, 2020).

Estos datos, números o cifras, nos hacen pensar que no todo es miel sobre hojuelas en nuestro país. Sin entrar a detalles, sabemos que el origen de estos males se halla en los pésimos gobiernos que han dirigido los destinos de la nación desde hace varias décadas, pero también, en las decisiones que, en materia económica y social, se han tomado con la “intención” de favorecer a los sectores más vulnerables. ¿Políticas públicas para los más necesitados? No lo creo. Y no lo creo porque con el paso de tiempo, hemos visto que esos 50 millones de pobres, en números, se ha mantenido y, en ciertos periodos, se ha ensanchado, y que también, esa pequeña élite concentradora de poder y riqueza se ha mantenido, sin variaciones y nuevos miembros. Esto, sin soslayar, los constantes actos de corrupción de funcionarios y/o servidores públicos que han utilizado los diversos programas sociales para su propio beneficio o el de su grupo político. ¿Programas sociales clientelares? En fin, el mundo no es color de rosa y mucho menos lo es en México; eso lo sabemos muy bien porque, indiscutiblemente, quienes a diario transitamos por las calles de alguna comunidad, municipio o entidad federativa, podemos percibirlo.

No obstante, lo anterior, pareciera ser que en el actual gobierno hay quienes en verdad viven en un mundo de fantasía, un mundo donde la desigualdad social y económica es inexistente; donde los sistemas de salud, educación y seguridad pública son inmejorables; donde la pobreza no llama las puertas de sus habitantes; donde las condiciones de vida permiten disfrutar de un descanso, al menos, los fines de semana; donde no hay motivo de que preocuparse porque los funcionarios y servidores públicos que laboran en diversas instituciones públicas, se abocan en cumplir con su función para atender y resolver las necesidades más apremiantes de los ciudadanos; donde caminar por la calle sin temor a ser asaltado o asesinado es, sencillamente, extraordinario; donde la educación es una prioridad para el gobierno y para la Secretaría de Educación; donde las escuelas se encuentran debidamente equipadas y habilitadas para que, con el trabajo de maestros y alumnos, se ofrezca una educación que posibilite un desarrollo integral de niños, niñas y adolescentes (NNA); donde las instituciones gubernamentales, brinden todas los instrumentos y herramientas necesarias para que el personal docente goce de una capacitación, actualización y profesionalización acorde a sus necesidades; vaya, en un mundo donde todo es felicidad, armonía y bonanza.

Desafortunadamente, tengo que decirlo, ese mundo no existe en México, o bien sí existe, pero en la mente de quiénes desde hace décadas han marcado una enorme distancia con la realidad que viven millones y millones de mexicanos. Para muestra un botón.

En días pasados, con motivo de los dos años de gobierno del Presidente López Obrador, el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma Barragán, publicó en redes sociales algunas “acciones” que se han impulsado durante estos dos años: “a) Reencuentro con docentes: cero paros y huelgas; b) Un espacio de consenso en el Consejo Nacional de Autoridades Educativas; c) Una emergencia atendida con ‘Aprende en Casa’ 1 y 2; d) Un gobierno de la gente: La Escuela es Nuestra; e) Apoyos a estudiantes: 11. 5 millones de becas; f) Una nueva era: digitalización de libros de texto gratuitos; g) Nuevos contenidos: Formación cívica y ética; h) Educación integral; música y vida saludable; i) Una escuela diferente: la nueva escuela mexicana”. Acciones que, de alguna forma, confirman que el actual Secretario vive en un mundo de fantasía, pero que, con base en los hechos, se puede demostrar lo contrario. Veamos.

