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Educar para convivir con justicia ecosocial

Por: Luis González Reyes

Si los contenidos ecosociales son centrales, como matemáticas o lengua, los centros se deben transformar, pues estas temáticas están lejos de tener actualmente este espacio.

La importancia de incorporar los contenidos ecosociales

Estamos inmersas/os en un gran cambio civilizatorio. Todo parece indicar que el futuro va a ser radicalmente distinto al presente y no se va a parecer al pasado. En el origen de esta mutación está la crisis multidimensional actual: económica, cultural, política y, de forma determinante, ambiental.

Todo esto ya está presente en los centros educativos. Pero la cuestión va más allá. El objetivo fundamental de la escuela es ayudar al alumnado a comprender el mundo en el que viven y a desenvolverse satisfactoriamente en él. Si afrontamos esta gran competencia como si nada estuviese cambiando, no estaríamos cumpliendo esa función primordial de la educación.

Y podríamos aspirar a más. No solo dotar de herramientas al alumnado para comprender y estar en el mundo, sino para que se convierta en agente de cambio activo, capaz de ayudar a que la sociedad se articule de forma democrática para satisfacer universalmente sus necesidades sin depredar el entorno.

De este modo, si los contenidos ecosociales son centrales, tan centrales como matemáticas o lengua, los centros escolares se deben transformar, pues estas temáticas están lejos de tener actualmente este espacio.

La identidad ecosocial, como cualquier otra opción docente, proyecta una forma de entender el mundo y de cómo debe ser. Esto no implica manipular, sino abordar estos aspectos desde una perspectiva de diálogo con las distintas visiones presentes en la comunidad educativa. La opción dialógica, democrática, implica que caben muchas opiniones y planteamientos, pero no todas. No serían válidas las posturas que persiguen la exclusión de otras personas (presentes y futuras), de la posibilidad de tener una existencia digna, de participar del diálogo social. Dentro de ese marco, todo debe estar sujeto a la discusión.

Avances y límites de lo realizado

La educación para la paz, con perspectiva de género, para la sostenibilidad, solidaria, etc. tienen un recorrido de décadas, que ha dejado aprendizajes que merecen ser valorados.

El primero es que estos temas se han abordado prioritariamente en la educación no formal. Los resultados no han sido pequeños, sin embargo resulta obvio que este esfuerzo se ha quedado muy corto. Hace falta ampliar el marco a todas las personas e incluir estas temáticas en los espacios educativos formales.

Lo ecosocial ha encontrado también lugares en los espacios formales: el Día de la Paz o de la Mujer, un taller de reciclaje o la visita de un/a migrante que nos cuenta su experiencia. Pero sabemos que el proceso de aprendizaje requiere un abordaje continuado y repetido de los problemas profundizando de forma continuada en ellos. Lo que no quita la importancia de los actos puntuales.

En muchas ocasiones, los problemas socioambientales se han ido introduciendo en el currículo formal. Sin embargo, aunque en las escuelas se estudian problemas como el cambio climático, es difícil conectar estos con el modelo de producción, distribución y consumo. Es frecuente que en una asignatura de naturales se incluya el calentamiento global. Sin embargo, cuando en sociales se estudie la ciudad nos encontraremos adjetivos que exaltarán el coche o el avión, sin relacionarlos con el cambio climático. Sin un enfoque transversal e interdisciplinar es difícil trabajar la interconexión de los múltiples factores ecosociales.

Pero el enfoque transversal e interdisciplinar también responde a que las implicaciones sociales, económicas, políticas y ambientales de nuestros actos se entrelazan. No es posible entender la geografía sin el conocimiento del medio, ni la historia sin la tecnología. En la fragmentación reside otro de los límites de los enfoques habituales de la educación transformadora.