Si bien es cierto que en 2018 se realizaron en todo el país una serie de foros y consultas con la idea de lograr un gran Acuerdo Educativo Nacional que le diera forma a la reforma de la reforma educativa de 2013, y con ello se reivindicará al magisterio, también es cierto que las propuestas que cientos de actores educativos y no educativos formularon al respecto, no fueron incorporadas a un documento que permitiera observar, con claridad, el rumbo que habría de seguir la política educativa nacional a partir de que López Obrador asumiera el cargo que los mexicanos le confirieron y, por ende, del Secretario que éste designó antes del 1º de diciembre de 2018. No, no hay evidencia ni documento que contradiga mis argumentos. ¿Reencuentro con docentes entonces? Peor aún, ¿a qué tipo de reencuentro se refiere? Porque si sus datos le indican que ha habido cero paros y huelgas en el país, tal vez desconozca que nuestro territorio nacional está bajo una contingencia sanitaria producto de una pandemia mundial y que, por tales razones, las aglomeraciones serían contraproducentes. Ahora bien, si de manifestaciones e inconformidades se trata, habría que voltear la mirada a cientos de maestros de Yucatán, Hidalgo, Guerrero, Tlaxcala, Tabasco, Sinaloa, Tamaulipas, entre otras entidades federativas que, desde hace semanas, se vienen manifestando para exigir el pago que por propio derecho les corresponde por laborar en el Programa de Escuela de Tiempo Completo. Esto es solo por poner un ejemplo, pero las inconformidades son latentes en diversos rubros y programas, ¿le preguntamos a los docentes que laboran en el Programa Nacional de Inglés (Ochoa, 2020) o a los profesores de telebachillerato de Oaxaca que hace unas semanas se manifestaron en Palacio Nacional (Ramírez, 2020)? Insisto, ¿a qué tipo de reencuentro se refiere?

Ahora bien, si del Consejo Nacional de Autoridades Educativas hablamos, habría que recordar que este espacio fue creado en 2004, como resultado de un convenio signado entre autoridades educativas de los estados de la República y la Secretaría de Educación Pública (SEP); esto, con el propósito de atender lo que el Art. 17 de la Ley General de Educación (LGE) establecía: “las autoridades educativas federal y locales, se reunirán periódicamente con el propósito de analizar e intercambiar opiniones sobre el desarrollo del sistema educativo nacional, formular recomendaciones y convenir acciones para apoyar la función social educativa. Estas reuniones serán presididas por la Secretaría” (Gaceta Parlamentaria, 2011). Consecuentemente, a través de los años, este Consejo ha venido sesionando con la “intención” de apoyar a la gobernabilidad del Sistema Educativo Nacional (SEN) y, mediante el cual, colegiadamente – nos guste o no – se han llegado a determinar los principales lineamientos para la aplicación de políticas educativas nacionales. Así ha sido, y en tanto no se elimine ese convenio, así seguirá, ¿a qué se refiere el Secretario cuando habla de un espacio de consenso?

Por lo que se refiere a la mal llamada estrategia “Aprende en Casa 1 y 2” que la SEP puso en marcha para atender la contingencia sanitaria por Covid-19, mucho se ha dicho y mucho se ha escrito sobre este ello; por mi parte tendría que señalar nuevamente, puesto que ya lo he hecho en este y otros espacios, que al ser una estrategia y no parte de un plan educativo nacional que colabore con un proyecto, también educativo, en tiempos de pandemia, ha sido una mala decisión que ha tomado el gobierno federal y las autoridades de la SEP en turno; esto, porque si bien es cierto que en su momento el aislamiento al que recurrimos para cuidar nuestra vida y nuestra salud pudo haber representado un reto para las autoridades educativas, diseñar una estrategia que permitiera la continuación de un proceso formativo conforme a los contextos, escuelas, maestros, alumnos y padres de familia, no fue del todo correcta porque, precisamente, no se tomaron en cuenta por estos aspectos por parte de la Secretaría. En consecuencia, limitarse a proyectar programas televisivos de mala calidad (en aprende en casa 1), y otros, que en las últimas semanas han sufrido una mejora en su realización (aprende en casa 2), no han terminado de apuntalar la concepción misma de aprendizaje puesto que en sus emisiones, siguen presentando serias inconsistencias didácticas y pedagógicas (Alonso, 2020). Esto, además de que considerar a las principales televisoras del país para este propósito fue, desde luego, un desacierto… ¿político y educativo? No hay que olvidar que esas televisoras tienen dueños que, en su momento, se dijo, eran parte de la “mafia del poder”.

Sobre el tema de la Escuela es Nuestra, hace unas semanas publiqué un análisis sobre el posible regreso a clases presenciales que se puede vislumbrar en algunos estados del país; esto, por las declaraciones hechas por el Secretario. En dicho análisis, expuse que si bien es cierto que los datos que presentó la Directora de Evaluación y Monitoreo de los Programas Sociales reflejan que se han entregado recursos económicos a 57 mil 799 centros escolares, también es cierto que el grueso de escuelas de educación básica asciende a 198 mil 731, por lo que 140 mil 932 instituciones educativas del país, a la fecha, no han recibido recursos para su habilitación y rehabilitación dado el posible regreso a clases presenciales que se ha anunciado (Carro, 2020). Sí, es correcto; la manera en que se ha hecho llegar los recursos a las escuelas para que mejoren su infraestructura física ha cambiado (este es uno de los propósitos de la Escuela es Nuestra), pero el programa como tal, adolece de criterios para comprobar que dichos recursos puedan o no ser empleados correctamente. De esto ya he dado cuenta en un análisis que publiqué en junio de 2020 (Carro, 2020).

Por lo que toca a la afirmación denominada “nueva era: digitalización de los libros de texto gratuitos”, habría que recordar que esa “nueva era” comenzó, al menos, jurídicamente, en 2017, cuando el Senado de la República aprobó reformar la Ley General de Educación con la intención de obligar a la SEP, a poner a disposición de la comunidad escolar los libros de texto gratuitos y materiales educativos a través de plataformas digitales de libre acceso (Senado de la República, 2017). No obstante este ordenamiento jurídico, los libros de texto digitalizados ya existían en nuestro país desde hace algunos años. Habría que revisar los estudios de Sandra Faustino, Maricela López, Javier Organista y Katiuska Fernández, titulados “Caracterización de libro de texto gratuito digitalizado en educación primaria en México” y “Análisis del libro de texto digitalizado de educación primaria en español y matemáticas de México”, para comprender que los dichos del Secretario no son del todo ciertos. ¿Alguien se acuerda de Enciclomedia y de los materiales que ahí se podían encontrar? Ciertamente, muchos conocemos el resultado que tuvo ese programa que impulsó el gobierno de Vicente Fox, pero bueno, esta idea, así como fue planteada, no es nueva. De hecho, legalmente, la SEP está obligada a realizar este trabajo porque, de lo contrario, estaría contraviniendo las disposiciones normativas que se desprendieron de las reformas a la Constitución Política Mexicana y a las leyes que de ella emanaron. ¿Nueva era entonces?

Ahora bien, casi para finalizar estas ideas, llamó mi atención la denominada “una escuela diferente: la nueva escuela mexicana” puesto que, hasta el momento en que cierro estas líneas, bien a bien no se sabe qué es eso que la SEP llama “nueva escuela mexicana”. Es cierto, en la reforma a la reforma educativa de 2013 se alude a esta idea; sin embargo, no existe un documento que sea explícito en cuanto a su concepción, misión, visión, modelo educativo, y demás elementos teórico-metodológicos que nos permitan comprender qué es esa cosa extraña que llaman, insisto, “nueva escuela mexicana”. De hecho, dudo mucho que sea “nueva” porque, para acabar pronto, la actual no lo es, por ejemplo, actualmente en educación básica, se sigue trabajando con planes y programas de estudio, tanto del 2011 como del 2018. Entonces, ¿la “nueva escuela mexicana” es un híbrido de lo que se planteaba en esos “posibles” modelos? En fin, me gustaría conocer a qué se refiere con esto el Secretario.