Otra de las carencias históricas ha sido considerar que quienes deben aprender sobre estos temas son únicamente los/as niños/as y adolescentes. Pero, ¿quién va a educar a las nuevas generaciones sino las adultas? No habrá proceso de transformación si el profesorado no se ha transformado previamente o, mejor dicho, no tiene una actitud de transformarse aprendiendo al tiempo que enseña. Y la cuestión no es solo del profesorado, sino también del PAS y las familias.

Finalmente, el abordaje de estos temas, cuando se ha hecho, en muchas ocasiones se ha limitado a un enfoque racional, a una exposición de datos. Indudablemente esto es necesario, pero no suficiente. Para cambiar los valores, la forma de ver y de estar en el mundo, hace falta sentirlo. Para ello, el enfoque socioafectivo ofrece herramientas muy útiles.

La imprescindible incorporación transversal de lo ecosocial al currículo

Hay tres razones por las que un abordaje transversal de los contenidos ecosociales es probablemente el más adecuado: primero, no existe una asignatura Ecosocial; segundo, estos contenidos atraviesan todo el currículo; y, por último, para darles una importancia central, deberán estar insertos en él.

Una de las actuaciones que se pueden llevar a cabo es transformar el entorno para que sea coherente con este mensaje. Pero el entorno no es solo el centro, sino también sus alrededores. Otra sería la incorporación de actividades extraescolares durante todo el curso. Las actividades puntuales también sirven. Su principal virtud es que son un elemento motivador por su excepcionalidad y pueden encajar bien al principio o como culminación de procesos más amplios.

Sin embargo, estos tres aspectos, aun siendo importantes y sumando, no son los que realizan los cambios cualitativos. Para ello tenemos que entrar en el corazón de la práctica docente: los contenidos trabajados en las aulas y el método. Si no se abordan estos aspectos, el mensaje que se estará transmitiendo es que, en realidad, estos temas no son los centrales. Además, no se podrán abordar con la profundidad que requieren.

La inclusión transversal es un trabajo costoso que implica un importante esfuerzo de reprogramación. Para llevarlo a cabo habrá que recurrir a la comunidad: familiares que nos puedan brindar su experiencia, compañeros/as con los que compartamos recursos, personal externo que nos haga parte de las actividades, etc. Un objetivo clave en este horizonte sería la elaboración de materiales para todas las asignaturas y niveles que tengan incorporados los contenidos ecosociales transversalmente. Sobre todo, entendiendo que una parte sustancial del profesorado no va a poder o querer hacer este trabajo, pero sí lo va a usar si está disponible.

La forma en la que se realizaría esta inclusión transversal de contenidos es múltiple: enfoque de todas las disciplinas, preguntas que guíen proyectos de aula, introducción en ejercicios, experiencias como la gestión colectiva de bienes o la regulación de conflictos de la vida cotidiana. Además, habría que atender al currículo oculto (los/as autores/as que se presentan, los soportes que usamos, las fotos y los mapas, el tipo y la cantidad de materiales).

Tan importante como los contenidos es la forma de llevarlos a cabo: el método también educa. Si lo que queremos trabajar es la profundización democrática, la cooperación, la igualdad en las diferencias o la responsabilidad sobre nuestros actos, necesitamos un método acorde. Un método que no se base únicamente en la transmisión de conocimientos por parte del profesorado, sino que contemple su elaboración conjunta con la comunidad educativa. Un método que asuma una gestión democrática del aula y del centro. El aprendizaje dialógico o el cooperativo avanzan en este sentido.

Esta es la apuesta que estamos haciendo en FUHEM y que, afortunadamente, también están llevando a cabo otros centros educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/12/educar-para-convivir-con-justicia-ecosocial/

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Perú: Culminan Programa de Educación Ambiental

América del Sur/Perú/21 Enero 2017/Fuente: Diario Correo

Los concursos “Aprendamos a generar ingresos reciclando”, “Biohuertos: Sembrando semilla de vida” y “Dibujo: Identificando las aves de la Reserva Nacional de Paracas” también formaron parte del PEA 2016.