Para finalizar, resta mencionar tres puntos que, por su propia naturaleza, los agrupo en uno mismo, el de “apoyos a estudiantes: 11. 5 millones de becas”, “nuevos contenidos: formación cívica y ética” y “educación integral; música y vida saludable”. El primero, porque ciertamente el gobierno federal amplió el número de becas entregadas a estudiantes; sin embargo, como bien sabemos, recibir un estímulo económico no necesariamente refleja un aprendizaje. Esta acción, aunque brinda un apoyo económico a estos alumnos, no es un indicador de que los chicos estén adquiriendo el aprendizaje que les permita avanzar en su desarrollo. Ello me lleva a los siguientes puntos, por un lado, para quienes se encuentran en el medio educativo, saben que los planes de estudio tienen que actualizarse; de hecho, el maestro tiene la posibilidad de incorporar un tema si es que observa que los materiales de apoyo de los contenidos que debe abordar ya no tienen vigencia, o bien, han sido rebasados por la misma época o por sus circunstancias, de ahí que establecer que se ha impulsado esta acción en esa materia o asignatura en estos dos años, me parece bastante desafortunada. Esta misma situación se observa en cuanto a la concepción señalada “una educación integral a partir de la música y vida saludable”, acciones que solo viven en el imaginario de este funcionario porque, si bien es cierto que la asignatura “vida saludable” se integró al “currículo en este ciclo escolar, también es cierto que hasta el momento no existe un plan y programa de estudio y, mucho menos, evaluaciones. Ahora, por lo que corresponde a la música, ¿alguien sabe qué es lo que se está haciendo en las escuelas públicas del país con relación a esta idea?

En suma, estimado lector, vivir en un mundo de fantasía no es malo, por el contrario, cada quien, en su individualidad, decide vivir en el mundo que mejor considere conveniente; claro, dependiendo de sus posibilidades e imaginarios. Lo malo de este asunto es que, al ser un Secretario de Estado quien emite una serie de puntos con la intención de resaltar los logros de este gobierno a dos años de haber iniciado, provoca que muchos nos preguntemos si en realidad hemos avanzado tanto como para echar campanas al vuelo o bien, para valorar que hace falta mucho por hacer puesto que “fantasías” ya hemos escuchado hasta el hartazgo.


Referencias:

Alonso, R. (2020). Aprende en casa II: ¿mejoraron los programas de televisión?. Blog personal. Recuperado de: https://proferogelio.blogspot.com/2020/12/aprende-en-casa-ii-mejoraron-los.html?m=1&fbclid=IwAR07QUVMwP_9aYo_q9yljud35vtlSJ2MI14A6usQiXpMOJb-l6xR4U5ktyw

Boletín Senado de la República. (2017). Senadores aprueban reforma que obliga a la SEP a digitalizar contenido de libros de texto gratuitos. Senado de la República. Recuperado de: http://comunicacion.senado.gob.mx/index.php/informacion/boletines/34010-senadores-aprueban-reforma-que-obliga-a-la-sep-a-digitalizar-contenido-de-libros-de-texto-gratuitos.html

Carro, A. (2020). Del semáforo en verde a: ¿escuelas en rojo? Profelandia.com. recuperado de: https://profelandia.com/del-semaforo-en-verde-a-escuelas-en-rojo/

Carro, A. (2020). ¿Regreso a clases presenciales a las escuela? ¡Ni pensarlo! Profelandia.com. Recuperado de: https://profelandia.com/regreso-a-clases-presenciales-a-las-escuelas-ni-pensarlo/

Esteban Moctezuma Barragán. (2020). En educación, López Obrador ha impulsado en 2 años. Recuperado de: https://twitter.com/emoctezumab/status/1334198313944559618