Culminan Programa de Educación Ambiental

Con la participación de docentes capacitados, la activa participación de niños y jóvenes de 56 instituciones educativas (I. E.), la Unidad de Gestión Educativa Local (UGEL) Pisco y Pluspetrol, operador del Consorcio Camisea, culminaron con éxito el Programa de Educación Ambiental (PEA) 2016, dirigido a sensibilizar a la población estudiantil sobre la preservación del medio donde habitamos.

El programa se ejecutó en conjunto con la Reserva Nacional de Paracas (RNP) y diversos gobiernos locales. Durante la clausura se destacó la labor de todos los participantes, en especial, de los más pequeños, quienes fueron premiados por involucrarse en diversas actividades que les permitieron conocer, desarrollar y crear acciones (lemas y paneles ambientales y hasta diseñar ropa con material reciclado) como parte de su compromiso con el cuidado y protección del ecosistema.

Los concursos “Aprendamos a generar ingresos reciclando”, “Biohuertos: Sembrando semilla de vida” y “Dibujo: Identificando las aves de la Reserva Nacional de Paracas” también formaron parte del PEA 2016.

Se beneficiaron con el proyecto 120 docentes, quienes recibieron una capacitación de 18 sesiones teóricas dirigidas a incentivar la gestión ambiental y las prácticas de tutoría y orientación del educando.

El Programa de Educación Ambiental, liderado por la UGEL Pisco y Pluspetrol, desplegó sus actividades en 56 instituciones educativas, incluyendo a 22 colegios de Pisco Cercado, 8 de Túpac Amaru Inca, 6 de San Andrés, 6 de Independencia, 5 de San Clemente, 4 de Paracas, 3 de Humay y 2 de Huáncano.

Fuente: http://diariocorreo.pe/edicion/ica/culminan-programa-de-educacion-ambiental-725288/

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Innovación educativa: qué, por qué y cómo


Por: Aina Tarabini

La innovación debería implicar cambios estructurales en el qué y el cómo de la educación, de manera que debería orientarse hacia la justicia para llegar a todas las personas.

En los últimos meses se han publicado numerosos artículos tanto en Cataluña como en el conjunto del estado sobre innovación educativa. La efervescencia mediática de este tema responde a la creciente presencia de movimientos sociales y educativos que en nombre de la innovación articulan una crítica global al funcionamiento actual del sistema educativo. Parece que la innovación se ha convertido en la palanca mágica para articular el cambio escolar. Pero ¿qué significa exactamente la innovación educativa y cuál es el cambio escolar que ansía? Es más, ¿con qué finalidad y cómo se articulan las demandas contemporáneas de innovación educativa? El objetivo de este artículo es dar respuesta a estas tres preguntas, el qué, el por qué y el cómo de la innovación, alertando sobre algunos de los peligros de una concepción simplificada de la innovación sobre la cual se acabe reforzando la desigualdad social. Empecemos pues.

¿Qué es o qué debería ser la innovación educativa? Hace ya casi quince años, Inés Aguerrondo, identificó cuatro grandes formas de entender los cambios en educación dependiendo de si se trataban de cambios estructurales o coyunturales y de si afectaban a todo el sistema o solo a algunos centros dentro del mismo.

Fuente: Aguerrondo (2002)
Fuente: Aguerrondo (2002)

Según su propuesta, pues, la innovación educativa responde a un cambio estructural que actúa a nivel micro. Así pues, innovar implica modificar aspectos esenciales del sistema educativo y no sólo elementos anecdóticos, que actúen en sus márgenes. Tal como señalaba recientemente Joan Subirats, la innovación debe generar cambios en cuestiones sustantivas relacionadas con el bienestar ciudadano y sus condiciones de vida y, a su vez, debe alterar las relaciones de poder pre-existentes en un campo social dado. Trasladando esta idea al contexto escolar, la innovación, para poder llamarse de este modo, debe mejorar el bienestar educativo de todos los docentes, alumnos y familias, mejorando de forma sustancial las condiciones de escolarización de los centros educativos. La innovación, pues, va más allá de cambios pedagógicos u organizativos específicos e implica poner sobre la mesa algunos de los principales problemas que acechan a nuestro sistema educativo, tales como la falta de equidad, la escasez crónica de la financiación educativa o la segregación escolar entre y dentro de centros educativos. La innovación implica también incorporar ‘nuevos’ problemas en la agenda de política educativa o nuevas comprensiones sobre dichos problemas, cambiando las reglas del juego del quehacer educativo.