Faustino, S., López, M., y Oganista, J. (2017). Caracterización de libro de texto gratuito digitalizado en educación primaria en México. Recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Sandra_Delia_Faustino_Cruz/publication/325478159_Caracterizacion_de_libro_de_texto_gratuito_digitalizado_en_educacion_primaria_en_Mexico/links/5b10681da6fdcc4611d9773b/Caracterizacion-de-libro-de-texto-gratuito-digitalizado-en-educacion-primaria-en-Mexico.pdf

Faustino, S., López, M., Oganista, J., y Fernández, K. (2007). Análisis del libro de texto digitalizado de educación primaria en español y matemáticas de México. Recuperado de: http://www.scielo.org.mx/pdf/sine/n54/2007-7033-sine-54-e1036.pdf

-Gaceta parlamentaria de la Cámara de Diputados. (2011). Recuperado de: https://www.senado.gob.mx/64/gaceta_comision_permanente/documento/31308#:~:text=2.,de%20Educaci%C3%B3n%20P%C3%BAblica%20(SEP).

García, K. (2020). 5 gráficos sobre la desigualdad en México. El Economista. Recuperado de: https://www.eleconomista.com.mx/economia/5-graficos-sobre-la-desigualdad-en-Mexico-20200223-0001.html

Ochoa, A. (2020). Maestro de inglés de nuevo piden el pago de su quincena atrasada. Recuperado de: https://www.luznoticias.mx/2020-10-21/sinaloa/maestros-de-ingles-de-nuevo-piden-el-pago-de-su-quincena-atrasada/101882

Ramírez, S. Maestros de telebachillerato de Oaxaca protestan en Palacio Nacional. La Razón. Recuperado de: https://www.razon.com.mx/mexico/maestros-de-telebachillerato-de-oaxaca-protestan-en-palacio-nacional-403534

Fuente: https://profelandia.com/el-mundo-de-fantasia-de-moctezuma-y-compania/

Comparte este contenido:

Crítica al INEE: Evaluar a los Evaluadores

México / 29 de octubre de 2017 / Autor: Juan Carlos Miranda Arroyo / Fuente: SDP Noticias

El Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), recientemente ha organizado un seminario sobre «La Reforma Educativa: Avances y Desafíos». En una de las sesiones de análisis y reflexión, celebrada el pasado 18 de octubre, se abordó el tema: «El INEE dentro de la Reforma Educativa»; sin duda un título interesante toda vez que se trata de la institución responsable, por ley, de la evaluación en el sector.

En esta ocasión describiré y comentaré, en términos generales, lo que sucedió en esa reunión de análisis y discusión en la cual participaron, por la parte oficial, Eduardo Backhoff, consejero presidente de la Junta de Gobierno del INEE; y como comentaristas invitados: Pedro Flores-Crespo, profesor de la Universidad Autónoma de Querétaro, y David Calderón, de la asociación civil «Mexicanos Primero». El moderador de esta mesa fue el periodista Javier Solórzano. (Ver enlace del video en la nota anexa)

En su oportunidad, el presidente del INEE, Eduardo Backhoff, se refirió a los avances que ha logrado el Instituto en los distintos ámbitos y responsabilidades de la evaluación educativa durante los últimos 4 años, desde que éste alcanzó legalmente su autonomía, en 2013, con respecto al Gobierno Federal. Cabe recordar que antes de 2013, el INEE era un organismo que dependía jurídica, estructural y presupuestalmente de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Backhoff también abordó algunos de los retos, desafíos y perspectivas del INEE en el marco de la fase actual de la Reforma Educativa en México.  Entre los retos del INEE habló de las nuevas atribuciones y grandes responsabilidades del Instituto no sólo dentro de las tareas de evaluación e información sobre la educación en México, sino también en el trazo de las políticas nacionales en materia de evaluación de la educación, es decir, en los diversos procesos de toma de decisiones y en el seguimiento de las intervenciones u operaciones que en materia educativa deben ponerse en marcha tanto en el conjunto del SEN como de los subsistemas educativos estatales o regionales.

También Backhoff mencionó algunos de los grandes problemas que enfrenta el Sistema Educativo Nacional (SEN), como son los temas de la falta de cobertura en educación preescolar y media superior; y la baja participación de adultos en la educación superior; y señaló otros asuntos importantes como los bajos niveles de logro en aprendizajes de los jóvenes, en Lenguaje y Matemáticas; y la inequidad educativa e intercultural que prevalece en el país, entre otros.

Pedro Flores-Crespo, quien también es miembro del Consejo Técnico del INEE, señalo que, en términos generales, coincide con lo expresado por Backhoff, en torno a los avances logrados por el Instituto a su corta edad, y que, en sí mismo, está de acuerdo en defender al INEE como organismo autónomo en su papel de actor del diseño y promotor del cambio de las políticas educativas nacionales; sin embargo, afirmó que hay que desentrañar la relación entre «evaluación» (como acción técnica) y la «calidad» (como acción y resultados de las políticas públicas educativas); y sugirió algunas rutas a desarrollar o sobre las que habría que reflexionar, como lo es el tema de la emisión de directrices educativas como nueva atribución del INEE y cómo traducirlas en términos de políticas educativas. El gran problema que existe, dijo Flores-Crespo, es la falta de reconocimiento del «poder compartido», expresado en la autonomía, por parte de las autoridades federales, que no admiten la injerencia del INEE en diversas decisiones de política educativa (puso como ejemplo el asunto de las recomendaciones sobre el cambio en el subsistema de educación inicial de docentes). Y propuso algunos mecanismos para elevar el costo (político y jurídico) a las autoridades educativas que no cumplan con las directrices marcadas por el Instituto, en el marco de las atribuciones y facultades legales que éste tiene (en efecto, no todo en el mundo del poder político se resuelve mediante colaboración y cordialidad, o a través de mecanismos o recomendaciones tecnocráticos).

Pero el mensaje más importante de Flores-Crespo, fue la crítica hacia el clima interno de trabajo en el INEE: Ir más allá de las coyunturas políticas y mirarse a sí mismo, como institución, para trabajar en congruencia con sus tareas sustantivas y sin perder de vista las perspectivas del cambio educativo ni las bases sociales que lo sustentan.

David Calderón se refirió de manera analógica a la situación que hoy atraviesa el INEE, en términos de su condición como entidad autónoma: «¿Qué pasa cuando a los ingenieros de la NASA los pones de astronautas?». Y se pronunció a favor de crear una serie de programas que, sin lesionar el marco jurídico y normativo, se requerirían para que los evaluadores cumplan cabalmente con sus funciones (por ejemplo, en materia de difusión, comunicación y de mayor conexión con los beneficiarios del trabajo realizado por el Instituto: los niños y los padres de familia. Crítica que aceptó Backhoff en su oportunidad).

«Hay que decir y hay que saber que la autonomía (del INEE) se ganó a alto precio… y se ganó o se arrancó porque el (Poder) Ejecutivo no es confiable hoy, antes y en el futuro…».  «Que el INEE explique y se arriesgue a exponer qué es lo que está entendiendo por «calidad» educativa»; y que «el INEE se comprometa aún más con un enfoque de derechos (a la educación) a favor de los niños, las niñas y los jóvenes», fueron las afirmaciones sobresalientes de las intervenciones hechas por Calderón.

 Las preguntas del moderador, Javier Solórzano, giraron en torno a las facultades y estrategias generales del organismo público encargado de la evaluación de la educación, así como sobre los mecanismos para lograr que la evaluación se convierta en una herramienta para la mejora educativa.

También se abordaron rápidamente algunas preguntas enviadas por el público asistente al evento sobre las limitaciones y posibilidades del INEE en torno a la transformación efectiva del sistema educativo.