¿Para qué se debe o se debería innovar? Si la innovación, como decíamos, debe ser de tipo estructural y debe alterar los cimientos del sistema educativo, su objetivo debe ser el de garantizar la justicia escolar, evitando la reproducción de las dinámicas de exclusión educativa que caracterizan el sistema educativo. Y la justicia escolar, tal como afirman Lynch y Baker (2005), implica abordar simultáneamente cuatro grandes ámbitos: la falta de redistribución, o la desigualdad económica entre alumnos, familias y centros educativos; la falta de reconocimiento, o la existencia de contextos de aprendizaje poco relevantes y culturalmente inclusivos; la falta de representación, o la distribución de poder desigual entre agentes educativos; y falta de relaciones afectivas, entendida como la escasez de atención, acompañamiento, escucha y personalización de los procesos de aprendizaje. Es más, si bien la innovación escolar se genera desde una escala micro, no se puede perder de vista que las cuatro Rs no se pueden garantizar actuando exclusivamente sobre algunos centros educativos. Al contrario, la justicia escolar es, tal como señala Gewirtz (1998), eminentemente relacional y, por tanto, implica tener en cuenta el conjunto de centros que configuran un sistema educativo. Innovación y transformación, pues, son inevitablemente las dos caras de la misma moneda para avanzar hacia un nuevo paradigma educativo que ponga la justicia en su centro de acción.

Finalmente, ¿cómo se innova o debería innovarse? La única forma para garantizar que la innovación sirva para la justicia social es garantizar las condiciones para que todos los centros educativos puedan desarrollar prácticas de innovación educativa. La innovación, de hecho, no es independiente de las condiciones de escolarización de diferentes centros educativos, tanto por lo que respecta al perfil del alumnado, como por lo que se refiere a las características y perfil del profesorado. A menudo no innova quien quiere si no quien puede. Es más, si las prácticas de innovación no tienen en cuenta esta cuestión, el riesgo más inmediato que corremos es que en nombre de la innovación se reproduzcan las dinámicas de segregación que caracterizan el sistema y que se refuerce la competición escolar. Efectivamente, un sistema marcado por la falta de financiación, la elevada presencia de segregación y los recortes dramáticos en educación generan el contexto idóneo para desarrollar estrategias individuales de ‘salvación’, haciendo de la innovación la vía para acceder a los recursos cada vez más escasos que ofrece la Administración (formación de profesorado, renovación pedagógica, redes de solidaridad, etc.) y a su vez atraer a las familias con mayor ‘deseabilidad’ social y escolar. Así pues, la innovación puede acabar fraguando un sistema a doble o triple velocidad que en nombre de la ‘voluntad’ y la ‘capacidad’ de algunos centros y docentes refuerce a unos a costa de otros; unos centros avanzan, innovan, mientras otros se quedan rezagados en el vagón de cola. Un sistema profundamente segmentado que se aleja claramente del ideal de justicia escolar.

En definitiva, a la hora de analizar prácticas y discursos educativos basados en la innovación no podemos perder de vista la diversidad de connotaciones que caracterizan su uso y aplicación. Preguntarnos por el qué, el porqué y el cómo de la innovación educativa es, pues, una tarea imprescindible no sólo para evitar los usos simplistas del concepto, sino también y sobre todo para impedir los efectos altamente perniciosos de la aplicación del mismo. La innovación implica cambios estructurales y sustanciales en el qué y en el cómo de la educación y, como tal, debe orientarse a la justicia escolar y social, generando las condiciones para que todos los agentes educativos, sin excepción, se puedan beneficiar del cambio educativo. Si no es así, simplemente, no es innovación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/10/innovacion-educativa-que-por-que-y-como/

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Estados Unidos: Ministra de Educación nombrada por Trump quiere seguir el “modelo de Chile”

América del Norte/Estados Unidos/21 Enero 2017/Fuente: El dínamo

Ministra de Educación nombrada por Trump quiere seguir el “modelo de Chile”

Betsy DeVos se ha mostrado a favor de implementar un sistema de vouchers similar al que existe para financiar la educación escolar.

La ministra de Educación de Estados Unidos, Betsy DeVos, recién escogida por Donald Trump, causa polémica antes de comenzar sus funciones como secretaria de Estado. Según el diario The Washington Post, DeVos es conocida por ser una admiradora del sistema de “vouchers” en la educación, similar al “modelo chileno”.

Este sistema consiste en que el Estado no entregue recursos fijos a los establecimientos escolares, sino que le pague una subvención por cada alumno que asista. Los defensores del sistema argumentan que gracias a este los alumnos y sus familias tienen libertad de elegir a qué establecimiento ir, independiente de si es o no del Estado. Y sostienen que la competencia por tener la mayor cantidad de alumnos se traducirá en una mejora general en la calidad de la educación.

Pero los principales críticos aseguran que este mecanismo lejos de producir una mejora en la calidad de la educación, ha ayudado al declive de la educación pública y a la estratificación del sistema escolar. 

The Washington Post hizo un exhaustivo análisis del sistema chileno. Según el diario “Chile es uno de los ejemplos de sistema educacional basado en vouchers más puro del mundo”. “Cuando esta reforma fue introducida por el dictador Augusto Pinochet en 1980, el gasto público en la educación se redujo en la mitad. Y el Estado hizo poco por regular a las escuelas privadas que recibían vouchers”, dice el artículo.

“Después de que Chile volvió a la democriacia en 1990, una serie de gobiernos de centro izquierda incrementaron el gasto en educación. Aunque esto dio más fondos a las escuelas públicas, no fueron los suficientes. Muchas siguieron apenas cubriendo sus costos de operación. Sobre todo las ubicadas en los barrios más pobres y las que atienen a los alumnos de mayor riesgo social”.

El diario destaca que “desde que se introdujo el voucher la matrícula en la educación pública ha ido en declive. En 1981, el 78% de los estudiantes iba a una escuela pública. En 2013, solo la cifra se redujo a un 39%“. Y también asegura que los alumnos más pobres en Chile van a escuelas públicas, ya que la opción de estudiar con subvención “supone en algunas oportunidades copago y en otras un alto costo en transporte”.

/ Agencia Uno

“Después de tres décadas, las evidencias de que el sistema de vouchers haya mejorado el sistema educacional son mixtas. Mientras algunos estudios sugieren que la educación privada que recibe a estudiantes con voucher han logrado un mejor puntaje en pruebas como el Simce y la PSU, otros estudios aseguran que esto se da porque hasta 2015 a las escuelas privadas se les permitía escoger a qué alumnos podían admitir”, dice el diario.

The Washington Post destaca que debido al sistema de copago, la selección y el declive de la educación pública, el modelo educacional chileno “amplió la diferencia entre los que más y menos tienen”. La publicación asegura que en Estados Unidos este sistema no es masivo como en Chile, pero que en los casos en los que se ha aplicado “no se ha encontrado evidencia de que la competencia entre escuelas públicas y particulares subvencionadas haya tenido algún efecto en mejorar calidad de la educación y el rendimiento de los estudiantes”.

Fuente: http://www.eldinamo.cl/educacion/2017/01/19/ministra-de-educacion-nombrada-por-trump-quiere-seguir-el-modelo-de-chile/

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El empeño por la mejora en la convivencia escolar

Por: Víctor Manuel Barceló R.

Una existencia plena, productiva, en la paz y la libertad, solo puede lograrse si desde la escuela básica se trabaja acuciosamente en tales temas. Con mirada corta diríamos que esto es emergente en Latinoamérica y el Caribe, dados los niveles de violencia social –reflejada en el aula- que no es nueva pero se agrava con el tiempo.

Lo cierto es que es un problema universal. De allí los graves conflictos planetarios que degeneraron como enfrentamientos armados entre naciones, guerras intestinas y culminan con dos grandes conflagraciones planetarias, en un mismo siglo, a saber: (28-julio- 1914; 11-Nov-1918 la 1ª) desarrollándose la 2ª, más sangrienta por el armamento sofisticado y el uso de la bomba atómica contra dos ciudades indefensas de Japón, entre el 1° de septiembre 1939 y el 2 de septiembre de 1945.

Durante la llamada “guerra Fría” denominada así porque el conflicto por el control de países y regiones se dio en campos de batalla o diplomáticos, en que los verdaderos interesados actuaban un tanto a la sombra, “probando” sus armamentos en pueblos que no entendían lo que pasaba y solo sufrían las consecuencias, lo que ocurrió durante casi todo el siglo XX.

Al “desaparecer” la Unión Soviética (URSS) (11-marzo-1990 al 25-Dic.-1991)  se da apertura a un período vigente, en que se realizan eventos armados invocando falsedades para encubrir la lucha por el poder planetario. Esto se dio primero entre dos tendencias (capitalista-comunista) y después por acrecentar el poder hegemónico de los imperios, como ocurrió en la “primavera” árabe, las luchas de liberación del África y los golpes “blandos” contra diversos países, incluso Argentina y Brasil en Latinoamérica.

Decíamos que la lucha por la libertad y la paz debe darse desde el aula. Por ello el maestro, profesor, guía, acompañante, tutor o como se le desee denominar, deberá ser un factor de cambio hacia una convivencia que recupere los valores de la familia, primero y también los de la comunidad, consecuencia de aquellos.

Sin embargo, el reflejo social de los eventos planetarios armados, trastocan las formas del “acoso escolar” y lo que antes eran empujones, “travesuras” en el salón de clase contra los más débiles o con algún defecto físico -que se usaba para su escarnio- y que pronto llegaba en los grados superiores a citas fuera de la escuela o en el patio de recreo, para dilucidar a puñetazos el problema, y cuando sacaban toda la energía contenida, paraba, al menos entre los actores del momento. Esa tendencia al desahogo de energía, avanza a la violencia armada, fundamentalmente en grupos, diríamos.

Frente a eso hay que acentuar el trabajo en la escuela compaginado con labores sociales en que se involucre al Estado. Desde hace más de un quinquenio, en Puebla se crea y perfecciona continuamente, tras empeños pilotos en diversos estados de la República y en Centroamérica, un Programa para la Convivencia. Que es una propuesta creada por el Grupo Magno, a través de Educación por la Experiencia (ExE).

Dicha  iniciativa, altamente valorada incluso a nivel de universidades y otros institutos de educación superior, probada en varios estados de la República Mexicana –como señalamos- y avalada por los sindicatos magisteriales, logra impactar positivamente en los empeños por una educación holística e integral. En ella se confía en el alumno, quien bajo una cuidadosa guía se va conformando a si mismo como un ser de valores que impacta en la familia, en la escuela y en el medio en que se desarrolla.

En ExE están diseñados y probados los libros del maestro, del alumno y de los padres de familia, para cada uno de los grados que integran la educación básica -1º a 6º de primaria y los tres años de secundaria-. Hemos escrito sobre esto a profundidad. Ver: Barceló R. Víctor Manuel. “Educar para la igualdad social”. Aproximación a la Escuela Nueva Mexicana. Editorial Bosque de Letras. Pags. 185-187. También en: http://crisolplural.com/author/victor-barcelo/page/20/

Apenas para el ciclo escolar 2016-17 aún en proceso, fue editada una guía oficial de la Secretaría de Educación Pública (SEP), para aplicación al 1er grado de primaria a fin de que “los niños de primer grado de educación primaria desarrollen sus habilidades socioemocionales  y, en específico para que aprovechen las actividades que aparecen en el Cuaderno de actividades para el Alumno” –reza la introducción del documento- .

La similitud con el Programa ExE que hemos aludido es muy profunda. Ambos pretenden promover en los alumnos: la autoestima, el manejo respetuoso de las emociones, la consideración por la diversidad, el seguimiento puntual de las reglas para una relación social positiva, la búsqueda de acuerdos como ruta de avenencia, la resolución pacífica de conflictos, la participación informada de las familias en la creación de ambientes escolares adecuados, tanto para una convivencia pacífica como para la formación integral de los alumnos.

Sin embargo hay diferencias sustanciales a favor del Programa ExE, Este  se aplica con éxito comprobable en todos los grados educativos de la educación básica ya indicados, en tanto el Programa Nacional de Convivencia Escolar (PNCE-SEP), aprovecha las experiencias de ExE, pero solo para aplicarlas en el 1er grado de primaria. Probablemente se esté trabajando en darle cobertura universal, pero eso no será fácil.

Los programas que se manejan con grupos sociales –escuela y grupo escolar son los más importantes- necesitan ejercicios piloto, que se llevan tiempo para su preparación y desarrollo. ¿Será suficiente el que resta al actual gobierno federal para avanzar con metodologías adecuadas, pruebas piloto válidas y alcances positivos para obtener los mejores resultados? Ojalá ocurriera por el bien de la maltratada educación mexicana.

Fuente: http://www.alainet.org/es/articulo/182628

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Polémica por reforma educativa en Brasil

América del Sur/Brasil/21 Enero 2017/Fuente: Semana

El presidente Michel Temer ha impulsado en el Congreso una serie de proyectos que perjudicarían la enseñanza del español en dicho país y le restarían importancia a las humanidades.

Michel Temer asumió la presidencia de Brasil el 31 de agosto del año pasado, luego de que Dilma Rousseff fuera destituida. Sin embargo, en este corto tiempo que lleva Temer ha tomado una serie de decisiones en el sector educativo que han causado controversia.

Una de ellas es eliminar las clases de Filosofía, Educación Física, Sociología y Artes como materias obligatorias para cursar en secundaria. Solo las tendrán que ver los estudiantes que decidan hacerlo. De igual forma, el español tampoco será una asignatura que se deba cursar, el único idioma obligatorio será el inglés.

Por su parte, el embajador de España en Brasil, Manuel de la Cámara, explicó a la agencia de medios EFE: “Eso no significa que el español desaparecerá de la enseñanza media en Brasil ya que la nueva legislación deja abierta la posibilidad de que sean ofrecidas otras lenguas extranjeras que seguirán teniendo un carácter optativo, preferentemente el español”. En 2005, en el gobierno de Luiz Inácio da Silva, se había proyectado que 30 millones de brasileños hablarían español, con esta reforma la situación podría variar notablemente. “Al no ser obligatoria la oferta, es muy probable que la enseñanza del español en las escuelas en Brasil pierda importancia”, añadió Cámara.

Sin embargo, para justificarse, el presidente de Brasil ha citado como referencia a Corea del Sur, uno de los países líderes en educación, que se ha caracterizado por tener un sistema en donde los jóvenes estudian durante largas jornadas en el día para poder acceder a la educación universitaria. Pero de esa forma, el sistema educativo le da prioridad al resultado de los exámenes, y no a la formación integral de las personas.

Tomando como modelo este sistema, Temer quiere incrementar el número de horas que se ven al año en los colegios, que actualmente son 800. Las horas de estudio pasarían a ser 1.400. El gobierno dijo que esto se logrará con una inversión de 468 millones de dólares para la educación secundaria.

Otro de los proyectos educativos que ha propuesto el gobierno de Temer y que ha recibido críticas es uno en el que “profesionales de notorio saber” pueden convertirse en maestros, es decir, personas que no se formaron en docencia pueden dictar clases, por lo que la figura del maestro podría verse desprestigiada y la calidad de la enseñanza verse afectada.

De igual forma ha sido cuestionada la forma en que Temer ha actuado, sin tener en cuenta a diversos sectores de la sociedad para la elaboración de estos proyectos. “Hay varios aspectos que son muy malos para la educación, y hay otros que merecen ser discutidos, pero el problema principal es que no se hace una reforma de la educación con una medida provisoria. Esa decisión es un símbolo del desprecio por la democracia de este gobierno golpista y autoritario. Una reforma de la educación se hace oyendo a los educadores, a los estudiantes, los padres, los centros de estudiantes, la sociedad civil. Es inadmisible que eso se hecho de forma tan abrupta e improvisada”, señaló el diputado Jean Wyllys (PSOL-RJ) en varios medios.

Desde diferentes sectores se ha planteado que el gobierno propende por una educación que no tiene en cuenta las humanidades, porque importa más el capital. Asimismo, que el desprecio por la enseñanza del español responde a un desinterés por las relaciones con los países vecinos, lo cual puede ser delicado por lo importantes que estas son. La reforma de la enseñanza, como es conocida, entraría en vigor en 2018.

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/educacion-en-brasil/512590

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Más del 40% de los niños sirios refugiados en Turquía no van a la escuela, pese al importante aumento de matriculaciones

Asia/Turquía/21 Enero 2017/UNICEF

Turquía es el país del mundo que acoge a más niños refugiados, para los que la educación es su único salvavidas

Cerca de medio millón de niños de Siria refugiados están matriculados en escuelas en Turquía. Pero a pesar de un aumento de más del 50% en las tasas de matriculación desde el pasado mes de junio, más del 40% de los niños en edad escolar –es decir, 380.000 niños refugiados- siguen sin tener acceso a la educación.

“Por primera vez desde que comenzó el conflicto en Siria, el número de niños sirios que van a la escuela en Turquía es mayor que la cifra de niños que permanecen fuera de ella”, dijo el director ejecutivo de UNICEF, Justin Forsyth, tras visitar los programas de UNICEF en el sur de Turquía.

“Turquía debería ser felicitado por este gran logro. Pero si no se proporcionan más recursos, sigue habiendo un riesgo real de ‘una generación perdida’ de niños sirios, privados de las capacidades que un día necesitarán para reconstruir su país”.”

Turquía es el hogar de más de 1,2 millones de niños refugiados, lo que le convierte en el principal país de acogida de niños refugiados en el mundo.

UNICEF, junto con el gobierno de Turquía, está contribuyendo a fortalecer el sistema educativo, aumentar el acceso a la educación y mejorar la calidad de la educación inclusiva para los niños sirios y los niños turcos vulnerables.

Desde 2013, UNICEF ha ayudado a construir, renovar o reformar cerca de 400 escuelas, y ha formado a unos 20.000 profesores sirios voluntarios. 13.000 profesores aproximadamente reciben incentivos mensuales.
Además están en marcha iniciativas para incluir a los niños sirios en un programa nacional de ayudas que conceda prestaciones en efectivo a las familias para que puedan enviar y mantener a los niños en la escuela.

Un total de 2,7 millones de niños sirios están fuera de la escuela en toda la región, la mayor parte de ellos dentro de su propio país asolado por la guerra, donde millones de niños siguen en peligro debido a un conflicto que se acerca a su sexto aniversario. Unos 300.000 niños están atrapados en 15 zonas bajo asedio en Siria, y otros 2 millones están en áreas que llevan tiempo sin recibir ayuda humanitaria esencial a causa de los combates y el acceso restringido. Esta cifra incluye a 700.000 niños en zonas controladas por el autodenominado Estado Islámico.

Fuente: https://www.unicef.org/spanish/media/media_94417.html

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