A reserva de comentar en otro momento algunos detalles finos del encuentro, considero que este tipo de reuniones permiten, en efecto, abrir un espacio para «evaluar a los evaluadores»; es decir, para realizar un balance sereno, crítico y analítico sobre el estado que guarda el INEE y su vínculo orgánico con la actual etapa de la Reforma Educativa, así como con su tarea social principal, que es contribuir al «mejoramiento de la calidad educativa, con equidad», en México.

Tarea central que sin duda implica, de manera específica, entre otras finalidades y propósitos, establecer los criterios, indicadores, parámetros, instrumentos, técnicas y estrategias adecuados para realizar los programas y proyectos de evaluación de la educación en todos los niveles y modalidades; además de coordinar los trabajos del Sistema Nacional de Evaluación de la Educación (como «Ecosistema», según Backhoff), mediante el cual se generan las bases para reorientar los programas y acciones de gobierno en materia de políticas educativas.

Un papel importante del INEE es también generar las condiciones para el desarrollo de una cultura sobre la evaluación de la educación en la sociedad. Pero quizá el reto o desafío más importante para el INEE, en el futuro inmediato, será convertirse en un verdadero motor del cambio educativo. ¿Hasta dónde será eso factible? ¿Qué tan autocríticos en ese sentido ha sido el INEE, es decir, su junta de gobierno y funcionarios técnicos?

No hay que olvidar que el INEE, como organismo autónomo, no sólo evalúa al sistema educativo en su conjunto, a través de diversos indicadores e instrumentos, como lo es, por ejemplo, evaluar los aprendizajes de los estudiantes, sino también toma el pulso del país en términos de la evaluación de programas, métodos y materiales educativos, así como sobre las condiciones sociales, económicas y culturales que inciden en la educación de las personas y los grupos. Esto sin dejar de lado el tema más sensible y conflictivo de las funciones del INEE: la evaluación de docentes, directivos, supervisores y asesores técnicos que trabajan en la escuela pública obligatoria.

Mención especial merece la relación del poder político y las facultades atribuidas al INEE en materia de evaluación de la educación. Sobre este punto el consejero presidente del INEE, Eduardo Backhoff, señaló que es un gran reto para el Instituto lograr que las autoridades educativas de los distintos niveles de gobierno, apliquen correcta y oportunamente las recomendaciones y/o directrices que en materia de políticas educativas emite el Instituto; y que hasta la fecha no ha podido producir, en los hechos, los cambios que requiere la educación en México.

Estoy de acuerdo con algunas de las ideas expresadas por los participantes en esta mesa, en particular, al aseverar que aún falta emprender diversas acciones importantes en favor del desarrollo educativo y los aprendizajes escolares, en las instituciones a cargo del Estado mexicano; así como diseñar nuevos programas para evaluar sistemática, adecuada y oportunamente el trabajo de Directivos, Supervisores y Asesores Técnicos. A esto hay que agregar una idea que he sugerido en varias ocasiones en este mismo espacio: Ser congruentes con el espíritu de la cultura «meritocrática», y ello significa que los funcionarios de todos los niveles institucionales, responsables de la educación pública, tanto del gobierno federal como de los gobiernos estatales y organismos desconcentrados, sean sujetos activos de la evaluación con el mismo rigor y en las mismas condiciones con que se evalúa a las demás figuras educativas.

El día en que se logre cumplir con este precepto democrático, estaremos entonces en el terreno no sólo de la equidad y los equilibrios educativos, sino también en el campo de la congruencia y la confianza, que tanto les hacen falta a las autoridades, al sistema educativo y a la nación.

Fuente del Artículo:

https://www.sdpnoticias.com/nacional/2017/10/25/critica-al-inee-evaluar-a-los-evaluadores?utm_source=feedburner&utm_medium=feed&utm_campaign=Feed%3A+portal%2Fall+%28SDPNoticias.com%29

 

Comparte este contenido: